Reportaje

Sacar partido de la tecnología y la innovación para poner fin al sida y la tuberculosis

24 de mayo de 2019

Líderes del sector público y privado han solicitado modelos de inversión renovados para las nuevas tecnologías y una introducción más inteligente de las innovaciones en aras de poner fin al sida y la tuberculosis para 2030.

Dicho llamamiento fue expresado por los panelistas que participaban en un debate del Health Innovation Exchange, un evento de tres días organizado por ONUSIDA que tuvo lugar entre el 21 y el 23 de mayo, en los actos paralelos a la Asamblea Mundial de la Salud de Ginebra (Suiza).

En su intervención, Lucica Ditiu, directora ejecutiva de Stop TB Partnership, afirmó que para avanzar más rápido en la respuesta a las epidemias es crucial adoptar nuevos enfoques.

“No conseguiremos nuestros objetivos de acabar con el sida y la tuberculosis haciendo las cosas igual que siempre las hemos hecho hasta ahora”, aseguró. “El desarrollo de los productos debe abordarse con el paciente siempre en mente, y es necesario que trabajemos con los desarrolladores para ayudarles a reunir pruebas de que sus innovaciones funcionan, de modo que el tiempo entre la validación y la implementación se reduzca”.

Roland Göhde, presidente de la Asociación Alemana de la Salud, una alianza estratégica del Gobierno de Alemania y la Federación de Industrias Alemanas, declaró que existe una necesidad urgente de intensificar las sinergias a lo largo de la cadena de desarrollo e innovación. “El sector privado tiene que involucrarse de forma sistemática con otros sectores. Tenemos que agrupar y reunir los diferentes conocimientos especializados de los sectores implicados y acabar con la fragmentación”. 

El Sr. Göhde también incidió en la importancia de la formación sobre las nuevas tecnologías. Describió la forma en que la Asociación Alemana de la Salud ha facilitado la formación de los trabajadores en los laboratorios de Burkina Faso sobre las nuevas tecnologías relacionadas con la hematología, así como de los ingenieros biomédicos en Kenia y Senegal.

Desde el punto de vista financiero, Geeta Tharmaratnam, directora de Impacto para la sociedad de inversión LGT Impact, manifestó que las soluciones de inversión combinadas, con recursos públicos y privados, podrían servir para desbloquear el capital necesario para el desarrollo sostenible de la asistencia sanitaria.

Jenifer Healy, de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), recordó a los asistentes que, según los cálculos de la Organización Mundial de la Salud, alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible relacionados con la salud tiene un coste inicial en 2017 de 134 000 millones de dólares anuales, que ascenderán a 371 000 millones de dólares para 2030.

“Aunque hemos hecho grandes avances en la salud mundial, entre los que se cuenta la reducción de los efectos del sida, en 2030, el déficit de financiación para las nuevas inversiones llegará a triplicarse”, declaró.

Jaak Peeters, director mundial de Salud Pública de Johnson & Johnson, también subrayó la importancia de respaldar los mejores recursos científicos posibles para la salud global, implementar más rápidamente las innovaciones en las buenas prácticas y apoyar plenamente la colaboración entre el sector público y privado.

Por su parte, Anthony Nsiah-Asare, director general del Servicio de Salud de Ghana, afirmó que para garantizar que la implementación de las innovaciones se produzca de forma que se suministren servicios más inteligentes, eficaces y de mejor calidad a las personas que más los necesitan, es necesario que haya compromiso político.

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