Reportaje

ONUSIDA se une a sus asociados para reivindicar mejores pruebas, tratamiento y prevención del VIH y la tuberculosis en los niños

20 de noviembre de 2020

En el Día Universal del Niño, ONUSIDA se une a sus asociados para reivindicar un acceso más rápido a mejores herramientas para prevenir, diagnosticar y tratar el VIH en niños y la tuberculosis (TB) en niños que viven con VIH a través de una declaración conjunta que anuncia la puesta en marcha del Plan de Acción de Roma 2020.

La respuesta al VIH está dejando de lado de manera desproporcionada a los niños que viven con el VIH. La cobertura de tratamiento a niños a escala mundial es extremadamente baja.  En 2019, solo el 53 % de los 1,8 millones de niños que se calcula que viven con VIH fue diagnosticado y recibió tratamiento. Esto significa que 850 000 niños que viven con el VIH no reciben tratamiento contra el VIH que salva vidas. Más de la mitad de esos niños restantes se encuentra en solo cinco países —la República Democrática del Congo, Kenia, Mozambique, Nigeria y Sudáfrica— y dos tercios de esos niños tienen entre 5 y 14 años. Además, no estamos haciendo lo suficiente para prevenir nuevas infecciones por el VIH, con 150 000 nuevos casos en niños de menos de 15 años en 2019. Por tanto, se deben poner en marcha programas y actividades específicos lo antes posible para llegar a esos niños y permitirles beneficiarse de las extraordinarias mejoras en las innovaciones pediátricas.

Esto se debe a varias razones. No se hacen pruebas del VIH a las madres durante el embarazo y la lactancia, por lo que no pueden recibir un tratamiento contra el VIH que las mantendrá sanas y evitará que su hijo se contagie de VIH. A los niños no se les hace la prueba del VIH en el momento del nacimiento o poco después, por lo que no se pueden beneficiar de un tratamiento temprano para el VIH con mejores resultados. Los tratamientos disponibles contra el VIH más comunes no son aptos para niños: a menudo tienen un sabor amargo y no se pueden disolver ni espolvorear en alimentos para lactantes y niños pequeños que no pueden tragar pastillas.

Los niños y, en especial, los niños que viven con el VIH son especialmente vulnerables a la TB, que es la causa de muerte más común entre las personas que viven con el VIH. La TB en niños que viven con el VIH es difícil de diagnosticar y el tratamiento es complicado y desagradable de tomar, especialmente combinado con el tratamiento contra el VIH.

«El Plan de Acción de Roma ha impulsado nuevos diagnósticos y tratamientos más efectivos, asequibles y de mejor sabor para niños que viven con el VIH. Ahora, tenemos una obligación moral de garantizar que esas herramientas realmente lleguen a los niños que más las necesitan», dijo Shannon Hader, Directora Ejecutiva Adjunta del Programa de ONUSIDA. «Necesitamos actuar: para llegar a esos niños, los países necesitan centrarse en sus datos, ser conscientes de cómo y dónde es más probable que se llegue a los niños que faltan y eliminar cualquier barrera artificial —desde la creación de la política hasta su puesta en marcha— que se interponga en su camino. Y en cuanto a la innovación —mejores diagnósticos y tratamientos tanto para el VIH como para la TB en niños— aún queda mucho por hacer. Seguiremos luchando y creando aliados para innovar más y mejor».

Desde 2016, como parte de la iniciativa conjunta de fe de ONUSIDA y el Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos para el Alivio del Sida, el Vaticano ha estado reuniendo a asociados clave en una serie de diálogos de alto nivel para encontrar maneras mejores de prevenir, diagnosticar y tratar el VIH en niños, y este año también se centró en la TB en los niños que viven con VIH por primera vez. El 5 y 6 de noviembre, el cardenal Turkson del Vaticano convocó la reunión virtual de Roma Cinco. Este innovador diálogo reunió a líderes de sectores privado y público, gobiernos, autoridades reguladoras, organizaciones basadas en la fe y en la comunidad y otros asociados en la ejecución, a fin de encontrar soluciones para reducir el impacto del VIH y la TB en los niños.

La reunión tuvo como resultado un nuevo Plan de Acción de Roma para 2020, un conjunto de ambiciosos compromisos contraídos por las organizaciones participantes y destinados a superar los obstáculos a los que se enfrentan los servicios del VIH y la TB para niños. Entre los muchos compromisos contraídos por las organizaciones asociadas, ONUSIDA se ha comprometido a apoyar a los gobiernos en la recopilación y notificación de datos sobre el impacto del VIH y la TB en los niños para que las respuestas nacionales puedan destinarse a donde más se necesiten. ONUSIDA establecerá e informará de ambiciosos objetivos por edad a nivel mundial para prevenir, realizar pruebas y tratar el VIH en niños y la TB en niños que viven con el VIH. ONUSIDA seguirá luchando al más alto nivel político por el aumento de la inversión y el cumplimiento de las acciones previstas a nivel nacional para que el mundo se ponga en marcha y ponga fin al sida y a la TB en niños que viven con el VIH.

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