Reportaje

Cadenas de amabilidad y solidaridad durante el brote de COVID-19

20 de marzo de 2020

Para Liu Jie, delegada de movilización comunitaria en la delegación china de ONUSIDA, recibir llamadas a todas horas del día no es lo normal. A causa del brote de COVID-19 en China, la sede entera ha estado ayudando a las personas que viven con el VIH a seguir teniendo acceso al tratamiento. Especialmente en la provincia de Hubei, donde se informó de los primeros casos de la pandemia. Hace poco, Liu quedó soprendida al recibir una llamada desde Polonia.

«Un hombre chino se presentó diciendo que estaba retenido y que en dos días se le acabarían los medicamentos para el VIH», asegura Liu.

Debido a que las restricciones para viajar estaban cerrando cada vez más países, este hombre no podía volver a su casa ni acceder a los medicamentos. Al no saber que hacer, contactó con la organización comunitaria china Birch Forest National Alliance y, a través, de ellos pudo contactar con ONUSIDA en Beijing, afirma.

Como tantas otras personas en el extranjero, este hombre se quedó atrapado a raíz de las consecuencias surgidas por el brote de COVID-19. Unos días antes, la delegación nacional de ONUSIDA en China había ayudado a tener acceso a sus medicamentos a otra persona china que vivía con el VIH mientras estaba retenida en Angola. En ambos casos, los compañeros en Beijing contactaron con las delegaciones nacionales de ONUSIDA y con el equipo de movilización comunitaria en Ginebra, Suiza. El director nacional de ONUSIDA en Angola contactó con la Red Angoleña de Organizaciones de Servicios para el Sida y esta persona obtuvo de inmediato acceso a sus medicamentos.

En el caso de Polonia, Jacek Tyszko, polaco de nacimiento y parte del equipo de movilización comunitaria, supo qué hacer exactamente.  «Como habíamos permanecido en contacto con redes regionales de personas que viven con el VIH en Europa Central y Oriental, hice una llamada», afirma Tyszko.

Anna Marzec-Boguslawska, jefa del centro nacional para el sida en Polonia, accedió a ello rápidamente. Ella siempre ha sido muy atenta, lo cual nos permite movernos con rapidez.  Liu recibió 24 horas después una foto de un hombre con una caja de medicamentos en frente de un edificio gris. Unos minutos después, le sonó el teléfono.

«Era el mismo hombre chino llamando de nuevo desde Polonia», relataba. «Estaba llorando de alegría, diciendo que había recibido sus medicamentos y que esta es una foto suya de hace un momento.»

«Él insistía en que no podía creer cómo habíamos hecho lo imposible», afirma.

Bai Hua, director de Birch Forest National Alliance, también le dio las gracias a ONUSIDA. «Este caso demuestra que ONUSIDA tiene un arraigo dentro de las comunidades», Afirma Hua.