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Una campaña de cuatro décadas para conseguir un acceso igualitario a los medicamentos que salvan vidas

17 Septiembre 2021

Si volvemos a los primeros días del activismo contra el sida, podemos decir que la respuesta mundial a la COVID-19 es ingente.

Las imágenes hasta ahora nunca vistas de principios de los años noventa, en las que se ve a activistas contra el sida que luchan por medicamentos que salvan vidas demuestran que, con eslóganes como «Dead from Drug profiteers» y «AIDS $ now», aquellos activistas contra el sida de ayer son el fiel retrato de los activistas que hoy en día se esfuerzan por hacer realidad el acceso igualitario a las vacunas contra la COVID-19.

Sin embargo, las fotos también nos dejan ver que, cuarenta años después del descubrimiento de los primeros casos de sida, el mundo está cometiendo los mismos errores en su respuesta a la COVID-19, ya que las desigualdades siguen siendo la fuerza motriz de las infecciones y las muertes.

En las imágenes, captadas por la fotógrafa francesa Elizabeth Carecchio, se observa a distintas personas caminando durante la manifestación que se celebró en mayo de 1990 en los Institutos Nacionales de Salud de Washington, DC, en los Estados Unidos de América, para pedir un tratamiento para el VIH. Son un recordatorio del papel central desempeñado por los activistas a lo largo de los años, incluso hoy en día, ya que continúan defendiendo un acceso más justo al tratamiento y las vacunas. En pocas palabras, están haciendo campaña para que el mundo anteponga a las personas a los beneficios, un llamamiento general por parte de People's Vaccine, y del que ONUSIDA se enorgullece de formar parte.

Fotografía: Elizabeth Carecchio

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Los proyectos liderados por la comunidad llegan a las poblaciones vulnerables en América Latina y el Caribe

15 Septiembre 2021

«Hemos cambiado nuestra forma de pensar y nuestra actitud hacia las personas que viven con el VIH. En la selva no hablamos de ello y cada día vemos a más personas que viven con el virus», afirmó Aurora Coronado, miembro de la Federación Nacional de Mujeres Campesinas, Artesanas, Indígenas, Nativas y Asalariadas del Perú.

Fenmucarinap, como se conoce por su acrónimo en español, es una de las 61 organizaciones que han recibido becas de ONUSIDA a través de una iniciativa llamada Soy Clave: de las Comunidades para las Comunidades desde su lanzamiento en mayo de 2020. Los fondos apoyan las soluciones lideradas por la comunidad en la respuesta al VIH durante la pandemia de la COVID-19. «El proyecto nos permitió compartir conocimientos y aprender más sobre el VIH. Ahora estamos transmitiendo todo ese conocimiento adquirido. Hoy hablamos con el corazón a los jóvenes que viven con el VIH, y muchos de ellos ya se ocupan de sí mismos y se preocupan de su tratamiento», añadió la Sra. Coronado.

A casi 5000 kilómetros del proyecto en la selva peruana, en el centro penitenciario de Santa Martha Acatitla, en México, también se puso en marcha otra iniciativa liderada por la comunidad en el primer año de la pandemia. «Básicamente podemos decir que salvamos la vida de esas personas que suelen caer en el olvido, sobre todo en momentos como estos», afirmó Georgina Gutiérrez, miembro del Movimiento Mexicano de Ciudadanía Positiva, cuyo proyecto se implementó en la misma institución en la que su marido había sido encarcelado durante ocho años. «A través de esta iniciativa, logramos brindar nuestro apoyo a una población que carece básicamente de todo, sobre todo de dignidad».

Estos proyectos constituyen el verdadero ejemplo de cómo los pequeños fondos catalíticos pueden marcar la diferencia y tener un impacto positivo en comunidades enteras, especialmente en momentos de extrema vulnerabilidad y desigualdades exacerbadas. Mediante la iniciativa Soy Clave, ONUSIDA y sus socios se centran en brindar apoyo a los proyectos liderados por la comunidad en torno a tres pilares: la prevención de la transmisión de la COVID-19, la continuación de la respuesta al VIH y el mantenimiento de los derechos humanos, así como la prevención del estigma, la discriminación y la violencia hacia las personas que viven con el VIH o están afectadas por el virus y la COVID-19.

De acuerdo con los últimos informes elaborados por el Banco Interamericano de Desarrollo y la oficina para América Latina y el Caribe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo  (PNUD), en la región latinoamericana y el Caribe existen desigualdades muy pronunciadas entre la población. Además, en estas zonas se sitúan países más desiguales que otros ubicados en regiones con niveles similares de desarrollo.

La primera fase de esta iniciativa de 300 000 dólares estadounidenses se lanzó en julio de 2020 como respuesta a los datos arrojados por varias encuestas regionales en línea llevadas a cabo por ONUSIDA desde el inicio de la pandemia de la COVID-19. Las subvenciones se distribuyeron inicialmente entre 31 proyectos, 10 de los cuales también fueron financiados con el apoyo de copatrocinadores de ONUSIDA a través de sus oficinas regionales: el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) ayudó a financiar cuatro proyectos, mientras que el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el PNUD financiaron dos proyectos cada uno.

Los datos de las 31 iniciativas de la primera ronda de subvenciones recopiladas hasta julio de 2021 por el equipo de apoyo regional de ONUSIDA para América Latina y el Caribe muestran que, gracias a las distintas actividades de los proyectos, ya se ha conseguido llegar a 700 000 personas en la región. En conjunto, los proyectos liderados por la comunidad han aportado más de 270 soluciones comunitarias que han tenido un impacto directo en, por ejemplo, el fortalecimiento de los servicios sanitarios, la formación de las comunidades y poblaciones vulnerables, la concienciación sobre cuestiones clave relacionadas con el VIH y la COVID-19, y la prevención y mitigación de la COVID-19.

Recientemente, ONUSIDA puso en marcha una segunda parte de financiación para 30 iniciativas lideradas por la comunidad. De este modo, se llegó a un total de 61 proyectos en 19 países (Argentina, Brasil, Bolivia [Estado Plurinacional de), Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guyana, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, el Perú, Uruguay y Venezuela [República Bolivariana de]).

«En nuestros 40 años de experiencia en la respuesta al VIH, hemos aprendido que la sociedad civil y las iniciativas lideradas por la comunidad son esenciales para llegar a los más vulnerables. Acertamos por completo cuando decidimos invertir en estas organizaciones durante la pandemia de la COVID-19 porque han dado resultados y han demostrado que son cruciales para la respuesta a ambas pandemias», recalcó Alejandra Corao, directora adjunta del equipo de apoyo regional de ONUSIDA para América Latina y el Caribe. «Quiero transmitir mi enhorabuena a las organizaciones seleccionadas en 2020 y espero que las 30 elegidas para la segunda fase de financiación también cosechen el mismo éxito a la hora de llegar a las personas más vulnerables en estos tiempos difíciles para nuestra región».

La fase de implementación de estos nuevos proyectos seleccionados se llevará a cabo hasta diciembre de 2021. Todas las iniciativas fueron seleccionadas por un comité conjunto formado por el equipo de apoyo regional de ONUSIDA para América Latina y el Caribe y las oficinas regionales de UNICEF, el PMA, el PNUD, el UNFPA, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, y la Organización Panamericana de la Salud.

Más de 200 organizaciones hispanoparlantes y 70 de habla portuguesa participaron en talleres virtuales organizados por ONUSIDA para orientar a las organizaciones lideradas por la comunidad respecto a cómo presentar las solicitudes para la iniciativa Soy Clave, y crear proyectos y definir objetivos con el fin de optar a una subvención de 5000 dólares estadounidenses.

Impacto en las comunidades

La activista contra el VIH Marcela Alsina, que es de Honduras y ha puesto en marcha un proyecto regional con la Asociación para una Vida Mejor (APUVIMEH) y el Movimiento Latinoamericano de Mujeres Positivas (MLCM+), señaló que los fondos permitían a las organizaciones llevar a cabo una encuesta en línea en ocho países y recopilar datos para definir sus líneas de acción estratégicas.

«Descubrimos que el 35 % de las mujeres encuestadas en estos países fue víctima de algún tipo de violencia de género o institucional durante la pandemia de la COVID-19», reveló.

Al menos el 23 % de toda la financiación se destinó a mujeres. Asimismo, se repartieron fondos entre proyectos centrados en grupos de población clave y vulnerable, entre los que se incluían pueblos indígenas, comunidades afrodescendientes y personas en movimiento.

«Gracias a esta financiación, nuestro proyecto, Hablemos Positivo, hizo entrega de 450 kits de salud sexual y reproductiva, y organizó charlas sobre la promoción de la salud, la prevención del VIH, las infecciones de transmisión sexual y la COVID-19», subrayó Danilo Manzano, de Diálogo Diverso en Ecuador. «También difundimos una campaña de comunicación en las redes sociales para concienciar sobre los derechos humanos de las personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersexuales en movimiento, así como de las personas que viven con el VIH».

«No es fácil obtener financiación para trabajar con mujeres, especialmente con mujeres que viven con el VIH en América Latina», apuntó Kattia López, de la Comunidad Internacional de Mujeres que Viven con el VIH/sida en Costa Rica, quien desarrolló grupos de trabajo virtuales con más de 60 mujeres que viven en condiciones vulnerables y que sufrieron violencia por parte de sus parejas durante las primeras etapas de la pandemia. «Nos dimos cuenta de que este proyecto nos permitía llegar a aquellas mujeres a las que nadie más llega, y nos daba luz verde para transformar sus realidades. No vamos a dejar a nadie atrás. Invertir en mujeres siempre es rentable».

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El estado de Anambra, en Nigeria, plenamente comprometido con poner fin a la transmisión vertical del VIH para finales de 2022

06 Septiembre 2021

Las nuevas infecciones por el VIH entre los niños se redujeron más de la mitad (53 %) en todo el mundo de 2010 a 2020, pero ese impulso se ha ralentizado considerablemente. En África occidental y central, donde viven más de la mitad de las mujeres embarazadas seropositivas que no están en tratamiento, existen grandes brechas en los servicios para prevenir la transmisión vertical (de madre a hijo) del VIH. 

El 24 % de las mujeres embarazadas seropositivas de todo el mundo que no están siguiendo un tratamiento antirretroviral son nigerianas. Además, Nigeria es también el mayor contribuyente entre los siete países que representan la mitad de todas las nuevas infecciones por el VIH entre los niños en todo el mundo. Uno de cada siete bebés nacidos con el VIH en el mundo es nigeriano. Precisamente por ello, urge ampliar los programas sostenibles para la eliminación de la transmisión vertical del VIH en el país. De hecho, el Gobierno se ha comprometido a acabar con la transmisión vertical a finales de 2022.

El ministro nigeriano de Sanidad, Osagie Ehanire, presidió una consulta nacional sobre la transmisión vertical del VIH en mayo de 2021 y, en ella, prometió el pleno apoyo y compromiso del Gobierno para trabajar con todos los socios con el fin de garantizar que ningún bebé nazca con el VIH. Para eso, a través del Programa nacional para el control del sida, las infecciones de transmisión sexual y la hepatitis (NASCP, por sus siglas en inglés), se ocupará de brindar apoyo técnico a todos los estados nigerianos con el fin de desarrollar planes operativos viables para alcanzar el objetivo. Además, el Ministerio Federal de Sanidad ha hecho entrega de 1,7 millones de los 4 millones de kits de detección del VIH y la sífilis solicitados como un paso previo para garantizar que todas las mujeres embarazadas sean examinadas, con independencia de la parte del país en la que vivan.

«La adquisición de los kits de detección del VIH es una poderosa demostración del liderazgo político y la implicación nacional del Gobierno de Nigeria para una generación sin sida. Como prioridad, el equipo conjunto de las Naciones Unidas sobre el sida sigue comprometido a apoyar plenamente al Gobierno en sus esfuerzos por eliminar la transmisión vertical del VIH en el país», recalcó Erasmus Morah, director nacional de ONUSIDA para Nigeria.

El NASCP, respaldado por la Agencia nacional para el control del sida (NACA, por sus siglas en inglés), proporciona apoyo técnico a todos los estados nigerianos, pero de forma prioritaria a cinco de ellos: Abia, Anambra, Ebonyi, Kaduna y Taraba. El Equipo conjunto ha proporcionado apoyo financiero y técnico, incluido el apoyo al análisis de datos de cada estado. Cada estado está impulsando su propio proceso de planificación y la elección de la estrategia y las actividades clave.

Según el Gobierno, el estado de Anambra tiene una prevalencia del VIH de un 2,2 %. En 2020, menos del 30 % de las mujeres embarazadas se sometieron a las pruebas del VIH y menos de una cuarta parte de las mujeres embarazadas que viven con el VIH tuvo acceso a la terapia antirretroviral, aunque más del 90 % de las mujeres embarazadas sí asistieron a un centro sanitario para recibir cuidados prenatales en Anambra. Se observó un aumento del 73 % en el número estimado de nuevas infecciones por el VIH entre niños en el estado de 2015 a 2020. Dada su prevalencia del VIH y el aumento de las nuevas infecciones por el VIH entre los niños, Anambra recibió recientemente apoyo para desarrollar un plan operativo para la eliminación de la transmisión vertical del VIH.

Los líderes del estado, entre ellos el Secretario del Gobierno del estado, Solo Chukwulobelu, y el Comisario de Salud de Anambra, Vincent Okpala, se reunieron con representantes del NASCP, la NACA y el equipo conjunto de las Naciones Unidas. El Marco resultante para la acción estatal de Anambra para eliminar la transmisión maternoinfantil del VIH proporciona un resumen de la prestación actual de servicios para prevenir la transmisión vertical del VIH en el estado y describe las estrategias para llegar a todas las mujeres embarazadas del estado, los compromisos del Gobierno estatal y las actividades clave, junto con los plazos. El marco proporciona una acción específica por parte de los proveedores de servicios de los sectores público y privado para llegar a todas las mujeres embarazadas del estado con servicios relacionados con las pruebas del VIH y proporcionar terapia antirretroviral y pruebas de carga viral a todas las mujeres embarazadas que dan positivo en las pruebas de detección del VIH. El marco también se compromete a garantizar la profilaxis de la terapia antirretroviral en el momento del nacimiento y el diagnóstico temprano del VIH en todos los recién nacidos,  así como la continuidad de la atención tanto a las madres como a sus bebés. Los Gobiernos federales y estatales y los donantes existentes se encargarán de financiar la iniciativa.

Akudo Ikpeazu, coordinador nacional del NASCP, afirmó: «Para tener la certeza de que llegamos a todas las mujeres embarazadas de Nigeria, es importantísimo colaborar y trabajar codo con codo con la primera dama del estado, gran defensora de la eliminación de la transmisión maternoinfantil del VIH».

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Las empresas sociales lideradas por los grupos de población clave que han recibido ayudas del Fondo de Solidaridad de ONUSIDA empiezan a hacer uso de ellas

24 Agosto 2021

La pandemia de la COVID-19 ha obligado a muchas organizaciones lideradas por la comunidad que trabajan en el ámbito del VIH a cambiar su tarea y centrarse en movilizar fondos para proporcionar asistencia humanitaria básica, como alimentos, refugio y medicamentos, a las personas que viven con el VIH y los miembros de los grupos de población clave más afectados por la pandemia.

Con el fin de capacitar a los grupos de población clave y las organizaciones comunitarias para que puedan afrontar mejor las dificultades, ONUSIDA lanzó en enero de 2021 un Fondo de Solidaridad de 250 000 dólares estadounidenses con el que apoyar a las empresas sociales lideradas por personas que viven con el VIH y los miembros de los grupos de población clave, incluidos aquí los trabajadores sexuales, las personas transgénero, los consumidores de drogas, y los gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, así como las mujeres jóvenes de las comunidades clave afectadas o que atraviesan mayores dificultades durante la pandemia de la COVID-19. Se ha seleccionado a veinticuatro emprendedores sociales locales de cinco países para concederles una financiación semilla que les permita ampliar iniciativas empresariales existentes o desarrollar otras nuevas que puedan generar valor económico e impacto social para sus comunidades.

Durante la primera convocatoria de propuestas lanzada por el Fondo de Solidaridad se recibieron solicitudes de una amplia gama de empresas sociales lideradas por redes y organizaciones de grupos de población clave. La revisión y evaluación de las propuestas de alto potencial para las empresas sociales corrió a cargo de un Comité de Revisión del Fondo de Solidaridad mundial, compuesto por representantes de ONUSIDA, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y otros socios, entre ellos representantes de la comunidad y representantes nacionales, públicos y del sector privado. Los veinticuatro beneficiarios finales han demostrado su sólido compromiso con el desarrollo de soluciones sostenibles para derribar las barreras socioeconómicas que bloquean el crecimiento de los grupos de población clave.

«La fase piloto del Fondo de Solidaridad permitirá probar modelos innovadores, ofreciendo a las comunidades clave la oportunidad de abordar adecuadamente el impacto inmediato de la pandemia de la COVID-19 y crear actividades sostenibles que generen ingresos», explica Pradeep Kakkattil, director de la Oficina de Innovación de ONUSIDA, justo cuando empresarios sociales de Brasil, Ghana, la India, Madagascar y Uganda comienzan a establecer sus empresas.

 

Movimento Nacional das Cidadãs Posithivas, Brazil

Desde el comienzo de la pandemia de la COVID-19 en Brasil, el Movimento Nacional das Cidadãs Posithivas (MNCP) ha trabajado incansablemente para minimizar los desafíos planteados por las medidas de aislamiento social impuestas en el país y los consiguientes impactos económicos en las vidas de las mujeres que viven con el VIH. «En general, las personas que buscaban ayuda solían necesitar comida. Se trataba de gente sin recursos, personas que viven con el VIH, que carecen de un trabajo formal y que, de repente, se vieron obligadas a dejar de trabajar durante la pandemia», señala Jacqueline Côrtes, coordinadora ejecutiva del MNCP. Con el apoyo del Fondo de Solidaridad, el MNCP pretende formar y financiar a más de treinta y cinco mujeres que viven con el VIH en todo Brasil. El objetivo es que aprendan a coser para que puedan dedicarse al comercio de las muñecas de tela tradicionales del país. Así, todos los esfuerzos van dirigidos a brindar apoyo a las mujeres para que establezcan y lideren una red de producción con representación regional. El MNCP también fomentará la capacitación económica y el espíritu emprendedor femenino a través de cursos en línea y formación técnica.

 

Nachbaja.com, la India

Nachbaja.com, una de las primeras start-ups y plataformas de agregadores de artistas en línea lideradas por personas transgénero de la India, persigue garantizar que los artistas de la comunidad reciban una remuneración justa y completa por sus servicios. Para mantenerse al día respecto a las necesidades en constante evolución de los mercados, Nachbaja.com integrará sus operaciones offline  y creará una nueva plataforma para artistas mediante el desarrollo de una aplicación en línea gracias al apoyo del Fondo de Solidaridad. Su objetivo es conectar directamente a artistas con talento y organizadores de eventos, sin que haya necesidad de agentes, pues estos acostumbran a llevarse un porcentaje considerable de los ingresos de los artistas. «El crecimiento de la industria de eventos de la India permite concebir Nachbaja.com como una plataforma digital que ayuda a los artistas de la comunidad a asumir una mayor responsabilidad respecto de sus destrezas y a reducir la dependencia de los agentes», afirma Reshma Prasad, fundadora y directora ejecutiva de Nachbaja.com. Además de posibilitar a los artistas el vivir de su arte, Nachbaja.com también integrará el seguimiento habilitado para el Sistema de Posicionamiento Global, para así garantizar la seguridad de los artistas de la comunidad transgénero.

 

Fikambanana Vehivavy Miavotena eto Madagasikara, Madagascar

Fikambanana Vehivavy Miavotena eto Madagasikara (FIVEMIMAD), una red de trabajadores sexuales, ha estado trabajando desde el comienzo de la pandemia de la COVID-19 para mejorar las condiciones de vida de estos profesionales del sexo en Madagascar y favorecer su reintegración social en el país. «Creemos que es importante aprovechar nuestra red de filiales de la asociación en las ciudades de Toamasina, Foulpointe, Toliara y Diégo, con vistas a implementar proyectos de emprendimiento social para garantizar la propiedad de las distintas empresas sociales lideradas por la comunidad de trabajadores sexuales en Madagascar», apunta Germaine Razafindravao, presidenta de FIVEMIMAD. A través de esta red de filiales de la asociación presentes en cuatro ciudades, FIVEMIMAD promoverá el establecimiento de empresas sociales lideradas por trabajadores sexuales. Se formará en el campo de la fabricación de mosquiteras, se inculcará el arte malgache, y se enseñarán técnicas de costura, bordado y procesamiento de fruta, con el objeto de ofrecer a los miembros de la comunidad local la posibilidad de lograr independencia financiera y mejorar sus condiciones de vida. 

 

Let’s Walk Uganda, Uganda

Let's Walk Uganda (LWU) se creó para apoyar a los gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres y que son víctimas de la discriminación y la marginación, algo que ha ido en aumento como consecuencia del impacto de la pandemia de la COVID-19. Para mejorar los estándares de vida, crear mecanismos de ingresos económicos más sostenibles y reducir la exposición a prácticas nocivas, LWU inició su proyecto Jump Start, que tiene como objetivo crear una comunidad orientada a los negocios de veinte gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres que viven en tres barrios urbanos en Kampala y que cuentan con las habilidades necesarias para iniciar, gestionar y mantener un negocio social. Se formarán en los campos de moda y diseño, artesanía y producción de jabón líquido, y recibirán la ayuda necesaria para que puedan crear pequeñas empresas sociales sostenibles. «Además de las habilidades emprendedoras, reconocemos que es importante fomentar la alfabetización financiera y la inclusión entre los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres. Por lo tanto, LWU también apoyará la creación de pequeños grupos de ahorro e inversión con el objeto de mejorar el acceso a préstamos grupales y ahorros, para así garantizar la sostenibilidad de estas empresas», destaca Ndawula Eric, directora ejecutiva de LWU.

 

Hope for Future Generations, Ghana

Mediante una fusión estratégica de empoderamiento, un enfoque basado en los derechos humanos y estrategias participativas innovadoras, Hope for Future Generations (HFFG) lleva desde el año 2001 trabajando para conseguir mejorar la salud, la educación y la situación socioeconómico de las mujeres, los niños y los jóvenes en Ghana. A través de una red juvenil especialmente constituida bajo su supervisión llamada Young Health Advocates Ghana (YHAG), HFFG capacita a los jóvenes que viven con el VIH para que alcen la voz en defensa de sus derechos y trabajen las destrezas necesarias que les permitan emprender. «Nuestras empresas sociales serán desarrolladas, lideradas y sostenidas por jóvenes que viven con el VIH y trabajadoras sexuales jóvenes. Genera una enorme satisfacción el ver que ideas como los cultivos en invernaderos y la creación de una empresa dedicada al diseño de moda son posibles y se pueden hacer realidad gracias a esta red de gente joven», confesó Cecilia Lodonu-Senoo, fundadora y directora ejecutiva de HFFG. Las empresas creadas se diseñarán especialmente para promover el liderazgo, el empleo equitativo y las oportunidades de generación de ingresos entre otros miembros de la comunidad YHAG.

Las organizaciones de la comunidad y sus redes requieren recursos sostenibles y asistencia técnica para poder seguir desempeñando sus funciones, escalar soluciones innovadoras lideradas por la comunidad, crear mecanismos de ingresos sostenibles y reducir unas desigualdades que son cada vez mayores. A medida que se está trabajando con empeño para implementar las subvenciones, ONUSIDA colabora con redes comunitarias y socios como UNICEF y Social Alpha para crear y brindar un apoyo personalizado en lo referente al desarrollo de capacidades y la orientación a los empresarios sociales.

El listado completo de los beneficiarios del Fondo de Solidaridad de ONUSIDA está formado por:

  • Aastha Parivaar, la India.  
  • Alliance of Women Advocating for Change, Uganda.  
  • Asha Darpan, la India.  
  • Associação de Apoio e Amparo as Pessoas Vivendo com HIV/AIDS do Estado do Espírito Santo, Brasil.  
  • Associação Social Anglicana de Solidariedade do Cerrado, Brasil.   
  • Fikambanana Vehivavy Miavo-Tena eto Madagasikara, Madagascar.  
  • Gaurav Trust, La Beauté & Style, la India.  
  • Grupo de Trabalhos em Prevenção Posithivo, Brasil.  
  • Health and Rights Initiative, Uganda.  
  • Hope Alliance Foundation y OHF Initiative, Ghana.  
  • Hope for Future Generations, Ghana.  
  • Lady Mermaid, Women-Up Social Enterprises, Uganda.  
  • Let's Walk Uganda, Uganda.  
  • Movimento Nacional das Cidadãs Posithivas, Brasil.   
  • Nachbaja.com, la India.  
  • Réseau Association des Femmes Samaritaines, Madagascar.  
  • Simma Africa Creative Arts Foundation, Uganda.  
  • Solidarity Foundation and Navajeevana Sanghatane, la India.  
  • Thozi, la India.  
  • Tranz Network Uganda, Uganda.  
  • Uganda Harm Reduction Network, Uganda.  
  • Usha Multipurpose Cooperative Society Limited, la India.  
  • Vijana Na Children Foundation, Uganda.  
  • Women of Dignity Alliance, Ghana.

 

Nuestra acción

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La activista humanitaria que apoya a los migrantes venezolanos con VIH en Brasil

23 Agosto 2021

Nilsa Hernández, de 62 años, solía trabajar como verdulera informal en Venezuela para ayudar a aumentar los ingresos de su familia y mantener a sus hijos, nietos y bisnietos. Como persona que vive con VIH desde hace 16 años, Nilsa había conseguido reducir su carga viral al nivel indetectable hasta que de repente todo cambió cuando la crisis político-económica se instaló en Venezuela. Los servicios de salud se vieron gravemente afectados y las personas que viven con VIH perdieron gradualmente el acceso a la atención habitual y a los antirretrovirales.

"Estuve unos dos años sin acceso al tratamiento. Mi cuerpo comenzó a sentir las consecuencias y me di cuenta que tenía que hacer algo urgentemente. Era una situación de vida o muerte ¡Y decidí vivir!", recuerda Nilsa.

Nilsa cruzó la frontera y emigró a Brasil, donde el tratamiento del VIH está disponible para cualquier persona a través del sistema de salud público. Le tomó un año prepararse para este viaje . En 2018, llegó a Roraima, estado brasileño fronterizo con Venezuela, con su pareja, que también vivía con el VIH, y su nieto de 12 años.

Terminaron en la calle tras sufrir todo tipo de discriminación y violencia. Gracias al apoyo de algunas personas, finalmente ella logró alquilar una pequeña casa en las afueras de Río Branco, la capital de Roraima, y retomar su tratamiento contra el VIH. Tan pronto recuperó la inmunidad, no tenía ninguna duda: era el momento de convertirse en activista y crear lValientes por la Vida, una iniciativa de voluntariado para apoyar a otros venezolanos que viven con el VIH que, como ella, llegaron a Brasil con escasos recursos y poca información.

"Somos valientes porque se necesita mucho coraje para salir de tu país, a menudo con las únicas cosas que tenemos en la mano, en busca de tratamiento y en la búsqueda de la vida."

Hoy, como activista humanitaria, Nilsa ha movilizado una red de otros Valientes que se unieron a ella para difundir sobre la llegada de nuevos venezolanos migrantes en busca de tratamiento para el VIH.

La pandemia de COVID-19 ha afectado gravemente este proceso, especialmente cuando se cerraron las fronteras entre Brasil y Venezuela en marzo de 2020. “El cierre hizo muy difícil para mis compatriotas acceder a un tratamiento contra el VIH que podría salvar sus vidas. Con la reapertura de la frontera, ahora estamos volviendo a poner en marcha estos servicios.”

Según el Informe Anual de Epidemiología 2020 emitido por la autoridad médica del estado de Roraima, en los años 2018 y 2019, una combinación total de 1.137 casos de VIH/SIDA fueron reportados en su territorio. Entre la población extranjera residente en el estado, los migrantes de Venezuela representan el número más significativo de los casos combinados de VIH/SIDA para el mismo período: 383 personas.

Al igual que Nilsa, muchas de las personas venezolanas que viven con el VIH emigran a Brasil en busca de acceso al tratamiento del VIH que ya no pueden tener en muchos territorios de su país. En este contexto, ONUSIDA estableció una asociación con la UNESCO en diciembre de 2020 en una estrategia conjunta, colaborativa e intersectorial para garantizar el acceso de los migrantes venezolanos a la educación sanitaria, prevención, promoción de la salud y apoyar las respuestas del Estado de Roraima al VIH y COVID-19.

Claudia Velásquez, representante de ONUSIDA y directora de país en Brasil, explica que la propuesta es reducir los prejuicios, el estigma y la discriminación relacionados con migrantes y refugiados, y poblaciones más vulnerables, como trabajadoras sexuales y población LGBTQIA+, jóvenes y pueblos indígenas.

“Queremos promover el empoderamiento de las poblaciones vulnerables a través de la difusión de información sobre el VIH y los derechos de las personas que viven con el VIH”, dice Velásquez. “Nilsa Hernández es un ejemplo de una activista humanitaria. Y personas como ella, que son Valientes por la Vida, muestran el enorme impacto que la movilización de la sociedad civil tiene en el apoyo y acogida a las personas que viven con el VIH y en los esfuerzos para superar la estigmatización y la discriminación, que potencian las desigualdades que nos impiden poner fin a la pandemia del sida para 2030."

Para el futuro, el sueño de Nilsa para “Valientes por la Vida” es que se convierta en una organización internacional, con voluntarios dedicados a apoyar a las personas que viven con el VIH para que tengan acceso al tratamiento y a una vida saludable. "También quiero que la gente deje de vernos como un VIH positivo. Esto crea un estigma horrible que nos pesa a todos. No somos seropositivos. Somos valientes e impacientes porque tenemos prisa por vivir como todos los demás".

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Adoptada por consenso la resolución del ECOSOC sobre el Programa Conjunto

23 Julio 2021

El día 22 de julio, el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC) adoptó por consenso una resolución respecto al Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida, en una reunión híbrida celebrada en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, en los Estados Unidos de América, y presidida por el vicepresidente de ECOSOC, Collen Vixen Kelapile, representante permanente de Botsuana para las Naciones Unidas en Nueva York.

En dicha reunión, el Consejo analizó el informe de 2021 elaborado por la Directora Ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima, el cual ella misma presentó, y otro informe con relación a las cuestiones de gobernanza desarrollado por la Junta Coordinadora del Programa de ONUSIDA (JCP) y expuesto por su presidente, Kalumbi Shangula, ministro de Sanidad y Servicios Sociales de Namibia.

Tras el debate, la representante permanente adjunta de Namibia ante las Naciones Unidas en Nueva York, Helena Ndapewa Kuzee, presentó una declaración conjunta de Namibia y Tailandia en la que se dio a conocer la resolución de 2021 sobre el Programa Conjunto. Los dos países habían cofacilitado las negociaciones en Ginebra (Suiza), a principios de julio, en calidad de presidente y vicepresidente de la Junta Coordinadora del Programa, respectivamente.

Subrayaron su gratitud a los Estados miembros por haber garantizado una resolución de consenso que habló sobre el papel de liderazgo crítico del modelo de copatrocinador y gobernanza del Programa Conjunto para la coherencia estratégica, a través de su coordinación, de un enfoque basado en los resultados, de la gobernanza inclusiva y del impacto a nivel nacional. La resolución también reconoció la importancia de la Declaración política de las Naciones Unidas sobre el VIH y el sida 2021: Acabar con las desigualdades y estar en condiciones de poner fin al sida para 2030; de la Estrategia mundial sobre el sida 2021-2026: Poner fin a las desigualdades, poner fin al sida, y de los nuevos objetivos para 2025 con el fin de establecer una dirección para la respuesta.

Namibia y Tailandia advirtieron de que el mundo aún está lejos de acabar con el sida, y expresaron su preocupación por la continua escasez de financiación en la respuesta al VIH, especialmente en lo que respecta a los países de bajos y medianos ingresos. También insistieron en que la pandemia de la COVID-19 ha agravado las ya existentes desigualdades e inequidades en y entre los países, incluida la falta de un acceso equitativo y a tiempo a las vacunas, las pruebas diagnósticas, los medicamentos y los productos médicos seguros, de calidad, eficaces y asequibles contra la COVID-19. Y todo ello no había hecho más que generar más contratiempos y obstaculizar y alejar del camino la respuesta al sida.

Para celebrar los 25 años transcurridos desde que ECOSOC presentara la delegación de la JCP de la organización no gubernamental, se hizo una declaración multinacional en la que se reconoció la importante contribución de la delegación a la gobernanza del Programa Conjunto, y se subrayó el hecho de que las comunidades afectadas por el VIH, especialmente los grupos de población clave, ocupan un lugar crucial en la respuesta al sida y, por lo tanto, también en las reuniones de las Naciones Unidas, donde la delegación contribuye al desarrollo de las políticas y da voz a asuntos complejos. 

«Estoy profundamente agradecida al Consejo ECOSOC por su visión de futuro y su pensamiento innovador ya en el momento de crear, a mediados de la década de 1990, este programa multisectorial que es único. Gracias por insistir en incluir a las personas que viven con el VIH y a quienes más riesgo corren de contraer el virus, y por situarlas en el centro de la respuesta mundial de las Naciones Unidas, así como de la gobernanza del Programa Conjunto a través de la delegación de la organización no gubernamental», expresó la Sra. Byanyima dirigiéndose a los representantes de las misiones permanentes en Nueva York.

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El PNUD y ONUSIDA apoyan a más de 300 mujeres embarazadas y lactantes que viven con el VIH en Abiyán

08 Julio 2021

Al igual que ha sucedido en el resto del mundo, la COVID-19 ha golpeado con fuerza Costa de Marfil. En cuanto se confirmaron los primeros casos de COVID-19 en marzo de 2020, el Gobierno desarrolló un plan de respuesta nacional. Desgraciadamente, las medidas restrictivas para proteger a la población tuvieron un impacto en el uso de los servicios sanitarios, incluidos los relacionados con el VIH, lo que amenazó la ya de por sí frágil retención en la atención de las personas que viven con el VIH. Las mujeres embarazadas y lactantes que viven con el VIH y sus hijos, uno de los grupos más vulnerables, se han visto particularmente afectadas, cuando el mantener su acceso a los servicios y la atención era esencial para evitar desandar lo andado durante años.

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y ONUSIDA aunaron fuerzas para ayudar a retener a 333 mujeres embarazadas y lactantes que viven con el VIH en los servicios prenatales, de maternidad y pediátricos de Abiyán. El proyecto se encargará de suministrar, durante nueve meses, 1000 kits de alimentos y 1000 kits de higiene para ayudar a las beneficiarias con la asistencia alimentaria y ayudarlas a protegerse contra la COVID-19.  Cada kit de alimentos contiene 20 kilos de arroz, 6 litros de aceite, 10 pastillas de jabón y 4 cajas de harina para niños. Por su parte, los kits de higiene constan de 2 botellas de gel hidroalcohólico, 2 botellas de jabón líquido y 50 mascarillas quirúrgicas. El proyecto también tiene como objetivo garantizar que las mujeres tengan acceso al completo paquete de servicios desarrollado en el marco del programa de prevención de la transmisión maternoinfantil del VIH (transmisión vertical) de Costa de Marfil, con el fin de garantizar que todos los hijos expuestos de las beneficiarias del proyecto sean examinados pronto y tengan acceso a una atención adecuada. Del mismo modo, se persigue documentar y compartir buenas prácticas.

Una de las beneficiarias, Ouattara Maimouna, que lleva cinco años viviendo con el VIH y es madre lactante de tres hijos, afirmó: «Doctor, este regalo fue increíblemente importante para nosotros. ¡Nos ha ayudado muchísimo! Esta reserva de comida es la que me ayuda a alimentar a mi familia. Nunca podré agradecerlo lo suficiente, porque justo entonces se me habían acabado las opciones para poder seguir tirando del pequeño negocio que me permitía sacar adelante a mi familia».

«Desde el comienzo del proyecto en diciembre de 2020, se han distribuido aproximadamente 700 kits de higiene y 700 kits de alimentos. Los socios que han puesto en marcha el Plan emergencia del Presidente de los Estados Unidos para paliar los efectos del SIDA (PEPFAR, por sus siglas en inglés) coinciden en que los kits han contribuido a la adhesión de las mujeres embarazadas y lactantes a las medidas para prevenir la transmisión vertical, a los servicios de atención pediátrica y del VIH, y a los grupos de apoyo personal», afirmó Brigitte Quenum, directora nacional de ONUSIDA para Costa de Marfil.

En esta fase de implementación, ya se están viendo algunas de las lecciones aprendidas. El proyecto ha sido muy bien recibido por las beneficiarias debido a su vulnerabilidad, que se ha visto agravada por la crisis de la COVID-19. El apoyo ha contribuido a aumentar el cumplimiento de las citas en las distintas consultas prenatales, mejorar la continuidad del tratamiento y de las pruebas de carga viral para las mujeres embarazadas y lactantes, y fortalecer la relación entre las mujeres que viven con el VIH y el personal que presta atención tanto clínica como comunitaria. El proyecto también enfatiza la importancia de tener en cuenta el componente social en el cuidado de las mujeres en lo relacionado con la prevención de la transmisión vertical de los servicios para el VIH.

La distribución de los kits de alimentación e higiene continuará hasta finales de 2021. Las mujeres embarazadas y lactantes que viven con el VIH se han vuelto más vulnerables en medio de la respuesta a la COVID-19 y deben diseñar estrategias de asistencia que respondan a sus sensibilidades específicas. «La movilización del PNUD, ONUSIDA, los socios implementadores del PEPFAR y sus socios de organizaciones no gubernamentales ha garantizado una coalición de apoyo para la defensa y el aumento de los esfuerzos de divulgación para llegar a las poblaciones vulnerables», añadió la Sra. Quenum. «Aunque esta iniciativa única es útil, hemos de esforzarnos para integrar otras actividades, como la promoción de la nutrición y la integración de un componente social en la atención a las mujeres que viven con el VIH en los servicios de transmisión vertical y otros centros de atención».

En los próximos meses comenzará a evaluarse la protección social inclusiva y sensible al VIH en colaboración con los principales ministerios implicados. Para ello hará falta movilizar fondos para cuestiones sociales relacionadas con las mujeres que viven con el VIH y promover medidas de apoyo sostenibles.

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Un informe revela que la COVID-19 ha provocado grandes interrupciones en los servicios del programa de prevención del VIH, pero destaca que sí son posibles las innovaciones y las adaptaciones de estos servicios para el VIH

01 Julio 2021

La pandemia de la COVID-19 está amenazando todo lo que con tanto esfuerzo se ha avanzado en materia de salud pública y desarrollo en estas últimas décadas. ONUSIDA está firmemente comprometida a desempeñar un papel fundamental a la hora de garantizar que las personas que viven con el VIH y están afectadas por el virus dispongan de la información y el apoyo que necesitan durante la pandemia de la COVID-19. Asimismo, promueve incansablemente las medidas de desarrollo y apoyo necesarias para garantizar que el acceso a los servicios de prevención y tratamiento del VIH continúe sin interrupciones.

Lanzada en 2017, la Coalición Mundial para la Prevención del VIH tiene como objetivo aportar un nuevo impulso y arrojar luz sobre los programas de prevención del VIH, para lo que se centra en los 28 países que soportan la mayor carga de la epidemia del VIH. La Coalición Mundial para la Prevención del VIH ha publicado un nuevo informe, Cómo prevenir las infecciones por el VIH ante una nueva pandemia: informe de síntesis sobre las interrupciones y adaptaciones del programa durante la pandemia de COVID-19 en 2020, el cual proporciona una síntesis del estado de la programación para la prevención del VIH durante la pandemia de la COVID-19, identifica las vulnerabilidades críticas, los riesgos y las principales interrupciones de los servicios, y documenta las respuestas en diversos entornos. El informe se ocupa especialmente de recopilar información sobre innovaciones de programas a nivel comunitario.

«La pandemia de la COVID-19 pone en riesgo todo lo que con tantísimo esfuerzo se ha avanzado en lo referente a la prevención del VIH, incluida la reducción del 23 % en las nuevas infecciones desde 2010. Y todo ello en un momento en el que todavía hay mucho que hacer para conseguir que el número de las nuevas infecciones por el VIH disminuya aún más. Las brechas y las amenazas para progresar muestran grandes desigualdades, y los servicios de prevención del VIH y las barreras sociales para las personas que más se han dejado atrás, como los grupos de población clave y las adolescentes y las mujeres jóvenes, se han visto desproporcionadamente afectadas por la COVID-19», afirmó Shannon Hader, directora ejecutiva adjunta de programas de ONUSIDA.

Inevitablemente, se han observado importantes interrupciones en los servicios de prevención del VIH, y se han alargado las cadenas de suministro de los productos básicos para la prevención del VIH, incluidos preservativos, lubricantes y antirretrovirales, y otros medicamentos. El informe refleja los primeros descensos detectados en el número mensual de personas atendidas por programas críticos de prevención del VIH. También se recoge en él la gran caída en el número de circuncisiones médicas masculinas voluntarias realizadas en comparación con los meses anteriores correspondientes.

Al mismo tiempo, aunque ha expuesto y ampliado de forma vívida las desigualdades e inequidades sanitarias, la COVID-19 también ha demostrado cómo hacer que los sistemas sanitarios y otras instituciones públicas sean más justos, más inclusivos y más capaces de hacer frente a los retos que supone poner fin al sida. Los proveedores de servicios sanitarios y las organizaciones comunitarias han respondido a la crisis cambiando la forma en que prestan servicios de prevención del VIH y minimizando las interrupciones de los servicios esenciales.

El informe destaca las innovaciones en la mitigación del impacto de la COVID-19 y las adaptaciones de los servicios para el VIH, incluida la dispensación multimensual de preservativos, lubricantes, agujas, jeringas y profilaxis previa a la exposición (PPrE), la prestación de servicios diferenciados y los enfoques de autodetección, los puntos de acceso alternativos a los productos básicos de prevención, como preservativos y PPrE, las dosis para llevar a casa de terapias de sustitución de opiáceos para las personas que se inyectan drogas, la continuación segura de los servicios de divulgación para los grupos de población clave y las adolescentes y las mujeres jóvenes, y las plataformas virtuales para las intervenciones de prevención. Y, es más, hace un llamamiento para asegurar su ampliación incluso más allá de la pandemia de la COVID-19. El informe destaca que la respuesta a la pandemia de la COVID-19 se ha trazado a partir de lo aconsejado por expertos en VIH y la experiencia de comunidades relacionadas con el VIH. Se insiste en que se tomaron medidas decisivas tempranas con el fin de abordar las vulnerabilidades críticas, mantener los servicios sanitarios y generar sinergias entre pandemias que colisionan.

«En los más de 30 años desarrollando enfoques de prevención eficaces, hemos adquirido un conocimiento y una experiencia sustanciales que los responsables de la toma de decisiones y los responsables de la implementación de programas sanitarios pueden utilizar en países de bajos y medianos ingresos para adoptar las mejores decisiones posibles en lo referente a la prevención del SARS-CoV-2», afirmó el Dr. Hader. «Las necesidades más apremiantes que nos llegan desde las comunidades son las que tienen que ver con la protección de los medios de subsistencia: ¿cómo comen, viven, se cuidan y sobreviven a la COVID-19? ONUSIDA puede ayudar a los servicios de mediación orientados a las personas», añadió.

El informe apoyará a todas las partes interesadas en la preparación de las solicitudes para el mecanismo de respuesta a la COVID-19 del Fondo Mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria, con el fin de garantizar que los equipos encargados de elaborar las propuestas identifiquen las principales innovaciones y adaptaciones en materia de prevención del VIH que podrían apoyarse y ampliarse para recuperar el impulso mundial de la prevención del VIH y mitigar el impacto de la pandemia de la COVID-19 en los servicios para el VIH.

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ONUSIDA y OIM: Las personas desplazadas que viven con el VIH deben tener acceso a las vacunas contra la COVID-19

30 Junio 2021

Los migrantes, refugiados, las personas desplazadas internas, así como las poblaciones móviles y afectadas por la crisis que viven con el VIH deben tener un acceso equitativo a las vacunas contra la COVID-19, afirmó el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

Las personas en movimiento suelen ser más vulnerables a las enfermedades, como en el caso de la COVID-19 y el VIH. Además, las personas que viven con el VIH o están afectadas por el virus y los migrantes a menudo son víctimas de desigualdades significativas. Con frecuencia se enfrentan a peligros para la salud debido a procesos de migración a veces arriesgados, situaciones de vida deficientes, condiciones de trabajo peligrosas, así como a la falta general de información, el estigma, la discriminación y el aislamiento.  Los migrantes y las personas desplazadas también hacen frente a un gran número de obstáculos administrativos, financieros, geográficos, sociales y culturales para, más allá de las fronteras, poder acceder a la atención sanitaria con regularidad, disponer de una continuidad en la atención y recibir su tratamiento para el VIH.

Durante la pandemia, que creó el contexto ideal para que aumentaran la xenofobia y la discriminación, algunos migrantes que viven con el VIH se enfrentaron a un triple estigma relacionado con (1) un resultado positivo en las pruebas para la detección de la COVID-19, (2) un estado serológico positivo y (3) el hecho de ser migrantes. Y todo ello, demasiado a menudo influyó muy negativamente en su salud mental. En el caso de muchos migrantes y personas desplazadas que viven con el VIH y otras enfermedades autoinmunes, o que corren el riesgo de contraer el VIH, la exposición a dicho riesgo aumentó, mientras que se redujo la disponibilidad de los servicios para el VIH.

«Si realmente queremos acabar con las desigualdades y lograr que la respuesta mundial al VIH siga avanzando con el fin de alcanzar el objetivo para 2030 de acabar con el sida como amenaza para la salud pública, debemos actuar de inmediato para reducir las desigualdades que sufren los migrantes y las poblaciones móviles. Aquí se incluye el acceso total a los servicios de prevención y tratamiento del VIH y a las vacunas contra la COVID-19», afirmó Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA, justo antes de la 48.ª reunión de la Junta de Coordinación del ONUSIDA que tendrá lugar la próxima semana en Ginebra (Suiza). En esta reunión se presentará un informe de progreso sobre los servicios para el VIH para las poblaciones migrantes y móviles, así como para los refugiados y las poblaciones afectadas por la crisis.  

«Tanto la respuesta mundial al sida como la respuesta a la COVID-19 están dejando atrás a millones de personas, entre ellas muchos migrantes y personas obligadas a un desplazamiento forzado», destacó el director general de la OIM, António Vitorino. «Ya hemos visto que ignorar las necesidades sanitarias de los grupos marginados puede ser devastador para las comunidades. Juntos, todos los países deben comprometerse a que algo así no vuelva a suceder».

El pasado 8 de junio, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración política sobre VIH/sida de 2021, en la cual se menciona específicamente a los migrantes, refugiados y personas desplazadas internas, y se llama a los Gobiernos a garantizar que «el 95 % de las personas que viven con el VIH, están en riesgo de contraerlo o están afectadas por el virus sean protegidas en caso de pandemia, como ahora es la de la COVID-19». Para mitigar y tratar la COVID-19 y el VIH, es fundamental mantener altos estándares de atención sanitaria y protección, así como compartir información difundida y accesible.

La OIM y ONUSIDA instan a los Gobiernos a que, con carácter urgente, tomen medidas concretas con el fin de garantizar que las campañas nacionales de vacunación contra la COVID-19 incluyan a todos los migrantes con comorbilidades como el VIH, de acuerdo con las recomendaciones de priorización de la OMS. Asimismo, les piden hacer todo lo posible por eliminar las barreras, como el estigma y la discriminación, a las que muchos de ellos todavía se enfrentan a la hora de acceder a los servicios sanitarios. 

Las dos organizaciones, las cuales se asociaron formalmente en 2011, están ampliando su ya consolidada alianza para abordar las múltiples formas de exclusión a las que se enfrentan los migrantes, los refugiados, las personas afectadas por crisis y otras poblaciones móviles que viven con el VIH. Ambas se muestran fuertes y preparadas para apoyar a los países en sus esfuerzos por recuperarse de la COVID-19, y para trabajar por hacer realidad el compromiso mundial de acabar con el sida para 2030, a través de programas sanitarios equitativos e inclusivos en línea con los principios de la cobertura sanitaria universal.

 

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La importancia de la salud y los derechos sexuales y reproductivos de los jóvenes en la respuesta mundial al VIH

21 Junio 2021

Más de una cuarta parte de la población mundial tiene entre 10 y 24 años de edad, y en algunos rincones del sur del globo la proporción es de dos tercios o más. Esta generación se encuentra atrapada entre la biología y la sociedad, entre la curiosidad, las preguntas y las preocupaciones acerca de su floreciente yo sexual y reproductivo, y los controles, las limitaciones y las condiciones impuestas por las leyes, las políticas y las prácticas comunitarias.

En los actos paralelos a la Reunión de Alto Nivel sobre el Sida de las Naciones Unidas, un grupo de jóvenes activistas, representantes gubernamentales y expertos se reunieron en un evento virtual celebrado el 10 de junio para hablar sobre la realidad de las cosas: juventud, sexualidad y VIH.

Dicha reunión, copatrocinada por ONUSIDA y la Federación Internacional de Planificación Familiar (IPPF, por sus siglas en ingles), puso sobre la mesa la urgencia de la acción. Casi la mitad de todas las nuevas infecciones por el VIH en todo el mundo se producen en jóvenes de entre 15 y 24 años. Además, las mujeres jóvenes tienen el doble de probabilidades de infectarse. Mundialmente, las enfermedades relacionadas con el sida constituyen la segunda causa principal de muerte entre los jóvenes (10-24 años de edad) y son también la causa más común de mortalidad de los jóvenes en África.

La nueva Estrategia Mundial contra el Sida 2021-2026 destaca la urgente necesidad de capacitar a los jóvenes para que sean ellos los que den forma a la respuesta al VIH de hoy y lideren la de mañana, tanto para ellos mismos como para sus comunidades. Nipun Srivastava, joven activista del VIH de la India, insistió en los retos que se avecinan. «Tenemos un ambicioso objetivo para poner fin al sida para 2030, pero no será posible con estas políticas regresivas en materia de sexo y sexualidad. Mucha gente perdió la vida en las décadas de los ochenta y los noventa precisamente por eso, porque entonces no hablábamos de sexo. Debemos dejar de hablar sobre la reproducción de las vacas, las cabras y abejas, y tenemos que empezar a hablar de sexo».

Los esfuerzos para ayudar a los jóvenes a alcanzar su potencial en la vida pública deben reflejarse también en su vida privada e íntima. Álvaro Bermejo, director general de la IPPF, subrayó la conexión que existe entre el bienestar físico y emocional de los adolescentes (incluidos los que viven con el VIH) y sus sociedades, y el acceso a información y servicios sexuales y reproductivos precisos y adecuados a la edad. Justo esto es lo que permite evitar embarazos no deseados e interrupciones inseguras, infecciones de transmisión sexual, incluido el VIH, y todas las formas de violencia y coerción sexual.

Sin embargo, la salud y los derechos sexuales y reproductivos de los jóvenes siguen siendo un tema polémico. «Un buen ejemplo es la reunión de alto nivel sobre el sida en sí misma», apuntó Shereen El Feki, directora del equipo de apoyo regional de ONUSIDA para Oriente Medio y el Norte de África. «Algunas de las negociaciones más controvertidas, y las reticencias de los Estados miembros, con relación a la Declaración Política sobre el Sida de las Naciones Unidas se referían a la salud y los derechos sexuales y reproductivos, así como a la educación integral sobre sexualidad». 

Los participantes escucharon que los mismos Gobiernos que son elogiados por sus iniciativas en materia de empleo o compromiso cívico de los jóvenes a menudo fracasan al intentar aportar el mismo espíritu de capacitación juvenil en lo referente al acceso a servicios de salud y derechos sexuales y reproductivos o educación sexual adaptados a los jóvenes. Amery Browne, ministro de Asuntos Exteriores y del CARICOM de Trinidad y Tobago, se refirió al delicado equilibrio en que se encuentran los Gobiernos al intentar consensuar las fuerzas conservadoras y las voces de los jóvenes, e instó a aquellos que trabajan para una mayor apertura a continuar siempre su lucha.

Entre ellos se encuentra Nadia Abdalla, secretaria administrativa principal del Ministerio de TIC, innovación y juventud de Kenia. Ella, una mujer joven, hizo reflexionar sobre el gran compromiso de su país para ayudar a los jóvenes a organizarse y movilizarse para alzar la voz por sus derechos íntimos, incluida su capacidad para prevenir el VIH o vivir con él. Desde el otro lado del mundo, la activista de la salud y los derechos sexuales y reproductivos Ponny White describió su trabajo con Advocates for Youth, una organización no gubernamental en los Estados Unidos de América que presiona a los Gobiernos para conseguir la reforma legal que permita a los jóvenes acceder a todos sus derechos sexuales y reproductivos. «Muchos jóvenes están experimentando encuentros sexuales que no comprenden porque es otra persona la que les está acercando el sexo», advirtió. «Queremos educar a los jóvenes y dotarlos de las herramientas que necesitan para ser autónomos y vivir una vida plena».

Internet es una de estas herramientas de capacitación. Abir Sarras, cofundador de Love Matters Arabic, una plataforma pionera de redes sociales que llega a millones de jóvenes de Oriente Medio y el Norte de África, destacó la importancia de los mensajes positivos relacionados con el sexo en la comunicación con los jóvenes. Para él, la clave está en hacer énfasis en el placer, en lugar de solo en los problemas asociados con el sexo. Pero aún no todos los jóvenes tienen acceso a estos recursos en línea: Stefania Gianinni, directora general de Educación de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, detalló los éxitos y los contratiempos que se vivieron durante la implementación de las directrices de las Naciones Unidas sobre la educación integral sobre sexualidad en los planes de estudio escolares. «No existen pastillas de conocimiento que podamos administrar a nuestros jóvenes», recalcó. «Pero la educación, junto con el acceso a los servicios adaptados a los jóvenes, es la herramienta más poderosa para acabar con el sida como amenaza para la salud pública y garantizar los derechos de las nuevas generaciones».

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