Reportaje

La dignidad de los transgénero resulta crucial para la salud y el bienestar

26 de junio de 2018

El 18 de junio, la Organización Mundial de la Salud publicó su nueva Clasificación Internacional de Enfermedades, ICD-11.

En la nueva versión las cuestiones asociadas con la identidad transgénero ya no se definen como un trastorno mental. En su lugar, establece nuevas categorías de incongruencia de género en la adolescencia y en la edad adulta y de incongruencia de género en la infancia, y las considera condiciones relativas a la salud sexual.

La ICD proporciona una visión holística de todos los aspectos de la vida que pueden afectar a la salud y una base para la toma de decisiones en relación a la planificación de servicios y la asignación de fondos.

“El final de la vergonzosa historia de patologización, institucionalización, 'conversión' y esterilización está ahora más cerca”, afirmaba Mauro Cabral Grinspan, director ejecutivo de GATE, una organización internacional que trabaja en lo relacionado con la identidad de género, la expresión de género y las características sexuales. 

Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA, celebró la decisión. “Es un paso importante para incrementar el acceso de las personas transgénero a los servicios sanitarios”, mencionó.

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De acuerdo al informe Personas transgénero y VIH de la Organización Mundial de la Salud, las personas transgénero tienen un riesgo 49 veces mayor de contraer el VIH que el conjunto de adultos en edad reproductiva. Frecuentemente, y desde una edad muy temprana, expresar su identidad sexual les acarrea estigma, discriminación y rechazo social en sus hogares y en sus comunidades. Esa discriminación, violencia y criminalización provoca que las personas transgénero no accedan a los servicios para el VIH que necesitan para preservar su salud.

Aunque la nueva versión de la ICD aún tendrá que presentarse para su aprobación final en la Asamblea mundial de la salud que se celebrará en mayo de 2019, los activistas transgénero ya están trabajando en los siguientes pasos, entre los que se incluye la revisión de las categorías y las definiciones, así como su recepción a nivel nacional.

Mauro Cabral Grinspan puntualizaba, “Vamos a trabajar con nuestros aliados para asegurarnos de que su implementación a nivel nacional sea efectiva y de que implique una mejora en las normativas y, a un mismo tiempo, garantice el pleno acceso al reconocimiento legal del género y a la asistencia sanitaria en relación a la afirmación de género”.

Copatrocinadores de ONUSIDA

Organización Mundial de la Salud (OMS)