Reportaje

Un cargo sin manual de instrucciones: las primeras damas hablan sobre desarrollo

19 de septiembre de 2017

El 18 de septiembre, Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA, se reunió con Laura Bush, ex primera dama de los Estados Unidos de América, Monica Geingos, primera dama de Namibia, y Lorena del Castillo de Varela, primera dama de Panamá, para hablar sobre cómo se han valido de sus posiciones políticas y de sus voces para atraer la atención hacia algunos de los problemas más acuciantes a los que se enfrenta el mundo.

En el evento, Un cargo sin manual de instrucciones: la influencia y el liderazgo de las primeras damas del mundo, que tuvo lugar en la Cumbre Anual Concordia, en Nueva York (Estados Unidos), se analizaron los desafíos a los que se enfrenta una mujer con influencia pero sin unas funciones profesionales delimitadas. Las esposas de los líderes políticos, que, pese a no haber sido elegidas en unas elecciones, gozan de un estatus oficial, cuentan con posibilidades sin igual para tender un puente entre la sociedad civil y las instituciones gubernamentales. Las tres primeras damas compartieron sus experiencias sobre cómo habían lidiado con el cargo confeccionando sus propias plataformas y agendas para el desarrollo.

“Conozco el poder de las primeras damas”, dijo el Sr. Sidibé, moderador del debate. “Se han convertido en nuestras paladines para poner fin a la transmisión maternoinfantil del VIH. En cuanto me ofrecieron su apoyo, comenzamos a observar un verdadero progreso. Ahora hay algunos países que han conseguido erradicar prácticamente por completo las nuevas infecciones por el VIH entre los niños”.

La Sra. Bush habló sobre sus esfuerzos por promover una agenda de respeto a los derechos humanos de las mujeres en Afganistán, así como sobre sus esfuerzos en relación con la salud mundial. Rememoró sus experiencias en la lucha por la salud de las mujeres y de las niñas, en la que se incluye la eliminación de la transmisión maternoinfantil del VIH. La Sra. Bush se centró en su compromiso de poner fin al sida a través del Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos para el Alivio del Sida y en su anhelo de que los avances positivos en la respuesta al sida sirvan como base para eliminar el cáncer de cuello uterino.

“Descubrimos que las mujeres vivían con el VIH, pero lo que las estaba matando era el cáncer de cuello uterino, que también se transmite por vía sexual a través del virus del papiloma humano (VPH). Lanzamos la campaña Pink Ribbon Red Ribbon (Lazo rosa, lazo rojo) para que se incluyeran las pruebas, el tratamiento y la vacuna para el VPH a la plataforma del sida existente en el Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos para el Alivio del Sida. Hasta la fecha, hemos cosechado muchos éxitos”, afirmó la Sra. Bush.

La Sra. Geingos destacó su trabajo en el empoderamiento de los jóvenes e hizo especial hincapié en la importancia de estos en relación a asuntos como la violencia de género, la educación, la sanidad y el fomento del emprendimiento. La Sra. Geingos dijo que es muy necesario promover la confianza en los jóvenes e incluirlos en las conversaciones sobre su salud. Habló con franqueza del rejuvenecimiento de la población en África, donde el 60% de la población, que se prevé que se duplique para 2050, tiene menos de 25 años.

“Permitimos a los jóvenes llevar las riendas de la conversación en un lenguaje que ellos comprenden. Aprovechamos esa oportunidad para proporcionarles información sanitaria importante. Con la ayuda de los colaboradores internacionales, como ONUSIDA y el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, Namibia ha hecho un gran trabajo reduciendo las nuevas infecciones por el VIH. En menos de una década las hemos reducido a la mitad, y estamos a punto de eliminar la transmisión maternoinfantil del VIH”, explicó la Sra. Geingos.

La Sra. Castillo subrayó sus esfuerzos por garantizar la inclusión y el respeto para todas las personas. El Sr. Sidibé señaló que la Sra. Castillo, embajadora especial de ONUSIDA para el sida en América Latina, ha sido una influyente defensora de las comunidades y de las personas a las que se margina. Destacó sus esfuerzos en la lucha contra el estigma y la discriminación en cualquiera de sus formas para construir una sociedad inclusiva.

“Todos debemos esforzarnos para que no se excluya a nadie. Y cuando digo que no se excluya a nadie, me refiero a nadie de verdad”, explicó la Sra. Castillo.

Su posición como líderes mundiales permite a las primeras damas asumir riesgos, desafiar las expectativas y plantarles cara a prejuicios profundamente arraigados para ofrecer una visión de la sociedad más inclusiva y equitativa.

Para concluir, Anita McBride, que fue la ayudante de George W. Bush, expresidente de los Estados Unidos, y la jefa de gabinete de la Sra. Bush, manifestó, “Concordia no es un vivero de ideas, sino de medidas, y esta sesión demuestra claramente cómo la posición de las primeras damas, cuando se utiliza de forma eficaz, sirve de motor para el cambio, y que, cuando se reúnen y colaboran, son incluso más valiosas”.