ECU

Guayaquil se une al grupo mundial de ciudades comprometidas con el fin de la epidemia del VIH

15 de marzo de 2024

El alcalde de Guayaquil, Aquiles Álvarez Henriques, la ciudad más grande de Ecuador y el principal puerto del país, firmó las Declaraciones de París y Sevilla el 28 de febrero, situando a la ciudad entre los casi 500 municipios de todo el mundo que se han comprometido a acelerar la acción a nivel local para mejorar la calidad de vida de las personas que viven con el VIH o están afectadas por él. Con este compromiso, la ciudad se compromete a contribuir al objetivo del país de poner fin al sida como amenaza para la salud pública para 2030.

Guayaquil es la capital de la provincia de Guayas, la más poblada de Ecuador y la más afectada por el VIH, con más de un tercio de todas las notificaciones de nuevas infecciones por VIH del país, según el Ministerio de Salud Pública de Ecuador. La epidemia se concentra en las poblaciones clave, con una prevalencia del VIH del 7,3% entre los hombres homosexuales y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres (HSH), por ejemplo.

"Un número importante de casos reportados con VIH en 2023 viven en Guayaquil", dijo Andrés Díaz, Director Técnico de la Unidad de Prevención de Enfermedades Infecciosas de la Dirección de Salud e Higiene de la ciudad. "Sabemos que la mejor manera de mejorar la prevención del VIH es a través de la educación y sensibilización de los ciudadanos para que se hagan la prueba".

Guayaquil ha realizado importantes esfuerzos para intensificar el cribado del VIH y ha aumentado la detección de casos seropositivos en un 1,6%. Las personas diagnosticadas se vinculan inmediatamente al sistema de salud pública para iniciar el tratamiento antirretrovírico de primera línea, disponible universalmente para nacionales y migrantes en Ecuador.

No obstante, el Departamento de Salud del Municipio de Guayaquil ha desarrollado un plan con acciones clave que se implementarán como resultado del compromiso de la ciudad con la iniciativa Fast-Track. Algunas de las prioridades más estratégicas son la ampliación de los servicios de VIH, incluida la prevención del VIH, el diagnóstico precoz y el tratamiento oportuno del VIH y otras infecciones de transmisión sexual; la sensibilización de los funcionarios públicos sobre cuestiones de estigma, discriminación y violencia de género vinculadas al VIH; y facilitar la participación de las comunidades, especialmente de la población clave y vulnerable, en la definición y ejecución de programas de VIH a nivel comunitario.

Al acto asistieron representantes de organizaciones comunitarias y de la sociedad civil, como la Corporación Kimirina, la Coalición Ecuatoriana de Personas que Viven con el VIH y la Asociación Trans LGBT+ Silueta X. Estas organizaciones desempeñan un papel crucial en los esfuerzos de la ciudad por responder al VIH. Estas organizaciones desempeñan un papel crucial en los esfuerzos de la ciudad por responder al VIH. "La participación ciudadana bajo el liderazgo de la autoridad local, con énfasis en los grupos comunitarios más vulnerables y en riesgo, es vital para lograr el objetivo de acabar con el sida para 2030", enfatizaron las delegadas de la Corporación Kimirina María Elena Acosta y Lily Márquez. Asimismo, Joan Morales de la Coalición Ecuatoriana de Personas que Viven con VIH destacó que "Al firmar las Declaraciones de París y Sevilla, Guayaquil se une a muchas otras ciudades que se han comprometido a brindar servicios de salud acelerados y sostenidos que nos permitan erradicar no solo el SIDA sino también la Tuberculosis, la Malaria y otras enfermedades tropicales, con acciones que contribuyan a reducir la discriminación hacia las personas que viven con VIH y otras comunidades afectadas."

Creada en 2014, la Declaración de París sobre la Acción Acelerada de las Ciudades para Poner Fin a la Epidemia del VIH es una declaración política con compromisos y objetivos que incluyen poner fin a las epidemias urbanas de sida y tuberculosis (TB), así como eliminar las hepatitis víricas (VHB y VHC). También articula un mandato para situar a las personas en el centro de la respuesta. Para definir y facilitar ese mandato, en 2022 se creó la Declaración de Sevilla sobre la Centralidad de las Comunidades en las Respuestas Urbanas al VIH, en la que se esbozan los 10 compromisos que se pide a las ciudades y municipios que asuman para aumentar la participación y promover el liderazgo de las comunidades afectadas en la consecución de las metas, objetivos y objetivos de la iniciativa Ciudades por la Vía Rápida.

"Felicitamos a la Alcaldía de Guayaquil por su compromiso de contribuir a los esfuerzos de Ecuador para alcanzar los objetivos de la Estrategia Mundial del Sida 2025, reduciendo el número de nuevas infecciones por el VIH y de muertes relacionadas con el sida y eliminando el estigma y la discriminación en todas sus formas", dijo Andrea Boccardi Vidarte, Directora de la Oficina de ONUSIDA para los Países Andinos. "Este compromiso es también un reconocimiento al liderazgo de las comunidades más afectadas por el VIH y a su apoyo a los objetivos de la ciudad".

Los migrantes LGBTI pueden informarse sobre sus derechos en Ecuador gracias a una iniciativa liderada por la comunidad

21 de septiembre de 2021

«Por fin soy dueño de mi vida», expresa Erick González, un venezolano que lleva casi un año afincado en Ecuador. Durante mucho tiempo, estuvo buscando incansable un lugar en el que sentirse parte de la sociedad. Y ya lo ha encontrado en Diálogo Diverso. 

Con sede en Quito, esta organización de la sociedad civil creada en 2018 trabaja en la protección y la promoción de los derechos humanos, haciendo hincapié en las cuestiones de género y en el colectivo de personas lesbianas, gais, bisexuales, trans e intersexuales (LGBTI). Gracias a la iniciativa Hablemos Positivo, respaldada por ONUSIDA, Diálogo Diverso aumentó su capacidad para responder a las necesidades de los migrantes LGBTI durante el primer año de la pandemia de la COVID-19.

«Existen muy pocas entidades que trabajen en la prevención del VIH, así como en lo relacionado con otros problemas de salud a los que estamos expuestos como parte de la comunidad LGBTI y migrante», afirma el Sr. González.

Diálogo Diverso es una de las 61 organizaciones que recibieron ayudas del equipo de apoyo regional de ONUSIDA para América Latina y el Caribe como parte de la iniciativa Soy Clave: de las Comunidades para las Comunidades, una plataforma que tiene como objetivo promover soluciones sociales lideradas por la comunidad para responder al VIH durante la pandemia de la COVID-19.

«Hemos recibido solicitudes de diferentes personas LGBTI: venezolanos, cubanos y colombianos, entre otros. Y hemos podido constatar que todos se enfrentan a un proceso migratorio muy similar», explica Danilo Manzano, director y cofundador de Diálogo Diverso, que cuenta con un equipo de más de 40 personas que trabajan en las ciudades de Quito, Guayaquil, Manta y Cuenca. «Pero, aparte de las necesidades colectivas como migrantes y grupos de población clave, era importante tener en cuenta la interrelación con los derechos humanos y el impacto de los desafíos individuales a los que se enfrentan en un nuevo país».

«El VIH es una de las razones por las que las personas LGBTI abandonan la República Bolivariana de Venezuela. Allí tienen grandes dificultades para acceder a los antirretrovirales de forma constante, sufren la invisibilidad de sus derechos y, en muchas ocasiones, son víctimas de crueles crímenes de odio», detalla Andrés Alarcón, activista con Diálogo Diverso. «Este proyecto nació fruto de nuestro gran bagaje al servicio de miles de migrantes LGBTI. Y durante la pandemia, percibimos una tendencia particular entre las personas que viven con el VIH: falta de información y acceso a diferentes servicios sanitarios».

Gracias a una subvención de ONUSIDA, a través del proyecto se hizo entrega de cientos de kits para la salud sexual y reproductiva, se organizó varias charlas sobre la promoción de la salud, la prevención del VIH, las infecciones de transmisión sexual y la COVID-19, y se difundió una campaña en redes sociales dirigida a aumentar la concienciación y promover los derechos humanos de las personas LGBTI migrantes.

«Este es un gran ejemplo de cómo las organizaciones internacionales, los donantes y los Gobiernos pueden invertir en las comunidades para que estas sean capaces de aportar soluciones sociales a sus propias comunidades, al tiempo que abordan otras cuestiones clave interrelacionadas como los derechos y la migración de las personas LGBTI», destaca Guillermo Márquez Villamediana, asesor principal de apoyo a la comunidad del equipo regional de ONUSIDA para América Latina y el Caribe. «Su gran saber y capacidad de divulgación han sido cruciales para mantener viva la respuesta al VIH para los más vulnerables durante la pandemia de la COVID-19».

Uno de los aspectos más destacados del proyecto fue la creación de una alianza entre dos organizaciones de la comunidad que trabajan con migrantes y refugiados en Ecuador, Alianza Igualitaria y Construyendo Igualdad. De este modo ampliaron su alcance y consiguieron llegar a otros grupos de población, como el de los trabajadores sexuales y los jóvenes.

La exclusión basada en la orientación sexual y la identidad de género constituye una violación de los derechos humanos de los migrantes y refugiados LGBTI en la República Bolivariana de Venezuela. Según un estudio llevado a cabo por Diálogo Diverso y la Organización Internacional para la Migración en 2020, el 43 % de los migrantes LGBTI del país había sufrido exclusión, discriminación o violencia. El mismo estudio recalcó que a los migrantes y refugiados LGBTI les resulta difícil acceder al sistema sanitario debido a la falta de información y concienciación sobre el mismo.

«Con este proyecto conocí las opciones que existen para evitar la infección y la transmisión del VIH», confiesa Reinaldo Mendoza, un migrante venezolano que recibió el apoyo de Hablemos Positivo.

Reina Manteña, presidenta de la Asociación de Mujeres de Cantón Milagro, en Ecuador, afirmó que la asociación con Diálogo Diverso para proporcionar asesoramiento técnico a las mujeres LGBTI ha sido una experiencia muy gratificante. «Muchas compañeras se beneficiaron de los kits y los diálogos. No olvidemos que, como consecuencia de la pandemia, los centros sanitarios dejaron de atender y suministrar preservativos, que son vitales para los trabajadores sexuales», subraya. «Además, hemos prestado apoyo técnico a los trabajadores sexuales venezolanos para que puedan regularizar su situación en el país». 

Para el Sr. Manzano y su equipo en Diálogo Diverso, resulta muy gratificante ver estos resultados. «Nunca ha sido cuestión de cantidad. Perseguimos la calidad de la asistencia que podemos ofrecer y el impacto real que esta tenga en sus vidas».

Las innovaciones de Ecuador para la prevención del VIH en sus ciudades

07 de noviembre de 2018

En la Ciudad Vieja de Quito, un grupo de hombres está jugando a una versión diferente del Jenga rodeado por unos majestuosos edificios centenarios. Cada bloque de madera que extraen cuidadosamente de una torre corresponde a una lección sobre salud sexual. Prestan absoluta atención mientras el educador demuestra cómo se usa el preservativo femenino. Una mesa más allá, los jóvenes se encuentran reunidos para ver una demostración de preservativos masculinos. Puede que la gente pase por los puestos para medir su presión arterial o hacerse un análisis de azúcar en sangre, pero se queda por la interesante educación sobre las relaciones sexuales seguras.

Este compromiso práctico es el resultado de la colaboración entre los directores de Salud e Inclusión Social de la Municipalidad de Quito y algunas organizaciones de la sociedad civil, incluida la Corporación Kimirina. Dos años después de convertirse en la primera ciudad andina que firmó la Declaración de París para poner fin a la epidemia del sida en las ciudades, Quito ha aumentado notablemente las pruebas del VIH y los programas de prevención. A 400 kilómetros de distancia, la ciudad de Guayaquil le sigue de cerca mientras amplia la prevención del VIH y las pruebas comunitarias.

Durante el último año se ha puesto mucho énfasis en las pruebas comunitarias, lo que ha aportado resultados tangibles. La proporción de nuevas personas diagnosticadas que han sido remitidas a servicios sanitarios ha aumentado un cuarto en Quito y un tercio en Guayaquil.

“No hablas solo de la epidemia; también utilizas enfoques prácticos”, dijo el director ejecutivo de ONUSIDA, Michel Sidibé, durante una visita a Ecuador el 30 de octubre. “Hay personas que ya están recibiendo educación y que disfrutan del acceso a servicios y a pruebas. Cualquier cosa que hagamos con el apoyo de la comunidad es sostenible”.

La importancia de la implicación de la comunidad es una característica clave del nuevo plan estratégico nacional por el VIH de Ecuador. Durante el lanzamiento simbólico del plan, el 30 de octubre, la ministra de Salud Pública de Ecuador, Verónica Espinosa, destacó que las misiones para acabar con el SIDA y construir una sociedad mejor son una sola.

“Estamos trabajando para garantizar una vida sin prejuicios y el derecho a la sanidad para todos sin discriminación”, dijo Espinosa.

Y el enfoque de los servicios para el VIH basado en los derechos humanos no termina con los ciudadanos de Ecuador. Ecuador ha mostrado un gran liderazgo en lo que respecta a la inmigración, incluyendo atención sanitaria garantizada para los refugiados y migrantes que viven con el VIH.

“Habéis abierto vuestros brazos y corazones a personas que vienen de otros lugares”, expresó Sidibé. “Al dar acceso a tratamiento a personas que podrían ser discriminadas están dejando el listón muy alto, no solo con ustedes mismos, sino con el resto del mundo”.

Lanzamiento de una red de cooperación de la sociedad civil para las Américas y el Caribe

02 de noviembre de 2018

El 30 de octubre se inauguró en Quito (Ecuador) una nueva red regional de cooperación de la sociedad civil para las Américas y el Caribe con el fin de apoyar a las organizaciones no gubernamentales que trabajan para erradicar el SIDA. Esta iniciativa que fue lanzada por Coalition PLUS, apoyará la coordinación y el desarrollo de capacidad entre las organizaciones comunitarias que participan en las respuestas al sida de América del Norte, Central y del Sur y del Caribe.

"Aunque tenemos servicios para el VIH disponibles, las personas no tienen acceso porque se les criminaliza y estigmatiza. El movimiento comunitario nos está ayudando a poner fin a la conspiración del silencio sobre la discriminación. Necesitamos que la sociedad civil muestre mayores esfuerzos para conseguir políticas progresistas que despejen el camino para acabar con el sida", afirmó Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA.

Desde 2014, Coalition PLUS, una alianza internacional de más de 100 organizaciones no gubernamentales que contribuyen a la respuesta al SIDA, ha estado construyendo y fortaleciendo mecanismos para la colaboración regional. Esas redes ya existen en África occidental y central, Oriente Medio y África septentrional, el Océano Índico y Europa.

El presidente de Coalition PLUS, Hakima Himmich, dijo que la red aumentará el acceso de las organizaciones a nuevos recursos y enfoques relevantes para sus contextos locales. Señaló que era especialmente importante fortalecer la capacidad de la sociedad civil para atender las necesidades de los más vulnerables.

“Tenemos retos enormes en relación con el estigma y la discriminación contra poblaciones enteras. Para conseguir controlar la epidemia, también debemos ocuparnos de los derechos humanos”, afirmó Himmich.

Los datos de ONUSIDA muestran que en 2017 los grupos de población clave y sus parejas sexuales supusieron las tres cuartas partes de las nuevas infecciones por el VIH y dos tercios de las nuevas infecciones en el Caribe. Los hombres homosexuales y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, junto a las mujeres transgénero, se ven afectados de forma desproporcionada. Algunos países informan de tasas de VIH en estos colectivos que superan el 15%.

Las actividades de la red en la región serán coordinadas por la Corporación Kimirina, una organización ecuatoriana centrada en la combinación de prevención y defensa centrada en las personas. Amira Herdoiza, la directora de la Corporación Kimirina, explicó que la plataforma hará especial énfasis en la investigación coordinada, el desarrollo de habilidades y el activismo, particularmente en torno a temas que afectan a los jóvenes y a las poblaciones clave. 

“Necesitamos más investigaciones entre países para mostrar los matices de nuestras epidemias”, explicó Herdoiza. “A través de esta red se reforzarán las capacidades de nuestra organización para compartir y analizar información. También nos centraremos en compartir experiencias y planificar programas conjuntos.”

Actualmente, hay otros tres miembros de la red regional: la Coalición de Organizaciones Comunitarias de Quebec contra el SIDA en Canadá; AIDES en el Caribe francés; y el Instituto para el Desarrollo Humano del Estado Plurinacional de Bolivia. Otras organizaciones regionales están invitadas a formar parte de la iniciativa.

El gobierno ecuatoriano pone en marcha la política de protección social para los niños que viven con el VIH

03 de octubre de 2012

Niños ecuatorianos que asisten a la escuela

El gobierno de Ecuador, bajo el liderazgo del Presidente Rafael Correa, aprobó recientemente una nueva política pública que tiene como objetivo la protección de los niños que viven con el VIH. La nueva política complementará además los esfuerzos por eliminar las nuevas infecciones por el VIH entre los niños del país.

La política indica una distribución mensual de transferencia de efectivo, utilizando estructuras sanitarias públicas, a las personas que cuidan niños menores de 14 años de edad que viven con el VIH. El gobierno calcula que en el primer año, las personas que cuidan de 500 niños cumplirán los criterios para recibir la transferencia de efectivo.

El vicepresidente Lenín Moreno, quien inició la propuesta de la nueva política, dijo: “Con este programa estamos sentando las bases para la protección social en América Latina. Las transferencias de efectivo proporcionan a los niños que viven con el VIH el acceso continuo al tratamiento, que mejorará su salud y asegurará que puedan llevar adelante sus vidas”.

El valor de la subvención es una asignación mensual de 240 dólares y las personas que cuidan de estos niños deben utilizarla para mejorar las condiciones de vida de los mismos, revirtiendo la desnutrición y ampliando su acceso a la educación, la salud y los servicios relacionados con el VIH. La transferencia está condicionada a la asistencia a la escuela y los controles de salud regulares de los niños.

Con este programa estamos sentando las bases para la protección social en América Latina. Las transferencias de efectivo proporciona a los niños que viven con el VIH el acceso continuo al tratamiento, que mejorará su salud y asegurará que puedan llevar adelante sus vidas

Vicepresidente de Ecuador, Lenín Moreno

“ONUSIDA aplaude esta importante iniciativa, que es un punto de referencia para otros países en la protección social de los niños y las familias afectadas por el VIH", dijo César A. Núñez, Director Regional de ONUSIDA para América Latina.

El Ministerio de Salud y los hospitales locales, junto con las organizaciones comunitarias y las redes de la sociedad civil, identificarán a los niños que cumplan con los requisitos, asegurarán la cobertura apropiada del tratamiento relativo al VIH y controlarán la asistencia regular a los centros de salud. El Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) supervisará la implementación de la política, junto con el Consejo de la Niñez y Adolescencia, organismo gubernamental especializado en asuntos relacionados con la niñez. Finalmente, el Departamento de Servicios Sociales de la Vicepresidencia supervisará la asistencia a la escuela de los niños y, por medio de visitas al hogar, ayudará a garantizar la mejora de las condiciones de vida de los niños, tanto en sus hogares con sus familias como en un contexto social más amplio.

Las sesiones informativas las organiza el Ministerio de Salud, conjuntamente con la Vicepresidencia, con el fin de explicar cómo funciona la política a las personas que cuidan de los niños. El personal de los centros de salud también está recibiendo formación sobre cómo implementar el programa eficazmente. En Guayaquil, una de las regiones en las que se introdujo la política, recientemente tuvo lugar una reunión para brindar información y formación a los coordinadores y el personal de los servicios sanitarios. “Por primera vez en Ecuador, la respuesta sanitaria y relativa al VIH están vinculadas a una política de protección social. Constituye un enfoque integral para la atención social de los niños que viven con el VIH, incluidas salud, nutrición, educación y protección”, resalta Juan Vasconez, Coordinador nacional de ONUSIDA para Ecuador.

El progreso constante en el acceso a los servicios relacionados con el VIH

Ecuador es uno de los países latinoamericanos que muestra un progreso constante en el incremento del tratamiento antirretrovírico para las personas que viven con el VIH, así como en la provisión de servicios para detener las nuevas infecciones por el VIH entre los niños. En 2011, el 67% de las personas que vivían con el VIH y necesitaban tratamiento del VIH tenían acceso al mismo, comparado con el 39% en 2009.  Además, el 85% de los recursos necesarios para proporcionar tratamiento para el VIH proviene de fuentes nacionales.

De izquierda a derecha: Coordinador nacional de ONUSIDA para Ecuador, Juan Vasconez, Director Regional de ONUSIDA para América Latina, César A. Núñez y el Vicepresidente de Ecuador, Lenín Moreno.

En 2001, se introdujo una política de servicio sanitario para asegurar que las mujeres embarazadas que vivían con el VIH tuvieran acceso a los controles previos y posteriores al nacimiento y que pudieran dar a luz en un centro sanitario. Las campañas para alentar a las embarazadas a hacerse la prueba del VIH se realizan regularmente y han resultado exitosas en los últimos años.  En 2011, 279 064 embarazadas (el 78% de todas las embarazadas) se hicieron la prueba. 684 de ellas recibieron el diagnóstico seropositivo.  De ese grupo, el 95% de las mujeres embarazadas que vivían con el VIH recibieron tratamiento para el VIH con el fin de prevenir la infección por el VIH a sus hijos. En 2011, se registraron 30 niños nacidos con el VIH en Ecuador.

“Tal alto apoyo político a nivel presidencial para la eliminación de nuevas infecciones por el VIH entre los niños en Ecuador lleva al país hacia el objetivo de ONUSIDA de cero nuevas infecciones por el VIH entre los niños para 2015”, resaltó el Sr. Vasconez.

ACNUR: Medidas para contrarrestar el estigma y el silencio sobre el VIH entre los refugiados y las comunidades de acogida del norte de Ecuador

04 de marzo de 2011

Una versión de este reportaje se publicó anteriormente en UNHCR.org (en inglés)

Lucilda, una joven madre de dos niños, ha descubierto recientemente que su marido le había contagiado el VIH. Éste murió hace poco y la refugiada colombiana se encuentra sola en una región en la se estigmatiza a las personas que viven con el VIH. Fotografía: ONUSIDA/V. Rodas

Hace diez años, una adolescente llamada Lucilda* se escapó de su casa en Colombia porque tenía miedo de la furia de su madre tras haber ido a una fiesta sin permiso. Con 25 años se casó y huyó a Ecuador con su marido para así escapar del conflicto de la región de Putumayo, al sur de Colombia. Su marido la trataba con violencia y le era infiel.  Pero su marido ha muerto de una enfermedad relacionada con el sida y ahora Lucilda trata de criar sola a sus dos hijos como refugiada en Ecuador. 

"Estaba muy enfermo, pero no quería ver a un médico.  Yo le llevé y nos explicaron lo que estaba sucediendo.  También nos dijeron que yo era seropositiva", añadió.  "Él sabía que tenía sida, pero nunca me lo dijo". 

Ahora Lucilda recibe un tratamiento antirretrovírico y sus dos hijos son VIH-negativos.  Forma parte de un pequeño, pero creciente, número de personas que viven con el VIH en la provincia de Sucumbios, al norte de Ecuador, y en su capital, Lago Agrio, donde cerca del 20% de sus 60.000 habitantes son refugiados colombianos.  Desde finales del año pasado se sabe que al menos 30 personas viven con el VIH en esta región, el doble que en 2009.

"Lo cierto es que, en comparación con el número de personas que viven con el VIH, esta cifra no representa más que la punta del iceberg", afirmó Paul Spiegel, Jefe de la Sección de Salud Pública y VIH del ACNUR, con sede en Ginebra.

Sin embargo, resulta difícil combatir la falta de transparencia en lo relativo al VIH en una sociedad conservadora y dominada por hombres, en la que aquellos que viven con el VIH, especialmente las mujeres, tienen que hacer frente a la estigmatización.  Con la comprensión como clave para prevenir nuevos contagios, ACNUR y sus asociados tratan de contrarrestar esta ideología y de extender la concienciación en lo relativo al virus. 

Los trabajadores sanitarios de la comunidad han puesto en marcha un programa especial de prevención del VIH de ACNUR, destinado a concienciar a los refugiados y comunidades de acogida que habitan áreas aisladas en la selva que rodea Lago Agrio. Además, ofrecen clases de salud sexual, planificación familiar y servicios sanitarios generales. En ellas, explican la importancia de mantener relaciones sexuales más seguras y se aseguran de que las personas tengan conocimientos y libertad para no correr riesgos en lo relativo al VIH.  Otro de los asuntos más importantes en el intento de detener la propagación del VIH consiste en hacer frente a la violencia por razón de género. 

Lucilda tiene experiencia directa en este tipo de violencia.  Cuando ella descubrió que su marido había estado manteniendo relaciones sexuales con otras mujeres, él reaccionó de manera violenta. 

Yo no quería que me tocara, pero cogió un cuchillo y me obligó

Lucilda*, una mujer que vive con el VIH y es refugiada en Ecuador

"Yo no quería que me tocara, pero cogió un cuchillo y me obligó", recordó.  "Me sentí como si me hubieran violado". 

La nueva Estrategia de ONUSIDA para 2011-2015, fomenta la tolerancia cero a la violencia por razón de género y la discriminación. Reconoce que este tipo de violencia constituye una violación de los derechos humanos.  Además, puede dificultar la capacidad de las personas para protegerse de manera adecuada de la infección por el VIH, así como para tomar decisiones saludables sobre cómo, cuándo y con quién mantener relaciones sexuales.  Para enfrentarse a la epidemia del sida satisfactoriamente, resulta primordial que tanto Lucilda como el resto de mujeres vivan sus vidas libres de la amenaza de la violencia.     

*El nombre ha sido modificado para proteger su identidad.

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