Reportaje

Con el apoyo de ONUSIDA, todo el mundo cuenta

28 de enero de 2019

Durante cinco semanas de 2018, equipos de hasta diez personas de cada una de las 120 clínicas y hospitales de Lesoto examinaron cuidadosamente más de 180 000 registros de personas a quienes se les había diagnosticado VIH y que estaban recibiendo asistencia. El objetivo: contar el número de personas que viven con el VIH que estaban bajo tratamiento en junio de 2018.

A lo largo de extenuantes jornadas, los equipos fueron poniendo pegatinas verdes (para indicar un tratamiento en activo) o de otros colores (señalando que una persona había interrumpido el tratamiento, había sido trasladada o había fallecido) a cerca del 80% de los informes de todos los pacientes del país. A continuación, el número total de personas que se había comprobado que estaban en tratamiento activo se comparó centro a centro con el total que se había presentado anteriormente al Ministerio de Salud de Lesoto y a otros colaboradores, incluido el Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos para el Alivio del Sida. Todo ello para confirmar que los informes del país cuadraran.

“Junto con nuestro equipo, hemos revisado el estado del tratamiento de más de 5000 personas en la Senkatana Clinic de Maseru, en Lesoto, uno de los centros de tratamiento más antiguos y concurridos del país. Tras dos días revisando el papeleo, descubrimos que la cifra de personas en tratamiento superaba en alrededor de un 30% la que la clínica había facilitado en junio de 2018 al Ministerio de Salud”, explica Motselisi Lehloma, funcionaria del Ministerio de Salud. En términos generales, en los 120 centros visitados se encontró que las cifras de que se informa al Ministerio de Salud eran un 3% inferiores a lo que hubieran debido.

Desde principios de 2017, ONUSIDA y otros colaboradores internacionales han apoyado a más de 15 países, principalmente del África subsahariana, para verificar la exactitud del número que se comunicaba de personas que estaban bajo tratamiento en esos momentos. Gracias a la revisión de los registros de los pacientes y los procedimientos de recopilación, cómputo y realización de informes en relación al número de pacientes en tratamiento, estas labores también han servido para que los centros mejoraran la precisión de los datos notificados a través de sus sistemas de información sanitaria.

“Los esfuerzos que ha asumido Lesoto para auditar y validar las cifras ponen de manifiesto su compromiso con monitorizar de forma precisa los efectos del programa”, afirma Kim Marsh, asesora principal de epidemiología y monitorización de ONUSIDA. Gracias a dichos esfuerzos, así como los esfuerzos de muchos otros países de la región, ONUSIDA y otras partes interesadas pueden confiar en las exactitud de las cifras de los tratamientos, lo que permite supervisar los avances hacia los objetivos 90-90-90. Las deficiencias menores se abordaron mediante reuniones informativas con el personal médico e informes por escrito, mientras que los problemas más graves y sistemáticos se pusieron en conocimiento del ministerio y de los colaboradores a cargo de la implementación para que adoptaran las medidas correctivas necesarias.

Lesoto tiene una de las mayores tasas de incidencia del VIH del mundo. En 2017, en el país había 320 000 personas viviendo con el VIH, lo que equivale a una prevalencia del VIH del 23,8%.