Reportaje

Fortaleciendo el papel de las organizaciones confesionales en la respuesta al VIH

11 de agosto de 2020

Desde el principio, las organizaciones confesionales han desempeñado un importantísimo papel en la respuesta a la epidemia del VIH mediante sus fuertes vínculos con las comunidades sobre el terreno y la amplia red de clínicas e instalaciones sanitarias con las que cuentan.

Sin embargo, para aprovechar al máximo el enorme potencial de estas organizaciones, aún es necesario reforzar sus habilidades para adoptar nuevas políticas y poner en marcha medidas innovadoras, con el fin de mejorar su colaboración y coordinación con otros socios en la respuesta al VIH. Del mismo modo, es imprescindible abordar también el estigma y la discriminación relacionados con el VIH dentro de las comunidades de fe.

En la 2015 Lancet Special Edition, una edición especial de la revista médica británica dedicada a la fe y a la atención sanitaria, se subrayaron dos grandes desafíos:

  • falta de pruebas sólidas sobre la magnitud, el ámbito, el alcance, la calidad y la efectividad de los servicios sanitarios prestados por las organizaciones confesionales;
  • las brechas significativas entre determinados aspectos relacionados con la fe y las aproximaciones a la atención sanitaria basadas en los derechos humanos.

Para hacer frente a estos retos, el Plan de emergencia del presidente de los Estados Unidos para el alivio del sida (PEPFAR, por sus siglas en inglés) y ONUSIDA lanzaron en 2016 una iniciativa de dos años pensada para fortalecer la capacidad de los líderes y las organizaciones confesionales para abogar por, y ofrecer, respuestas sostenibles al VIH.

La nueva iniciativa

Esta nueva iniciativa conjunta de PEPFAR-ONUSIDA que ha visto la luz en el mes de junio de 2020, no pretende sino potenciar el liderazgo mundial y nacional de las organizaciones confesionales en la respuesta al VIH. Partirá de los logros, los resultados y las lecciones aprendidas hasta ahora, y buscará maximizar el uso de las herramientas capacitantes y de los recursos desarrollados en programas anteriores.  

La iniciativa se plantea como un consorcio de organizaciones confesionales que llevan muchos años siendo socias y trabajando juntas para construir y combinar sus puntos fuertes, con el fin de promover políticas y prácticas basadas en pruebas, y aunar y reforzar los esfuerzos por defenderlas.

«Hoy más que nunca, es importantísimo que las comunidades y los líderes de fe alcen la voz con fuerza para lograr que se escuche a quienes no se permite hablar», insiste Shannon Hadder, directora ejecutiva adjunta del programa de ONUSIDA. «Esto significa, en esta era de la COVID-19, que hemos de reconocer que la llamada a la acción para actuar contra la COVID-19 y la llamada a la acción para actuar contra el VIH han de ser complementarias y sinérgicas, nunca pueden oponerse la una a la otra. Confiamos plenamente en los socios de fe, para que ellos sean las voces fuertes y verdaderas que apoyen a todas las personas que están viviendo con el VIH».

Socios implementadores y países centrales para la iniciativa

Todos los socios que van a llevar a la práctica esta nueva iniciativa llevan ya años poniendo en marcha con gran éxito actividades relacionadas con el VIH. Asimismo, su vínculo con ONUSIDA y PEPFAR viene ya de tiempo atrás, y desde hace mucho tiempo trabajan codo con codo con socios interconfesionales tanto a nivel mundial como nacional.

Estos socios implementadores son:

  • El Consorcio académico, liderado por la Universidad de St. Paul (Limuru, Kenia);
  • La plataforma de asociaciones cristianas para la defensa de la salud en África (African Christian Health Association Platform);
  • Caritas Internationalis;
  • La red interconfesional de líderes religiosos que conviven con el VIH o con personas que viven con el VIH (INERELA+);
  • Islamic Relief Worldwide;
  • Consejo mundial de Iglesias - Alianza ecuménica de acción mundial
  • Consejo mundial de Iglesias - Iniciativas y defensa ecuménica para el VIH y el sida

Los países en los que se llevarán a cabo actividades son Camerún, Costa de Marfil, la República Democrática del Congo, Kenia, Nigeria, la República Unida de Tanzania, Uganda y Zambia.

Las organizaciones confesionales alinearán sus actividades con los planes de acción de fe en apoyo de las estrategias para la respuesta nacional al VIH. La experiencia nos muestra que tal cooperación dará como resultado una mejor coordinación y una participación sostenible por parte del sector religioso en las respuestas nacionales al VIH.

«Nuestro deseo y buena disposición para forjar alianzas con las comunidades de fe forma parte de un enfoque sostenible para abordar tanto el VIH como la COVID-19», señala Sandra Thurman, responsable de estrategias EN PEPFAR.

Las actividades organizadas a nivel mundial van dirigidas a aumentar la colaboración, la visibilidad y la coordinación de las aportaciones de las organizaciones confesionales a la respuesta al VIH. Entre los actos programados se incluye la Conferencia interconfesional para el VIH sobre el tema de la resiliencia y la renovación (22-24 de septiembre de 2020), la puesta en marcha de los compromisos adoptados en el Plan de Acción de Roma sobre niños, adolescentes y VIH, y la participación de los socios confesionales en el desarrollo de la nueva estrategia mundial de ONUSIDA.

Conferencia interconfesional para el VIH sobre el tema de la resiliencia y la renovación (22-24 de septiembre de 2020)