Science and research

La identificación de una variante del VIH de rápida propagación demuestra la urgencia de detener la pandemia y llegar a todas las personas con pruebas y tratamiento

07 de febrero de 2022

Unos 10 millones de personas que viven con el VIH siguen sin recibir tratamiento antirretroviral

GINEBRA, 7 de febrero de 2022. Una investigación publicada recientemente en los Países Bajos se hace eco de la existencia de una variante del VIH más transmisible y dañina. Las personas que viven con el nuevo subtipo de VIH hallado tienen el doble de tasa de disminución del sistema inmunitario (recuento de CD4), presentan mayores cargas virales del VIH (cantidad de virus en la sangre) y son vulnerables de desarrollar sida de dos a tres veces más rápido tras el diagnóstico que si convivieran con otras cepas del virus. El estudio, dirigido por investigadores del Instituto del Big Data de la Universidad de Oxford, fue el primero en descubrir esta variante del subtipo B del virus. Asimismo reveló que la variante lleva años circulando en los Países Bajos y sigue siendo receptiva al tratamiento del VIH.

La pandemia del VIH sigue cobrándose una vida cada minuto y a los científicos les invade desde hace mucho la preocupación por la evolución de nuevas variantes del VIH más transmisibles. Esta variante recién identificada no representa una importante amenaza para la salud pública, pero sí subraya la urgencia de acelerar los esfuerzos para detener la pandemia del VIH.

«Diez millones de personas que viven con el VIH en todo el mundo siguen sin tratamiento, lo que impulsa la continua propagación del virus y el potencial para la aparición de nuevas variantes», afirmó Eamonn Murphy, director ejecutivo adjunto de programas de ONUSIDA. «Necesitamos poner en marcha de forma inminente innovaciones médicas de vanguardia, de modo que lleguen a las comunidades más necesitadas. Ya sea el tratamiento contra el VIH o las vacunas contra la COVID-19, lo cierto es que las desigualdades en el acceso están perpetuando las pandemias de formas que nos perjudican a todos».

El VIH sigue siendo la pandemia más mortífera de nuestro tiempo: se estima que 79 millones de personas se han infectado con el virus, para el cual todavía no hay vacuna ni cura. Unos 36 millones de personas han fallecido por enfermedades relacionadas con el sida desde el inicio de la pandemia y 1,5 millones de personas se infectaron por el VIH en 2020. De los 38 millones de personas que viven con el VIH en la actualidad, 28 millones siguen un tratamiento antirretroviral que salva vidas, que los mantiene vivos y sanos, y que evita la transmisión del virus. 

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El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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ONUSIDA da la bienvenida al primer acuerdo de licencia del Acceso Mancomunado a Tecnología contra la COVID-19 de la OMS

24 de noviembre de 2021

 

GINEBRA, 24 de noviembre de 2021—ONUSIDA da la bienvenida al primer acuerdo de licencia del Acceso Mancomunado a Tecnología contra la COVID-19 (C-TAP) de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se negoció entre el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y el Medicines Patent Pool.

La iniciativa C-TAP se basa en un modelo de éxito para aumentar el acceso a productos contra el VIH, la tuberculosis y la hepatitis C en países de renta media y baja. Ha demostrado eficacia para superar algunas barreras de acceso a las tecnologías sanitarias para la COVID-19. Sin embargo, ha sido hasta la fecha poco aprovechada y, las empresas farmacéuticas y otros titulares de tecnologías de COVID-19, se han mostrado reacios a unirse al C-TAP.

“Doy la bienvenida a este acuerdo, pero pido a otras empresas farmacéuticas y a aquellos que poseen la tecnología COVID-19 a que compartan sus conocimientos,” declaró Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. “Piensen en cuántas vidas podrían salvarse si las vacunas, los medicamentos y otras tecnologías COVID-19 se pusieran a disposición de todos los que los necesitan.”

Este nuevo acuerdo de licencia demuestra que es posible compartir conocimientos, tecnología y derechos de propiedad intelectual en la lucha contra la COVID-19.

Compartir los derechos de propiedad intelectual, los datos y los conocimientos debería ser un factor esencial en la preparación y la respuesta ante una pandemia. ONUSIDA anima a los institutos de investigación y a los poseedores de tecnologías que salvan vidas, incluyendo a los fabricantes de vacunas, que sigan y se unan al C-TAP e insta a los gobiernos de los países con compañías farmacéuticas a que garanticen que las tecnologías se ofrezcan al C-TAP con urgencia.

El acuerdo contiene disposiciones clave de acceso, como el derecho no exclusivo a desarrollar las patentes, los conocimientos técnicos y el material bajo licencia. No existen limitaciones geográficas, por lo que compañías cualificadas a nivel mundial podrán desarrollar las licencias y comercializar los productos derivados de ellas. Los términos de este acuerdo estarán disponibles al público, asegurando así la transparencia. Incluye un paquete de transferencia de tecnología.

El acuerdo abarca la concesión de licencias de una tecnología para detectar anticuerpos contra el SARS-CoV-2, virus causante de la COVID-19, a partir de la infección por este o de una vacuna, y permitirá medir la eficacia de los programas de vacunación y ayudará en la gestión de los de refuerzo. Las pruebas derivadas de la tecnología son de uso fácil, lo que ayudará en su aplicación en zonas de recursos limitados. Así, las compañías en países de renta media y baja no tendrán que pagar los derechos para poder hacer uso de esta.

ONUSIDA apoyó un llamamiento a la acción en mayo de 2020, liderado por el Gobierno de Costa Rica y la OMS, que condujo a la creación del C-TAP. ONUSIDA es miembro del Comité Directivo del C-TAP.

ONUSIDA da las gracias al Gobierno de España por respaldar y facilitar el acuerdo y por su apoyo económico al C-TAP.

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Ciencia, VIH y COVID-19: ¿hacia dónde vamos?

08 de junio de 2021

En un evento paralelo a la Reunión de Alto Nivel sobre el Sida de las Naciones Unidas, que se está celebrando en Nueva York del 8 al 10 de junio y se puede seguir virtualmente, se ha subrayado la importancia de la ciencia tanto para la nueva estrategia como para los objetivos mundiales fijados por ONUSIDA. Asimismo, se ha puesto de manifiesto la enorme relevancia de un entorno científico que avanza y que será determinante para llevar al mundo a 2030, la fecha meta del Objetivo de Desarrollo Sostenible para poner fin al sida.

En el encuentro Ciencia, VIH y COVID-19: ¿hacia dónde vamos?, Jon Cohen, un periodista científico de renombre, fue el encargado de moderar un debate en el que participaron Anthony Fauci, asesor médico jefe del presidente de los Estados Unidos de América; Loyce Maturu, activista que trabaja para Zvandiri en Zimbabwe; Soumya Swaminathan, científico jefe de la Organización Mundial de la Salud y otros científicos líderes en materia de VIH.

En la complejidad y la naturaleza multidimensional de la respuesta mundial al sida, la ciencia ha sido siempre esa fuerza constante capaz de moldear y adaptar la reacción del mundo. Y precisamente ese papel principal de la ciencia ha quedado claro en la batalla que seguimos librando contra la otra pandemia que nos acecha: la de la COVID-19. Este acto paralelo brindó una oportunidad excelente para hablar de la ciencia y revisar los principales y emergentes temas científicos que influirán en la trayectoria de la pandemia del VIH en el enfoque para 2030.

El Sr. Fauci enfatizó la importancia del compromiso a largo plazo y la inversión en vigilancia y ciencia con el fin de llegar preparados a posibles futuras pandemias. Recalcó que hemos de generar confianza en la ciencia y explicar cómo evoluciona el conocimiento, para lo que debemos recopilar datos fiables capaces de alterar los protocolos ya en marcha de salud clínica y pública. La pandemia de la COVID-19 nos ha enseñado mucho sobre eficiencia y sobre cómo convertir de forma rápida las nociones científicas en intervenciones eficaces que salven vidas, afirmó. Sin embargo, debemos abordar los grandes desafíos que a día de hoy limitan nuestro impacto mundial: el acceso, el elevado precio de las medidas y las enormes desigualdades sociales. Como conclusión final, se insistió en que tanto la pandemia del VIH como la de la COVID-19 tienen el poder de hacer mucho más fuerte a la comunidad global. Además, en nombre de los Estados Unidos, se comprometió a trabajar para ser un líder mundial y un socio fiable en esos esfuerzos.

Greg Millett celebró la increíble caída en los números de las nuevas infecciones por el VIH en varios lugares como Londres, Dinamarca y Australia, donde la profilaxis previa a la exposición (PPrE) y las pruebas y el tratamiento eficaces están realmente funcionando para los gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres.  Destacó la importancia de los recientes avances científicos que han llevado al desarrollo de nuevas tecnologías, como las autopruebas del VIH y las nuevas modalidades de profilaxis previa a la exposición.

Uno de los temas principales fue el de la igualdad. Tanto para la COVID-19 como para el VIH, los participantes recalcaron que debemos asegurarnos de que todas las personas de todos los países del mundo puedan beneficiarse de la ciencia. El público que se pronunció reiteró que esto es aún más importante dada la participación de tantas personas en tantos países como participantes altruistas en la investigación que ha conducido a nuevas y emocionantes herramientas para la prevención del VIH y vacunas contra la COVID-19. Y el Sr. Millet señaló que todos estamos interrelacionados e interconectados. Sin duda, las infecciones por el VIH y otras enfermedades no entienden de fronteras.

Loyce Maturu recordó a todos que los jóvenes desempeñan un papel esencial en la respuesta al VIH. Los jóvenes suelen ser dejados atrás y tratados como usuarios finales de servicios que quedan muy lejos de su estilo de vida. Reconoció que, gracias a la ciencia, ella misma estaba en este acto con nosotros, que seguía ahí, guapa y sana tras haber sufrido de niña distintas enfermedades relacionadas con el sida y después de haber sido testigo de cómo el VIH se llevaba a su madre y su hermano. Los jóvenes deben ocupar una posición central para la ciencia y han de poder llevar sus aportaciones a las mesas en que se establecen las prioridades en investigación.

Quarraisha Abdool Karim y otros instaron a los líderes políticos a no «pasarse la pelota unos a otros» en lo concerniente al VIH. Pidieron no dejar las cosas a medias. Debemos terminar nuestro trabajo, no podemos permitirnos que los enormes retos que se nos van presentando en el camino nos aparten de nuestra misión.

Todos los participantes coincidieron en que los programas para el VIH deben basarse firmemente en pruebas científicas. Además, Wafaa El Sadr señaló que la base de las pruebas no proviene solo de laboratorios biomédicos y grandes ensayos clínicos, sino también de lo que se observa a raíz de la implementación y a través de las ciencias sociales. Los copresidentes de la próxima Conferencia de Ciencias de la Sociedad Internacional del Sida, que se celebrará en julio de 2021, Adeeba Kamarulzaman y Hendrik Streeck, albergaban la esperanza de que la reunión de alto nivel trajera consigo el impulso que hace falta tanta para conseguir ese mayor compromiso con la ciencia. Cabe destacar que la participación en la conferencia para este año será tan elevada como en otras ocasiones, a pesar de las restricciones impuestas por la COVID-19. El Sr. Streeck hizo un llamamiento para lograr reunir a miles de científicos expertos en vacunas contra el VIH y animarlos a aunar esfuerzos, como ya sucediera con el Gran Colisionador de Hadrones e incluso con el Proyecto Manhattan.

La Sra. Swaminathan se mostraba optimista y terminó de esa forma su intervención: con el deseo de que el éxito demostrado de la colaboración científica, gracias al cual se han creado múltiples vacunas contra la COVID-19 de forma veloz, se tradujera en un estímulo para lograr un mayor entusiasmo y mucha más inversión en futuras colaboraciones para acabar no solo con el sida, sino también con otros de los grandes desafíos para la salud pública, como la tuberculosis, la malaria y las enfermedades no transmisibles.

Citas

«Hemos de asegurarnos de llegar a todos los sectores de nuestras comunidades locales y mundiales, en particular a aquellos más escépticos, desfavorecidos o históricamente explotados»

Anthony Fauci asesor médico jefe del presidente de los Estados Unidos de América

«Por favor, trabajemos para que los jóvenes y adolescentes sean considerados parte activa de la toma de decisiones y no solo meros usuarios finales. Precisamos un enfoque integral ascendente para garantizar que la investigación y la ciencia estén impulsadas por las comunidades para que sean capaces de satisfacer las necesidades de todo el mundo»

Loyce Maturu activista del VIH que trabaja para Zvandiri en Zimbabwe

Reunión de alto nivel sobre el sida

¿Cómo se ha podido dar tan rápido con una vacuna contra la COVID-19?

09 de febrero de 2021

Ahora que la vacunación contra la COVID-19 ya se ha iniciado en todo el mundo, ONUSIDA ha querido charlar con Peter Godfrey-Fausset, asesor científico sénior de ONUSIDA y profesor de salud internacional y enfermedades infecciosas en la London School of Hygiene and Tropical Medicine, para saber más sobre esa espera por una vacuna contra el VIH.

Mucha gente se está preguntando en este momento: «¿Cómo es posible que la vacuna contra la COVID-19 se haya desarrollado tan rápido?».

El virus SARS-CoV-2, que es el responsable de la COVID-19, tuvo un origen animal y saltó a los humanos en el año 2019. En el caso del VIH, ese salto se produjo hace un siglo, en torno a los años veinte, y se convirtió en un problema en la década de los ochenta, cuando empezó a propagarse entre los seres humanos en mucha mayor medida que antes.

El motivo por el que hemos visto ese enorme impulso en lo que tiene que ver con la vacuna contra la COVID-19 no es otro que la urgencia de dar con ella. En 2020, la COVID-19 infectó a casi 100 millones de personas en todo el planeta. Solo en ese año 2020, la COVID-19 acabó con la vida de 2 millones de personas.

Y precisamente de ahí viene esa urgencia que decimos, pese al hecho de que hemos ido viendo grandes cambios en la forma de vida de todas las personas. Tenemos restricciones de movilidad, se ha impuesto la distancia social, llevamos mascarillas, vivimos lavándonos las manos y estamos rodeados de geles hidroalcohólicos. No obstante, con todo y con eso, hemos sido testigos del veloz aumento de las infecciones. Todo ello da lugar a la imperiosa urgencia de lograr una vacuna. Y, por supuesto, esto tiene un gran impacto económico en todo el mundo.

El VIH y el SARS-COV-2 son muy distintos, ¿no?

Existen diferencias fundamentales entre el SARS-CoV-2 y el VIH. Aunque ambos son virus, el SARS-CoV-2 es una infección muy sencilla. La enfermedad puede ser complicada, en ocasiones misteriosa, pero se sabe que casi todas las personas que se infectan con el SARS-CoV-2 desarrollan anticuerpos a la proteína S, y es justo eso lo que neutraliza el virus y lleva a la recuperación con la consiguiente eliminación del virus.

Por el contrario, casi todas las personas que contraen el VIH desarrollan anticuerpos y nosotros utilizamos esos anticuerpos en las pruebas habituales para la detección del VIH. Sin embargo, por desgracia, muy pocos logran eliminar la infección y estos anticuerpos resultan insuficientes para neutralizar el VIH. La envoltura del VIH, similar a una espiga, es una compleja estructura situada sobre la superficie del virus. Está recubierta de azúcares y su sitio activo está muy profundo, por lo que resulta difícil llegar a él.

Con el paso del tiempo, a medida que la gente se infecta con el VIH, algunas personas sí que desarrollan anticuerpos capaces de neutralizar el VIH, pero eso puede llevar años y, además, el VIH es un retrovirus, de ahí que hablemos de antirretrovirales. Un retrovirus es un virus que copia su carga genética y la integra en un código genético humano. Y mientras realiza la copia, copia su código genético, mas no lo hace de forma precisa, por lo que aparecen errores. Eso significa que la proteína de envoltura y el propio VIH están constantemente cambiando, modificando su aspecto, poniéndoselo difícil a los anticuerpos para que los protejan, por lo que incluso los anticuerpos neutralizadores de una persona a menudo fallan al neutralizar el virus de otro individuo seropositivo.

En este momento hemos hallado ya algunos de los tan conocidos como anticuerpos neutralizadores, como en el caso de los anticuerpos que neutralizan muchas cepas diferentes del VIH. Y esos son los anticuerpos que los científicos están estudiando actualmente para tratar de descubrir si son o no capaces de proteger a las personas y evitar que contraigan distintas cepas del VIH. Estos anticuerpos de los que hablamos representarían una parte muy importante del proceso para dar con una vacuna contra el VIH. Tendríamos que ser capaces de generar anticuerpos neutralizadores mucho más amplios antes de que se produjera la infección.

Por último, cabe recordar que, a diferencia de la COVID-19, o quizás en parte a diferencia de la COVID-19, el VIH depende mucho de las células T, la otra mitad del sistema inmunitario humano. El sistema inmunitario humano tiene anticuerpos, pero también dispone de la tan mencionada inmunidad celular, la cual está liderada por las células T. Esta es mucho más difícil de estudiar, es infinitamente más variada y, además, dificulta y diferencia el VIH respecto de la COVID-19 en lo que tiene que ver con el desarrollo de una posible vacuna.

¿Cuánto dinero se está destinando a la investigación de una vacuna contra el VIH?

Durante la década pasada, cada año dedicamos aproximadamente mil millones de dólares estadounidenses a la investigación y el desarrollo, siempre con el fin de conseguir producir una vacuna contra el VIH. ¿Eso es mucho o no es suficiente? Equivale a alrededor de un 5 % del presupuesto para la respuesta mundial al VIH. Podemos decir que ha habido un éxito limitado.  Si echamos la vista atrás al año 2009, observamos que hubo una gran expectación por una candidata a vacuna desarrollada en Tailandia que sí parecía brindar una cierta protección contra la infección por el VIH. Sin embargo, enseguida se vio que no tenía la eficacia suficiente para poner en marcha la producción.

La década que vino después, testigo de más ensayos, nos ha enseñado mucho con relación a la inmunología y el modo en que los cuerpos humanos y los sistemas inmunitarios interaccionan con el VIH. Sin embargo, nada de ello nos ha permitido reducir el número de nuevas infecciones por el VIH. Toda nuestra esperanza está puesta ahora en dos grandes estudios que se están llevando a cabo en este campo en este mismo momento. Al margen, tenemos también otras muchas candidatas a vacuna llamando a las puertas. Por todo ello, sí, claro que creo que hemos de albergar esperanza, aunque está claro que a corto plazo no se vislumbra una vacuna como la que ya tenemos a nuestro alcance para la COVID-19.

Durante este tiempo la COVID-19 ha ocupado y sigue ocupando todos los titulares. ¿Qué hay de todas las demás enfermedades infecciosas?

En África, la tuberculosis, la malaria y el VIH cada año siegan las vidas, cada una de ellas, de cinco veces el número de personas que la COVID-19 ha matado en África este último año. Hablamos de problemas ingentes que llevan años entre nosotros. Tenemos una vacuna contra la tuberculosis, la vacuna BCG, la cual se empleó por primera vez hace 100 años, allá por 1920. No obstante, y por desgracia, esta vacuna no protege contra las formas más comunes de la tuberculosis en adultos. Hace muy poco han visto la luz nuevas vacunas tanto contra la tuberculosis como contra la malaria, pero hay que decir que ninguna de ellas parece funcionar muy bien. Actualmente hay un debate abierto en torno a si hacer o no llegar a más gente la vacuna, puesto que únicamente tienen una eficacia protectora de un 30 % o menos.

Sin embargo, hay una buena noticia, y es que una nueva posible vacuna contra la malaria ya ha iniciado los grandes ensayos de fase III en África. Por si fuera poco, tras ella está el laboratorio AstraZeneca, que es el mismo que ha desarrollado la vacuna de Oxford contra la COVID-19. Por eso, todos deseamos que la enorme investigación que se está llevando a cabo para lograr una vacuna contra la COVID-19 sirva de estímulo e impulse los estudios sobre otras enfermedades infecciosas asesinas que, de hecho, matan a mucha mucha más gente en África y en otros rincones del mundo donde los recursos son limitados.

Ver: El asesor científico de ONUSIDA explica algunas de las diferencias entre el VIH y la COVID-19

Ver: El asesor científico de ONUSIDA explica algunas de las diferencias entre el VIH y la COVID-19

Nuestra acción

COVID-19 y VIH

Publicadas nuevas directrices con relación a las cuestiones éticas en los ensayos para la prevención del VIH

27 de enero de 2021

ONUSIDA y la Organización Mundial de la Salud han publicado una guía actualizada que recoge las consideraciones éticas que se han de tener en cuenta en los ensayos para la prevención del VIH. Esta nueva guía es el resultado de un proceso de un año de duración, cuenta con las aportaciones de más de 80 de expertos y miembros de la sociedad y se publica 21 años después de la aparición de la primera edición.

«ONUSIDA está plenamente implicada en su trabajo con las personas y las poblaciones afectadas por el VIH, y su objetivo es siempre promover y proteger sus derechos», señala Peter Godfrey-Faussett, asesor científico de ONUSIDA. «Esta guía establece de qué manera se han de llevar a cabo ensayos acerca de la prevención del VIH que sean éticos al tiempo que se salvaguarden los derechos de los participantes durante la investigación científica y se promueva el desarrollo de nuevas herramientas para la prevención del VIH».

Solo en el año 2019 hubo más de 1,7 millones de nuevas infecciones por el VIH. Ello hace que exista la necesidad urgente de desarrollar nuevas formas de prevenir el VIH y ponerlas a disposición de la población, para que todas las personas puedan protegerse del virus. Si bien a lo largo de los últimos años se han ido desarrollando nuevos métodos para la prevención del VIH, como la profilaxis previa a la exposición de administración oral, en el anillo vaginal de dapivirina o en inyecciones de acción prolongada de cabotegravir, lo cierto es que sigue habiendo una gran demanda de herramientas eficaces y fáciles de usar para la prevención del VIH.

Sin embargo, esa necesidad de desarrollar nuevos métodos de prevención debe estar en equilibro con la necesidad de proteger a las personas que participan en los estudios científicos para probar la seguridad y la eficacia de las herramientas de prevención.

La investigación con personas se rige por un marco bien establecido de normas éticas. Este nuevo informe detalla en 14 puntos las normas éticas para la investigación en materia de prevención del VIH. Asimismo, defiende y explica los principios universales de la ética para las investigaciones en las que participan personas, y lo hace de forma relevante para velar tanto por los participantes como por los avances de la investigación para la prevención del VIH.

«La Organización Mundial de la Salud debe garantizar que los legisladores y los implementadores sanitarios mantengan la ética en el centro de la toma de decisiones. Esta colaboración con ONUSIDA para reunir a un gran número de partes interesadas para la revisión no constituye sino un modelo para el desarrollo futuro de las directrices éticas», resalta Soumya Swaminathan, directora científica en la Organización Mundial de la Salud.

Las consideraciones éticas que rodean la investigación en materia de prevención del VIH son extremadamente complejas. Por ejemplo, la investigación se debería realizar con aquellas personas en la que los nuevos métodos tendrían un mayor impacto, como los grupos de población clave, las chicas adolescentes y las mujeres jóvenes residentes en entornos con una alta incidencia del VIH. Sin embargo, los miembros de estas poblaciones a menudo viven en situaciones que los hacen vulnerables a la discriminación, el encarcelamiento o el daño, lo cual puede limitar su participación en la investigación y hacer que la investigación ética suponga un reto aún mayor. Con esta guía actualizada se busca explicar de qué manera se pueden incorporar éticamente las necesidades de las personas que más podrían beneficiarse de los avances en el ámbito de la prevención del VIH.

Con este fin, se incluyen en ella una serie de revisiones clave realizadas a la edición anterior. Además, se destaca la importancia de que los miembros de la comunidad se impliquen en todas las fases de los proyectos de investigación. Se insiste en que ha de haber una alianza igualitaria entre los equipos de investigación, los patrocinadores de los ensayos, los grupos de población clave, los participantes potenciales y las comunidades que viven en entornos en los que tienen lugar los ensayos.

Al mismo tiempo, se pone de manifiesto la cuestión de la justicia, con una selección inclusiva de poblaciones de estudio sin exclusión arbitraria debido a características como la edad, un embarazo, la identidad de género o el consumo de drogas. La guía también subraya contextos de vulnerabilidad. En ella se insiste en que no se ha de etiquetar a las personas y a los grupos como vulnerables, sino que el énfasis se debería poner en aquellos contextos sociales y políticos en los que la gente vive y que la hacen vulnerable.

La versión actualizada de la guía también hace hincapié en que los investigadores y los patrocinadores de los ensayos deberían, como mínimo, garantizar el acceso al paquete de métodos de prevención del VIH recomendado por la Organización Mundial de la Salud para cada uno de los participantes en el ensayo. Igualmente, se remarca la necesidad de un seguimiento, así como la del acceso posensayo por parte de todos los participantes a los productos que han demostrado ser eficaces. 

«Esta guía revisada apoyará a todas las partes interesadas a la hora de diseñar y dirigir ensayos para la prevención del VIH éticos y científicos que permitan avanzar en la respuesta al sida hacia el objetivo de cero nuevas infecciones por el VIH», añade el Sr. Godfrey-Faussett.

Nuestra acción

Prevención del VIH

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ONUSIDA celebra los nuevos resultados que muestran que los medicamentos inyectables de larga duración son infinitamente más eficaces a la hora de prevenir el VIH entre las mujeres

09 de noviembre de 2020

GINEBRA, 9 de noviembre de 2020 - ONUSIDA, muy ilusionada ante los nuevos resultados arrojados por el ensayo: el fármaco antirretrovírico cabotegravir, el cual se inyecta cada dos meses, previene el VIH entre las mujeres. Según el estudio, las inyecciones de larga duración entre las mujeres en el África subsahariana resultaron un 89 % más eficaces para prevenir el VIH que las pastillas diarias de profilaxis previa a la exposición (PPrE).

«Los resultados observados son tremendamente significativos. ONUSIDA lleva mucho tiempo intentando que existan opciones para la prevención del VIH entre las mujeres que sean adicionales, aceptables y eficaces. Y por fin este fármaco podría llegar para cambiar por completo las reglas del juego», expresa emocionada Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. «Si los donantes y los países invirtieran para ampliar el acceso a la profilaxis previa a la exposición inyectable dirigida a las mujeres con más riesgo de contraer el VIH, lograríamos reducir muchísimo el número de nuevas infecciones».

En el ensayo participaron 3200 mujeres de entre 18 y 45 años que corrían un mayor riesgo de infectarse por el VIH en Botswana, Kenya, Malawi, Sudáfrica, Eswatini, Uganda y Zimbabwe. El ensayo se detuvo enseguida por recomendación del Comité de control de la seguridad y los datos, debido a las evidentes pruebas estadísticas que muestran que los fármacos inyectables son más eficaces que las pastillas diarias.

Entre todas las mujeres escogidas al azar para participar en el grupo del estudio de cabotegravir inyectable, se produjeron cuatro infecciones por el VIH, en comparación con las 34 infecciones detectadas en el grupo escogido al azar de profilaxis previa a la exposición oral y diaria. El riesgo de contraer el VIH fue nueve veces inferior con las inyecciones de cabotegravir que con la profilaxis diaria oral.

Los resultados del estudio son importantes y oportunos, ya que se necesitan con urgencia más métodos para prevenir el VIH entre las mujeres con más riesgo de contraer el VIH. El objetivo es que las nuevas opciones preventivas no se basen en la administración diaria o prácticamente diaria de pastilla, en el uso de preservativos o en la abstención sexual. El desarrollo de métodos alternativos capaces de prevenir el VIH y demostrar una mayor adherencia que la actual  aumentará las opciones para la prevención de VIH y la aceptabilidad para las mujeres, y reducirá el número de nuevas infecciones por el VIH.

«ONUSIDA quiere transmitir su enhorabuena a todas las personas que están trabajando en este estudio histórico», insiste la Sra. Byanyima. «Al igual que lo que sucede con la vacuna para la COVID-19, ahora debemos trabajar para garantizar que estas inyecciones que salvan vidas resulten accesibles y asequibles, y se distribuyan justamente entre las personas que opten por utilizarlas».

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ONUSIDA felicita a la profesora Quarraisha Abdool Karim por ser galardonada con el premio Christophe Mérieux 2020

02 de junio de 2020

GINEBRA, 2 de junio de 2020— ONUSIDA da su más sincera enhorabuena a Quarraisha Abdool Karim, directora científica adjunta del centro para el programa de investigación sobre el sida de Sudáfrica (CAPRISA), por recibir el prestigioso premio Christophe Mérieux en 2020. Se trata de un galardón otorgado por la Fundación Christophe y Rodolphe Mérieux para apoyar la investigación en materia de enfermedades infecciosas en los países en vías de desarrollo. Su receptor es elegido por el Instituto de Francia a partir de las propuestas de la fundación, y recibe 500 000 euros de premio para apoyar nuevas investigaciones.

«Me siento inmensamente feliz de felicitar a la profesora Quarraisha Abdool Karim, miembro imprescindible de la familia ONUSIDA, por su magnífico e increíble logro», señaló Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. «Este premio es un reconocimiento a la encomiable labor llevada a cabo por la profesora Adbool Karim y su equipo a lo largo de todos estos años de la respuesta al sida. Gracias a su gran trabajo hoy sabemos qué es lo que las mujeres y las chicas adolescentes necesitan para protegerse del VIH, nos acerca la esperanza de una generación libre de sida».

La profesora Quarraisha Abdool Karim es una de las principales investigadoras del sida del mundo y, además de haber hecho contribuciones pioneras para ayudar a comprender la evolución de la epidemia del VIH entre las jóvenes, nunca ha dejado de defender los derechos de las personas que viven con el VIH o que están afectadas por el virus. Lleva años fuertemente comprometida con la labor de ONUSIDA. Es embajadora especial de ONUSIDA para los adolescentes y el VIH, y copresidenta del Grupo asesor de ONUSIDA, el cual presta apoyo directo a la Directora Ejecutiva de ONUSIDA para decidir sobre el futuro de la respuesta al sida y el papel que ONUSIDA desempeña en ella.

La profesora Abdool Karim, cuya docencia gira en torno a la epidemiología clínica, fue la investigadora principal en el importante ensayo clínico CAPRISA 004 sobre el gel con tenofovir, en el cual en el año 2010 se demostró la viabilidad de los microbicidas como herramienta para prevenir el VIH entre las mujeres.

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Los líderes mundiales se unen para pedir una vacuna universal contra el COVID-19

14 de mayo de 2020

Más de 140 líderes y expertos y expertas mundiales, entre ellos el presidente de Sudáfrica y el presidente de la Unión Africana, Cyril Ramaphosa, el primer ministro de Pakistán, Imran Khan, el presidente de Senegal, Macky Sall y el presidente de Ghana, Nana Addo Dankwa Akufo-Addo han firmado una carta abierta en la que instan a todos los Gobiernos a unirse para conseguir una vacuna universal contra el COVID-19. Esta petición se hizo pocos días antes de que los ministros de Salud se reunieran virtualmente para la Asamblea Mundial de la Salud el 18 de mayo.

La carta, que marca la posición más ambiciosa que hasta ahora han establecido los y las líderes mundiales para una vacuna contra el COVID-19, exige que todas las vacunas, tratamientos y pruebas estén libres de patentes, se produzcan en masa, se distribuyan equitativamente y se pongan a disposición de todas las personas, en todos los países, de forma gratuita.

Entre otros signatarios y signatarias figuran la expresidenta de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf, el exprimer ministro del Reino Unido, Gordon Brown, el expresidente de México, Ernesto Zedillo, la exadministradora del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y la exprimera ministra de Nueva Zelanda, Helen Clark.

Todos ellos se unen a reputados economistas, defensores de la salud y otros, desde la presidenta de The Elders y expresidenta de Irlanda, Mary Robinson, el Premio Nobel Joseph Stiglitz, Moussa Faki, el presidente de la Comisión de la Unión Africana, el director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de África, el Dr. John Nkengasong, y Dainius Puras, el Relator Especial sobre el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental.

"Miles de millones de personas esperan hoy una vacuna, que es nuestra mejor esperanza para acabar con esta pandemia", afirmó Cyril Ramaphosa, presidente de Sudáfrica. "Como países de África, estamos decididos a que la vacuna contra el COVID-19 no tenga patentes, se fabrique y distribuya rápidamente y sea gratuita para todas las personas. Los Gobiernos deben compartir todos los avances científicos. Nadie debe quedar relegado al final de la cola de las vacunas por el lugar donde vive o por sus ingresos".

"Tenemos que trabajar juntas y juntos para combatir este virus. Debemos aunar todos los conocimientos, la experiencia y los recursos de que disponemos para el bien de toda la humanidad", declaró Imran Khan, primer ministro de Pakistán. "Ningún líder puede estar tranquilo hasta que todas las personas de todas las naciones puedan acceder rápidamente a una vacuna gratuita."

La carta, coordinada por ONUSIDA y Oxfam, advierte que el mundo no puede permitirse que los monopolios y la competencia se interpongan en el camino de la necesidad universal de salvar vidas.

"Esta es una crisis sin precedentes y requiere una respuesta sin precedentes", subrayó la expresidenta de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf. "A partir de las lecciones aprendidas de la lucha contra el ébola, los Gobiernos deben eliminar todas las barreras para el desarrollo y el rápido despliegue de vacunas y tratamientos. Ningún interés es más importante que la necesidad universal de salvar vidas".

Los y las líderes mundiales reconocen que se están realizando progresos y que muchos países y organizaciones internacionales están cooperando multilateralmente en materia de investigación y desarrollo, financiación y acceso, en especial con los 8.000 millones de dólares prometidos el 4 de mayo en la maratón internacional de compromisos de contribuciones de la Unión Europea.

Sin embargo, puesto que muchos países y empresas están avanzando con una rapidez sin precedentes en el desarrollo de una vacuna eficaz, los y las líderes mundiales piden compromisos concretos para asegurar que esta sea asequible y esté disponible para todo el mundo en el plazo más breve posible. Estos incluyen:

  • Una puesta en común obligatoria a nivel mundial de las patentes y el intercambio de todos los conocimientos, datos y tecnologías relacionados con el COVID-19 con el fin de garantizar que cualquier nación pueda producir o comprar dosis asequibles de vacunas, tratamientos y pruebas.
  • El rápido establecimiento de un plan mundial justo de fabricación y distribución de todas las vacunas, tratamientos y pruebas completamente financiado por las naciones ricas y que garantice precios de coste reales y transparentes y suministros de acuerdo con las necesidades y no con la capacidad de pago.
    • Esto incluiría la adopción de medidas urgentes para aumentar a gran escala la capacidad de producción de las vacunas en cantidades suficientes, además de formar y contratar a millones de trabajadores y trabajadoras de la salud para distribuirlas.
  • Una garantía de que las vacunas, los tratamientos y las pruebas del COVID-19 se proporcionarán gratuitamente a todas las personas, en todas partes, dando prioridad a los trabajadores y trabajadoras de primera línea, a las personas vulnerables y a los países pobres con menor capacidad para salvar vidas.

"Frente a esta crisis, no podemos seguir actuando como de costumbre. La salud de cada uno de nosotros depende de la salud del conjunto de la población", declaró Helen Clark, exprimera ministra de Nueva Zelanda. "La vacuna contra el COVID-19 no debe pertenecer a nadie y tiene que ser gratuita para todo el mundo. Las buenas intenciones diplomáticas no son suficientes, necesitamos garantías legales, y las necesitamos ahora".

"Las soluciones de mercado no son las mejores para luchar contra una pandemia", afirmó Nelson Barbosa, exministro de Finanzas de Brasil. "Un sistema de salud pública, que incluya la vacunación y el tratamiento gratuitos cuando estén disponibles, es esencial para hacer frente al problema, y así lo demuestra la experiencia brasileña con la concesión de patentes obligatorias de medicamentos antirretrovirales para el VIH".

Unidos por una vacuna universal contra el COVID-19- carta abierta y lista completa de firmantes.

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Unidos por una vacuna universal contra el COVID-19

El nuevo mapa de innovaciones para fortalecer la respuesta al COVID-19

08 de abril de 2020

StartupBlink, junto con el Health Innovation Exchange (Intercambio de innovaciones sanitarias), una iniciativa de ONUSIDA para aprovechar el potencial de las innovaciones para mejorar la salud de todos, y la Agencia de Innovaciones de Moscú, han puesto en marcha un mapa de innovaciones sobre el coronavirus.

El mapa es un directorio de cientos de innovaciones y soluciones a nivel mundial que podrían apoyar y fortalecer la respuesta al COVID-19. El objetivo es ayudar a las personas a adaptarse a la vida durante la pandemia de COVID-19 y conectar a los innovadores para que puedan colaborar en las soluciones.

El mapa proporciona información sobre cinco categorías: prevención, diagnóstico, tratamiento, información y adaptación a la vida y a los negocios. Como parte de la categoría de prevención, por ejemplo, el directorio destaca la aplicación Track Virus, que muestra dónde se ha propagado el virus en Israel, y un kit de pruebas para detectar el COVID-19 desarrollado por E25Bio que podrá entregar resultados en media hora.

El directorio también muestra las formas en que las personas pueden obtener medicamentos sin salir de su casa: las soluciones de telemedicina y entrega de medicamentos a domicilio serán tan importantes para el COVID-19 como para la respuesta al SIDA.

La categoría de información muestra cómo las personas pueden obtener información oportuna y precisa sobre la crisis y las innovaciones. Por su parte, la categoría de adaptación a la vida y a los negocios muestra cómo las personas pueden adaptarse haciendo las cosas virtualmente. En poco tiempo, las escuelas y universidades han pasado al aprendizaje electrónico y las oficinas en el hogar han sustituido a las oficinas in situ.

El mapa está diseñado para proporcionar información a funcionarios del gobierno, capitalistas de riesgo, empresarios y otros para apoyar la respuesta al COVID-19 y abordar la pandemia y su impacto.

«Nos enfrentamos a un desafío sin precedentes y necesitamos trabajar juntos para aportar las mejores ideas para vencer al virus. El Mapa de Innovación de Coronavirus tiene como objetivo proporcionar una plataforma para los innovadores, cada uno de nosotros, para colaborar y participar en la respuesta», afirma el Director de la Oficina de Innovación de ONUSIDA, Pradeep Kakkattil.

«Puedes compartir ideas o contactar con innovadores a través de la plataforma. Hemos visto una serie de herramientas e innovaciones existentes que ya están siendo reutilizadas para el COVID-19 con gran éxito y creemos que la plataforma ayudará a llevar nuevas soluciones más rápidamente a las manos de aquellos que están a la vanguardia de la respuesta», añadió Eli David, Director General de StartupBlink.

Ya se han recibido más de 500 innovaciones en la plataforma y el Health Innovation Exchange elaborará un informe sobre las innovaciones preseleccionadas que se compartirá con los países asociados para la respuesta al COVID-19. 

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