Declaración de prensa

Mensaje de la Directora Ejecutiva de ONUSIDA en el Día de la Cero Discriminación 2021

Este año el Día de la Cero Discriminación resulta especialmente conmovedor.

Al principio de esta pandemia nos hartamos de escuchar que los virus no discriminan. Sin embargo, una vez más estamos siendo testigos de que las crisis y las sociedades sí lo hacen.

La COVID-19 ha hecho aún más grandes las fisuras ya presentes en la sociedad. Hemos visto que las comunidades marginadas, ya al límite, son las que están sufriendo los mayores reveses económicos. Son las últimas a las hora de recibir los servicios que salvan vidas y, casi siempre, son los chivos expiatorios de la crisis.

Aun así, esta crisis nos ha demostrado una vez más que las comunidades excluidas son las que primero dan un paso al frente para ayudar. Con su experiencia por lo vivido, su empatía y su ingente insistencia, no se cansan de demostrar que la salud y la recuperación para todos sí son posibles.

ONUSIDA se une a las comunidades de todo el mundo para exigir un mundo igualitario. Decimos un NO rotundo a todas las desigualdades, ya sean por razón de género, ingresos, raza, discapacidad, orientación sexual, etnia o religión. Cualquier desigualdad no hace sino desfigurar nuestra sociedad y minar la justicia y la dignidad.

Pedimos poner fin a la discriminación, acabar con el estigma y hacer desaparecer la criminalización.

Retamos a todas las instituciones y a todas las personas influyentes no solo a no mostrar conductas discriminatorias, sino a adoptar un enfoque totalmente antidiscriminatorio.

La discriminación mata. Exacerba las situaciones de emergencia y perpetúa las pandemias.

El mundo aún está lejos de acabar con el sida para 2030 y no por falta de conocimiento, capacidad o medios, sino por las desigualdades estructurales que se interponen en el camino. Por ejemplo, cada vez más estudios nos demuestran que las leyes punitivas con relación a la orientación sexual duplican las posibilidades de contraer el VIH para los gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres. Derogar estas leyes es fundamental para acabar con la pandemia del VIH.

Asimismo, la discriminación contra los migrantes y otros grupos de población excluidos y estigmatizados está obstruyendo su acceso a las pruebas, el tratamiento y los cuidados que exige la COVID-19. Y esto perjudica a todo el mundo.

Somos testigos de cómo la discriminación que afecta a nuestros países está también ensombreciendo el panorama internacional. Al tiempo que empezamos a disponer de nuevas vacunas contra la COVID-19, la desigualdad que nos rodea es enorme. Únicamente 10 países han administrado más del 75 % de todas las vacunas contra la COVID-19. Por el contrario, aún hay 130 países que no han recibido una sola dosis. Sudáfrica ya habla del apartheid vacunal. Tal y como ha defendido el Secretario General de las Naciones Unidas, «la igualdad en lo referente a las vacunas es, en definitiva, una cuestión de derechos humanos... Mas el nacionalismo vacunal la niega». En todo el mundo, y en todos y cada uno de los países, hemos de valorar a todas las personas por igual: todas son igual de valiosas.

Acabar con las desigualdades nos permitirá avanzar en el respeto a los derechos humanos de todas las personas. Permitirá construir sociedades mejor preparadas para acabar con la COVID-19 y otras pandemias futuras. Nos permitirá apoyar la recuperación y la estabilidad económicas.

Hemos de garantizar el acceso de todas las personas a la atención sanitaria. Para ello, debemos proporcionar y financiar la sanidad pública. Y debemos acercarla a todo el mundo con respeto, sin exclusiones ni juicios.

Todos debemos denunciar cualquier forma de discriminación que observemos a nuestro alrededor. Todos debemos servir de ejemplo a los demás.

El disfrutar de un mundo más saludable, más seguro, más igualitario y más próspero depende solo de nosotros.

Me conmueve y me llena de orgullo el liderazgo mostrado por las comunidades a la hora de plantarle cara a la discriminación. Su determinación, su valor y su visión son nuestra guía. Iluminan nuestros pasos. Las Naciones Unidas están siempre ahí, en la retaguardia, como ese aliado inquebrantable para la igualdad.

Pongamos fin a las desigualdades. Pidamos para el mundo la cero discriminación.

Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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