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En el Día Internacional de la Mujer, ONUSIDA pide proteger los derechos de las mujeres para proteger su salud

06 de marzo de 2024

GINEBRA, 6 de marzo de 2024 —En vísperas del Día Internacional de la Mujer, que se celebra el 8 de marzo, ONUSIDA hace un llamamiento a la protección de los derechos de las mujeres para proteger su salud.

El mundo está muy lejos de alcanzar las metas de género, igualdad y VIH que forman parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Al ritmo actual de progreso, se calcula que harán falta 300 años para acabar con el matrimonio infantil, 140 años para que las mujeres estén representadas en igualdad de condiciones en puestos de poder y liderazgo en el lugar de trabajo, y 47 años para lograr la igualdad de representación en los parlamentos nacionales.

Además, en todo el mundo al menos cinco mujeres o niñas son asesinadas cada hora por alguien de su propia familia. Una de cada tres mujeres en el mundo sufre violencia sexual o de género.

Las mujeres que sufren violencia están más expuestas a contraer el VIH. Este riesgo es mayor para los 600 millones de mujeres y niñas que viven en los países afectados por conflictos, que se enfrentan a un mayor peligro de violencia sexual. Y en la mayoría de los países más pobres del mundo, la crisis de la deuda está reduciendo las inversiones en educación, sanidad y protección social, lo que perjudica especialmente a las mujeres y las niñas.

Las mujeres se ven aún más amenazadas por la represión organizada contra sus derechos. "Hoy en día, los derechos de las mujeres, que tanto ha costado conseguir, están siendo objeto de un ataque despiadado y coordinado a escala mundial. Quienes se enfrentan al ataque más despiadado son ya las mujeres más marginadas", afirmó Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. "Las injusticias a las que se enfrentan las mujeres no son desastres naturales para los que haya que prepararse, como huracanes o tormentas. Están hechas por el hombre y, como tales, podemos deshacerlas".

La buena noticia es que, en todo el mundo, las mujeres y las niñas lideran las luchas por la igualdad y los derechos. Las mujeres se levantan contra la opresión en sus hogares, lugares de trabajo y comunidades. Los movimientos de mujeres prestan apoyo directo a las mujeres y niñas que sufren violencia, y marchan y hacen huelgas por la igualdad. Para proteger los derechos de las mujeres, es vital apoyar y dotar de recursos a estas organizaciones comunitarias, grupos de la sociedad civil y organizaciones de mujeres, defensoras de primera línea de esos derechos.

Al igual que la justicia, la salud nunca se da, se gana.

El llamamiento de ONUSIDA en este Día Internacional de la Mujer es proteger la salud de las mujeres y las niñas, proteger los derechos de las mujeres y las niñas. De este modo, el mundo acabará con el sida y superará las desigualdades que lo provocan.

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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Mensaje de Winnie Byanyima

Mensaje del Secretario General de la ONU con motivo del Día mundial del sida (2023)

27 de noviembre de 2023

1 de diciembre de 2023

El Día Mundial del Sida llega en un momento decisivo.

El número de muertes relacionadas con el sida ha disminuido en un 70 % desde 2004, cuando se registraron cifras récord, y el número de nuevas infecciones por el VIH es el más bajo desde la década de 1980.

Sin embargo, el sida sigue cobrándose una vida cada minuto.

Podemos y debemos poner fin al sida como amenaza para la salud pública a más tardar en 2030.

Para alcanzar este objetivo hay que prestar atención al lema de este año: Que lideren las comunidades.

El camino que lleva a acabar con el sida pasa por las comunidades.

Ese trayecto comprende desde conectar a las personas con los tratamientos y servicios y el apoyo que necesitan hasta desplegar el activismo comunitario que impulsa la acción para que todas las personas puedan hacer efectivo su derecho a la salud.

Ganar la batalla contra el sida supone apoyar a quienes están en la primera línea de combate.

Esto significa que el liderazgo comunitario debe ser un eje central de los planes, programas, presupuestos y actividades de seguimiento en relación con el VIH. 

También debemos eliminar los obstáculos al liderazgo comunitario y asegurar que los grupos locales de la sociedad civil tengan un espacio para llevar adelante su labor vital.

Sobre todo, necesitamos financiación.

Para financiar plenamente la respuesta al sida en los países de ingreso bajo y mediano se necesitan más de 8.000 millones de dólares adicionales al año.

Esta financiación adicional debe incluir más fondos para los programas locales dirigidos por personas que viven con el VIH y para las iniciativas de prevención dirigidas por las comunidades.

El sida puede ser derrotado.

Llevemos a buen término esta labor apoyando a las comunidades para que puedan eliminar el flagelo del sida en sus barrios, en sus países y en todo el mundo.

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Materiales

Hoja informativa — Últimas estadísticas sobre el estado de la epidemia de sida

Presentación del informe sobre el Día Mundial del Sida de ONUSIDA

El Consejo Económico y Social de la ONU adopta su resolución 2023 sobre el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA

03 de agosto de 2023

El 25 de julio, el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC) aprobó por consenso su resolución 2023 sobre el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA, en una reunión presidida por la vicepresidenta del ECOSOC, la embajadora Paula Narváez, representante permanente de Chile ante las Naciones Unidas en Nueva York.  

En la reunión, el Consejo examinó el informe 2023 de la Directora Ejecutiva de ONUSIDA, que fue presentado por la Directora Ejecutiva Adjunta de Programas de ONUSIDA, Angeli Achrekar.  

Finalizado el debate, Alemania presentó una declaración conjunta de Alemania y Kenia introduciendo la Resolución 2023 sobre el Programa Conjunto. Ambos países habían cofacilitado las negociaciones en Ginebra (Suiza) a principios de julio en calidad de presidente y vicepresidente, respectivamente, de la Junta Coordinadora del Programa de ONUSIDA.  

Destacaron su gratitud a los Estados miembros por haber conseguido una resolución consensuada que subraya la necesidad de actuar con urgencia para cumplir los hitos y objetivos del 2025, como requisito previo para poner fin a la epidemia de sida para 2030. La Resolución también señala la importancia de la Declaración Política sobre el VIH y el SIDA de 2021 y de la Estrategia Mundial sobre el SIDA 2021-2026. Otros miembros que tomaron la palabra, entre ellos Australia, Brasil, la República Islámica de Irán, México, Sudáfrica y los Estados Unidos de América también elogiaron a los cofacilitadores por el proceso consultivo. 

Alemania y Kenia advirtieron de que muchos países no van por buen camino a pesar de los continuos avances globales. Expresaron su preocupación por los persistentes déficits de financiación experimentados por el Programa Conjunto y su impacto negativo en la capacidad de implementar su plan de trabajo anual, e hicieron un llamamiento a renovar los esfuerzos para financiar plenamente el Marco Unificado de Presupuesto, Resultados y Rendición de Cuentas, pidiendo a los donantes existentes que mantengan e incrementen sus contribuciones, e invitando a nuevos donantes a unirse, tanto del sector público como del privado.  

La resolución mantiene su llamado a redoblar los esfuerzos para proteger los derechos humanos y promover la igualdad de género en el contexto del VIH, expresando su preocupación por las leyes, políticas y prácticas que dificultan el acceso de todas las personas a los servicios de prevención, tratamiento, atención y apoyo relacionados con el VIH, y destaca la atención que necesitan las poblaciones clave, reconociendo que los esfuerzos para lograr la cobertura universal de salud deben basarse en las lecciones aprendidas de la respuesta multisectorial al VIH, incluida la prestación de servicios basada en la comunidad y dirigida por la comunidad. Los miembros que tomaron la palabra también reiteraron la importancia de estas lecciones en la preparación y respuesta a futuras pandemias. 

"El modelo del Programa Conjunto inclusivo y multisectorial establecido por ECOSOC—que reúne la experiencia de once organizaciones de las Naciones Unidas y está gobernado por una Junta inclusiva que incluye entre sus miembros a las personas más afectadas por el VIH—sigue siendo más relevante que nunca. El importante papel de la sociedad civil en la respuesta al sida se reconoce en la resolución que ustedes aprobarán hoy", afirmó Achrekar, dirigiéndose a los representantes de las misiones permanentes en Nueva York. 

Documento

Resolución

Carta de agradecimiento de la directora ejecutiva de ONUSIDA: PEPFAR es la mayor contribución realizada por cualquier país para acabar con el sida

12 de junio de 2023

Para conmemorar el vigésimo aniversario de PEPFAR, la directora ejecutiva del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA) ha escrito la siguiente carta al pueblo estadounidense

Queridos amigos estadounidenses,;

Cuando el sida llegó a África, destrozó mi continente. Se decía en muchas comunidades que cada familia extendida había perdido a alguien, también afectó a mi familia. El Plan de Emergencia del presidente de los Estados Unidos para el Alivio del sida, lanzado por el presidente George W. Bush y continuado por cada presidente y Congreso posterior, ha cambiado eso. Ha salvado millones de vidas, frenado una pandemia y ha contribuido al desarrollo económico y la estabilidad. También ha demostrado cómo se ve cuando un país lidera demostrando el poder de la compasión y la colaboración. PEPFAR es la mayor contribución realizada por cualquier país para poner fin al sida. Ahora, con el fin del sida alcanzable en esta década, el mundo necesita que PEPFAR termine el trabajo.

Recientemente estuve en Washington D.C., donde me reuní con apasionados activistas de toda América. Estaban allí para abogar por el trabajo inspirador de PEPFAR en reuniones con miembros del Congreso. Los estadounidenses se enorgullecen justamente de la contribución de PEPFAR a la salud y el desarrollo de decenas de millones de personas en todo el mundo.

En los últimos 20 años, el Gobierno de los Estados Unidos ha invertido más de 110 mil millones de dólares para apoyar la respuesta al VIH y el sida en 55 países de bajos y medianos ingresos con la mayor carga de VIH. Los resultados que PEPFAR ha ayudado a lograr son notables: la tasa de nuevas infecciones por VIH ha disminuido casi a la mitad, las muertes relacionadas por el sida se han reducido en dos tercios, y tres cuartas partes de las personas que viven con VIH reciben medicamentos que les salvan la vida. Se han evitado millones de muertes y millones de bebés han nacido sin VIH.

A través de la respuesta mundial al VIH, el trabajo de PEPFAR ha fortalecido los sistemas de salud y comunidad, brindando resultados más amplios para la salud, el desarrollo económico y humano y la equidad, acelerando el progreso hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Anualmente, PEPFAR ha brindado apoyo y servicios a través de más de 70,000 clínicas de salud comunitaria y centros de atención; 3,000 laboratorios y casi 30 laboratorios nacionales de referencia, así como a más de 340,000 trabajadores de la salud y comunitarios. La inversión de PEPFAR en los sistemas de salud contribuye significativamente a la vigilancia nacional y las capacidades de información en salud, que fueron fundamentales para las respuestas nacionales al COVID-19 y siguen siendo cruciales para gestionar futuras pandemias y otras amenazas para la salud pública.

PEPFAR ha demostrado el papel invaluable del compromiso comunitario y la sociedad civil para avanzar en la salud y el desarrollo sostenible, desde ayudar a las organizaciones basadas en la fe a brindar atención esencial y servicios de apoyo contra el VIH en toda África, hasta garantizar el apoyo a la sociedad civil ucraniana como la primera línea de la respuesta nacional contra el VIH durante toda la guerra.

Como parte importante de la diplomacia estadounidense, el compromiso inquebrantable de PEPFAR de enfrentar la discriminación y las desigualdades en los servicios contra el VIH envía una señal poderosa de que el mundo debe asegurarse de que nadie se quede atrás si queremos poner fin al sida.

PEPFAR trabaja a través de alianzas. Espero con ansias mi próxima misión conjunta en África con PEPFAR y el Fondo Mundial. En ONUSIDA, que trabaja en el terreno en más de 90 países, incluidos los 55 países socios de PEPFAR, vemos la diferencia que PEPFAR hace todos los días.

Hace veinte años, el Presidente Bush dio a conocer PEPFAR anunciando que "rara vez la historia ha ofrecido una oportunidad mayor para hacer tanto por tantos". En 2003, el Congreso de los Estados Unidos actuó rápidamente para autorizar PEPFAR en cuestión de semanas. La legislación de PEPFAR se renovó en 2008, 2013 y 2018, con el liderazgo y el apoyo bipartidista del Congreso de los Estados Unidos. Con la vida de decenas de millones de personas en juego, los países, las comunidades y ONUSIDA confían en que podemos contar con el pueblo estadounidense, y que el Gobierno y el Congreso de los Estados Unidos seguirán demostrando un liderazgo sin igual mediante el apoyo a PEPFAR.

Lo que antes era un sueño, pero que la asociación de PEPFAR hace posible, el fin del sida para 2030, es un reflejo de los valores del pueblo estadounidense. Hoy quería escribirles para decirles gracias.

Atentamente,

Winnie Byanyima;

Directora Ejecutiva de ONUSIDA

Subsecretaria General de las Naciones Unidas

Asociados

PEPFAR

Descargar la carta (en inglés)

ONUSIDA avisa a los países sobre una posibilidad sin precedentes de poner fin a las nuevas infecciones por el VIH, acabar con el sida y prepararse para futuras pandemias

24 de mayo de 2023

GINEBRA, 24 de mayo de 2023- ONUSIDA insta a los países a aprovechar al máximo las nuevas oportunidades para aumentar los fondos, ampliar las nuevas y demostradas tecnologías de prevención del VIH y eliminar los obstáculos a los servicios para el VIH. Tomar medidas hoy impulsará el progreso para poner fin al sida y dar respuesta a las pandemias actuales y futuras.   

En paralelo a la 76.ª Asamblea Mundial de la Saludlos ministros de Sanidad se reunieron con los líderes y expertos sanitarios mundiales en un evento de alto nivel de la°Coalición Mundial para la Prevención del VIH . Durante el evento, organizado por ONUSIDA, se llamó a fomentar el compromiso político, abordar las políticas y las leyes que impulsan las desigualdades y las pandemias, garantizar financiación adicional y promover la implementación a escala de programas eficaces en materia de VIH.  

«Nunca  ha sido tan grande la posibilidad de prevenir el VIH», destacó Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. «Disponemos de herramientas y tecnologías, pero ninguna de ellas se ha extendido lo suficiente como para llegar a todo el mundo. Hacer justicia ante esta oportunidad única requiere un liderazgo audaz y una inversión renovada en la prevención del VIH, con el fin de proporcionar elecciones de prevención eficaces a todos los que las necesitan».  

El informe En peligro°elaborado por ONUSIDA reveló que en el año 2021 se produjeron 1,5 millones de nuevas infecciones por el VIH en todo el mundo, más de tres veces el objetivo de 500 000 a finales de 2021. El objetivo para 2025 es reducir las nuevas infecciones por el VIH a menos de 370 000.  Para alcanzar esa meta, los países tendrán que reducir el 82,5 % con respecto a 2010, tal y como se describe en la Hoja de ruta para la prevención del VIH para 2025, una guía práctica de 10 pasos para alcanzar las metas para 2025. 

«Esta es la mejor oportunidad que hemos tenido, probablemente en toda la historia de la pandemia de sida, de reinventar la prevención del VIH y hacerlo con equidad y con impacto», insistió Mitchell Warren, copresidenta de la Coalición Mundial para la Prevención del VIH. 

De los 28 países prioritarios identificados por la Coalición Mundial para la Prevención del VIH, un nuevo resumen de los datos de ONUSIDA muestra que cinco países (Costa de Marfil, Zimbabwe, Malawi, Lesoto y la República Islámica de Irán) redujeron las nuevas infecciones por el VIH en más del 61 % de 2010 a 2021, justamente el nivel de progreso necesario. Además, doce países registraron una reducción de más del 40 %. 

Sin embargo, los datos también muestran que los nuevos casos de infección por el VIH están aumentando en 38 países, algunos con grandes epidemias de VIH. Lamentablemente, esta preocupante tendencia exige acelerar la prevención y ampliar la Coalición a estos países. 

De acuerdo con los resultados de los países de la Coalición Mundial para la Prevención del VIH (GPC) de ONUSIDA en 2022, los programas específicos de prevención del VIH dirigidos a chicas adolescentes y mujeres jóvenes solo están presentes en el 41 % de los distritos con una incidencia del VIH de moderada a alta en el África subhariana. 

Según los estudios, en los países con datos disponibles en los que la Coalición se centró, el 63 % de los trabajadores sexuales, el 49 % de los gais y otros hombres que tienen relaciones con hombres y el 36 % de las personas que se inyectan drogas tuvieron acceso a  los servicios de prevención del VIH en 2021. El alto estigma que arrastra la prestación generalizada de servicios sanitarios, la criminalización de los grupos de población clave, las prácticas dañinas para garantizar la aplicación de las leyes, y las barreras de género y estructurales siguen siendo a día de hoy los principales obstáculos para acceder a los servicios de prevención del VIH.  

«Las pruebas y los programas para el VIH basados en los derechos humanos, que implican significativamente a los grupos de población clave, no cuentan con la financiación suficiente y se está escatimando darles alcance. Por ejemplo, en lo referente a las personas que consumen drogas, solo el 2 % de nosotros vivimos en países con una gran cobertura de servicios básicos de reducción del daño», afirmó Judy Chang, de la Red Internacional de Personas que Consumen Drogas. «Si no logramos realizar inversiones basadas en el derecho de todos a la salud pública, y solo lo hacemos apoyándonos en lo que se conoce como agendas morales, fallaremos a la salud mundial. Por eso necesitamos que los países inviertan en la prevención del VIH y en los sistemas comunitarios». 

El acceso a los preservativos, la profilaxis previa a la exposición (medicamentos para prevenir el VIH) y la circuncisión médica masculina voluntaria siguen siendo muy desiguales. Solo Uganda y Zimbabwe satisfacían más del 80 % de la necesidad de distribución de preservativos. Los datos también sugieren que el uso del preservativo ha disminuido en varios países desde el año 2015, lo que deja ver la imperiosa necesidad de detener e invertir las tendencias decrecientes en el uso del preservativo. Aunque la adopción de la profilaxis previa a la exposición aumentó rápidamente en los 28 países de interés, el número absoluto todavía se mantiene muy bajo (1,5 millones de usuarios a finales de 2021) en comparación con el objetivo global de más de 10 millones.  

El número de hombres que se sometieron a la circuncisión médica masculina voluntaria para la prevención del VIH (que los estudios aseguran que previene el VIH en hasta un 60 % para los hombres) ha sido siempre superior a los 4 millones al año desde 2017 hasta 2019. Sin embargo, disminuyó en un 40 % en 2020 y en 2021, y llegó a mantenerse en 2,8 millones en 2021. Solo Etiopía, Tanzania y Zambia cumplieron las metas establecidas en la Estrategia mundial contra el sida 2021-2026, lo que demuestra la necesidad de un enfoque renovado. 

Este análisis de datos no hace sino poner de manifiesto tanto los logros alentadores como las constantes brechas en los programas nacionales de prevención del VIH. El hecho de haber cosechado ya éxitos en varios países, junto con las nuevas tecnologías disponibles, brinda una oportunidad única para que las acciones concertadas pongan fin a las nuevas infecciones por el VIH, acaben con el sida y refuercen la preparación y la respuesta a la pandemia.

ONUSIDA

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Mensaje de la Directora Ejecutiva de ONUSIDA en el Día Mundial de la Tuberculosis: “Podemos y debemos acabar con la tuberculosis entre las personas que viven con el VIH"

24 de marzo de 2023

Hoy, en el Día Mundial de la Tuberculosis, debemos reconocer la urgente necesidad de acabar con la epidemia de la tuberculosis en todo el mundo, especialmente entre las personas que viven con el VIH. La tuberculosis sigue siendo una de las principales causas de enfermedad grave y muerte entre las personas VIH-positivas.

Según el Informe Mundial sobre la Tuberculosis del 2022 publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), las personas VIH-positivas tienen entre 14 y 18 veces más probabilidades de enfermar de tuberculosis que las personas VIH-negativas. En 2021, alrededor de una de cada tres muertes relacionadas con el sida fue causada por la tuberculosis. No podemos permitir que esta situación continúe así. Debemos garantizar que todas las personas que viven con el VIH y aquellas que son vulnerables a la tuberculosis tengan acceso a los servicios de prevención, diagnóstico y tratamiento.

Seguimos desaprovechando oportunidades para implementar las herramientas que disponemos contra la coinfección por VIH y tuberculosis. Casi la mitad de las personas que viven con el VIH que desarrollaron tuberculosis en 2021 no fueron diagnosticadas ni se les informó que padecían tuberculosis. La cobertura de la terapia preventiva contra la tuberculosis entre las personas VIH-positivas que reúnen los requisitos sigue siendo de solo el 42%.

Al igual que en las respuestas al VIH y a la COVID-19, las desigualdades son la causa principal que expone a algunas personas a correr mayor riesgo de contraer tuberculosis, debido a factores socioeconómicos, geográficos y de género y a situaciones humanitarias y de crisis. El marco legal y político también repercute en el acceso a servicios sanitarios para aquellos que más lo necesitan. No debemos olvidar que para que un programa sanitario funcione, tenemos que poner el foco sobre las personas e implicar a los beneficiarios, especialmente a las comunidades menos atendidas, para que formen parte de la planificación, la ejecución y la monitorización de la respuesta.

Hoy, en el Día Mundial de la Tuberculosis, me gustaría hacer un llamamiento a todos nuestros asociados para que dupliquen sus esfuerzos con el objetivo de asegurar la detección precoz, el tratamiento y la prevención de la tuberculosis en personas que viven con el VIH, mediante las siguientes medidas: la ampliación de las herramientas de detección y diagnóstico recomendadas, la prestación de tratamiento y atención integrados y de calidad, la implementación de tratamientos preventivos de corta duración contra la tuberculosis y la eliminación de obstáculos que dificulten el correcto desarrollo de los programas.

Si ponemos fin a la tuberculosis entre las personas que viven con el VIH, salvaremos más vidas, reduciremos su sufrimiento y estaremos más cerca de erradicar ambas epidemias para siempre.

ONUSIDA

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Our work

TB and HIV

En el Día de la Cero Discriminación, los países instan a la despenalización para salvar vidas

28 de febrero de 2023

En el Día de la Cero Discriminación de 2023, que se celebra el 1 de marzo, ONUSIDA pone de relieve la necesidad de eliminar las leyes que criminalizan a las personas que viven con el VIH y a los grupos de población clave.* El lema de 2023, «Despenalizar salva vidas», insiste en el impacto positivo en los resultados de salud y vida que se observa cuando se eliminan las leyes discriminatorias y punitivas.

En el año 2021, el mundo estableció ambiciosos objetivos de reforma de las leyes con el fin de eliminar las leyes penales que están socavando la respuesta al VIH y dejando atrás a los grupos de población clave. Al reconocer la despenalización como un elemento fundamental en la respuesta, los países se comprometieron a que, para 2025, menos del 10 % de los países mantuvieran entornos jurídicos y políticos punitivos que afectaran a la respuesta al VIH.

Por su parte, Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA, destacó:

«La criminalización de las leyes obliga a las personas a huir de los tratamientos que salvan vidas. Por eso urge eliminarlas. La única razón por la que las personas siguen muriendo por el sida son las desigualdades sociales, las normas sociales, la ausencia de oportunidades escolares, etc., y todas ellas se unen para ponerlas aún más en riesgo».

«A nivel nacional, es fundamental derogar las leyes penales que están alejando a las personas de la prevención y el tratamiento del VIH».

Estos objetivos son ambiciosos pero necesarios

La investigación en el África subsahariana ha demostrado que la prevalencia del VIH entre los hombres gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres es cinco veces superior en los países que penalizan la actividad sexual entre personas del mismo sexo en comparación con aquellos que no lo hacen, y doce veces superior en los casos en los que se produjeron procesos judiciales recientes.

La penalización del trabajo sexual incrementa tanto el riesgo de contagio del VIH de los trabajadores sexuales como su vulnerabilidad a la violencia perpetrada por los consumidores, la Policía y otras personas. La criminalización de los clientes de los trabajadores sexuales también ha demostrado repetidamente que afecta negativamente a la seguridad y la salud de los trabajadores sexuales, incluida la reducción del acceso y el uso de preservativos, y el aumento de las tasas de violencia.

La despenalización del consumo y la posesión de drogas para uso personal se asocia con una disminución significativa de la incidencia del VIH entre las personas que se inyectan drogas, incluso a través de un mayor acceso a los servicios de reducción del daño, la reducción de la violencia y el arresto o el acoso por parte de los organismos de aplicación de la ley.

En ese sentido, la Sra. Byanyima destacó:

«Tenemos la evidencia de que, cuando se derogan las leyes penales sobre las relaciones entre personas del mismo sexo, disminuye significativamente el riesgo de contraer el VIH entre los gais y los hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres.

«Para mí, el VIH es una enfermedad, pero es más una injusticia social. Está impulsada por las desigualdades en la sociedad. No son cosas que puedan ocurrir sin un consenso en la sociedad, por lo que necesitamos que todo el mundo participe».

Por tanto, la reforma de las leyes es fundamental si queremos poner fin al sida como amenaza para la salud pública para 2030.

Los objetivos son ambiciosos, pero no imposibles

De hecho, la experiencia reciente demuestra lo posibles que son.  En 2022, Bélgica y Australia han eliminado las leyes que criminalizan el trabajo sexual; Zimbabwe despenalizó la exposición al VIH, la no revelación y la transmisión, y la República Centroafricana redujo el alcance de sus leyes penales contra el VIH. Por su parte, Antigua y Barbuda, Saint Kitts y Nevis, Singapur y Barbados han derogado las antiguas leyes coloniales que criminalizan la actividad sexual del mismo sexo. Kuwait derogó una ley que criminaliza la imitación del sexo contrario, una ley utilizada para dirigirse a las personas trans, mientras que Nueva Zelanda eliminó las restricciones de viaje relacionadas con el VIH.

Sin embargo, a pesar de estas reformas tan alentadoras, el mundo no va por buen camino para garantizar que solo menos del 10 % de los países tengan entornos jurídicos y políticos punitivos que obstaculicen el acceso a los servicios para el VIH. Según ONUSIDA, en 2021, 134 países que comunican datos criminalizaron o persiguieron de manera explícita la exposición al VIH, la no revelación o la transmisión del virus; 20 países que comunican datos criminalizaron y/o perseguieron a personas trans; 153 países que comunican datos criminalizaron al menos un aspecto del trabajo sexual y 67 países ahora criminalizan la actividad sexual consentida entre personas del mismo sexo. Además, 48 países siguen restringiendo la entrada en su territorio a las personas que viven con el VIH, mientras que 53 países exigen la realización obligatoria de pruebas del VIH, por ejemplo, para obtener los certificados de matrimonio o para ejercer ciertas profesiones. Aún 106 países exigen consentimiento paterno a los adolescentes para acceder a las pruebas del VIH.

Dichas leyes y sanciones infringen las normas internacionales de derechos humanos y estigmatizan y discriminan a las poblaciones ya marginadas.

La despenalización salva vidas y ayuda a avanzar hacia el fin de la pandemia de sida.

* Los grupos de población clave son las comunidades con un mayor riesgo de contraer el VIH, incluidos los hombres gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, los consumidores de drogas, los trabajadores sexuales, las personas trans, las personas en cárceles y otros centros de internamiento.

 

Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA, recibe un doctorado honorario de la Universidad de Cranfield

23 de junio de 2022

Ginebra, 23 de junio de 2022: la directora ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima, ha recibido un Doctorado Honorario de la Universidad de Cranfield en una ceremonia celebrada el 23 de junio de 2022 en su campus de Bedfordshire, Reino Unido.  

«Para mí es un grandísimo honor recibir un Doctorado Honorario de mi alma mater la Cranfield University», afirma la Sra. Byanyima. «Llevo mucho tiempo sin ejercer como ingeniera, pero todo lo que aprendí en Cranfield sobre la aplicación de la ciencia y la tecnología al servicio de la humanidad me lleva acompañando toda mi vida».  

La Sra. Byanyima, una apasionada y veterana de la justicia social y la igualdad de género, está convencida de que la atención sanitaria es un derecho humano y ha sido una de las primeras defensoras de la People's Vaccine Alliance, una coalición que trabaja para garantizar que las vacunas y los tratamientos contra la COVID-19 estén disponibles y sean gratuitos para todos, en todas partes.  

«Winnie es una persona excepcional que está logrando una gran diferencia para las personas de todo el mundo», afirmó la directora ejecutiva y vicepresidenta de la Universidad de Cranfield, la profesora Karen Holford CBE FREng. «Me llena de orgullo concederle este honor, sobre todo porque ella estudió en la Universidad de Cranfield. A día de hoy nuestro fuerte vínculo continúa, y sé bien que muchos de los graduados de hoy admirarán a Winnie y aspirarán a lograr el mismo cambio positivo en el mundo que ella ha conseguido».  

La Sra. Byanyima obtuvo un Máster en Ingeniería Mecánica en la Universidad de Cranfield en 1989.  

Cranfield es una universidad de posgrado especializada situada en el Reino Unido, líder mundial en educación e investigación transformadora en tecnología y gestión.

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El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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Un año después de la nueva y audaz estrategia en materia de VIH/sida, los Estados miembros de las Naciones Unidas insisten en que es vital acelerar el progreso

10 de junio de 2022

Un año después de adoptar una nueva Declaración política sobre el VIH y el sida: Acabar con las desigualdades y estar en condiciones de poner fin al sida para 2030, los Estados miembros de las Naciones Unidas han puesto de relieve la necesidad de trabajar juntos para acelerar el progreso en la implementación.

Antes de la reunión, el Secretario General de las Naciones Unidas publicó  un informe titulado Abordar las desigualdades para poner fin a la pandemia de sida en el que se refería a la aplicación de la declaración política sobre el VIH/sida. El informe establece cómo las desigualdades y la inversión insuficiente «dejan al mundo peligrosamente mal preparado para hacer frente a las pandemias de hoy y de mañana»

La pandemia de sida es responsable de más de 13 000 muertes cada semana.

Los datos del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA) reflejan que las infecciones por el VIH y las muertes relacionadas con el sida no están disminuyendo lo suficientemente rápido como para conseguir poner fin a la pandemia para 2030, tal y como se prometió.

El informe del Secretario General destaca las soluciones, entre las que se incluyen (a) la prevención del VIH y los facilitadores sociales; (b) las respuestas lideradas por la comunidad; (c) el acceso equitativo a los medicamentos, las vacunas y las tecnologías sanitarias; (d) la financiación sostenible para la respuesta al sida y una prevención, preparación y respuesta más amplias a la pandemia; (e) los sistemas de datos centrados en las personas y (f) el fortalecimiento de las alianzas mundiales.

La declaración del Secretario General de las Naciones Unidas ante la Asamblea General, presentada por el jefe de gabinete, Courtenay Rattray, describió los tres pasos inmediatos para revertir las tendencias actuales y volver al buen camino. «En primer lugar, debemos abordar las desigualdades, la discriminación y la marginación de comunidades enteras, que a menudo se ven exacerbadas por leyes, políticas y prácticas punitivas». Asimismo, hizo un llamamiento a las reformas políticas para reducir los riesgos del VIH en las comunidades marginadas, incluidos los trabajadores sexuales, las personas que se inyectan drogas, los prisioneros, las personas trans y los gais. Llamó la atención sobre cómo el estigma está obstaculizando la salud pública: «El estigma perjudica y hace daño a todos. Por el contrario, la solidaridad social nos protege a todos».

El segundo paso es garantizar el intercambio de tecnologías sanitarias, incluidos los antirretrovirales de acción prolongada, para ponerlas a disposición de las personas en todos los países del mundo.

El tercer paso es aumentar los recursos disponibles para combatir el sida. «Invertir en sida es invertir en seguridad sanitaria mundial. Permite salvar vidas y ahorrar dinero».

En su discurso de apertura, el presidente de la Asamblea General, Abdulla Shahid, señaló que «el acceso igualitario a la atención sanitaria es un derecho humano esencial para garantizar la salud pública, para todos. Nadie estará a salvo hasta que todos estemos a salvo. Esforzarnos por alcanzar los objetivos relacionados con el sida para 2025 nos brinda la oportunidad de trabajar juntos para aumentar las inversiones en los sistemas de salud pública y las respuestas a la pandemia, y de aprovechar las lecciones aprendidas de la crisis del VIH/sida para aplicarlas en nuestra recuperación de la COVID-19, y viceversa».

Más de 35 Estados miembros y observadores participaron activamente en la revisión de la situación del sida, que incluía aportaciones en nombre del grupo de África, la Comunidad del Caribe y el Sistema de Integración Centroamericano y la Unión Europea.

En todas las declaraciones se incidió en la urgencia de intensificar la acción colectiva para situarnos en el camino y alcanzar los objetivos para 2025, y en la importancia de detectar todas las desigualdades para garantizar una respuesta al VIH exitosa.

El presidente de la Asamblea General, el Secretario General, el grupo africano, la UE y varios Estados miembros incidieron una vez más en la relevancia de financiar plenamente la respuesta al VIH y de fortalecer las inversiones en salud mundial.

El Grupo de África, junto con muchos otros, habló sobre cómo abordar el estigma y las leyes discriminatorias que impiden que las personas accedan a la atención sanitaria y a los servicios sociales.

El debate dejó claro que es posible poner fin al sida, pero solo si los países trabajan juntos y son valientes a la hora de abordar las desigualdades. «El mensaje más importante de hoy —señaló el Secretario General en su conclusión— es que, si trabajamos juntos para abordar las desigualdades que perpetúan el VIH/sida, todavía estamos a tiempo de poner fin a esta amenaza para la salud pública para 2030».

Secretary General's report to the General Assembly

Political Declaration on HIV and AIDS: Ending Inequalities and Getting on Track to End AIDS by 2030

Asamblea Mundial de la Salud: ONUSIDA insta a los líderes mundiales a abordar las desigualdades y respetar los derechos humanos para acabar con las pandemias emergentes

24 de mayo de 2022

GINEBRA, 24 de mayo de 2022. En la septuagésima quinta Asamblea Mundial de la Salud, celebrada en Ginebra (Suiza), ONUSIDA ha instado a los líderes mundiales a abordar las desigualdades a nivel mundial que alimentan pandemias como la del VIH o la COVID-19.  ONUSIDA destacó que el respeto hacia los derechos humanos de todos es esencial para conseguir una buena salud en todo el planeta.

En el discurso que pronunció hoy ante la Asamblea Mundial de la Salud la Directora Ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima, instó a los líderes mundiales a establecer como prioridad urgente la inversión necesaria para acabar con la pandemia de sida, así como para preparar el mundo mejor para pandemias futuras y garantizar la seguridad sanitaria de toda la población.

«Es preocupante lo poco preparado que sigue estando el mundo para frenar las pandemias actuales o prevenir las futuras porque no disponemos de planes eficaces para garantizar el acceso a las tecnologías de la salud ni para otorgar financiación a organizaciones de respuesta a las pandemias lideradas por la comunidad», señaló Byanyima. «Podemos combatir las pandemias y proteger la salud de todos si somos atrevidos y afrontamos las desigualdades; si ponemos los derechos humanos en el centro de nuestra respuesta».

El discurso de Byanyima trató las tres áreas centrales de la preparación para pandemias: el acceso, la financiación y las comunidades.

Comunidades. Para combatir las pandemias y proteger la salud de todas las personas, necesitamos organizaciones lideradas por la comunidad que dispongan de financiación suficiente para proporcionar servicios, divulgación e información fiable como parte esencial de la respuesta de la salud pública. Las comunidades, que conocen mejor la situación sobre el terreno y tienen relaciones fundamentales de confianza, deben disponer de los recursos y el espacio necesarios para trabajar.

Acceso. Para poner fin a la epidemia de sida, vencer a la COVID-19 y frenar las pandemias del futuro, es fundamental que todo el mundo tenga acceso a las tecnologías de la salud que salvan vidas y pueden combatir las pandemias. Necesitamos sustituir las normas de propiedad intelectual actuales, que restringen el acceso a medicamentos que salvan vidas para las personas del hemisferio sur, por otras que obliguen a compartir las tecnologías. Esto garantizaría el acceso a las vacunas y a los tratamientos para la COVID-19 y a nuevos medicamentos emergentes de acción prolongada para la prevención y tratamiento del VIH, así como a medicinas necesarias para prevenir otras pandemias.

Financiación. Nuestra seguridad sanitaria colectiva y la eficacia de las respuestas mundiales a las pandemias requieren que les proporcionemos una financiación adecuada. Esto incluye proporcionar financiación íntegra al Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria. Supone, además, que los países de renta media y baja puedan aumentar su inversión en salud a través de la movilización progresiva de recursos domésticos y de la solidaridad internacional, en lugar de verse perjudicados por la deuda pública o marginados en la asignación de derechos especiales de giro en el Fondo Monetario Internacional.

Durante la Asamblea Mundial de la Salud, ONUSIDA celebró el progreso que se ha logrado en el desarrollo de un nuevo instrumento de preparación y respuesta a las pandemias y señaló que esta debería incluir los siguientes elementos fundamentales:

  • Situar los derechos humanos en el núcleo de la respuesta a las pandemias.
  • Poner a las comunidades en el centro, incluida su participación en la arquitectura de la preparación y respuesta a las pandemias a escala nacional, regional y mundial.
  • Garantizar el acceso a las tecnologías de la salud y a contramedidas sanitarias como bienes de salud pública, de modo que se garantice el acceso equitativo para aquellos que lo necesitan.
  • Construir sistemas de datos basados en la población que sean capaces de poner en relieve las desigualdades.
  • Apoyar al personal sanitario, incluidos los trabajadores comunitarios de la salud que trabajan en la primera línea de las pandemias.

ONUSIDA también felicitó afectuosamente a Tedros Adhanom Ghebreyesus por su reconfirmación como Director General de la Organización Mundial de la Salud durante la Asamblea Mundial de la Salud. “¡Felicidades Tedros, hermano mío! Tenemos muchas ganas de seguir trabajando juntos para garantizar la salud de todos”, dijo Byanyima.

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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