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Los servicios de paliación de daños reducen las nuevas infecciones por el VIH

01 de noviembre de 2021

Los colindantes estados bálticos de Estonia y Letonia ofrecen claros ejemplos de cómo diferentes propuestas sanitarias afectan a las epidemias de VIH entre las personas que se inyectan drogas. A principios de los 2000, ambas naciones contaban con dos de los índices más elevados de diagnóstico de VIH en Europa.  Al igual que en muchos otros países europeos, el uso compartido de equipos de inyección no esterilizados por parte de los usuarios de drogas estaba desencadenando las epidemias de VIH.

Las dos epidemias comenzaron a tomar direcciones distintas a mediados de los 2000. Según el estudio HERMETIC, las nuevas infecciones por el VIH en Estonia disminuyeron en un 61 % a nivel nacional, y un 97 % entre los hombres que se inyectaban drogas entre 2007 y 2016.

La epidemia de VIH de Letonia siguió una trayectoria diferente.  El estudio HERMETIC señala que, entre 2007 y 2016, las nuevas infecciones por el VIH aumentaron en un 72 % globalmente. En 2016, la incidencia general del VIH en Letonia era casi el doble que la de Estonia (35 casos frente a 19 de cada 100 000 personas)

Ambas epidemias giraban en torno al uso compartido de equipos de inyección por parte de personas que se inyectan drogas, y también en torno a las relaciones sexuales sin protección entre estas personas y sus parejas sexuales. El estudio concluyó que la principal diferencia entre ambas epidemias residía en la disponibilidad de los servicios de paliación de daños.

Los programas de intercambio de agujas y jeringuillas estaban operativos en Letonia desde 1997, pero a una escala muy limitada. Todavía en 2016, Letonia distribuía 93 agujas y jeringuillas por usuario al año. En el mismo tiempo, Estonia distribuía 230. Ambos países fomentaron el acceso a terapias de sustitución de opiáceos, las cuales están probadas como método de reducción de la inyección de drogas y la transmisión del VIH. Además, se mejoraron los servicios de pruebas del VIH y terapia antirretroviral para las personas que se inyectan drogas. Si bien el acceso a las terapias de sustitución de opiáceos permaneció limitado en ambos países, fue mayor en Estonia que en Letonia.

Los resultados del estudio HERMETIC indican que, para 2016, cerca de la mitad de las personas que se inyectan drogas en Estonia se hacían la prueba del VIH cada 12 meses. De las personas que habían obtenido un resultado positivo, tres cuartos se encontraban en terapia antirretroviral. Mientras tanto, en Letonia, un 10 % de las personas que se inyectaban drogas se hicieron una prueba del VIH en algún momento entre los años 2007 y 2016, y de todas las personas que vivían con el VIH, sólo el 27 % seguía una terapia antirretroviral. Una adopción lenta de las directrices internacionales para el tratamiento contra el VIH contribuyó a la menor cobertura de tratamientos en Letonia. 

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