GUY

El camino a la profilaxis previa a la exposición en Guyana

19 de enero de 2021

Este año, Guyana lanzará un exhaustivo plan relacionado con la profilaxis previa a la exposición (PPrE). El ministro de Sanidad de Guyana, Frank Anthony, anunció que la estrategia nacional se implementará en colaboración con las clínicas de todo el país y las organizaciones no gubernamentales.

«Queremos expandirnos y llegar cada vez a más gente para asegurarnos de que toda persona en riesgo de contraer el VIH tenga acceso a la PPrE», señala el Sr. Anthony. «Estamos convencidos de que, si implantamos un programa integral, lograremos evitar muchas infecciones».

Este movimiento es el culmen de años defendiendo e implementando una profilaxis previa a la exposición parcial. La política existente en materia de profilaxis previa a la exposición consiste en un programa solo para las parejas serodiscordantes, de manera que únicamente aquellas parejas en las que solo una persona está viviendo con el VIH han sido capaces de acceder a la PPrE a través del sistema de salud público, para evitar así la transmisión al otro miembro seronegativo.  

Desde el año 2015, la Organización Mundial de la Salud recomienda insistentemente que se ofrezca la PPrE «a todas las personas que corran un riesgo sustancial de contraer el VIH». Son varios los países que han dado prioridad en los programas de PPrE a los grupos de población clave, incluyéndose aquí los gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, trabajadores sexuales y personas transgénero. En Guyana, en esos grupos también se concentra una mayor prevalencia del VIH: 8 % en el caso de las mujeres transgénero, 6 % entre trabajadores sexuales y 5 % entre gais y otros hombres que mantienen relaciones sexuales con hombres.

El año pasado, la Sociedad contra la discriminación por motivo de la orientación sexual de Guyana (SASOD Guyana, por sus siglas en inglés) pasó de instar a un programa de PPrE más inclusivo a ofrecer el servicio ella misma. Para ello, el grupo se asoció con el centro Midway Specialty Care Centre, con la finalidad de salvar la brecha existente en el país respecto a la respuesta para la prevención del VIH.

«Queremos una prevención combinada para ganarle la batalla al sida», remarca Joel Simpson, gerente de SASOD Guyana. Gracias a su alianza con el sector privado y la sociedad civil, por primera vez los guyaneses, pertenezcan al grupo social que pertenezcan, fueron capaces de decidir si querían adherirse a la PPrE. El medicamento se vendía a los usuarios a precio de coste y quienes accedían al servicio a través de las organizaciones no gubernamentales no tenían que pagar  los gastos derivados de la consulta.  

Según los resultados arrojados por la evaluación que llevó a cabo SASOD Guyana en 2018 en colaboración con la International HIV y AIDS Alliance (ahora llamada Frontline AIDS) entre los gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, y las personas transgénero, cuanto más sensibilizada está la población, mayor es el interés en adherirse a un tratamiento de PPrE. Sin embargo, de entre quienes participaron en el estudio, solo un 60 % estaba dispuesto a pagar por él.

«Necesitamos políticos y técnicos, para que todas nuestras decisiones estén respaldadas por la ciencia y la investigación. En algunas ocasiones nos hemos topado con cuestiones morales a la hora de establecer una política pública», reflexiona el Sr. Simpson. «No se trata de si perteneces o no a un determinado grupo de población. Hay que responder a la realidad que vivimos y tratar de reducir los riesgos».

Los resultados del programa de Guyana en materia de VIH se sitúan entre los mejores de la región del Caribe. El país sobrepasó el objetivo para 2020 en lo referente a las pruebas de detección del VIH, con un 94 % de personas que viven con el VIH diagnosticadas en el año 2019. Un 73 % de las personas que conocían su estado serológico estaba en tratamiento. De ellas, el 87 % logró suprimir su carga viral. En los últimos 20 años, las nuevas infecciones por el VIH se han reducido a la mitad en América del Sur.

«Se han logrado muchos avances en lo referente al tratamiento para el VIH, y no solo para las personas que viven con el VIH. Para salvar las brechas y garantizar que nadie quede atrás, es fundamental implementar completamente las mejores prácticas relacionadas con la prevención y el tratamiento», afirma Michel de Groulard, director nacional adjunto de ONUSIDA para Guyana y Suriname. «Precisamente por eso nos congratula el enfoque que se está adoptando desde el Ministerio de Sanidad este año para garantizar que la PPrE esté disponible para todas las personas que la necesitan. Ya tenemos a nuestro alcance las herramientas necesarias para acabar con el sida. Ahora lo que debemos hacer es usarlas».

El banco de alimentos de Guyana para el VIH sale al rescate durante la COVID-19

04 de septiembre de 2020

Para muchas familias guyanesas, la COVID-19 ha supuesto mucho más que llevar mascarilla y respetar las restricciones de movimiento.

«El efecto disruptivo que la pandemia está teniendo sobre la actividad económica ha llevado al hecho de que, sencillamente, no haya comida suficiente», explica Michel de Groulard, director regional de ONUSIDA para Guyana y Suriname.

Afortunadamente, al menos para las personas que viven con el VIH en Guyana, no ha existido esa necesidad de tener que idear una solución improvisada que les permita tener algo que llevarse a la boca. Durante casi 14 años, la secretaría del Programa nacional para la reducción del sida ha estado invirtiendo para desarrollar un banco de alimentos específico para las personas que viven con el VIH, incluyéndose aquí todas aquellas coinfectadas con tuberculosis.

El programa empezó con el apoyo del Fondo Mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria (Fondo Mundial) y a día de hoy continúa recibiendo sus aportaciones. Desde el comienzo, hubo donaciones grandes y constantes por parte de la National Milling Company de Guyana. Posteriormente, a partir del año 2017, el Gobierno de Guyana y la organización benéfica Food for the Poor se convirtieron en los principales donantes. Cabe destacar que, con el paso de los años, el banco de alimentos ha ido recibiendo cada vez más aportaciones procedentes del sector privado. Solo en 2019, hubo más de veinte colaboradores corporativos.

La gente llega remitida por los equipos sanitarios que atienden a las personas que viven con el VIH. Se les garantiza el suministro de alimentos durante un periodo inicial de seis meses, tras el cual se revalúa la situación de cada persona. En ese tiempo intermedio, se cuenta con el apoyo del Ministerio de Protección Social y la agencia Recruitment and Manpower Agency. El objetivo es poder ofrecerles, asimismo, un puesto de trabajo y prestarles otro tipo de ayuda social.

Rhonda Moore trabajó como médico especialista en VIH durante seis años en tres regiones diferentes antes de asumir el mando del Programa nacional para la reducción del sida. Ella misma ha podido comprobar en primera persona cómo el hecho de estar alimentados cambia la situación para personas y familias que se encuentran al límite. Cuando la gran preocupación de las personas es saber si ese día podrán comer algo, su atención y cuidado respecto al tratamiento disminuye.

«La inseguridad alimentaria genera un círculo vicioso», apunta. «Para las personas que viven con el VIH, el llevar una dieta sana y equilibrada es tan importante para controlar la enfermedad como el tratamiento. El hecho de tener el estómago vacío un día sí y otro también afecta física y mentalmente. La adherencia en esos casos se torna un problema, y el impacto de la salud mental también mina el sistema inmunitario».

En el contexto de la COVID-19, el banco de alimentos ha hecho extensible su ayuda también a los miembros de los grupos de población clave que son seronegativos. El Programa nacional para la reducción del sida está colaborando con las organizaciones de la comunidad para frenar la propagación del virus proporcionando información sobre la COVID-19, además de sobre los servicios de prevención y pruebas del VIH.

Hasta la fecha, se han distribuido más de 2700 lotes de alimentos y productos de higiene. Para evitar que las personas tengan que desplazarse hasta el banco de alimentos, los lotes se están distribuyendo a partir de los centros de tratamiento en los diferentes distritos. Se lanzó una invitación a todas las personas diagnosticadas que no habían empezado o continuado su terapia antirretrovírica, para que se acercaran a los centros de tratamiento más próximos y recogieran allí tanto sus medicamentos para el VIH como alimentos, dos elementos básicos para sobrevivir a la COVID-19.

En el año 2019, Guyana se convirtió en el primer país del Caribe que introdujo directrices nacionales para abordar el hambre y el VIH. La estrategia respalda la labor de los proveedores de salud, los legisladores, los trabajadores sociales y otros interesados en la respuesta al VIH a la hora de preocuparse por los cuidados relativos a la nutrición y por satisfacer otras de las necesidades de las personas que viven con el VIH en situaciones diversas. En una respuesta a la epidemia a menudo dominada por la preocupación respecto al tratamiento, Guyana se ha mostrado proactiva para ocuparse del desafío de la inseguridad alimentaria al que muchas personas que viven con el VIH se enfrentan de manera habitual o, como en el caso de la COVID-19, de forma excepcional.

«El tratamiento del VIH fallará si la gente no tiene alimentos, comida saludable. El que Guyana haya sido capaz de responder de forma inmediata para plantarle cara a los desafíos de la seguridad alimentaria y, de esa forma, proteger el bienestar de las personas que viven con el VIH desde el mismísimo comienzo de la crisis humanitaria demuestra el gran valor que tiene invertir en un apoyo psicosocial que, como se observa, forma parte de nuestro programa de tratamiento habitual», destaca el Sr. De Groulard. «Hace a los países y a las comunidades más resilientes, más ágiles. Las prepara mejor para responder ante una crisis».

Movilización para ayudar a las trabajadoras sexuales transgénero en Guyana y Suriname durante la crisis de la COVID-19

02 de junio de 2020

Twinkle Paule es una activista transgénero que emigró de Guyana a los Estados Unidos de América hace dos años. Cuando la crisis por la COVID-19 empezó a agravarse más y más, no pudo evitar pensar en sus «hermanas» allí en su país y en la cercana región de Suriname. Para muchas de ellas, el trabajo sexual era su única opción para sobrevivir.  Sabía que el toque de queda las privaría de sus ingresos. Y le preocupaba que alguna se metiera en problemas legales si se veía forzada a trabajar por la noche.

Tras contactar con personas de allí, sus peores sospechas se confirmaron. Hizo una donación personal, pero era más que consciente de que aquella cantidad no era suficiente.

«Yo misma vine de esas calles, sabía que teníamos que movilizarnos para cuidar de nuestra comunidad. Conocía más que de sobra lo que era estar en casa y deberle dinero al casero, y que te desalojen por no poder pagar el alquiler», relata la Srta. Paule.

Colaboró con las activistas neoyorquinas Cora Colt y Ceyenne Doroshow, fundadoras de Gais y lesbianas en una sociedad transgénero (GLITS Inc), para lanzar la campaña de GoFundMe . Desde que la dieran a conocer el pasado 12 de mayo, ya han recaudado el dinero suficiente como para cubrir las ayudas al alquiler durante un mes de seis trabajadoras sexuales transgénero. Dicha cantidad se ha enviado a Guyana Trans United (GTU, por sus siglas en inglés), la organización para la que trabajó como educadora de iguales cuando en el año 2015 abandonó el trabajo sexual.

El hecho de que ahora pueda utilizar su posición de influencia para movilizar la ayuda de emergencia supone ya de por sí un éxito increíble. Cuando emigró, se halló a sí misma al borde del suicidio. Se sentía abrumada por el peso emocional de la exclusión y la injusticia.

Tras obtener una respuesta favorable a su petición de asilo, ahora es estudiante de comunicación a tiempo completo en el Borough of Manhattan Community College. Terminó la educación secundaria el año pasado, algo que no había sido capaz de hacer en Guyana. Mientras estudiaba, trabajó como oficial de proyección exterior para GMHC (Gay Men's Health Crisis, el centro para la crisis de salud de los hombres gais).

Adoptó a la perfección un papel defensor, al dirigirse el año pasado al ayuntamiento de la ciudad para que abolieran el artículo 240.37 del Código Penal del Estado de Nueva York, una ley que se utilizaba para ir en contra de las mujeres transgénero. Rápidamente se dio cuenta de que formaba parte de la misma tradición que las leyes del vagabundeo de las que ella misma había sido víctima en Guyana y contra las que después había luchado.

La Srta. Paule sabía bien todo lo que habían cambiado sus expectativas de vida gracias a la emigración.

«Se ve bien lo distinto que es todo cuando alguien tiene la oportunidad y las herramientas necesarias para tomar otras decisiones en su vida. Yo me di cuenta de que lo que a mí me faltaba eran los recursos y la capacidad de adentrarme en un entorno sin tener que preocuparme por la discriminación y la violencia. No digo que aquí todo sea perfecto, pero en mi día a día no me enfrento al mismo nivel de injusticia. Pude acceder a un tratamiento hormonal. Y, para mí, lo más importante es que conseguí volver al colegio», reflexiona en voz alta.

Su madre falleció cuando era tan solo una niña, su padre se marchó con una nueva familia y a ella la criaron unos familiares. Nunca hubo dinero suficiente para su educación. Algunos fines de semana limpiaba en una iglesia para ganar algo de dinero.

Sin embargo, la pobreza no era el único desafío al que se enfrentaba. Recuerda que, desde muy pequeña, se sentía diferente. No sabía ponerle un nombre a lo que sentía, pero instintivamente sabía que no sería aceptada. En el colegio se esforzaba por pasar desapercibida. Un día su corazón estuvo a punto de hacerse pedazos cuando un compañero dijo que parecía un antihombre, un término peyorativo del guyanés para referirse a los hombres gais.

Durante años escuchó una y otra vez a los adultos de su familia decir que, si resultaba ser gay, deberían echarla de casa; y así fue a los 16 años. Un pariente la vio «bailar como una chica» en una fiesta y se quedó sin hogar al que volver.

La Srta. Paule buscó refugio junto a otras mujeres transgénero y, como ellas, recurrió al trabajo sexual para sobrevivir. El creciente movimiento regional para abordar las necesidades de las comunidades vulnerables y marginadas ejerció un enorme impacto en su vida. Gracias a la recién formada Guyana Sex Work Coalition (coalición para el trabajo sexual en Guyana), aprendió a mantener sexo seguro y logró acceder a los productos necesarios para mantener relaciones sexuales seguras. Cuando algunas de sus compañeras empezaron a asistir a encuentros y congresos, descubrieron que sí había una palabra para definir lo que sentían. No eran antihombres: eran transgénero.

A pesar de ello, la vida en la calle era brutal. Si eran asaltadas o violadas, no podían denunciar el delito.

«La policía directamente te dirá: “¿Para qué vienes aquí si sabes de sobra que la prostitución y la sodomía van contra la ley?”», rememora.

Cuenta que, incluso, en alguna ocasión despiadados agentes de policía las amenazaban con extorsionarles y quedarse con todo su dinero.

Una vez, la policía la encerró a ella y a otras mujeres transgénero junto a hombres en la comisaría, y les tiraron preservativos a la celda, una luz verde para los otros detenidos. Por aquel entonces era solo una adolescente.

Otro día acompañó a una amiga a la comisaría para denunciar un caso de violencia doméstica. Y entonces, fue el policía quien le espetó a ella: «Tú estás implicada en un delito de sodomía y te encerraré por ello».

En 2014, un grupo de transexuales fue arrestado por dedicarse al trabajo sexual en Suriname. Entre otras humillaciones, tuvieron que soportar cómo un guarda de la prisión las obligaba a desnudarse y ponerse de cuclillas fuera de la celda, en presencia de los demás detenidos.

Hace siete años, una de sus amigas fue asesinada y su cuerpo fue arrojado detrás de una iglesia. No hubo investigación alguna.

Un trauma tras otro acaba pesando.

Incluso cuando no sucede nada, hay ya un temor constante. ¿Me echarán del taxi? ¿Me insultará la gente por la calle? ¿Me juzgarán por lo que llevo puesto?

«Las chicas se lo toman como que lo que les sucede es culpa suya», relata la Srta. Paule. «Incluso yo misma he sentido en ocasiones que la gente tenía derecho a hacerme cosas porque yo no me comportaba según las normas sociales».

Aun cuando se adentró en el mundo de la defensa de los derechos, no lo acababa de ver del todo. Intentó suicidarse una vez y comenzó a beber y fumar antes de empezar a trabajar. Hace dos años se desmoronó, pero ahora se moviliza en servicio de la comunidad.

La Srta. Paule valora sobremanera el trabajo de organizaciones como la Sociedad contra la discriminación por la orientación sexual y la GTU, ya que considera que, gracias a ella, se ha avanzado en el diálogo en torno a la inclusión en Guyana.

«Lo que todavía falta es mayor seguridad y equidad para la comunidad», insiste. «Necesitamos una respuesta estatal que diga: “Se ha de cuidar de estas personas”. La comunidad transgénero no tiene trabajo, sufrimos acoso desde la etapa escolar y somos víctimas de la brutalidad policial. Todo eso está mal. Necesitamos ya mismo una acción sólida y robusta por parte de nuestros representantes políticos».

Nuestra acción

COVID-19 y VIH

Los profesionales del sexo y los madereros de Guyana se enfrentan juntos al VIH

18 de enero de 2011

Kay Forde habla sobre la prevención del VIH con los madereros. Fotografía: OIT

Kay Forde ha sido una profesional del sexo en Guyana desde hace más de 20 años, y es, asimismo, una activista de la lucha contra el sida. Como secretaria de la Organización One Love, una organización no gubernamental que trata de hacer frente a las necesidades de los profesionales del sexo en materia de VIH, el compromiso de la Sra. Forde consiste en conseguir avances y marcar la diferencia en la región de Kwakwani, en Guyana.

Dicho compromiso supone no solo defender los derechos de los profesionales del sexo a vivir libres de cualquier forma de estigma o discriminación y a tener acceso a una información adecuada sobre el VIH, sino que también incluye el trabajo con sus clientes. Muchos de ellos, se ganan la vida en la industria maderera.

Existen cerca de 13.000 trabajadores de la madera en Guyana y representan una parte significativa de la población trabajadora migrante. Dado que los bosques se encuentran, por lo general, en zonas aisladas, existe el riesgo de no poder tener un acceso regular tanto a preservativos como a un conocimiento correcto sobre cómo se transmite el VIH, un hecho que contribuye a aumentar la vulnerabilidad de los trabajadores a la infección. De hecho, los propios trabajadores del sexo han contraído la infección por el virus de forma desproporcionada, con una prevalencia del VIH de aproximadamente un 16%, en comparación con el 1,2% de prevalencia del virus en adultos registrado en Guyana.

La estrategia empleada por la Organización One Love está funcionando bien, ya que, tanto entre los miembros de la organización como entre los madereros, se está fomentando una mayor sensibilización con respecto a la importancia de adoptar prácticas sexuales más seguras.

Sean Wilson, coordinador nacional del proyecto de la OIT

Teniendo en cuenta todos estos datos, One Love unió sus fuerzas en 2009 con las de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Gobierno de Guyana, el Departamento de Trabajo de los EE.UU. y el Programa de educación sobre el VIH y el sida en el lugar de trabajo del PEPFAR. Uno de sus objetivos principales consiste en fomentar la prevención del VIH entre los madereros a través de un conjunto de servicios esenciales. Entre ellos, se encuentra la promoción del uso de preservativos, la proporción de asesoramiento y pruebas del VIH voluntarios, y la orientación sobre infecciones de transmisión sexual. En su conjunto, lo que se busca con todo ello es aumentar la concienciación de las personas sobre los riesgos existentes, así como promover que se mantengan relaciones sexuales seguras.

El trabajo con los madereros se reforzó en abril de 2010, cuando la OIT se unió en asociación con la Asociación de productores agrícolas y forestales del Alto Berbice (UBFAPA, por sus siglas en inglés), a fin de educar a sus miembros. Quince de los instructores afiliados y miembros del equipo de One Love viajaron de un campo a otro para llevar a cabo debates interactivos en grupo. 

La Sra. Forde considera que los madereros de Kwakwani han adquirido una mayor concienciación sobre el VIH y muestran un mayor interés por hablar sobre cuestiones relacionadas con la vida sexual íntima. "Ellos vienen hasta aquí y nos plantean sus preguntas. Son atentos e interactivos, y nos llena de satisfacción el ver que escuchan con atención y reciben explicaciones completas sobre asuntos sanitarios y sexuales", declaró la Sra. Forde.

Charles Swaving, supervisor de un campo de madera que trabaja cerca de Kwakwani, acudió a una de las reuniones organizadas por One Love en julio del año pasado, y afirma estar de acuerdo con ella.  Así, Charles pone de manifiesto su agradecimiento por la oportunidad que le brindaron para recibir una mejor información acerca del VIH, así como de la necesidad de tratar a aquellos que viven con el virus con dignidad y respeto. Por ello, promete luchar por seguir viviendo libre del VIH.

Según Sean Wilson, coordinador nacional del proyecto de la OIT, el éxito de esta asociación demuestra que los profesionales del sexo pueden ser influyentes defensores de la prevención del VIH. "La estrategia empleada por la Organización One Love está funcionando bien, ya que, tanto entre los miembros de la organización como entre los madereros, se está fomentando una mayor sensibilización con respecto a la importancia de adoptar prácticas sexuales más seguras".

El proyecto está en marcha, y hay planes para que se vuelva a contar con trabajadores de la madera que ya han participando con anterioridad en el programa, a fin de analizar el impacto del uso de substancias en la transmisión del VIH, así como el modo en el que se pueden reducir los riesgos de transmisión a nivel general. Asimismo, se emprenderán mayores esfuerzos para garantizar que se suministran preservativos a los madereros de forma regular y segura, y se abordará la cuestión de cómo aquellos pueden tener acceso a los preservativos en lugares donde los gastos de transporte son más elevados.

En el curso de los próximos años, el proyecto seguirá en funcionamiento en estrecha colaboración con la UBFAPA, a fin de que su participación sea mayor en lo que ya ha sido catalogado como un proceso de educación vital. La OIT también pretende establecer una asociación similar con otras organizaciones de profesionales del sexo, con el objetivo de llegar a diferentes grupos de trabajadores en todo el país.

Guyana launches national HIV prevention principles, standards and guidelines

24 de marzo de 2010

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Hon. Dr. Leslie Ramsammy, Minister of Health of Guyana launching the national HIV prevention, principles, standards and guidelines. 24 March 2010.

On Wednesday 24th March 2010, Guyana unveiled the country’s new national principles, standards and guidelines for the prevention of HIV as part of its efforts to achieving universal access to HIV prevention, treatment, care and support.

“By 2020 Guyana must be well on the road towards elimination of HIV as a major public health problem,” said Dr Leslie Ramsammy, Guyana’s Minister of Health.

The principles, standards and guidelines are the result of two years of work under the leadership of the Ministry of Health’s National AIDS Programme, in close collaboration with UNAIDS. Guyana’s HIV prevention quality standards are fully in line with the UNAIDS Executive Director’s call for a global “prevention revolution” to reduce the number of new HIV infections.

“Prevention is a key priority. We need to construct a compelling prevention narrative. One built upon equality and human rights. One that recognizes the importance of responses that are strategically tailored to local epidemics, that include biomedical, behavioural and structural approaches, and that meaningfully involves beneficiaries,” said UNAIDS Executive Director Michel Sidibé.

According to UNAIDS, the national HIV prevention principles, standards and guidelines represent an important step forward for intensifying HIV prevention activities in Guyana, and should serve as a model for other countries in the region. The guidelines feature a scorecard for rating the quality of prevention programmes being implemented.

La conferencia “Investigación sanitaria en las Américas V” se centra en la prevención del VIH

11 de mayo de 2009

The Miller School of Medicine of the University of Miami

La Facultad de Medicina Miller de la Universidad de Miami y el Programa internacional de formación sobre sida y tuberculosis del centro Fogarty colaboraron con ONUSIDA en la organización de la conferencia “Investigación sanitaria en las Américas V”, que se celebró el 7 y el 8 de mayo de 2009 en Miami, Florida.

La conferencia tuvo como objetivo poner de relieve los datos disponibles sobre prevención del VIH, intercambiar opiniones acerca de la sostenibilidad de las iniciativas de prevención integral y llevar a debate el lugar en que se encuentra la prevención dentro del marco de discusión general sobre “salud en las Américas” y en otras estrategias de desarrollo internacionales.

Sir George Alleyne, enviado especial del secretario general de las Naciones Unidas para el VIH y el sida en el Caribe, fue invitado en condición de ponente de apertura en la segunda jornada de la conferencia.

Los numerosos logros alcanzados a escala local y nacional en la contención de la epidemia han dado lugar a un conjunto de datos que señalan qué es lo que funciona, si bien, estos planteamientos eficaces todavía no se han puesto en práctica por completo.

Durante la conferencia, científicos, profesionales de la salud dedicados a la prevención del VIH y diseñadores de políticas analizaron las experiencias científicas y de los programas con el fin de dar prioridad a los enfoques de prevención integral basados en pruebas. Además, se intercambiaron opiniones acerca de soluciones eficaces que podrían conciliar la interacción entre el VIH y el resto de los asuntos de salud y desarrollo.

La participación en la conferencia estaba abierta a científicos e investigadores conductistas que trabajan en el área de prevención del VIH en las Américas, con atención especial a Guyana, República Dominicana, Jamaica, Brasil, Colombia y Perú.

Las peluquerías y los salones de belleza promueven la educación sobre el VIH en Guyana

26 de marzo de 2009

Este reportaje se publicó originalmente en UNFPA.org


Barber shop
Clients at Kevin's Reflextions have an opportunity to talk about HIV.
Credit: Carina Wint

En las peluquerías de Georgetown, Guyana, se habla sobre las últimas tendencias, los acontecimientos de la comunidad, los cotilleos del vecindario, y ahora, sobre las maneras de proteger a los jóvenes del VIH. UNFPA, en colaboración con la Secretaría de ONUSIDA, se ha dado cuenta de que las peluquerías y los salones de belleza pueden ser centros informativos, y por tanto los está utilizando para difundir mensajes de prevención del VIH.

El proyecto consiste en formar a los empleados para que puedan contestar preguntas simples sobre el VIH, distribuir material informativo, proporcionar a los clientes preservativos masculinos y femeninos, e incluso permitirles que se sometan a las pruebas del VIH o que reciban asesoramiento en los mismos establecimientos. En consecuencia, los jóvenes de Guyana pueden acceder a información y recursos que no se encuentran disponibles en ningún otro lugar de sus comunidades. Y esto es esencial ya que su pequeño país (con una población de 751.223 habitantes) tiene algunos de los niveles de prevalencia del VIH más elevados de la región: según ONUSIDA, alrededor de un 1,6% de las mujeres embarazadas y hasta un 26,6% de los profesionales del sexo son seropositivos.

Condoms
Los salones de belleza seleccionados proporcionan preservativos masculinos y femeninos.
Fotografía: Carina Wint

Juanita Huburn, cliente de DJ’s Magic Fingers, un salón de belleza que participa en el programa, afirmó que la sociedad guyanesa es "cerrada" en lo que respecta a la sexualidad. “No se habla sobre sexo, solo dicen que no debes practicarlo, pero esto no es realista", declaró.

Las peluquerías y los salones han sido seleccionados en función de su localización en centros comerciales, parques, atracciones famosas o en comunidades de ingresos bajos. Los propietarios que han abierto las puertas de sus establecimientos al proyecto obtuvieron a cambio una mayor publicidad para sus pequeños negocios e incentivos como el acceso a los materiales de promoción. “Se informó a las tiendas de cómo el proyecto ayudaría a su promoción, así como del valor económico de participar”, afirmó Patrice La Fleur, oficial de enlace del UNFPA en Guyana. “Y lo que es más importante, facilitarán un lugar seguro para dialogar sobre la sexualidad y la prevención del VIH".

Se informó a las tiendas de cómo el proyecto ayudaría a su promoción, así como del valor económico de participar. Y lo que es más importante, facilitarán un lugar seguro para dialogar sobre la sexualidad y la prevención del VIH.

Patrice La Fleur, oficial de enlace de UNFPA

Una vez que se identificaron los establecimientos, dos empleados de cada tienda recibieron una formación básica sobre el VIH y los medios de prevención. También aprendieron como seguir el proyecto de manera adecuada y diversas prácticas seguras para su propio trabajo (como garantizar la esterilidad de las máquinas para cortar el pelo, las cuchillas, las agujas, los accesorios de manicura y pedicura y los equipos para realizar tatuajes y piercings).

Además de formar a los participantes en salud sexual y reproductiva y cuestiones de género, el proyecto también pretende desarrollar habilidades como la comunicación, las relaciones saludables y el liderazgo. “Los participantes han expresado cómo ha mejorado la calidad de las relaciones con sus amigos, familia y clientes", afirmó Babsie Gidings, oficial del UNFPA encargado de seguir el proyecto.

Hair Salon
El salón de belleza DJ’s Magic Fingers es otro de los establecimientos que está sensibilizando a sus clientes sobre la prevención del VIH.
Fotografía: Carina Wint

Desde que comenzara el programa, los establecimientos afirman que cada vez tienen más clientes, y más tiendas se han unido a la iniciativa. “Los negocios han crecido un 5% desde que nos unimos al programa", afirmó Kevin John, propietario de la peluquería Kevin's Reflections. Cree que esto se debe en parte a que la gente sabe que su salón cumple los requisitos sanitarios. Actualmente las peluquerías y los salones distribuyen unos 7000 preservativos masculinos y 400 femeninos mensualmente.

Las iniciativas para llevar a cabo este proyecto comenzaron el año pasado en el Grupo Temático de los Países de las Naciones Unidas, presidido por UNFPA, y han sido completamente financiadas por ONUSIDA. Asimismo, el proyecto también cuentacon la colaboración de una ONG local, Youth Challenge Guyana.

UNFPA presta su asistencia de manera continua siguiendo y evaluando a las peluquerías y salones que participan en este proyecto, que pretende que unos 2000 jóvenes accedan a información, habilidades, servicios y recursos que les sirvan de ayuda para proteger su salud.

Guyana presenta una nueva coalición nacional sobre la religión y el VIH

16 de diciembre de 2008

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Diversos líderes de la fe hindú, cristiana, islámica, rastafariana y baha'i se reunieron durante la Conferencia sobre religión y VIH en Georgetown, Guyana, el 11 de diciembre de 2008.
Fotografía: ONUSIDA

La Secretaría del Programa nacional de sida del ministerio de Salud de Guyana organizó el 11 de diciembre de 2008 una conferencia nacional sobre la religión y el VIH con el apoyo del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA. El fin de esta conferencia era establecer una coalición nacional de líderes religiosos de todas las denominaciones en Guyana para hacer frente al estigma y a la discriminación relacionados con el VIH.

En la inauguración de la "Conferencia nacional de Guyana sobre la religión y el VIH", diversos líderes de la fe hindú, cristiana, islámica, rastafariana y baha'i adoptaron la Declaración de Guyana sobre religión y VIH, por la que han acordado pasar del compromiso y la retórica a la acción.

Por medio de esta declaración, los líderes religiosos reconocen la necesidad de incluir información adecuada sobre el VIH en sus discursos, rituales, educación religiosa y en la formación de los futuros líderes. También acordaron defender los derechos de las personas que viven con el VIH o que se ven afectadas por el virus, y garantizar su inclusión absoluta en la vida religiosa, social, familiar y económica.

Además, se comprometieron a alentar a las mujeres y a sus parejas a que accedan a la atención sanitaria, como por ejemplo realizándose las pruebas del VIH, reconociendo el hecho de que el VIH es una enfermedad que se puede tratar y que los padres seropositivos pueden tener hijos libres del virus. También acordaron hacer frente a la vulnerabilidad de los niños que viven con el VIH o que se ven afectados por él, especialmente a garantizar que se respete su derecho a acceder a la educación, el tratamiento, la atención y el apoyo dentro de un entorno familiar.

Finalmente, aceptaron utilizar sus lugares de culto, las instalaciones educativas y sanitarias y sus programas de jóvenes y mujeres para ofrecer una gama completa de servicios de prevención del VIH, tratamiento, atención y apoyo.

En su discurso de inauguración el ministro de Sanidad, el Dr. Leslie Ramsammy, enfatizó la importancia de que las organizaciones religiosas adopten un papel más activo en la respuesta al sida, y aludió a los resultados de una encuesta realizada recientemente que indicaba que tan solo el 50% de estas organizaciones apoyaba de manera incondicional a las personas seropositivas.

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Participantes a la Conferencia sobre religión y VIH en Georgetown, Guyana
Fotografía: ONUSIDA

Las comunidades religiosas, las mezquitas, los templos, las iglesias, los hospitales y las clínicas han ofrecido apoyo a las personas que viven con el VIH o que se ven afectadas por el virus en todo el mundo. Su liderazgo puede influir de manera excepcional en las vidas de muchas personas y si los líderes alzan sus voces de manera responsable contra el VIH, las repercusiones pueden ser significativas tanto en las comunidades como a nivel internacional. Sin embargo, la respuesta de la comunidad religiosa también puede tener un efecto negativo. Algunos líderes y sus comunidades religiosas han estigmatizado a las personas seropositivas. Esta manera de enfocar los métodos de prevención del VIH y las actitudes contra las personas más expuestas al riesgo de infección, como los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, los profesionales del sexo o los usuarios de drogas inyectables, pueden dificultar en ocasiones la respuesta. Todavía queda mucho trabajo por hacer para erradicar el estigma y la discriminación en torno al VIH.

A pesar de la buena voluntad mostrada y del compromiso de encontrar formas de colaborar, existe un largo camino entre las buenas intenciones y una acción conjunta efectiva. Ser incapaz de comprender las diferentes formas en las que se organizan las comunidades religiosas, de tolerar y de respetar sus creencias, o no saber identificar e implicar a las personas en iniciativas conjuntas que transciendan la religión organizada pueden ser algunos de los obstáculos en este camino.

Esta conferencia ha servido para guiar el debate que ayudará a los líderes religiosos de Guyana a hacer frente al estigma y la discriminación relacionados con el VIH, así como para establecer, mediante la Coalición de Guyana sobre la religión y el VIH, cómo se realizará una contribución mayor, en asociación con la Secretaría del Programa nacional de sida del ministerio de Salud y sus asociados, que permita cumplir los objetivos nacionales de conseguir que todos los guyaneses, independientemente de quiénes sean o de dónde vivan, puedan acceder a la prevención, el tratamiento, la atención y el apoyo relacionados con el VIH.

“La respuesta al VIH, en cualquier país, depende en gran medida de la movilización de sus líderes, instituciones y movimientos. Los líderes religiosos y sus comunidades están presentes literalmente en todos los lugares de la vida cotidiana de las personas, lo que les permite llegar a todos y que todos acudan a ellos. Son unos asociados muy importantes en la respuesta al VIH, ya que ocupan una posición estratégica desde la que pueden apoyar, comprender y aceptar a las personas seropositivas, lo que les otorga un papel esencial para prevenir las nuevas infecciones", afirmó el Dr. Ruben del Prado, coordinador de ONUSIDA en Guyana.

El liderazgo religioso puede influir significativamente en las iniciativas para detener la propagación del VIH y, como ha quedado demostrado en Guyana, se puede fortalecer este liderazgo mediante asociaciones con los gobiernos, la sociedad civil y la comunidad internacional.

Más eventos sobre el sida en la Copa Mundial de Críquet

03 de abril de 2007

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Jonty Rhodes, entrenador de fildeo del equipo
sudafricano de críquet (izq.) y el guardapalos AB
de Villiers (centro) observan el golpe de un joven
jugador de críquet. El equipo de críquet visitó el
Centro de Salud Dorothy Bailey de Georgetown,
Guyana. Foto cedida por: UNICEF/Wilson

“Cada turno cuenta en el críquet, al igual que en la lucha contra el sida: cada pequeña contribución importa”. Estas fueron las palabras del Dr. Rubén del Prado, Coordinador Nacional del ONUSIDA para Guyana y Suriname, durante una visita de los miembros del equipo sudafricano de críquet al Centro de Salud para Jóvenes Dorothy Bailey de Georgetown, Guyana.

Tras su reñida victoria sobre Sri Lanka en los cuartos de final de la Copa Mundial de Críquet 2007 del ICC (Consejo Internacional de Críquet), el equipo sudafricano decidió tomarse un descanso y manifestar su apoyo al centro de salud y a sus iniciativas para los jóvenes que viven con el VIH, el primero de estas características en Guyana.


 Trabajo de equipo para vencer el sida

El Dr. Leslie Ramsammy, Ministro de Salud, el Sr. Johannes Wedenig, Representante del UNICEF para Guyana y el Dr. del Prado acompañaron al equipo de críquet a un salón de actos abarrotado de escolares y otros invitados. Bajo las pancartas "Unidos por la infancia, Unidos contra el sida", dos escolares guyaneses, Murisa y Darren, dieron la bienvenida a todo el mundo y hablaron sobre la necesidad de emprender iniciativas contra la propagación del VIH.

El Dr. Ramsammy explicó a los asistentes que el VIH y el sida son un problema de alcance mundial: “Estamos todos implicados en este asunto y solamente podremos acabar con el sida si trabajamos en equipo”.

Wedenig afirmó que era muy alentador ver a los pueblos de Sudáfrica y Guyana solidarizarse por una causa común. “El conocimiento es poder”, dijo. “Si ofrecemos a los niños los conocimientos necesarios para protegerse, podemos ganar”.

Hablando en nombre del equipo sudafricano de críquet, el entrenador de fildeo Jonty Rhodes expresó que sus jugadores, como deportistas famosos, tenían la oportunidad de poner en relieve los desafíos globales ante la sociedad. "Sudáfrica tiene una alta prevalencia del VIH”, añadió, y el equipo nacional de críquet “nos comprometemos a hacer todo lo que esté en nuestras manos para acrecentar la concienciación sobre el VIH y luchar contra el estigma y la discriminación".

En un intercambio informal de preguntas y respuestas con los jóvenes y los medios de comunicación allí presentes, el famoso bateador diestro insistió sobre la importancia del conocimiento, del trabajo en equipo y de la resistencia para acabar con el VIH, requisitos similares a las habilidades necesarias para ganar un partido de críquet.

 

Cumpliendo sueños

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Saud, un estudiante guyanés, ata una Cinta
de Compromiso a la muñeca de Jonty Rhodes,
entrenador de fildeo del equipo sudafricano de
críquet, en el Centro de Salud Dorothy Bailey
en Georgetown, Guyana
Fotografía: UNICEF/Wilson

En un momento solemne, el Sr. Rhodes y un estudiante guyanés, Saud, se ataron recíprocamente Cintas de Compromiso a la muñeca, y todos los asistentes se comprometieron a protegerse a sí mismos y proteger los unos a los otros del VIH.

Shaun Pollock, el famoso boleador sudafricano, mencionó a su hija de tres años: “Tiene sus sueños, igual que los demás niños. Tengo que asegurarme de que podrá cumplirlos”.

Después de la ceremonia formal, los invitados visitaron el Centro de Salud Dorothy Bailey, antes de que todos salieran a jugar al críquet. Sobre un terreno desnivelado de césped y arena, cerca del centro, Pollock dirigió unos lanzamientos suaves al Ministro de Sanidad, el Dr. Ramsammy, quien bateó de manera segura y recta antes de que los defensores de campo atraparan la pelota.

El evento fue uno de los muchos que se celebraron en toda la región con ocasión de la Copa Mundial y fue organizado por el Consejo Internacional de Críquet (ICC), el UNICEF, el ONUSIDA y la Alianza de Medios de Difusión del Caribe sobre el VIH/ Sida, para resaltar la situación de los niños y jóvenes que viven con el VIH o están afectados por el virus.

 

Este artículo se publicó por primera vez en la sección especial de la Copa Mundial de Críquet del ICC de la página Web de “Unidos por la infancia, Unidos contra el sida” – uniteforchildren.org



Enlaces:

Leer “La Copa Mundial de Críquet fomenta la concienciación sobre el sida”

Para más información acerca de las actividades sobre el sida organizadas con ocasión de la Copa Mundial de Críquet y para acceder a los anuncios de servicio público, véanse:

Página especial sobre la Copa Mundial de Críquet (en inglés)
Consejo Internacional de Críquet (en inglés)
Campaña Live Up (en inglés)
Alianza de Medios de Difusión del Caribe sobre el VIH/SIDA (en inglés)

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