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ONUSIDA entristecida por la muerte de Andrea González

24 Junio 2021

Por Roberto Antonio Flores Reyna, Asesor en Información Estratégica, Oficina de ONUSIDA en Guatemala

Para ONUSIDA, la muerte de Andrea es motivo de profunda tristeza. Es increíble pensar que ese fatídico día de junio, cuando estábamos trabajando con ella por la mañana, iba a ser la última vez que la veríamos. ¡No podemos creerlo! ...

¿Cómo describir a Andrea?

Es difícil resumir la respuesta en un párrafo. Tenía 28 años, era una trabajadora apasionada y empoderada. Como activista de derechos humanos, ella estaba plenamente convencida de que trabajar en el campo del VIH es una tarea que implica desafíos y sacrificios. ¿Cómo podríamos imaginar que tal sacrificio iba a ser el máximo? ... ¡su vida!

Fue una de las pioneras del trabajo transfeminista en Guatemala. Colaboró con entidades de prevención como OTRANS-RN y REDTRANS Guatemala; y participó en actividades del Sistema Interamericano como la Asamblea de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Fue una de las fundadoras por Guatemala de la "PlaTRANSforma Feminista", un espacio regional para mujeres y mujeres trans.

Andrea fue representante de las poblaciones vulnerables ante el Mecanismo Coordinador de País de Guatemala. Además, fue representante legal de OTRANS-RN; y anteriormente fue parte del Comité Regional de Empleabilidad LGBT de México y el Triángulo Norte. Contribuyó al desarrollo de múltiples propuestas técnicas para ser implementadas en Guatemala, con recursos del Fondo Mundial.

Uno de sus principales logros como activista fue ser representante de la Sociedad Civil ante el Congreso de la República de Guatemala por la Iniciativa de Ley de Identidad de Género, iniciativa presentada en diciembre de 2017, y posteriormente rechazada en septiembre de 2018. Desde el lado personal, uno de sus principales logros y orgullos, fue estudiar y graduarse como auxiliar de enfermería, trabajando inicialmente como enfermera en OTRANS-RN y siendo esta tarea su ingreso al mundo de la prevención del VIH.

¡Su carisma estará con nosotros como ONUSIDA para siempre!

Nuestras oraciones por ella, su familia, sus amistades y colegas de OTRANS.                               

Descanse en paz Andrea.

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Los líderes de las ciudades se unen para recuperar el impulso en la respuesta urbana al VIH

11 Junio 2021

Los alcaldes de cuatro ciudades, junto con un representante de la sociedad civil y los socios principales de la iniciativa Acción acelerada en las ciudades (ONUSIDA, la Asociación Internacional de Proveedores de Atención en Sida [IAPAC, por sus siglas en inglés], el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos [ONU-Hábitat] y la ciudad de París) participaron en un acto paralelo virtual sobre entornos urbanos que se celebró el 10 de junio durante la Reunión de Alto Nivel sobre el Sida de las Naciones Unidas.

Todos los participantes reflexionaron sobre el progreso realizado en las respuestas urbanas al VIH y las interrupciones relacionadas con la COVID-19, la importancia del liderazgo político sostenido y el compromiso durante las crisis de salud pública, y el papel fundamental de las comunidades en el fortalecimiento de los servicios para el VIH y otras cuestiones sanitarias.

«Una ciudad de Acción acelerada es aquella que adopta los derechos humanos, vela por su cumplimiento, y aboga por una mayor igualdad y libertad. La libertad de ser fiel a uno mismo, de vivir donde cada cual quiera, de llevar una existencia sin prejuicios y de disfrutar de las mismas oportunidades para mantenerse sano», insistió la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, en su discurso de apertura del evento.

En su mensaje, Maimunah Mohd Sharif, directora ejecutiva de ONU-Hábitat, destacó que «el reducir las desigualdades es fundamental tanto para la misión de ONU-Hábitat en términos generales como para poner fin a las epidemias urbanas de VIH, dadas las desigualdades tan inaceptables que vemos con respecto al VIH entre las minorías sexuales y étnicas, incluidas las poblaciones de LGBTQ+, migrantes y refugiados, y otras comunidades marginadas, como aquellas que viven en arrabales, barrios pobres y asentamientos informales».

Sibongile Tshabalala, presidenta nacional de la campaña de acción para el tratamiento en Sudáfrica, enfatizó la importancia del liderazgo comunitario para lograr poner fin al sida y pidió a las comunidades que se encuentren en el centro de la respuesta al VIH que trabajen y aúnen esfuerzos para acabar con la marginación social y las desigualdades en materia de salud.

Los alcaldes de Baton Rouge, Johannesburgo, Kiev y Ciudad Quezón presentaron sus experiencias en lo relacionado con el ejercicio del liderazgo en salud pública tanto en las respuestas al VIH a nivel de la ciudad como en la mitigación del impacto de la pandemia de la COVID-19. Desde el comienzo de la iniciativa Acción acelerada en las ciudades en el Día Mundial del Sida de 2014, son ya muchas las ciudades que han avanzado significativamente en la aceleración de sus respuestas urbanas al VIH. En Kiev, por ejemplo, según los datos nacionales, el porcentaje de personas que conocen su estado serológico positivo y siguen un tratamiento antirretroviral aumentó de menos del 50 % en 2015 a un 83 % en 2019. Hoy un 95 % de las personas ya ha conseguido la supresión viral. En París, según los datos nacionales, el número de nuevas infecciones por el VIH descendió un 16 % entre 2015 y 2018. Y en Johannesburgo, los datos nacionales demuestran que el enfoque de pruebas específico adoptado durante la pandemia de la COVID-19 condujo a un aumento en el porcentaje de personas que viven con el VIH y que conocen su estado serológico: desde el 86 % en marzo de 2020 hasta el 91 % en 2021.

Maria Josefina Belmonte, alcaldesa de Ciudad Quezón, hizo un llamamiento a los alcaldes para que no dejen de usar «el poder y los recursos que tienen a su disposición para conseguir el bien común, incluida la erradicación del VIH y la resolución de todos aquellos problemas que otros tienen miedo de abordar porque son controvertidos o pueden no ser aceptables o políticamente correctos». Manifestó una y otra vez que «todas las personas tienen derecho a vivir libremente, de forma humana y justa en el mundo en el que nacieron. Es nuestro deber como alcaldes elegidos por la gente garantizar que esto se cumpla».

El moderador del evento, José M. Zuniga, presidente y director ejecutivo de la IAPAC, reconoció el progreso realizado por las ciudades de Acción acelerada, incluso en el complejo contexto de la pandemia de la COVID-19. «El liderazgo en salud pública de la ciudad se está traduciendo en las innumerables vidas que estamos salvando y mejorando, incluso cuando las ciudades de Acción acelerada aún batallan contra una pandemia emergente de COVID-19 y, al mismo tiempo, trabajan de forma incansable para mantener la continuidad de los servicios para el VIH y otros servicios sanitarios esenciales dirigidos a todos sus ciudadanos», señaló.

En muchas ciudades, no se alcanzaron los objetivos 90-90-90 para 2020, por un lado debido a las interrupciones relacionadas con la COVID-19, y por otro también a causa de las desigualdades persistentes y la exclusión social. Por lo tanto, es necesario dar prioridad a los facilitadores sociales para recuperar el impulso contra el VIH en toda la red de ciudades de Acción acelerada.

En su discurso de clausura  (en inglés), Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA, instó a las ciudades y municipios de todo el mundo a volver a comprometerse para acelerar las respuestas urbanas al VIH, a ejercer el liderazgo en salud pública para alcanzar los objetivos para 2025, a poner fin a las desigualdades y a la exclusión social, y a acabar con el sida como amenaza para la salud pública para 2030.

Reunión de alto nivel sobre el sida (8-10 de junio de 2021)

Remarks by Winnie Byanyima

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La tristeza embarga a ONUSIDA: fallece Manuel da Quinta, un gran profesional y activista en la respuesta al VIH y en la promoción de los derechos humanos y la igualdad

14 Junio 2021

La gran familia de ONUSIDA está devastada por la muerte de nuestro querido compañero y amigo Manuel da Quinta. Otra vida segada por la COVID-19. Desde aquí queremos transmitir nuestras más profundas condolencias a su marido, Ricardo, a su familia y a todos sus seres queridos. 

Manuel trabajó desde el año 2017 como asesor de apoyo a la comunidad de ONUSIDA y defensor de los derechos humanos en la oficina multinacional de ONUSIDA para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay. Muchos de nosotros lo conocimos por el sinfín de puestos que desempeñó y el tremendo trabajo que llevó a cabo en todo el mundo como parte de la familia de ONUSIDA durante más de 24 años. Nunca le faltaron fuerzas para defender los derechos humanos y el liderazgo de las personas que viven con el VIH y los grupos de población más vulnerables al sida, incluidas las personas lesbianas, gais, bisexuales, trans e intersexuales, los migrantes y refugiados, los trabajadores sexuales, los habitantes de pueblos indígenas y los jóvenes.

Manuel representó siempre la esencia de la misión y la visión de ONUSIDA, esa razón por la que todos nosotros nos levantamos cada día para cumplir con nuestras obligaciones y propósitos. Como ingente defensor de los derechos humanos y la igualdad social, siempre se reveló ante cualquier forma de injusticia, incluso internamente en ONUSIDA. De hecho, durante muchos años fue presidente de la Asociación de Personal de ONUSIDA.

Manuel comenzó a ser activista del VIH allá por 1990 y acumuló una amplia experiencia de trabajo comunitario con organizaciones que trabajan en nombre de las personas que viven con el VIH en varios países de África, Asia y América Latina.

Se unió a ONUSIDA en 1997. Su primer puesto estuvo vinculado al Departamento de Comunicación, desde donde gestionó infinidad de proyectos multimedia relacionados con el VIH. Más tarde, en 2005, cofundó ONU Plus (UN Plus), una iniciativa que congrega al personal del sistema de las Naciones Unidas que vive con el VIH. Desde entonces, trabajó incansablemente en equipos de ONUSIDA en Ginebra, Bangkok, Dakar y Buenos Aires.

Manuel era una persona llena de energía positiva; tenía una enorme voluntad para hacer posible incluso lo imposible. Una gran ser humano que siempre ponía una profunda pasión en todo lo que hacía. Y, sobre todo, fue un amigo leal para muchos de nosotros.

Manuel nos ha dejado muy pronto, tan solo tenía 59 años, y todos nos hemos quedado con el alma rota y con la certeza de que aquí se le echará infinitamente de menos.

A través de estas líneas, queremos expresar nuestro profundo pesar por su muerte, así como reiterar nuestra solidaridad y enviar un fuerte y sentido abrazo a la gran comunidad que tuvo la suerte de trabajar con Manuel en la respuesta al VIH durante tantos años, y a todos aquellos que en algún momento de sus vidas lo conocieron y hoy también lloran su partida.

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Costa Rica se une a la Alianza Mundial para la Eliminación de Todas las Formas de Estigma y Discriminación Relacionados con el VIH

07 Junio 2021

Costa Rica se ha unido a la Alianza Mundial para la Eliminación de Todas las Formas de Estigma y Discriminación Relacionados con el VIH. En un evento paralelo a la Reunión de Alto Nivel sobre el Sida de las Naciones Unidas celebrado el día 7 de junio, la vicepresidenta de Costa Rica, Epsy Campbell Barr, enfatizó el férreo compromiso del país con los derechos humanos y destacó que una respuesta integral y eficaz al VIH debe incluir los derechos humanos de las personas que viven con el VIH.

Costa Rica es el tercer país que ha firmado para unirse, junto a Jamaica y Argentina, a la alianza mundial en América Latina y el Caribe.

El acto paralelo, América Latina y el Caribe rumbo a acabar con el estigma y la discriminación relacionados con el VIH, contó con el gran apoyo de ONUSIDA y fue coorganizado por el coordinador regional de la asociación mundial RedTraSex (la red de trabajadores sexuales para América Latina y el Caribe), la Red mundial de personas que viven con el VIH y los Gobiernos de Jamaica y Costa Rica.

Ya hace cinco años, en la Declaración política de las Naciones Unidas para poner fin al sida de 2016, la epidemia del VIH se reconoció como un desafío para los derechos humanos. Los Estados miembros expresaron su preocupación por el estigma y la discriminación relacionados con el VIH en todo el mundo, así como por los marcos normativos y legales que no hacen sino desalentar e impedir que las personas accedan a los servicios relacionados con el VIH.

La Alianza Mundial para la Eliminación de Todas las Formas de Estigma y Discriminación Relacionados con el VIH se creó en el año 2017. El objetivo de la iniciativa es catalizar y acelerar la implementación de los compromisos suscritos por los Estados miembros de las Naciones Unidas, los organismos de las Naciones Unidas, los donantes bilaterales e internacionales, las organizaciones no gubernamentales y las comunidades para poner fin al estigma y la discriminación relacionados con el VIH.

Los países ya se han comprometido a acabar con la discriminación en varias convenciones internacionales y han sido más las promesas a nivel regional y nacional. La alianza mundial brinda apoyo a los países para hacer esas promesas realidad a través de políticas, programas y prácticas que fortalecen la salud y los derechos relacionados con el VIH.

Mediante la coordinación regional de RedTraSex, la alianza mundial apoya un diálogo abierto y continuo en las redes regionales de la sociedad civil con el objetivo de fortalecer las plataformas nacionales de coordinación y la representación, siempre centrados en las personas que viven con el VIH, corren el riesgo de contraerlo o están afectadas por el virus. 

Quotes

«Entendemos que acabar con el estigma y la discriminación es una parte fundamental para que la sociedad sea consciente de los impactos del VIH. Y también para tener un impulso permanente que nos permita prevenir y tener un acceso igualitario a todos los servicios. Eliminar el estigma y la discriminación significa garantizar los derechos de todas las personas»

Epsy Campbell Barr vicepresidenta de Costa Rica

«Hoy me siento profundamente conmovida y emocionada. Hace 30 años empecé mi activismo y jamás pensé que llegaría a compartir un panel con estas mujeres que son tan grandes. Lo cierto es que esto también me hace sentir muy orgullosa como feminista. Me llena de satisfacción comenzar mano a mano esta revolución. Debemos ser considerados sujetos de ley y no solo meros objetos de investigación»

Eelena Reynaga secretaria ejecutiva de RedTraSex para América Latina y el Caribe

«La nueva estrategia mundial contra el sida nos orienta sobre el enfoque que debemos adoptar: nuestra prioridad ha de ser acabar con las desigualdades. Y para eso, necesitamos identificar los factores que están aumentando las desigualdades, entre los que están el estigma y la discriminación»

Alejandra Corao directora adjunta del equipo de apoyo regional de ONUSIDA para América Latina y el Caribe

Nuestra acción

Reunión de alto nivel

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Ciencia, VIH y COVID-19: ¿hacia dónde vamos?

08 Junio 2021

En un evento paralelo a la Reunión de Alto Nivel sobre el Sida de las Naciones Unidas, que se está celebrando en Nueva York del 8 al 10 de junio y se puede seguir virtualmente, se ha subrayado la importancia de la ciencia tanto para la nueva estrategia como para los objetivos mundiales fijados por ONUSIDA. Asimismo, se ha puesto de manifiesto la enorme relevancia de un entorno científico que avanza y que será determinante para llevar al mundo a 2030, la fecha meta del Objetivo de Desarrollo Sostenible para poner fin al sida.

En el encuentro Ciencia, VIH y COVID-19: ¿hacia dónde vamos?, Jon Cohen, un periodista científico de renombre, fue el encargado de moderar un debate en el que participaron Anthony Fauci, asesor médico jefe del presidente de los Estados Unidos de América; Loyce Maturu, activista que trabaja para Zvandiri en Zimbabwe; Soumya Swaminathan, científico jefe de la Organización Mundial de la Salud y otros científicos líderes en materia de VIH.

En la complejidad y la naturaleza multidimensional de la respuesta mundial al sida, la ciencia ha sido siempre esa fuerza constante capaz de moldear y adaptar la reacción del mundo. Y precisamente ese papel principal de la ciencia ha quedado claro en la batalla que seguimos librando contra la otra pandemia que nos acecha: la de la COVID-19. Este acto paralelo brindó una oportunidad excelente para hablar de la ciencia y revisar los principales y emergentes temas científicos que influirán en la trayectoria de la pandemia del VIH en el enfoque para 2030.

El Sr. Fauci enfatizó la importancia del compromiso a largo plazo y la inversión en vigilancia y ciencia con el fin de llegar preparados a posibles futuras pandemias. Recalcó que hemos de generar confianza en la ciencia y explicar cómo evoluciona el conocimiento, para lo que debemos recopilar datos fiables capaces de alterar los protocolos ya en marcha de salud clínica y pública. La pandemia de la COVID-19 nos ha enseñado mucho sobre eficiencia y sobre cómo convertir de forma rápida las nociones científicas en intervenciones eficaces que salven vidas, afirmó. Sin embargo, debemos abordar los grandes desafíos que a día de hoy limitan nuestro impacto mundial: el acceso, el elevado precio de las medidas y las enormes desigualdades sociales. Como conclusión final, se insistió en que tanto la pandemia del VIH como la de la COVID-19 tienen el poder de hacer mucho más fuerte a la comunidad global. Además, en nombre de los Estados Unidos, se comprometió a trabajar para ser un líder mundial y un socio fiable en esos esfuerzos.

Greg Millett celebró la increíble caída en los números de las nuevas infecciones por el VIH en varios lugares como Londres, Dinamarca y Australia, donde la profilaxis previa a la exposición (PPrE) y las pruebas y el tratamiento eficaces están realmente funcionando para los gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres.  Destacó la importancia de los recientes avances científicos que han llevado al desarrollo de nuevas tecnologías, como las autopruebas del VIH y las nuevas modalidades de profilaxis previa a la exposición.

Uno de los temas principales fue el de la igualdad. Tanto para la COVID-19 como para el VIH, los participantes recalcaron que debemos asegurarnos de que todas las personas de todos los países del mundo puedan beneficiarse de la ciencia. El público que se pronunció reiteró que esto es aún más importante dada la participación de tantas personas en tantos países como participantes altruistas en la investigación que ha conducido a nuevas y emocionantes herramientas para la prevención del VIH y vacunas contra la COVID-19. Y el Sr. Millet señaló que todos estamos interrelacionados e interconectados. Sin duda, las infecciones por el VIH y otras enfermedades no entienden de fronteras.

Loyce Maturu recordó a todos que los jóvenes desempeñan un papel esencial en la respuesta al VIH. Los jóvenes suelen ser dejados atrás y tratados como usuarios finales de servicios que quedan muy lejos de su estilo de vida. Reconoció que, gracias a la ciencia, ella misma estaba en este acto con nosotros, que seguía ahí, guapa y sana tras haber sufrido de niña distintas enfermedades relacionadas con el sida y después de haber sido testigo de cómo el VIH se llevaba a su madre y su hermano. Los jóvenes deben ocupar una posición central para la ciencia y han de poder llevar sus aportaciones a las mesas en que se establecen las prioridades en investigación.

Quarraisha Abdool Karim y otros instaron a los líderes políticos a no «pasarse la pelota unos a otros» en lo concerniente al VIH. Pidieron no dejar las cosas a medias. Debemos terminar nuestro trabajo, no podemos permitirnos que los enormes retos que se nos van presentando en el camino nos aparten de nuestra misión.

Todos los participantes coincidieron en que los programas para el VIH deben basarse firmemente en pruebas científicas. Además, Wafaa El Sadr señaló que la base de las pruebas no proviene solo de laboratorios biomédicos y grandes ensayos clínicos, sino también de lo que se observa a raíz de la implementación y a través de las ciencias sociales. Los copresidentes de la próxima Conferencia de Ciencias de la Sociedad Internacional del Sida, que se celebrará en julio de 2021, Adeeba Kamarulzaman y Hendrik Streeck, albergaban la esperanza de que la reunión de alto nivel trajera consigo el impulso que hace falta tanta para conseguir ese mayor compromiso con la ciencia. Cabe destacar que la participación en la conferencia para este año será tan elevada como en otras ocasiones, a pesar de las restricciones impuestas por la COVID-19. El Sr. Streeck hizo un llamamiento para lograr reunir a miles de científicos expertos en vacunas contra el VIH y animarlos a aunar esfuerzos, como ya sucediera con el Gran Colisionador de Hadrones e incluso con el Proyecto Manhattan.

La Sra. Swaminathan se mostraba optimista y terminó de esa forma su intervención: con el deseo de que el éxito demostrado de la colaboración científica, gracias al cual se han creado múltiples vacunas contra la COVID-19 de forma veloz, se tradujera en un estímulo para lograr un mayor entusiasmo y mucha más inversión en futuras colaboraciones para acabar no solo con el sida, sino también con otros de los grandes desafíos para la salud pública, como la tuberculosis, la malaria y las enfermedades no transmisibles.

Quotes

«Hemos de asegurarnos de llegar a todos los sectores de nuestras comunidades locales y mundiales, en particular a aquellos más escépticos, desfavorecidos o históricamente explotados»

Anthony Fauci asesor médico jefe del presidente de los Estados Unidos de América

«Por favor, trabajemos para que los jóvenes y adolescentes sean considerados parte activa de la toma de decisiones y no solo meros usuarios finales. Precisamos un enfoque integral ascendente para garantizar que la investigación y la ciencia estén impulsadas por las comunidades para que sean capaces de satisfacer las necesidades de todo el mundo»

Loyce Maturu activista del VIH que trabaja para Zvandiri en Zimbabwe

Reunión de alto nivel sobre el sida

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La Reunión de Alto Nivel sobre el Sida, el momento de escuchar la voz de la sociedad civil

04 Junio 2021

En la Reunión de Alto Nivel sobre el Sida de las Naciones Unidas, que se celebrará del 8 al 10 de junio, los Estados miembros adoptarán una nueva declaración política con el fin de que la respuesta al VIH vuelva a situarse en la senda adecuada para alcanzar los objetivos en materia de sida. Tras los desiguales progresos alcanzados en la respuesta al VIH desde que en 2016 tuviera lugar la Reunión de Alto Nivel de las Naciones Unidas para Poner Fin al Sida, la reunión de alto nivel de este año será el trampolín que nos permita entrar en una década de acción para conseguir reducir las desigualdades y eliminar todos aquellos factores sociales que no hacen sino alimentar la epidemia del VIH.

Con el objeto de conocer mejor las aspiraciones y esperanzas de la sociedad civil de cara a la reunión de alto nivel y la declaración política, ONUSIDA ha hablado con dos representantes de la sociedad civil quienes, ellos mismos, viven con el VIH. Jacqueline Rocha Côrtes (JRC) pertenece al Movimiento nacional de mujeres que viven con el VIH/sida (MNCP/Brasil), el Movimiento latinoamericano y caribeño de mujeres seropositivas (MLCM+) y el Instituto nacional de mujeres reasignadas (INAMUR/Brasil). Andrew Spieldenner (AS) es el director ejecutivo de Mpact. Los dos ya participaron en la redacción de la declaración de la sociedad civil para la reunión de alto nivel de 2021, en la que las organizaciones de la sociedad civil instan a los Estados miembros a concentrar los esfuerzos y recursos donde más se necesitan y a adoptar una declaración política que reconozca explícitamente quién corre más riesgos de contraer el VIH y admita por qué es así, y mediante la que se comprometan a financiar y apoyar plenamente las respuestas eficaces al VIH, y a responsabilizar a los Estados miembros de sus acciones.

 

¿Cuál es el propósito de la declaración de la sociedad civil que ustedes publicaron antes de la reunión de alto nivel?

JRC: Nuestra declaración de la sociedad civil persigue varios fines. En primer lugar, reunir las principales aportaciones de la sociedad civil de todo el mundo con relación a lo que se espera que se incluya en la declaración política sobre el sida de 2021. En segundo lugar, la declaración de la sociedad civil es una herramienta tanto para movilizar los esfuerzos de la comunidad a nivel local y regional, como para armonizar y dar fuerza a nuestras respectivas posiciones con el fin de construir una posición comunitaria más fuerte, para que en todo el mundo se escuchen nuestras peticiones.

AS: La declaración de la sociedad civil previa a la reunión de alto nivel es una declaración clara de los valores, las preocupaciones y las necesidades de todas nuestras comunidades. Mientras que los Estados miembros parecen seguir más preocupados por la política, la sociedad civil sigue prestando cada vez más atención y situando en el centro a las personas más afectadas por el VIH, quienes pertenecen a esas mismas poblaciones que son más marginadas por las leyes y políticas punitivas de los Gobiernos. Como sociedad civil, queremos asegurarnos de que los Estados miembros entiendan nuestra posición, con la esperanza de que apoyen nuestro trabajo y a las comunidades en el desarrollo de la declaración política.

 

¿Cuáles son las principales peticiones de la sociedad civil a los Estados miembros?

JRC: Desde mi punto de vista, lo que principalmente se hace es demostrar y recordar a los Estados miembros lo fuertes que somos y nuestra enorme capacidad para movilizar y guiar en lo que se necesita para poner fin al sida. Es una oportunidad para alzar la voz y decir que nosotros, las comunidades, estamos vivas y atentas, aún más en momentos como este, en los que la pandemia de la COVID-19 ha tenido un impacto tan negativo en la respuesta al sida. También es una llamada a organizaciones internacionales y multilaterales.

AS: Necesitamos que los Estados miembros reconozcan el impacto desproporcionado del VIH en los trabajadores sexuales, las personas que consumen drogas, las personas trans, los gais y los hombres bisexuales. Deben darse cuenta de que tienen que priorizar las necesidades de los grupos de población clave en la respuesta al VIH. Queremos que los Estados miembros apoyen la realización de las intervenciones necesarias para el VIH, como la educación integral sobre sexualidad, la reducción del daño en todas sus formas y la prevención y el tratamiento del VIH. No cesaremos hasta que los Estados miembros velen por los derechos y la salud en materia sexual y reproductiva. Queremos que los Estados miembros sean flexibles con los aspectos de los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio (ADPIC) con las tecnologías del VIH. Asimismo, necesitamos que financien totalmente la respuesta al VIH.

 

¿Cuáles son las expectativas de las comunidades y las organizaciones de la sociedad civil de cara a la próxima reunión de alto nivel y la nueva declaración política?

JRC: En la declaración política, esperamos ver un estándar mínimo de lenguaje amplio y progresivo que incluya a todo el mundo, para dejar claro que, cuando nos referimos a la respuesta al sida, hablamos de los derechos humanos, la flexibilidad de los acuerdos comerciales, la financiación de la respuesta al sida, las respuestas lideradas por la comunidad, y la reducción y eliminación de la violencia de género. Deseamos que la declaración política incluya compromisos firmes para cumplir los muchos objetivos aún sin alcanzar que se establecieron en la declaración política de 2016 y en otras declaraciones políticas. También querríamos que se trabajara para hacer realidad lo que más recientemente se estableció como prioritario en la Estrategia Mundial contra el Sida 2021-2026 de ONUSIDA, que fue acordada por muchos países y a través de la cual se hace un llamamiento para eliminar las desigualdades, de modo que se pueda poner fin al sida para 2030.

También esperamos que el lenguaje técnico correcto desde el punto de vista político no sirva como velo para cubrir intereses particulares, de manera que acaben dejándose a un lado cuestiones como la diversidad sexual y humana, la salud sexual y los derechos reproductivos, y la reducción y eliminación gradual de las leyes punitivas que estigmatizan aún más a las personas y castigan a los ciudadanos, quienes a menudo son encarcelados o asesinados simplemente por ser quienes son.

AS: Como sociedad civil y comunidades, esperamos que los Estados miembros apoyen la Estrategia Mundial contra el Sida 2021-2026. Sabemos que algunos Estados miembros estarán en contra del lenguaje que describe a los grupos de población clave, así como puede que tampoco estén de acuerdo con las intervenciones clave contra el VIH, incluidas la reducción del daño, la educación integral sobre sexualidad y las flexibilidades de los ADPIC. Ojalá que los Estados miembros se comprometan a aceptar apoyar todo aquello que sabemos que es tan necesario para seguir avanzando en la respuesta al VIH.

 

Algunos Estados miembros siguen siendo reticentes a avanzar en la agenda en lo que respecta a los grupos de población clave, el consumo de drogas y la criminalización del trabajo sexual. ¿Qué mensaje querría transmitirles?

JRC: Les diría que, les guste o no, la humanidad nunca será lineal, que es lo que persiguen algunos de sus proyectos políticos, económicos e incluso sociales, los cuales intentan dictar el curso de las vidas humanas, sobre las que las autoridades no tienen ninguna gobernabilidad ni derechos. De la misma manera que los Estados miembros de las Naciones Unidas recurren a la soberanía nacional para adoptar o no ciertas medidas, la gente tiene una autonomía inalienable para decidir qué es lo mejor para sus vidas y cómo quiere vivir.

Es imprescindible que los Estados miembros reconozcan la existencia y los derechos de los grupos de población clave.

Como mujer transexual reasignada que lleva 27 años viviendo con el VIH, no puedo evitar insistir en que, si queremos acabar con las desigualdades, tendremos que aceptar y cuidar la diversidad humana.

AS: Tras casi 40 años de VIH, la carga desproporcionada del virus sigue recayendo sobre los grupos de población clave, incluidas las personas que consumen drogas, los trabajadores sexuales, los gais, los hombres bisexuales y las personas trans. Nunca podremos poner fin a la epidemia del VIH si no situamos en el centro las necesidades de los grupos de población clave, incluyéndose aquí la mayor implicación de las personas que viven con el VIH. Si los Estados miembros siguen ignorando nuestras necesidades, marginando a nuestras comunidades y legislando contra nosotros, la epidemia del VIH continuará avanzando, sin importar en absoluto los logros tecnológicos para responder al sida.

 

Una vez adoptada la declaración política, ¿cuál será el papel de la sociedad civil para hacerla realidad sobre el terreno?

JRC: Nosotros haremos lo que siempre hemos hecho: seguiremos reivindicando y tratando de influir en la política. Supervisaremos y movilizaremos, lucharemos, llevaremos a cabo el trabajo liderado por la comunidad y proporcionaremos respuestas a la comunidad, construiremos y actuaremos con solidaridad, respetaremos la dinámica interna de los diversos sectores, incluidos los Gobiernos, pero seguiremos defendiendo nuestros derechos y exigiendo que las autoridades gubernamentales hagan su trabajo y cumplan con sus compromisos y deberes.

Y contamos con ONUSIDA, uno de nuestros socios más valiosos, y con otros organismos de las Naciones Unidas.

AS: Las redes mundiales de grupos de población clave llevan tiempo defendiendo los mecanismos de rendición de cuentas y respuestas liderados por la comunidad. Gracias a la financiación multilateral y filantrópica, podremos seguir apoyando los esfuerzos de todas las personas tanto local como regionalmente. Desgraciadamente, el espacio y la financiación concedidos a la sociedad civil se han reducido tanto, que estamos ante un gran reto. Necesitamos un apoyo multilateral y filantrópico para continuar llevando a cabo nuestra labor. 

Reunión de alto nivel sobre el sida (8-10 junio 2021)

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«Aunque somos trabajadoras sexuales, seguimos siendo personas»: así se vive la dura realidad del trabajo sexual en Zimbabue

02 Junio 2021

Con su bebé en brazos, Melody (Melody, en la foto de arriba, prefirió usar su primer nombre para esta historia) huyó de su casa en Harare, Zimbabue, una noche después de que unos policías entraran en su vivienda y dispararan a su marido hasta acabar con su vida.

«No tenía ni idea de que mi marido fuera un criminal. Una noche, mientras dormíamos, la policía entró a la fuerza en nuestra casa y lo mató», relata.

Con miedo a perder su vida y sin nada de dinero, buscó refugio en el hogar de Emma Mambo, en la foto de abajo, una educadora entre iguales y activista comunitaria en Epworth, al sudeste de la capital de Zimbabue.

La Sra. Mambo, cariñosamente conocida como MaiTino, es voluntaria de Katswe Sistahood, una organización que busca capacitar a mujeres y niñas jóvenes para que reivindiquen su salud y sus derechos en materia sexual y reproductiva. Lleva a cabo un enorme trabajo con mujeres de su comunidad, incluidas las trabajadoras sexuales. También dirige un grupo de danza y teatro para chicas adolescentes y mujeres jóvenes, en el cual se analizan, a través de las artes, los distintos problemas a los que se enfrentan.

«No se trata de un trabajo remunerado, pero me encanta Katswe porque me hizo crecer, sentirme capaz y darme cuenta de que puedo enseñar y trabajar con gente. Incluso cuando recibo llamadas telefónicas por la noche de alguien que me pide ayuda, no me importa», insiste. Y todo ello pese a no ser una empleada y, además, criar a su hija, Tanaka, en la imagen de abajo, como madre soltera.

«Algunas de las circunstancias que rodean a estas mujeres despiertan en mí un tremendo dolor. A veces hasta uso mi propio dinero para ayudarlas, aun cuando a mí también me cuesta llegar a fin de mes», continúa.

Tras huir de su casa, Melody tuvo problemas para subsistir y sacar adelante a su hijo: el dinero no llegaba. Pronto se vio obligada a regresar al trabajo sexual, una vida que había dejado atrás al casarse.

El trabajo sexual para Melody y otras mujeres de Zimbabue es una industria difícil y peligrosa que, sin embargo, da trabajo. Aunque la violencia de género es una epidemia mundial que afecta a una de cada tres mujeres en todo el mundo, su impacto es aún mayor en el caso de las trabajadoras sexuales.

Zimbabue es uno de los 103 países del mundo en los que se criminaliza el trabajo sexual. De esta forma, las trabajadoras sexuales quedan desprotegidas por la ley y se ven expuestas a un sinfín de violaciones de los derechos humanos.

Según los estudios, las trabajadoras sexuales a menudo son víctimas de la violencia de la policía, los clientes y las parejas, lo que aumenta su riesgo de contraer el VIH. La prevalencia del VIH entre las trabajadoras sexuales en Zimbabue es tremendamente elevada, se calcula que ronda el 42,2 %. Las trabajadoras sexuales también sufren el estigma y la discriminación, y son objeto de una tremenda falta de privacidad por parte de los trabajadores sanitarios.

En este sentido, la Sra. Mambo afirma: «Cuando acudimos a una clínica, nuestra dignidad se olvida y a menudo se nos niega la atención médica que precisamos. Esto se agudiza en el caso de las trabajadoras sexuales que acuden con una enfermedad de transmisión sexual. Los propios sanitarios enseguida se encargan de pregonar a los cuatro vientos lo que nos pasa».

Y lo mismo sucede en el caso del tratamiento para el VIH. La Sra. Mambo ayudó a una joven trabajadora sexual a buscar asesoramiento y solicitar una prueba del VIH, y al final descubrió que la chica se dio a la fuga en lugar de ir a recoger su tratamiento.

«Cuando por fin conseguí hablar con ella, me confesó que en la clínica no se respetaba en absoluto la privacidad. Todo el mundo podría verla recoger su medicación. Y entonces la ayudé a encontrar un transporte que la llevara a recoger su tratamiento de cualquier otro sitio», recuerda.

Como trabajadora sexual en Harare, Trish (Trish, en la foto de abajo, prefiere usar solo su nombre de pila para esta historia) conoce bien los peligros del comercio, incluida la violencia de género. Los clientes a menudo consumen alcohol y se vuelven violentos con las trabajadoras sexuales.

«Por ejemplo, la semana pasada no pude salir de casa. Tenía el ojo hinchadísimo. Te golpean hasta que te hieren de verdad. Y si denuncias a la policía, el cliente soborna para que ni te escuchen. Por el simple hecho de ganarte la vida como trabajadora sexual, te ven como algo sin valor y sin poder», narra.

La policía también acosa a las trabajadoras sexuales y las ridiculiza por su trabajo, detalla la Sra. Mambo, que a menudo recibe llamadas de las trabajadoras sexuales en prisión.

«A veces la policía entra en un bar y exige que todo el mundo se tumbe en el suelo, y entonces empieza a buscar gente y a asestar golpes. Si tienes mala suerte, pueden incluso detenerte», se lamenta.

Inmersa en la realidad de los arrestos y los asaltos, para Melody la pobreza fue la única razón que la empujó a entrar en el mundo del trabajo sexual, el cual ya había conocido con tan solo 19 años Tras la muerte de su primer marido, se enamoró de un hombre con un buen empleo que podía cuidar tanto de ella como de su hijo y logró escaparse por un tiempo de ese comercio sexual.

Sin embargo, aquello duró poco, ya que a su segunda pareja la arrestaron enseguida por robar en su lugar de trabajo.

«No puedo decir nada en contra de mi última pareja, que fue arrestada», dice Melody. Pero aún no ha sido capaz de liberarse de la reputación que se le atribuyó por culpa de su primer marido.

«Cuando trabajo en bares, la policía me acosa por quién fue mi primer marido», dice Melody. «La policía debería velar por nosotras, para que podamos trabajar libres de abusos». Nuestros hijos necesitan comer y nuestros padres necesitan ser atendidos», reitera.

Sus experiencias personales y laborales con hombres han afectado negativamente a su percepción del género masculino. Sin embargo, dice que no expresa completamente su dolor porque son los hombres quienes pueden darle de comer.

Pero se niega a que esto sea así para siempre. «Desearía encontrar un trabajo mejor que no me exponga a tanto peligro», expresa.

La Sra. Mambo también sueña con una vida más allá de sus circunstancias actuales. «Alguien me ofreció un pedazo de terreno en el que poder cultivar. Busco fertilizantes para cultivar patatas porque el trabajo sexual y mi edad ya no están en sintonía», afirma.

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La República de Moldova, pionera en la supervisión de alta tecnología liderada por la comunidad

31 Mayo 2021

La República de Moldova ha lanzado una plataforma en línea, denominada ScorecardHIV, para medir el progreso en la respuesta nacional al VIH.

La nueva herramienta incluye indicadores y datos sobre epidemiología, financiación y adquisición, programas, derechos humanos y servicios liderados por la comunidad. Además, permitirá a las instituciones gubernamentales, los directores de los programas sanitarios, las organizaciones de servicios para el VIH, las comunidades y otras partes interesadas hacer un seguimiento del progreso y evaluar la eficacia de los programas para el VIH en el país. Un sistema de filtrado de datos permite personalizar los indicadores de acuerdo con los intereses y las necesidades del usuario.

«El ministerio asumirá el mando y proporcionará apoyo político para garantizar que la implementación de la herramienta sea lo más eficaz, sistemática y sostenible posible», afirmó Denis Chernelya, secretario de Estado del Ministerio de Salud, Trabajo y Protección Social. «Será una herramienta extremadamente útil para la supervisión interna, así como para comprender los principales factores que contribuyen o impiden el logro de los objetivos establecidos».

El objetivo de este sistema de puntuación es garantizar una vigilancia de la respuesta al VIH abierta, transparente y colectiva liderada tanto por el Estado como por la comunidad. Contribuirá al análisis de datos en tiempo real y a una rápida respuesta al VIH fundamentada en pruebas. La plataforma fue desarrollada por la oficina nacional de ONUSIDA para la República de Moldova junto con la organización no gubernamental Positive Initiative y otras organizaciones locales de la sociedad civil, bajo los auspicios del Ministerio de Salud, Trabajo y Protección Social y el Programa nacional para la prevención y el control del VIH/sida y las infecciones de transmisión sexual.

El mapa del indicador del sistema de puntuación, que fue discutido y acordado por todas las partes interesadas, se obtiene del programa nacional sobre el VIH, los ministerios y las agencias gubernamentales, y las organizaciones de la sociedad civil, y se actualiza periódicamente, en función del indicador seleccionado, una vez al mes, cada tres meses o cada seis. La plataforma permite que los datos se agrupen a partir de diferentes aplicaciones y fuentes, y visualiza el progreso y los fracasos en la implementación del programa para el VIH prácticamente en tiempo real. Un grupo de trabajo compuesto por varias organizaciones de la comunidad se encargará de evaluar dicho sistema de puntuación y lo revisará periódicamente.

Con este sistema de puntuación se demuestra que los datos en tiempo real, la tecnología y la innovación pueden servir para tomar decisiones fundamentadas en pruebas y fortalecer la cooperación entre el Gobierno y las comunidades.

«Si necesitamos tomar decisiones hoy en día, debemos contar con los datos más recientes. Todos nuestros esfuerzos se centraron en la digitalización de todos los procesos posibles, la creación de una infraestructura y la búsqueda de soluciones de TI en las que todo pueda acumularse. También trabajamos intensamente para crear una herramienta de análisis que nos muestre los principales indicadores», afirmó Ruslan Poverga, director de Positive Initiative.

«Acogemos con infinito agrado un desarrollo que es tan importante en la República de Moldova», afirmó Alexander Goliusov, director adjunto del equipo de apoyo regional de ONUSIDA para Europa Oriental y Asia Central.  «Este sistema de puntuación se desarrolló siguiendo los principios fundamentales de la nueva estrategia mundial contra el sida, incluida la participación significativa y cuantificable de la sociedad civil, una respuesta nacional basada en las pruebas científicas y los conocimientos técnicos disponibles, y el respeto por los derechos humanos y la igualdad de género. Estoy seguro de que la capacidad de hacer un seguimiento del progreso en tiempo real e identificar áreas prioritarias para medidas rápidas, la voluntad política y la aceptación por parte de las autoridades nacionales del condado permitirán a la República de Moldova acelerar significativamente el progreso hacia el objetivo de poner fin al sida para 2030».

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El mundo solo conseguirá poner fin al sida si acabamos con las desigualdades que impulsan la epidemia

21 Mayo 2021

Por Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA; y Tomas Tobé MEP, presidente de la Comisión de Desarrollo del Parlamento Europeo

Ya han pasado cuarenta años desde que se diagnosticaron los primeros casos de sida. Sin embargo, aún seguimos librando la batalla contra el VIH. Pese a que la ciencia y la medicina han evolucionado y a día de hoy ya permiten, por un lado, que las personas que viven con el VIH puedan estar sanas y, por otro, que se reduzca el número de nuevas infecciones por el VIH, lo cierto es que aún no estamos en el camino correcto para acabar con la epidemia de sida como amenaza para la salud pública en el año 2030.

Solo en 2019, casi 700 000 personas murieron por enfermedades relacionadas con el sida. Por asombroso que aún parezca, 1,7 millones de personas se infectaron recientemente por el VIH, cifra que es más de tres veces el objetivo establecido en 2016, el cual habría conseguido ponernos en marcha para poner fin a la epidemia de sida.

Constatamos que los medicamentos, la información y las herramientas de prevención simplemente no llegan a las personas que más los necesitan. Es necesario un nuevo enfoque que reduzca las desigualdades que impulsan la epidemia de sida y ponga a las personas en el centro. Tenemos que priorizar los derechos humanos, el respeto y la dignidad.

Las injusticias sociales y las desigualdades no hacen sino alimentar las epidemias. Por ejemplo, la epidemia de sida está teniendo un impacto devastador en toda una generación de mujeres y niñas jóvenes en el África subsahariana. Alrededor de 4500 chicas adolescentes y mujeres jóvenes de entre 15 y 24 años contraen el VIH cada semana en esta región. Aquí ellas tienen el doble de probabilidades de infectarse por el VIH que sus homólogos masculinos.

Al mismo tiempo, las niñas y las mujeres jóvenes hacen frente a la violencia sexual y de género, y a embarazos no deseados. Por si fuera poco, en muchos casos pueden verse obligadas a abandonar la escuela. Sin embargo, el adquirir una educación secundaria, incluida la educación integral sobre sexualidad, es una de las formas más seguras de evitar el VIH en mujeres jóvenes y niñas.

Preocupa también enormemente el hecho de que más del 60 % de las nuevas infecciones por el VIH se produzcan en todo el mundo entre los grupos de población clave (gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, personas que consumen drogas, trabajadores sexuales, personas transgénero, prisioneros y migrantes) y sus parejas sexuales. Comunidades enteras y grandes grupos de personas están siendo excluidos del derecho a la salud, el bienestar y la dignidad por ser marginados y criminalizados.

Mas esto puede (y debe) cambiar.

La Estrategia Mundial sobre el Sida 2021-2026 de ONUSIDA proporciona una orientación clara y eficaz con respecto a lo que hay que hacer para crear sociedades más justas. El objetivo es claro: conseguir que el mundo vuelva a estar en la senda que nos lleve a acabar con la epidemia de sida como amenaza para la salud pública para el año 2030.

La estrategia tiene como objetivo situar a las personas en el centro. Para ello, en primer lugar, se deben eliminar las barreras sociales y estructurales que impiden que las personas accedan a los servicios para el VIH. Además, se ha de capacitar a las comunidades para que sean ellas las que lideren el camino. Del mismo modo, se deben fortalecer y adaptar los sistemas para que funcionen para las personas más afectadas por las desigualdades, y se han de movilizar completamente los recursos para poner fin al sida.

Sin duda, la Unión Europea tiene el peso político, la clave financiera y las herramientas políticas para contribuir significativamente a la lucha mundial contra el VIH/sida. De hecho, y en este sentido, el Parlamento Europeo acaba de adoptar una resolución sobre la aceleración del progreso y la lucha contra las desigualdades para poner fin al sida como amenaza para la salud pública para 2030 en respuesta a la estrategia mundial contra el sida.

Dicho texto describe las acciones concretas que la UE debería adoptar para, por fin, acabar con el sida. Entre ellas se incluyen el apoyo a los esfuerzos de los países socios para construir sistemas sanitarios sólidos y resilientes capaces de proporcionar una cobertura sanitaria universal sensible al VIH, priorizar la salud como parte de las relaciones entre la UE y África, y ampliar las inversiones en ONUSIDA y el Fondo mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria.

Asimismo, la resolución pretende movilizar el liderazgo de la UE para abordar los derechos humanos y los factores de desigualdad de género del VIH/sida, y garantizar que la UE apoye las respuestas lideradas por la comunidad como componentes clave en una respuesta eficaz al VIH/sida.

Precisamente el próximo mes, los países se reunirán para la Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida, en la que se espera que apoyen un nuevo plan audaz para poner fin a la epidemia de sida y se fijen los nuevos objetivos para 2025.

De lograrse estos objetivos, el número de nuevas infecciones por el VIH se reduciría hasta 370 000 para 2025, y el número de personas que mueren por enfermedades relacionadas con el sida caería hasta 250 000. Abordar las desigualdades que alimentan la epidemia de VIH será crucial para el éxito.

La pandemia de la COVID-19 ha sacado a la luz las profundas desigualdades sociales y económicas que existen, así como la infrafinanciación de los sistemas de salud pública y la fragilidad de las respuestas mundiales. Es obvio que la COVID-19 está amenazando con obligarnos a desandar los pasos ya dados en la respuesta al VIH/sida. Y aún más, impide el progreso para poner fin al sida para 2030.

Al mismo tiempo, los países están aprovechando la infraestructura del VIH y las lecciones aprendidas al abordar la epidemia del VIH para obtener una respuesta más sólida a ambas pandemias. De hecho, tenemos ante nosotros una oportunidad única para convertir el derecho a la salud en sistemas igualitarios basados en los derechos humanos y centrados en las personas.

Debemos utilizar esta ventana para intensificar la solidaridad mundial, especialmente las inversiones sostenidas en desarrollo, para construir así sociedades más resilientes que refuercen la seguridad de todos.

La UE y ONUSIDA comparten los valores fundamentales de la humanidad y la igualdad para garantizar que nadie quede atrás. El poner fin a la epidemia de sida para 2030 sigue estando al alcance del mundo, pero no puede hacerse sin crear sociedades más fuertes basadas en los principios de la igualdad de género, la justicia social y el reconocimiento de los derechos humanos universales, incluidos los derechos y la salud sexual y reproductiva.

De no hacerlo, se pondrán en riesgo las vidas de millones de personas y se socavará la misión común de lograr la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030, la cual recoge, entre otras cosas, el fin del sida como amenaza para la salud pública.

Este artículo de opinión se publicó por primera vez en theparliamentmagazine.eu

Estrategia Mundial sobre el Sida 2021-2026 de ONUSIDA

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Servicios integrados e inclusión: clave para eliminar la transmisión maternoinfantil del VIH en Dominica

19 Mayo 2021

Durante cuatro años consecutivos, ningún niño de Dominica, un país del Caribe Oriental, nació con VIH; incluso en 2017, cuando, en dos semanas, la isla se enfrentó a sucesivos huracanes que terminaron por dañar el 90 % de su infraestructura.

Ahora, Dominica ha recibido la validación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) por eliminar la transmisión maternoinfantil del VIH y la sífilis. Es el octavo país o territorio del Caribe que ha alcanzado esta doble meta de eliminación, junto con Cuba, que lo consiguió en 2015, y Anguila, Antigua y Barbuda, las Bermudas, las Islas Caimán, Montserrat y Saint Kitts y Nevis, que lo consiguieron en 2017.

Durante una ceremonia virtual, los participantes reflexionaron sobre la mezcla de componentes políticos, sanitarios y comunitarios que se necesitan para crear un marco sostenible para la prevención del VIH y otras enfermedades en el contexto de salud materno infantil.

Roosevelt Skerrit, el Primer Ministro de Dominica, reiteró la importancia del compromiso del gobierno con la agenda de salud de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.  Señaló que las inversiones en los centros y sistemas de atención sanitaria ayudarían a Dominica a cumplir otros objetivos, como “una reducción de la mortalidad materna e infantil, un acceso universal a servicios de salud sexual y reproductiva y una cobertura sanitaria universal”.

“El camino que ha recorrido Dominica hasta alcanzar este ambicioso objetivo representa un cúmulo de años expandiendo la capacidad de los servicios de atención primaria para tratar las enfermedades transmisibles. También ha servido para adoptar enfoques armonizados e integrados en los servicios de salud materno infantil para mejorar los resultados en la salud de las mujeres y sus hijos”, declaró Carissa Etienne, Directora Regional para las Américas y Directora de la Organización Panamericana de la Salud.

A todas las mujeres embarazadas de Dominica se les ofrecen pruebas para el VIH y la sífilis cuando se inscriben en la atención prenatal. Para las que den positivo el tratamiento es totalmente gratuito. El acceso a los servicios de salud está disponible para todo el mundo, independientemente de la nacionalidad. Además, en la actualidad Dominica ofrece un diagnóstico precoz para los niños dentro del país, garantizando así una atención adecuada y oportuna para aquellos expuestos al VIH.

Los trabajadores sanitarios, incluidos un grupo de enfermeras comunitarias y personal de la Unidad de Respuesta Nacional contra el VIH y el sida, que coordinaron el apoyo psicosocial y los servicios de atención, han sido fundamentales para el éxito de la estrategia.

Dominica trabajó de forma crítica para reforzar su sistema de información sanitaria y poder aportar datos relacionados con la cobertura de la atención prenatal, los servicios de pruebas y de tratamiento y su impacto. El proceso de validación incluía también asesoramiento en materia de derechos humanos, equidad de género y participación comunitaria.    

Cumplir con los rigurosos requisitos de información y datos para certificar la eliminación de la transmisión maternoinfantil es un paso clave para varios países del Caribe que ya han logrado notables avances en la prevención de la transmisión maternoinfantil del VIH. Desde 2010, se ha duplicado la proporción de mujeres embarazadas que viven con el VIH en la región que reciben terapia antirretroviral para prevenir la transmisión a sus hijos. 

El Director de la Delegación Subregional Caribeña, James Guwani, ha destacado durante la ceremonia que el próximo mes el mundo adoptará una nueva declaración política de las Naciones Unidas para el sida.

“Uno de los testimonios más poderosos de nuestra capacidad para poner fin a la epidemia del sida es el éxito de asegurar que los niños no nazcan con VIH. Pero el trabajo no termina aquí”, afirmó el Sr. Guwani. “Debemos cambiar las actitudes y los prejuicios que hacen más difícil a las familias afectadas por el VIH que vivan, aprendan, trabajen y sean libres. Es nuestro deber proporcionar a los jóvenes la educación, el empoderamiento y el acceso a los servicios que necesitan para estar libres de VIH durante su vida. Y debemos mejorar el trabajo en la prevención de infecciones por el VIH en todos los grupos de población y en todas las comunidades. Dando prioridad a las personas podemos poner fin a la epidemia de sida”.

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