Caribbean

ONUSIDA celebra la sentencia del Tribunal que protege los derechos de las personas LGBTQ en Dominica

22 de abril de 2024

22 de abril de 2024—ONUSIDA celebra la decisión del Tribunal Superior de Dominica de proteger los derechos de las personas LGBTQ en Dominica.

El Tribunal ha dictaminado hoy que los artículos 14 y 16 de la Ley de Delitos Sexuales, que penalizaban las relaciones sexuales consentidas entre adultos del mismo sexo, son inconstitucionales en virtud de la Constitución de la Commonwealth de Dominica. El Tribunal dictaminó que las disposiciones anteriores violaban el derecho a la libertad, garantizado por el artículo 1 (a) de la Constitución, la libertad de expresión, garantizada por los artículos 1 (b) y 10 (1), y la protección de la intimidad personal, garantizada por el artículo 1 (c). 

En una decisión de la juez Kimberly Cenac-Phulgence sobre una demanda presentada por un hombre gay, el Tribunal consideró que:

"criminalizar las relaciones sexuales consentidas entre adultos del mismo sexo, como se hace en los artículos 14 y 16 de la SOA, es una restricción injustificable del derecho constitucionalmente garantizado a la libertad de expresión en una sociedad libre y democrática".

Con igual contundencia, el tribunal aceptó que el derecho a la protección de la intimidad del hogar abarca:

"la vida privada y familiar y la esfera personal que incluye la propia identidad y orientación sexual, así como la actividad íntima con la pareja que la persona elija. Por lo tanto, los artículos 14 y 16 de la SOA contravienen la Constitución en la medida en que se inmiscuyen en la vida privada y familiar de una persona al prohibir la elección de los adultos que consienten con quién mantener relaciones sexuales íntimas y, por lo tanto, son nulos".

Dominica es el sexto país del Caribe en el que una poderosa acción comunitaria ha conseguido eliminar la penalización de las relaciones entre personas del mismo sexo. Además de promover los derechos humanos de todas las personas, incluidas las del colectivo LGBTQ, este avance jurídico también promoverá la salud pública para todos. La serie de sentencias dictadas en todo el Caribe está ayudando a la región a acelerar su avance hacia cero nuevas infecciones por el VIH, cero muertes relacionadas con el sida y cero discriminación para las personas afectadas.

Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA, ha declarado:

"Hoy, otro tribunal caribeño ha anulado la antigua y perjudicial ley punitiva colonial que criminalizaba a las personas LGBTQ. La sentencia de Dominica es una victoria para la salud pública y para los derechos humanos. Proteger los derechos humanos de todas las personas es esencial para proteger la salud de todas las personas. Los tribunales, como guardianes de las Constituciones escritas que consagran los derechos fundamentales, son vías vitales para la realización de los derechos de todos".

ONUSIDA felicita a Dominica y honra especialmente la fortaleza de las comunidades de primera línea de Dominica por liderar el movimiento en favor de los derechos humanos de todas las personas.

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

ONUSIDA felicita a Barbados por derogar leyes de la época colonial que criminalizaban las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo

13 de diciembre de 2022

GINEBRA, 13 de diciembre de 2022—ONUSIDA celebra la sentencia del Tribunal Superior de Barbados que revoca las leyes contra la indecencia grave y sodomía, promulgadas en la era colonial del país, que criminalizaban las relaciones sexuales consentidas entre personas del mismo sexo.

“Esta decisión histórica constituye un paso importante para la protección de los derechos humanos y la dignidad de las personas LGTB en Barbados”, declaró Luisa Cabal, la Directora Regional de ONUSIDA en América Latina y el Caribe. “También fortalecerá la respuesta al VIH del país, ya que ayudará a reducir el estigma y la discriminación que sufren las personas LGTB y mejorará la percepción de las pruebas del VIH, así como de los servicios de prevención y tratamiento”.

En virtud del artículo 9 de la Ley de Delitos Sexuales de Barbados, los hombres que tuvieran relaciones sexuales con otros hombres podrían enfrentarse a cadena perpetua. Conforme al artículo 12, tanto hombres como mujeres se consideraban criminales y estaban sujetos a hasta 10 años de cárcel. Las leyes que castigan las relaciones sexuales consentidas entre personas del mismo sexo, además de violar los derechos humanos de las personas LGTB, suponen un obstáculo para mejorar los resultados sanitarios, incluida la respuesta al VIH. Estas leyes contribuyen al estigma y la discriminación de las personas LGTB e impiden que busquen y reciban asistencia médica por miedo a ser castigadas o detenidas. La descriminalización del colectivo LGTB salva y cambia vidas y construye sociedades más fuertes.

Barbados se convierte en el tercer país caribeño que anuncia este año la derogación de este tipo de legislación discriminatoria. El proceso judicial fue emprendido por dos abogados LGTB de Barbados junto a la organización local Equals Barbados, que ofrece apoyo a la comunidad, y la organización LGTB regional, Alianza del Caribe Oriental para la Diversidad y la Igualdad.

A principios de este año, los tribunales de Antigua y Barbuda y San Cristóbal y Nieves también abolieron leyes por su carácter inconstitucional que criminalizaban a los hombres homosexuales y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres. Actualmente quedan seis países en el Caribe que criminalizan las relaciones sexuales consentidas entre adultos del mismo sexo. Todos ellos son excolonias británicas: Dominica, Granada, Guyana, Jamaica, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas.

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Michel de Groulard, exdirector nacional de ONUSIDA, será siempre recordado por su defensa de las comunidades

10 de octubre de 2022

Hoy es un día triste en ONUSIDA debido al fallecimiento del Dr. Michel de Groulard, quien durante mucho tiempo fue asesor en materia de VIH y salud pública para la región del Caribe. Michel tenía a sus espaldas más de 30 años de experiencia en salud pública internacional, y llevaba casi un cuarto de siglo dedicado al VIH. 

Aunque de cuna francesa, Michel hizo del Caribe su hogar. Vivió en Trinidad y Tobago durante varios años y hasta el momento de su fallecimiento. 

Michel, médico de formación, trabajó en varios proyectos de salud pública para el Ministerio francés de Asuntos Exteriores. Durante cinco años acercó la atención médica a pueblos remotos en el desierto de Mauritania y durante dos años hizo lo mismo en Camerún. También ejerció como oficial de salud pública en el Ministerio de Salud de Grenada y fue gerente de proyectos para el VIH en el Centro de Epidemiología del Caribe.

Fue en el año 2001 cuando Michel se unió a la gran familia de ONUSIDA como asesor principal de alianzas. Continuó prestando servicio a la región del Caribe como miembro del personal de ONUSIDA, y pasó a desempeñar diversas funciones, incluido el cargo de asesor principal del programa en la región durante más de siete años. Precisamente el mes pasado concluyó un periodo de dos años como director nacional en funciones para la oficina de Guyana/Suriname, la cual él mismo abrió en Georgetown en 2005.

A lo largo de sus muchos años de trabajo contra el VIH, jamás se cansó de destacar el ingente papel de la sociedad civil en todos los niveles de la respuesta a la hora de abordar el riesgo y la vulnerabilidad, los problemas de género y las barreras para acceder a los servicios. Michel brindó un gran apoyo técnico para la creación de la Red caribeña de personas que viven con el VIH (CRN+) en 1996 y el establecimiento de la Coalición Caribeña de Comunidades Vulnerables (CVC) en 2005. Asimismo, durante varios años fue vicepresidente de Community Actions Resource (CARE), la organización más antigua de Trinidad y Tobago dedicada a las personas que viven con el VIH.

Por encima de todo, Michel fue un defensor sin igual de las personas marginadas y excluidas, especialmente de las personas que viven con el VIH y de los grupos de población clave. Siempre se aseguró de que las preocupaciones y las voces de las comunidades se situaran en el centro de la planificación y la defensa. Por eso, la sociedad civil lo recuerda por defender su vital importancia a la hora de dar forma a las políticas públicas y prestar servicios.

Michel jamás llegó a jubilarse. Siempre enérgico y comprometido, no pudo resistirse a asumir distintos retos tras su salida inicial de ONUSIDA en 2013. Así, fue nombrado gerente regional para el programa USAID/PEPFAR LINKAGES para el Caribe oriental y meridional. También se ofreció como voluntario en Alliance Française en el puerto de España.

Sus intereses en epidemiología y salud pública nunca se apagaron. Así, por ejemplo, desde el inicio de la pandemia de la COVID-19, recopiló y difundió gráficos diarios nacionales y regionales que rastrean nuevas infecciones y muertes en el Caribe. Sus mensajes nocturnos de WhatsApp a amigos y compañeros continuaron hasta la noche previa a su fallecimiento.

A Michel le encantaba cocinar y con frecuencia invitaba a sus amigos a disfrutar de una rica quiche en su casa. Fue él quien nos motivó a todos a comer sano y realizar ejercicio. Y siempre lució una enorme y cálida sonrisa.

Michel supo distinguirse en su quehacer como funcionario civil internacional y logró llegar a muchas vidas. Demostró ser un auténtico campeón en la lucha contra las desigualdades. Por eso hoy lloramos la pérdida de un gran hermano, de un ser humano maravilloso y de un profesional muy comprometido que supo entender excepcionalmente de qué se tratan los derechos humanos y la inclusión. Desde aquí queremos transmitir nuestras más profundas condolencias a su familia. Te echaremos mucho de menos, amigo.

La justicia jamás se regala, se gana: Cómo los activistas del Caribe Oriental desarrollaron la exitosa estrategia para acabar con las leyes que criminalizaban a las personas LGBT.

31 de agosto de 2022

Durante casi 150 años, declararse gay en St. Kitts y Nevis era sinónimo de ser criminalizado.  Y es que aquello que las autoridades coloniales inhumanamente etiquetaron como «el abominable crimen de la sodomía» ha formado parte durante muchos años de la ley, y solo ha logrado castigar, estigmatizar, discriminar y excluir a las personas LGBT por ser ellas mismas. 

Esta misma semana, el Tribunal Superior de la nación caribeña dictaminó la inconstitucionalidad de las disposiciones que criminalizan los actos sexuales privados entre las parejas del mismo sexo; desde ese mismo instante, dicha criminalización pasó a ser nula y a quedar sin efecto. 

La abogada Nadia Chiesa señaló que en el caso de St. Kitts y Nevis eran varios los derechos constitucionales violados por las disposiciones penales: los derechos a la privacidad, la libertad personal, la libertad de discriminación y la libertad de expresión.  

«Se presentaron como pruebas no solo argumentos legales, sino también las infinitas formas en que la existencia continuada de estas leyes afecta a las personas de la comunidad en todos los aspectos de su vida», explicó la Sra. Chiesa.  

Las partes demandantes pusieron sobre la mesa los problemas que con mayor frecuencia afectan a los miembros de la comunidad LGBT en St. Kitts y Nevis.  En lo más alto de la lista, sobresalía «una tendencia a evitar los servicios de salud sexual, incluyéndose aquí las pruebas del VIH, por miedo a ser víctimas del estigma por parte de los proveedores de atención sanitaria o la sociedad en su conjunto».  

«Llevamos un tiempo en una situación en que, aunque los programas para el VIH deberían centrarse en los grupos de población clave, incluidos los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, algunos gobiernos han establecido una política que los ha apartado de esos enfoques o que incluso ha impedido actuar a las autoridades estatales responsables de proporcionar servicios a estas comunidades. Precisamente ese dato fue muy importante en el caso para afianzar los argumentos legales en torno a la discriminación», explicó Veronica Cenac, abogada de San Lucía y una de las estrategas líderes de la iniciativa.   

Ahora, con el cambio de la ley, llega la oportunidad de mejorar toda una gama de servicios. El cambio legal salvará y cambiará vidas.  

Mientras lo celebran, los activistas destacan la importancia de reflexionar y aprender sobre cómo se cosechó el éxito, de ayudar a dar a conocer los esfuerzos de los demás y de proporcionar información sobre los siguientes pasos necesarios para poner fin al estigma y la discriminación.  

La estrategia que finalmente lograría derrumbar la ley del siglo XIX nacida hace siete años. A  partir de esta iniciativa, el mes pasado también surgió un exitoso desafío a la ley de «sodomía» en Antigua y Barbuda. En Barbados, Granada y Santa Lucía se han vivido casos similares.  

El enfoque se inspiró en ejemplos recientes del Caribe respecto al uso de la revisión judicial para poner fin a las leyes que criminalizan a las personas lesbianas, gais, bisexuales y trans (LGBT) en Belice, Guyana y Trinidad y Tobago. Así, liderados por la Alianza para la Diversidad y la Igualdad del Caribe Oriental (ECADE), un consorcio de abogados, grupos de la sociedad civil y fideicomisos de los derechos humanos ultimaron un plan distinto para lograr su objetivo de acabar con las leyes discriminatorias en el Caribe Oriental. 

El proceso ECADE se caracterizó por tres rasgos clave.  

En primer lugar, en vez de perseguir la creación de un alto perfil para los casos que aparecen en las noticias, todos los esfuerzos de comunicación se centraron en concienciar y aprovechar la sabiduría dentro de las comunidades. El equipo trabajó para identificar las fortalezas y los aliados, mientras planificaba cómo abordar los posibles escollos. 

En segundo lugar, la estrategia se basó fundamentalmente en el fortalecimiento institucional. 

«No se trataba solo de dar a conocer más y más casos», detalló la Directora Ejecutiva de ECADE, Kenita Placide. «Nuestro objetivo era el de construir una comunidad».  

Uno de los demandantes en el caso fue la organización no gubernamental Alliance for Equality de St. Kitts y Nevis (SKNAFE, por sus siglas en inglés). La presidenta de SKNAFE, Tynetta McKoy, insistió en que la organización está preparada para apoyar la siguiente etapa del trabajo: un mayor compromiso público.  

«La mayoría de los miembros de la comunidad... saben que este es un primer paso y aún queda mucho trabajo por hacer en torno a la educación y la concienciación pública. Al venir del nivel de la comunidad, estamos ante un trampolín. Estamos listos para seguir avanzando», destacó. 

La tercera punta de la estrategia tenía que ver con la seguridad de los litigantes y de toda la comunidad en general. Para ECADE era fundamental pensar en los demandantes más allá del caso y garantizar que su vida pudiera seguir transcurriendo con absoluta seguridad, aun cuando sus nombres y rostros no dejaran de circular por los medios de comunicación.  

ECADE mostró su enorme agradecimiento por las aportaciones de Human Dignity Trust, Kaleidoscope Trust, Canadian HIV/AIDS Legal Network, University of the West Indies Rights Advocacy Project (URAP) y Caribbean Vulnerable Communities (CVC) Coalition, entre otros, por contribuir de varias maneras. Entre ellos se incluía el apoyo a la investigación fundamental y la oferta de orientación estratégica. 

La Sra. Cenac señaló que una fase posterior de la estrategia se centraría en animar a los gobiernos a promulgar una legislación protectora De ese modo, se garantizaría que la comunidad LGBT y otros grupos vulnerables quedaran cubiertos por las medidas de seguridad legales implementadas para otros ciudadanos.     

El abogado principal, E. Anthony Ross Q.C., instó a los Gobiernos del Caribe a actuar proactivamente para garantizar que sus leyes defiendan siempre los derechos que la propia constitución otorga a los ciudadanos. 

«Aquí no se creó absolutamente nada nuevo [en este juicio]. Es la constitución la que específicamente aborda todos estos derechos. Todos los fiscales generales deberían tomar nota. Ha llegado el momento de revisar todas estas leyes y meter en vereda a las discriminatorias».

El VIH, y los hombres homosexuales y los hombres que mantienen relaciones sexuales con hombres

Saint Kitts y Nevis, el último país en declarar la inconstitucionalidad de las leyes que han criminalizado a las personas LGBT

30 de agosto de 2022

GINEBRA, 30 de agosto de 2022 - ONUSIDA recibe con infinito agrado una sentencia del Tribunal Superior de Saint Kitts y Nevis en la que se dicta que las leyes que criminalizan el sexo entre hombres gais son inconstitucionales, lo que se traduce en su inmediata retirada del código jurídico. El Tribunal ratificó la demanda que insistía en que las secciones 56 y 57 de la Ley de Delitos contra la Persona violaban el derecho a la privacidad y la libertad de expresión.

«Esta sentencia emblemática supone un paso importante para garantizar la igualdad y la dignidad de la comunidad de personas lesbianas, gais, bisexuales y trans de Saint Kitts y Nevis, así como de todo el Caribe», destacó Luisa Cabal, directora regional de ONUSIDA para América Latina y el Caribe. «En el día de hoy Saint Kitts y Nevis se unen a la creciente lista de naciones caribeñas que ya han derogado estas leyes de la era colonial que niegan los derechos humanos de las personas y frenan la respuesta a la pandemia del VIH. Una descriminalización de la que todo el mundo se beneficia».

Las leyes que castigan las relaciones sexuales consentidas entre personas del mismo sexo, además de contravenir los derechos humanos de las personas LGBT, suponen un obstáculo significativo para mejorar los resultados sanitarios, incluso en la respuesta al VIH. Dichas leyes no hacen sino contribuir a mantener el estigma y la discriminación contra las personas LGBT y suponen barreras para estas personas a la hora de buscar y recibir atención sanitaria por miedo a ser castigadas o detenidas. La descriminalización salva y cambia vidas.

La demanda contra el Gobierno de Saint Kitts y Nevis fue presentada por un ciudadano, Jamal Jeffers, y la Alianza de Saint Kitts y Nevis para la Igualdad, y contó con el respaldo de la Alianza del Caribe Oriental para la Diversidad y la Igualdad. La sentencia del Tribunal Superior sigue una decisión similar adoptada por el Tribunal Superior de Antigua y Barbuda el pasado mes de julio. Los tribunales de Belice y Trinidad y Tobago también han derogado aquellas secciones de sus códigos jurídicos que criminalizan las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo.

En la actualidad aún hay siete países en el Caribe que criminalizan el sexo homosexual consentido entre adultos. Estos países, todos ellos antiguas colonias británicas, son Barbados, Dominica, Granada, Guyana, Jamaica, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas.

«La sociedad civil caribeña está determinada y los tribunales caribeños son claros al respecto. El tiempo corre para estas leyes coloniales dañinas», afirmó Luisa Cabal. «Los países que aún no han puesto fin a estas leyes deben hacerlo de forma urgente, por la salud y los derechos humanos de todos sus ciudadanos».

La sentencia del Tribunal reduce a 68 el número de países en todo el mundo que criminalizan las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo. A principios de este mes, Singapur anunció que está derogando la legislación que castigaba al sexo gay con una pena de prisión de hasta dos años.

ONUSIDA

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Michael Hollingdale
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El VIH, y los hombres homosexuales y los hombres que mantienen relaciones sexuales con hombres

Un modelo para atender a los grupos de población clave de Haití

16 de agosto de 2022

Imagine que a usted lo culparan una y otra vez por todas las tragedias que ocurrieran en su país. Terremotos. Huracanes. Inundaciones.

Ahora imagine que, precisamente por eso, lo excluyeran de los esfuerzos para responder a las catástrofes.

Las personas lesbianas, gais, bisexuales y trans (LGBT) en Haití se enfrentan a profundos prejuicios. La discriminación a menudo socava su oportunidad de vivir. Mina sus oportunidades de educación y empleo. Para ellas incluso acceder a la atención sanitaria se vuelve difícil.

Fundada en 1999, la Fundación SEROvie aúna la promoción de la salud para la comunidad LGBT con la defensa de los derechos humanos y la capacitación socioeconómica. Hoy en día, la organización lleva a cabo proyectos en nueve departamentos geográficos.

ONUSIDA brinda su apoyo a SEROvie para asegurarse de que, en la respuesta a los desastres, siempre se tengan en cuenta  las necesidades de los grupos de población clave. Esta intervención garantiza que las personas que viven con el VIH continúen recibiendo su tratamiento antirretroviral y tengan acceso a la ayuda a tiempo. Más allá de la fase de emergencia, los beneficiarios obtienen apoyo para reanudar la generación de ingresos y poder reintegrarse en sus hogares. También reciben apoyo psicosocial para hacer frente al dolor y el trauma.

En 2016, SEROvie fundó la clínica J.C Ménard en Port au Prince. Esta clínica atiende a personas LGBT y a otros grupos de población clave, incluidas las trabajadoras sexuales y sus clientes. Aquí SEROvie ha condensado más de dos décadas de experiencia en la prestación de asistencia sanitaria y social en un paquete de servicios completo.

Con la ayuda de varios colaboradores, incluida la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), J.C Ménard ofrece una gama de servicios de libre acceso a usuarios que abordan la violencia de género, el estigma y la discriminación, la planificación familiar y la prevención del VIH, incluida la profilaxis previa a la exposición. También proporciona tratamiento y atención para el VIH, las ITS y la tuberculosis. 

En el laboratorio interno, los técnicos gestionan tanto el diagnóstico como la monitorización del tratamiento. Realizan un seguimiento individual de cada caso, desde el positivo en la prueba hasta la supresión vírica. Durante el último año, la clínica realizó pruebas del VIH en las instalaciones para 6000 personas y apoyó la gestión del tratamiento del VIH para más de 1500 clientes. Además de suministrar medicamentos a los pacientes, la clínica se coordina con otras instalaciones de tratamiento para garantizar que las existencias no se agoten y que los fármacos no caduquen.

Los trabajadores sociales realizan evaluaciones individuales para determinar las necesidades de los clientes. Para la psicóloga Darline Armand, sin duda, el momento más importante de su trabajo es la primera interacción tras el diagnóstico.

«Necesitan sentirse seguros», afirma.

Gregory Jacques, supervisor de iguales, explicó que la clínica emplea tanto la educación entre pares como la navegación entre pares como enfoques estratégicos. Los educadores hacen que los clientes se sientan implicados en las relaciones, el riesgo y la seguridad, y les proporcionan información precisa. Los propios navegadores son personas que viven con el VIH y que guían a los demás a través del proceso de tratamiento y atención.

«Lo que marca la diferencia es precisamente que saben que eres como ellos», explica un navegante.

En la sala de la comunidad, los clientes aprenden sobre salud y relaciones mediante divertidas actividades. Aquí es donde también se reúnen para los grupos de apoyo y diálogos.

El equipo de supervisión y evaluación mide el rendimiento del programa al detalle. Hacen un seguimiento de todo, desde el número de personas que viven con el VIH identificadas mediante pruebas de índice hasta el número de sesiones de sensibilización llevadas a cabo con sacerdotes de vudú. En el último año, la clínica envió mensajes de sensibilización en materia de VIH, VGB, estigma y discriminación a más de 15 000 personas. Más de 1500 personas se benefician de los servicios integrales de atención y tratamiento del VIH mientras más de 1500 se mantienen adheridas a la profilaxis previa a la exposición.

Steeve Laguerre, cofundador de SEROvie, reflexiona sobre la trayectoria de la organización con asombro y claridad.

«Los servicios que ofrecemos están totalmente determinados por las necesidades de las personas a las que servimos», afirma. «Buscamos financiación que se adapte a sus demandas. El trabajo siempre está orientado al cliente». 

Este enfoque centrado en el cliente es valioso para el Caribe en general. Según la Actualización mundial sobre el sida de 2022 En peligro, el año pasado cuatro de cada cinco nuevas infecciones en la región se vieron vinculadas a los grupos de población clave y a sus parejas sexuales. Al mismo tiempo, la mayor parte de la financiación para las actividades regionales de prevención combinada con los grupos de población clave procede de fuentes internacionales. 

«Las estrategias lideradas por la comunidad para la atención al paciente ayudan a reducir el diagnóstico tardío y la pérdida de seguimiento, a la vez que mejoran los resultados del tratamiento», afirmó el Dr. Christian Mouala, director nacional de ONUSIDA para Haití. «Estos enfoques deben contar con los recursos adecuados y estar integrados en la respuesta nacional».

Argumentos a favor de legislación antidiscriminatoria en Jamaica

01 de marzo de 2022

Michael James (nombre ficticio) estaba totalmente desconcertado cuando lo despidieron. Escaneó la carta de despido. Esta citaba su rendimiento y su impuntualidad como motivos de la pérdida de empleo. Sin embargo, años de evaluaciones de desempeño contaban una historia diferente. Siempre había recibido evaluaciones positivas y en su expediente no había notas sobre retrasos o trabajo deficiente. La única razón que pudo discernir fue que sus colegas se habían enterado recientemente de que vivía con el VIH.

Los prejuicios relacionados con el VIH permanecen muy presentes en Jamaica. Un tercio de las personas que viven con el VIH que respondieron al Índice de estigma de las personas que viven con el VIH en Jamaica en 2020 reportaron haber sufrido estigma y discriminación. El acoso verbal, los cotilleos y los comentarios discriminatorios fueron las infracciones más comunes. Sin embargo, una de cada diez personas dijeron que se les había negado un empleo o habían perdido una fuente de ingresos debido a su estado serológico. Ninguna legislación prohíbe a un empleador jamaicano discriminar en base al estado serológico.

Esto tiene importantes implicaciones para la respuesta al VIH. El veintiún por ciento de los encuestados estaban preocupados por el maltrato o la violación de la confidencialidad por parte de los trabajadores sanitarios. El treinta y ocho por ciento retrasó las pruebas y el 29 % retrasó el inicio del tratamiento debido a la preocupación por la forma en que serían tratados.

Shelly John (nombre ficticio) cuenta cómo ha ido saltando de un centro de tratamiento a otro hasta llegar al Jamaica AIDS Support for Life. En otros centros escuchó a las enfermeras cotillear sobre los historiales médicos de los pacientes.

“Me sentí incómoda. Si yo oigo hablar de otros clientes, otros clientes pueden entrar y oír hablar de mí también”, razonó.

“El miedo al estigma lleva a algunas personas a la clandestinidad y a alejarse de los tan necesarios servicios sanitarios. Debido al estigma y la discriminación, varias personas retrasan el acceso a los servicios necesarios y, en consecuencia, se les diagnostica el VIH en una fase avanzada”, reconoció la ministra de Estado de Salud y Bienestar y presidenta de la Asociación Jamaicana para la Acción para Eliminar Todas las Formas de Estigma y Discriminación relacionadas con el VIH, Juliet Cuthbert Flynn.

Los resultados de las pruebas y del tratamiento en Jamaica lo confirman. Mientras que se estima que el 86 % de las personas que viven con el VIH eran conscientes de su estado en 2020, solo el 40 % de las personas que viven con el VIH estaban en tratamiento contra el VIH.

Pese a que la Carta de Derechos y Libertades Fundamentales de Jamaica garantiza la protección contra la discriminación, su alcance es limitado. Los motivos de protección son la raza, el sexo, el lugar de origen, la clase social, el color, la religión y las opiniones políticas. Existen disposiciones antidiscriminatorias parciales en diferentes actos legislativos, como la Ley de Discapacidad de 2014 y la Ley de Empleo de 1975. Pero ni la Constitución ni la legislación ordinaria hacen ilegal la discriminación por otros motivos.

Desde 2020, ONUSIDA y el Programas de las Naciones Unidas para el Desarrollo han prestado apoyo técnico y económico a organizaciones no gubernamentales locales, entre ellas Jamaica AIDS Support for Life, para apoyar la realización de una encuesta nacional sobre las perspectivas y experiencias del público con el estigma y la discriminación en Jamaica y sobre la necesidad de contar con protecciones más adecuadas en la ley. Los resultados del estudio se utilizarán para abogar por una legislación que aborde adecuadamente la discriminación que sufren los grupos vulnerables y marginados.

La legislación propuesta debe ofrecer protección en todos los ámbitos, incluida la discriminación basada en la condición médica, el embarazo o el parto, las decisiones de contratación o despido y la denegación de servicios a grupos minoritarios. También debe abordar las conductas discriminatorias basadas en suposiciones sobre la competencia, las capacidades, la edad, la expresión personal, el nivel de ingresos, el barrio en el que vive o su formación académica.

“Una legislación antidiscriminatoria integral reforzará el marco legal para la protección de los derechos humanos con el fin de lograr la igualdad para todos”, explicó Manoela Manova, directora de país de ONUSIDA para Jamaica.

En términos reales, esto significa que los titulares de obligaciones tendrán que considerar cómo sus políticas, programas y servicios afectarán a las personas con las características protegidas. En términos críticos, la atención a los marcadores relacionados con la pobreza significaría que, por primera vez, los organismos públicos tendrán la obligación de tener en cuenta las desventajas socioeconómicas a la hora de tomar decisiones estratégicas sobre cómo ejercer sus funciones y cuando propongan el uso de financiación pública.

“Nuestra conclusión general ha sido que, independientemente de la condición médica, el sexo, la edad o la orientación sexual, el factor que alimenta la discriminación y hace a las personas más vulnerables es la pobreza. De cara al futuro, es fundamental que no tratemos el VIH como una preocupación aislada, sino que abordemos el panorama completo de lo que hace que las personas sean marginadas y vulnerables en Jamaica”, dijo el asesor de apoyo comunitario de ONUSIDA para Jamaica, Ruben Pages Ramos.

Día de la cero discriminación 2022

Los parlamentarios jamaicanos dispuestos a poner fin a la discriminación

25 de noviembre de 2021

Los miembros del parlamento han reafirmado su postura de combatir todas las formas de estigma y discriminación relacionados con el VIH en Jamaica, del mismo modo que se comprometen a aumentar los esfuerzos para crear en un entorno propicio para las personas que viven y están afectadas por el virus.

En un evento organizado por ONUSIDA y por Juliet Cuthbert-Flynn, la ministra de Estado de Salud y Bienestar y la presidenta de la Asociación Jamaicana para la Acción para Eliminar Todas las Formas de Estigma y Discriminación relacionadas con el VIH, los miembros del parlamento, tanto del partido en el poder como del grupo opositor, se reunieron para analizar los datos recogidos sobre el estigma y la discriminación en el país y su impacto en los resultados de la salud y para elaborar un plan de futuro en el que su papel como legisladores pueda contribuir a eliminar el estigma, la discriminación y la violencia.

El marco jurídico de Jamaica plantea considerables obstáculos para que las personas seropositivas o afectadas por el VIH accedan a los servicios de salud. Por ejemplo, las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo están tipificadas como delito en este país. De esta manera, para las comunidades marginales sigue siendo un factor disuasorio considerable. Asimismo, el país carece de una legislación general contra la discriminación, de un instituto nacional de derechos humanos y de una ley de reconocimiento de género que podría proporcionar más protección a las personas transgénero y no conformes con el género en Jamaica.

Las leyes y políticas lesivas y el estigma y la discriminación contra las personas que viven y están afectadas por el VIH perjudican sus resultados de salud y sus perspectivas de vida. La última Encuesta de Conocimientos, Actitudes, Prácticas y Comportamientos y el Índice de Estigma de las Personas que Viven con el VIH mostraron que sólo aproximadamente el 12 % de la población general tiene actitudes de aceptación hacia las personas que viven con el VIH, mientras que cerca del 60 % de estas se autoestigman. Un estudio de 2019 sobre la supervivencia económica de las comunidades transgénero y no conformes con su género en Jamaica reveló que las experiencias de estigma y discriminación en el lugar de trabajo eran muy comunes, con alrededor del 60 % de los encuestados habiendo sufrido este tipo de incidentes.  Además, según el 71 % de los partícipes en la encuesta, las personas transgéneros y las no conformes con su género tienen más dificultades para encontrar un puesto de trabajo que las personas cisgénero. Otro estudio expone que aproximadamente el 20 % de lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero en Jamaica han estado en la indigencia en algún momento de sus vidas.

En virtud de estos retos pendientes en la respuesta del país al VIH y a los derechos humanos, los miembros parlamentarios contemplaron la creación de un grupo de trabajo encargado de realizar análisis periódicos de datos relevantes, apoyar la promulgación de legislación protectora, hacer frente a leyes y políticas lascivas y organizar diálogos permanentes con las comunidades de personas seropositivas y afectadas por el VIH.

“Tenemos mucho trabajo por delante para asegurar que toda la población jamaicana disfrute del pleno respeto, protección y protección de sus derechos. Aunque esta reunión y sus resultados sean un pequeño paso para alcanzar el objetivo, nos pone en la dirección correcta del papel que los miembros parlamentarios tienen que desempeñar para poner a fin a la discriminación”, declaró Juliet Cuthbert-Flynn.

Estos esfuerzos, que pretenden hacer frente a ideas erróneas muy arraigadas en la sociedad, requieren una sólida asociación. En palabras de Morais Guy, el portavoz de Salud del grupo opositor, quién presidió la reunión, “La mejora de los derechos de las personas y los esfuerzos colectivos para garantizar que cada jamaicano pueda disfrutar de una vida libre de estigmas, discriminación y violencia no es un asunto de una sola persona, entidad o partido político. Nos afecta a todos, debemos trabajar juntos por la dignidad de todos los jamaicanos”. 

Asimismo, los miembros parlamentarios también abordaron algunos de los retos a los que se enfrentan como legisladores al cumplir con sus obligaciones, y de las contribuciones que ONUSIDA puede realizar para facilitar un proceso de creación legislativa más eficiente, efectivo y transparente en el parlamento. Por otro lado, también se debatieron opciones para movilizar y comprometer a los ciudadanos a nivel comunitario para desafiar al estigma, en respuesta a la necesidad crítica de aumentar la concienciación, la tolerancia y el respeto hacia las personas que viven y están afectadas por el VIH.

“Estamos orgullosos de asociarnos con los miembros del parlamento para hacer frente al estigma y discriminación en Jamaica y para proporcionar toda la información, instrumentos y apoyo disponibles para potenciar su papel como aliados e influyentes críticos en el futuro del país”, manifestó Manoela Manova, directora nacional de ONUSIDA de Jamaica. 

Los trabajadores comunitarios de la salud refuerzan las respuestas al VIH y a la COVID-19

02 de diciembre de 2021

En 2001, Micheline Léon se encontraba mal. La entonces madre de tres hijos, de 33 años, viajó desde su casa, situada en la pequeña ciudad de Corporand, en el centro de Haití, hasta una clínica en Cange. Allí le diagnosticaron VIH y tuberculosis.

Afortunadamente, tres años antes, una organización llamada Zanmi Lasante -en criollo haitiano para referirse a Partners in Health- había lanzado la Iniciativa de Equidad del VIH. (Zanmi Lasante es la organización hermana del grupo de asistencia de salud sin ánimo de lucro Partners in Health, con sede en Estados Unidos). Se trató de uno de los primeros proyectos en el mundo para administrar eficazmente la terapia antirretroviral en entornos rurales pobres.

Veinte años después, Micheline es una de las 2 000 trabajadoras comunitarias de la salud llamadas accompagnateurs en la red Zanmi Lasante. Los equipos de accompagnateurs multidisciplinares son el vínculo entre los pacientes y los centros de salud. También forman parte de todas las discusiones de la Iniciativa de Equidad del VIH en relación con la atención al paciente, el tratamiento y el apoyo social.

Los trabajadores comunitarios de la salud viven en las zonas en las que trabajan. Ayudan a que los pacientes se recuperen y se mantengan sanos. Sus principales funciones son la distribución de medicamentos, las visitas a domicilio, y poner en contacto a las personas con la atención médica. Acompañan a los pacientes a las clínicas y hacen un seguimiento de los que han faltado a las citas médicas. Durante la pandemia de COVID-19, los accompagnateurs fueron clave en la labor de atención y tratamiento de Zanmi Lasante. Las habilidades de atención domiciliaria y rastreo de contactos perfeccionadas en respuesta al VIH se están utilizando ahora para la COVID-19.

Zanmi Lasante adopta un enfoque holístico de la atención que incluye servicios sociales como la provisión de alojamiento, comida y transporte. Los trabajadores comunitarios de la salud colaboran en la coordinación de todo el apoyo necesario. También sirven al conjunto de la comunidad mediante campañas educativas sobre temas como la salud mental y las infecciones de transmisión sexual.

Lo más importante es que los accompagnateurs capacitan e inspiran a las personas para que se hagan cargo de su propia salud. Micheline es un modelo de conducta que se encuentra al alcance de la mano. Ha seguido el tratamiento desde que lo comenzó y la carga viral del VIH se ha mantenido indetectable desde que empezó a recibir las pruebas de carga viral en 2017. Tiene un pequeño negocio de frutas y aves de corral, y a veces pasa tiempo en Puerto Príncipe, donde tiene un nuevo nieto. Participa en varias actividades de grupo en el centro Zanmi Lasante de Cange, como grupos de apoyo, cursos sobre la carga viral y clubes de madres.

"El apoyo psicosocial que recibí de Zanmi Lasante me hizo ver que mi diagnóstico no era una sentencia de muerte y que podía seguir adelante y llevar una vida sana y plena", dijo Micheline.

Otro programa de VIH haitiano muy importante emplea un enfoque de salud comunitaria. GHESKIO, el Grupo de Estudio Haitiano sobre el Sarcoma de Kaposi y las Infecciones Oportunistas, se fundó en 1982, un año antes de que se descubriera oficialmente el VIH. Es la organización de lucha contra el VIH más antigua del mundo y ha realizado investigaciones y prestado atención clínica durante las últimas cuatro décadas.

GHESKIO ha aprovechado un modelo basado en la comunidad para ayudar a Haití a responder al VIH y a otras crisis de salud pública. Cuando la pandemia de COVID-19 llegó al país en marzo de 2020, GHESKIO reforzó un programa existente, Distribución de TAR (terapia antirretroviral) en la Comunidad, para garantizar que los clientes que viven con el VIH recibieran un suministro de medicamentos para tres meses. Desde una pequeña sala de la Asociación Nacional de Solidaridad (ASON), un equipo empaqueta medicamentos en bolsas de plástico y consulta su lista de clientes. Si una persona no puede venir a por sus medicamentos, recibirá una entrega a domicilio.

GHESKIO también ha reforzado las actividades de formación de sus trabajadores comunitarios y multidisciplinares de la salud. Así, proporcionaban apoyo social a los pacientes, así como atención domiciliaria para aquellos casos que no requerían hospitalización.

"Nuestra Unidad Comunitaria ha desempeñado un papel esencial en la aceptación de los nuevos centros de tratamiento de COVID-19 en los barrios pobres y abarrotados", dijo el Coordinador de Programas de GHESKIO, Patrice Joseph. "En colaboración con el Ministerio de Salud, hemos reforzado el rastreo de contactos, la investigación de casos y la gestión del brote de COVID-19".

Una de las más recientes trabajadoras comunitarias de la salud es CV, una mujer de 35 años, madre de tres hijos, de Village de Dieu, una barriada al sur de Puerto Príncipe. Ella misma sobrevivió a la COVID-19. Cuando empezó a sentirse mal, un trabajador comunitario de la salud la acompañó a realizarse pruebas. Tras cinco días en el hospital COVID-19 de GHESKIO, un equipo comunitario llevó a cabo visitas a su domicilio para garantizar su plena recuperación.

Ahora trabaja como recepcionista en GHESKIO. Además, es agente de salud comunitaria de dicha organización y anima a los pacientes a acudir a las visitas programadas. CV fomenta la sensibilización de la comunidad en torno a la prevención de la COVID-19, promoviendo la higiene y educando a la población sobre la importancia de vacunarse contra el virus.

“No doy ningún día por perdido”, afirmó.

Fortalecer la respuesta al VIH en Haití a través de vigilancia dirigida por la comunidad

03 de diciembre de 2021

“No he tomado mi medicación en siete meses,” afirmó Carla Joseph (nombre ficticio), una mujer transgénero que vive con el VIH en Haití. “Necesito un lugar fiable y directo que no me pida una carta de referencia... para volver a recibir el tratamiento.”

Habla con uno de los oficiales de campo de vigilancia dirigida por la comunidad (CLM), parte del Observatorio del Foro de Sociedad Civil de Haití, quien ha estado trabajando durante el último año en cómo conectar a personas ya diagnosticadas con el tratamiento y en asegurar que los que ya están atendidos estén mejor provistos.

“Gracias a esta vigilancia hemos podido conocer a muchos pacientes a la espera de ser atendidos y de poder disponer de sus medicamentos de nuevo,” aseguró Elisabeth Jacques, una Coordinadora de Campo de Vigilancia Dirigida por la Comunidad. “¿No deberían prestarse los servicios en el mejor día y hora para el paciente?”

ONUSIDA apoya este trabajo de vigilancia que se está llevando a cabo por el Observatorio del Foro de Sociedad Civil de Haití. Se trata de un mecanismo de responsabilidad que busca mejorar el acceso a los servicios relacionados con el VIH y la calidad en la atención que estas personas reciben. El proceso se dirige y ejecuta por comunidades de personas que viven con el VIH, grupos de poblaciones clave y otros vulnerables.

Esta iniciativa forma parte de un esfuerzo coordinado de varios socios, entre ellos el Ministerio de Salud Pública y Población y el Gobierno de los Estados Unidos a través del Plan de emergencia del Presidente de los Estados Unidos para paliar los efectos del SIDA (PEPFAR). Tiene el objetivo de mantener y extender los accesos a los servicios relacionados con el VIH para las 150 000 personas que se estima que viven con el VIH en Haití, incluyendo a las 30 000 que aún no conocen su estado.

En su primer informe, el Observatorio del Foro de Sociedad Civil llamó a la atención acerca de la necesidad de mejora de los servicios enfocados al cliente, ampliando los horarios de atención y reduciendo las esperas. También se recomendó aumentar el suministro a seis meses del medicamento antirretroviral dispensado a las personas estables que viven con el VIH. De manera adicional, la vigilancia dirigida por la comunidad puso de manifiesto la necesidad de mejorar los conocimientos sobre el tratamiento relacionados con el concepto de I = I (indetectable = intransmisible).

“Deberíamos capacitar a la sociedad civil para llevar a cabo esta labor de sensibilización. Están más familiarizados con los clientes. Cuando alguien se pierde en el seguimiento, los miembros de la comunidad saben cómo hablar con ellos y animarles a volver. Si dotamos a la comunidad de autonomía a través de la vigilancia dirigida, podremos tener un mejor control de los que ocurre,” afirmó Soeurette Policar, el Coordinador del Observatorio del Foro de Sociedad Civil.

El responsable de la prevención del VIH en el Ministerio de Salud Pública y Población, Steve Mc Allan Smith, agradeció las recomendaciones. “La vigilancia dirigida por la comunidad nos dirá cómo se están ofreciendo los servicios y cómo los están recibiendo las personas desde la perspectiva del cliente. Este acercamiento nos ayudará a orquestar intervenciones para las necesidades especificas de los pacientes. También nos facilitará atender los problemas con las pruebas de detección. Pero sobre todo nos servirá para retener a la gente en la atención. Alcanzar los objetivos es muy bueno,” confirmó. “Mantenerlos a largo plazo es lo que realmente nos interesa.”

A lo largo del último año, el país ha lidiado con crisis cruzadas. Un mes después del asesinato de su presidente, Haití sufrió un devastador terremoto, seguido de una tormenta tropical. El empeoramiento del crimen organizado y la ola de secuestros han tenido consecuencias nefastas para la vida cotidiana de los haitianos. En los últimos meses, la escasez de combustible ha complicado todavía más la situación de los habitantes y de las organizaciones, que no pueden llevar a cabo sus labores. Todo esto bajo la presión ejercida por el COVID-19.

La pobreza, la violencia de género y la discriminación que sufren las personas que viven con el VIH y los grupos de población clave complican la posibilidad de mantenerse en tratamiento. El difícil contexto socioeconómico y de seguridad no hace más que empeorar las cosas. De acuerdo con los datos del PEPFAR, al menos 8000 haitianos dejaron de recibir el tratamiento contra el VIH el año pasado.

Sin embargo, tal y como afirma el Director nacional de ONUSIDA en Haití, Christian Mouala, el país ha sido capaz de implementar la dispensación multimensual de medicamentos antirretrovirales al 88 % de las personas en tratamiento contra el VIH durante el COVID-19. Todo esto gracias a los esfuerzos coordinados bajo el liderazgo del Ministerio de Salud Pública y Población y la colaboración de varias partes interesadas, como la sociedad civil haitiana.

“La gente y el sistema sanitario de aquí son resistentes y adaptables,” aseguró Sr Mouala. “En este momento, el liderazgo de la comunidad debe ser aún más central en el desarrollo y la aplicación de estrategias que garanticen que las personas disfruten de los mejores servicios de apoyo social, sanitario y del VIH.”

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