Los hospitales en Tailandia ofrecen entre tres y seis meses de provisiones de terapia antirretrovírica

25 de marzo de 2020

Los hospitales tailandeses distribuirán dosis de entre tres y seis meses de terapia antirretrovírica con el objetivo de prevenir la falta de medicinas de las personas seropositivas y reducir la necesidad de acudir al sistema sanitario durante la pandemia de COVID-19.

Esta nueva política, respaldada por la Comisión Nacional del Sida y presidida por el viceprimer ministro de salud de Tailandia, se implementará en todo el país para reducir el riesgo de las personas que viven con el VIH a exponerse al COVID-19 y disminuir la carga del sistema sanitario y de su personal.

De hecho, ya se benefician de esta medida las personas seropositivas que reciben terapia antirretrovírica bajo el amparo del Servicio de Seguridad Sanitaria Nacional (por sus siglas en inglés, NHSO). Esto es, el 70% de todas las personas que viven con el VIH y reciben terapia antirretrovírica en el país. Los hospitales bajo el amparo del NHSO están extendiendo la duración de la prescripción de la terapia antirretrovírica para las personas con un estado estable de VIH; personas que han recibido la terapia antirretrovírica sin interrupción durante al menos un año, han suprimido la carga vírica, no han presentado efectos secundarios y no están embarazadas.

«El NHSO ha confirmado que dispone de suficientes provisiones antirretrovíricas para todas las personas seropositivas en tratamiento del país», afirmó Rataphon Triamwichanon, subsecretario general del NHSO.

«Los beneficiados del Sistema de Seguridad Social podrán obtener provisiones de terapia antirretrovírica para al menos entre tres y seis meses durante la pandemia de COVID-19», afirmó Amphan Thuwawitm, vicesecretario permanente del Ministerio de Trabajo.

A partir de octubre de 2020, el NHSO y el Sistema de Seguridad Social unificarán los criterios de prescripción del tratamiento bajo el Programa de Atención Sanitaria Universal para permitir la prescripción de provisiones de terapia antirretrovírica para seis meses a todas las personas aptas que viven con el VIH.

«ONUSIDA celebra el liderazgo de Tailandia y los esfuerzos colectivos de todos los asociados, que se traducen en la pertinente decisión de ofrecer provisiones de terapia antirretrovírica para varios meses con el fin de apoyar a las personas seropositivas», declaró Patchara Benjarattanaporn, directora nacional de ONUSIDA en Tailandia. Además, ONUSIDA trabaja codo con codo con el Ministerio de Salud Pública, el NHSO, el Ministerio de Trabajo y la Red Tailandesa de Personas que Viven con el VIH para promover la adopción de la misma política en todos los seguros médicos, incluyendo los hospitales privados.

«A través de nuestros miembros de la comunidad en Tailandia, supervisamos el trabajo para asegurar que los hospitales y el personal sanitario llevan a cabo la nueva política y ofrecen satisfactoriamente dosis mensuales de antirretrovíricos» afirmó Apiwat Kwangkeaw, presidente de la Red Tailandesa de Personas que Viven con el VIH. «Nuestros educadores de pares, como miembros del Centro de Atención Continuada, también han comenzado a concienciar a las personas seropositivas sobre el COVID-19 y a informar sobre las precauciones que deberían seguir para prevenir el contagio», añadió Apiwat.

El Centro de Investigación del Sida de la Cruz Roja de Tailandia (por sus siglas en inglés, TRCARC), una organización de la sociedad civil bajo el amparo de Cruz Roja Internacional, con apoyo de su alteza real la princesa Soamsawali, embajadora de buena voluntad de ONUSIDA para la prevención del VIH en Asia y el Pacífico, ha adoptado importantes medidas para garantizar el acceso a los servicios de prevención del VIH para poblaciones vulnerables.

«No queremos que la situación del COVID-19 se convierta en un desafío que disuada a la gente de realizarse la prueba del VIH. Entre las medidas que estamos poniendo en práctica, hemos instalado a las puertas de la clínica anónima una plataforma identificable que dispone de métodos de detención para cada usuario, donde se podrán tomar la temperatura y comprobar cualquier síntoma respiratorio. El personal de laboratorio y sus consejeros se han desplazado de la clínica a la plataforma, donde ofrecen pruebas del VIH y métodos de prevención como preservativos, profilaxis posterior a la exposición y profilaxis previa a la exposición (PPrE), cuando sean necesarios. Para aquellos que ya reciben PPrE, preparamos entregas a domicilio, que pueden pedir en línea», confirmó Nittaya Phanuphak, presidenta de prevención en TRCARC.

En consecuencia, todas las medidas adoptadas en Tailandia contribuirán a evitar cualquier posible cambio en la prevención del VIH, los servicios de pruebas y tratamiento durante la pandemia de COVID-19 con el objetivo de no dejar de lado a las personas que viven con el VIH y a los grupos de población clave.

ONUSIDA pide un enfoque basado en los derechos humanos para combatir el brote de COVID-19 que ponga a las comunidades en el centro

20 de marzo de 2020

GINEBRA, 20 de marzo de 2020—ONUSIDA insta a los países a adoptar un enfoque basado en los derechos humanos para hacer frente al brote mundial de COVID-19 que sitúe a las comunidades en el centro, y respete los derechos y la dignidad de todas las personas. Con el fin de ayudar a los Gobiernos, las comunidades y otras partes interesadas a planificar y poner en marcha medidas para contener la pandemia, ONUSIDA ha elaborado un nuevo documento a partir de las lecciones clave extraídas de la respuesta a la epidemia del VIH: Los Derechos Humanos en tiempos de COVID-19 — Lecciones del VIH para una respuesta efectiva dirigida por la comunidad.   

El nuevo documento guía elaborado por ONUSIDA se basa en las leyes y obligaciones internacionales concernientes a los derechos humanos, y deja claro que la respuesta a la epidemia no consiste en alcanzar el equilibrio entre la salud pública y los derechos humanos, sino que una respuesta exitosa y eficaz nos obliga a adherirnos por completo a los principios de los derechos humanos. La presente guía ha sido elaborada por un grupo de expertos internacionales procedentes de las comunidades, la salud pública, distintas academias y las Naciones Unidas.   

«Las respuestas que logran el éxito en las epidemias mundiales son siempre las que se basan en el respeto a los derechos humanos y el liderazgo de las comunidades», insiste Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. «Los países que más han avanzado en lo referente a la reducción del impacto del VIH lo han conseguido adoptando enfoques que capacitan a las mujeres para realizarse las pruebas de detección y buscar tratamiento en caso necesario, con el fin de protegerse a sí mismas y a los demás, al evitar que puedan contraer el virus».

En el documento se presentan lecciones clave aprendidas de la respuesta al sida que son cruciales para lograr un enfoque basado en los derechos humanos y eficaz en situaciones de emergencia en la sanidad pública. Dichas medidas van desde abordar el estigma y la discriminación sufridos por las personas y las comunidades afectadas, hasta priorizar medidas para llegar a los más vulnerables. Para ello, hay que eliminar las barreras que impiden el cumplimiento de los derechos humanos, forjar vínculos de confianza entre las comunidades y las autoridades de la sanidad pública, y proteger al personal sanitario que se encuentra en la primera línea luchando para derrotar al virus.

Tal y como se recoge en esta guía, las epidemias suelen poner de manifiesto y exacerbar las desigualdades existentes en la sociedad, junto con su impacto, el cual recae sobre todo en los grupos de población más marginados y vulnerables. Se han de derribar también las barreras que impiden a las personas buscar ayuda médica y asesoramiento, algo que beneficia tanto a cada persona a nivel individual como a los resultados de la sanidad pública en su conjunto.

El documento advierte también del peligro de imponer restricciones de viaje obligatorias y sanciones penales contra las personas afectadas por grandes epidemias como la del COVID-19. Dichas medidas acostumbran a tener un efecto desproporcionado sobre los más vulnerables, y no hacen sino levantar más barreras que les impiden el acceso a la salud. Las restricciones que se impongan han de respetar los derechos humanos y ser plenamente necesarias, proporcionadas, fundamentadas en pruebas y de duración limitada. Puede ser muy positivo capacitar a las personas para que se protejan a ellas mismas y a los demás mediante medidas voluntarias.

«Se trata de una situación grave y compleja para todos. Para salir de ella, podemos y debemos recurrir a nuestra gran experiencia en la respuesta a otras epidemias mundiales como el VIH: hemos de basar la respuesta en los derechos humanos, comprometer e involucrar a las comunidades, y no dejar a nadie atrás», concluyó la Sra. Byanyima.

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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Cadenas de amabilidad y solidaridad durante el brote de COVID-19

20 de marzo de 2020

Para Liu Jie, delegada de movilización comunitaria en la delegación china de ONUSIDA, recibir llamadas a todas horas del día no es lo normal. A causa del brote de COVID-19 en China, la sede entera ha estado ayudando a las personas que viven con el VIH a seguir teniendo acceso al tratamiento. Especialmente en la provincia de Hubei, donde se informó de los primeros casos de la pandemia. Hace poco, Liu quedó soprendida al recibir una llamada desde Polonia.

«Un hombre chino se presentó diciendo que estaba retenido y que en dos días se le acabarían los medicamentos para el VIH», asegura Liu.

Debido a que las restricciones para viajar estaban cerrando cada vez más países, este hombre no podía volver a su casa ni acceder a los medicamentos. Al no saber que hacer, contactó con la organización comunitaria china Birch Forest National Alliance y, a través, de ellos pudo contactar con ONUSIDA en Beijing, afirma.

Como tantas otras personas en el extranjero, este hombre se quedó atrapado a raíz de las consecuencias surgidas por el brote de COVID-19. Unos días antes, la delegación nacional de ONUSIDA en China había ayudado a tener acceso a sus medicamentos a otra persona china que vivía con el VIH mientras estaba retenida en Angola. En ambos casos, los compañeros en Beijing contactaron con las delegaciones nacionales de ONUSIDA y con el equipo de movilización comunitaria en Ginebra, Suiza. El director nacional de ONUSIDA en Angola contactó con la Red Angoleña de Organizaciones de Servicios para el Sida y esta persona obtuvo de inmediato acceso a sus medicamentos.

En el caso de Polonia, Jacek Tyszko, polaco de nacimiento y parte del equipo de movilización comunitaria, supo qué hacer exactamente.  «Como habíamos permanecido en contacto con redes regionales de personas que viven con el VIH en Europa Central y Oriental, hice una llamada», afirma Tyszko.

Anna Marzec-Boguslawska, jefa del centro nacional para el sida en Polonia, accedió a ello rápidamente. Ella siempre ha sido muy atenta, lo cual nos permite movernos con rapidez.  Liu recibió 24 horas después una foto de un hombre con una caja de medicamentos en frente de un edificio gris. Unos minutos después, le sonó el teléfono.

«Era el mismo hombre chino llamando de nuevo desde Polonia», relataba. «Estaba llorando de alegría, diciendo que había recibido sus medicamentos y que esta es una foto suya de hace un momento.»

«Él insistía en que no podía creer cómo habíamos hecho lo imposible», afirma.

Bai Hua, director de Birch Forest National Alliance, también le dio las gracias a ONUSIDA. «Este caso demuestra que ONUSIDA tiene un arraigo dentro de las comunidades», Afirma Hua.

Lo que las personas que viven con VIH deben saber sobre el VIH y COVID-19

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Las respuestas exitosas a la epidemia mundial sitúan a las personas en el centro

12 de marzo de 2020

El brote de COVID-19 está arrojando luz sobre la capacidad de respuesta nacional e internacional a las emergencias sanitarias. La situación actual está dejando al descubierto las brechas que existen en nuestros sistemas, nos está haciendo mostrar nuestros puntos fuertes y está aprovechando la valiosa experiencia con que ya contamos a la hora de responder a otras amenazas sanitarias como el VIH. En ONUSIDA sabemos que las personas que viven con el VIH están muy preocupadas y tienen distintas preguntas relacionadas con la aparición del virus que causa el COVID-19. Una de las lecciones más importantes que hemos de sacar de la respuesta a la epidemia del VIH es escuchar a las personas más afectadas y aprender de ellas. ONUSIDA continúa trabajando en esa línea.

Es importantísimo subrayar que actualmente no hay ninguna prueba científica de que las personas que viven con el VIH corran más riesgo de contraer el COVID-19 ni de que, en caso de contraerlo, este los afecte de peor manera. Al igual que en el resto de la población, las personas mayores que viven con el VIH o las personas que viven con el VIH y tienen problemas cardíacos o pulmonares corren más riesgo de contraer el virus y presentar peores síntomas. Como la población general, las personas que viven con el VIH deberían adoptar todas las medidas preventivas recomendadas para minimizar la exposición y prevenir la infección. Mientras el COVID-19 continúa expandiéndose por todo el mundo, será fundamental para las investigaciones que se están llevando a cabo en zonas de alta prevalencia del VIH en la población general proporcionar más datos sobre las interacciones biológicas e inmunológicas entre el VIH y el nuevo coronavirus.

Sin embargo, las medidas adoptadas para frenar el virus podrían tener efectos adversos inintencionados en las personas que viven con el VIH. Cuando el brote de COVID-19 comenzó en China, ONUSIDA realizó una encuesta entre las personas que viven con el VIH para conocer sus necesidades. El estudio de seguimiento que venimos llevando a cabo nos dice que las personas que viven con el VIH están empezando a experimentar problemas con la reposición de sus medicinas. Está situación está inevitablemente desatando una gran ansiedad. Como respuesta a ello, ONUSIDA ha estado trabajando con las redes de personas que viven con el VIH y los responsables del Gobierno para apoyar la distribución segura de medicinas a puntos de recogida. En China se ha establecido incluso un número de asistencia telefónica para que las personas que viven con el VIH puedan continuar expresando sus preocupaciones mientras el brote continúa. Junto a nuestros socios, seguiremos muy de cerca supervisando los desarrollos en las cadenas de suministros mundiales para garantizar que los suministros médicos esenciales continúen llegando a las personas que los necesitan y que la producción de ingredientes farmacéuticos activos se mantengan a un mínimo.         

ONUSIDA insta a todos los países a preparar sus respuestas al COVID-19 teniendo muy presente que las personas que viven con el VIH puedan tener un acceso seguro a sus tratamientos. Urge que los países implementen escrupulosamente las actuales pautas de tratamiento para el VIH proporcionadas por la Organización Mundial de la Salud con relación a la dispensación de medicamentos para varios meses, con el objeto de garantizar que la mayoría de las personas que viven con el VIH dispongan de medicamentos para tres o más meses. Ello ayudará a aliviar la carga de los centros sanitarios para cuando llegue el COVID-19 y permitirá a las personas mantener sus pautas de tratamiento ininterrumpidas y no arriesgarse a una mayor exposición al COVID-19 al ir a recoger sus medicinas.

Una lección básica que hemos de grabarnos a fuego y que aprendimos con la respuesta al sida es que el estigma y la discriminación no solo son negativos, sino también contraproducentes, tanto para la salud de cada persona a nivel individual como para la salud pública en su conjunto. Por eso es por lo que ONUSIDA ha apoyado y sigue apoyando todas las campañas para reducir el estigma y la discriminación a los que se enfrentan las personas afectadas por el VIH. Nunca hemos vencido ninguna amenaza sanitaria desde el estigma y la discriminación, y nuestra respuesta al COVID-19 ahora ha de guiarse por las lecciones aprendidas con la respuesta al sida. Esto incluye escuchar a las personas afectadas por el brote y establecer una confianza y comunicación entre las personas afectadas y las autoridades sanitarias, incluso antes de que aumenten las cargas de la enfermedad.

Nuestros mayores logros en la lucha contra el VIH los hemos alcanzado en países que han reducido el estigma y la discriminación, donde se ha animado a las personas a realizarse la prueba y a buscar tratamiento en caso necesario. Al escuchar los canales de comunicación recomendados por las autoridades de salud pública, prestemos atención a las personas afectadas por el COVID-19 y recurramos a su experiencia vital para fortalecer nuestra respuesta al coronavirus.  

Las muertes causadas por el COVID-19 nos entristecen a todos, y hoy quiero trasladar todo mi apoyo a las familias y los seres queridos de las personas fallecidas. Mas si somos inteligentes, la comunidad internacional y cada uno de los países individualmente utilizarán sus experiencias para reforzar aún más los sistemas de supervisión y hacer las inversiones precisas en infraestructuras sanitarias, tanto mundial como nacionalmente. ONUSIDA insta a los Gobiernos y a las autoridades sanitarias de todo el mundo a que no se retrasen a la hora de poner en marcha programas de educación pública para todos los ciudadanos con relación a las medidas prácticas que deberían tomarse para reducir la transmisión y la expansión del virus a nivel local.

Es fundamental lanzar un enfoque centrado en las personas. Todo el mundo ha de tener derecho a la salud. Es nuestra mejor defensa contra la epidemia mundial.

Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA

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Derechos humanos

ONUSIDA celebra el nombramiento de Deborah Birx como coordinadora de la respuesta al coronavirus por parte de la Casa Blanca

29 de febrero de 2020

GINEBRA, 29 de febrero de 2020—ONUSIDA celebra el nombramiento de Deborah Birx como coordinadora de la respuesta al coronavirus por parte de la Casa Blanca. La brillante trayectoria profesional de la Sra. Birx como experta de renombre en medicina incluye su contribución al último progreso alcanzado en la respuesta mundial al sida y su compromiso para trabajar con las comunidades afectadas por el VIH desde su cargo de coordinadora mundial de los Estados Unidos para el sida y representante especial de los Estados Unidos para la diplomacia sanitaria mundial.

«La decisión del vicepresidente Mike Pence de nombrar coordinadora de la Casa Blanca para la respuesta al coronavirus a Deborah Birx no podría ser más acertada», señala Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. «La Sra. Birx ha demostrado en infinidad de ocasiones su inigualable capacidad para controlar enfermedades infecciosas, y está extremadamente preparada para desarrollar un plan efectivo con el que hacer frente al brote de COVID-19 en los Estados Unidos de América».

El poner rápidamente en contacto a las personas que lo necesiten con los servicios para prevenir, o tratar, los efectos de la enfermedad requiere contar con una gran destreza que la Sra. Birx ya ha desarrollado y tiene más que consolidada tras casi tres décadas como experta en salud pública. Para su nueva misión, tendrán un valor incalculable, sin duda alguna, su experiencia abordando el estigma y la discriminación relacionados con las enfermedades y su buen hacer respecto a cómo desarrollar respuestas sanitarias efectivas que cosechen resultados entre las personas.

«Tengo la certeza de que la Sra. Birx trasladará a la lucha contra el COVID-19 los grandes conocimientos que ha aplicado al VIH», insiste la Sra. Byanyima. «Todo lo aprendido con la respuesta al VIH será útil para tratar de contener este nuevo virus que amenaza al mundo. Se necesita un mayor trabajo colaborativo entre las distintas categorías de enfermedades. Y aun mientras luchamos contra las nuevas enfermedades, no hemos de bajar la guardia y descuidar las epidemias concurrentes».

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ONUSIDA y China trabajan juntos durante el brote de COVID-19 para garantizar que las personas que viven con el VIH puedan continuar recibiendo su tratamiento

19 de febrero de 2020

GINEBRA, 19 de febrero de 2020—Según una encuesta realizada entre las personas que viven con el VIH, el actual brote de coronavirus, conocido como COVID-19, está teniendo un mayor impacto en la vida de las personas seropositivas.

En la encuesta, casi un tercio (32,6 %) de las personas que viven con el VIH dijo que, debido a la cuarentena y a las restricciones de movimiento decretadas en algunos lugares de China, corría el riesgo de quedarse sin su tratamiento del VIH para los días siguientes. De ellos, casi la mitad (48,6 %) confesó que desconocía dónde ir a recoger su siguiente dosis de terapia antirretrovírica. Sin embargo, el Gobierno y los socios de la comunidad han establecido una estrecha colaboración para garantizar que no se interrumpa el acceso a los tratamientos para el VIH que salvan vidas, mientras el país sigue luchando para tener el COVID-19 bajo control.

El Centro nacional chino para la prevención y el control del sida y las enfermedades de transmisión sexual ha ordenado a las autoridades locales que se aseguren de que las personas no residentes que viven con el VIH puedan también recoger su medicación allí donde estén. Para ello, ha publicado y dado a conocer listas de clínicas que disponen de terapias antirretrovíricas. La oficina regional de ONUSIDA en China está trabajando con la alianza de personas que viven con el VIH BaiHuaLin y otros socios de la comunidad para llegar con urgencia a todas esas personas seropositivas que corren el riesgo de quedarse sin su medicación en los próximos 10-14 días y ofrecerles todo su apoyo. ONUSIDA donará también equipos de protección personal a las organizaciones de la sociedad civil que ayudan a las personas que viven con el VIH, a los hospitales, etc., con el fin de contribuir a mejorar la calidad de la atención que reciben las personas en las instalaciones sanitarias y evitar la coinfección por VIH y COVID-19.

«Las personas que viven con el VIH tienen que seguir tomando los medicamentos antirretrovíricos que necesitan para seguir vivas», enfatizó Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. «Agradezco y aplaudo intensamente los esfuerzos realizados por el Centro nacional chino para la prevención y el control del sida y las enfermedades de transmisión sexual de cara a apoyar a las personas que viven con el VIH y que se han visto afectadas por el cierre de algunas ciudades, para que estas puedan conseguir sus medicinas. Tenemos que asegurarnos de que todo el mundo reciba el tratamiento antirretrovírico que necesita esté donde esté».

El brote de coronavirus en China ha desencadenado una respuesta sin precedentes, y ha hecho que los hospitales y los sanitarios estén sobrepasados atendiendo a los pacientes con COVID-19. El cierre de las ciudades ha ocasionado que las personas que viven con el VIH y que habían salido de su zona ahora no puedan volver al lugar donde residen ni tener acceso a los servicios para el VIH, incluyéndose aquí el tratamiento, que reciben de sus proveedores de atención sanitaria habituales.

Si bien la gran mayoría de los participantes en la encuesta (82 %) reconoció disponer de la información necesaria para valorar los riesgos personales y tomar las medidas preventivas pertinentes para escapar del COVID-19, casi el 90 % echó en falta tener más información relativa a las medidas de protección específicas para las personas seropositivas. Al igual que la población general, muchos de los encuestados (más del 60 %) afirmaron no tener suficientes equipos de protección personal ni doméstica, tales como mascarillas, jabones o desinfectantes, alcohol de uso sanitario o guantes. Casi un tercio de las personas preguntadas admitió sentir ansiedad y precisar apoyo psicológico durante el brote de COVID-19.

«Necesitamos saber cuánta gente que vive con el VIH está contrayendo el coronavirus, si las personas que viven con el VIH tienen más riesgo de infectarse, y si, en caso de infectarse, corren más peligro. En este punto del brote de COVID-19 sigue habiendo muchos interrogantes abiertos. Hemos de tener más datos, de ser capaces de responder a estas preguntas, y de hacerlo ya», añadió la Sra. Byanyima.

La encuesta fue elaborada y lanzada conjuntamente por ONUSIDA y la alianza de personas que viven con el VIH BaiHuaLin, con el apoyo del Centro nacional chino para el control y la prevención del sida y las enfermedades de transmisión sexual. ONUSIDA consiguió el apoyo de la comunidad para la encuesta y la difundió online para recabar el mayor número de respuestas. En total respondieron más de 1000 personas seropositivas. Las respuestas se recogieron del 5 al 10 de febrero de 2020. Se llevará a cabo otra encuesta de seguimiento más a fondo en colaboración con la Escuela de Medicina de la Universidad de Zhongshan, la cual irá más allá de las necesidades de la comunidad y se ocupará también de las cuestiones del sistema sanitario que influyen directamente en los servicios para el VIH.

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