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Los preservativos constituyen una parte fundamental de la prevención combinada

22 de noviembre de 2021

Los preservativos masculinos y femeninos y el lubricante, cuando se utilizan de forma correcta y sistemática, ofrecen una protección muy elevada contra el VIH, las infecciones de transmisión sexual y los embarazos no deseados. El uso del preservativo ha tenido un gran impacto en la pandemia mundial del sida: las simulaciones de modelos muestran que el aumento del uso del preservativo desde 1990 ha evitado alrededor de 117 millones de nuevas infecciones por el VIH, casi la mitad de ellas (47 %) en África subsahariana y más de un tercio (37 %) en Asia y el Pacífico. 

Si se incrementan las tasas de uso del preservativo hasta alcanzar una cobertura del 95 % en los actos sexuales de mayor riesgo para 2025 y se mantienen las demás intervenciones de prevención en los niveles de 2019, se logrará aproximadamente un tercio de las reducciones necesarias de las nuevas infecciones por el VIH. El uso sistemático del preservativo, aunque es posible, ha resultado difícil de conseguir en todas las poblaciones. Por ejemplo, las mujeres de numerosos países necesitan mayor capacidad de acción y apoyo para negociar el uso sistemático del preservativo. Además, algunas personas eligen otros métodos de prevención del VIH cuando están disponibles. Por lo tanto, los preservativos por sí solos no son suficientes para controlar la epidemia de VIH. La consecución íntegra del objetivo de prevención para 2025, que consiste en reducir las nuevas infecciones anuales por el VIH a menos de 370 000, requiere una mayor inversión en la prevención combinada del virus, para garantizar el acceso y el uso de preservativos, así como todas las demás opciones de prevención para el 95 % de las personas en riesgo de infección por el VIH.