Reportaje

Detener la aparición de nuevas infecciones por el VIH entre los usuarios de drogas inyectables

16 de marzo de 2017

Como parte de los esfuerzos de ONUSIDA para detener la aparición de nuevas infecciones por el VIH entre los usuarios de drogas inyectables, ONUSIDA manda un mensaje urgente a la Comisión de estupefacientes, con motivo de su sexagésima sesión en Viena (Austria). En una declaración a la comisión, ONUSIDA advierte del vertiginoso aumento de las nuevas infecciones por el VIH entre las personas que se inyectan drogas, y señala que los países no invierten en estrategias eficaces para abordar este creciente problema, ni tampoco las llevan a cabo.

La infección por el VIH entre las personas que se inyectan drogas es un problema global de gran importancia. Entre 2011 y 2014, se produjo un incremento del 33% de las nuevas infecciones por el VIH entre las personas que se inyectan drogas. Actualmente, en torno al 14% de los 12 millones de usuarios de drogas inyectables de todo el mundo (1,6 millones de personas) vive con el VIH.

ONUSIDA calcula que las personas que se inyectan drogas tienen 24 veces más probabilidades de vivir con el VIH que las personas de la población general. A pesar de esto, los usuarios de drogas inyectables a menudo son objeto de la exclusión y de la marginación, y son excluidas de los servicios que priorizan la salud y los derechos humanos.

La buena noticia es que hay programas sencillos y rentables que funcionan. Por ejemplo, las terapias de mantenimiento con metadona se han asociado a la reducción del 54% del riesgo de infección por el VIH entre los usuarios de drogas inyectables. Sin embargo, muchos países siguen reticentes a implementar estos enfoques ya probados. Únicamente alrededor del 50% de los países que ha notificado un consumo de drogas inyectables implementa programas eficaces de reducción de daños.

Distintos estudios han demostrado que, si los países pusieran a disposición terapias de mantenimiento, cada año podrían prevenirse 130 000 nuevas infecciones por el VIH fuera del África subsahariana. Esto sería un gran paso adelante para poner fin a la epidemia de sida como una amenaza para la salud pública para el año 2030.

Asimismo, hay graves deficiencias en la financiación, dado que la mayor parte de la financiación destinada a los programas de reducción de daños, sobre todo en países de ingresos bajos, procede de fuentes internacionales. Entre los años 2010 y 2014, solo el 3,3% de los fondos para la prevención del VIH fue destinado a programas para usuarios de drogas inyectables. Para llegar a este grupo de población clave con programas eficaces para prevenir la infección por el VIH, ONUSIDA calcula que la inversión anual en la prevención del VIH para las personas que se inyectan drogas, en países de ingresos bajos y medios, deberá aumentar más de diez veces hasta alcanzar los 1,5 mil millones de dólares para el año 2020.

Es evidente que tienen que producirse cambios para obtener resultados. En 2016, los Estados Miembros de las Naciones Unidas adoptaron la Declaración Política sobre el VIH y el sida, en la que se comprometían a garantizar que el 90% de los grupos de población clave, como las personas que se inyectan drogas, tengan acceso a los servicios de prevención combinada del VIH.

El suministro de un paquete integral de servicios, como los programas de intercambio de agujas y jeringuillas y las terapias de sustitución de opiáceos, en un entorno legal y normativo que permita el acceso a servicios, será esencial para prevenir las infecciones por el VIH y para reducir el número de muertes asociadas a enfermedades relacionadas con el sida, la tuberculosis, la hepatitis viral y las infecciones de transmisión sexual. ONUSIDA está colaborando estrechamente con los distintos países para ayudarles a alcanzar estos importantes objetivos con plazos definidos.

 

Citas

“Para poner fin a la epidemia de sida y conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible, necesitamos estrategias que sitúen a las personas en un lugar clave y que garanticen a todos el acceso a los servicios de salud y de base comunitaria”.

Luiz Loures director ejecutivo adjunto, ONUSIDA