Comunicado de prensa

ONUSIDA exige tomar medidas urgentes contra la ralentización de las ganancias mundiales y los resultados dispares de los países para lograr los objetivos de VIH en 2020

Grandes avances en algunos países y fracasos preocupantes en otros, como la reducción de 1.000 millones de dólares en los recursos disponibles para el VIH

ESHOWE/GINEBRA, 16 de julio de 2019 — El ritmo del progreso en la reducción de nuevas infecciones por el VIH, la mejora del acceso al tratamiento y la eliminación de las muertes relacionadas con el sida se está ralentizando, según un nuevo informe publicado hoy por ONUSIDA. El Global AIDS Update de ONUSIDA, Communities at the centre, muestra una imagen mixta: algunos países han logrado avances impresionantes, mientras que otros están experimentando un aumento en las nuevas infecciones por el VIH y las muertes relacionadas con el sida.

“Necesitamos urgentemente un aumento del liderazgo político para poner fin al sida”, afirmó Gunilla Carlsson, Directora Ejecutiva interina de ONUSIDA. “Para ello, comenzaremos por invertir de forma adecuada e inteligente, prestando atención a aquellos elementos que determinan el éxito de algunos países. Es posible acabar con el sida si nos centramos en las personas en lugar de en la enfermedad, creamos planes de acción para las personas y lugares que se han dejado atrás y adoptamos un enfoque basado en los derechos humanos para llegar a aquellos más afectados por el VIH.”

El informe muestra que los grupos de población clave y las personas con las que mantienen relaciones sexuales representan más de la mitad (54 %) de las nuevas infecciones por el VIH a nivel mundial . En 2018, estos grupos de población clave (entre ellos, las personas que se inyectan droga, gays y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, personas transgénero, trabajadores sexuales y presos) representaron un 95 % de las nuevas infecciones por el VIH en Europa Oriental, Asia Central, Oriente Medio y el Norte de África.

No obstante, el informe también revela que, en más de la mitad de los países estudiados, menos del 50 % de los grupos de población clave pudieron acceder a servicios combinados de prevención del VIH. Esto resalta la marginación a la que se ven expuestos dichos grupos, a los que se deja de lado en la respuesta al VIH.

En 2018, alrededor de 1,7 millones de personas contrajeron el VIH a nivel mundial, una caída del 16 % desde 2010 que está impulsada, sobre todo, por el progreso constante en la mayor parte de África Oriental y Meridional. Por ejemplo, Sudáfrica ha avanzado mucho, ya que ha reducido de forma significativa las nuevas infecciones por el VIH (más de un 40 %) y las muertes relacionadas con el sida (aproximadamente un 40 %) desde 2010.

Sin embargo, todavía queda mucho camino por recorrer en África Oriental y Meridional, la región más afectada por el VIH, y se ha producido un aumento preocupante de las nuevas infecciones por el VIH en Europa Oriental y Asia Central (29 %), el Oriente Medio y el Norte de África (10 %), así como en América Latina (7 %).

El informe fue presentado en un evento comunitario en Eshowe (Sudáfrica), de mano de la Sra. Carlsson y David Mabuza, Vicepresidente de Sudáfrica. Contiene estudios monográficos y testimonios que determinan cuáles son los programas comunitarios que acelerarían el ritmo de respuesta al VIH.

“Sudáfrica cuenta con un amplio historial de comunidades que han sido fundamentales en la respuesta al sida, por lo que resulta apropiado presentar el Global AIDS Update 2019 de ONUSIDA en este país, concretamente en Eshowe, en KwaZulu-Natal. Aquí existe un modelo de prestación de servicios basado en la comunidad, con el VIH como interés fundamental, que está mostrando resultados”, apuntó el Vicepresidente Mabuza.

Financiación

Aunque resulte desconcertante, el informe muestra que la brecha entre los recursos necesarios y su disponibilidad es cada vez mayor. Por primera vez, los recursos mundiales disponibles para responder al sida han caído de forma significativa, alrededor de 1.000 millones de dólares, ya que los donantes contribuyeron con menos dinero y las inversiones nacionales no aumentaron lo suficientemente rápido para compensar la inflación. En 2018, se disponía de 19.000 millones de dólares (en dólares constantes de 2016) para responder al sida, 7.200 millones por debajo de los 26.200 millones necesarios en 2020.

Para seguir avanzando en la erradicación del sida, ONUSIDA insta a todos los asociados a intensificar sus acciones e invertir en la respuesta a la enfermedad, por ejemplo, mediante la financiación total del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria (con un mínimo de 14.000 millones de dólares durante su reposición en octubre) o mediante el aumento de la financiación nacional y bilateral para el VIH.

Tratamiento y objetivos 90-90-90

Se sigue avanzando en relación con los objetivos 90-90-90. En 2018, aproximadamente el 79 % de las personas que vivían con el VIH conocían su estado serológico con respecto al VIH, un 78 % de los que conocían dicho estado tenían acceso a tratamiento y un 86 % de las personas que vivían con el VIH que tenían acceso a tratamiento lograron suprimir la carga vírica, por lo que conservaron la vida y la salud y evitaron la transmisión.

Communities at the centre, a pesar de todo, muestra que los avances hacia los objetivos 90-90-90 varían mucho en función de la región o el país. Por ejemplo, en Europa Oriental y Asia Central, el 72 % de las personas que vivían con el VIH conocían su estado serológico con respecto al VIH en 2018, pero solo el 53 % de los que conocían dicho estado accedieron a tratamiento.

“Llevo 16 años en tratamiento, he suprimido la carga vírica y estoy sano”, afirmó Sthandwa Buthelezi, fundadora de Shine, una organización en Eshowe que combate el estigma y la discriminación en la comunidad. “No obstante, el estigma y la discriminación siguen estando generalizados, sobre todo en los entornos sanitarios. Como activista, animo a todo el mundo a hablar abiertamente sobre el VIH, también a los líderes de las comunidades, de forma que las personas puedan vivir positivamente y ser felices”.

Muertes relacionadas con el sida

Las muertes relacionadas con el sida siguen disminuyendo, pues el acceso al tratamiento sigue aumentando y se está avanzando en la mejora de la prestación de servicios relacionados con el VIH y la tuberculosis. Desde 2010, las muertes relacionadas con el sida han disminuido hasta 770.000 en 2018, lo cual representa un descenso del 33 %.

El progreso varía en función de la región. La disminución a nivel mundial de las muertes relacionadas con el sida se debe, en su mayoría, a los avances logrados en África Oriental y África Meridional. Sin embargo, en Europa Oriental y Asia Central, las muertes relacionadas con el sida han aumentado un 5 % desde 2010, mientras que en Oriente Medio y el Norte de África han alcanzado el 9 %.

Niños

A día de hoy, alrededor del 82 % de las mujeres embarazadas que viven con el VIH tienen acceso a medicamentos antirretrovíricos, un aumento de más del 90 % desde 2010. Esto ha dado lugar a una reducción del 41 % de las nuevas infecciones por el VIH entre los niños desde 2010, particularmente en Botswana (85 %), Rwanda (83 %), Malawi (76 %), Namibia (71 %), Zimbabwe (69 %) y Uganda (65 %). No obstante, lejos de alcanzar el objetivo mundial de reducir las nuevas infecciones por el VIH entre los niños a menos de 40.000 en 2018, se registraron cerca de 160.000 nuevas infecciones a nivel mundial.

Se deben tomar más medidas para facilitar el acceso al tratamiento entre los más pequeños. Se estima que, en 2018, 940.000 niños (de 0 a 14 años) que vivían con el VIH se sometieron a terapia antirretrovírica a escala mundial, lo que representa casi el doble de las personas registradas en 2010. No obstante, quedaba mucho para alcanzar el objetivo de 1,6 millones en 2018.

Mujeres y adolescentes

Aunque todavía existen grandes disparidades entre las mujeres y los hombres jóvenes, puesto que las mujeres jóvenes tienen un 60 % más de posibilidades de contraer la infección por el VIH que los hombres jóvenes de la misma edad, se ha logrado reducir el número de nuevas infecciones por el VIH entre ellas. A nivel mundial, las nuevas infecciones por el VIH entre las mujeres jóvenes (de 15 a 24 años) se redujeron en un 25 % entre 2010 y 2018, en comparación con una reducción del 10 % entre las mujeres mayores (de 25 años en adelante). No obstante, sigue siendo inaceptable que 6.200 niñas adolescentes y mujeres jóvenes contraigan la infección por el virus del VIH cada semana. Se deben ampliar los programas de derechos en materia de salud sexual y reproductiva para mujeres jóvenes, con objeto de llegar a lugares de mayor incidencia y maximizar el impacto.

Prevención del VIH

Communities at the centre muestra que la gama completa de opciones disponibles para evitar nuevas infecciones por el VIH no está logrando un impacto óptimo. Por ejemplo, en 2018, solo utilizaron la profilaxis previa a la exposición (PPrE), que son medicamentos para prevenir el VIH, alrededor de 300.000 personas, de las cuales 130.000 se encontraban en los Estados Unidos de América. En Kenya, uno de los primeros países de África Subsahariana en integrar la PPrE como un programa nacional en el sector público, alrededor de 30.000 personas tuvieron acceso a medicina preventiva en 2018.

El informe muestra que, aunque la reducción del daño es una solución evidente para las personas que se inyectan droga, el cambio ha sido lento. Las personas que se inyectan droga representaron el 41 % de las nuevas infecciones por el VIH en Europa Oriental y Asia Central, y el 27 % en Oriente Medio y África del Norte, dos regiones que carecen de programas adecuados de reducción del daño.

Sigue siendo muy difícil llegar a los hombres. La supresión vírica entre los hombres de 25 a 34 años que viven con el VIH es muy baja (menos del 40 % en algunos países con alta carga, según encuestas recientes), lo que contribuye al retraso en los avances para detener las nuevas infecciones por el VIH entre las personas con las que tienen relaciones.

El estigma y la discriminación

Se han logrado progresos contra el estigma y la discriminación relacionados con el VIH en muchos países, pero las actitudes discriminatorias hacia las personas que viven con el VIH siguen siendo extremadamente elevadas. Es urgente combatir los factores estructurales subyacentes de desigualdad y las barreras a la prevención y el tratamiento del VIH, especialmente en lo que respecta a las normas y leyes sociales perjudiciales, el estigma, la discriminación y la violencia por razón de género.

El derecho penal, la aplicación agresiva de la ley, el acoso y la violencia fomentan la marginación de los grupos de población clave del resto de la sociedad y les niegan el acceso a servicios básicos de salud y sociales. Las actitudes discriminatorias hacia las personas que viven con el VIH siguen siendo muy frecuentes en demasiados lugares. En 26 países, más de la mitad de los encuestados expresaron actitudes discriminatorias hacia las personas que viven con el VIH.

Comunidades

El informe pone de relieve el hecho de que las comunidades son fundamentales para poner fin al sida. En todos los sectores de respuesta al sida, el empoderamiento de las comunidades y la pertenencia a ellas han dado lugar a una mayor aceptación de los servicios de prevención y tratamiento del VIH, la reducción del estigma y la discriminación y la defensa de los derechos humanos. No obstante, la insuficiente financiación para las respuestas comunitarias y los entornos normativos negativos impiden que estos éxitos sean totales y generen el máximo impacto.

En KwaZulu-Natal (Sudáfrica), uno de cada cuatro adultos (con edades comprendidas entre los 15 y los 59 años) vivían con el VIH en 2016. A fin de avanzar en la respuesta a la enfermedad, Médicos sin Fronteras gestionó un enfoque comunitario para realizar pruebas del VIH que asocia a las personas con el tratamiento y las ayuda a seguirlo. En 2018, se alcanzaron los objetivos 90-90-90 en la ciudad de Eshowe, su entorno rural y Mbongolwane, anticipándose así a la fecha límite en 2020.

Otro estudio realizado en Sudáfrica y Zambia contó con la participación de cientos de proveedores de atención comunitaria relacionada con el VIH (CHIPS) durante cinco años para visitar hogares y ofrecer información sobre el VIH, pruebas del VIH y registro en la atención sanitaria. El estudio determinó que las zonas con comunidades de CHIPS registraban aproximadamente un 20 % menos de nuevas infecciones por el VIH cada año y que la proporción de personas que vivían con el VIH, conocían su estado serológico con respecto al VIH, se habían sometido a terapia antirretrovírica y habían suprimido el virus aumentó del 54 % a más del 70 %.

ONUSIDA anima a los países a cumplir con el compromiso asumido en la Declaración Política sobre el Sida de 2016 de las Naciones Unidas, de modo que la prestación de servicios liderada por la comunidad se amplíe hasta cubrir, como mínimo, el 30 % de toda la prestación de servicios en 2030. Se debe invertir adecuadamente para desarrollar la capacidad de las organizaciones de la sociedad civil, a fin de que puedan prestar servicios de prevención y tratamiento del VIH no discriminatorios, basados en los derechos humanos y centrados en las personas que viven en las comunidades más afectadas por el VIH.

En 2018, aproximadamente:

37,9 millones [32,7 millones - 44,0 millones] de personas vivieron con el VIH

23,3 millones [20,5 millones - 24,3 millones] de personas tuvieron acceso a terapia antirretrovírica

1,7 millones [1,4 millones - 2,3 millones] de personas contrajeron el VIH

770.000 [570.000 - 1,1 millones] personas murieron por enfermedades relacionadas con el sida

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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