Reportaje

Mujeres jóvenes exigen responsabilidades en Women Deliver

05 de junio de 2019

Han transcurrido 25 años desde la innovadora Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, celebrada en El Cairo (Egipto) en 1994. Desde entonces, se ha logrado un significativo progreso en el ámbito de la salud sexual y reproductiva, y los derechos de mujeres jóvenes y adolescentes. El acceso voluntario a los métodos anticonceptivos modernos ha aumentado un 25 % desde 1994 y tanto la calidad de la salud sexual como la de los servicios relacionados con el VIH también han mejorado enormemente.

Entonces, ¿por qué se infectan con el VIH unas 7000 niñas y jóvenes cada semana? Y ¿por qué, en África subsahariana, la probabilidad de que las chicas entre 15–19 años se infecten con el VIH es tres veces mayor que entre los chicos de la misma edad?

«No podemos esperar otros 25 años. Tenemos que impulsar las responsabilidades para lograr avanzar lo suficiente a la hora de abordar el déficit gubernamental actual relativo a la prestación de servicios de salud sexual y reproductiva y las obligaciones por los derechos de las mujeres y las niñas», explica Gogontlejang Phaladi, del proyecto Pillar of Hope en Botsuana.

Sus comentarios marcaron el rumbo en un evento organizado por la Coalición global para la prevención del VIH durante la  conferencia de Women Deliver en Vancouver (Canadá). El evento, convocado de forma conjunta por ONUSIDA y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), y celebrado el 3 de junio, se centró en los motivos por los cuales no se está prestando atención a las adolescentes y mujeres jóvenes y en por qué siguen llevándose la peor parte en relación con la salud sexual y reproductiva y el VIH.

«Estamos haciendo frente a una crisis en la prevención del VIH», según Shannon Hader, subdirector general de ONUSIDA. «Si bien el objetivo era reducir las nuevas infecciones por VIH entre mujeres adolescentes y jóvenes a menos de 100 000, se estima que en 2017 se produjeron 340 000 nuevos casos de VIH. Nos queda mucho trabajo por delante».

Los ponentes en el evento debatieron la importancia crítica de la implicación de los jóvenes como líderes del cambio. «Tenemos que hacer un llamamiento a los legisladores, a los líderes tradicionales y religiosos, incluso a los padres», afirmó Monica Geingos, Primera Dama de Namibia. «No debemos deciros qué decir. Las generaciones anteriores fueron avergonzadas y silenciadas. Nunca bajéis vuestras voces». También añadió que la falta de progreso para mujeres y niñas se ve impulsada por la discriminación de género, la violencia y la denegación de las libertades fundamentales.

UNFPA’s Regional Director for Eastern and Southern Africa, Julitta Onabanjo, also stressed that more needs to be done. «Veo aquí una generación de mujeres jóvenes guerreras para llevar adelante el programa, de manera que en 2030 todos los jóvenes puedan dar lo mejor de sí y nada los detenga», afirmó, al tiempo que señaló que las recomendaciones del evento deberían hacerse llegar a la reunión que se celebrará en Nairobi (Kenia) más adelante en 2019.

Un problema importante que impide a las mujeres y las niñas acceder a los servicios relacionados con el VIH es que en muchos países los jóvenes deben ser mayores de 18 años para poder acceder a los servicios sanitarios, incluida la salud sexual y reproductiva y los servicios relacionados con el VIH, sin permiso de sus progenitores. ONUSIDA estima que 78 países tienen alguna forma de leyes o políticas restrictivas que impiden a los jóvenes acceder a los servicios de salud sexual sin el consentimiento de sus progenitores.

Como parte de los esfuerzos para eliminar esas barreras y lograr un acceso a tiempo y efectivo a la prevención, la detección y la atención del VIH para los jóvenes, durante la reunión Generation Now: Our Health, Our Rights, dirigida por jóvenes y previa a la conferencia del 2 de junio, ONUSIDA se comprometió a abordar las leyes relativas al consentimiento paterno, y su implementación, en cinco países de África oriental y del sur: Lesoto, Malawi, Namibia, Uganda y Zambia. Esto incluye trabajar con los jóvenes para garantizar que sean ellos los que dirijan el cambio y crear juntos los servicios de calidad que desean y necesitan para tener un futuro brillante y sano.

Los participantes estuvieron de acuerdo en que, para avanzar, es esencial invertir en organizaciones comunitarias, así como llevar a cabo pequeños proyectos que funcionan a nivel nacional. Nyasha Sithole, de Athena Network, afirmó «La gente riega las hojas, pero no las raíces. Tenemos que alejarnos del papel y el lápiz para aplicar las medidas en el terreno».

ONUSIDA es uno de los convocantes de la Coalición global para la prevención del VIH, la cual trabaja con países con una elevada incidencia del VIH con el fin de acelerar el acceso a los servicios de prevención combinada del VIH. La coalición busca asegurar la responsabilidad de la prestación de servicios de prevención del VIH a gran escala para lograr los objetivos de la Declaración política de las Naciones Unidas para poner fin al sida de 2016, incluida una reducción del 75 % en las infecciones por VIH hasta menos de 500 000 nuevas infecciones en 2020. El trabajo de la coalición incluye un enfoque particular en las mujeres jóvenes y sus parejas masculinas.