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Apoyo a las personas que cuidan de otras: cómo controlar el estrés de los que cuidan a personas afectadas por el VIH y el SIDA: ONUSIDA, estudio de caso

21 de junio de 2000

Las tensiones que soportan las personas que cuidan a otras afectadas por la infección por el VIH y el SIDA son enormes y de
todo tipo. Y a medida que la epidemia se propaga y avanza,
sobrecargando la capacidad de los servicios sanitarios y sociales
de muchos países, éstos recaen cada día más sobre cuidadores no especializados de las familias y las comunidades. Estas personas –pioneras del movimiento de atención domiciliaria, trabajadoras de primera línea en el esfuerzo por detener el SIDA y contener el daño que hace a las sociedades en que viven– son un recurso de incalculable valor. La calidad de la atención que ofrecen y su capacidad para realizarla durante un período largo dependen de que se proteja su bienestar y su estado de ánimo. El propósito del presente informe es llamar la atención sobre las necesidades de los cuidadores y sobre lo que se puede hacer para respaldarlos con más eficacia. Se centra en las personas que
proporcionan asistencia en el hogar o en la comunidad. Y se basa
en las experiencias de primera mano de las personas y las
organizaciones relacionadas con el SIDA en Uganda, uno de los
primeros países que se vio afectado por esa enfermedad y se
enfrentó a ella con imaginación, y en Sudáfrica, donde el virus se está propagando más rápidamente que en prácticamente ningún
otro lugar de la tierra. El informe va dirigido a todos los que están relacionados con el cuidado de las personas que viven con el VIH y con SIDA, pero especialmente a los que tienen
responsabilidades directas en el suministro de asistencia o en la
gestión de los cuidadores, en la formulación de políticas en este
campo, o en el apoyo a los programas sobre el SIDA.