90-90-90: avanzamos, pero el mundo sigue lejos de conseguir los objetivos para 2020

21 de septiembre de 2020

En el año 2016, mediante la Declaración política de la Asamblea General de las Naciones Unidas para poner fin al sida, los países se comprometieron a alcanzar los objetivos 90-90-90. Su propósito era, para finales de 2020, haber acercado las pruebas del VIH y el tratamiento a la gran mayoría de personas que viven con el virus y, además, reducir la cantidad de VIH presente en sus cuerpos hasta niveles indetectables, de manera que las personas pudieran estar sanas y se pudiera evitar la propagación del virus.

En todo el mundo, se han alcanzado éxitos destacables con relación a las pruebas y la cascada de tratamiento del VIH. A finales de 2019, el 81 % de las personas que vivían con el VIH conocía su estado serológico, y más de dos tercios (67 %) estaba siguiendo una terapia antirretrovírica, lo que equivalía a, aproximadamente, 25,4 millones de los 38 millones de personas que vivían con el VIH, una cifra que se ha más que triplicado desde 2010.

Los logros referentes a la efectividad del tratamiento, así como los incrementos en el número de personas que conocen su estado serológico y la cantidad de ellas en tratamiento, quedan reflejados en el hecho de que los niveles de supresión de la carga vírica entre las personas que viven con el VIH subieron un 18 % entre 2015 y 2019. Casi un 59 % de las personas que vivían con el VIH en todo el mundo logró suprimir su carga vírica en 2019. Sin embargo, para conseguir los objetivos 90-90-90, es necesario que un mínimo de un 73 % de personas que viven con el VIH logre suprimir su carga vírica, por lo que parece imposible que este objetivo mundial se haga realidad para finales de 2020.

La pandemia de la COVID-19 podría también haber tenido un impacto sobre la carga vírica. Un modelaje temprano ya mostró que una interrupción considerable en los tratamientos para el VIH llevaría a más muertes relacionadas con el sida en el África subsahariana. Algunos países han declarado haber experimentado reducciones de hasta un 20 % en el suministro de medicamentos en algunas áreas, y han sido muchas las denuncias por parte de personas que viven con el VIH por no disponer de antirretrovíricos para un confinamiento de más de 60 días. Asimismo, se sabe de numerosos casos en los que las personas tuvieron que abandonar su tratamiento para el VIH debido a la falta de alimentos. Sin embargo, en los datos mensuales de enero a junio de 2020 proporcionados a ONUSIDA por parte de los países, no se observa un declive sustancial en el número de personas en tratamiento durante los últimos seis meses.

90–90–90: Tratamiento para todos

90-90-90: tratamiento para todos - Hay 38 millones de personas que viven con el VIH. El 81% sabe que es seropositivo. El resto no lo sabe. Dos de cada tres personas que viven con el VIH reciben terapia antirretrovírica. Solo el 59% de personas que viven con el VIH tienen niveles indetectables del virus.

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Las salas de control proporcionan a los responsables de la toma de decisiones datos sobre los que actuar

27 de agosto de 2018

En África se están abriendo salas de control sanitario (plataformas de software diseñadas para servir de apoyo en la toma de decisiones en relación a las respuestas sanitarias de los países) que ponen los datos al servicio de la toma de decisiones para mejorar la salud y las vidas de decenas de millones de las personas más vulnerables del mundo.

La integración, almacenamiento y visualización de datos constituyen el núcleo del concepto de sala de control, y proporcionan una información más transparente y de más calidad sobre una serie de enfermedades. Aunque las salas de control son un espacio virtual de trabajo, algunos países también utilizan salas físicas en las que se pueden analizar los datos y determinar las medidas a tomar.

La idea de las salas de control sanitario es que los datos, ya sean acerca de la disponibilidad de medicamentos para el VIH, los efectos de una huelga de profesionales sanitarios o los diagnósticos de cáncer de cuello uterino, estén centralizados y, a un mismo tiempo, sean accesibles para todos. Mientras que en el pasado los datos sanitarios sobre diferentes enfermedades estaban diseminados en múltiples bases de datos de diversos ministerios gubernamentales, organizaciones dedicadas a una enfermedad en concreto, etc., las salas de control, por su parte, recopilan datos en un único lugar, en un único sistema y de tal modo que compartirlos resulta sencillo. La información reunida en las salas de control se puede utilizar mediante tabletas u ordenadores y a lo largo de todo el país.

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“Debemos seguir innovando en nuestra respuesta al VIH”, afirmaba Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA. “Si el mundo quiere cumplir su compromiso de poner fin al sida y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, disponer de información fiable y actualizada resulta fundamental”.

Al poner en común los datos de la sala de control virtual, es posible poner a disposición de las personas que los necesitan unos servicios sanitarios mejores y más equilibrados. Por ejemplo, disponer de datos sobre partes específicas de una ciudad facilita la adopción de un enfoque basado en la ubicación y/o la población para los servicios de prevención del VIH, lo que garantiza que los servicios adecuados lleguen a las personas adecuadas en el lugar adecuado.

Mediante la combinación de los datos sobre, por ejemplo, VIH, tuberculosis y cáncer de cuello uterino, se pueden observar las interrelaciones entre las enfermedades, y tomar medidas al respecto. Los datos se pueden consultar en tiempo real, de modo que, por ejemplo, se puede realizar un seguimiento de las existencias de medicamentos para el VIH para poder reaccionar y evitar que se agoten. Otros ejemplos de cómo las salas de control benefician a las respuestas sanitarias son el estudio de los efectos de las campañas de pruebas y tratamiento del VIH en Uganda, de la eficacia de las pruebas para detectar el cáncer de cuello uterino en Costa de Marfil y de las pruebas y nuevos diagnósticos de malaria en Zambia.

Cinco países, Costa de Marfil, Kenia, Lesoto, Zambia y Uganda, han puesto en marcha salas de control. Se recogen datos sobre indicadores, como el VIH, la tuberculosis, la malaria, enfermedades no transmisibles y salud reproductiva, maternal, neonatal e infantil, de tal forma que países diferentes recopilan información diferente, dependiendo de la situación local. Namibia, Mozambique y Zimbabue ya están preparando el lanzamiento de salas de control, y otros muchos países planean hacerlo.

Como parte de esta labor, ONUSIDA ha estado ayudando a los países a establecer sus salas de control colaborando con ellos para seleccionar indicadores específicos y conectando los datos de cada país con su sala de control. Los países que ya cuentan con sistemas de recopilación de datos, que recogen datos clasificándolos por edad y sexo y a nivel local, que tienen una buena conexión a internet y un equipo de trabajo local preparado, son los más indicados para establecer sus propias salas de control.

El programa de salas de control ha fortalecido el apoyo que ONUSIDA presta a los países, ya que ha podido respaldar los sistemas de información sanitaria de una forma sin precedentes en el sistema de las Naciones Unidas. En consecuencia, ONUSIDA está contribuyendo en el seguimiento programático y de los países de forma más significativa en aquellos países que han invertido en salas de control.

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“Para nosotros, su punto fuerte reside en que permite reunir múltiples datos y compartir análisis valiosísimos de una forma visual y comprensible”, apuntaba Andrew Kashoka, director adjunto de Tecnología de la Información en el Ministerio de Salud de Zambia.

En el futuro, ONUSIDA tiene previsto asegurase de que los países cuenten con la asistencia técnica necesaria para que sus salas de control puedan seguir en funcionamiento sin su apoyo. ONUSIDA también trabajará con los colaboradores, incluyendo los Centros Africanos para el Control y la Prevención de Enfermedades, el sector privado y otros, para reducir la dependencia de los países al apoyo de ONUSIDA para el establecimiento y puesta en marcha de las plataformas.

Estas inversiones en tecnología y la colaboración entre ONUSIDA, los gobiernos y los colaboradores son un impulso para la adopción de enfoques innovadores en la respuesta al sida y, en última instancia, para poner fin a la epidemia de sida como amenaza para la salud pública para 2030.

ONUSIDA celebra los nuevos datos procedentes de Camerún, Costa de Marfil y Sudáfrica que confirman el avance hacia los objetivos de 2020

22 de julio de 2018

 

Los resultados de las evaluaciones de impacto del VIH basadas en la población proporcionan información sobre los aspectos que requieren financiación

ÁMSTERDAM (GINEBRA), 22 de julio de 2018—Camerún, Costa de Marfil y Sudáfrica han publicado nuevos datos sobre los avances hacia los objetivos de 2020. Las evaluaciones de impacto del VIH basadas en la población (PHIA, por sus siglas en inglés) de Camerún y Costa de Marfil y el estudio de Sudáfrica tuvieron en cuenta la información del estado serológico, de las nuevas infecciones por el VIH, del uso del preservativo, de la circuncisión médica masculina voluntaria, del tratamiento antirretrovírico y de la supresión vírica, así como otros indicadores. 

En Sudáfrica, el país con la mayor epidemia de VIH del mundo, con más de 7 millones de personas que viven con el VIH, y también con el mayor programa de tratamiento del mundo, con 4,4 millones de personas bajo tratamiento antirretrovírico, la comparación de los nuevos datos con otros similares de un estudio anterior indica que entre 2010 y 2017 la tasa de nuevas infecciones por el VIH en adultos se ha reducido en un 40%.

“Estos estudios son sumamente importantes y desempeñan un papel fundamental ayudando a los países a revisar y perfeccionar sus programas de lucha contra el VIH para garantizar que los servicios adecuados estén llegando a las personas afectadas por el VIH”, apuntaba Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA.

Los datos del estudio confirman las estimaciones de ONUSIDA, según las cuales Sudáfrica también ha mejorado la cobertura del tratamiento y está muy cerca de alcanzar los objetivos de tratamiento 90-90-90*. De acuerdo a dichos datos, el 85% de las personas que viven con el VIH conoce su estado serológico, el 71% de las personas que conoce su estado seropositivo está bajo tratamiento antirretrovírico y el 86% de las personas que está en tratamiento presenta supresión de la carga vírica.

Sin embargo, la supresión de la carga vírica entre las personas que viven con el VIH en Camerún y Costa de Marfil se situaba por debajo del 50%, lo que refleja una cobertura insuficiente del tratamiento. Con unos porcentajes del 47%, 91% y 80% por una parte, y del 37%, 88% y 76%, por la otra, ambos países están aún muy lejos de alcanzar los objetivos 90-90-90.

La mayor diferencia entre Sudáfrica y estas naciones del oeste y del centro de África se da en relación al conocimiento del estado serológico, lo que apunta a que es necesaria una ampliación significativa de los servicios de pruebas del VIH en dichas regiones.

Las encuestas PHIA proporcionan información clave para la identificación de las características de las poblaciones que no están recibiendo servicios. En Camerún, la supresión de la carga varía de un 28% a un 63% dependiendo de la provincia. En Sudáfrica, menos del 50% de los jóvenes que viven con el VIH de entre 15 y 34 años presentaron supresión de la carga vírica, mientras que, en el caso las mujeres de 15 a 49 años, la cifra ascendía al 67%. Estos datos facilitan información esencial para que los directores de los programas puedan dirigir sus respuestas a las poblaciones y lugares que más necesitan los servicios.

Las encuestas PHIA fueron dirigidas por la Universidad de Columbia en colaboración con los gobiernos de los países, y contaron con el apoyo del Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos para el Alivio del Sida. Por su parte, el estudio de Sudáfrica lo llevó a cabo el Human Sciences Research Council.

* Que el 90 % de las personas que viven con el VIH conozca su estado serológico, que el 90 % de las personas que conocen su estado seropositivo reciba tratamiento antirretrovírico y que el 90 % de las personas en tratamiento presente supresión de la carga vírica.

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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ONUSIDA advierte de que el progreso se está ralentizando y de que se acaba el tiempo para lograr los objetivos sobre el VIH fijados para 2020

18 de julio de 2018

Las nuevas infecciones van en aumento en unos 50 países, las muertes relacionadas con el sida no disminuyen todo lo rápido que deberían y la ausencia de incrementos de los recursos supone una amenaza para el éxito. La mitad de las nuevas infecciones por el VIH se produce entre personas pertenecientes a poblaciones clave y sus parejas, que todavía no reciben los servicios que necesitan.

PARIS/GINEBRA, 18 de julio de 2018 — El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA) está enviando a los países una clara señal de advertencia. En un nuevo informe, publicado hoy en París (Francia) en un acto organizado en colaboración con Coalition PLUS, ONUSIDA advierte de que la respuesta mundial al VIH se encuentra en un punto precario. Cuando se cumple la mitad del plazo para alcanzar los objetivos establecidos para 2020, el informe, Miles to go—closing gaps; breaking barriers; righting injustices, advierte de que el ritmo del progreso no cumple las expectativas mundiales. En él, se insta a que se emprendan medidas inmediatas para orientar el rumbo y alcanzar los importantes objetivos fijados para 2020.

“Estamos dando la voz de alarma”, afirmó Michel Sidibé, Director Ejecutivo de ONUSIDA. “Hay regiones enteras que se están quedando atrás, no se mantienen los enormes avances que logramos en relación con los niños, las mujeres siguen estando entre las personas más afectadas, los recursos continúan sin ajustarse a los compromisos políticos y sigue ignorándose a las poblaciones clave. Todos estos elementos están obstaculizando el progreso y deben abordarse de frente y con urgencia”.

Crisis de prevención del VIH

Las nuevas infecciones van en aumento en unos 50 países y, a escala mundial, solo han disminuido un 18% durante los últimos siete años, de 2,2 millones en 2010 a 1,8 millones en 2017. Aunque esta cifra representa casi la mitad del nivel máximo de nuevas infecciones registrado en 1996 (3,4 millones), la reducción no es lo suficientemente rápida para alcanzar el objetivo de menos de 500.000 de aquí a 2020.

La reducción de las nuevas infecciones por el VIH ha sido mayor en la región más afectada por el VIH, África oriental y meridional, donde las nuevas infecciones por el VIH se han reducido en un 30% desde 2010. Sin embargo, en Europa oriental y Asia central, la cifra anual de nuevas infecciones por el VIH se ha duplicado, mientras que, en el Oriente Medio y África septentrional, las nuevas infecciones por el VIH han aumentado más de un 25% en los últimos 20 años.

El aumento del tratamiento no debe darse por sentado

Gracias a la implantación de la terapia antirretrovírica, el número de muertes relacionadas con el sida es el más bajo que se ha registrado este siglo (940.000), tras haberse situado por debajo de un millón por primera vez en 2016. Sin embargo, el actual ritmo de descenso no es lo suficientemente rápido para alcanzar el objetivo fijado para 2020 de menos de 500.000 muertes relacionadas con el sida.

En solo un año, otros 2,3 millones de personas accedieron al tratamiento por primera vez. Este es el aumento anual más significativo hasta la fecha, con el que el número total de personas que reciben tratamiento asciende a 21,7 millones. Casi el 60% de los 36,9 millones de personas que viven con el VIH recibía tratamiento en 2017, lo cual supone un logro importante, pero, para alcanzar el objetivo de 30 millones de personas, debe producirse un aumento anual de 2,8 millones de personas, y hay indicios de que el ritmo de este incremento se está ralentizando.

África occidental y central van a la zaga

Solo el 26% de los niños y el 41% de los adultos que viven con el VIH tuvieron acceso al tratamiento en África occidental y central en 2017, frente al 59% de los niños y el 66% de los adultos de África oriental y meridional. Desde 2010, las muertes relacionadas con el sida disminuyeron un 24% en África occidental y central, frente al descenso del 42% en África oriental y meridional.

La carga del VIH de Nigeria es más de la mitad (51%) de la total de la región y se han observado muy pocos progresos en la reducción de las nuevas infecciones en los últimos años. Las nuevas infecciones por el VIH solo se redujeron un 5% (9.000) en siete años (de 179.000 a 170.000) y solo 1 de cada 3 personas que viven con el VIH sigue un tratamiento (33%), si bien la cobertura del tratamiento del VIH ha aumentado con respecto al 24% de hace dos años.

El progreso en relación con los niños se ha ralentizado

El informe muestra que los logros alcanzados en lo que respecta a la situación de los niños no se han mantenido. Las nuevas infecciones por el VIH entre los niños solo se han reducido un 8% en los dos últimos años, solo la mitad (52%) de todos los niños que viven con el VIH están recibiendo tratamiento y 110.000 niños murieron a causa de enfermedades relacionadas con el sida en 2017. Aunque el 80% de las mujeres embarazadas que viven con el VIH tuvo acceso a medicamentos antirretrovíricos para prevenir la transmisión del virus a su hijo en 2017, unos 180.000 niños contrajeron el VIH al nacer o en el período de lactancia, una cifra que dista mucho del objetivo de menos de 40.000 para finales de 2018.

“Un niño que contrae el VIH o muere a causa del sida ya es demasiado”, declaró el Sr. Sidibé. “Poner fin a la epidemia del sida no es un logro que esté asegurado y el mundo necesita prestar atención a esta señal de advertencia y poner en marcha un plan acelerado para alcanzar los objetivos”.

Las poblaciones clave representan casi la mitad de las nuevas infecciones por el VIH en todo el mundo

En el informe también se pone de relieve que no se está prestando suficiente atención a las poblaciones clave en los programas de VIH. Las poblaciones clave y sus parejas sexuales representan el 47% de las nuevas infecciones por el VIH en todo el mundo y el 97% de las nuevas infecciones en Europa oriental y Asia central, donde un tercio de las nuevas infecciones por el VIH se produce entre las personas que se inyectan drogas.

La mitad de los trabajadores sexuales de Eswatini, Lesotho, Malawi, Sudáfrica y Zimbabwe vive con el VIH. El riesgo de contraer el VIH es 13 veces superior para las trabajadoras sexuales, 27 veces superior entre los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, 23 veces superior para las personas que se inyectan droga y 12 veces superior para las mujeres transgénero.

“El derecho a la salud para todas las personas no es negociable”, afirmó el Sr. Sidibé. “Los trabajadores sexuales, los gays y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, los presos, los migrantes, los refugiados y las personas transgénero son los más afectados por el VIH, pero siguen quedando excluidos de los programas de VIH. Se necesitan más inversiones para llegar a estas poblaciones clave”.

El estigma y la discriminación persisten

La discriminación por parte de los trabajadores sanitarios, el personal encargado de hacer cumplir la ley, los profesores, los empleadores, los padres, los líderes religiosos y los miembros de las comunidades impide que los jóvenes, las personas que viven con el VIH y las poblaciones clave accedan a la prevención y al tratamiento del VIH, así como a otros servicios de salud sexual y reproductiva.

En 19 países, 1 de cada 5 personas que viven con el VIH encuestadas afirmó que se le había denegado la asistencia sanitaria y 1 de cada 5 personas que viven con el VIH evitó visitar un centro sanitario por miedo al estigma o la discriminación relacionados con su estado serológico respecto del VIH. En 5 de cada 13 países acerca de los que hay datos disponibles, más del 40% de las personas afirmaron que consideraban que los niños que viven con el VIH no deberían poder asistir a la escuela con niños seronegativos.

“Las comunidades están haciéndose eco del llamamiento de ONUSIDA”, explicó Vincent Pelletier, líder positivo y Director Ejecutivo de Coalition PLUS. “Necesitamos un acceso universal a servicios de prevención adaptados y protección contra la discriminación. Exhortamos a los dirigentes mundiales a que cumplan sus compromisos con financiación, tanto en los países donantes como en aquellos en los que se ejecutan los programas”.

Es necesaria una nueva agenda para poner fin a la violencia contra las mujeres

En 2017, alrededor del 58% de todas las nuevas infecciones por el VIH entre adultos mayores de 15 años se produjo entre mujeres, y 6.600 mujeres jóvenes con edades comprendidas entre los 15 y los 24 años se infectaron con el VIH cada semana. Esta mayor vulnerabilidad al VIH se ha relacionado con la violencia. Más de una de cada tres mujeres en todo el mundo ha sufrido violencia física o sexual, a menudo a manos de sus compañeros íntimos.

“La desigualdad, la falta de empoderamiento y la violencia contra las mujeres constituyen infracciones de los derechos humanos y siguen impulsando las nuevas infecciones por el VIH”, afirmó el Sr. Sidibé. “No debemos cejar en nuestro empeño por abordar y arrancar de raíz el acoso, el abuso y la violencia, ya sea en el hogar, en la comunidad o en el lugar de trabajo”.

El objetivo 90-90-90 puede y debe conseguirse

Se han logrado progresos en relación con el objetivo 90-90-90. Tres cuartos (75%) de las personas que viven con el VIH conocen ahora su estado serológico con respecto al VIH; de las personas que conocen su estado, el 79% tuvo acceso al tratamiento en 2017 y, de las personas con acceso al tratamiento, el 81% suprimió su carga viral.

Hay 6 países (Botswana, Camboya, Dinamarca, Eswatini, Namibia y los Países Bajos) que ya han alcanzado sus objetivos 90-90-90 y otros 7 países que avanzan por el buen camino. La deficiencia más importante se encuentra en los primeros 90; en África occidental y central, por ejemplo, solo el 48% de las personas que viven con el VIH conoce su estado serológico.

Un buen año para la respuesta contra la tuberculosis

Se han observado avances en el tratamiento y el diagnóstico del VIH entre las personas con tuberculosis (alrededor de 9 de cada 10 personas con tuberculosis a las que se les diagnostica el VIH reciben tratamiento). Sin embargo, la tuberculosis sigue siendo una de las principales causas de muerte para las personas que viven con el VIH, y 3 de cada 5 personas que empiezan a seguir el tratamiento del VIH no se someten a reconocimientos, pruebas ni tratamientos para la tuberculosis. La Reunión de Alto Nivel sobre la Lucha contra la Tuberculosis de las Naciones Unidas, que se celebrará en septiembre de 2018, constituye una oportunidad para reforzar el impulso dirigido a alcanzar los objetivos relacionados con la tuberculosis y el VIH.

El coste de la falta de acción

En 2017, había en torno a 20.600 millones de dólares estadounidenses disponibles para la respuesta al sida, un aumento del 8% desde 2016 y un 80% del objetivo para 2020 establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Sin embargo, no se adquirieron compromisos nuevos importantes y, en consecuencia, es poco probable que se mantenga el aumento anual de los recursos. El logro de los objetivos fijados para 2020 solo será posible si aumentan las inversiones nacionales y de los donantes.

Posibilidades para seguir avanzando

Desde los municipios de África meridional hasta las aldeas remotas del Amazonas y las megalópolis asiáticas, las múltiples innovaciones que figuran en las páginas del informe ponen de manifiesto que, mediante la colaboración entre los sistemas de salud y las distintas comunidades, es posible reducir el estigma y la discriminación de manera satisfactoria, así como ofrecer servicios a la mayor parte de las personas que más los necesitan.

Estos enfoques innovadores siguen favoreciendo las soluciones necesarias a fin de alcanzar los objetivos para 2020. Cuando la combinación de actividades de prevención del VIH (entre ellas, la distribución de preservativos y la circuncisión médica masculina voluntaria) se lleva a cabo a una escala significativa, se logra reducir el nivel de nuevas infecciones por el VIH. La profilaxis previa a la exposición (PPrE) de administración oral está teniendo efectos positivos, en especial entre las poblaciones clave. El hecho de ofrecer asesoramiento y pruebas del VIH a los familiares y las parejas sexuales de las personas a las que se ha diagnosticado el VIH ha mejorado de manera significativa el acceso a las pruebas.

En África oriental y meridional se han combinado unas inversiones nacionales e internacionales considerables con un firme compromiso político y comunitario, y se están observando avances significativos hacia el logro de los objetivos fijados para 2020.

“Para cada problema existe una solución”, afirmó el Sr. Sidibé. “Los dirigentes políticos, los Gobiernos nacionales y la comunidad internacional tienen la responsabilidad de realizar inversiones financieras suficientes y de crear los contextos jurídicos y normativos propicios para llevar las innovaciones al plano mundial. De este modo, se generará el impulso necesario para lograr los objetivos para 2020”.

En 2017, aproximadamente:

36,9 millones (31,1 millones-43,9 millones) de personas en todo el mundo vivían con el VIH

21,7 millones (19,1 millones-22,6 millones) de personas tenían acceso al tratamiento

1,8 millones (1,4 millones-2,4 millones) de personas contrajeron la infección por el VIH

940.000 (670.000-1,3 millones) personas murieron por enfermedades relacionadas con el sida

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

Burdeos firma la Declaración de París para poner fin a la epidemia del SIDA en las ciudades

05 de abril de 2018

El 4 de abril, Burdeos se convirtió en la última ciudad que firma la declaración de París para poner fin a la epidemia del SIDA en las ciudades. Alain Juppé, Alcalde de Burdeos y antiguo Primer Ministro de Francia, firmó la declaración junto con Michel Sidibé, Director Ejecutivo de ONUSIDA, durante la apertura de AFRAVIH (La alianza francófona de agentes sanitarios contra el VIH y las infecciones crónicas virales), la Conferencia internacional francófona que tiene lugar en Burdeos del 4 al 7 de abril y que trata sobre el VIH y la hepatitis.

Mediante la firma de la Declaración de París, los Alcaldes se comprometen a situar sus ciudades en la Vía Rápida para poner fin a la epidemia del SIDA. El Sr.Juppé expresó que su fin es conseguir los objetivos 90-90-90, con los cuales se busca que el 90 % de las personas que viven con el VIH sepan su estado serológico, el 90 % de las personas que conocen su estado serológico puedan tener acceso a un tratamiento y, finalmente, que el 90 % de las personas que tienen un tratamiento puedan reducir su carga vírica, en Burdeos en los próximos dos años. Del mismo modo, expresó su compromiso para la eliminación del estigma y la discriminación, así como el desarrollo de un enfoque centrado en las personas para la respuesta al SIDA. Además, comentó que es fundamental educar a los jóvenes sobre el VIH y mencionó la falta de conocimiento entre los jóvenes franceses.

Desde su puesta en marcha el 1 de diciembre de 2014, más de 250 ciudades y municipalidades han firmado la Declaración de París. Los dirigentes de estas ciudades han reconocido que sus estrategias para responder a la epidemia del SIDA también les ofrecen una plataforma para hacer frente a la necesidad de inclusión social, protección, seguridad y salud.

Las ciudades tendrán una función esencial para acabar con el SIDA ya que, en sus ciudades y zonas urbanas, habita más de la mitad de la población mundial que constituye una proporción creciente de personas que viven con el VIH, la tuberculosis (TB) u otras enfermedades. La vulnerabilidad y riesgo de contraer VIH o TB suele ser mayor en las zonas urbanas en comparación con las rurales, debido a una serie de razones, entre las que se incluyen la migración, el desempleo y las desigualdades sociales y económicas.

La Conferencia de la AFRAVIH se centrará en los objetivos 90-90-90, así como en las innovaciones en el tratamiento del VIH, su prevención y en los avances científicos.

Citas

"Al firmar esta declaración, nos comprometemos a garantizar que los servicios que se ofrecen a todos se hagan de una manera equitativa y eficiente. El VIH no es lo único que está en juego; es una cuestión de salud general".

Alain Juppé Alcalde de Burdeos (Francia)

"Debemos impulsar aún más la integración de servicios de salud y situar a aquellas comunidades más frágiles en el foco de nuestros esfuerzos; de este modo, podemos construir comunidades y ciudades fuertes por todo el mundo".

Michel Sidibé Director Ejecutivo de ONUSIDA

"No importa si Bamako se encuentra por delante de Burdeos, una vez firmada la Declaración de Paris, nuestra prioridad continúa siendo la misma: poder eliminar el SIDA mediante el cuidado de los pacientes y la prevención del VIH".

Adama Sangare Alcalde de Bamako (Mali)

30 años de respuesta al VIH en Marruecos

19 de enero de 2018

En 2018, Marruecos llevará 30 años respondiendo al VIH, por lo que tiene mucho que celebrar. Los esfuerzos coordinados del país han reducido en un 42% las nuevas infecciones por el VIH desde 2010, algo muy significativo si se compara con el escaso 4% en Oriente Medio y África septentrional. La cobertura del tratamiento contra el VIH también ha crecido, de un 16% en 2010 a un 48% en 2016.

Marruecos también ha conseguido mantener  baja la prevalencia del VIH entre la población general (0,1%). Sin embargo, hay otras áreas que preocupan seriamente. Los datos muestran que la prevalencia del VIH es alta entre las poblaciones de alto riesgo de infección por el VIH, como las profesionales del sexo (1,3%), las personas que se inyectan drogas (7,9%) y los inmigrantes (3%), lo que demuestra la necesidad de que los servicios para el VIH lleguen a los grupos de población clave. Marruecos está intensificando sus esfuerzos por conseguirlo mediante la implantación de programas de prevención combinada y de tratamientos de sustitución para personas que consumen drogas y el aumento de las pruebas del VIH.

El Director Ejecutivo de ONUSIDA, Michel Sidibé, visitó Marruecos para mostrar su apoyo a los 30 años de respuesta al VIH. Durante su visita, se reunió con el Presidente del Consejo nacional de los derechos humanos (CNDH), el Secretario General del Ministerio de Sanidad, el Ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional y con el Coordinador Residente de las Naciones Unidas y el equipo de la ONU en el país.

Destacó lo importante que era el compromiso del equipo de Naciones Unidas del país con la reforma de la ONU y con la respuesta al VIH a través del Plan Conjunto. Señaló la importancia de tener una estrategia nacional sobre los derechos humanos y el VIH y felicitó al CNDH por ser pionero en la región. Alabó la iniciativa del CNDH por la formación en derechos humanos y ciudadanía y también subrayó el papel tan importante que Marruecos puede desempeñar en los esfuerzos por contratar a 2 millones de trabajadores comunitarios de la salud en África, así como en el fomento de la producción local de medicamentos.

El señor Sidibé felicitó al Ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional por el progreso hecho en la respuesta al sida gracias al liderazgo del rey Mohammed VI, la colaboración del gobierno con la sociedad civil y el aumento de la inversión pública en temas de VIH. 

Sidibé participó en la ceremonia de apertura de la 12ª reunión de la Asociación por la Lucha contra el Sida (ALCS) para celebrar los 30 años de respuesta al VIH. La ALCS lleva años a la cabeza de la respuesta al VIH en Marruecos y trabajando por la prevención en grupos de población clave, por el asesoramiento y pruebas del VIH, por el apoyo psicosocial, por la sensibilización, por la movilización de recursos y por la introducción de nuevas innovaciones, entre otras, el análisis sistemático de comunidades y la profilaxis previa a la exposición.

A finales de 2016 se calculaba que había 22 000 personas que vivían con el VIH en Marruecos y que hubo menos de 1000 nuevas infecciones por el VIH y menos de 1000 muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA trabaja estrechamente con Marruecos para aumentar tanto los enfoques innovadores en la prevención del VIH y la realización de pruebas a grupos de población clave, como los servicios de terapia antirretrovírica y su integración en el sistema de sanitario. Otros de sus objetivos son aplicar una hoja de ruta para eliminar la transmisión maternoinfantil del VIH y poner en marcha una estrategia de cero discriminación. ONUSIDA también coordina el Plan de Apoyo Conjunto y trabaja para asegurar la disponibilidad de información estratégica y para movilizar y poner en marcha becas las del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria.

Citas

“Marruecos es un ejemplo para otros países, alcanzará los objetivos 90-90-90 para 2020. Es importante ser optimista, y yo soy incorregiblemente optimista”.

Michel Sidibé Director Ejecutivo de ONUSIDA

“Marruecos valora mucho lo que ONUSIDA está haciendo a nivel nacional e internacional”.

Nasser Bourita Ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional de Marruecos

“Sabemos que estamos en el buen camino y que no podemos relajarnos en lo referente a la prevención y al acceso al tratamiento, así que no sé por qué no íbamos a conseguir poner fin a la epidemia en nuestro país para 2030”.

Hakima Himmich Presidenta de la Asociación por la Lucha contra el Sida de Marruecos

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