Women and girls

Las mujeres que se inyectan drogas tienen más probabilidades de vivir con el VIH.

11 de junio de 2019

El consumo de drogas es más común entre los hombres. Las mujeres representan solo la tercera parte de los consumidores de drogas y la quinta parte del número de personas que se inyectan drogas.  Sin embargo, las mujeres que consumen drogas se enfrentan a mayores riesgos para la salud.

Aunque pocos países proporcionan datos disgregados por sexos a ONUSIDA sobre gente que se inyecta drogas, la mayoría de datos disponibles indican que las mujeres que se inyectan drogas son más vulnerables que los hombres al VIH, la hepatitis C y otras infecciones que se transmiten por la sangre. En 16 de 21 países que han proporcionado datos desde 2013, las mujeres que se inyectan drogas tienen más probabilidades de vivir con el VIH que sus semejantes masculinos. En Alemania, Uganda y Uzbekistán, la prevalencia del VIH entre mujeres que se inyectan drogas ha sido casi el doble que entre sus semejantes masculinos.

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AIDSinfo

Mujeres jóvenes exigen responsabilidades en Women Deliver

05 de junio de 2019

Han transcurrido 25 años desde la innovadora Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, celebrada en El Cairo (Egipto) en 1994. Desde entonces, se ha logrado un significativo progreso en el ámbito de la salud sexual y reproductiva, y los derechos de mujeres jóvenes y adolescentes. El acceso voluntario a los métodos anticonceptivos modernos ha aumentado un 25 % desde 1994 y tanto la calidad de la salud sexual como la de los servicios relacionados con el VIH también han mejorado enormemente.

Entonces, ¿por qué se infectan con el VIH unas 7000 niñas y jóvenes cada semana? Y ¿por qué, en África subsahariana, la probabilidad de que las chicas entre 15–19 años se infecten con el VIH es tres veces mayor que entre los chicos de la misma edad?

«No podemos esperar otros 25 años. Tenemos que impulsar las responsabilidades para lograr avanzar lo suficiente a la hora de abordar el déficit gubernamental actual relativo a la prestación de servicios de salud sexual y reproductiva y las obligaciones por los derechos de las mujeres y las niñas», explica Gogontlejang Phaladi, del proyecto Pillar of Hope en Botsuana.

Sus comentarios marcaron el rumbo en un evento organizado por la Coalición global para la prevención del VIH durante la  conferencia de Women Deliver en Vancouver (Canadá). El evento, convocado de forma conjunta por ONUSIDA y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), y celebrado el 3 de junio, se centró en los motivos por los cuales no se está prestando atención a las adolescentes y mujeres jóvenes y en por qué siguen llevándose la peor parte en relación con la salud sexual y reproductiva y el VIH.

«Estamos haciendo frente a una crisis en la prevención del VIH», según Shannon Hader, subdirector general de ONUSIDA. «Si bien el objetivo era reducir las nuevas infecciones por VIH entre mujeres adolescentes y jóvenes a menos de 100 000, se estima que en 2017 se produjeron 340 000 nuevos casos de VIH. Nos queda mucho trabajo por delante».

Los ponentes en el evento debatieron la importancia crítica de la implicación de los jóvenes como líderes del cambio. «Tenemos que hacer un llamamiento a los legisladores, a los líderes tradicionales y religiosos, incluso a los padres», afirmó Monica Geingos, Primera Dama de Namibia. «No debemos deciros qué decir. Las generaciones anteriores fueron avergonzadas y silenciadas. Nunca bajéis vuestras voces». También añadió que la falta de progreso para mujeres y niñas se ve impulsada por la discriminación de género, la violencia y la denegación de las libertades fundamentales.

UNFPA’s Regional Director for Eastern and Southern Africa, Julitta Onabanjo, also stressed that more needs to be done. «Veo aquí una generación de mujeres jóvenes guerreras para llevar adelante el programa, de manera que en 2030 todos los jóvenes puedan dar lo mejor de sí y nada los detenga», afirmó, al tiempo que señaló que las recomendaciones del evento deberían hacerse llegar a la reunión que se celebrará en Nairobi (Kenia) más adelante en 2019.

Un problema importante que impide a las mujeres y las niñas acceder a los servicios relacionados con el VIH es que en muchos países los jóvenes deben ser mayores de 18 años para poder acceder a los servicios sanitarios, incluida la salud sexual y reproductiva y los servicios relacionados con el VIH, sin permiso de sus progenitores. ONUSIDA estima que 78 países tienen alguna forma de leyes o políticas restrictivas que impiden a los jóvenes acceder a los servicios de salud sexual sin el consentimiento de sus progenitores.

Como parte de los esfuerzos para eliminar esas barreras y lograr un acceso a tiempo y efectivo a la prevención, la detección y la atención del VIH para los jóvenes, durante la reunión Generation Now: Our Health, Our Rights, dirigida por jóvenes y previa a la conferencia del 2 de junio, ONUSIDA se comprometió a abordar las leyes relativas al consentimiento paterno, y su implementación, en cinco países de África oriental y del sur: Lesoto, Malawi, Namibia, Uganda y Zambia. Esto incluye trabajar con los jóvenes para garantizar que sean ellos los que dirijan el cambio y crear juntos los servicios de calidad que desean y necesitan para tener un futuro brillante y sano.

Los participantes estuvieron de acuerdo en que, para avanzar, es esencial invertir en organizaciones comunitarias, así como llevar a cabo pequeños proyectos que funcionan a nivel nacional. Nyasha Sithole, de Athena Network, afirmó «La gente riega las hojas, pero no las raíces. Tenemos que alejarnos del papel y el lápiz para aplicar las medidas en el terreno».

ONUSIDA es uno de los convocantes de la Coalición global para la prevención del VIH, la cual trabaja con países con una elevada incidencia del VIH con el fin de acelerar el acceso a los servicios de prevención combinada del VIH. La coalición busca asegurar la responsabilidad de la prestación de servicios de prevención del VIH a gran escala para lograr los objetivos de la Declaración política de las Naciones Unidas para poner fin al sida de 2016, incluida una reducción del 75 % en las infecciones por VIH hasta menos de 500 000 nuevas infecciones en 2020. El trabajo de la coalición incluye un enfoque particular en las mujeres jóvenes y sus parejas masculinas.

ONUSIDA y ONU Mujeres trabajan juntas en Malawi

07 de mayo de 2019

ONUSIDA está trabajando en estrecha colaboración con ONU Mujeres, uno de sus once copatrocinadores, para mejorar la calidad de vida de las mujeres y niñas en todo el mundo. En Malawi, por ejemplo, estas organizaciones se han asociado para disminuir las consecuencias de la violencia de género y reducir el riesgo de infección por el VIH en la población femenina.

«ONU Mujeres es la organización más reciente de los Copatrocinadores de ONUSIDA, y es un placer trabajar estrechamente con todo su equipo y otros asociados en el Marco Unificado de Presupuesto, Resultados y Rendición de Cuentas de ONUSIDA 2016–2021», afirma Clara M.W.  Anyangwe, la representante de ONU Mujeres en Malawi. Este Marco (UBRAF) es un programa que optimiza tanto la coherencia como la coordinación y la repercusión de la respuesta al VIH de las Naciones Unidas mediante la combinación de los esfuerzos de los Copatrocinadores y la Secretaría de ONUSIDA. Su objetivo principal es destinar los recursos financieros necesarios para impulsar la acción nacional en la respuesta al sida.

Gracias a la financiación del Marco Unificado, ONU Mujeres ha colaborado con un gran número de socios, entre los que se incluyen ONUSIDA; el Ministerio de Género, Infancia, Discapacidad y Bienestar Social; la Comisión Nacional del Sida; el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo; la Red de Organización de Servicios sobre el Sida de Malawi y la sociedad civil, con el fin de implementar un proyecto que tiene por objeto intensificar la respuesta nacional al VIH, la violencia sexual y de género, las prácticas perjudiciales, la salud y derechos sexuales y reproductivos.

«La colaboración como Copatrocinadores de ONUSIDA supone un planteamiento mucho más efectivo», afirma Clara M. W. Anyangwe. «No existe un único organismo que pueda ayudar a cumplir los objetivos 90–90–90 de ONUSIDA. En cambio, cada uno tiene puntos positivos que ofrecer. En este caso, ONU Mujeres aporta la perspectiva de género y ONUSIDA, su experiencia en la respuesta al VIH».

Malawi ha conseguido grandes progresos en cuanto a la reducción de las infecciones por el VIH. En 2017, se registraron 39 000 nuevos casos, una disminución del 40 % desde 2010, pero 9500 se dieron entre chicas y mujeres jóvenes de edades comprendidas entre 15 y 24 años. Esto supone más del doble del número de hombres en el mismo grupo de edad.

El proyecto ha supuesto un estudio de percepción sobre las normas de género imperantes que fomentan la violencia contra las mujeres y las chicas y su riesgo de infección por el VIH en Malawi, como las prácticas de los ritos de iniciación, la limpieza sexual, el matrimonio infantil o por poder y las relaciones sexuales remuneradas. A partir de las conclusiones, se ha elaborado un marco de referencia que se utilizará para hacer un seguimiento de los progresos del Plan Estratégico Nacional sobre el VIH y el sida en el país.

Una parte importante del proyecto consiste en involucrar a los líderes, entre los que se incluyen aquellos que dirigen las prácticas de los ritos de iniciación, y a los grupos de madres y padres. Como resultado de estos compromisos, se ha elaborado un marco que vincula a los asociados en la respuesta local al VIH, la salud y los derechos sexuales reproductivos y en la respuesta a la violencia sexual y de género para vigilar y abordar las prácticas que ocurren durante las ceremonias de los ritos de iniciación locales.

Se reveló, en una serie de diálogos intergeneracionales que reunieron a jóvenes, personas que viven con el VIH y líderes tradicionales y religiosos, la necesidad de abordar cuestiones como la falta de servicios para la salud y los derechos sexuales y reproductivos que tengan en cuenta a los jóvenes, la presión de grupo, el estigma, la discriminación y la violencia de género. Esto permitiría aumentar la capacidad de resistencia de los jóvenes y los incitaría a protegerse contra la infección por el VIH.

«También hemos aprovechado la campaña de ONU Mujeres a nivel mundial He for She pedir la participación de hombres y chicos. En particular, buscábamos fomentar una masculinidad positiva. ¿Cómo podemos hacer uso de esta masculinidad para proteger a las mujeres y a las chicas de las prácticas nocivas?», comentó Clara M.W. Anyangwe.

Durante estos diálogos, más de 100 hombres y jóvenes se comprometieron con la iniciativa He for She para fomentar la igualdad de género y reducir las infecciones y la violencia sexual y de género. El planteamiento relativo a los derechos humanos incorporado en el proyecto ha hecho que las leyes y las políticas que se relacionan con el VIH y el género se traduzcan a los idiomas locales y se difundan ampliamente en las comunidades afectadas. 

Clara M.W. Anyangwe insiste en que aprovechar la experiencia específica de los asociados bajo el Marco Unificado está dando sus frutos en Malawi.

«También ha sido magnífico contar con ONUSIDA como miembro del Mecanismo de Coordinación de País del Fondo Mundial para la Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria. La participación de ONUSIDA en estos mecanismos nos beneficia a todos», comenta.

«Valoramos enormemente el continuo respaldo y la colaboración de ONU Mujeres para acabar con el VIH y la violencia de género en Malawi», afirma Thérèse Poirier, la Directora Nacional de ONUSIDA de Malawi. «Ha sido muy beneficioso colaborar unidos dentro de la ONU para no olvidar a nuestros homólogos nacionales al trabajar por separado en diferentes áreas de estas epidemias interrelacionadas y con múltiples niveles», declaró.

Ampliación de los servicios libres de estigma social para las mujeres en Egipto

11 de abril de 2019

Cuando la familia y los amigos de Salma Karim (nombre ficticio) descubrieron que vivía con el VIH, la echaron de su propia casa. Sin tener donde ir, se vio forzada a dejar atrás a sus dos hijos pequeños. Esta historia no es insólita en Egipto. Una de cada cinco personas que viven con el VIH informan que los propietarios, la familia o los vecinos les forzaron a dejar sus hogares.

Los altos niveles de discriminación y estigma social son uno de los factores clave que impulsan nuevas infecciones por el VIH en el país, los cuales se duplicaron entre 2010 y 2016. Con frecuencia, las mujeres y las adolescentes son las más vulnerables. Las normas sociales, la desigualdad de género, la dependencia económica, la discriminación legal y las prácticas perjudiciales las afectan de manera desproporcionada. De esta manera, las hacen más vulnerables al VIH y, en caso de infección por el VIH, tienen que enfrentarse a niveles más altos de discriminación y estigma social.

En 2016, ONUSIDA aunó esfuerzos con el Ministerio de Salud y Población de Egipto para elaborar una respuesta transformativa de género en la epidemia del VIH. Con la financiación del gobierno neerlandés, se lanzó un proyecto piloto denominado Mejora de la Salud Sexual y Reproductiva de las Mujeres Afectadas y que Viven con el VIH. Tres años más tarde, este proyecto ha alcanzado el doble de sus beneficiarios previstos gracias a servicios de salud sexual y reproductiva libres de estigma social.

«Perdí a mi primer hijo porque no sabía que tenía el VIH», explica Nour Tarek (nombre ficticio). Guiza fue uno de los emplazamientos en los que este proyecto piloto se llevó a cabo, en el que Tarek recibió el respaldo necesario para conseguir sus derechos reproductivos libres de discriminación. «Realicé un seguimiento con el médico en el hospital y me quedé embarazada de nuevo».

Gracias al medicamento antirretrovírico que recibió durante el embarazo, su hija Mona (nombre ficticio) nació seronegativa. «Tengo que realizarle de nuevo las pruebas hasta que se haga mayor para asegurarme de que está completamente bien», explicó Nour Tarek. 

Tras comprobar su éxito, se está ampliando el proyecto piloto hasta alcanzar un tercio de las gobernaciones del país. El objetivo es ofrecer servicios de salud sexual y reproductiva y del VIH de alta calidad para las 1300 mujeres que viven con el VIH y las 3000 que tienen un alto riesgo de contraerlo. El centrarse en la creación de medios de acción de profesionales de la salud y organizaciones de la sociedad civil será clave para evitar una futura discriminación y estigma social, que, de acuerdo a los informes, llevan a una de cada cuatro personas que viven con el VIH en Egipto a no revelar su estado serológico cuando solicitan atención.

Durante su visita a El Cairo, el 9 de abril, el Director Ejecutivo de ONUSIDA, Michel Sidibé y el Embajador de los Países Bajos, Laurens Westhoff, debatieron sobre la ampliación de este proyecto. Implementados a través de un subsidio neerlandés de tres años, estos servicios ampliados complementarán los esfuerzos nacionales para alcanzar la ambiciosa Estrategia Nacional del Sida 2018-2022 de Egipto y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Día Internacional de la Mujer en Etiopía

12 de marzo de 2019

El Director Ejecutivo de ONUSIDA, Michel Sidibé, celebró el Día Internacional de la Mujer en Adís Abeba, Etiopía, en un evento organizado por el Ministerio de la Mujer, Infancia y Juventud apoyado por ONUSIDA. El evento unió a mujeres líderes y representantes de asociaciones de mujeres de todo el país. Durante la reunión, el Primer Ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, recalcó que las mujeres son «los pilares de la nación».

El Ministro de la Mujer, Infancia y Juventud, Yalem Tsegaye, destacó la iniciativa Jegnit. Esta palabra cuyo significado es «heroína» es un movimiento innovador liderado por el Gobierno de Etiopía para empoderar a las mujeres y situarlas en más posiciones de liderazgo, tanto a nivel comunitario como político.

Durante el evento, Sidibé felicitó al Primer Ministro y al Gobierno de Etiopía por estas reformas tan audaces al abordar la cuestión de la brecha de género estableciendo a mujeres en posiciones de liderazgo en todos los sectores. Además, elogió al Primer Ministro por garantizar la paridad de género en su Gabinete.

«Es el momento de empoderar a las mujeres y a las niñas, porque acabar con el VIH es una cuestión tanto de corregir los desequilibrios en el poder como de salud. Con esto se quiere priorizar una colaboración verdadera con niñas y mujeres jóvenes. Esto requiere dotar a las adolescentes y a las mujeres jóvenes de más opciones y alternativas reales», afirmó Sidibé.

Durante su estancia en Adís Abeba, Sidibé tuvo un encuentro con Vera Songwe, Secretaria de la Comisión Económica para África de las Naciones Unidas (se trata de la primera mujer que ocupa este puesto en 60 años), para debatir sobre la colaboración continuada para ofrecer respuestas sostenibles al VIH en el continente africano.

Sidibé también mantuvo un encuentro con Amira Elfadil del Departamento de Asuntos Sociales de la Unión Africana. En 2019, ONUSIDA y la Unión Africana celebran 20 años de colaboración centrada en la erradicación de la epidemia de VIH que se extiende por África.

El desproporcionado impacto del VIH en las mujeres de África Occidental y Central

25 de febrero de 2019

El número de mujeres afectadas por el VIH es desproporcionado, en especial, en el África Subsahariana. Sin embargo, existe un desequilibrio muy pronunciado en algunos países.

Las Encuestas Demográficas y de Salud entre 2009 y 2017 (un proyecto que recopila y divulga información sobre la salud y la población de los países en desarrollo) han constatado que, en esta última década, la prevalencia del VIH se ha triplicado en mujeres de entre 20 y 29 años, en comparación con los hombres, en algunos de los países de África Occidental y Central con mayor carga del VIH:  Camerún, Costa de Marfil y Ghana (véase gráfico inferior)

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Los datos de las encuestas demuestran la importancia de la transmisión del VIH a través de los actos sexuales.  Debido a que los hombres normalmente empiezan a mantener relaciones sexuales a una edad más tardía que las mujeres, los datos de la población de entre 20 y 29 años abarcan tanto a mujeres como a hombres sexualmente activos.   Es evidente que a las mujeres de estas regiones no se les están proporcionando las medidas preventivas necesarias contra el VIH para evitar el contagio a través de los actos sexuales.

Con los continuos esfuerzos en África Occidental y Central para equilibrar los progresos en las zonas del este y del sur, es de vital necesidad crear conciencia acerca del desproporcionado impacto que la epidemia de VIH ha generado, y continúa generando, en las mujeres de estas regiones.

El Día Internacional de la Mujer, ONUSIDA exige más medidas para proteger a las adolescentes y jóvenes

08 de marzo de 2019

Cada día, 460 niñas adolescentes contraen la infección por el VIH y cada semana 350 niñas adolescentes mueren a causa de enfermedades relacionadas con el sida

GINEBRA, 8 de marzo de 2019 — En el Día Internacional de la Mujer, ONUSIDA insta a los países a redoblar sus esfuerzos y proteger a las jóvenes y adolescentes frente al VIH.

Las enfermedades relacionadas con el sida siguen siendo la principal causa de muerte de las mujeres con edades comprendidas entre 15 y 49 años en todo el mundo. En 2017, a escala mundial, el 66% de las nuevas infecciones por el VIH en personas con edades comprendidas entre los 10 y los 19 años se produjeron en mujeres: en el caso de África Oriental y Meridional, las mujeres representaron el 79% de las nuevas infecciones por el VIH en personas de entre 10 y 19 años años de edad.

“Existe un círculo vicioso de desigualdades de género, violencia de género e infección por el VIH en muchas partes del mundo”, dijo Michel Sidibé, Director Ejecutivo de ONUSIDA. “Debe ponerse fin a la opresión y los desequilibrios de poder, y atajar los comportamientos masculinos discriminatorios para garantizar que las mujeres y las niñas tengan un control total sobre su salud y sus derechos sexuales”.

Se necesita mucho más para que la prevención, el tratamiento y el cuidado del VIH llegue a las personas jóvenes. Se está dejando atrás sobre todo a las niñas jóvenes y adolescentes. La violencia de género, la explotación sexual y el consumo de drogas son algunos de los muchos factores que pueden aumentar la vulnerabilidad de las jóvenes y adolescentes al VIH.

Los esfuerzos para poner fin al sida quedan atenuados cuando no se respetan los derechos humanos de las jóvenes y adolescentes, sobre todo sus derechos en materia de salud sexual y reproductiva.  Por ello, los países deben promulgar leyes y políticas que faciliten el acceso a los servicios, incluida la salud y la protección social, a las jóvenes y adolescentes para ayudarles a reivindicar su derecho a la salud.

La legislación internacional ofrece a las personas, incluidas las niñas jóvenes y adolescentes, el derecho a acceder a los servicios para proteger su salud sexual y reproductiva. No obstante, 45 países del mundo siguen contando con leyes que exigen a las personas menores de 18 años obtener el permiso de sus progenitores para poder someterse a una prueba de VIH.

La protección social, la educación, incluida la educación sexual integral, y los servicios de prevención del VIH que forman parte de los servicios de salud sexual y reproductiva han demostrado mejorar la salud sexual y reproductiva de las mujeres jóvenes y adolescentes, así como contribuir a su empoderamiento. Un estudio sudafricano demostró que la prevalencia del VIH entre las niñas que habían finalizado la enseñanza secundaria era de aproximadamente la mitad que la de las niñas que no lo habían hecho (8,6% frente al 16,9%). Se han obtenido resultados similares en el caso de los niños que tienen acceso a la educación primaria universal en Botswana, Malawi y Uganda.

Inversión en educación. Inversión en VIH y otros servicios de salud. Prevención y protección de las mujeres y niñas frente a la violencia. Erradicación de las prácticas discriminatorias como el matrimonio prematuro, forzado e infantil. Promoción de los derechos de las mujeres. A través de estas medidas, las jóvenes y adolescentes lograrán protegerse del VIH y el mundo podrá avanzar para poner fin al sida para 2030.

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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La primera dama de Botsuana aboga por revitalizar la prevención del VIH entre las adolescentes y las jóvenes

27 de diciembre de 2018

Aunque Botsuana ha logrado excelentes progresos en relación a los objetivos de tratamiento 90-90-90, los datos muestran que entre 2010 y 2017 se ha producido un incremento del 4% en las nuevas infecciones por el VIH, de 13 000 a 14 000. Mientras tanto, en África del Sur y África Oriental, ha habido un descenso generalizado del 30% en las nuevas infecciones por el VIH.

Las adolescentes y las jóvenes corren un especial riesgo de infección por el VIH, así como de un embarazo no deseado o de sufrir violencia sexual o de género. En 2017, se produjeron 1500 nuevas infecciones por el VIH entre las adolescentes de entre 10 y 19 años, en comparación con las menos de 500 nuevas infecciones que hubo entre los adolescentes de la misma edad.

Es por ello que Noe Masisi, primera dama de Botsuana, ha alzado su voz para reclamar mejores resultados sanitarios para las adolescentes y las jóvenes. En un esfuerzo por impulsar intervenciones de alto impacto que sean adecuadas a la edad y con perspectiva de género, la Sra. Masisi mantiene conversaciones con las adolescentes y jóvenes para conocer sus experiencias.

El 9 de diciembre de 2018, tras el Día Mundial del Sida, la primera dama organizó un evento al que asistieron 100 mujeres jóvenes y adolescentes para sacar a la luz los problemas a los que se enfrentan en su día a día, como los embarazos no deseados, la violencia de género o los obstáculos para hacer valer sus derechos de salud sexual y reproductiva, y cómo se relaciona esto con el VIH. “Me preocupa que los jóvenes, al no haber conocido una vida sin VIH, sean más vulnerables a los problemas sociales”, exponía la Sra. Masisi.

Durante las conversaciones, Richard Matlhare, un representante de la National AIDS Coordinating Agency, hizo hincapié en que “el marco estratégico nacional a cinco años de Botsuana para el VIH/sida proporciona un cambio de paradigma, una estrategia específica para un sector centrada expresamente en las adolescentes y las jóvenes, así como en sus compañeros”.

Los participantes a las conversaciones también asistieron al preestreno de la película panafricana Faces, dirigida por Joseph Adesunloye y protagonizada por la actriz sudafricana Terry Pheto, que interpreta a Aisha, una mujer que tiene que hacer frente a la infección por el VIH y la violencia de género.

La Srta. Pheto, que también asistió a las conversaciones, habló sobre su rol como actriz e influencer y su intención de “no limitarse a entretener, sino además educar a las adolescentes y los jóvenes, tanto mujeres como hombres, sobre el VIH y la violencia de género” y añadió lo “cerca que están de mi corazón y de mi hogar” los proyectos como estos.

Las organizaciones confesionales colaboran para poner fin al sida y la tuberculosis entre los niños y adolescentes

28 de septiembre de 2018

Las organizaciones confesionales llevan mucho tiempo desempeñado un papel fundamental en la respuesta a la tuberculosis. Basándose en décadas de trabajo en relación a la tuberculosis, muchos proveedores confesionales de servicios sanitarios han implementado respuestas eficaces a la tuberculosis y el VIH. A día de hoy, las organizaciones confesionales prestan servicios para la tuberculosis y el VIH efectivos y de alta calidad que complementan los programas sanitarios públicos de los países más afectados por ambas enfermedades.

Las respuestas a la tuberculosis y el VIH que alcanzan el éxito son aquellas que, además de los biosanitarios, abordan los determinantes sociales que favorecen su proliferación, como la pobreza, la desigualdad, las situaciones de crisis y conflicto, la violación de los derechos humanos y la criminalización. Los niños y adolescentes son especialmente vulnerables a la infección y los efectos de la tuberculosis y el VIH en sus familias. La confianza de que gozan las organizaciones confesionales en el núcleo de las comunidades les han permitido proporcionar servicios y asistencia con una cobertura fuera del alcance de muchos sistemas sanitarios públicos.

Para brindar la oportunidad de fortalecer aún más las relaciones existentes y posibilitar nuevas colaboraciones, el Consejo Mundial de Iglesias-Alianza Ecuménica de Acción Mundial, en colaboración con ONUSIDA, el Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos para el Alivio del Sida (PEPFAR) y el Grupo de Trabajo entre Organismos de las Naciones Unidas sobre Religión y Desarrollo llevaron a cabo un desayuno de oración interconfesional que se celebró en Nueva York (Estados Unidos) el 27 de septiembre, dentro de los actos paralelos a la 73ª Sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Los ponentes inaugurales y las mesas redondas se centraron en los resultados de la Reunión de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre Tuberculosis que tuvo lugar el 26 de septiembre, y examinaron cómo puede respaldar las nuevas declaraciones suscritas por los Estados miembros durante la histórica reunión de alto nivel la extensa experiencia de las organizaciones confesionales en la respuesta a la tuberculosis y el VIH.

Entre los participantes se incluían líderes religiosos y proveedores de servicios sanitarios de diferentes confesiones. Algunos supervivientes a la tuberculosis multirresistente aportaron un elocuente toque de realidad y de urgencia a la conversación. Los participantes renovaron su llamamiento a los gobiernos nacionales para que no solo mantengan, sino que incrementen su apoyo para poner fin al sida y la tuberculosis como amenazas para la salud pública para 2030.

Citas

“Debemos agradecer que, cuando las cosas no van bien, los activistas nos llamen y nos pidan cuentas. Después de esta semana, me marcho sintiéndome agradecida de saber que cuando la comunidad religiosa y los gobiernos y donantes trabajan en equipo, podemos alcanzar nuestras metas. Hacéis que nos sintamos orgullosos”.

Deborah Birx coordinadora mundial de los Estados Unidos para el sida y representante especial para la Diplomacia Sanitaria Mundial

“Nos necesitamos los unos a los otros. Líderes religiosos, os rogamos que nos ayudéis a acabar con el estigma y la discriminación. Es inaceptable que 660 niños mueran cada día de tuberculosis. El 90% de los niños que fallecen en todo el mundo a causa de la tuberculosis no recibieron tratamiento, y tan solo el 50% de los niños que viven con el VIH está recibiéndolo. Lo más importante es que trabajemos juntos con compasión, amor, generosidad, empatía y bondad. Si lo hacemos, podremos cambiar el rumbo de las epidemias de VIH y tuberculosis”.

Michel Sidibé director ejecutivo de ONUSIDA

“Para muchos de nosotros este es un asunto muy real, y también personal. El abuelo de mi marido murió de tuberculosis cuando su padre era joven. Esperamos que este desayuno fortalezca los viejos lazos que nos unen y cree otros nuevos para luchar contra la tuberculosis y el VIH mediante acciones concretas que lleven a todos la esperanza y la vida”.

Mary Ann Swenson Consejo Mundial de Iglesias

“Pude ver en los rayos X un gran agujero en medio de mi pulmón, y pensé '¿por qué tengo yo que tener tuberculosis multirresistente?' Había dedicado mi vida a cuidar a los demás. Más tarde, tuve la suerte de participar en el estudio clínico del primer fármaco para la tuberculosis que se desarrollaba en 40 años. Me salvó la vida. Ahora puedo seguir hablando y sensibilizando para que otras muchas personas también vivan”.

Dalene von Delft superviviente a la tuberculosis multirresistente

“Sin la comunidad religiosa, nuestra respuesta a la tuberculosis y el sida no habría sido y no podrá ser la que se está desarrollando hoy en día, y ahora hay cinco acciones cruciales que debemos emprender juntos. Educar, sensibilizar y luchar contra el estigma. Seguir luchando por una asistencia centrada en el paciente. Dar voz a quienes no la tienen, especialmente a los niños. Reclamar recursos para poner fin a la tuberculosis y el VIH. Seguir presionando para que todos participen en el debate.

Eric Goosby enviado especial de la Secretaría General de las Naciones Unidas para la Tuberculosis

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