WFP World Food Programme

ONUSIDA felicita al Programa Mundial de Alimentos por ganar el Premio Nobel de la Paz

09 de octubre de 2020

GINEBRA, 9 de octubre de 2020—ONUSIDA transmite su enhorabuena más sincera al Programa Mundial de Alimentos (PMA) por lograr, con su gran labor, el Premio Nobel de la Paz del año 2020. El enorme esfuerzo realizado por el PMA para garantizar la seguridad alimentaria para todos, en especial para las mujeres, los hombres y los niños más vulnerables, incluidas las personas que viven con el VIH, ha salvado una cantidad incontable de vidas y ha evitado la hambruna y la inanición en países de todo el mundo.

«Estamos muy orgullosos de todos y cada uno de los logros del Programa Mundial de Alimentos, y nos honra tenerlo entre nuestros copatrocinadores, es fantástico trabajar codo con codo para acabar con el sida», afirma Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. «Continuaremos trabajando juntos para lograr nuestros objetivos compartidos de cero hambre, cero nuevas infecciones por el VIH, cero muertes relacionadas con el sida y cero discriminación para todos».

Para las personas que viven con el VIH, los alimentos y la nutrición son elementos claves del cuidado y el apoyo. El trabajo del PMA en materia de VIH incluye la recuperación nutricional de las personas mal alimentadas que viven con el VIH; el apoyo individual y en los hogares; el suministro de alimentos, dinero en efectivo y bonos, y la concienciación sobre la relación entre los alimentos y los sistemas sanitarios. Como parte de sus programas para el VIH y la tuberculosis en 29 países, el Programa Mundial de Alimentos también acerca a las personas a los programas de protección social y lleva a cabo actividades para fortalecer los medios de subsistencia, con el fin de garantizar que las ganancias en salud sean sostenibles a largo plazo, puesto que las personas que viven con el VIH necesitan un tratamiento de por vida.

Gracias a su gran labor, el Programa Mundial de Alimentos ha logrado mejorar las vidas de las personas que viven y están afectadas por el VIH, y ha permitido avanzar en lo relacionado con el acceso y la adherencia al tratamiento para el VIH. ONUSIDA agradece al PMA su ingente trabajo y le da la enhorabuena por su merecidísimo Premio Nobel de la Paz.

Acceda aquí para conocer más sobre la labor del Programa Mundial de Alimentos en materia de sida.

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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ONUSIDA insta a la acción urgente para fortalecer los programas de protección social frente a la COVID-19

26 de agosto de 2020

GINEBRA, 26 de agosto de 2020 - ONUSIDA está instando a los países a adoptar medidas urgentes para reforzar los programas de protección social y defender a las personas más vulnerables del impacto sanitario y el desplome económico derivados de la pandemia de la COVID-19.

Las personas que viven con el VIH y tuberculosis (TB) son las que más sufren los efectos de la COVID-19. Según el modelaje, se calcula que el posible impacto catastrófico de la pandemia de la COVID-19 causaría hasta un 10 %, un 20 % y un 36 % más de muertes de personas con VIH, tuberculosis y malaria, respectivamente, en los próximos cinco años.

Entre los más vulnerables están las mujeres y las chicas, los gais y otros hombres que mantienen relaciones sexuales con hombres, los trabajadores sexuales, los consumidores de drogas y las personas transgénero. Muchos de ellos son excluidos de los programas existentes de protección social.

«Los países han de asegurar que todo el mundo sea capaz de disfrutar del acceso a los servicios esenciales, incluyéndose aquí la atención sanitaria. Del mismo modo, los Gobiernos deben invertir adecuadamente en programas de protección social, con el fin de mantener a los ciudadanos seguros y de protegerlos de las consecuencias derivadas de la falta de sustento», recordó Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA.

El desplome socioeconómico provocado por la pandemia de la COVID-19 tendrá un impacto descomunal en algunas de las personas más desfavorecidas de las sociedades de todo el mundo. Por ejemplo, la COVID-19 amenaza con doblar el número de personas que se enfrentan a una grave inseguridad alimentaria hasta llegar a más de 265 millones de personas para final de año. La mayoría de ellas serán residentes de países ya muy afectados por conflictos o crisis económicas o climáticas. Los refugiados se encuentran entre los grupos que más peligro corren.

Es muy probable que cientos de millones de personas de todo el mundo pierdan sus puestos de trabajo en sectores tanto formales como informales de la economía. Alrededor de 150 millones de trabajos a jornada completa se perdieron ya durante el primer trimestre del año, y se espera que en los próximos meses sean muchos más los millones de personas que se vean obligadas a decir adiós a su fuente de ingresos.

«A día de hoy, solo el 29 % de la población mundial cuenta con un buen respaldo en lo que a medidas de protección social se refiere», señaló Guy Ryder, director general de la Organización Internacional del Trabajo. Los Gobiernos han de actuar para garantizar la sostenibilidad de los medios de subsistencia, las empresas y los puestos de trabajo, y para velar por la salud, los derechos y los ingresos de los trabajadores durante y después de la COVID-19».

Las mujeres acostumbran a ser las más vulnerables a las crisis económicas, puesto que un enorme porcentaje, desproporcionado con respecto al de hombres, trabaja en los sectores informales de la economía, lo que hace que tengan más posibilidades de perder sus ingresos. A menudo trabajan en la primera línea de la respuesta a la COVID-19; constituyen el 70 % de la mano de obra en los sectores relacionados con el cuidado social y sanitario, y llevan a sus espaldas la carga del trabajo doméstico, nunca remunerado, además de encargarse de los hijos y realizar otros quehaceres vinculados al cuidado de la familia.

El aumento de la violencia de género durante el confinamiento también hace imperativo para los Gobiernos el invertir desde ya en programas de protección social diseñados específicamente para velar por las mujeres y los niños.

Hay una generación de jóvenes también con riesgo de ser víctimas del colapso socioeconómico causado por la pandemia. La vulnerabilidad de los niños y los jóvenes ha crecido exponencialmente como consecuencia del cierre de las escuelas, que ha afectado a más del 90 % de la población en edad escolar del mundo, la cual ha visto interrumpida su educación y su acceso a servicios sociales imprescindibles para ellos, como el comedor escolar.

«Los niños y los jóvenes están sufriendo de manera desproporcionada el impacto socioeconómico de la crisis de la COVID-19», destaca Henrietta H. Fore, directora ejecutiva de UNICEF. «Antes del brote, dos de cada tres niños ya no contaban con un fondo de protección social o, de tenerlo, era inadecuado. Los países necesitan estar a la altura de su compromiso con la protección social para todas las personas que la necesiten.

Esta llamada a la acción dirigida a los Gobiernos para que inviertan adecuadamente en programas de protección social es apoyada por ONUSIDA, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT). También cuenta con el sustento del Programa Mundial de Alimentos (PMA), la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la Entidad de la ONU para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer (ONU Mujeres), la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y el Banco Mundial.

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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UNAIDS calls on governments to strengthen HIV-sensitive social protection responses to the COVID-19 pandemic

Capacitando a las mujeres que viven con el VIH en Yibuti para que lleven una vida digna

25 de julio de 2019

Zarah Ali (nombre ficticio) recuerda cómo las cosas cambiaron para mejor. «En 2014 recibí un préstamo de 40 000 francos yibutianos (250 dólares estadounidenses) que empleé para desarrollar y mejorar mi negocio de ropa. También me formé en materia de iniciativa empresarial, y adquirí conocimientos de marketing y satisfacción del cliente. Importo prendas de Dubái y Somalia, y obtengo unos ingresos decentes que me permiten mantener a mi hijo de 25 años, a mi hija de 16, que sigue en la escuela secundaria, y a mi hijo adoptado de tres años. Soy capaz de pagar el alquiler, la electricidad y el agua y, asimismo, puedo permitirme comidas decentes».

El préstamo de la señora Ali procedía de un programa de generación de ingresos establecido por el Programa Mundial de Alimentos en colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, ONUSIDA y la red nacional de personas que viven con el VIH en Yibuti (RNDP+, por sus siglas en inglés). El programa apoya la capacitación a largo plazo de las mujeres que viven con el VIH en la ciudad de Yibuti y les proporciona unos ingresos regulares. Gracias a ello, consiguen una seguridad económica, pueden comprar comida y mejoran su acceso a los servicios de atención sanitaria. Las actividades dirigidas a generar ingresos, como las apoyadas por el programa, presentan un enorme potencial para ayudar a las personas que viven con el VIH a adherirse a la terapia antirretroviral y optimizar sus resultados en lo referente a la salud. 

Los préstamos, que van desde los 141 hasta los 438 dólares estadounidenses por persona, se conceden para empezar o crear un negocio minorista. Las beneficiarias, seleccionadas de entre dos redes de personas que viven con el VIH afiliadas a RNDP+ (ARREY y Oui à la Vie - Yes to Life), aprenden también a llevar un negocio. El apoyo del Gobierno en forma de políticas y leyes valiosas ha resultado vital para el éxito del programa. 

Dekah Mohammed (nombre ficticio) lleva una vida muy satisfactoria tras haber recibido una ayuda procedente del programa de generación de ingresos. La señora Mohammed, que perdió a su marido como consecuencia del sida, vive con seis hijos. Tras perder su trabajo en el sector de la hostelería debido a su salud, cada vez más débil, y al estigma y la discriminación, empezó su propio negocio de ropa y recibió un préstamo de 50 000 francos yibutianos (equivalente a 313 dólares estadounidenses) para ampliar su empresa. En diez meses devolvió el préstamo. Desde entonces su negocio ha seguido creciendo, ahora vende también muebles y aparatos electrónicos, y ha contratado a un empleado. «Ya no soy en absoluto una mujer desesperada. Gano lo suficiente para cuidar de mi familia y de quienes dependen de mí», señala. 

El programa ha mejorado la calidad de vida de muchas mujeres yibutianas, al permitirles recuperar su dignidad y garantizar su seguridad económica. Capacita a las mujeres y a las chicas para que puedan protegerse del VIH, tomar decisiones sobre su salud, vivir libres de la violencia y ser económicamente independientes. 

Basado en la creencia de que el capacitar a las mujeres que viven con el VIH y a sus hogares para que sean económicamente independientes fortalece la adherencia al tratamiento y conduce a vidas más plenas y dignas, el programa apoya la contribución estratégica más amplia del Programa Mundial de Alimentos con el fin de acabar con el sida como amenaza de salud pública para 2030.

Achievements and contributions by UNAIDS Cosponsors and Secretariat

La sociedad civil y el PMA incrementan la seguridad alimentaria en Ucrania

20 de octubre de 2017

La seguridad alimentaria es fundamental para las personas que viven con el VIH, igual que lo es para cualquiera. El acceso a la comida mejora el cumplimiento del tratamiento del VIH y la carencia de la comida necesaria puede aumentar el riesgo de infección por el VIH al aumentar las relaciones sexuales transaccionales, para sobrevivir e intergeneracionales. Además, la malnutrición afecta a la efectividad del tratamiento del VIH. Las personas que viven con el VIH que sufren malnutrición tienen de dos a seis veces más probabilidades que las que no la sufren de morir en los primeros seis meses de tratamiento.

El conflicto ha tenido una gran repercusión sobre la seguridad alimentaria de las personas que viven con el VIH en el este de Ucrania, y la mayoría de ellos padece una grave inseguridad alimentaria y vive en condiciones de pobreza extrema. Muchas personas, sobre todo mujeres y niños, se han visto obligadas a desplazarse, ha habido que trasladar los servicios para el VIH y en muchas instalaciones la calidad de los servicios es muy baja.

Las organizaciones civiles y las Naciones Unidas han intervenido para evitar que los servicios para el VIH colapsen y para aumentar la seguridad alimentaria de las personas que viven con el VIH. Las Naciones Unidas y unas pocas organizaciones humanitarias son las únicas que facilitan el tratamiento antirretrovírico y otras medicinas en aquellas partes del este de Ucrania que no están bajo el control del gobierno.

El Programa Mundial de Alimentos (PMA), copatrocinador de ONUSIDA, está prestando asistencia alimentaria a miles de personas que viven con el VIH en las zonas afectadas por el conflicto a través de un programa en el que participa la Red de personas que viven con el VIH en Ucrania, un colaborador no gubernamental del PMA. En las zonas de Donetsk y Lugansk, controladas por el gobierno, 6500 personas que viven con el VIH participan en un programa de transferencias de efectivo para poder comprar alimentos básicos. Gracias a la asistencia, entre la que se incluyen citas periódicas con el médico y el seguimiento del cumplimiento del tratamiento del VIH, se han reducido a una cuarta parte las interrupciones del tratamiento. En la zonas de Ucrania que no están bajo el control del gobierno, la asistencia alimentaria en especie ha ayudado a miles de personas a satisfacer sus necesidades más básicas.

No obstante, las necesidades de asistencia alimentaria de las personas que viven con el VIH en el este de Ucrania están muy por encima de los recursos disponibles para asistirles. Aunque 6500 personas que viven con el VIH en Donetsk y Lugansk están accediendo a transferencias de efectivo, hay miles que no están recibiendo asistencia alguna, y las necesidades son incluso más acuciantes en las zonas que no están bajo el control del gobierno. Se teme que ni siquiera esta ayuda limitada pueda seguir adelante, ya que el PMA todavía no ha recibido fondos para continuar con el programa en 2018.

Citas

“La seguridad alimentaria es importante para cualquiera, pero especialmente para las personas que viven con el VIH. Felicito al Programa Mundial de Alimentos y a la sociedad civil por su programa para incrementar la seguridad alimentaria de las personas que viven con el VIH en las zonas del este de Ucrania afectadas por el conflicto”.

Michel Sidibé DIRECTOR EJECUTIVO DE ONUSIDA

“En el este de Ucrania, el Programa Mundial de Alimentos salva vidas gracias a la prestación de asistencia alimentaria a las personas que viven con el VIH afectadas por la situación de emergencia en la zona. Si pudiéramos recaudar más fondos, el Programa Mundial de Alimentos podría seguir con esa labor y garantizar que los más vulnerables no queden desamparados”.

David Beasley DIRECTOR EJECUTIVO DEL PROGRAMA MUNDIAL DE ALIMENTOS

ONUSIDA da la bienvenida a David Beasley como nuevo Director Ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos

31 de marzo de 2017

GINEBRA, 31 de marzo de 2017—ONUSIDA acoge con beneplácito el nombramiento de David Beasley como nuevo Director Ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA).

"El nombramiento de David Beasley se produce en un momento muy importante", afirma el Director Ejecutivo de ONUSIDA, Michel Sidibé. "La labor del PMA para garantizar la seguridad alimentaria constituye la base de las iniciativas mundiales dirigidas a acabar con el ciclo del hambre y la pobreza, y resulta fundamental para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, entre los que se encuentra el de poner fin a la epidemia del SIDA".

El PMA ha informado recientemente de que más de 100 millones de personas se enfrentan a una situación de grave inseguridad alimentaria en todo el mundo y de que, en la actualidad, 20 millones de personas de cuatro países (Sudán del Sur, Somalia, Nigeria y el Yemen) sufren hambruna.

Durante las crisis humanitarias, el acceso a los servicios de salud y la disponibilidad de los medicamentos para las personas que viven con el VIH se ven afectados y la población tiene dificultades para cubrir sus necesidades de nutrición, lo cual supone un riesgo todavía mayor para su salud.

El PMA, copatrocinador de ONUSIDA, trabaja para integrar la alimentación y la nutrición en el paquete amplio de atención, tratamiento y apoyo para las personas que viven con el VIH y/o tuberculosis activa. El PMA también trabaja con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) con el objetivo de garantizar que tanto la seguridad alimentaria como las necesidades conexas se abordan de manera adecuada entre las personas desplazadas, refugiadas y repatriadas. Juntos prestan su apoyo a la prevención y el tratamiento del VIH y la tuberculosis, así como a las actividades de asistencia alimentaria y nutricional en las situaciones de emergencia  humanitaria.

La integración de los componentes de alimentación y nutrición en los paquetes de tratamiento y apoyo al VIH y la tuberculosis es esencial para garantizar mejores resultados en materia de salud para las personas que viven con el VIH y/o tuberculosis. En 2015, los programas de VIH y tuberculosis del PMA llegaron a 540.000 personas.

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El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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