Latin America

Municipalidad de Lima firmó la Declaración de París para tomar acciones aceleradas a nivel municipal para mejorar la calidad de vida de las personas con VIH

18 de diciembre de 2020

En conmemoración del Dia Mundial del SIDA 2020, la Directora de la Oficina del Programa Conjunto de las Naciones Unidas para el VIH/Sida (ONUSIDA) en el Perú, la Dra. Andrea Boccardi Vidarte y el Sr. Jorge Muñoz Wells, Alcalde de la Municipalidad Metropolitana de Lima, firmaron la Declaración de París para tomar acciones aceleradas a nivel municipal a fin de mejorar la calidad de vida de las personas con y afectadas por el VIH en la ciudad de Lima y contribuir al alcance de la meta global de terminar con el SIDA como problema de salud pública para el 2030, y cumplir con el Objetivos de Desarrollo Sostenible 3.3 y 17. La municipalidades peruanas de Lima y Callao – la cual también firmó la Declaración de Paris en julio de este año – concentran el 30% de la población del país y el 70% de casos de VIH notificados en Perú hasta la fecha.

Los gobiernos municipales se encuentran en una situación privilegiada para acelerar las acciones locales para ponerle fin a las epidemias del VIH, tuberculosis,  hepatitis viral y COVID-19 en todo el mundo para el año 2030.

Esta declaración que ha sido firmada por más de 300 ciudades y municipalidades desde 2014, incluye diez compromisos destinados a facilitar el acceso a servicios de prevención, tratamiento, atención y apoyo de calidad que salve y mejore la calidad de vida de personas con el VIH y afectadas por la tuberculosis (TB) y hepatitis viral, migrantes y poblaciones marginalizadas y vulnerables al VIH en el contexto de la epidemia de la COVID-19. Integrar estos servicios con los de salud sexual, reproductiva y mental es fundamental para lograr el acceso universal a la atención médica.

En el año 2020, la COVID-19 ha puesto sobre la mesa una vez más que la salud se interrelaciona directamente con la desigualdad, el respeto por los derechos humanos, la igualdad de género, la protección social y el crecimiento económico.

En el Dia Mundial del Sida, la Municipalidad de Lima se une a los esfuerzos para no dejar nadie atrás en la respuesta al VIH como lo expresa el lema de este año Solidaridad mundial, responsabilidad compartida.

Nuestra acción

Ciudades

ONUSIDA lamenta la muerte de Guillermo Soberón

14 de octubre de 2020

ONUSIDA lamenta la muerte del Dr. Guillermo Soberon Acevedo el 12 de octubre a la edad de 94 años. Deja una larga lista de logros en los sectores de educación y salud en su país de origen, México. Fue el arquitecto de la salud pública moderna en México y se desempeñó como Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México en tiempos difíciles, de 1973 a 1981.

Bajo su liderazgo como Ministro de Salud de 1982 a 1988 aseguró el derecho constitucional a la salud de todos los mexicanos y creó el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, que hoy se ha vuelto vital para las personas con el nuevo coronavirus. También estableció el Instituto Nacional de Salud Pública y creó alrededor de 800 centros de salud y hospitales generales.

El Dr. Soberon dirigió la respuesta al sida en México a principios de la década de 1980 desde el Ministerio de Salud e inició debates públicos sobre campañas de prevención que incluían el uso de la palabra “condón”, enfrentando con orgullo a los grupos fundamentalistas del país. También es conocido por encabezar la respuesta de salud de México al terremoto de 1985.

Cuando dirigió la Comisión Nacional de Bioética de 2004 a 2009, su trabajo incluía el derecho a la salud y el papel de la homofobia como factor limitante para respuestas sanitarias eficaces.

Fue un gran amigo de ONUSIDA. Su visión de acoger la iniciativa SIDALAC, financiada por el Banco Mundial, que se convirtió en un proyecto regional colaborativo de ONUSIDA – tan pronto como el Programa Conjunto comenzó a operar –, permitió el florecimiento de un programa que contribuyó a fortalecer la respuesta al sida en América Latina y el Caribe. El Dr. Soberon también fue miembro del Comité de Derechos Humanos de ONUSIDA al inicio de su funcionamiento.

Encuesta muestra que muchas personas carecen de tratamiento para el VIH para varios meses en América Latina

24 de junio de 2020

Una vez que se estableció la cuarentena de COVID-19 en su país, Marisela Mariño (no es su nombre real), una mujer transgénero que vive con VIH, contactó de inmediato a su proveedor de tratamiento, convenciéndole de que le suministrara terapia antirretroviral para por lo menos dos meses.

"Me salvé al tener el número de teléfono de uno de los promotores de salud en la clínica a la que asisto", dijo Mariño. Pero ahora ella, como siete de cada 10 personas que respondieron a una encuesta regional para América Latina sobre las necesidades de las personas que viven con VIH durante la pandemia de COVID-19, no tiene suficientes medicamentos antirretrovirales para una cuarentena de más de 60 días.

De la encuesta en línea, que fue respondida por 2300 personas de 28 países de la región, se observó que a pesar de los esfuerzos de comunicación de las autoridades nacionales de salud y las organizaciones internacionales que lideran la respuesta a COVID-19, el 31% de las personas declararon que no habían recibido suficiente información sobre cómo prevenir la transmisión del nuevo coronavirus. Más de la mitad, el 56%, expresó que no tienen suficiente equipo de protección personal, mientras que solo el 22% de las personas piensa que las máscaras son una protección útil contra COVID-19.

Claudia Cardenal (no es su nombre real), otra mujer transgénero en la región dice que la oferta de servicios adaptados a la pandemia COVID-19 no se refleja en las opciones para las personas que viven con VIH. La Sra. Cardenal solo tiene tratamiento antirretroviral para un mes más, a pesar de la recomendación de la Organización Mundial de la Salud de que las personas que viven con VIH deben tener un suministro de al menos tres meses.

La encuesta también muestra que cinco de cada 10 personas tienen dificultades para obtener su tratamiento antirretroviral durante la pandemia y que menos de dos de cada 10 personas recibieron medicamentos antirretrovirales en sus hogares.

Solo a tres de cada 10 personas se les ha ofrecido la opción de telemedicina, y cuatro de cada 10 personas que viven con VIH en América Latina afirman que necesitan apoyo psicológico para abordar la ansiedad generada por la COVID-19.

El estigma y la discriminación continúan siendo una barrera importante para que las personas que viven con VIH tengan pleno acceso a sus derechos. Más de la mitad de las personas encuestadas, el 56%, creen que podrían sufrir violencia física, psicológica o verbal debido a que viven con VIH en medio de la pandemia de COVID-19. El cuarenta por ciento respondió que no sabe a dónde acudir o llamar en caso de sufrir violencia o discriminación por vivir con VIH, y el temor a la discriminación provocó que tres de cada 10 personas se abstuvieran de acceder a los servicios en medio de la cuarentena.

El confinamiento puede aumentar e incentivar el estigma y la discriminación. Por ejemplo, en países que tienen restricciones de género para salir de casa durante la cuarentena, la violencia hacia las personas con una identidad o expresión de género diferente a la que aparece en su identificación oficial puede aumentar.

La pérdida de empleo o la falta de ingresos fue una de las principales preocupaciones en los hallazgos de la encuesta. Las restricciones de movilidad y las cuarentenas obligatorias han privado de sus ingresos a cuatro de cada 10 personas que necesitaban salir de sus hogares para trabajar, dando como resultado que cuatro de cada 10 personas necesitan apoyo nutricional y/o transferencias de efectivo.

A partir de los resultados de la encuesta, está claro que la respuesta a COVID-19 debería considerar las realidades de la vida de las personas y centrarse en eliminar las barreras que enfrentan para protegerse a sí mismas y a sus comunidades.

Los países, los ministerios de salud y los programas nacionales contra el sida deben garantizar el acceso a tres meses o más de terapia antirretroviral para todas las personas que viven con VIH, incluidas las personas refugiadas y migrantes. Además, debe garantizarse la provisión de alimentos y otros servicios de protección social, incluidos refugios temporales para poblaciones clave, personas que viven con VIH y otras personas vulnerables.

La prestación de servicios y apoyo a las poblaciones más afectadas por la violencia, especialmente las mujeres y las niñas, también debe ser una prioridad clave para los gobiernos.

“Esta evidencia ha sido compartida con copatrocinadores, programas nacionales de sida y organizaciones de la sociedad civil. Les exhorto a continuar los esfuerzos para adoptar la dispensación de varios meses de la terapia antirretroviral, las medidas de protección social centradas en poblaciones clave y las personas que viven con VIH y el apoyo a iniciativas de salud mental", dijo César Núñez, Director del Equipo de Apoyo Regional de ONUSIDA para América Latina y el Caribe.

Encuesta

Infografía

 

«Lo que más me preocupa es conseguir mi medicación antirretroviral»: El VIH y la COVID-19 en América Latina

28 de mayo de 2020

Desde el comienzo de la pandemia de la COVID-19, Marcela Alcina, del Movimiento Latinoamericano y del Caribe de Mujeres Positivas (MLCM+), ha recibido más de 20 llamadas al día en las que le pedían tanto ayuda para comida o medicinas como consejos para afrontar el confinamiento.

Yesenia Rodríguez (no es su verdadero nombre) hizo una de esas llamadas. Colombiana de nacimiento, vivió durante más de 24 años en la República Bolivariana de Venezuela, pero, debido a la crisis humanitaria del país, tuvo que regresar a Cali, Colombia, hace seis meses para acceder a su tratamiento para el VIH.

«Somos ocho: mis cuatro hijos, mi marido, mis dos nietos y yo», me cuenta.

La Sra. Rodríguez no tiene trabajo y necesita ayuda para alimentar a su familia y acceder a su medicación antirretroviral. «Volví a Cali solo para enfrentarme a otra nueva crisis. Lo que más me preocupa es conseguir mi medicación antirretroviral, pero no tengo acceso a la atención sanitaria en Colombia», explica. «Está siendo extremadamente duro tanto para mí como para mi pareja, ya que ambos vivimos con el VIH. Mis hijos y mi esposo están desempleados. Y los niños no aguantan el hambre igual que los adultos».

A la Sra. Rodríguez la pusieron en contacto con Yani Valencia, de la Organización Lila Mujeres, parte de la red MLCM+. Recibió un paquete de alimentos para ella y para su familia, y actualmente la están poniendo en contacto con alguien que pueda garantizar su acceso a la terapia antirretroviral. «Estuve a punto de desmayarme cuando me trajeron toda esta comida, me hizo extremadamente feliz».

ONUSIDA está recomendando que, especialmente durante la pandemia de la COVID-19, las personas que viven con el VIH tengan a mano los suministros médicos necesarios. Las pautas para el tratamiento del VIH elaboradas por la Organización Mundial de la Salud recomiendan ahora la dispensación multimensual de tres o más meses de medicamentos para el VIH para la mayoría de las personas con visitas rutinarias. Sin embargo, según una encuesta reciente llevada a cabo por ONUSIDA en América Latina y el Caribe con relación a las necesidades de la comunidad de las personas que viven con el VIH en el contexto de la pandemia de la COVID-19, solo una de cada diez personas afirmaron haber recibido un suministro de tres meses de su terapia antirretroviral.

«Hemos conocido a personas que no pueden acceder a la atención sanitaria. Un compañero nuestro en Colombia cogió prestada la motocicleta de un vecino para repartir medicamentos. Nos damos cuenta de que a las comunidades se nos pasa por alto muy a menudo, cuando debemos ser también parte de la respuesta. No podíamos esperar más, necesitábamos hacer algo ya», insiste la Sra. Alcina.

Las comunidades han desempeñado y continúan desempeñando un papel clave en la respuesta al sida a nivel local, nacional e internacional. Y ahora las comunidades están desempeñando un papel enorme en la lucha contra la COVID-19. MLCM+ ha desarrollado una red de 850 voluntarios que trabajan en 17 países de la región y cuyo objetivo es extender la solidaridad durante la pandemia de la COVID-19, manteniendo el foco en las personas que viven con el VIH.

«Estamos distribuyendo comida y productos de limpieza, hacemos mascarillas que después distribuiremos junto con la terapia antirretroviral, estamos enseñando a las personas métodos de prevención, repartimos preservativos y ayudamos a las mujeres a encontrar refugio en los casos de violencia doméstica», cuenta la Sra. Alcina.

MLCM+ está trabajando en toda la región junto con ONUSIDA, ONU Mujeres, el Fondo de Población de las Naciones Unidas y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Juntas, todas las organizaciones están ofreciendo apoyo técnico o financiero.

«ONUSIDA nos proporciona recursos, especialistas y webinars formativos». Por otro lado, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura nos ayuda económicamente. De esta forma, entre todos estamos lanzando un mecanismo que pretende reforzar las acciones del Gobierno, nunca reemplazarlas», detalla la Sra. Alcina.

«Observamos cómo las desigualdades se han hecho mucho más evidentes durante la pandemia de la COVID-19. La desigualdad y, sobre todo, la desigualdad de género, se ve exacerbada en tiempos de crisis. Las mujeres que viven con el VIH han de estar en el centro de las respuestas tanto al VIH como a la COVID-19, no podemos dejarlas atrás», insistió César Núñez, director del Equipo de apoyo regional de ONUSIDA para América Latina y el Caribe.

La prevención del VIH vuelve a ocupar un lugar central en el orgullo LGBTI de Brasil

17 de octubre de 2019

En junio del 2019, más de 3 millones de personas salieron a las calles de São Paulo, Brasil, para celebrar el orgullo LGTBI y para conmemorar el 50 aniversario de los disturbios de Stonewall, un punto de inflexión en la lucha por los derechos LGBTI. Para el empresario gay Almir Nascimento, el 2019 marcó el regreso a la participación en la organización del evento tras un descanso de 20 años.

Una creciente inquietud sobre el gran aumento de nuevas infecciones por el VIH en Brasil entre los jóvenes, especialmente entre los hombres homosexuales jóvenes y las mujeres transgénero, provocó el regreso del Sr. Nascimiento al orgullo LGBTI. Durante muchos años, pensó que la movilización de la década de los 90 y la llegada de la terapia antirretroviral serían suficientes para poner fin a la epidemia del VIH.

«La epidemia estaba en pleno apogeo cuando me uní al orgullo como uno de los organizadores en 1999 y 2000. En aquel entonces, me pareció que habíamos conseguido logros significativos y pensé que sería suficiente para detener el VIH», recuerda el Sr. Nascimento. «Pero hace cuatro o cinco años, me di cuenta que aumentó el número de personas jóvenes del colectivo LGBTI que contraían infecciones por el VIH y, lo que es peor, morían a causa de enfermedades relacionadas con el sida a una edad muy temprana. Esto me motivó a regresar y apoyar a los organizadores del desfile para promover un debate público sobre el VIH y el sida dentro de nuestra comunidad».

En 2018 había alrededor de 900.000 personas viviendo con VIH en Brasil, un aumento de estas infecciones mayor al 20% desde 2010. Si bien la prevalencia del VIH en Brasil entre la población adulta se estima en el 0,5%, entre las personas transgénero es de alrededor del 30% y entre los hombres homosexuales y los hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres en torno al 18,3%.

El Sr. Nascimento es propietario de una sauna gay en São Paulo y cuenta que siempre ha hecho esfuerzos para garantizar que sus clientes tengan el conocimiento y las herramientas necesarias para prevenir el VIH y otras infecciones de transmisión sexual. Un ejemplo de ello sería que se asoció con las autoridades sanitarias de São Paulo para distribuir preservativos gratis. Hace poco, los investigadores de salud fueron bienvenidos a la sauna para reclutar personas interesadas en participar en programas piloto para PrEP (profilaxis previa a la exposición), una pastilla que puede evitar que las personas se infecten con el VIH.

«No se puede negar que los hombres homosexuales y las personas transgénero forman parte de los grupos de población que se ven más afectados aquí en Brasil. Me di cuenta de que en los desfiles de la comunidad LGBT, incluido el de São Paulo, ya no cuentan con iniciativas eficaces para poner fin al VIH dentro de sus asociaciones», dice. «Debido a eso, decidimos convocar una reunión con los organizadores de los 27 desfiles que representan a cada una de las capitales estatales de Brasil y, además, una docena de los que pertenecen a las ciudades más importantes del estado de São Paulo. En total, estimamos que llegan a más de 18 millones de personas cada año».

Debido a que las cifras son tan grandes, el Sr. Nascimento cree que no solo existe la oportunidad, sino también la responsabilidad de transmitir mensajes de prevención del VIH y de cero discriminación contra la comunidad LGBTI.

«Algunos organizadores de los desfiles se resisten a vincular las fiestas con temas relacionados con el VIH debido al temor a la estigmatización y la discriminación, pero al estar todos juntos durante estos eventos, debemos aprovechar para crear debates sinceros con los que se consiga educar a las personas sobre la prevención del VIH, ya que puede salvar vidas».

Con el apoyo de la oficina de ONUSIDA en Brasil y otros socios clave, el Sr. Nascimento y la Asociación del Desfile del Orgullo LGBT de São Paulo preparan la tercera reunión LGBTI por la Salud y la Prevención en Jóvenes que se celebrará en noviembre.

«Después de nuestra primera reunión en 2017 centrada en la prevención del VIH entre personas de la comunidad LGBT, más de una quinta parte de las asociaciones de desfiles participantes comenzaron los mismos debates en sus ciudades. Es lo que buscamos. Queremos que cada presidente del orgullo aprenda a conducirlos y que celebren sus propias reuniones durante la semana del orgullo así como durante todo el año».

Las nuevas infecciones por el VIH están creciendo en Latinoamérica, donde los grupos de población clave son los más afectados

14 de octubre de 2019

Si bien varios países latinoamericanos han experimentado un gran declive en la incidencia del VIH, el número de nuevas infecciones por el virus en la región subió un 7 % entre 2010 y 2018, año este último en el que 100 000 personas contrajeron el VIH.

Aproximadamente la mitad de los países de la región vieron aumentar su incidencia entre 2010 y 2018. Las cifras subieron sobre todo en Brasil (21 %), Costa Rica (21 %), el Estado Plurinacional de Bolivia (22 %) y Chile (34 %). Al mismo tiempo, los números cayeron de manera notoria en El Salvador (-48 %), Nicaragua (-29 %) y Bolivia (-22 %).

Un 40 % de las nuevas infecciones por el VIH registradas en Latinoamérica en 2018 se produjeron entre gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres. Estos grupos de población clave y sus parejas sexuales concentran la mayor parte de las nuevas infecciones en la región.

Empoderar a los jóvenes brasileños para hablar con sus compañeros sobre el VIH

11 de octubre de 2019

Las infecciones por el VIH en Brasil aumentaron en más de un 20% entre 2010 y 2018, por lo que es crucial que los jóvenes brasileños comiencen a hablar sobre el VIH y aprendan a protegerse. Ese es el objetivo de un proyecto liderado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

A través de una de sus cuentas de redes sociales, Jonas da Silva está al corriente las últimas fiestas y eventos públicos de la localidad de Salvador. También chatea con otros jóvenes. Hablan de sexo, cómo y si usan condones con sus parejas, lo que saben sobre la prevención del VIH y si se han hecho la prueba del VIH. 

«Lo bueno del proyecto es que se trata de gente joven hablando con gente joven. Utilizamos nuestra jerga para abordar el VIH», dice. «Esta conexión es vital. Podemos ver que confían en nosotros, y es cuando sabemos que la información que les hemos proporcionado es la que necesitan».

Él y otros 30 jóvenes se formaron para trabajar como voluntarios en el proyecto local Viva Melhor Sabendo Jovem (VMSJ). Su objetivo es concienciar a los jóvenes sobre la importancia de la prueba y prevención del VIH. Para ello, necesitan estar donde están sus compañeros, en línea y en la calle.

El proyecto sigue el calendario de fiestas y festivales tradicionales que tienen lugar en la calle, especialmente aquellos que atraen a una gran concentración de jóvenes. También responde a demandas específicas de grupos de población clave mediante reuniones públicas donde se reúnen jóvenes del colectivo LGBTI. Con un pequeño y colorido camión, conocido como El Camión de la Pueba, Jonas da Silva y sus co-voluntarios pueden proporcionar privacidad a las personas que deseen asesoramiento y hacerse la pruebas del VIH.

Desde el lanzamiento del proyecto en agosto de 2018, más de 1000 jóvenes de entre 16 y 29 años se han hecho la prueba del VIH en aproximadamente unos 30 viajes realizados por el camión. Como parte de una estrategia para promover las pruebas entre los jóvenes, los voluntarios también facilitan talleres de trabajo sobre el VIH y otras infecciones de transmisión sexual y, además, dan charlas sobre la sexualidad y la salud sexual en las escuelas. Más de 400 estudiantes asistieron a estos eventos durante los primeros seis meses del proyecto.

«La metodología de educación inter pares de VMSJ Salvador permite involucrar a más jóvenes en estas actividades. También les ayuda a concienciarse de la importancia de la prevención y atención del VIH ", dijo Cristina Albuquerque, Jefa de Salud y VIH / SIDA de UNICEF en Brasil. «Los jóvenes que se hacen la prueba durante nuestras actividades agradecen la iniciativa y se quejan de que tienen muy pocas oportunidades de este tipo en la ciudad».

En 2018, de acuerdo a las estimaciones del Ministerio de Salud, los jóvenes de entre 15 y 24 años representaron casi el 15% de todos los nuevos diagnósticos de VIH en el Salvador.

«Para nosotros, los voluntarios, esta experiencia también es importante porque comenzamos a cuidarnos mejor, a aplicar estos métodos de prevención en nuestras vidas y a transmitir el mensaje a quienes nos rodean, a nuestros amigos y familiares», dijo Jonas da Silva.

El proyecto se implementa en asociación con GAPA Bahía, una de las ONG más antiguas que se ocupan de las cuestiones relacionadas con el VIH en el país, y cuenta con el apoyo de la oficina de ONUSIDA en Brasil. Todos los jóvenes voluntarios pasaron por un proceso de selección riguroso antes de someterse al programa de formación en temas como derechos humanos, asesoramiento e información sobre el VIH y otras infecciones de transmisión sexual. También sobre programas basados en la comunidad, el funcionamiento del sistema de salud pública y los servicios de VIH disponibles en el Salvador. La iniciativa incluye una estrategia de formación continua sobre temas relacionados.

«Una de las cosas más importantes que aprendí es que tenemos que respetar las elecciones de cada uno y que estamos aquí solo para ayudar con la información y los aportes que consideremos más apropiados acorde a la historia y el comportamiento de esa persona», dijo Islan Barbosa, otro de los voluntarios.

«El proyecto representa una respuesta importante a la demanda de pruebas del VIH en la ciudad, especialmente entre los grupos de población clave, que a menudo evitan el uso de instalaciones de salud pública para ese propósito. Estamos llevando la prueba del VIH a donde están estas personas», dijo la Sra. Albuquerque.

Dos décadas de compromiso en la respuesta al VIH en Brasil

14 de octubre de 2019

Tras siete años viviendo con el VIH, Jair Brandão estaba esperando una cita médica en una clínica en Recife, en el noreste de Brasil, cuando otro paciente le explicó que podía recibir apoyo psicosocial de una organización no gubernamental cercana. A pesar de que necesitó muchos años para aceptar su estado serológico, tan solo necesitó tres sesiones de asesoramiento para darse cuenta de que estaba destinado a convertirse en un activista del VIH.

«Estaba emocionado y asustado al mismo tiempo porque no entendía mucho sobre los espacios políticos, sobre el sida ni las políticas de sanidad. Tampoco sabía cómo participar en un debate político», recuerda el Sr. Brandão, quien dos décadas después es uno de los activistas del VIH más influyentes de Brasil. «El primer desafío fue aceptarme como una persona que vive con el VIH. Tuve que aprender sobre el virus y cómo cuidarme. Después de eso comencé a educarme sobre temas sociales y políticos».

El Sr. Brandão cree que ser activista es algo innato en él. «Algunas personas nacen con ese don», dice «Ser activista es un no parar y no aceptar injusticias ni las violaciones de derechos. Creo que nací con este don porque siempre me he encargado de dirigir todo tipo de procesos, incluso sin saber que eso era activismo, y siempre me preocupaba por ayudar y empoderar a otros».

Después de participar en tres de las cuatro Reuniones de alto nivel de las Naciones Unidas sobre el sida y en la Reunión de alto nivel sobre la tuberculosis de 2018, el Sr. Brandão sabe lo difícil que es entablar conversación con otros miembros de la sociedad civil y con representantes de otros países. Su lengua materna es el portugués, que no es un idioma oficial de las Naciones Unidas. «Hablar un idioma extranjero es un gran problema para nosotros en Brasil, por lo que, como mínimo, tenemos que saber español. Muy pocos activistas brasileños tienen un nivel de inglés lo suficientemente fluido para poder intervenir en estos espacios».

En julio de 2019, el Sr. Brandão formó parte de los delegados de organizaciones no gubernamentales en el Foro Político de Alto Nivel sobre Desarrollo Sostenible en Nueva York, Estados Unidos de América, representando a RNP+ (Rede Nacional de Pessoas Vivendo com HIV e AIDS) y su propia organización no gubernamental, Gestos: Soropositividade, Comunicação e Gênero.

«Es esencial que la sociedad civil participe de manera efectiva en los procesos nacionales de aplicación y seguimiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. No podemos alcanzar los ODS sin su plena participación», dice. «Defender el programa para el VIH también requiere discutir otros temas igualmente importantes y transversales».

A través de su papel como asesor de proyectos en Gestos y como miembro de RNP+, el Sr. Brandão también lidera el proyecto del Índice de Estigma 2.0 en personas que viven con el VIH en Brasil. Junto a sus compañeros en Gestos y otras redes nacionales de personas que viven con el VIH y con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y ONUSIDA, ayudó en la formación de 30 personas en siete ciudades brasileñas para que supiesen hacer entrevistas correctamente. En dos meses, reunieron información sobre el estigma y la discriminación relacionados con el VIH al llevar a cabo alrededor de 1800 entrevistas. Los primeros resultados serán publicados antes de finales de noviembre.

«Este proceso fortaleció a los activistas que realizaron las entrevistas porque pudieron escuchar y experimentar las historias que muchas personas habían vivido y que hasta ahora no pudieron compartir con nadie», recuerda. «Estamos en la cuarta década de la epidemia del VIH y todavía existe una gran estigmatización y discriminación. El Índice de Estigma 2.0 es un instrumento que nos da pruebas de ello en Brasil. Podremos abogar por políticas y servicios de VIH libres de estigma y discriminación».

El Sr. Brandão cree en el poder de la colaboración y la asociación para lograr el progreso social.

«La solidaridad y el espíritu comunitario que ayudaron a crear el movimiento contra el VIH deben volver a poner a nuestros actos y nuestra consciencia en movimiento», dice. «Es fundamental que reflexionemos sobre las estrategias y crear nuevas formas de lograr el cambio. Al igual que empoderar a nuevos activistas, especialmente a los jóvenes. Estos deben ser bienvenidos y estar abiertos a recibir información de activistas con experiencia en la respuesta del VIH. Es hora de unir fuerzas, no de dividirnos».

Redefiniendo los mensajes para la prevención del VIH dirigidos a la gente joven en América Latina

14 de agosto de 2019

Una docena de jóvenes procedentes de nueve países distintos de América Latina se reunieron en julio en la X Conferencia sobre la Ciencia del VIH de la Sociedad Internacional del Sida que se celebró en la Ciudad de México, México, con el fin de desarrollar una nueva estrategia de comunicación adaptada a los jóvenes gais y otros jóvenes que tienen sexo con hombres y referentes a la prevención del VIH.

Aunque era la primera vez que los 12 jóvenes se conocían en persona, ya habían mantenido varias reuniones virtuales en las que habían preparado el terreno para la conferencia, que había sido organizada por la Red de Jóvenes Positivos de América Latina (J+LAC), con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS), ONUSIDA y UNICEF.

Cada año en América Latina se producen 100 000 nuevas infecciones por el VIH, una cifra que no ha cambiado a lo largo de la década pasada. En 2018, la gente joven de edades comprendidas entre los 15 y los 24 años representó un quinto de todas las nuevas infecciones por VIH en la región. Los gais y otros hombres jóvenes que tienen relaciones sexuales con hombres, los trabajadores sexuales, los transgénero y los usuarios de drogas inyectables constituyen los grupos de población particularmente afectados.

«Necesitamos recordarle al mundo que no podemos hablar sobre prevención sin gente joven y hemos de hacer que la sociedad se dé cuenta de que nosotros, los jóvenes, estamos implicados y preocupados», señala Kenia Donaire, una hondureña que nació con el VIH.

ONUSIDA, OPS/OMS y UNICEF son fuertes defensores de la participación de los jóvenes, no solo como beneficiarios de los servicios, sino también como socios y líderes en el diseño, el desarrollo, la aplicación, la supervisión y la evaluación de políticas y programas.

«Demasiado a menudo los jóvenes no estáis en las mesas en las que se adoptan decisiones en cuanto a la creación de los programas que necesitáis para protegeros a vosotros mismos del VIH. Vosotros tenéis el potencial de servir como ejemplo para demostrar cómo la gente joven puede liderar, defender, crear demanda y proporcionar servicios a medida para poner fin a una epidemia que es la segunda causa de muerte entre los adolescentes. Necesitamos nuevas formas de comunicarnos, generar demanda y acercar los servicios a la gente joven más en riesgo de contraer el VIH», apunta Shannon Hader, directora ejecutiva adjunta del programa.

Las personas jóvenes que viven con el VIH en América Latina han estado trabajando juntas para diseñar una estrategia de comunicación para la prevención del VIH dirigida a los jóvenes gais y otros jóvenes que tienen sexo con hombres de la región. Además de viajar a la conferencia, trabajaron juntos para preparar el esquema de las campañas de comunicación ya existentes y de las iniciativas relacionadas con la prevención combinada del VIH y otras infecciones de transmisión sexual (ITS). Asimismo, debatieron sobre cómo incorporar el complejo contenido científico en efectivos mensajes rotundos que llegaran a los jóvenes de su edad.

"Los hombres jóvenes que tienen relaciones sexuales con hombres y otros jóvenes vulnerables necesitan acceder a información sobre prevención del VIH de una manera que tenga sentido para ellos", dijo Maeve de Mello, asesora regional sobre prevención del VIH en la OPS. “Estamos muy contentos de apoyar a este talentoso grupo de jóvenes. Su experiencia personal y sus voces nos prepararán mejor para abordar este problema de salud pública de una manera que los adultos solos no pueden."

En la conferencia compartieron sus ideas y puntos de vista con destacados expertos en materia de salud y comunicaciones. También hablaron sobre estrategias digitales para así trasladar a los jóvenes convincentes mensajes para prevenir el VIH y acabar con el estigma y la discriminación.

«Aprender de los últimos avances y experiencias exitosas en la respuesta al VIH mientras de la mano de expertos digitales conseguíamos ver lo que sucede al otro lado de la pantalla, por ejemplo, con YouTube, fue una experiencia realmente enriquecedora», explica Horacio Barreda, uno de los coordinadores de la J+LAC. «Necesitamos una estrategia que se centre en las necesidades y afinidades de la gente joven, quienes viven sus vidas tanto en mundos virtuales como fuera de la red».

«Se trata de un gran comienzo para un importante viaje a través del cual, pensamos, llegaremos a la juventud de América Latina en toda su diversidad».

El grupo ahora planea acercar su estrategia y sus consejos a los interesados más importantes en la respuesta al VIH, incluyéndose aquí los ministerios de salud, las agencias de las Naciones Unidas y otros socios.

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