La Junta de ONUSIDA adopta una nueva estrategia mundial contra el sida que allana el camino para acabar con el sida en 2030

25 de marzo de 2021

La nueva Estrategia mundial contra el sida 2021-2026: Acabar con las desigualdades, Acabar con el sida, es un enfoque audaz que utiliza una lente de desigualdades para cerrar las brechas que impiden el progreso para poner fin al sida

GINEBRA, 26 de marzo de 2021— La Junta Coordinadora del Programa (JCP) de ONUSIDA ha adoptado por consenso una nueva Estrategia mundial contra el sida 2021-2026 para conseguir que todos los países y todas las comunidades estén en camino de acabar con el sida como amenaza para la salud pública para 2030. La estrategia fue adoptada por la JCP durante una sesión especial, presidida por el Ministro de Salud de Namibia, celebrada los días 24 y 25 de marzo de 2021.

La Estrategia mundial contra el sida 2021-2026: Acabar con las desigualdades, Acabar con el sida, utiliza una lente de desigualdades para cerrar las brechas que impiden el progreso para acabar con el sida y establece nuevos y audaces objetivos y políticas que deben alcanzarse hasta 2025 para impulsar una nueva energía y compromiso para acabar con el sida. La Secretaría de ONUSIDA y sus 11 copatrocinadores han trabajado en la elaboración de la nueva estrategia, que ha recibido aportaciones de más de 10.000 partes interesadas de 160 países.

"Este año se cumplen 40 años desde que se registraron los primeros casos de sida y 25 años desde la creación de ONUSIDA. Nos encontramos en un momento crítico en nuestro esfuerzo histórico por acabar con el sida", ha declarado Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. "Al igual que el VIH antes, la COVID-19 ha demostrado que la desigualdad mata. La COVID-19 ha ampliado las desigualdades existentes que bloquean el progreso para acabar con el sida. Por eso estoy orgullosa de que nuestra nueva estrategia sitúe la lucha contra las desigualdades en su centro. Debemos aprovechar este momento para garantizar la igualdad sanitaria para todos con el fin de vencer la COVID-19 y acabar con el sida".

La estrategia sitúa a las personas en el centro y pretende unir a todos los países, comunidades y socios a través y más allá de la respuesta al VIH para emprender acciones prioritarias con el fin de transformar la salud y los resultados de la vida de las personas que viven con el VIH y están afectadas por él. Las tres prioridades estratégicas son (1) maximizar el acceso equitativo e igualitario a los servicios integrales de VIH centrados en las personas; (2) derribar las barreras legales y sociales para lograr resultados en materia de VIH; y (3) dotar de recursos y sostener plenamente las respuestas al VIH e integrarlas en los sistemas de salud, protección social y entornos humanitarios.

"La Organización Mundial de la Salud se complace en respaldar la estrategia mundial contra el sida para los próximos cinco años, con su ambiciosa visión para acabar con las desigualdades de género y hacer realidad los derechos humanos, incluido el derecho a la salud, haciendo un llamamiento a todos los socios y partes interesadas en la respuesta al VIH en todos los países para transformar las normas de género desiguales y acabar con el estigma y la discriminación", dijo Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud y presidente del Comité de Organizaciones Copatrocinadoras de ONUSIDA. "Para que esta estrategia se realice plenamente, la OMS seguirá apoyando a todos los países para que fortalezcan los sistemas de salud, y especialmente la atención primaria, en el camino hacia la cobertura sanitaria universal".

Si se alcanzan los objetivos y compromisos de la estrategia, el número de personas que contraen el VIH por primera vez disminuirá de 1,7 millones en 2019 a menos de 370 000 en 2025, y el número de personas que mueren por enfermedades relacionadas con el sida disminuirá de 690 000 en 2019 a menos de 250 000 en 2025. El objetivo de eliminar las nuevas infecciones por el VIH entre los niños hará que el número de nuevas infecciones por el VIH se reduzca de 150 000 en 2019 a menos de 22 000 en 2025.

"Aplaudo los esfuerzos conjuntos en la respuesta mundial al sida. En este momento crítico de los esfuerzos para acabar con el sida como amenaza sanitaria mundial hasta 2030, hago un llamamiento a todos los países para que apoyen esta estrategia con el fin de volver a encarrilar la respuesta mundial al sida", declaró Kalumbi Shangula, Ministro de Sanidad de Namibia y Presidente de la JCP.

La prevención del VIH para las poblaciones clave y prioritarias recibe una urgencia y una atención sin precedentes en la estrategia, que pide a los países que utilicen todo el potencial de las herramientas de prevención del VIH, especialmente para las adolescentes y las mujeres jóvenes del África subsahariana, las trabajadoras y los trabajadores del sexo, las personas que se inyectan drogas, los hombres homosexuales y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, las personas transgénero y las personas en entornos penitenciarios.

"La Red Mundial de Personas que Viven con el VIH (GNP+) apoya plenamente la Estrategia Mundial sobre el Sida 2021-2026. El marco de la estrategia para acabar con las desigualdades es fundamental para poner fin a la epidemia de sida y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible", dijo Alexandra Volgina, Directora de Programas de GNP+.

La estrategia se basa en los derechos humanos, la igualdad de género y la dignidad, libre de estigma y discriminación para todas las personas que viven y están afectadas por el VIH, y es el resultado de un amplio análisis de los datos sobre el VIH y de un proceso inclusivo de consulta con los países, las comunidades y los socios.

La consecución de los objetivos y metas de la nueva estrategia requerirá que las inversiones anuales en materia de VIH en los países de ingreso bajo y medio aumenten hasta alcanzar un máximo de 29.000 millones de dólares en 2025. Las necesidades totales de recursos para los países de ingreso bajo y mediano bajo se sitúan en torno a los 13.700 millones de dólares. Los recursos de los donantes son necesarios principalmente para los países de ingreso bajo y mediano bajo, mientras que, en los países de ingreso mediano alto, que representan el 53% de las inversiones necesarias, los recursos nacionales son la fuente de financiación predominante.

Para más información: Estrategia mundial contra el sida 2021-2026: Acabar con las desigualdades, Acabar con el sida

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El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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Estrategia mundial contra el sida 2021-2026

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La Junta de ONUSIDA llega a su fin con decisiones clave con respecto a las epidemias que nos están golpeando del VIH y la COVID-19

23 de diciembre de 2020

GINEBRA, 23 de diciembre de 2020— La 47.ª reunión de la Junta Coordinadora del Programa de ONUSIDA, que se ha celebrado de forma virtual, ha finalizado con la toma de una serie de decisiones importantes con relación a la respuesta al VIH, la epidemia de la COVID-19 y la transformación de ONUSIDA que ya está en marcha.

En su discurso de apertura ante la Junta Coordinadora del Programa, la Directora Ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima, dio las gracias a los Estados Unidos de América tanto por presidir la reunión como por mantener su liderazgo en la respuesta al sida. La Sra. Byanyima presentó a la Junta Coordinadora del Programa un informe sobre el estado de la epidemia del VIH. En dicho documento describió un paisaje mixto en el que se atisban progresos para unos pocos y desigualdades, estancamiento o peligro creciente de HIV para otros. En este momento en que aún no se han alcanzado los objetivos de ONUSIDA para 2020, la Sra. Byanyima advirtió de que la COVID-19 amenaza con minar aún más la respuesta al VIH, e instó al mundo a plantarle cara y frenar las debilidades, desigualdades e injusticias que continúan avivando la epidemia del VIH.

«Esta segunda pandemia de la COVID-19 torna la situación infinitamente más compleja», aseguró la Sra. Byanyima. Sin embargo, hizo hincapié en que «nuestras opciones son claras: o retomamos el camino de la respuesta al VIH abordando las desigualdades rápidamente y de frente, con el deseo y la esperanza de que el progreso que ya hemos logrado para algunos se haga extensible a todos, o nos quedamos de brazos cruzados viendo cómo cada vez más gente se queda atrás».

En su discurso especial, la secretaria general en funciones de las Naciones Unidas, Amina Mohammed, dijo que las personas que viven con el VIH, los grupos de población clave y las organizaciones lideradas por la comunidad son fundamentales para ayudar a dar forma al futuro de la respuesta al sida. También llamó a la Junta Coordinadora del Programa a priorizar la adopción de la nueva estrategia de ONUSIDA dentro de sus ambiciosos objetivos para 2025, de manera que sirva para preparar la Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas en materia de sida programada para junio de 2021.

«Para adoptar esta estrategia, necesitamos una enorme voluntad política y que todo el mundo renueve su compromiso de financiar plenamente la respuesta al sida mundial y la ingente labor de ONUSIDA. Juntos debemos hacer de esta década de acción la década que logre poner fin al sida», insistió la Sra. Mohammed.

Durante la reunión, la Sra. Byanyima agradeció a Suecia y Alemania su compromiso de donar una elevada cantidad económica con la que ambos países quieren apoyar el trabajo de ONUSIDA, y la cual refleja el constante respaldo sueco y alemán a la organización. La Junta Coordinadora del Programa concluyó con un segmento temático sobre el cáncer de útero y el VIH, y unas palabras muy especiales pronunciadas en inglés por la primera dama de Namibia, Monica Geingos.

La Junta Coordinadora del Programa decidió que, de cara a 2021, Namibia ocuparía la presidencia, con el apoyo de Tailandia como vicepresidente y los Estados Unidos de América como ponentes.

El informe para la Junta Coordinadora del Programa elaborado por la Directora Ejecutiva de ONUSIDA y las decisiones de la Junta Coordinadora del Programa están disponibles en inglés en https://www.unaids.org/en/whoweare/pcb/47.

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Report of the UNAIDS Executive Director

Thematic Segment — Cervical cancer and HIV: addressing linkages and common inequalities to save women’s lives

Se ha puesto en marcha un fondo para ayudar a los grupos de población clave durante la COVID-19

10 de diciembre de 2020

 

GINEBRA, 10 de diciembre de 2020—ONUSIDA anuncia la puesta en marcha de su Fondo de Solidaridad, que apoyará a empresarios sociales y microempresas pertenecientes a personas de grupos de población clave que se estén enfrentando a circunstancias especialmente difíciles durante la pandemia de COVID-19.

«Los grupos de población clave están entre los que han sufrido un impacto desproporcionado por parte de la COVID-19», dijo Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA. «La COVID-19 ha resaltado y exacerbado las profundas desigualdades económicas y sociales, que son cada vez mayores. Debemos actuar para apoyar y proteger a las personas más afectadas por la pandemia».

La experiencia ganada de las pandemias de COVID-19 y VIH, así como de otras enfermedades, como el ébola, ha demostrado que los grupos de población clave tienen más probabilidades de verse afectados por la inseguridad alimentaria, enfrentarse a barreras en la atención sanitaria y el acceso a medicamentos, y a perder sus medios de vida o sufrir desempleo, la falta de hogar o violencia doméstica.

El nuevo Fondo de Solidaridad, puesto en marcha hoy, el Día de los Derechos Humanos, brindará apoyo a los empresarios sociales y las pequeñas empresas propiedad de personas que viven con el VIH, mujeres o miembros de grupos de población clave, incluidos los trabajadores sexuales, las personas transgénero, las personas que consumen drogas y los hombres homosexuales y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, las personas que tan a menudo sufren violaciones de sus derechos humanos.

«El fondo ayudará a reducir las diferencias entre aquello a lo que aspiran las personas de mi comunidad y sus oportunidades. Deposita confianza y nos proporciona una oportunidad para mostrar nuestra innovación e iniciativa emprendedora sin límites», dijo Maite Schneider, cofundadora y directora ejecutiva de TransEmpregos.

En un principio se pondrá a prueba la iniciativa en cinco países (Brasil, Ghana, India, Madagascar y Uganda) con un presupuesto proporcionado por ONUSIDA de 250 000 $, pero se extenderá a más países en los próximos meses, con el objetivo de recaudar entre 3 y 5 millones de dólares más en 2021 y 2022.

ONUSIDA trabajará estrechamente con redes comunitarias, ecosistemas de innovación nacionales, el sector privado y otros asociados para crear un apoyo a medida, especialmente incluyendo el desarrollo de capacidades en el emprendimiento social y orientación para aumentar la sostenibilidad de las empresas sociales y los efectos sobre el conjunto de la comunidad, prestando especial atención a los grupos de población clave jóvenes.

Entre los asociados se encuentra la plataforma de desarrollo de empresas e inversión Social Alpha, que proporcionará orientación y apoyo a emprendedores a los beneficiarios elegidos. «Esperamos asociarnos con comunidades y ONUSIDA en el Fondo de Solidaridad y aprovechar nuestra experiencia a la hora de trabajar con empresarios sociales para superar retos sociales, económicos y medioambientales complejos», expresó Manoj Kumar, director ejecutivo y fundador de Social Alpha.

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ONUSIDA llama a todos los países a emprender una acción mundial y propone nuevos grandes desafíos en materia del VIH para el año 2025

26 de noviembre de 2020

Mientras la COVID-19 sigue obstaculizando los avances en la respuesta al sida y ha hecho que no se estén pudiendo alcanzar los objetivos para 2020, ONUSIDA insta con más fuerza que nunca a todos los dirigentes políticos, para que aprendan de las lecciones del pasado y tengan presente lo que sucede cuando no se invierte lo suficiente en salud. Asimismo, hace un llamamiento generalizado para que cada país dé un paso al frente en su acción mundial, pues solo así se logrará erradicar el sida y vencer otras pandemias.

GINEBRA, 26 de noviembre de 2020 - En su nuevo informe, Vencer a las pandemias priorizando a las personas, ONUSIDA pide a los países que inviertan mucho más en las respuestas mundiales a las pandemias y que adopten un nuevo conjunto de objetivos para el VIH audaces y ambiciosos, pero alcanzables. Si logramos hacer realidad dichos objetivos, el mundo volverá de nuevo a la senda de lo programado para poner fin al sida como amenaza para la salud pública para 2030.

La respuesta mundial al sida ya se había ralentizado antes del brote de la COVID-19. Sin embargo, la rapidísima expansión de la enfermedad del nuevo coronavirus ha supuesto aún más reveses. El modelaje del impacto a largo plazo que la pandemia tendrá en la respuesta al VIH nos muestra que las nuevas infecciones por el VIH se calcula que podrían pasar de 123 000 a 293 000 de 2020 a 2022. Asimismo, para este mismo periodo, las estimaciones apuntan a que las muertes relacionadas con el sida podrían crecer de 69 000 a 148 000.

«Estamos pagando ahora un precio altísimo por el error colectivo que hemos cometido de no invertir lo suficiente en respuestas para el VIH integrales, basadas en los derechos humanos y centradas en las personas», advierte Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. «El implementar únicamente aquellos programas que resultan más agradables desde el punto de vista político no nos ayudará, ni de lejos, a acabar con la COVID-19 ni a erradicar el sida. Para que la respuesta mundial vuelva a funcionar, es absolutamente imprescindible que pongamos a las personas en el centro y que abordemos las desigualdades que alimentan las epidemias».

Nuevos objetivos para reactivar la respuesta

Aunque algunos países del África subsahariana, como Botswana y Eswatini, lo han hecho considerablemente bien y han alcanzado, e incluso superado, los objetivos fijados para 2020, son muchos más los países que están quedando atrás. Aquellos que mejor lo han hecho han abierto el camino para todos los demás. ONUSIDA lleva un tiempo trabajando con sus socios para extraer todas las lecciones aprendidas y convertirlas en una serie de objetivos de cara a 2025 en los que las personas ocupen siempre un papel central.

Los objetivos pretenden lograr una gran cobertura tanto de los servicios de salud sexual y reproductiva, como de todos aquellos relacionados con el VIH. Además, se persigue acabar con las leyes y las políticas punitivas, y reducir el estigma y la discriminación. En todos los nuevos objetivos las personas están en el centro, sobre todo aquellas más en riesgo y marginadas, como las mujeres jóvenes y las niñas, las adolescentes, los trabajadores sexuales, las personas transgénero, los consumidores de drogas inyectables, y los gais y otros hombres que mantienen relaciones sexuales con hombres.

Los nuevos objetivos respecto a la distribución de los servicios relacionados con el VIH aspiran a lograr una cobertura del 95 % para cada subpoblación de personas que viven con el VIH y que tienen mayor riesgo de infectarse del VIH. Al adoptar un enfoque centrado en las personas y ocuparse especialmente de las zonas clave, los países lograrán estar más preparados para controlar las epidemias que los azotan.

Los objetivos para 2025 también exigen asegurar un entorno propicio para una respuesta al VIH eficaz, así como incluir otros objetivos ambiciosos y antidiscriminatorios para conseguir que menos de un 10 % de los países tenga leyes y políticas punitivas, menos de un 10 % de las personas que viven con el VIH o están afectadas por el virus sufra el estigma y la discriminación, y menos de un 10 % sea víctima de la desigualdad de género y la violencia.

Venciendo pandemias

La inversión y la acción insuficiente tanto en el VIH como en otras pandemias han dejado el mundo expuesto a la COVID-19. Si los sistemas sanitarios y las redes de la seguridad social hubieran sido más fuertes, el mundo habría estado en una mejor posición para frenar la propagación de la COVID-19 y soportar su impacto. La COVID-19 nos ha demostrado que la inversión en salud no solo salva vidas, sino que también sienta las bases de economías mucho más fuertes. La salud y los programas para el VIH deben estar plenamente financiados, tanto en tiempos de holgura económica como en momentos de crisis.

«Ningún país es capaz de derrotar solo las dos epidemias», insiste la Sra. Byanyima. «Un desafío de esta magnitud solo se puede lograr potenciando al máximo la solidaridad mundial, cultivando la responsabilidad compartida y aunando esfuerzos para movilizar una respuesta que no deje a nadie atrás. Podemos hacerlo compartiendo la carga y trabajando juntos».

Hay algunos puntos sobresalientes: se está dando más importancia que nunca al liderazgo, las infraestructuras y las lecciones aprendidas de la respuesta al VIH, para derrotar a la COVID-19. La respuesta al VIH ha ayudado a garantizar la continuidad de los servicios ante esos desafíos extraordinarios. La respuesta por parte de las comunidades contra la COVID-19 ha hecho más que evidente todo lo que podemos lograr si trabajamos juntos.

Además, el mundo debe aprender de los errores cometidos en los primeros momentos de la respuesta al VIH, cuando millones de personas de países en vías de desarrollo murieron esperando su tratamiento antirretroviral. Aun hoy, más de 12 millones de personas todavía no tienen acceso al tratamiento para el VIH, y 1,7 millones contrajeron el VIH en 2019 por no tener acceso a los servicios esenciales para el VIH.

Todo el mundo tiene derecho a la salud. Precisamente por eso ONUSIDA está liderando la defensa de una vacuna universal contra la COVID-19. Ahora que están apareciendo vacunas prometedoras contra la COVID-19, hemos de garantizar que no se conciban solo como un privilegio de los ricos. Por eso, ONUSIDA y sus socios están rogando a los laboratorios farmacéuticos que compartan su tecnología y sus conocimientos, y que renuncien a sus derechos de propiedad intelectual para que el mundo pueda fabricar vacunas exitosas a gran escala y al ritmo necesario para proteger a toda la población.

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ONUSIDA y el Fondo de Población de las Naciones Unidas publican el cuarto informe de progreso anual de la Coalición Mundial para la Prevención del VIH

23 de noviembre de 2020

GINEBRA, 23 de noviembre de 2020—El último informe de progreso de la Coalición Mundial para la Prevención del VIH muestra que, a pesar de que se apreció un descenso de nuevas infecciones por el VIH en adultos en varios países, el progreso general en los esfuerzos de prevención del VIH sigue siendo variable y es demasiado lento como para alcanzar los objetivos de 2020 establecidos en la Reunión de alto nivel para poner fin al sida de las Naciones Unidas de 2016.

«No podemos ponerle fin al sida si, año tras año, la gente sigue contrayendo el VIH», dijo Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. «Este año es fundamental para hacer balance de una década de progreso en el camino a acabar con el sida para 2030. Por desgracia, el mundo no ha logrado cumplir con los objetivos marcados para reducir drásticamente las nuevas infecciones por el VIH».

En 2016, los Estados miembros de las Naciones Unidas se comprometieron a alcanzar el objetivo de prevención del VIH a nivel mundial de menos de 500 000 nuevas infecciones en adultos en 2020, una reducción del 75 % desde 2010. A finales de 2019, la reducción había sido de solo un 23 %, con 1,7 millones de nuevas personas infectadas con el VIH el año pasado.

La Coalición Mundial para la Prevención del VIH, puesta en marcha en 2017, aspira a ofrecer un entusiasmo y una claridad renovados a los programas de prevención del VIH en 28 países prioritarios —los 28 países con el mayor número de nuevas infecciones por el VIH en todo el mundo.  Los 28 países de la coalición han identificado y fomentado enfoques e intervenciones de programas prioritarios, reavivado el compromiso político con la prevención del VIH y también guiado y apoyado la ejecución de programas.

El progreso en la reducción de nuevas infecciones por el VIH de los países de la coalición varía. En Eswatini, por ejemplo, la cifra de nuevas infecciones por el VIH descendió en un 64 % entre 2010 y 2019. Por el contrario, en Pakistán hubo un aumento del 74 %. Sin embargo, las nuevas infecciones por el VIH descendieron en 26 países de la coalición.

El informe indica que ha habido un progreso significativo en la implementación de diez acciones estratégicas establecidas en la hoja de ruta de 2020 de los objetivos mundiales de prevención del VIH. Sin embargo, una serie de países aún tiene dificultades a la hora de cambiar factores subyacentes que frenan programas de prevención del VIH efectivos, incluyendo la escasez de fondos; acciones insuficientes para abordar las barreras legales, normativas y estructurales que entorpecen los programas destinados a grupos de población claves; y vulnerables y la lenta adopción de orientaciones sobre contratación social.

«Para reducir drásticamente las nuevas infecciones por el VIH, debemos suplir las carencias y eliminar las barreras que niegan a niñas adolescentes, mujeres jóvenes y grupos de población clave el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva respetuosos y de calidad. Es hora de acabar, de una vez por todas, con cualquier forma de estigma, discriminación y marginación que se interponga en su camino», dijo Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del Fondo de Población de las Naciones Unidas.

Este año, la pandemia de COVID-19 supone un reto añadido al mantenimiento del progreso en la prevención del VIH.  Constituyen una preocupación especial las interrupciones en los servicios de prevención del VIH,  como la circuncisión médica masculina voluntaria, el acceso interrumpido a recursos de prevención —incluyendo suministros de inyección seguros—, los efectos de los confinamientos en los servicios de apoyo educativo y social, y la interacción entre las crisis económicas y el aumento de conductas de riesgo en relación con el VIH y la vulnerabilidad. Por tanto, el informe de este año empieza a documentar las adaptaciones que los países están llevando a cabo para mitigar los posibles efectos de la pandemia de COVID-19.

El informe de progreso fue presentado en una reunión virtual de los ministros de Salud de países prioritarios de la Coalición Mundial para la Prevención del VIH en la que los miembros hicieron balance del progreso hasta la fecha, con el objetivo de establecer los pasos a seguir durante los próximos cinco años en el camino a erradicar el sida para 2030.

«La prevención del VIH se situará en el centro de la nueva estrategia mundial contra el sida durante los próximos cinco años», añadió la Sra. Byanyima. «Junto al Fondo de Población de las Naciones Unidas y el resto del Programa Conjunto de ONUSIDA, apoyaremos a la Coalición Mundial para la Prevención del VIH a fin de alcanzar nuestro objetivo final de cero nuevas infecciones por el VIH».

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Hoja de ruta de prevención del VIH para 2020

HIV Prevention 2020 Road Map — Accelerating HIV prevention to reduce new infections by 75%

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Prevención del VIH

El presidente de Nigeria se une al llamamiento para pedir una vacuna universal contra la COVID-19

16 de octubre de 2020

GINEBRA, 16 de octubre de 2020—El presidente de Nigeria, Muhammadu Buhari, ha anunciado que Nigeria se unirá al llamamiento mundial urgente para pedir una vacuna contra la COVID-19 que llegue a todas las personas en todos los rincones del mundo. El presidente apoyó enérgicamente la iniciativa e hizo público un comunicado oficial a favor de la campaña.

«Puesto que ya hemos aprendido las dolorosas lecciones que nos ha enseñado una historia marcada por el acceso desigual a la hora de enfrentarnos a enfermedades como la del VIH, debemos estar bien atentos a la advertencia que nos insiste en que: “Quienes no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo”», recalcó el Sr. Buhari. «Solo una vacuna universal basada en la igualdad y la solidaridad será capaz de proteger a toda la humanidad y permitirá a nuestra sociedad recuperar su vida de forma segura. El sólido acuerdo internacional no puede seguir esperando».

Nigeria es el país más poblado de África. Es el hogar de más de 200 millones de personas y ocupa el tercer lugar entre los países con mayor número de casos de COVID-19 en África, justo por detrás de Sudáfrica y Etiopía. En marzo de 2020, el Sr. Buhari creó un grupo de trabajo presidencial para luchar contra la pandemia de la COVID-19. Precisamente fueron estos profesionales quienes, en julio del mismo año, dieron a conocer un balance intermedio en el que destacaban el ingente trabajo realizado para frenar la expansión de la COVID-19.

Sin embargo, el informe también incidía en que ni las infraestructuras sanitarias ni los niveles de los equipamientos nigerianos son lo suficientemente fuertes como para apoyar una respuesta nacional a la COVID-19 sostenida en el tiempo. Por ello, ya entonces preveían que, si la pandemia se expandía exponencialmente, Nigeria tendría problemas para proporcionar una respuesta eficaz. Todo ello no hace sino demostrar la urgente necesidad de garantizar el acceso a una vacuna para la COVID-19 en Nigeria en cuanto esta esté disponible.

«ONUSIDA y otros miembros de People’s Vaccine Alliance, la coalición para pedir una vacuna universal, están instando a un nuevo enfoque que anteponga la salud pública a todo. Para ello, es fundamental compartir el conocimiento y maximizar el suministro, con el objeto de que no quede nadie atrás», subrayó Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. «Todo lo que se aparte de esta buena voluntad únicamente nos conducirá a más muertes y a un tremendo caos económico que empujará a millones de personas al desamparo y la pobreza absolutos».

People’s Vaccine Alliance es una coalición de organizaciones y activistas unidos con el objetivo común de defender una vacuna para todos contra la COVID-19. Para apoyar las acciones emprendidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), incluyéndose aquí el Acceso Mancomunado a las Tecnologías contra la COVID-19, la alianza People’s Vaccine Alliance pide que todas las vacunas, los tratamientos y las pruebas carezcan de patentes, se fabriquen en masa, se distribuyan de forma justa y estén disponibles para todas las personas, en todos los países, de manera gratuita.

«La vacuna universal nos permitirá igualar las dinámicas de poder que perpetúan las desigualdades y alimentan las injusticias. Además, con ella lograremos que nadie quede atrás», destacó Edward Kallon, coordinador residente del sistema de las Naciones Unidas y coordinador en materia humanitaria en Nigeria. «A nadie se le debería negar una vacuna contra la COVID-19 por el lugar en el que vive o el dinero del que disponga. Las vacunas han de ser un bien público, disponible para todos los que la necesiten, con independencia de su situación».

People’s Vaccine Alliance pide a los laboratorios farmacéuticos y los Gobiernos que:

  • Eviten monopolizar la fabricación de vacunas haciendo que la financiación pública para la investigación y el desarrollo esté condicionada al hecho de que las instituciones y los laboratorios farmacéuticos compartan toda la información, los datos, el material biológico, los conocimientos y los derechos de propiedad intelectual. El Acceso Mancomunado a las Tecnologías contra la COVID-19 de la OMS proporciona mecanismos para hacer realidad esa puesta en común de conocimientos y avances.
  • Eviten monopolizar el suministro de vacunas permitiendo que haya el mayor número de fabricantes posible, incluyéndose aquí los países en vías de desarrollo, que se encarguen de la producción de vacunas.
  • Lleven a cabo un reparto justo de la vacuna, en el que en todos los países se dé prioridad a los sanitarios y a los grupos de riesgo. Los programas de vacunación deberían incluir a los grupos marginados, incluyéndose aquí refugiados, presos y otras personas que vivan en suburbios o en condiciones de hacinamiento. El reparto entre los países y dentro de ellos debería basarse en la necesidad, y nunca en la capacidad económica.
  • Proporcionen una vacuna gratuita en el punto de uso.
  • Garanticen la plena participación de los Gobiernos de los países en desarrollo así como de la sociedad civil en los foros dedicados a la toma de decisiones respecto de las vacunas (y de otras tecnologías para la COVID-19) y aseguren la transparencia y la responsabilidad de todas las decisiones.

Hasta la fecha, la vacuna universal ha sido apoyada por más de 140 líderes y defensores de todo el mundo, entre ellos el presidente de Sudáfrica y el presidente de la Comisión de la Unión Africana, los presidentes de Ghana y Senegal, el primer ministro de Pakistán, el director de los Centros africanos para la prevención y el control de enfermedades, y el relator sobre el derecho de todas las personas a disfrutar del mayor estándar posible de salud física y mental.

 

People’s Vaccine Alliance

People’s Vaccine Alliance es una coalición de organizaciones y activistas unidos con el objetivo común de defender una vacuna para todos contra la COVID-19 que se consiga gracias a los conocimiento compartidos y que esté disponible gratuitamente para todos y en todo el mundo. Un bien común mundial. La alianza está coordinada por Oxfam y ONUSIDA, y entre sus miembros están: Free the Vaccine, Frontline AIDS, Global Justice Now, International Treatment Preparedness Coalition, Just Treatment, Nizami Ganjavi International Center, Open Society Foundations, STOPAIDS, SumOfUs, Wemos y el Yunus Centre.

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COVID-19 y VIH

ONUSIDA elabora una serie de orientaciones para reducir el estigma y la discriminación durante las respuestas a la COVID-19

08 de octubre de 2020

GINEBRA, 8 de octubre de 2020— Gracias al gran bagaje que le han dado sus 40 años de respuesta al sida, ONUSIDA publica una nueva guía para reducir el estigma y la discriminación en el contexto de la COVID-19. Sus orientaciones parten de las últimas pruebas de lo que verdaderamente funciona para reducir el estigma y la discriminación relacionados con el sida, y se puede aplicar a la COVID-19.

Desde que comenzara la pandemia de la COVID-19, se han denunciado diversas manifestaciones del estigma y la discriminación, incluyéndose entre ellas la xenofobia contra las personas a las que se culpa de traer la COVID-19 a los países. Asimismo, se han registrado agresiones contra los sanitarios y los supervivientes de la COVID-19 han sido en ocasiones víctimas de violencia tanto física como verbal. Igualmente, se han producido aún más ataques contra los grupos de población que ya estaban sometidos al estigma y la discriminación, entre los que se encuentran las personas que viven con el VIH, los miembros de minorías sexuales y de género, los trabajadores sexuales y los migrantes.

«Junto con el miedo y la incertidumbre que surgieron durante la pandemia, enseguida aparecieron el estigma y la discriminación», señala Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. «El estigma y la discriminación son contraproducentes. Exponen a las personas a la violencia, al abuso y al aislamiento; les impiden acceder a los servicios sanitarios y hacen que las medidas de salud públicas resulten ineficientes para controlar la epidemia».

El documento Abordar el estigma y la discriminación en la respuesta a la COVID-19, ofrece a los países unas directrices para actuar respetando los derechos humanos, lo que se hace visible a través de la educación, el apoyo, las derivaciones a centros sanitarios y otras intervenciones. Mediante sus directrices, ONUSIDA busca ofrecer soluciones en seis áreas específicas: la comunidad, el lugar de trabajo, la educación, la atención sanitaria, la justicia y los entornos de emergencia/humanitarios.

Al igual que ya sucedió con la epidemia del VIH, el estigma y la discriminación minan considerablemente las respuestas a la COVID-19. Las personas que ya tienen interiorizado el estigma o que anticipan dichas actitudes estigmatizantes son más dadas a evitar los servicios relacionados con la atención sanitaria. Se muestran más reacias a someterse a las pruebas y admitir los síntomas, y tratan de desvincularse de la pandemia por todos los medios. 

«Sabemos perfectamente lo que funciona y lo que no; somos conscientes de lo que debemos hacer para cambiar las creencias y los comportamientos. Durante los últimos 30 años nos hemos ocupado de liderar con gran éxito la respuesta al VIH, hemos logrado una experiencia ingente y muy valiosa. A lo largo del camino que hemos emprendido hemos recabado un gran conocimiento y cosechado una enorme sabiduría», admite Alexandra Volgina, coordinadora de programas de la Alianza mundial para eliminar todas las formas de estigma y discriminación relacionadas con el VIH. «Queremos compartir todo ello para mejorar las vidas de las personas, para contribuir como mejor sabemos a superar la pandemia de la COVID-19».

Algunos países han recurrido a un derecho penal ya existente, y en otros casos han elaborado leyes específicas para la COVID-19, con el objeto de criminalizar la presunta exposición o transmisión de la COVID-19, y por ello han metido a más personas en cárceles, centros de detención u otras instalaciones de internamiento donde la enfermedad del nuevo coronavirus se transmite muy fácilmente.

«No hay mayor manifestación del estigma que cuando lo vemos encerrado en la propia ley. El empleo de las leyes penales y de otras medidas represivas injustificadas y desproporcionadas con relación a la COVID-19 está teniendo un impacto devastador sobre los más vulnerables de la sociedad, incluyéndose aquí muchas personas que viven con el VIH, ya que no se está sino exacerbando las desigualdades y perpetuando el estigma», insiste Edwin J. Bernard, director ejecutivo de HIV Justice Network. «Las medidas que respetan los derechos humanos y capacitan a las comunidades serán siempre infinitamente más eficaces que los castigos y encarcelamientos. Solo deseamos que estas recomendaciones basadas en pruebas para reducir el estigma y la discriminación relacionadas con la COVID logren ayudar realmente a quienes más lo necesitan».

Los informes de los que se dispone de los primeros días de la COVID-19 se hacen eco de la discriminación relacionada con el género y de la violencia de género, así como del acoso al que estuvieron sometidos los grupos de población clave, incluyéndose aquí los trabajadores sexuales. Igualmente en ellos se recogen los arrestos y las palizas sufridos por las personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersexuales. En abril de 2020, tras un gran número de denuncias por violencia y debido al enorme estigma y la gran discriminación derivados de la aplicación de medidas para controlar la COVID-19, ONUSIDA comenzó a identificar las acciones necesarias para responder, y en agosto publicó un informe titulado Derechos en pandemia, en el cual se recogen muchas de las violaciones de los derechos humanos que se produjeron en las primeras fases de la respuesta a la COVID-19.

La nueva guía, titulada Abordar el estigma y la discriminación en la respuesta a la COVID-19 - Aplicando los datos empíricos de lo que funciona sobre el estigma y la discriminación relacionado con el VIH en seis entornos a la respuesta de la COVID-19 forma parte de los esfuerzos de ONUSIDA y la Alianza mundial para eliminar todas las formas de estigma y discriminación relacionadas con el VIH  para acelerar el progreso respecto al objetivo de la cero discriminación. Todo ello en línea con los compromisos políticos que los Estados miembros de las Naciones Unidas firmaron en la Declaración política de 2016 para acabar con el sida y lo recogido en el Objetivo 3 de desarrollo sostenible, de acuerdo con el cual se persigue acabar con el sida como amenaza de salud pública para el año 2030.

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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COVID-19 y VIH

Derechos en pandemia — Cuarentenas, derechos y aprendizajes del VIH en la respuesta temprana a la COVID-19

Alianza mundial de acciones para eliminar todas las formas de estigma y discriminación relacionadas con el VIH

Un nuevo Laboratorio de políticas para el VIH recurre a los datos referentes a leyes y políticas en la respuesta al VIH

29 de septiembre de 2020

WASHINGTON, D.C./GINEBRA, 29 de septiembre de 2020—Pese a las décadas de avances científicos en la respuesta al VIH, el progreso en el mundo sigue siendo desigual. Mientras que algunos países están reduciendo rápidamente las muertes relacionadas con el sida y las nuevas infecciones por el VIH, otros están siendo testigos del crecimiento acelerado de la epidemia. Las leyes y políticas que se están aprobando son, en parte, responsables de tal divergencia. 

Lanzado hoy mismo, el Laboratorio de políticas para el VIH consiste en una iniciativa única para agrupar y supervisar las leyes y políticas relacionadas con el VIH vigentes en todo el mundo. 

«Las leyes y políticas son cuestiones de vida o muerte cuando hablamos del VIH. Pueden bien garantizarnos el acceso a lo mejor que la ciencia puede ofrecernos y ayudar a las personas a hacer realidad sus derechos y vivir dignamente, bien convertirse en grandes obstáculos que impiden el bienestar de las personas. Al igual que con el resto de cuestiones importantes, en materia de sida debemos ser críticos con las políticas que nos rodean y aunar esfuerzos para transformarlas y convertirlas en un aspecto clave de la respuesta al sida», señala Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA.

El Laboratorio de políticas para el VIH es una herramienta que permite la comparación y la visualización de datos, y que facilita el seguimiento de las distintas políticas nacionales respecto a los 33 indicadores diferentes en 194 países de todo el mundo, lo que nos da una visión general de las políticas existentes. El objetivo es mejorar la transparencia, la capacidad para comprender y utilizar la información más fácilmente, y la habilidad para comparar países, con el fin de apoyar, por un lado, a los Gobiernos a la hora de aprender de sus vecinos y de la sociedad civil, todo ello para incrementar la responsabilidad, y, por otro, a los investigadores, para que puedan así estudiar el impacto que las leyes y las políticas ejercen sobre la pandemia del VIH. 

Según Matthew Kavanagh, director de Políticas Sanitarias Mundiales e Iniciativas Políticas en el Instituto O’Neill de la Universidad de Georgetown, «las políticas que se adoptan reflejan cómo los Gobiernos hacen avanzar la ciencia. Si queremos mejorar el modo en que las políticas se utilizan para mejorar los resultados en lo referente a la salud, es fundamental supervisar y evaluar las distintas políticas existentes».

«El reducir el estigma y el facilitar el acceso a los cuidados es fundamental para mejorar la existencia de las personas que viven con el VIH, y ambas cosas son consecuencia directa de las elecciones en cuanto a políticas que se hagan. El poder seguir dichas elecciones se torna una herramienta clave para mejorarlas y para garantizar la justicia y la igualdad para todas las personas que viven con el VIH», apunta Rico Gustav, director ejecutivo de la Red mundial de personas que viven con el VIH.

El Laboratorio de políticas para el VIH recaba información extraída de los Compromisos nacionales y el instrumento de políticas, de diversos documentos legales, de informes de los Gobiernos y de análisis independientes, para crear conjuntos de datos que se puedan comparar entre los distintos países y de acuerdo con diferentes temas. El propósito del Laboratorio de políticas para el VIH es ayudar a identificar y abordar las brechas existentes entre las pruebas y las políticas, y ayudar a construir una sólida responsabilidad para lograr una respuesta basada en políticas para el VIH que resulte más inclusiva y eficaz, y que parta de los derechos humanos y la ciencia.

El Laboratorio de políticas para el VIH nace de la colaboración entre la Universidad de Georgetown y el Instituto O’Neill para trabajar sobre las leyes nacionales y mundiales en materia sanitaria, ONUSIDA, la Red mundial de personas que viven con el VIH y Talus Analytics.

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Laboratorio de políticas para el VIH

A medida que las muertes por la pandemia superan el millón, supervivientes de la COVID-19 de 37 países se dirigen a los responsables farmacéuticos para solicitarles una vacuna accesible para todo el mundo

29 de septiembre de 2020

GINEBRA, 29 de septiembre de 2020—Los nombres de supervivientes de la COVID-19 procedentes de 37 países se encuentran entre los de las casi 1000 personas que han firmado una carta abierta a los líderes de la industria farmacéutica para instarles a hacer realidad el disponer de vacunas y tratamientos al alcance de todos, es decir, sin patentes. Dicha carta se hace pública precisamente la víspera del evento paralelo de alto nivel dedicado a la pandemia que tendrá lugar mañana (30 de septiembre) durante la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York.

Entre los signatarios se incluyen 242 supervivientes de la COVID-19 procedentes desde Sudáfrica hasta Finlandia, pasando por Nueva Zelanda y Brasil. También constan las firmas de 190 personas de 46 países diferentes que han tenido que decir adiós a sus seres queridos por culpa del virus, y las de 572 firmantes que, dadas sus patologías previas, son considerados de alto riesgo en caso de contraer la COVID-19.

La carta reza así: «A algunos de nosotros este virus asesino nos ha arrebatado a quienes más queríamos. Otros nos hemos visto a las mismísimas puertas de la muerte. Y muchos seguimos viviendo con el temor a contraer una enfermedad que sabemos que será letal para nosotros. No llegamos a comprender por qué sus monopolios o sus beneficios son tan importantes como para que haya gente que siga pasando por esto».

En el texto se indica que los laboratorios farmacéuticos están «trabajando en búsqueda de sus propios beneficios, manteniendo la línea de siempre, que consiste en defender sus monopolios y negarse a compartir tanto los resultados de sus investigaciones como lo aprendido en el camino». Por ello, a lo largo de todo el escrito se insta a los líderes de la industria a «garantizar que las vacunas y los tratamientos para la COVID-19 lleguen a todo el mundo, para lo que es necesario evitar monopolios, incrementar la producción y compartir conocimientos».

Los monopolios farmacéuticos no harán sino restringir la fabricación de vacunas y tratamientos farmacéuticos a un pequeño número de fabricantes, lo que impedirá la producción en masa que se requiere para satisfacer la demanda mundial. En la carta se solicita que las empresas cedan de inmediato las tecnologías para trabajar en la vacuna y los derechos de propiedad intelectual al Acceso Mancomunado a Tecnología contra la COVID-19 de la OMS (C-TAP).

Una de las signatarias, Dilafruz Gafurova, de 43 años, procedente de Tayikistán, señaló: «Mi marido y yo contrajimos la enfermedad. Solo nos teníamos el uno al otro, los hospitales estaban saturados... y resultaba complejísimo acceder a los medicamentos adecuados para ganarle la batalla al virus. Soy madre de cuatro hijos... Me asustaba dejarlos solos en este mundo si a mí me pasaba algo... Por eso firmo esta carta: quiero ayudar a otros a conseguir una vacuna. No todas las personas pueden tener acceso a la vacuna, sencillamente porque no todo el mundo puede permitírselo. Muchos apenas [llegan a tener] lo básico que necesitan para el día a día».

La redacción de la carta fue coordinada por la alianza People’s Vaccine Alliance, una coalición mundial de organizaciones y activistas unidos con el objetivo común de defender una vacuna para todos contra la COVID-19 que se consiga gracias a un conocimiento compartido y que esté disponible gratuitamente para todos y en todo el mundo.

Mañana en la Asamblea General de las Naciones Unidas, Bill Gates y el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, estarán entre los rostros conocidos de alto nivel que debatirán en torno al acceso a la vacuna. Hasta ahora las naciones ricas han fracasado a la hora de presionar a las industrias farmacéuticas para que compartan sus tecnologías con el fin de maximizar el suministro mundial de vacunas y tratamientos triunfantes.

Heidi Chow, de Global Justice Now, miembro de la People’s Vaccine Alliance, insistió: «Los laboratorios farmacéuticos han de prestar atención a las demandas de las personas de todo el mundo que han experimentado el miedo y la devastación que trae consigo la COVID-19. La industria no puede hacer oídos sordos ante las voces de todas estas personas. Por el contrario, debería responder a sus peticiones poniendo fin a los monopolios y comprometiéndose a compartir el dominio respecto a la producción de la vacuna. Todas estas acciones se consideran fundamentales para expandir los suministros de las vacunas, de manera que todos los países puedan permitirse el acceso a vacunas eficaces».

Por su parte, Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA, destacó: «Con el sida ya tuvimos ocasión de ver que, cuando se descubren tratamientos, las personas ricas de los países ricos recuperan su salud, mientras que millones de personas de países en desarrollo caen en el olvido y se ven abocadas a la muerte. No podemos permitirnos caer en el mismo error cuando hallemos una vacuna para la COVID-19. El derecho a la salud es un derecho humano y, como tal, el recibir una vacuna que nos proteja de las garras de este virus mortal no debería depender ni del dinero que llevemos en el bolsillo ni del color de nuestra piel. Una vacuna debería ser siempre un bien público global y, como tal, tendría que ser gratuito para todos».

La alianza también pide a los Gobiernos que la financiación pública dedicada a la investigación y al desarrollo de pruebas diagnósticas, vacunas y tratamientos para la COVID-19 se conceda a las empresas farmacéuticas siempre que estas se comprometan a compartir realmente sus conocimientos y su tecnología, así como a trabajar sin patentes. Una vez que la vacuna esté disponible, la Alianza ruega que las dosis se repartan de manera justa y que se dé prioridad a los trabajadores sanitarios y los grupos de población en riesgo de todo el mundo.

Notas para los editores:

Aquí se puede leer el texto completo de la carta: https://www.globaljustice.org.uk/sites/default/files/files/resources/pv_alliance_open_letter_final.pdf (en inglés)

Este evento paralelo de alto nivel, denominado Acelerando el final de la pandemia de la COVID-19: adoptando nuevas soluciones para trabajar a mayor escala y lograr resultados accesibles para todos, con el fin de salvar vidas, proteger los sistemas sanitarios y reactivar la economía mundial, se celebrará el día 30 de septiembre en la 75.ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York. Entre los participantes están el Secretario General de las Naciones Unidas, el director general de la OMS, los líderes de una amplia variedad de países, entre ellos Reino Unido y Sudáfrica, y la Directora Ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima.  

Esta carta abierta ha sido firmada por un total de 941 personas. Entre ellas están 242 supervivientes de la COVID-19 de 37 países: Alemania, Australia, Azerbaiyán, Bangladesh, Bélgica, Brasil, Burundi, Canadá, Dinamarca, Eslovenia, España, Estados Unidos, Filipinas, Finlandia, Francia, India, Irlanda, Italia, Japón, Kenya, Líbano, Marruecos, Nicaragua, Nueva Zelanda, Países Bajos, Pakistán, Polonia, Portugal, República de Macedonia del Norte, Reino Unido, Rusia,

Senegal, Sudáfrica, Suecia, Tayikistán, Uganda y Zambia. Algunas personas se encuadran en más de una categoría. Previa petición, se puede facilitar un listado con todos los signatarios. La carta ha sido enviada a todas las empresas farmacéuticas que están tras las 11 vacunas candidatas que actualmente están en la fase 3 de los ensayos.

People’s Vaccine Alliance es una coalición de organizaciones y activistas unidos con el objetivo común de defender una vacuna para todos contra la COVID-19 que se consiga gracias a los conocimiento compartidos y que esté disponible gratuitamente para todos y en todo el mundo. Un bien común mundial. Coordinada por Oxfam  y ONUSIDA, entre los miembros de la alianza están Frontline AIDS, Global Justice Now, Nizami Ganjavi International Center, STOPAIDS, Wemos y el Yunus Centre. Más de 140 líderes, antiguos líderes y economistas han aunado sus fuerzas para instar a los Gobiernos a trabajar unidos para una vacuna contra la COVID-19 para todo el mundo.

A principios de mes, un análisis de Oxfam reveló que un pequeño grupo de naciones ricas que representa solo el 13 % de la población mundial ya ha adquirido más de la mitad (51 %) de las futuras dosis de las principales candidatas a convertirse en vacuna contra la COVID-19. https://oxfamapps.org/media/press_release/small-group-of-rich-nations-have-bought-up-more-than-half-the-future-supply-of-leading-covid-19-vaccine-contenders/ (en inglés)

 

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Pandemia de COVID-19: se insta a los países a tomar medidas más enérgicas para detener la difusión de información perjudicial

23 de septiembre de 2020

NUEVA YORK, 23 de septiembre 2020—La Organización Mundial de la Salud (OMS), junto con las Naciones Unidas, los organismos especializados y los asociados, pidió hoy a los países que elaboren y apliquen planes de acción para promover la difusión oportuna de información de base científica y evitar la difusión de información falsa, respetando al mismo tiempo la libertad de expresión.

La OMS, las Naciones Unidas, el UNICEF, el ONUSIDA, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la UNESCO, la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), la iniciativa Pulso Mundial de las Naciones Unidas y la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR), junto con los Gobiernos de Indonesia, Tailandia y el Uruguay, celebraron un seminario en la web en paralelo al septuagésimo quinto período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas para llamar la atención sobre el daño que está causando la difusión de información errónea y desinformación, siendo esta última una información intencionadamente errónea al servicio de ciertos fines.

«Tan pronto como el virus se extendió por todo el mundo, los mensajes inexactos e incluso peligrosos proliferaron salvajemente en las redes sociales, lo que provocó que la gente estuviera confundida, engañada y mal aconsejada,» dijo el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres. «Gracias a nuestra iniciativa "Verified" (Verificado), estamos luchando contra la información errónea con la verdad. Trabajamos con asociados de los medios de comunicación, diversas personalidades, personas influyentes y plataformas de redes sociales para difundir contenidos que promuevan la ciencia, ofrezcan soluciones e inspiren solidaridad. Esto será especialmente esencial a la hora de promover la confianza del público en la seguridad y eficacia de las futuras vacunas contra la COVID-19. Necesitamos una "vacuna del pueblo" que sea asequible y esté disponible para todos.»

«La información errónea y la desinformación ponen en peligro la salud y las vidas y socavan la confianza en la ciencia, las instituciones y los sistemas de salud,» dijo el Director General de la OMS, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus. «Para luchar contra la pandemia necesitamos confianza y solidaridad, y cuando hay desconfianza, hay mucha menos solidaridad. La información falsa está obstaculizando la respuesta a la pandemia, por lo que debemos unir fuerzas para combatirla y promover el asesoramiento sobre salud pública basado en la ciencia. Los mismos principios que se aplican a la respuesta a la COVID-19 se aplican al manejo de la infodemia. Necesitamos prevenirla, detectarla y responder a ella, juntos y de manera solidaria.»

«Además del impacto inmediato en las respuestas a la pandemia, la desinformación está socavando la confianza de la población en los procesos e instituciones democráticos y exacerbando las divisiones sociales,» dijo el Administrador del PNUD, Achim Steiner. «Es uno de los desafíos de gobernanza más preocupantes de nuestro tiempo. El PNUD está colaborando activamente con los Estados Miembros, con los demás organismos de las Naciones Unidas y con otros asociados para encontrar respuestas integrales que respeten los derechos humanos.» 

«La información errónea es uno de los problemas de más rápido crecimiento con que se ven confrontados los niños actualmente,» dijo Henrietta Fore, Directora Ejecutiva del UNICEF. «Aprovecha las grietas abiertas en la confianza en las sociedades e instituciones y las ahonda aún más, socava la confianza en la ciencia y la medicina y divide a las comunidades. En sus formas más perniciosas, como cuando convence a los padres de que no vacunen a sus hijos, puede incluso ser letal. Dado que la desinformación es más un síntoma que una enfermedad, para contrarrestarla se requiere algo más que proporcionar la verdad. También requiere confianza entre los líderes, las comunidades y las personas.»

«Solo podremos vencer a la COVID-19 con hechos, ciencia y solidaridad comunitaria,» dijo Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva del ONUSIDA. «La información errónea está perpetuando la estigmatización y la discriminación y no debe obstaculizar la protección de los derechos humanos y el acceso de las personas en situación de riesgo y de los marginados a los servicios de salud y protección social.»  

«Desde el comienzo de la pandemia, la UNESCO ha movilizado sus redes internacionales de asociados de los medios de comunicación, periodistas, verificadores de hechos, emisoras de radio comunitarias y expertos para dar a los ciudadanos los medios con los que luchar contra la información falsa y los rumores, fenómenos que se han visto exacerbados por la pandemia,» dijo Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO. «La movilización colectiva para promover una información de calidad y fiable, garantizando al mismo tiempo el estricto respeto de la libertad de expresión, es esencial. Una prensa libre, independiente y pluralista es más necesaria que nunca.»

«La confianza es una piedra angular de nuestro mundo digital,» dijo Houlin Zhao, Secretario General de la Unión Internacional de Telecomunicaciones. «Basándose en la iniciativa BeHe@lthy BeMobile puesta en marcha hace tiempo por la OMS y la UIT, la UIT ha estado trabajando con los ministerios nacionales de telecomunicaciones y de salud y con los operadores de redes móviles desde el comienzo de esta crisis para enviar mensajes de texto a las personas que tal vez no tengan acceso a internet, proporcionándoles consejos de salud en relación con la COVID-19 basados en elementos científicos y datos probatorios directamente a través de sus teléfonos móviles.»

La OMS y sus asociados instaron a los países a que colaboraran con las comunidades y las escucharan a la hora de elaborar sus planes de acción nacionales y a que las empoderaran para fomentar la confianza y la resiliencia frente a la información falsa.

«Escuchar a las comunidades sobre la forma en que perciben la enfermedad y la respuesta es fundamental para crear confianza y poner fin a los brotes,» dijo Jagan Chapagain, Secretario General de la FICR. «Si nuestra respuesta no refleja las preocupaciones y percepciones de las comunidades, las poblaciones afectadas no nos considerarán útiles o dignos de confianza, y la respuesta a la epidemia corre el riesgo de fracasar. Más que nunca, los respondedores locales están a la vanguardia de esta crisis. Debemos reconocer el increíble papel que desempeñan comprendiendo los conocimientos adquiridos a nivel local y actuando en consecuencia.» 

Los coorganizadores también pidieron a los medios de comunicación, las plataformas de redes sociales, los líderes de la sociedad civil y las personas influyentes que reforzaran sus acciones para difundir información precisa y evitar la difusión de información errónea y desinformación. El acceso a información precisa y el libre intercambio de ideas en línea y fuera de línea son fundamentales para posibilitar respuestas de salud pública eficaces y creíbles.

«La iniciativa Pulso Mundial de las Naciones Unidas se creó hace una década dentro del sistema de las Naciones Unidas para innovar en el uso de informaciones predictivas en tiempo real para proteger a las comunidades vulnerables en tiempos de crisis,» dijo Robert Kirkpatrick, Director de Pulso Mundial de las Naciones Unidas, que es una iniciativa del Secretario General de las Naciones Unidas sobre macrodatos e inteligencia artificial (IA). «Durante esta pandemia hemos visto un enorme aumento de las solicitudes de análisis avanzados procedentes de todo el sistema de las Naciones Unidas y de los Estados Miembros. Seguiremos trabajando con la OMS y otros asociados para ayudar a identificar y contrarrestar la información errónea y la desinformación.»

Nota para los redactores

La OMS define una infodemia como una sobreabundancia de información, tanto en línea como fuera de línea. Incluye información precisa, así como información errónea y falsa.

En mayo de 2020, los Estados Miembros de la OMS aprobaron la resolución WHA73.1 sobre la respuesta a COVID-19 en la Asamblea Mundial de la Salud. En la resolución se reconoce que la gestión de la infodemia es una parte fundamental de la lucha contra la pandemia de COVID-19, y se pide a los Estados Miembros que proporcionen contenidos fiables sobre la COVID-19, adopten medidas para contrarrestar la información errónea y la desinformación y aprovechen las tecnologías digitales en el conjunto de la respuesta. En la resolución también se pide a las organizaciones internacionales que aborden la información errónea y la desinformación en la esfera digital, que trabajen para prevenir las actividades cibernéticas dañinas que socavan la respuesta sanitaria y que apoyen la facilitación de datos de base científica a la población.

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