Criminalization

En el Día Internacional del Consumidor de Drogas, ONUSIDA hace un llamamiento en contra de la penalización de las personas que consumen drogas y para que se pongan en marcha programas de reducción del daño liderados por la propia comunidad

01 de noviembre de 2021

GINEBRA, 1 de noviembre de 2021—En el Día Internacional del Consumidor de Drogas, ONUSIDA hace un llamamiento urgente en contra de la penalización de las personas que consumen drogas, para que se corrijan los efectos negativos que tiene sobre el VIH, la hepatitis viral y otros problemas de salud; para que se respeten los derechos humanos y para que se destinen más fondos a los programas de reducción del daño dirigidos por la comunidad.

“ONUSIDA se compromete a apoyar a los países en el proceso de despenalización de la posesión de drogas y en la implementación de programas de reducción del daño a gran escala,” menciona la Directora Ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima. “ONUSIDA hace un llamamiento para que las comunidades de personas que consumen drogas se impliquen plenamente en alcanzar la reforma legal, que conducirá a la despenalización y a la organización de dichos programas a nivel nacional. Esto nos ayudará a acabar con las desigualdades y a poner fin al sida”.  

Las personas que consumen y se inyectan drogas se encuentran entre los grupos con mayor riesgo de contraer el VIH y, aun así, siguen estando marginadas y a menudo se les impide acceder a los servicios sanitarios y sociales. Un 9% de las nuevas infecciones por el VIH que se produjeron en 2020 fueron personas que se inyectan drogas. Fuera del África subsahariana esta cifra se eleva al 20%. Si bien las mujeres representan menos del 30% de las personas que consumen drogas, aquellas que sí las emplean son más propensas a vivir con el VIH que sus homólogos masculinos.

La implementación oportuna, accesible y a gran escala de programas de reducción del daño pueden prevenir las infecciones por el VIH, así como muchos de los casos de hepatitis B y C, tuberculosis y sobredosis. El sistema de las Naciones Unidas se ha unido en la promoción de estos programas y en la despenalización de la posesión de drogas, basándose en los datos que demuestran que otorgan beneficios sustanciales para la salud pública y personal y no aumentan el número de personas con drogodependencia. A pesar de esta postura, que se refleja en la posición común del sistema de las Naciones Unidas en apoyo a la implementación de la política internacional de fiscalización de drogas mediante una colaboración interinstitucional eficaz, la realidad muestra que menos del 1% de las personas que se inyectan drogas vive en países donde la disponibilidad de agujas, jeringuillas y terapias de sustitución de opiáceos se sitúa por debajo de los niveles recomendados por las Naciones Unidas; el déficit de financiación destinada a la reducción del daño en países de renta media y baja se encuentra en un 95%.

Incluso allí donde están disponibles los servicios para la reducción del daño, no siempre son accesibles. Se ha demostrado que las leyes y las políticas punitivas para la fiscalización de drogas, así como las prácticas para el cumplimiento de la ley, se encuentran entre los principales obstáculos para la obtención de atención sanitaria en muchos países. La penalización del consumo de drogas y los castigos severos (como el encarcelamiento, las multas elevadas o la separación de los hijos de sus padres) desalientan el uso de los servicios relacionados con el VIH, animando a estas personas a la clandestinidad con prácticas de inyección poco seguras, que aumentan el riesgo de sobredosis. Las mujeres que consumen drogas son más propensas a condenas de cárcel más largas que los hombres, lo que conlleva un aumento en los niveles de estigmatización y discriminación a los que se enfrentan en los centros de atención sanitaria. En efecto, la penalización por el uso y la posesión de drogas de uso personal tiene un gran impacto negativo en el derecho a la sanidad.

A principios de año, los Estados Miembros de las Naciones Unidas establecieron unos objetivos mundiales muy ambiciosos sobre la despenalización de la posesión de drogas de uso personal y sobre la desestigmatización y discriminación de personas que consumen drogas y otros grupos de población clave. Desde este preciso momento, se deberían empezar a aplicar acciones estratégicas a nivel nacional si se desea alcanzar los objetivos propuestos en el 2025.

 

OBJETIVOS EN MATERIA DE FACILITADORES SOCIALES CONTRA EL SIDA PARA EL 2025

  • Menos del 10% de los países penaliza el uso y la posesión de cantidades pequeñas de drogas.
  • Menos del 10% de las personas que consumen drogas sufre estigmatización y discriminación.
  • Menos del 10% de las personas que consumen drogas carece de mecanismos para que las personas que viven con el VIH y grupos de población clave puedan denunciar los abusos y la discriminación, y obtener ayuda.
  • Menos del 10% de las personas que consumen drogas no dispone de acceso a servicios legales.
  • Menos del 10% del personal sanitario y de las autoridades policiales informa de actitudes negativas acerca de las personas que consumen drogas.
  • Menos del 10% de las personas que consumen drogas sufre agresiones físicas o sexuales.

OBJETIVOS GLOBALES DE PREVENCIÓN PARA EL 2025

  • El 90% de las personas que se inyectan drogas tiene acceso a servicios completos de reducción del daño, que integren o estén vinculados a la hepatitis C, al VIH y a servicios de salud mental
  • El 80% de la prestación de servicios en materia de programas de prevención del VIH para personas que consumen drogas se impartan a manos de organizaciones dirigidas por personas que usan drogas

 

Día Internacional del Consumidor de Drogas

El 1 de noviembre es el Día Internacional del Consumidor de Drogas, momento en el que las personas que consumen drogas se reúnen para celebrar su historia y seguir luchando por sus derechos. La Red Internacional de Personas que usan drogas (INPUD) celebra los logros de las diversas comunidades, al tiempo que reconoce que su trabajo es más importante que nunca.

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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Campaña

ONUSIDA celebra la decisión de Nueva Zelandia de levantar las restricciones para viajar de las personas que viven con el VIH

25 de octubre de 2021

GINEBRA, 25 de octubre de 2021—ONUSIDA celebra el anuncio de Nueva Zelandia, que termina con todas la restricciones para viajar de las personas que viven con el VIH. La reciente decisión del Servicio de Inmigración de Nueva Zelandia retira al VIH de la lista de condiciones médicas con probabilidades de conllevar un gasto o carga importante para los servicios sanitarios del país. Gracias a esto, termina para las personas que viven con el VIH la prohibición de obtener oficialmente un visado de residencia. 

“Elogio a Nueva Zelandia por dar este importante paso, y espero que sirva como ejemplo para que otros países eliminen sus restricciones y políticas discriminatorias contra las personas que viven con el VIH”, comentó Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA.

Las leyes, políticas y prácticas que prohíben la movilidad de las personas que viven con el VIH son discriminatorias, y con frecuencia limitan sus oportunidades para viajar, estudiar o trabajar en el extranjero.  Para terminar con las desigualdades a las que se enfrentan las personas que viven con el VIH, ONUSIDA aboga por el derecho a la libertad de circulación y a la no discriminación. No hay pruebas de que restringiendo la entrada, estancia o residencia de personas que viven con el VIH se proteja en modo alguno la salud pública de un país.

Con el fin de las restricciones en Nueva Zelandia, ONUSIDA todavía contabiliza 46 países, territorios y zonas, que continúan imponiendo alguna forma de restricción a la entrada, estancia o residencia de personas que viven con el VIH, en base a su estado serológico.

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Recursos

ONUSIDA pone en valor la asunción de responsabilidad de Chile por violar los derechos de una mujer que vive con el VIH y fue esterilizada sin su consentimiento

11 de agosto de 2021

GINEBRA, 11 de agosto de 2021—ONUSIDA recibe con agrado el reconocimiento por parte de Chile de su responsabilidad internacional por violar los derechos de una mujer que vive con el VIH y fue esterilizada sin su consentimiento hace casi 20 años. El Gobierno ha alcanzado un acuerdo amistoso con la mujer, Francisca, que incluye el pago de las reparaciones por la violación de sus derechos humanos. Además, se ha comprometido a poner fin a la esterilización forzosa y a garantizar los derechos reproductivos como derechos humanos sin discriminación.

Francisca dio a luz a un bebé sano en el año 2002 y luego fue esterilizada sin su consentimiento por el médico que le realizó la cesárea, quien decidió que una mujer seropositiva no debería tener hijos. El acuerdo amistoso anunciado esta semana llega tras más de una década de litigios encabezados por la mujer y sus equipos legales.

«Este acuerdo supone un paso muy importante para todas esas mujeres de todo el globo que llevan años y años luchando por la justicia reproductiva. La esterilización coactiva de las mujeres que viven con el VIH es una violación de los derechos humanos más fundamentales de las mujeres», afirmó Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. «Desgraciadamente, se trata de una práctica que sigue ocurriendo en muchos países. Por ello, hemos de intensificar los esfuerzos para detenerla y acercar la justicia a más mujeres».

El presente acuerdo ve por fin la luz después de la gran batalla librada durante años por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (IACHR) y tras una denuncia anterior en el sistema judicial chileno que no prosperó. El caso fue litigado por la organización chilena Vivo Positivo y la organización internacional de derechos humanos Center for Reproductive Rights.

ONUSIDA presentó un amicus curiae para informar a la IAHCR de los estándares que los Gobiernos deben respetar para abordar el estigma y la discriminación relacionados con el VIH que afectan a las mujeres seropositivas. Estos incluyen la obligación de respetar, proteger y cumplir con la autonomía de las mujeres en la toma de decisiones sobre asuntos relacionados con su vida sexual y reproductiva, su derecho a la integridad física y su derecho a estar libres de violencia, incluyendo la violencia a manos de personal sanitario.

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Derechos humanos y VIH

ONUSIDA insta a Hungría a eliminar de inmediato las modificaciones discriminatorias contra las personas LGBTI de la nueva ley adoptada

06 de julio de 2021

GINEBRA, 6 de julio de 2021—ONUSIDA está profundamente preocupada por la nueva legislación húngara que incluye modificaciones discriminatorias contra las personas lesbianas, gais, bisexuales, trans e intersexuales (LGBTI).

Las enmiendas incluyen la prohibición de la divulgación de contenido en escuelas y de anuncios de servicios públicos que se considere que «promuevan una identidad de género diferente del sexo asignado al nacer, el cambio de sexo y la homosexualidad» entre las personas menores de 18 años. Todas estas enmiendas se añadieron a un popular proyecto de ley para aumentar la criminalización de la pedofilia que fue firmado por el presidente de Hungría, János Áder, el 23 de junio de 2021.

«El relacionar cuestiones como orientación sexual e identidad de género con actos criminales como la pedofilia no solo es incorrecto, sino que, sobre todo, es intolerable», insistió Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. «Para poner fin a la epidemia de sida, necesitamos leyes que protejan, no que dañen, a las comunidades ya marginadas».

La criminalización y la discriminación contra las personas LGBTI obstaculizan la disponibilidad, el acceso y la adopción de los servicios de prevención, realización de pruebas, tratamiento y atención y apoyo en materia de VIH. Los datos de ONUSIDA reflejan que el conocimiento del estado serológico entre los gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres que viven con el VIH fue tres veces mayor en los países con leyes LGBTI menos represivas que en los países con las leyes LGBTI más represivas.

En respuesta a una pregunta actual sobre la nueva ley, el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, afirmó: «La discriminación no se acepta en ninguna circunstancia, y la discriminación contra las personas LGBTIQ+ es totalmente inaceptable en nuestras sociedades modernas».

La nueva legislación también supondrá nuevas barreras para abordar la discriminación contra las personas LGBTI en los centros escolares. De acuerdo con el Informe de seguimiento de la educación en el mundo elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura y presentado el pasado mes de mayo, más de la mitad de los estudiantes LGBTI en Europa han sufrido acoso escolar por lo menos una vez por razón de su orientación sexual, identidad de género, expresión de género o variaciones de las características sexuales.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se refirió al proyecto de ley húngara como una «una pena», y explicó que «discrimina claramente a las personas por su orientación sexual y va en contra de los principios fundamentales de la Unión Europea».

En la recientemente adoptada Declaración política sobre el VIH y el sida: Acabar con las desigualdades y estar en condiciones de poner fin al sida para 2030, los Estados miembros de las Naciones Unidas se comprometieron a «actuar de forma urgente y transformadora para acabar con las desigualdades sociales, económicas, raciales y de género, las leyes, las políticas y las prácticas restrictivas y discriminatorias, el estigma y las formas múltiples e interseccionales de discriminación, incluidas las que se basan en el estado serológico y las violaciones de los derechos humanos que perpetúan la epidemia de sida en el mundo».

ONUSIDA continuará defendiendo con legisladores, otras autoridades gubernamentales y la sociedad civil en todo el mundo el establecer leyes antidiscriminatorias y protectoras que sean capaces de acabar con la discriminación y la violencia sufrida por la comunidad LGBTI. Asimismo, todos ellos trabajan para hacer realidad el derecho a la salud de todas las personas sin excepción.

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Derechos humanos

#NotYetUhuru: Patson Manyati, a sus 60 años, habla sobre ser homosexual en Zimbabwe*

17 de mayo de 2021

Patson Manyati parece una persona solitaria y extraña en una sala repleta de jóvenes veinteañeros. Su elegante aplomo, su barba canosa y su camisa azul celeste hacen que parezca al menos 40 años demasiado mayor para este escenario.

El señor Manyati visita por primera vez el centro de acogida y consulta de homosexuales "Gays and Lesbians of Zimbabwe" (GALZ) en Mutare, al este del país. GALZ es una asociación de miembros que fomenta, representa y protege los derechos de las personas lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersexuales (LGBTI) en Zimbabwe.

Aunque pueda parecer que el señor Manyati está fuera de lugar, encontrarse en GALZ es lo más "cómodo" que se ha sentido como hombre gay en los 60 años que lleva viviendo en Zimbabwe  

"Cuando veo a gente como yo, me siento muy feliz", afirma con su voz musical y suave, mientras sus ojos no dejan de brillar cuando habla. Es extraordinario para alguien que ha crecido rodeado de un tipo de homofobia imperante que, tan recientemente como en 2017, presenció como el expresidente describía a los homosexuales como "peor que los perros y los cerdos".

GALZ sostiene que el odio y el miedo causados por la característica homofobia del difunto presidente "se siguen sintiendo en Zimbabwe hoy en día".

Aunque estar en GALZ le hace feliz, en cuanto el señor Manyati se aventura a salir más allá de las puertas de las instalaciones, debe mantenerse alerta y precavido. Más allá de los insultos, la amenaza de cárcel es real, ya que Zimbabwe castiga las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo con hasta 14 años de prisión.

Además de la cárcel, las personas LGBTI también tienen que hacer frente día a día a la discriminación, la violencia y los delitos de odio, no solo en Zimbabwe, sino también en los 69 países del mundo que penalizan las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo.

También incluso en países que no lo hacen, como su vecina Sudáfrica. Aunque el matrimonio entre personas del mismo sexo es legal y los derechos LGBTI están constitucionalmente consagrados, ser homosexual es peligroso. En los primeros seis meses de 2021, se ha producido una serie de asesinatos de hombres gays jóvenes y un fuerte llamamiento de la comunidad LGBTI para que el gobierno, los medios de comunicación y el público aborden los delitos de odio con mayor seriedad.

En estas condiciones, constituye un acto de rebeldía el mero hecho de existir y, más aún, de ser deliberadamente feliz.

La felicidad es algo que el señor Manyati ha intentado forjar para sí mismo, a pesar de las dificultades.

Nacido en Mutoko, un pequeño pueblo de la provincia zimbabuense de Mashonalandia Oriental, dice que sus padres esperaban que se casara a los veinte años con una mujer y que perpetuara el nombre de la familia como uno de los siete hijos de los Manyati.

No obstante, por más que sus padres insistieron en el matrimonio, él se mantuvo firme en su postura. Debido a que era el único al cuidado de sus padres y hermanos, finalmente ellos cedieron y vivió su vida soltero, sin salir del armario con sus padres. 

"No pude casarme porque tengo el cuerpo de un hombre pero, por dentro, me siento una mujer. Sé que lo soy... me siento... como una mujer. Así que, ¿por qué debería casarme con una mujer?", se pregunta, mientras se esfuerza visiblemente por manejar conceptos complejos sobre su identidad de género sin tener el vocabulario necesario para hacerlo.

En GALZ, todo el mundo le dice "quienes son", explica Manyati. Puede que con unas cuantas visitas más y un mayor contacto con los jóvenes que le rodean, mucho más conscientes de su orientación sexual e identidad de género, no sea demasiado tarde para que el señor Manyati ponga nombre a sus sentimientos.

GALZ es un soporte para sus miembros. Ofrece citas regulares en su centro de acogida y consulta de Harare, así como derivaciones a sus otros centros de Mutare y Masvingo para una serie de servicios de atención sanitaria, incluidos la prevención y el tratamiento del VIH. También proporciona un servicio de asesoramiento esencial y espacios seguros para que las personas LGBTI socialicen y descansen, lejos de las “duras” calles.

Los dirigentes de GALZ afirman que las cosas están mejorando lentamente para las personas LGBTI en Zimbabwe.

En 2017 GALZ se incluyó como uno de los participantes oficiales en la propuesta de financiación que desarrolló el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria. Esto contribuyó a la obtención de dos millones de dólares estadounidenses para destinar a programas de ayuda a los gays y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres; la mayor inversión nunca hecha en la respuesta al VIH y en la salud sexual y reproductiva para la comunidad. La financiación hizo posible la creación de los tres centros de acogida y consulta de GALZ.

El Consejo Nacional sobre el Sida de Zimbabwe presenta un foro de grupos de población clave, apoyado por ONUSIDA, del cual GALZ forma parte. El Consejo Nacional sobre el Sida está trabajando para mejorar la salud y el bienestar de los grupos de población clave, aunque su actividad se siga criminalizando.

Pese al progreso, el estigma y la discriminación persistentes a los que se enfrenta la comunidad LGTBI han hecho que el Sr. Manyati y otras personas de su generación lleven una vida en aislamiento. 

“Estar solo hace que me sienta más seguro”, confiesa el Sr. Manyati, mientras añade que todos sus compañeros y amigos de la comunidad LGBTI han muerto desde entonces. “A veces lloro”, suspira.

Cuando los amigos del Sr. Manyati vivían, lo hacían al máximo, a pesar de que la ley supusiese una constante amenaza, y seguían sin tener suerte en el amor con los hombres que encontraban. 

“[Sabrías que] a él en realidad no le gustas porque tiene otro amor en alguna parte y tú solo eres uno más. Al final se casa y te deja”, opina el Sr. Manyati de estos encuentros.

El Sr. Manyati insiste en que ya es “demasiado viejo” como para buscar el amor ahora y en que, en su lugar,  preferiría centrarse en el cuidado de su salud, como uno de los estimados 1,4 millones de zimbabuenses que viven con el VIH.

El Sr. Manyati descubrió que estaba viviendo con el VIH hace cinco años, cuando desarrolló una tos. Acudió a una organización local no gubernamental, New Start, para que le realizaran una prueba del VIH y, después de tomar un tratamiento para la tuberculosis, inició el del VIH de inmediato. Su salud es su principal prioridad.

“Sigo con el tratamiento del VIH. Por eso en estos momentos me veo sano”, concluye el Sr. Manyati con los ojos todavía brillantes.

* “Not Yet Uhuru” es una cita del luchador por la libertad de Kenia Oginga Odinga. Uhuru es una palabra swahili que significa “libertad”; por lo tanto, en líneas generales significa “todavía no somos libres”.  Se trata de un hashtag que GALZ usa de forma habitual en las publicaciones de sus redes sociales.

ONUSIDA aplaude el voto del parlamento de Bhután a favor de derogar la legislación que penaliza y discrimina a las personas LGBT

14 de diciembre de 2020

GINEBRA, 14 de diciembre de 2020—ONUSIDA da la enhorabuena al parlamento de Bhután por votar a favor de derogar los artículos 213 y 214 del Código Penal del país. Estas disposiciones penalizaban ciertos actos sexuales privados y llevaban a la discriminación contra las personas lesbianas, gais, bisexuales y transgénero (LGBT), y a su marginalización. El parlamento del país votó a favor de la derogación el Día de los Derechos Humanos, el 10 de diciembre.

«No puedo sino elogiar a los parlamentarios de Bhután por votar por crear una sociedad más compasiva, tolerante e inclusiva y por reconocer que las personas LGBT del país merecen privacidad, respeto y dignidad», dijo Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA. «Este paso dado el Día de los Derechos Humanos también ayudará a asegurar que las personas LGBT de Bhután reciban los servicios básicos que necesiten, incluidos el tratamiento y la prevención del VIH y los servicios de atención sanitaria».

Bhután se ha convertido en el país que más recientemente ha despenalizado las relaciones sexuales consentidas entre personas del mismo sexo. Desde 2014, Angola, Botswana, Gabón, India, Mozambique, Nauru, Palau, las Seychelles y Trinidad y Tabago han tomado esta misma medida. Sin embargo, las relaciones sexuales consentidas entre personas del mismo sexo siguen estando penalizadas en al menos 68 países y territorios de todo el mundo.

La penalización de las relaciones sexuales consentidas entre personas del mismo sexo impide que las personas accedan a los servicios de prevención del VIH, realización de pruebas y tratamiento, y los utilicen. Asimismo, aumenta su riesgo de contraer el VIH. Legitima el estigma, la discriminación y la violencia contra las personas LGBT y es una violación de los derechos humanos.

A escala mundial, el riesgo de contraer el VIH es 26 veces mayor entre hombres homosexuales y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres que entre la población general y 13 veces mayor para las personas transgénero. Los marcos legales y normativos prohibitivos y la falta de servicios adaptados a los grupos de población clave aumentan su vulnerabilidad al VIH. ONUSIDA insta a todos los países a asegurar el pleno respeto de los derechos humanos de todas las personas, con independencia de su orientación sexual, mediante la derogación de legislación que prohíbe los actos sexuales entre adultos con consentimiento mutuo y en privado, la aplicación de legislación que protege a las personas de violencia y discriminación, el abordamiento de la homofobia y la transfobia, y la garantía de que haya disponibles servicios sanitarios cruciales.

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ONUSIDA acoge con agrado la decisión de Gabón de descriminalizar las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo

07 de julio de 2020

GINEBRA, 7 de julio de 2020 - ONUSIDA acoge con agrado la decisión de Gabón de descriminalizar las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo. Tras la votación en el Senado de Gabón del pasado 29 de junio de 2020, la aprobación de la decisión por parte del presidente supone que Gabón ha pasado a unirse al listado creciente de países africanos y de otros lugares que han derogado las leyes penales que ponían en el blanco y discriminaban a las personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersexuales (colectivo LGBTI).

«Aplaudo la decisión colectiva del Parlamento y el Gobierno de Gabón, así como de su presidente, de descriminalizar las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo», señaló Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. «Al dar este paso, Gabón está corrigiendo una enorme injusticia que se estaba cometiendo contra la comunidad LGBTI en el país».

El párrafo 5 del artículo 402, el cual criminalizaba las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, a las que imponía una pena máxima de seis meses en prisión y una multa de 5 millones de francos de la comunidad financiera africana, se insertó en el nuevo Código Penal de la República de Gabón durante el mes de julio del año 2019.  Ahora este párrafo se ha eliminado. Para ONUSIDA resulta alentador el hecho de que este paso atrás en términos de derechos humanos puede ser revocado rápidamente cuando las comunidades, la sociedad civil, los políticos y otros aliados aúnan fuerzas para reparar las injusticias.

El legitimar el estigma, la discriminación y la violencia contra el colectivo LGBTI; y el criminalizar las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo no hace sino impedir que las personas accedan y utilicen los servicios de prevención para el VIH, pruebas de detección y tratamiento. Asimismo, hace que aumente el riesgo de contraer el VIH entre este grupo de población. Supone también una profundísima violación de un derecho humano básico.

En el año 2019, en todos los rincones del globo, los hombres gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres corrieron 26 veces más riesgos de adquirir el VIH que el resto de hombres adultos.  Los prohibitivos marcos legales y políticos creados por el estigma y la discriminación son barreras clave para reducir de forma notable el número de nuevas infecciones por el VIH. Mientras ONUSIDA insta a eliminar estas leyes discriminatorias, un paso fundamental e inmediato sería dejar de aprobarlas.

«Se trata de un paso más que bienvenido hacia la igualdad del colectivo LGBTI en Gabón», añadió la Sra. Byanyima. «Desde aquí hago un llamamiento a al menos otros 69 países y territorios de todo el mundo que todavía criminalizan las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo: hemos de hacer las cosas bien. Dejemos de criminalizar a las personas por a quién aman».

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La despenalización funciona, pero pocos países dan un paso más allá

03 de marzo de 2020

Gracias a la reunión de la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas celebrada esta semana en Viena, Austria, la atención diplomática se centra de nuevo en las drogas. En 2018, las personas que se inyectaban drogas representaban del 12 % de las nuevas infecciones por el VIH a nivel mundial.

En docenas de países en todo el mundo, la legislación que penaliza a los grupos de población clave o que discrimina a las personas que viven con el VIH socava los intentos de prevenir las nuevas infecciones y las muertes relacionadas con el sida. La despenalización del consumo de drogas y de la posesión para consumo personal reduce el estigma y la discriminación que obstaculizan la reducción de daños, y el acceso a la atención sanitaria y a los servicios legales. En los países donde se despenaliza el consumo de drogas y se da acceso a programas exhaustivos de reducción de daños, la prevalencia y la transmisión del VIH tiende a descender drásticamente entre las personas que consumen drogas.

La República Checa, los Países Bajos, Portugal y Suiza se encuentran entre los pocos países que han despenalizado el consumo de drogas y la posesión para consumo personal, además de haber invertido en programas de reducción de daños. Por consiguiente, en estos países el número de positivos entre las personas que se inyectan drogas es bajo.

Al menos 67 países tipifican el consumo de drogas y la posesión para uso personal como un delito penal, por lo que es hora de que los países den un paso más allá hacia la despenalización.

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Grupos de población clave

ONUSIDA aplaude la decisión tomada por el Territorio del Norte de Australia para descriminalizar el trabajo sexual

02 de diciembre de 2019

GINEBRA, 2 de diciembre de 2019—ONUSIDA celebra la decisión adoptada por el parlamento del Territorio del Norte de Australia para descriminalizar el trabajo sexual. Con el proyecto de ley para la industria del sexo (Sex Industry Bill, 2019) se persigue la seguridad de los trabajadores sexuales y sus clientes al aplicar una legislación en materia de salud pública a quienes dirigen el negocio de los servicios sexuales, y al permitir a los trabajadores sexuales trabajar juntos. La legislación prohíbe explícitamente la explotación de los trabajadores sexuales, apoya su acceso a la justicia y declara ilegal cualquier implicación de un menor.

«Elogio la decisión del Territorio del Norte de Australia, la cual defiende los derechos humanos de los trabajadores sexuales. Ello significa que pueden operar dentro de las leyes y las regulaciones existentes, incluyéndose aquellas leyes que guardan relación con el empleo, la salud ocupacional, la seguridad, los derechos de los trabajadores y la discriminación», señaló Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. «La descriminalización del trabajo sexual reduce el riesgo de la transmisión del VIH tanto para los trabajadores sexuales como para sus clientes».

En todo el mundo los trabajadores sexuales tienen 21 veces más posibilidades de contraer el VIH que la población adulta general. De acuerdo con un estudio de 2014 publicado en The Lancet, la descriminalización del trabajo sexual es la única intervención que tendría el mayor impacto en el curso de la epidemia del VIH a lo largo de 10 años, y con ella se calcula que se conseguirían reducciones de entre el 33 y el 46 % en las nuevas infecciones por el VIH entre los trabajadores sexuales y sus clientes.

«Se trata de un logro ingente que se apoya en la defensa de los trabajadores sexuales y sus partidarios durante muchos años, y es el resultado de la gran colaboración entre el Gobierno y los trabajadores sexuales», explicó Jules Kim, directora ejecutiva de Scarlet Alliance, la asociación australiana de trabajadores sexuales. «La descriminalización supone que los trabajadores sexuales del Territorio del Norte tienen la posibilidad de acceder a la justicia en caso de que se produzca un delito, y que llegarán a ella sin miedo a ser arrestados. Lograremos también poner en marcha estrategias de salud y seguridad ocupacionales, y priorizar la salud y la seguridad de todos los implicados en el trabajo sexual»

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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La criminalización de las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo va en descenso

07 de octubre de 2019

Cincuenta años después de los disturbios de Stonewall en Nueva York (EE. UU.), que supusieron un enorme hito en la lucha moderna por lograr el reconocimiento de los derechos humanos de lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersexuales, cada vez más gente se beneficia de aquellos derechos por los que en su día hicieron campaña los manifestantes de Stonewall. El número de personas que viven en países que criminalizan las relaciones sexuales consentidas entre individuos del mismo sexo sigue disminuyendo desde 1969.

En junio de 2019 Botsuana fue el último país en descriminalizar las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, pero África todavía representa en torno a la mitad de la población mundial que vive en países con leyes antihomosexuales. En 2018, la proporción de población mundial que vive en países que criminalizan las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo cayó en picado del 40 al 23 % tras la decisión de la Corte Suprema India de descriminalizar todas las relaciones sexuales consentidas entre adultos. Esta fue la mayor disminución anual desde que en 1997 China descriminalizara las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo.

Las leyes prohibitivas y las políticas contra los grupos de población clave aumentan su vulnerabilidad al VIH. Por ello, es fundamental garantizar el pleno respeto a los derechos humanos de todas las personas, independientemente de su orientación sexual e identidad de género, mediante la derogación de las leyes que prohíben las relaciones sexuales consentidas, privadas y entre adultos, promulgando leyes que las protejan de la violencia y la discriminación, y abordando la homofobia y la transfobia.

Las relaciones consentidas entre personas del mismo sexo todavía permanecen criminalizadas en, al menos, 67 países y territorios del todo el mundo.

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