Las respuestas lideradas por la comunidad, en concreto el trabajo de las organizaciones lideradas por, y responsables ante, las personas de comunidades afectadas, a menudo aportan confianza, establecen líneas de comunicación y llegan a donde el estado no puede. La sociedad civil puede ser una asociada para prevenir que los brotes se conviertan en pandemias, como se reconoció en el Plan de Acción Global y los Aceleradores de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 3 (ODS). Es importante el hecho de que hay papeles complementarios, pero diferentes, para las organizaciones lideradas por la comunidad y el estado, que es responsable del derecho de la población a la sanidad. Un papel del estado, en por ejemplo, participación comunitaria y la contratación de trabajadores sanitarios de la comunidad es necesario, pero no suficiente.

La respuesta comunitaria requiere, por tanto, al sector público y también la acción liderada por la comunidad. Pero el Panel Independiente para la Preparación y Respuesta a la Pandemia consideró que la respuesta “se había descuidado seriamente". Muchos planes y documentos para la preparación y respuesta a la pandemia, si manejan la infraestructura de la comunidad, olvidan los esfuerzos liderados por la comunidad. Hay una oportunidad en las evaluaciones de preparación y el financiamiento para ir más allá de la participación, e integrar la respuesta y preparación comunitaria a la pandemia.

La infraestructura de  la respuesta y preparación comunitaria a la pandemia debería incluir tres elementos: servicios y rendición de cuentas, dirigida por las comunidades junto al estado, así como actividades patrocinadas en las comunidades y la participación de estas. Cada uno es crítico.

Si las organizaciones dirigidas por la comunidad están capacitadas y autorizadas, pueden proveer servicios sanitarios a la pandemia de coste eficaz y mejorar la rendición de cuentas.

Poner fin a la epidemia de sida, frenar el COVID-19, la viruela del simio, y el ébola, y prepararse para la siguiente pandemia. Todo esto requerirá una infraestructura significativamente mayor para luchar contra la pandemia. Los esfuerzos liderados por la comunidad y por el estado son sinérgicos, y ambos son imprescindibles como parte de la preparación. Cuando el próximo virus llegue, la infraestructura comunitaria podrá salvar muchas más vidas si eso es para lo que establecemos objetivos, lo que medimos y lo que financiamos.

 


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