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Progreso en la lucha contra la tuberculosis, pero no lo suficiente

23 de marzo de 2020

La tuberculosis (TB) es la décima causa de muerte en todo el mundo, el principal agente infeccioso mortal y la principal causa de muerte entre las personas que viven con el VIH.

El lado positivo es que se puede prevenir y curar, y los países se han comprometido a acabar con ella para el año 2030. El conjunto de objetivos a los que se comprometieron en 2016 en la Declaración Política sobre el VIH y el sida se incluía una reducción del 75%, a partir de 2010, de las muertes por tuberculosis entre las personas que viven con el VIH para 2020.

La mala noticia es que, en 2018, 10 millones de personas enfermaron de tuberculosis en todo el mundo y 1,5 millones perdieron la vida a causa de esta enfermedad, incluidas 251 000 personas que vivían con el VIH. Si bien desde 2000 se ha reducido en un 60% el número de muertes por tuberculosis entre las personas que viven con el VIH, el mundo no va en camino de alcanzar la reducción del 75% para 2020.

Mientras se conmemora el Día Mundial de la Tuberculosis el 24 de marzo en medio de la pandemia de COVID-19, es fundamental recordar que necesitamos mantener los servicios para hacer frente a las epidemias de tuberculosis y a las coinfecciones de tuberculosis y VIH a nivel mundial. Todavía hay un déficit de financiación de 3300 millones de dólares estadounidenses anuales para la prevención y la atención de la tuberculosis.

También es oportuno recordar que los programas que ya están en marcha para combatir la tuberculosis y otras enfermedades infecciosas importantes pueden aprovecharse para que la respuesta al COVID-19 sea más rápida y eficaz. Sin embargo, la necesidad de una respuesta urgente a la tuberculosis, el VIH o el COVID-19 no debe significar que no se respeten los derechos humanos, la autonomía y la confidencialidad.

El papel de las comunidades y la resiliencia del sistema de salud continúan siendo vitales para garantizar enfoques innovadores, centrados en las personas, basados en la comunidad y dirigidos por ésta para la prestación de servicios. Entre éstos se incluyen modelos de prestación de servicios diferenciados, la salud digital y las herramientas innovadoras para diagnosticar la infección y habilitar a las personas que viven con la tuberculosis asociada al VIH para que puedan gestionar su tratamiento y atención. Las inversiones ya realizadas en sistemas de salud, incluidas las comunidades, marcarán una verdadera diferencia en la batalla contra el COVID-19. 

Global trends in the estimated number of deaths

Estimated number of deaths graph