Reportaje

Carencias en la cobertura de terapia antirretroviral para los reclusos que viven con el VIH

22 de febrero de 2021

En un día cualquiera, se encuentran recluidas aproximadamente 11 millones de personas. La inyección de drogas y las relaciones sexuales tienen lugar en las prisiones de todo el mundo.  El riesgo de violencia sexual entre los reclusos (y su insuficiente acceso a preservativos, lubricantes, profilaxis pre-exposición y servicios de reducción de daños) incrementa sus posibilidades de contraer el VIH, hepatitis C e infecciones de transmisión sexual.

Entre las personas que se inyectan drogas, el encarcelamiento reciente está asociado con un aumento del 81% y del 62% de la probabilidad de infección por el VIH e infección por hepatitis C, respectivamente.

Los entornos cerrados deberían, en teoría, favorecer la administración de pruebas y servicios de tratamiento efectivos, aunque las interrupciones en el tratamiento y las cuestiones de confidencialidad y discriminación plantean problemas.  En 2019, 78 países informaron a ONUSIDA de que las pruebas del VIH estarían disponibles en cualquier momento durante la detención o el encarcelamiento, y 104 países informaron de que todos los reclusos que viven con el VIH tenían terapia antirretroviral a su disposición. La cobertura de la terapia antirretroviral es buena, pero sigue habiendo carencias.

Carencias en la cobertura de la terapia antirretroviral para los reclusos que viven con VIH, países con datos disponibles, 2016-2019