Reportaje

Alemania adopta un enfoque basado en los derechos humanos para el consumo de drogas inyectables

16 de octubre de 2018

Las personas que consumen drogas inyectables suelen sufrir uno o más problemas de salud relacionados entre sí. El consumo de drogas y los problemas de salud mental a menudo coexisten y este consumo puede aumentar el peligro de contraer infecciones. Por ejemplo,el riesgo de contraer el VIH entre los usuarios de drogas inyectables es 22 veces mayor que entre el resto de la población general. Además, los consumidores de drogas se enfrentan al estigma y a la marginación tan ampliamente extendidos, lo que les deja fuera de juego a la hora de acceder a los servicios de salud y sociales.

La organización sin ánimo de lucro Fixpunkt, en consonancia con los esfuerzos de Alemania por adoptar una estrategia para la salud centrada en las personas y basada en los derechos humanos, ha comenzado a ofrecer un refugio seguro para las personas que consumen drogas inyectables. Fixpunkt ofrece una variada gama de servicios, entre los que se incluyen apoyo a las personas que están en terapia de sustitución de opioides, asesoramiento para la salud mental y los problemas sociales, servicios básicos de salud, equipo de inyección estéril y salas de consumo supervisado de drogas, y asistencia profesional en caso de sobredosis.

Salvavidas polémicos

Para los usuarios de drogas inyectables, los emplazamientos de consumo supervisado de drogas son un salvavidas. También son un punto de entrada crucial hacia un sistema de apoyo sociosanitario más amplio. Actualmente, hay emplazamientos de consumo supervisado de drogas disponibles en seis de los quince estados federales de Alemania. El estado de Baden-Württemberg, por ejemplo, acaba de decidir que facilitará las disposiciones legales necesarias para permitir estos servicios, y en poco tiempo abrirá la primera sala de consumo supervisado en la ciudad de Karsruhe.

Sin embargo, en los otros nueve estados federales todavía existen barreras legales que impiden la implementación de estos servicios que podrían salvar vidas. “Se necesita más respaldo político y económico para aprovechar todo el potencial de los emplazamientos seguros para inyectarse. Para las personas que consumen drogas, que viven en las calles, estos son recursos que pueden salvarles la vida. A menudo no tienen acceso a servicios médicos, sanitarios y sociales. En estos lugares pueden relacionarse, ganar confianza y encontrar ayuda para cambiar su situación” explicó Astrid Leicht, directora de Fixpunkt.

El director ejecutivo adjunto de ONUSIDA visitó uno de los emplazamientos móviles de Fixpunkt el 15 de octubre para ver el impacto de los servicios que ofrecen. Es un importante paso para Alemania. Al tomar un enfoque centrado en las personas y garantizar que aquellos que se inyectan drogas tengan acceso a la paliación de daños y otros servicios sanitarios (como emplazamientos seguros para inyectarse), Berlín será capaz de detener nuevas infecciones por el VIH entre las personas que se inyectan drogas y de reducir los daños relacionados con el consumo de drogas inyectables. Se necesitan más proyectos como Fixpunkt para asegurarse de que nadie quede sin atención”. Sabe que el reto más grande reside en que no hay suficientes instalaciones ni recursos para garantizar un horario de atención óptimo y llevar a cabo trabajos de divulgación en los vecindarios y las comunidades.

Sylvia Urban, miembro del consejo de Aktionsbündnis gegen AIDS y Deutsche AIDS-Hilfe, dijo que las decisiones tomadas en Baden-Württemberg y en Karlsruhe son revolucionarias. “Esperamos que se sumen los estados que quedan y muchas más ciudades. Estas instalaciones salvan vidas y previenen las infecciones por el VIH. Desde una perspectiva de salud pública y de prevención del VIH, no hay ninguna razón por la que no se deban proporcionar salas para el consumo supervisado de drogas”.

Alta demanda en Alemania del sur y en Bremen

Las salas para el consumo supervisado de drogas son extremadamente necesarias en Mannheim, por ejemplo, la ciudad con las mayores muertes relacionadas con las drogas en proporción a sus habitantes. Así como en Stuttgart, Múnich, Núremberg, Augsburgo y Bremen, que tienen altas cifras de muertes prevenibles relacionadas con la droga.

Situación preocupante en Europa Oriental

ONUSIDA y la Organización Mundial de la Salud han admitido que los servicios para el consumo supervisado de drogas son particularmente importantes. Aún así, en Europa Oriental hay muy pocos servicios de este tipo y en algunos países, entre ellos la Federación de Rusia, prácticamente no hay servicios de reducción de daños en un contexto en el que aumentan las nuevas infecciones por el VIH.

“Los servicios para el consumo supervisado de drogas y los programas de reducción de daños son partes cruciales para la prevención del VIH y la hepatitis. Las herramientas y las intervenciones para acabar con las epidemias están disponibles, pero muchos gobiernos evitan su implementación”, dijo Sylvia Urban de Deutsche AIDS Hilfe. “Solo podemos acabar con la epidemia del VIH con la ayuda de unos servicios que minimicen los impactos negativos del consumo de drogas. Para conseguirlo, debemos derribar las barreras legales, entre otras, como la del estigma”.

Región/país