Resources and funding

ONUSIDA insta a aumentar el gasto en salud y protección social como parte esencial de la respuesta económica a la crisis de la COVID-19

17 de abril de 2020

Discurso de Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA, con relación a la respuesta económica a la COVID-19, pronunciado durante un evento online celebrado el 16 de abril de 2020 y copatrocinado por el Global Development Policy Center y la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo.

La COVID-19 está matando a personas. Sin embargo, la magnitud y las consecuencias de la pandemia son las creadas por el hombre.

No era inevitable el que con la enfermedad se hayan perdido miles de vidas y echado a perder millones de medios de subsistencia. Todas estas pérdidas a las que nos seguimos enfrentando son el resultado de la enorme desigualdad para la que hemos programado nuestra economía mundial.

La pronunciada pendiente de las curvas de mortalidad, la profundidad de las pérdidas económicas y las revueltas sociales que se han visto en distintos países no son sino las consecuencias de nuestras elecciones políticas, una función del modelo económico que nosotros mismos hemos creado.

La COVID-19 ha empujado al mundo a la recesión. El Fondo Monetario Internacional ya nos está advirtiendo de que este gran confinamiento será peor que la crisis financiera que todo el mundo atravesó en el año 2008. Según las previsiones de la Organización Internacional del Trabajo, la enfermedad del coronavirus acabará con el equivalente a 195 millones de puestos de trabajo a jornada completa.

Como bien aprendimos de la epidemia del VIH, las epidemias causan estragos en un mundo desigual. Alimentan las desigualdades ya existentes y golpean con fiereza a los más vulnerables y marginados, a todos aquellos que no tienen acceso a la atención sanitaria, que no disponen de ninguna red que les aporte seguridad, a quienes no se les reconoce el derecho a tener una baja por enfermedad y a las personas que carecen de agua con la que limpiarse las manos. Precisamente las epidemias abaten antes, y con más crueldad, a aquellos a los que se les niega el derecho a la salud.

Cuando los Gobiernos dan prioridad a los sistemas de atención sanitaria privados frente a la atención sanitaria universal financiada con fondos públicos, están eligiendo. Están diciendo que el derecho a la salud se convierte en un privilegio para los pocos que pueden permitírselo. Y entonces, cuando la epidemia azota, esa elección se convierte en una decisión sobre a quién hay que permitir vivir y a quién se debe dejar morir. En ese momento quienes disfrutan del privilegio de acceder a la atención sanitaria consiguen vivir, mientras que a los demás no les queda más que morir.

Los Gobiernos han de invertir en la protección social universal. En las comunidades pobres presentes en todo el mundo, a menudo escuchamos: «Si no podemos trabajar, moriremos de hambre antes de contraer la enfermedad del coronavirus». Se trata de una elección que nadie tendría que hacer. Esta crisis sanitaria se está convirtiendo a pasos agigantados en una crisis también alimentaria.

En toda nuestra economía, observamos modelos empresariales que confían en mano de obra a la que no se protege. Modelos que explotan a los trabajadores y a los proveedores, que ni los apoyan ni los protegen.

La crisis climática es otra consecuencia de este amañado modelo económico que explota los ecosistemas de los que dependemos. Y de nuevo son los más pobres, los menos responsables de los abusos, quienes mayor varapalo reciben. Ahora mismo en el Pacífico, las personas no están solo luchando contra la COVID-19, sino que siguen recuperándose de las secuelas del ciclón Harold.

Nada de todo esto es accidental. Cada pequeño aspecto responde a un diseño, obedece a una intencionalidad. Al comienzo de mi discurso ya les adelanté que nuestra vida viene regida por decisiones tomadas por el hombre; no obstante, en muchos casos, estamos ante decisiones adoptadas por el sexo masculino. Me refiero a hombres que todavía dominan las salas de juntas y los pasillos del poder político, mientras son las mujeres quienes siguen asumiendo la gran responsabilidad de cuidar a otros. Mujeres que han de atender a familiares enfermos durante la pandemia o que deben andar kilómetros y kilómetros para conseguir agua potable.

Sin embargo, en esta historia no todo son sombras. Empezamos a atisbar pequeños resquicios de esperanza, vamos aprendiendo algunas lecciones. Somos cada vez más conscientes de la importancia de la salud y la protección social. Ello supone que, si queremos recuperarnos, debemos resetearnos. No podemos regresar al punto en que estábamos.

Estamos siendo testigos de cómo algunos países imponen lo que están llamando impuestos de solidaridad a las grandes empresas y a las personas con más recursos. Estamos oyendo hablar sobre la cancelación de la deuda estudiantil; la exención de tasas sanitarias, incluyéndose aquí las cuotas de usuarios, y el mayor apoyo a los cuidadores. Nos encontramos ante una nueva agenda.

Mas a nuestro alrededor otros países avanzan en dirección contraria: rebajas de impuestos para los más adinerados, paquetes de rescate para las grandes empresas sin garantía de que esos fondos se vayan a traducir en un apoyo para los trabajadores y los proveedores que trabajan sobre el terreno. Vamos viendo, por tanto, distintas señales.

Se ha de incrementar el gasto en salud y protección social. Esta pandemia debería ser el punto de partida de nuestra reconstrucción, de ahí que no debamos solo remendar con rescates.

Hemos de salir de esta crisis diferentes, reforzados, convencidos de que es imprescindible cambiar el modelo económico. Necesitamos un nuevo pacto verde mundial en el que el estímulo esté en invertir en las personas y en el planeta.

Un nuevo modelo económico que expanda la cobertura sanitaria universal y la protección social universal para todos, que impulse el trabajo digno y el cobro de sueldos dignos, y en el que las recompensas se distribuyan por toda la cadena de suministros y todas las partes interesadas se beneficien por igual. Un modelo en sintonía con el Acuerdo de París en materia de cambio climático.

Ahora tenemos la oportunidad de tomar decisiones distintas. Rezo para que todos los líderes mundiales así lo hagan.

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

Contacto

UNAIDS Geneva
Sophie Barton-Knott
tel. +41 79 514 6896
bartonknotts@unaids.org

Recursos

Webinar

El nuevo mapa de innovaciones para fortalecer la respuesta al COVID-19

08 de abril de 2020

StartupBlink, junto con el Health Innovation Exchange (Intercambio de innovaciones sanitarias), una iniciativa de ONUSIDA para aprovechar el potencial de las innovaciones para mejorar la salud de todos, y la Agencia de Innovaciones de Moscú, han puesto en marcha un mapa de innovaciones sobre el coronavirus.

El mapa es un directorio de cientos de innovaciones y soluciones a nivel mundial que podrían apoyar y fortalecer la respuesta al COVID-19. El objetivo es ayudar a las personas a adaptarse a la vida durante la pandemia de COVID-19 y conectar a los innovadores para que puedan colaborar en las soluciones.

El mapa proporciona información sobre cinco categorías: prevención, diagnóstico, tratamiento, información y adaptación a la vida y a los negocios. Como parte de la categoría de prevención, por ejemplo, el directorio destaca la aplicación Track Virus, que muestra dónde se ha propagado el virus en Israel, y un kit de pruebas para detectar el COVID-19 desarrollado por E25Bio que podrá entregar resultados en media hora.

El directorio también muestra las formas en que las personas pueden obtener medicamentos sin salir de su casa: las soluciones de telemedicina y entrega de medicamentos a domicilio serán tan importantes para el COVID-19 como para la respuesta al SIDA.

La categoría de información muestra cómo las personas pueden obtener información oportuna y precisa sobre la crisis y las innovaciones. Por su parte, la categoría de adaptación a la vida y a los negocios muestra cómo las personas pueden adaptarse haciendo las cosas virtualmente. En poco tiempo, las escuelas y universidades han pasado al aprendizaje electrónico y las oficinas en el hogar han sustituido a las oficinas in situ.

El mapa está diseñado para proporcionar información a funcionarios del gobierno, capitalistas de riesgo, empresarios y otros para apoyar la respuesta al COVID-19 y abordar la pandemia y su impacto.

«Nos enfrentamos a un desafío sin precedentes y necesitamos trabajar juntos para aportar las mejores ideas para vencer al virus. El Mapa de Innovación de Coronavirus tiene como objetivo proporcionar una plataforma para los innovadores, cada uno de nosotros, para colaborar y participar en la respuesta», afirma el Director de la Oficina de Innovación de ONUSIDA, Pradeep Kakkattil.

«Puedes compartir ideas o contactar con innovadores a través de la plataforma. Hemos visto una serie de herramientas e innovaciones existentes que ya están siendo reutilizadas para el COVID-19 con gran éxito y creemos que la plataforma ayudará a llevar nuevas soluciones más rápidamente a las manos de aquellos que están a la vanguardia de la respuesta», añadió Eli David, Director General de StartupBlink.

Ya se han recibido más de 500 innovaciones en la plataforma y el Health Innovation Exchange elaborará un informe sobre las innovaciones preseleccionadas que se compartirá con los países asociados para la respuesta al COVID-19. 

Nuestra acción

COVID-19 y VIH

Un cambio importante hacia la financiación nacional del VIH desde 2010

31 de marzo de 2020

En el panorama de la financiación para la respuesta al sida se han producido grandes cambios desde 2010. En dólares estadounidenses constantes de 2016, la financiación total en países de renta media y baja creció de 15 mil millones de dólares estadounidenses en 2010 a 19 mil millones en 2018.

Además, también se han producido grandes cambios en las fuentes de financiación. La cantidad de dinero que ha invertido los países en su propia respuesta al VIH ha aumentado considerablemente, de 7,1 mil millones de dólares estadounidenses a 10,7 mil millones, lo que equivale al 56 % de toda la financiación. Además, la ayuda bilateral de los Estados Unidos ha incrementado de 3,5 mil millones en 2010 a 5,1 mil millones en 2018.

Sin embargo, otras fuentes de financiación se han mantenido o han disminuido, como por ejemplo el resto de financiación bilateral aparte de la de Estados Unidos y el conjunto de la financiación multilateral aparte de la del Fondo Mundial, una tendencia preocupante.

Sin embargo, el factor más alarmante es que ONUSIDA calcula que se necesitarán 26,2 mil millones de dólares estadounidenses anuales para la respuesta al sida en 2020, es decir, 7 mil millones más de lo disponible en 2018.

Puede encontrar más información en la página de ONUSIDA sobre el control financiero del VIH.

La inversión en el VIH da buenos resultados

24 de febrero de 2020

Cuando los países asistentes a la Reunión de Alto Nivel de 2016 para Poner Fin al Sida acordaron acelerar la respuesta al VIH, se comprometieron a aumentar la inversión en la respuesta al sida.  A pesar de que acordaron destinar al menos 26 mil millones de dólares estadounidenses por año para finales de 2020, en 2018 la inversión total era de 19 mil millones (un déficit de alrededor de 7 mil millones y una disminución de mil millones desde 2017), un fenómeno de descenso preocupante en la financiación para el VIH.

Sin embargo, sigue habiendo motivos sólidos para invertir en la respuesta al sida.   Un análisis reciente sobre rentabilidad, llevado a cabo por Lamontagne et al. (2019) mediante el enfoque basado en ingresos, ha mostrado los beneficios económicos de poner fin a la epidemia de sida. Mediante este enfoque acelerado, una inversión cuantiosa y anticipada se traduce en una reducción notable de las nuevas infecciones por el VIH y las muertes relacionadas con el sida. Se ha demostrado que cada dólar invertido produce hasta 6,44 $ de beneficios en países de renta media y baja. Incluso en un supuesto más conservador y de aplicación constante, en el que la inversión es tan cuantiosa que se mantiene la cobertura de los servicios relacionados con el VIH en niveles del 2015 y no descienden las muertes asociada al sida, el beneficio económico sigue siendo positivo: 2,55 $ en países de renta media y baja.

Bajo este enfoque acelerado, el análisis muestra diferencias entre las regiones del mundo que varían entre 1,05 $ en Europa oriental y Asia central y 6,58 $ en Asia y el Pacífico. Sin embargo, permanece el mensaje esencial: la inversión en el HIV da buenos resultados.

El nuevo Registro de Inversiones destaca las oportunidades de inversión

13 de febrero de 2020

Se ha publicado el Registro de Inversiones, una herramienta en línea para donantes de ONUSIDA que saca partido al inigualable valor de ONUSIDA. El Registro de Inversiones destaca las oportunidades de asociación y de inversión de los donantes, a la vez que muestra el impacto de las oportunidades de inversión a nivel mundial, regional y nacional.

El Registro de Inversiones presenta una gran cantidad de oportunidades para colaborar y para asociarse al Programa Conjunto de diversas maneras. Se puede aprender más sobre el funcionamiento del Programa Conjunto y sus asociados a nivel de país; también sobre cómo unir fuerzas para preservar los derechos humanos y acabar con la violencia contra la mujer: todas estas propuestas revelan una parte importante de la solución de que permitirá poner fin al sida.

Acabar con el sida es un asunto pendiente, e invertir en el Programa Conjunto es invertir en un futuro en el que el sida ya no suponga una amenaza para la salud pública. En palabras de la Directora Ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima, «La respuesta global al VIH y el Programa Conjunto de ONUSIDA aportan uno de los ejemplos más sólidos del valor del multilateralismo y de la solidaridad global». Haz que el sida pase a la historia. Colabora con ONUSIDA.

Oportunidades de inversión

Registro de Inversiones

La Directora Ejecutiva de ONUSIDA mantiene su primera reunión cara a cara con los principales donantes

13 de noviembre de 2019

Antes del acto de apertura de la 25.ª Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo que se celebra en Nairobi, la Directora Ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima, y Peter Eriksson, ministro de cooperación para el desarrollo internacional de Suecia, ofrecieron conjuntamente un desayuno ministerial con los donantes clave y los socios para subrayar la necesidad de una ONUSIDA fuerte y poderosa capaz de liderar la respuesta mundial al VIH.

Esta ha sido la primera reunión cara a cara de la Sra. Byanyima como Directora Ejecutiva de ONUSIDA con algunos de los principales donantes y socios del programa, y en ella ha aprovechado para comprometerse a darle a la organización un enfoque feminista desde el que seguir avanzando.

«ONUSIDA se encuentra en un momento fundamental debido a los desafíos a los que tuvo que enfrentarse hace dos o tres años, y la plantilla es, para mí, prioritaria. Necesitamos curar las heridas, recuperar la confianza y la cercanía. Quiero volver a llenar de alegría y felicidad el gran trabajo que desempeña ONUSIDA».

Katherine Zappone, ministra irlandesa de asuntos de infancia y juventud, Christopher MacLennan, viceministro adjunto de asuntos globales y desarrollo, y otros jefes institucionales aplaudieron el propósito de ONUSIDA de hacer realidad un auténtico cambio cultural en ONUSIDA.

«ONUSIDA lleva años al frente de la respuesta al sida. Canadá siempre nos ha brindado un enorme apoyo, y nos complace tener ahora con nosotros a Winnie», declaró el Sr. MacLennan.

Los ministros y representantes de Australia, Bélgica, Canadá, Finlandia, Alemania, Irlanda, Luxemburgo, Países Bajos, Noruega, Suecia y Suiza animaron a ONUSIDA a seguir adelante con su gran labor para promover las soluciones y las respuestas lideradas por las comunidades. También subrayaron la necesidad de potenciar la capacidad única de ONUSIDA y de incorporar su pericia en lo concerniente a los derechos humanos, para así derribar las barreras sociales y políticas que impiden seguir avanzando en la erradicación del VIH.

«Hemos de integrar mejor la salud sexual y reproductiva, y los derechos humanos en la respuesta al VIH para poder llegar a nuestros objetivos», señaló el Sr. Eriksson. «El Programa conjunto desempeña un importantísimo papel en lo referente a la salud sexual y reproductiva».

A la reunión también asistieron representantes de distintos copatrocinadores de ONUSIDA, como son el Fondo de Población de las Naciones Unidas y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). «El PNUD tiene un férreo compromiso de trabajo con ONUSIDA a la hora de apoyar a los Gobiernos a establecer un entorno legal con políticas y regulaciones desde el que lograr una respuesta al VIH efectiva y basada en los derechos humanos».

ONUSIDA, los donantes y socios están de acuerdo en la necesidad de estrechar lazos con el Fondo mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria, con el objeto de garantizar una respuesta sostenible al VIH.

La reunión fue la primera de una serie de actos organizados por ONUSIDA como parte de su mayor compromiso colectivo y de una colaboración más estrecha mientras se embarca en el proceso de desarrollar un nuevo plan estratégico para el VIH.

25.ª Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo

Sitio web

ONUSIDA agradece a todos los donantes su compromiso para lograr la plena financiación del Fondo mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria

11 de octubre de 2019

El Fondo mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria ha logrado 14 mil millones de dólares estadounidenses para las tres enfermedades de cara a los próximos tres años (2020-2022)

GINEBRA, 11 de octubre de 2019-ONUSIDA se muestra enormemente positiva por el firme compromiso que los donantes han mostrado para con el Fondo mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria (Fondo mundial). En su sexta conferencia de reposición, celebrada en Lyon, Francia, los pasados días 9 y 10 de octubre, el Fondo mundial recaudó 14,02 mil millones de dólares estadounidenses, la mayor cantidad conseguida hasta ahora para este organismo, que trabaja para erradicar las tres enfermedades.

«Alabo infinitamente a todos los países y contribuyentes que han dado un paso al frente y se han comprometido a invertir en el Fondo mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria», señaló Gunilla Carlsson, Directora Ejecutiva en funciones de ONUSIDA. «Estas inversiones llenan de esperanza a millones de personas de todo el mundo que podrán salvar su vida. El seguir avanzando y poner a las personas en el centro será fundamental para hacer que el dinero resulte lo más fructífero y efectivo posible».

ONUSIDA felicita al presidente de Francia, Emanuel Macron, por su compromiso personal y su mensaje a todos los países para que estos aumenten las aportaciones prometidas para así cumplir con el incremento de un 15 % propuesto tras la última reposición. La mayoría de los donantes igualaron o sobrepasaron la subida del 15 % y muchos nuevos contribuyentes asistieron a la conferencia por primera vez y se estrenaron con las aportaciones.

ONUSIDA continuará trabajando codo con codo con el Fondo mundial proporcionándole información estratégica y dominio técnico, y ayudando a los países a mejorar el desarrollo de su capacidad para obtener e implementar las concesiones del Fondo mundial. ONUSIDA defiende un enfoque centrado en las personas y basado en los derechos humanos para poner fin al sida y apoya completamente el compromiso activo de la sociedad civil y de las organizaciones de la comunidad para llegar a los más marginados y a las personas dejadas atrás. En 2018 había 37,9 millones de personas viviendo con el VIH y de ellos 15 millones todavía tienen una necesidad imperiosa de acceder a una terapia antirretrovírica que les salve la vida.

Las contribuciones al Fondo mundial impulsarán la respuesta al VIH. ONUSIDA continuará defendiendo una mayor inversión para satisfacer todas las necesidades en lo referente a recursos para la respuesta al sida con vistas a poner fin al sida para 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

Contacto

UNAIDS Geneva
Sophie Barton-Knott
tel. +41 22 791 1697
bartonknotts@unaids.org

Contacto

UNAIDS Media
tel. +41 22 791 4237
communications@unaids.org

Asociados

Global Fund

Sin una financiación sostenible, la respuesta al sida fallará

26 de septiembre de 2019

Esta semana, la Asamblea General de las Naciones Unidas se comprometió a lograr la cobertura sanitaria universal para 2030. Del mismo modo, prometió acelerar los esfuerzos para conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible, incluyendo el de erradicar el sida, para 2030. Estos compromisos son precisamente los que nos demuestran que hay una voluntad política de responder a la mayor crisis a la que se ha enfrentado el mundo.

En 2016, la Asamblea General acordó, en la Declaración política para poner fin al sida, una ampliación continua de la inversión en la respuesta al sida en los países de bajos y medianos ingresos que ascendiera, al menos, a los 26 mil millones de dólares estadounidenses para 2020. A finales de 2018, sin embargo, únicamente estaban disponibles 19 mil millones de dólares estadounidenses (en dólares estadounidenses constantes en 2016). Y lo que es peor, 19 mil millones de dólares estadounidenses suponían casi mil millones menos de dólares estadounidenses que el año anterior.

En vez de aumentar paulatinamente, la financiación global para el VIH va descendiendo. El compromiso político simplemente no concuerda con la financiación requerida para hacer realidad la idea de erradicar el sida. A poco menos de un año de alcanzar la fecha de 2020 prevista para el objetivo de 26 mil millones de dólares estadounidenses, la financiación para la respuesta al sida ha caído en 7 mil millones de dólares estadounidenses. Este descenso resulta particularmente alarmante porque sabemos que la respuesta al sida salva vidas, por lo que invertir en la respuesta al sida es una gran inversión.

 

«El mundo no puede permitirse una recaída en su inversión en la respuesta al sida», enfatizó Gunilla Carlsson, Directora Ejecutiva en funciones de ONUSIDA. «Los países han de cumplir su promesa de aumentar gradualmente la inversión en la respuesta al VIH si el mundo quiere cumplir sus obligaciones con los más vulnerables y en desventaja».

La caída en la financiación se ha visto en todos los sectores en 2018: recursos nacionales (un declive de un 2 %), el Fondo mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria (Fondo mundial) (un descenso de un 20 %, que viene explicado por fluctuaciones en su ciclo de subvención de tres años), otros canales multilaterales (una caída de un 2 %), los programas bilaterales del Gobierno de los Estados Unidos de América (una reducción de un 3 %), los programas bilaterales de otros países donantes (un 17 % menos), organizaciones filantrópicas (una reducción de un 18 %) y otras fuentes internacionales (un 4 % de descenso).

Los países de bajos y medianos ingresos se están autofinanciando cada vez más su respuesta al sida. Entre 2010 y 2018 los recursos nacionales invertidos por los países de bajos y medianos ingresos en su respuesta al sida han aumentado en un 50 %, mientras que las inversiones internacionales lo han hecho en tan solo un 4 %.

La financiación nacional en 2018 en los países de bajos y medianos ingresos representó el 56 % de los recursos de financiación totales, si bien las regiones variaban considerablemente unas de otras. En África oriental y meridional, que es la región con la tasa más alta del VIH, un 59 % de los recursos procedían de donantes en 2018, lo cual conduce a una subida del 80 % si apartamos a Sudáfrica del análisis. Entre 2010 y 2018 todos los grandes donantes excepto Estados Unidos redujeron sus contribuciones directas bidireccionales a la respuesta al sida de otros países.

Este mes de octubre se presenta como un momento fundamental para la financiación y el VIH. El próximo 10 de octubre, los Gobiernos y otros socios se reunirán en Lyon, Francia, para la sexta conferencia internacional de reposición de fondos del Fondo Mundial.  En su intento por conseguir, al menos, 14 mil millones de dólares estadounidenses para la respuesta contra el VIH, la tuberculosis y la malaria para 2020-2022, el Fondo Global calcula que, si sus programas están completamente financiados, se logrará salvar 16 millones de vidas, una estimación realizada a partir de los 27 millones de vidas salvadas desde su inicio en 2002.

«Insto a los países a financiar plenamente el Fondo mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria en su próxima reposición. La vida de 16 millones de hombres, mujeres y niños depende de ello», insistió la Sra. Carlsson.

NUESTRA ACCIÓN

Recursos y financiación

Capacitando a las mujeres que viven con el VIH en Yibuti para que lleven una vida digna

25 de julio de 2019

Zarah Ali (nombre ficticio) recuerda cómo las cosas cambiaron para mejor. «En 2014 recibí un préstamo de 40 000 francos yibutianos (250 dólares estadounidenses) que empleé para desarrollar y mejorar mi negocio de ropa. También me formé en materia de iniciativa empresarial, y adquirí conocimientos de marketing y satisfacción del cliente. Importo prendas de Dubái y Somalia, y obtengo unos ingresos decentes que me permiten mantener a mi hijo de 25 años, a mi hija de 16, que sigue en la escuela secundaria, y a mi hijo adoptado de tres años. Soy capaz de pagar el alquiler, la electricidad y el agua y, asimismo, puedo permitirme comidas decentes».

El préstamo de la señora Ali procedía de un programa de generación de ingresos establecido por el Programa Mundial de Alimentos en colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, ONUSIDA y la red nacional de personas que viven con el VIH en Yibuti (RNDP+, por sus siglas en inglés). El programa apoya la capacitación a largo plazo de las mujeres que viven con el VIH en la ciudad de Yibuti y les proporciona unos ingresos regulares. Gracias a ello, consiguen una seguridad económica, pueden comprar comida y mejoran su acceso a los servicios de atención sanitaria. Las actividades dirigidas a generar ingresos, como las apoyadas por el programa, presentan un enorme potencial para ayudar a las personas que viven con el VIH a adherirse a la terapia antirretroviral y optimizar sus resultados en lo referente a la salud. 

Los préstamos, que van desde los 141 hasta los 438 dólares estadounidenses por persona, se conceden para empezar o crear un negocio minorista. Las beneficiarias, seleccionadas de entre dos redes de personas que viven con el VIH afiliadas a RNDP+ (ARREY y Oui à la Vie - Yes to Life), aprenden también a llevar un negocio. El apoyo del Gobierno en forma de políticas y leyes valiosas ha resultado vital para el éxito del programa. 

Dekah Mohammed (nombre ficticio) lleva una vida muy satisfactoria tras haber recibido una ayuda procedente del programa de generación de ingresos. La señora Mohammed, que perdió a su marido como consecuencia del sida, vive con seis hijos. Tras perder su trabajo en el sector de la hostelería debido a su salud, cada vez más débil, y al estigma y la discriminación, empezó su propio negocio de ropa y recibió un préstamo de 50 000 francos yibutianos (equivalente a 313 dólares estadounidenses) para ampliar su empresa. En diez meses devolvió el préstamo. Desde entonces su negocio ha seguido creciendo, ahora vende también muebles y aparatos electrónicos, y ha contratado a un empleado. «Ya no soy en absoluto una mujer desesperada. Gano lo suficiente para cuidar de mi familia y de quienes dependen de mí», señala. 

El programa ha mejorado la calidad de vida de muchas mujeres yibutianas, al permitirles recuperar su dignidad y garantizar su seguridad económica. Capacita a las mujeres y a las chicas para que puedan protegerse del VIH, tomar decisiones sobre su salud, vivir libres de la violencia y ser económicamente independientes. 

Basado en la creencia de que el capacitar a las mujeres que viven con el VIH y a sus hogares para que sean económicamente independientes fortalece la adherencia al tratamiento y conduce a vidas más plenas y dignas, el programa apoya la contribución estratégica más amplia del Programa Mundial de Alimentos con el fin de acabar con el sida como amenaza de salud pública para 2030.

Achievements and contributions by UNAIDS Cosponsors and Secretariat

El estudio Kaiser/ONUSIDA revela que los Gobiernos donantes destinaron al VIH 8 mil millones de dólares estadounidenses, una cifra similar a la de hace una década

16 de julio de 2019

EE. UU. continúa siendo el país que más dinero dona, más de la mitad del total

GINEBRA/ESTADOS UNIDOS, 16 de julio de 2019—Según un nuevo informe de la Fundación Kaiser Family y el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA), el desembolso de los países donantes para combatir el VIH en los países de ingresos medios y bajos ha sumado un total de 8 mil millones de dólares estadounidenses en 2018. Poco ha cambiado respecto de los 8100 millones de dólares estadounidenses de 2017 y de los niveles de hace una década. 

La mitad de los 14 países donantes analizados en el estudio incrementaron su aportación a los esfuerzos globales para poner fin al VIH de 2017 a 2018, cinco redujeron su gasto y dos se mantuvieron en la misma cantidad. La financiación de los países donantes apoya el tratamiento y la atención al VIH, su prevención y otros servicios relacionados en los países de ingresos bajos y medianos.

Estados Unidos continúa siendo con diferencia el país que más dinero dona a la lucha contra el VIH. El año pasado hizo entrega de 5800 millones de dólares estadounidenses, y ocupa también el primer lugar en cuanto a aportaciones en función del tamaño de la economía de cada donante. Tras él están Reino Unido (605 millones de dólares estadounidenses), Francia (302 millones de dólares estadounidenses), Países Bajos (232 millones de dólares estadounidenses) y Alemania (162 millones de dólares estadounidenses).

Desde 2010, los Gobiernos donantes, excepto el de Estos Unidos, fueron reduciendo de manera significativa sus aportaciones al VIH. La financiación cayó más de mil millones de dólares estadounidenses en el periodo subsiguiente a la crisis financiera que asoló la economía mundial, cuando las demandas de ayuda por la crisis global de refugiados competían unas con otras y surgían otros desafíos humanitarios. El mayor descenso se produjo en los apoyos bilaterales. 

Estos donantes aumentaron su ayuda al Fondo mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria durante este periodo, pero no lo suficiente como para compensar la enorme caída en la ayuda bilateral. Teniendo en cuenta cómo el Fondo mundial divide sus recursos entre las tres enfermedades, y cómo redujo la financiación para UNITAID, se observa que el apoyo multilateral al VIH lleva también cayendo desde 2010.

Los datos sobre las aportaciones de los países donantes para el VIH alimentan el informe de ONUSIDA titulado Las comunidades en el centro (en inglés), el cual analiza todas las fuentes de financiación para la ayuda contra el VIH, entre las que se incluyen Gobiernos locales, organizaciones no gubernamentales y sector privado, y las compara con la necesidad existente. Según las cifras del informe, hubo un descenso de mil millones de dólares estadounidenses en todas las fuentes de financiación de 2017 a 2018, lo que dejó un vacío de 7 mil millones de dólares estadounidenses entre los recursos y las necesidades previstas para 2020 tras ajustar la inflación.

«La contribución de los donantes es fundamental para la respuesta al sida, sobre todo en las regiones de África Oriental y Meridional, excepto en Sudáfrica, donde la mayoría de los países confían en los donantes para el 80 % de sus respuestas al VIH», señala Gunilla Carlsson, Directora ejecutiva adjunta de ONUSIDA. «Resulta desconcertante que en 2018 el total de recursos disponibles para el VIH se redujera en mil millones de dólares estadounidenses. Insto a todos los países, a los nacionales y a los donantes, a aumentar de manera urgente sus inversiones para acercarnos al vacío de financiación de 7 mil millones de dólares estadounidenses que se necesitan para lograr con éxito la respuesta al sida».

«Desde la crisis económica mundial de hace una década, los apoyos para el VIH de los Gobiernos donantes han disminuido, y la financiación procedente de donantes al margen de Estados Unidos, la cual se ha mantenido constante, se ha reducido», apuntó Jen Kates, vicepresidente de la Fundación Kaiser Family. «A menos que este cálculo cambie, los esfuerzos para prevenir y tratar el VIH en todo el mundo necesitarán cada vez más confiar en otras fuentes de financiación».

El nuevo informe, elaborado conjuntamente por ONUSIDA y la Fundación Kaiser Family, ofrece los datos más recientes de que se dispone sobre financiación de los donantes basándose en la información facilitada por los Gobiernos. En él se incluye su ayuda bilateral a los países con ingresos bajos y medios y las contribuciones al Fondo mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria, así como a UNITAID. La «financiación de los Gobiernos donantes» hace referencia al desembolso, y a los pagos, realizados por los donantes.

 

Fundación Kaiser Family

La Fundación Kaiser Family es una organización sin ánimo de lucro que se centra en los problemas sanitarios nacionales y en el papel desempeñado por EE. UU. en la política sanitaria mundial.

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

Contacto

Kaiser Family Foundation
Craig Palosky
tel. +1 (202) 347-5270
cpalosky@kff.org

Contacto

Kaiser Family Foundation
Nikki Lanshaw
tel. +1 (650) 854-9400
nlanshaw@kff.org

Contacto

UNAIDS
Sophie Barton-Knott
tel. +41 79 514 6896/+41 22 791 1697
bartonknotts@unaids.org

Pages