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Mensaje del Día de los Derechos Humanos 2015
09 Diciembre 2015 09 Diciembre 201510 de diciembre de 2015
El movimiento de respuesta al sida, liderado por personas que viven con el VIH y afectadas por él, continúa inspirando al mundo y ofreciendo un modelo de enfoque de la salud mundial y la transformación social centrado en las personas y basado en los derechos. Y sin embargo, hoy en día, en medio de un torbellino de preocupaciones mundiales complejas y contrapuestas, nos enfrentamos a un nuevo y serio obstáculo: el peso opresor de la complacencia. Esto sucede en un momento en que sabemos que, si nos centramos en las personas y los lugares más afectados por el VIH, el mundo puede poner fin a la epidemia de sida como una amenaza a la salud pública.
No obstante, este momento es efímero. Disponemos de una frágil oportunidad para avanzar. Es necesario redoblar los esfuerzos en los lugares y entre las poblaciones con mayor riesgo de sufrir VIH, incluidas las mujeres, los jóvenes, la población reclusa, los trabajadores sexuales, los gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, las personas transgénero y las que se inyectan drogas.
Las leyes, las políticas y las prácticas socavan demasiado a menudo el acceso equitativo a servicios relacionados con el VIH que podrían cambiar la vida de las personas más afectadas por el virus. Las leyes punitivas que impiden dar respuestas efectivas al VIH siguen siendo generalizadas. Unos 75 países penalizan las relaciones homosexuales consensuadas, y la gran mayoría de los países y territorios tipifican como delito el consumo de drogas y el trabajo sexual.
Erradicar el sida en 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible implica derribar los prejuicios, la exclusión, la criminalización y la discriminación. Para ello es necesario progresar en toda la escala de los derechos: civiles, culturales, económicos, políticos, sociales, sexuales y reproductivos.
ONUSIDA ha lanzado un audaz llamamiento a la acción para no relegar a nadie, mediante la nueva estrategia ONUSIDA 2016-2021. Es una llamada a defender los derechos de todas las personas. A través del ejercicio efectivo de sus derechos, las personas rezagadas avanzarán hasta encabezar el camino hacia el fin a la epidemia de sida, informadas y empoderadas, movilizadas y comprometidas.
En el Día Internacional de los Derechos Humanos 2015, unámonos para que todas las personas, tanto las que viven con el VIH como las que no, puedan vivir una vida plena, desde su nacimiento hasta la edad adulta y la vejez, sin ser discriminadas y con dignidad e igualdad.
Michel Sidibé
Director Ejecutivo del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA)
Secretario General Adjunto de las Naciones Unidas

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ONUSIDA pide a los países que los esfuerzos para poner fin a la epidemia de sida para 2030 se concentren en la salud y los derechos de las mujeres y las niñas
25 Noviembre 2015 25 Noviembre 2015GINEBRA, 25 de noviembre de 2015—En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, ONUSIDA insta a los países a prestar especial atención a las mujeres y las niñas a la hora de preparar su respuesta para poner fin a la epidemia de sida para 2030.
El sida es la principal causa de muerte en mujeres en edad fértil (entre 15 y 49 años), y el VIH afecta a numerosas jóvenes y niñas adolescentes. Cada año, cerca de 380.000 jóvenes y niñas adolescentes contraen la infección por el VIH. Concretamente, en África subsahariana, una de cada cuatro nuevas infecciones se da en jóvenes con edades comprendidas entre 15 y 24 años.
"Se están registrando cada vez más muertes relacionadas con el sida entre las adolescentes, y están aumentando los casos de violencia contra las jóvenes", declaró el director ejecutivo de ONUSIDA Michel Sidibé. "Queremos hacer frente al origen del problema: la desigualdad de género, que puede dar lugar no solo a casos de violencia, sino también a falta de autoestima, una mayor vulnerabilidad y más dificultades para las jóvenes y las niñas a la hora de tomar decisiones informadas acerca de su salud y de su bienestar".
En algunas regiones, las mujeres que han sido víctimas de agresiones físicas o sexuales por parte de sus parejas tienen un 50% más de probabilidades de contraer la infección por el VIH con respecto a las mujeres que no han sufrido dichos abusos. Si bien los casos de violencia que sufren las mujeres que viven con el VIH son similares a las de las otras mujeres en general, vivir con el VIH expone a las mujeres y las niñas a otras formas de violencia debido a su estado serológico, como tener que someterse a una esterilización forzada o bajo coacción.
El alto grado de vulnerabilidad al VIH al que están expuestas las mujeres y las niñas está intrínsecamente ligado a las desigualdades de tipo sociocultural, económico y político. Acabar con la epidemia de sida dependerá de la aplicación de un programa de justicia social que abogue por la igualdad, sin violencia, en materia de educación, empleo, representación política, y acceso a la justicia y a la salud.
Ahora que comienza la campaña 16 Días de activismo contra la violencia de género, que este año se celebra bajo el lema "De la paz en el hogar a la paz en el mundo: aseguremos la educación de todos y todas", ONUSIDA desea instar a todos los países a que hagan de la participación y el empoderamiento de las mujeres su prioridad, a fin de conseguir que las mujeres y las niñas puedan vivir en un mundo sin desigualdades ni violencia.
Los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible, así como la Estrategia 2016-2021 de ONUSIDA, reflejan un compromiso colectivo y mundial para lograr la igualdad de género, eliminar la violencia de género y progresar en materia de derechos de las mujeres y las niñas, entre los que se incluyen su empoderamiento y los derechos en cuanto a salud sexual y reproductiva. Se trata de un plan de acción atrevido, pero que marcará la diferencia. Las metas y los objetivos fijados abogan por una verdadera colaboración entre sectores y diversas generaciones, a fin de ampliar los esfuerzos para garantizar la seguridad y el empoderamiento de las jóvenes y las niñas en todo el mundo.
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El director ejecutivo de ONUSIDA inaugura la Aldea Comunitaria en ICASA e insta a los países a no dejar a nadie atrás en la respuesta al VIH
30 Noviembre 2015 30 Noviembre 2015Alcanzar los objetivos de cero discriminación y la plena participación de grupos de población clave será fundamental para terminar con la epidemia de sida de aquí al año 2030
HARARE/GINEBRA, 30 de noviembre de 2015—En vísperas del Día Mundial del Sida 2015, el director ejecutivo de ONUSIDA, Michel Sidibé, resaltó en su mensaje de inauguración de la Aldea Comunitaria en la 18ª Conferencia Internacional sobre el Sida y las ETS en África (ICASA) la necesidad de llegar a las personas más afectadas por el VIH.
El Sr. Sidibé unió su voz a la de centenares de miembros de la sociedad civil, personas que viven con el VIH o se ven afectadas por el VIH y otros participantes en la inauguración oficial de la Aldea Comunitaria, donde también subrayó la importancia de implicar a grupos de población clave en respuestas al VIH mundiales, nacionales y locales.
“Los grupos de población clave nos ayudan a romper la conspiración del silencio”, afirmó el Sr. Sidibé. “Aplaudo vuestro coraje y liderazgo a la hora de generar una respuesta inclusiva y efectiva al VIH”.
La Aldea Comunitaria ofrece un espacio a las organizaciones de base y comunitarias donde presentar respuestas innovadoras y locales a la epidemia de sida y compartir información sobre los programas que mejor funcionan entre sus comunidades.
“Estar aquí hoy es una oportunidad de mostrar nuestra solidaridad con los grupos de población clave africanos —profesionales del sexo, hombres que tienen sexo con hombres, mujeres que tienen sexo con mujeres, personas trans diversas, personas que consumen drogas, personas con discapacidades y personas que viven con el VIH— a fin de terminar con el sida”, afirmó la Coordinadora Regional y Directora Ejecutiva de la organización African Sex Workers Alliance, Daughtie Ogutu.
Los conocimientos compartidos en la Aldea Comunitaria son esenciales puesto que las personas más marginadas de la sociedad siguen enfrentándose a dificultades enormes para acceder a servicios de prevención, tratamiento, atención y apoyo en relación con el VIH. En gran medida, esta situación deriva del estigma y la discriminación todavía presentes así como de otras violaciones de los derechos humanos, que aumentan drásticamente la vulnerabilidad de los grupos de población clave al VIH.
“Represento a una red de mujeres que viven con el VIH, y creo que este es un espacio seguro para aprender y compartir con comunidades que trabajan en el mismo ámbito”, afirmó Lilian Mworeko, Directora Ejecutiva, Comunidad Internacional de Mujeres Viviendo con VIH, África oriental. “Sirve de plataforma para expresar algunos de los problemas y las preocupaciones que tenemos y nos ayuda a encontrar soluciones”.
Antes de esta conferencia, ONUSIDA reunió a representantes de grupos de población clave, entre ellos, personas que se inyectan drogas, hombres que tienen sexo con hombres y profesionales del sexo, quienes celebraron una conferencia previa con el fin de debatir dificultades y enfoques comunes para promover la salud y la protección de sus comunidades. Los participantes examinaron soluciones y programas innovadores dirigidos por grupos de población clave para mejorar el acceso a los servicios sobre VIH, monitorizar violaciones de los derechos humanos, eliminar la discriminación en la atención sanitaria y otros entornos y crear el liderazgo necesario para generar respuestas inclusivas al sida en África.
La 18ª conferencia ICASA tiene lugar en un momento crítico de la respuesta al VIH en África, y coincide con el llamamiento del ONUSIDA a los países para que aceleren sus esfuerzos durante los próximos cinco años, centrándose en las poblaciones y los lugares más afectados por el VIH para terminar la epidemia de sida de aquí al año 2030.
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El Director Ejecutivo de ONUSIDA da su mensaje por el Día mundial del sida 2015
19 Noviembre 2015 19 Noviembre 20151 de diciembre de 2015
El mundo se ha comprometido a poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Este objetivo ambicioso, pero plenamente alcanzable, representa una oportunidad única para cambiar el curso de la historia para siempre, algo que nuestra generación debe hacer por las generaciones venideras.
Hoy en día, vivimos en comunidades frágiles en las que persistirán las desigualdades si los servicios esenciales no llegan a las personas necesitadas. Para cambiar esa dinámica, tenemos que acelerar el ritmo de nuestra acción. Sabemos que fortalecer los servicios locales para llegar a las poblaciones clave redundará en una mayor salud y resistencia de las sociedades.
La buena noticia es que ahora tenemos lo que se necesita para detener la epidemia y evitar que repunte, y así impedir un número sustancialmente mayor de nuevas infecciones por el VIH y muertes relacionadas con el sida y eliminar el estigma y la discriminación relacionados con el VIH.
Ya hemos llegado a 15,8 millones de personas que reciben tratamiento, que es vital. Y cada vez más podemos mejorar nuestras iniciativas y ser más precisos en nuestra capacidad de llegar a personas que, de otro modo, podrían ser dejados atrás. Así, fijándose en la población y la ubicación, los países pueden redistribuir las oportunidades para mejorar el acceso.
En este Día Mundial del Sida, los países están aplicando la Estrategia de Respuesta Rápida de ONUSIDA, y con una inversión inicial apropiada podemos esperar que se cierren más rápidamente las brechas en los servicios esenciales. Esto significa que los recursos podrán ir más lejos para llegar a más personas, cambiándoles la vida.
Con los objetivos de desarrollo sostenible, el mundo ha entrado en una nueva era de innovación e integración. Y hay una mayor comprensión sobre cómo están interconectados los objetivos globales y una mejor valoración para avanzar juntos.
Poner fin a la epidemia de sida significa que las adolescentes y las mujeres jóvenes tengan acceso a una educación apropiada en torno al VIH y a servicios de salud sexual y reproductiva. Significa también que las poblaciones clave, como las personas que se inyectan drogas y los transgéneros, tengan acceso completo a los servicios de salud, prestados con dignidad y respeto. Y significa asimismo que todos los niños nazcan sin el VIH, y que ellos y sus madres no solo sobrevivan, sino que prosperen.
Estamos en un momento apasionante de la respuesta al sida. Estamos construyendo el impulso hacia un futuro sostenible, equitativo y saludable para todos.
Michel Sidibé
Director Ejecutivo de ONUSIDA
Secretario General Adjunto de las Naciones Unidas
Material de campaña
Mensajes con motivo del 1o de diciembre
Página especial
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ONUSIDA realiza un llamamiento en pro de la capacitación de las jóvenes y las niñas en el Día Internacional de la Niña
08 Octubre 2015 08 Octubre 2015Garantizar el respeto de los derechos humanos de las jóvenes y las niñas es esencial para acabar con la epidemia de sida como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible
GINEBRA, 11 de octubre de 2015—Con motivo del Día Internacional de la Niña, ONUSIDA desea realizar un llamamiento en pro de la protección de los derechos humanos de las jóvenes y las niñas en todo el mundo, así como de la eliminación de la desigualdad de género. Capacitar a las jóvenes y las niñas, y darles la posibilidad de tomar sus propias decisiones, no solo cambia sus vidas sino también la de sus familias, comunidades y sociedades.
"Acabar con la epidemia de sida depende de la justicia social, que a su vez requiere conseguir la igualdad en materia de educación, empleo y salud tanto para chicos como para chicas", declaró Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA. "Los Objetivos de Desarrollo Sostenible que se acaban de aprobar suponen una oportunidad sin precedentes para hacer las cosas de otro modo para esta generación. Tenemos que capacitar a las mujeres y las niñas, a fin de que puedan tomar sus propias decisiones en materia de salud".
Aunque se han logrado avances en lo que se refiere a la igualdad de género en áreas como la educación y la representación política, todavía existen desafíos que superar. Cada día, cerca de 41.000 niñas se casan antes de cumplir los 18 años. Las complicaciones relacionadas con el embarazo y el parto siguen siendo la segunda causa de muerte en adolescentes con edades comprendidas entre los 15 y los 19 años. Asimismo, se calcula que alrededor de 120 millones de niñas en todo el mundo han sido víctimas de violación o actividades sexuales sin consentimiento en algún momento de su vida.
Factores como la violencia por cuestiones de género y la falta de poder para tomar sus propias decisiones, incluidas aquellas relacionadas con la sexualidad y la reproducción, contribuyen a aumentar el riesgo de que chicas jóvenes y adolescentes contraigan la infección por el VIH. En 2014, aproximadamente 350.000 chicas jóvenes y adolescentes contrajeron la infección por el VIH. Un estudio llevado a cabo en Sudáfrica indica que las jóvenes que han sufrido casos de violencia por parte de sus parejas íntimas tienen un 50% más de probabilidades de contraer la infección por el VIH que las mujeres que no han pasado por dicha situación.
La desigualdad de género está intrínsecamente ligada a aspectos socioculturales, económicos y políticos de nuestras sociedades, lo cual pone en desventaja a las niñas desde el momento de su nacimiento. Para garantizar un acceso equitativo a la educación, incluida una educación sexual completa y adecuada para cada edad, así como para fortalecer los programas de protección social, se necesita una respuesta de todos los sectores de la sociedad. De la misma manera, es necesario contar con servicios de salud sexual y reproductiva adaptados a diferentes edades, y ampliar los programas dedicados a hacer frente a la violencia por cuestiones de género. La existencia de asociaciones de carácter innovador, como Together for Girls (Juntos a favor de las niñas), All In y DREAMS será fundamental para identificar las necesidades específicas de las jóvenes y las niñas, y así ofrecer una respuesta adecuada.
Aprovechando el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la comunidad mundial debe comprometerse a adoptar políticas y acciones que protejan, apoyen y capaciten a las jóvenes y las niñas. Ello redefinirá su papel en la sociedad, reforzará la respuesta al sida y hará posible acabar con la epidemia de sida para 2030.
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ONUSIDA acoge con beneplácito las nuevas directrices de la Organización Mundial de la Salud sobre el uso de medicamentos antirretrovíricos
30 Septiembre 2015 30 Septiembre 2015Las nuevas directrices constituyen un paso sustancial hacia el logro de las Metas Urgentes de ONUSIDA
GINEBRA, 30 de septiembre de 2015—ONUSIDA celebró hoy la publicación de las nuevas directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el uso de los medicamentos antirretrovíricos como un paso significativo hacia el mejoramiento de las vidas de las personas que viven con el VIH y la reducción de la transmisión del virus.
Las directrices recomiendan prescribir los antirretrovíricos tan pronto como los pacientes hayan sido diagnosticados con el VIH, independientemente de su recuento de CD4 (una medida del estado de salud del sistema inmunitario). También recomiendan que las personas en mayor riesgo de contraer la infección por el VIH tengan acceso a la profilaxis previa a la exposición como parte de una estrategia de prevención del VIH combinada.
"Estas nuevas directrices y recomendaciones constituyen un momento significativo en la respuesta al sida", expresó Michel Sidibé, Director Ejecutivo de ONUSIDA. "Los medicamentos e instrumentos médicos con los que ahora contamos nos brindan una oportunidad real de salvar millones de vidas en los años venideros y de poner fin a la epidemia de sida para el año 2030".
Las directrices de la OMS, producidas con el apoyo de ONUSIDA, se publican como resultado del gran peso de las evidencias surgidas de investigaciones durante los últimos 12 meses. Estas incluyen datos de los ensayos clínicos y aleatorizados internacionales Temprano y START (sigla en inglés de "momento estratégico para el tratamiento antirretrovírico"), los que hallaron evidencias convincentes de los beneficios de comenzar de inmediato la terapia antirretrovírica. Los datos de los ensayos Temprano y START se producen tras una serie de hallazgos de investigaciones llevadas a cabo durante varios años que revelan los beneficios para la salud derivados de comenzar antes el tratamiento del VIH.
Varios estudios de investigación entre grupos de poblaciones en mayor riesgo de contraer la infección por el VIH también indicaron la eficacia significativa de la profilaxis previa a la exposición para reducir las nuevas infecciones por el VIH. Las nuevas directrices recomiendan que dicha profilaxis se ofrezca a toda persona en riesgo sustancial de exposición al VIH.
Asimismo, ayudarán a reforzar el enfoque de las Metas Urgentes de ONUSIDA, el que comprende un conjunto de objetivos a alcanzar en 2020. Estos objetivos incluyen al 90% de las personas que viven con el VIH en conocimiento de su estado serológico, 90% de las personas que conocen su estado serológico positivo en tratamiento y 90% de las personas en tratamiento con supresión de sus cargas víricas. También incluyen una reducción de las nuevas infecciones por el VIH en un 75% y la consecución de cero discriminación.
"Nos encontramos ante un momento decisivo en la respuesta al sida", dijo el Sr. Sidibé. "Sabemos qué funciona; ahora debemos anteponer a las personas y respetar por completo su derecho a la salud".
ONUSIDA reafirma la importancia de respetar el derecho de las personas a conocer su estado serológico y a decidir si desean comenzar el tratamiento antirretrovírico así como el momento de inicio del mismo. Las decisiones con respecto al tratamiento y la prevención del VIH deben ser voluntarias y tomadas con conocimiento. Para poder administrar la terapia antirretrovírica y la profilaxis previa a la exposición de forma más amplia y equitativa, serán precisos mayores esfuerzos para franquear las barreras sociales y legales que impiden el acceso a los servicios de salud para las personas que viven con el VIH y los grupos de población en riesgo elevado de infección y marginados.
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Poner fin a la violencia y a la discriminación contra las personas lesbianas, gais, bisexuales, trans e intersex
29 Septiembre 2015 29 Septiembre 2015Los organismos de las Naciones Unidas instan a los Estados a que tomen medidas urgentes para poner fin a la violencia y a la discriminación contra adultos/as, adolescentes y niños/as lesbianas, gais, bisexuales, trans e intersex (LGBTI)[1].
Todas las personas tienen el mismo derecho a no ser objeto de violencia, persecución, discriminación y estigmatización. Las leyes internacionales en materia de derechos humanos establecen obligaciones jurídicas para los Estados a fin de garantizar que todas las personas, sin distinción alguna, puedan gozar de tales derechos. Aunque acogemos con satisfacción el aumento de medidas que se aplican en muchos países para proteger los derechos de las personas LGBTI, nos sigue preocupando de sobremanera que por todo el mundo millones de personas LGBTI, las que son percibidas como LGBTI y sus familias, sean víctimas de violaciones generalizadas de sus derechos humanos. Esta situación es alarmante y es por ello que deben tomarse medidas al respecto.
El hecho de no respetar los derechos humanos de las personas LGBTI y de no protegerlas de abusos como la violencia y las leyes y prácticas discriminatorias, supone una grave violación de las normas internacionales en materia de derechos humanos y tiene un impacto significativo sobre la sociedad, fomentando una mayor vulnerabilidad a las enfermedades incluyendo la infección por el VIH, la exclusión social y económica, la presión sobre las familias y comunidades, y también un impacto negativo sobre el crecimiento económico, el trabajo decente y el progreso para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de cara al futuro. Bajo el derecho internacional, los Estados tienen la principal obligación de proteger a las personas ante situaciones de discriminación y violencia. Por ello, los gobiernos, los parlamentos, los poderes judiciales y las instituciones nacionales de derechos humanos deben tomar medidas urgentes al respecto. Los líderes políticos, religiosos y comunitarios, las organizaciones de trabajadores, el sector privado, los profesionales de la salud, las organizaciones de la sociedad civil y los medios de comunicación también tienen un papel importante que desempeñar en este sentido. Los derechos humanos son universales, no pueden invocarse prácticas y creencias culturales, religiosas, morales ni actitudes sociales para justificar violaciones de derechos humanos contra ningún colectivo, incluyendo las personas LGBTI.
PROTEGER A LAS PERSONAS CONTRA LA VIOLENCIA
Los Estados deben proteger a las personas LGBTI contra la violencia, la tortura y los malos tratos, aplicando entre otras las siguientes medidas:
- Investigando, encausando judicialmente y proveyendo reparaciones a víctimas de actos de violencia, tortura y malos tratos, ya sea contra adultos/as, adolescentes o niños/as LGBTI como para aquellas personas que defienden sus derechos humanos;
- Reforzando las medidas para prevenir, para realizar seguimiento y para denunciar dichas situaciones de violencia;
- Incorporando la homofobia y transfobia como circunstancias agravantes en las leyes contra delitos motivados por el odio y contra la incitación al odio;
- Reconociendo que la persecución de personas por el simple hecho de ser LGBTI , o de ser percibidos como tal, pueda constituir un fundamento válido para conceder asilo a refugiados/as, y no devolviendo tales refugiados/as a un lugar donde su vida o su libertad puedan verse amenazadas.
Las Naciones Unidas y otras organizaciones han documentado violencia física y psicológica generalizada contra personas LGBTI en todas las regiones, incluyendo asesinatos, agresiones, secuestros, violaciones, violencia sexual, así como torturas y malos tratos, tanto en el ámbito institucional como en otros. Las mujeres lesbianas, bisexuales y trans y los jóvenes LGBTI se encuentran particularmente expuestos al riesgo de violencia física, psicológica y sexual en el ámbito familiar y comunitario. A menudo, las personas LGBTI son víctimas de violencia y discriminación durante emergencias humanitarias y cuando huyen de persecuciones, buscando refugio. También pueden ser objeto de abusos en el ámbito de la salud, incluyendo las llamadas «terapias» perjudiciales y reñidas con la ética que intentan cambiar la orientación sexual, las esterilizaciones forzadas o coercitivas, los exámenes anales y genitales forzados y las cirugías y tratamientos en niños/as intersex que son sin su consentimiento e innecesarios. En muchos países la respuesta a estas violaciones no es adecuada, no se denuncian y a menudo no se investigan o encausan judicialmente de manera apropiada, dando lugar a una gran impunidad, a la falta de justicia y a la carencia de soluciones y apoyo a las víctimas. Los/as defensores/as de derechos humanos que luchan contra estas violaciones suelen ser perseguidos/as y se enfrentan a limitaciones discriminatorias en sus actividades.
DEROGAR LEYES DISCRIMINATORIAS
Los Estados deben respetar las normas internacionales de derechos humanos, incluyendo a través de la revisión, la derogación y el establecimiento de una moratoria sobre la aplicación de:
- Leyes que criminalicen las relaciones consentidas entre adultos del mismo sexo;
- Leyes que criminalicen a las personas trans por su expresión de género;
- Otras leyes utilizadas para detener, castigar o discriminar a personas por su orientación sexual, identidad o expresión de género.
En 76 países aún existen leyes que criminalizan las relaciones consentidas entre adultos del mismo sexo, por lo que se exponen al riesgo de detención, enjuiciamiento y encarcelación con carácter arbitrario o incluso a la pena de muerte en al menos cinco países. Las leyes que criminalizan el travestismo se utilizan para detener y castigar a las personas trans. Otras leyes son utilizadas para acosar, detener, discriminar o limitar la libertad de expresión, de asociación y de reunión pacífica de personas lesbianas, gais, bisexuales y trans. Estas leyes discriminatorias contribuyen a perpetuar la estigmatización y la discriminación, así como los delitos motivados por el odio, los abusos, las torturas, los malos tratos policiales y la violencia familiar y comunitaria, afectando de forma negativa a la salud pública, impidiendo el acceso a servicios de salud y relacionados con el VIH.
PROTEGER A LAS PERSONAS CONTRA LA DISCRIMINACIÓN
Los Estados deben respetar las normas internacionales de derechos humanos en materia de no discriminación, aplicando entre otras las siguientes medidas:
- Prohibiendo la discriminación contra adultos/as, adolescentes y niños/as LGBTI en todos los ámbitos, incluyendo educación, empleo, sanidad, vivienda, protección social, justicia y situaciones de asilo y de privación de libertad;
- Garantizando el reconocimiento legal de la identidad de género de las personas trans sin condiciones abusivas;
- Combatiendo los prejuicios contra las personas LGBTI mediante el diálogo, la educación pública y la formación;
- Garantizando que las personas LGBTI sean consultadas y participen en la elaboración, aplicación y seguimiento de leyes, políticas y programas que les afecten, incluyendo iniciativas humanitarias y de desarrollo.
Las personas LGBTI se enfrentan a una discriminación y exclusión generalizada en todos los ámbitos, incluyendo formas múltiples de discriminación en base a factores como el sexo, la raza, la etnia, la edad, la religión, la pobreza, la migración, la discapacidad y el estado de salud. Los/as niños/as se enfrentan al acoso escolar, a la discriminación o a la expulsión de las escuelas por su orientación sexual o identidad de género, ya sean reales o percibidos, o por la de sus padres o madres. Entre las/os jóvenes LGBTI rechazados por sus familias existen unos alarmantes niveles de suicidio, falta de vivienda e inseguridad alimentaria. La discriminación y la violencia contribuyen a la marginalización de las personas LGBTI y a su vulnerabilidad frente a enfermedades, incluyendo la infección por el VIH, y al mismo tiempo se les niega asistencia sanitaria y se mantienen actitudes discriminatorias y de patologización contra ellos/as, tanto en el ámbito de la salud como en otros. A las personas trans se les suele negar el reconocimiento legal del género en el que se identifican y enfrentan condiciones abusivas, como esterilizaciones, tratamientos o el divorcio con carácter forzoso para obtenerlo, por lo cual sufren situaciones de exclusión y marginalización. La exclusión de personas LGBTI de la elaboración, aplicación y seguimiento de las leyes y políticas que les afectan perpetúa su marginalización social y económica.
APOYO DE LAS NACIONES UNIDAS
Nuestras organizaciones están dispuestas a apoyar y ayudar a los Estados miembros y a otras partes interesadas a la hora de asumir los retos que se destacan en la presente declaración, como por ejemplo cambios constitucionales, legislativos y de políticas, el refuerzo de las instituciones nacionales, medidas en la educación y la formación y en otras iniciativas que busquen respetar, proteger, promover y hacer efectivos los derechos humanos de todas las personas LGTBI.
[1] Si bien la presente declaración hace referencia a personas lesbianas, gais, bisexuales, trans e intersex, debe entenderse también que engloba al resto de personas que se enfrentan a situaciones de violencia y discriminación por su orientación sexual, identidad de género y caracteres sexuales, sean aparentes o reales, y a aquellas personas que se puedan identificar con otros términos.
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ONUSIDA celebra la aprobación de los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas
26 Septiembre 2015 26 Septiembre 2015Los países aprueban una nueva agenda de desarrollo que no dejará a nadie de lado
NUEVA YORK/GINEBRA, 25 de septiembre de 2015—ONUSIDA celebra la aprobación por parte de los líderes mundiales de los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Dichos objetivos constituirán el marco para la política de desarrollo mundial a lo largo de los próximos 15 años. La nueva agenda incluye 17 objetivos ambiciosos que abarcan desde la erradicación de la pobreza y el hambre, hasta la consecución de la igualdad de género y la lucha contra el cambio climático.
"Hoy nos encontramos ante una oportunidad histórica para que el mundo se una en favor de un planeta y un futuro más saludables para todos", declaró Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA. "Compromiso, acción y aplicación permitirán resultados verdaderamente sostenibles para todo el mundo".
La agenda se fundamenta en los logros alcanzados gracias a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), que se fijaron en el año 2000 y entre los cuales se incluía el compromiso de frenar y revertir la epidemia de sida. Desde entonces, se ha conseguido una mejora masiva en la respuesta al VIH, la cual no solo ha permitido al mundo lograr los objetivos en materia de sida del ODM 6, sino también superarlos. ONUSIDA ha decidido mantener ahora un rumbo firme hacia el final de la epidemia de sida para 2030 como parte de los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Para conseguirlo, ONUSIDA ha desarrollado un enfoque de Acción acelerada para alcanzar un conjunto de objetivos con plazos definidos de aquí a 2020. Entre ellos, se incluyen los siguientes: reducir la cifra de nuevas infecciones por el VIH en un 75%, y garantizar que el 90% de las personas que viven con el VIH conozcan su estado serológico, que el 90% que lo conocen tengan acceso al tratamiento, y que el 90% de las personas que lo tengan logren reducir la carga viral. Ello contribuirá a mejorar su estado de salud y disminuir el riesgo de transmisión del virus.
La respuesta al sida abarca muchos de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. Concretamente, está incluido en el Objetivo Sostenible 3, que busca garantizar una vida saludable y promover el bienestar para todos para todas las edades. ONUSIDA aguarda con interés poder comenzar a trabajar en estrecha colaboración con todos los asociados para garantizar un futuro más saludable y equitativo en el que no se deje a nadie de lado.
"Los objetivos definidos en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible ofrecen una hoja de ruta para superar algunos de los desafíos más acuciantes del mundo", declaró el Sr. Sidibé. "Este marco internacional tiene el potencial de salvar millones de vidas, así como de alcanzar resultados mejores y más justos para todos".
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ONUSIDA celebra los nuevos objetivos del PEPFAR en materia de prevención y tratamiento del VIH
26 Septiembre 2015 26 Septiembre 2015Los resultados se verán beneficiados por una acción acelerada, gracias a un enfoque principalmente centrado en las adolescentes y las jóvenes, así como en el acceso al tratamiento
NUEVA YORK/GINEBRA, 26 de septiembre de 2015—ONUSIDA celebra los nuevos y ambiciosos objetivos establecidos por el Plan de emergencia del Presidente de los EE.UU. para paliar el sida (PEPFAR) justo un día después de que los Objetivos de Desarrollo Sostenible fuesen aprobados por los Estados Miembros de las Naciones Unidas en la sede la ONU en Nueva York, entre los que se encuentra acabar con la epidemia de sida para 2030.
El PEPFAR ha fijado objetivos específicos para prevenir las nuevas infecciones por el VIH entre las adolescentes y las jóvenes con edades comprendidas entre 14 y 24 años. Entre los objetivos también se incluye el de garantizar el acceso a terapia antirretrovírica vital para 12,9 millones de niños, embarazadas y adultos de aquí a finales de 2017.
"El compromiso continuado de los Estados Unidos de América representa un importante paso hacia adelante para acabar con la epidemia de sida para 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible", declaró Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA. "Bajo el audaz liderazgo del Presidente Obama, esta gran inversión está salvando millones de vidas, y continuará haciéndolo en el futuro".
Los objetivos establecidos por el PEPFAR contribuirán significativamente al enfoque de Acción acelerada de ONUSIDA para acabar con la epidemia de sida para 2030. La presentación de estos objetivos impulsará los esfuerzos para alcanzar el objetivo 90-90-90 en materia de tratamiento del VIH, a través del cual se persigue que el 90% de las personas que viven con el VIH conozcan su estado serológico, que el 90% que lo conocen tengan acceso a tratamiento, y que el 90% de las personas que lo sigan logren reducir la carga viral.
Además de aumentar el acceso al tratamiento del VIH, los objetivos que acaba de anunciar el PEPFAR buscan disminuir en un 40% la incidencia del VIH entre las adolescentes y las jóvenes para finales de 2017 en las áreas prioritarias del PEPFAR, en 10 países diferentes: Kenya, Lesotho, Malawi, Mozambique, Sudáfrica, Swazilandia, Uganda, la República Unida de Tanzanía, Zambia y Mozambique. En estos diez países, se registró en 2014 casi la mitad de las nuevas infecciones por el VIH en chicas jóvenes y adolescentes. Otro de los compromisos establecidos consiste en que un total de 13 millones de hombres accedan a la circuncisión médica masculina voluntaria hasta finales de 2017.
ONUSIDA aguarda con gran interés poder continuar trabajando en estrecha colaboración con el PEPFAR para acabar con la epidemia de sida como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

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ONUSIDA insta a los gobiernos y la industria farmacéutica a mantener el compromiso de los medicamentos accesibles y asequibles
24 Septiembre 2015 24 Septiembre 2015NUEVA YORK/GINEBRA, 24 de septiembre de 2015—Mientras los líderes mundiales se reúnen en Nueva York para comprometerse con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, entre los que se incluyen unas ambiciosas metas de salud pública, ONUSIDA ha realizado un llamamiento a los gobiernos y la industria farmacéutica para garantizar que los medicamentos continúen siendo accesibles para todos.
El drástico incremento del precio de algunos fármacos está despertando inquietudes tanto sobre su disponibilidad ininterrumpida para los pacientes como sobre las repercusiones generales para la salud pública.
“Mientras los líderes mundiales se comprometen a cumplir las nuevas metas de salud pública como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, los gobiernos y el sector privado tienen la responsabilidad de garantizar que los medicamentos continúen siendo accesibles para todos”, afirmó Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA. “La respuesta al sida demuestra que el acceso a fármacos asequibles y eficaces puede detener e invertir una epidemia”.
La competición de los genéricos en la industria farmacéutica, que promueve la flexibilidad en materia de propiedad intelectual, ha contribuido a hacer mucho más asequibles los fármacos que salvan vidas durante los últimos 15 años y ha permitido la ampliación masiva de los programas de tratamiento del VIH. Hoy en día más de 15 millones de personas tienen acceso a tratamiento antirretrovírico, en comparación con los menos de 700 000 del año 2000.
ONUSIDA ha establecido un nuevo objetivo de tratamiento 90-90-90 para el 2020 con la intención de erradicar la amenaza del sida para la salud pública en el año 2030. En todo el mundo los países están poniendo en práctica el objetivo de tratamiento 90-90-90, conforme al cual el 90 % de las personas que vivan con el VIH conozcan su estado serológico, el 90 % de las personas que vivan con el VIH tenga acceso al tratamiento antirretrovírico y el 90 % de las que lo reciban presenten supresión vírica.
“Todo el mundo tiene derecho a la salud, sin importar dónde hayan nacido o quiénes sean”, añadió el Sr. Sidibé.
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