UNFPA The United Nations Population Fund

ONUSIDA y más organismos del sistema de las Naciones Unidas apoyan la respuesta a la COVID-19 en Nigeria

10 de julio de 2020

El sistema de las Naciones Unidas en Nigeria se unió a la lucha contra la COVID-19 poco después de que se detectara el primer caso en el país a finales de febrero de 2020.

Las grandes lecciones aprendidas por ONUSIDA y su enorme experiencia a la hora de acercar y unir a las distintas partes interesadas han sido fundamentales para guiar la respuesta interinstitucional de las Naciones Unidas liderada por el coordinador del país, Edward Kallon. Movilizando muy activamente su capital político y su buena voluntad en el país, ONUSIDA ha ayudado a aportar recursos y mejores líneas de comunicación, coordinación y responsabilidad a la respuesta nacional a la COVID-19.

A mediados de marzo, se estableció un grupo de trabajo presidencial para desarrollar un plan de respuesta a la COVID-19 que determinara cuál debía ser el trabajo conjunto de las organizaciones. Las lecciones aprendidas de la respuesta al VIH se incluyen en el desarrollo de los cuatro principios de unidad que guían la respuesta nacional a la pandemia de la COVID-19: un plan de respuesta a la pandemia de la COVID-19 multisectorial, una autoridad coordinadora nacional para la COVID-19, un sistema de evaluación y supervisión para la COVID-19 y una plataforma para la financiación e inversión en la COVID-19.

«Los cuatro principios de unidad simplificarán y clarificarán los papeles, las responsabilidades y las relaciones, incluyéndose aquellas dentro del Gobierno», señaló el Ministro de Sanidad de Nigeria, Osagie Ehanire.

Otra lección aprendida de la respuesta al VIH es la que tiene que ver con la importancia de garantizar que las personas marginadas y vulnerables sean tenidas en cuenta en cada uno de los pasos para el desarrollo de una respuesta a la epidemia. El posible impacto de la COVID-19 sobre las personas que viven con el VIH, los grupos de población clave y las personas sin recursos ha de ocupar también el centro de la toma de decisiones.

«ONUSIDA se coordinó periódicamente con las distintas redes desde el comienzo del brote de la COVID-19. Se encargó de proporcionar el apoyo técnico necesario y de garantizar las sinergias con los esfuerzos del Gobierno», explicó Abdulkadir Ibrahim, coordinador nacional de la Red de personas que viven con el VIH/sida en Nigeria.

Junto con el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas, ONUSIDA sirvió de enlace entre el sistema de las Naciones Unidas y el Gobierno, y facilitó la entrega de 2 millones de dólares estadounidenses al Gobierno, para que este se encargara de adquirir productos médicos de primera necesidad en situación de emergencia. Se garantizó de esta forma el uso de los suministros y los equipos en las instalaciones sanitarias públicas y por parte de los trabajadores sanitarios.

Naciones Unidas lanzó el Fondo Colectivo para la COVID-19 el pasado 6 de abril. Como parte de uno de los cuatro principios de unidad, el referente a la plataforma de inversión y financiación para la COVID-19, el Fondo Colectivo canaliza las aportaciones de los donantes a la respuesta a la COVID-19. ONUSIDA desempeñó un papel fundamental en su establecimiento, al trabajar mano a mano con el coordinador nacional de las Naciones Unidas y el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas para garantizar que esta plataforma de financiación pusiera a las personas y a las comunidades en el centro. ONUSIDA, ONU Mujeres y el Fondo de Población de las Naciones Unidas ayudaron a recaudar 6,5 millones de dólares estadounidenses para el compromiso de la sociedad civil y la comunidad, la protección social de los hogares más vulnerables y la documentación de las buenas prácticas de la comunidad.

Al anunciar su contribución de 50 millones de euros al Fondo Colectivo, el presidente de la delegación de la Unión Europea en Nigeria, Ketil Karlsen, afirmó: «El Fondo Colectivo para la COVID-19 nos brinda la oportunidad de cooperar y actuar rápidamente proporcionando una ayuda que contribuye a reforzar los servicios sanitarios y proteger a los más vulnerables». 

Quizás la aportación más importante de ONUSIDA a la respuesta a la COVID-19 en el país ha sido defender el aprovechamiento de la enorme infraestructura para el VIH con que cuenta Nigeria para luchar contra la COVID-19.

«Debemos incrementar los activos para el VIH sobre el terreno, no solo las instalaciones, sino también el número de sanitarios y voluntarios. Para luchar de manera efectiva contra la COVID-19, no podemos sino hacer partícipes a las comunidades para que ellas también lideren la respuesta», afirmó Erasmus Morah, director regional de ONUSIDA en Nigeria.

Juntos, el Gobierno de los Estados Unidos, la Agencia nacional para el control del sida, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, ONUSIDA, y el grupo de trabajo presidencial trazaron e iniciaron el compromiso de aproximadamente 100 000 sanitarios y voluntarios, para que fueran ellos quienes se ocuparan de la comunicación del riesgo, la movilización social, el rastreo de contactos y la atención domiciliaria.

La COVID-19 está lejos de dar tregua al país. Los casos siguen creciendo y el personal de las Naciones Unidas no ha escatimado en esfuerzos en ningún momento. Sin embargo, tal y como apunta el Sr. Kallon: «Las Naciones Unidas han de seguir trabajando y ayudando a las personas, al mismo tiempo que se garantice que el personal y sus familias dispongan de lo necesario para protegerse frente a la COVID-19». De acuerdo con esto, se estableció un centro para el aislamiento y el tratamiento de la COVID-19 como extensión de la clínica de las Naciones Unida para su personal, quien está en la primera línea de la batalla contra la enfermedad del coronavirus, y sus familias. 

Avanzando en la respuesta a la COVID-19, y apoyando continuamente al grupo de trabajo presidencial, el equipo nacional de las Naciones Unidas, incluida ONUSIDA, se está preparando para ayudar a Nigeria a hacer frente a las ingentes brechas en la preparación subnacional. En los próximos meses se abordarán cuestiones clave como la falta de medios de vida, el aumento de las vulnerabilidades y la inseguridad alimentaria, el mayor riesgo de violencia de género y el acceso limitado a los servicios sanitarios básicos.

Nuestra acción

COVID-19 y VIH

Garantizar el acceso a unos servicios para el VIH de calidad, seguros y no discriminatorios a los grupos de población clave y los migrantes en el contexto de la COVID-19

10 de julio de 2020

Declaración del Grupo de trabajo interinstitucional en materia de grupos de población clave del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) con relación a la necesidad de garantizar a los grupos de población clave y los migrantes el acceso a unos servicios para el VIH de calidad, seguros y no discriminatorios en el contexto de la pandemia de la COVID-19.

La rapidísima propagación de la COVID-19 continúa impactando en miles de millones de vidas de todo el mundo. Necesitamos una cantidad inaudita de recursos humanos y económicos para hacerle frente a la pandemia. Las entidades de las Naciones Unidas, las ONG, las comunidades de personas que viven con el VIH, los trabajadores sexuales, los hombres gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, las personas consumidoras de drogas, los transgénero, quienes están encarcelados y sus parejas sexuales, así como la sociedad civil en su conjunto, todos desempeñan un papel clave en la lucha contra la COVID-19. Todos y cada uno de ellos pueden salvar vidas y abordar conjuntamente las fuertes consecuencias sociales y económicas. Momentos tan críticos como este que estamos viviendo nos recuerdan que la desigualdad puede ser una cuestión de vida o muerte, y que todo el mundo nace libre e igual en dignidad y derechos, incluyéndose aquí el derecho a disfrutar de los más altos estándares de salud.

Son muchas las lecciones aprendidas de la respuesta mundial al VIH que ahora pueden ayudarnos a plantar cara a la COVID-19: El VIH nos ha enseñado que se trata de una responsabilidad compartida y que debemos empoderar a las comunidades e implicarlas en la respuesta; nunca jamás deberíamos comprometer los derechos humanos; debemos eliminar todas las formas del estigma y la discriminación; hemos de apoyar a los grupos más vulnerables y marginados.

ONUSIDA calcula que el 62 % de las nuevas infecciones por el VIH se producen entre los grupos de población clave y sus parejas sexuales. Los grupos de población clave experimentan formas concretas de exclusión, criminalización y discriminación que vuelven a dejarlos una y otra vez en situación vulnerable frente al VIH y ahora también frente a la COVID-19. Las personas que están en cárceles y otros centros de internamiento, donde el distanciamiento interpersonal no siempre es una opción, son extremadamente vulnerables a la COVID-19. Las personas encarceladas tienen también mayor prevalencia de VIH y tuberculosis, lo cual supone el riesgo de una mayor complicación si la persona infectada por el virus SARS-COV 2, como los migrantes, también plantan cara a una enorme vulnerabilidad frente al VIH. Las personas LGBT están informando de un elevado riesgo de violencia doméstica y familiar que aumenta el aislamiento social y multiplica las dificultades a la hora de acceder a un tratamiento vital para el VIH y a los servicios de salud reafirmadores del género. El dejar atrás a los grupos de población clave en un momento tan relevante como este puede ejercer un enorme impacto en la salud y las vidas humanas. Además, podemos desandar todo lo andado en la respuesta al VIH. 

Instamos a todos los Gobiernos y socios a que se unan a nosotros, y que juntos consigamos

poner a disposición de los grupos de población clave y los migrantes servicios para la prevención, el tratamiento, el cuidado y el apoyo para el VIH, así como servicios sanitarios en general, todos ellos de calidad y no discriminatorios.

Estos servicios han de basarse en el respeto, la protección y el cumplimiento de los derechos humanos, independientemente de las leyes, las políticas y las prácticas punitivas que pudieran existir. Todos ellos han de estar libres del estigma y la discriminación, deben partir de las pruebas y la ciencia, y han de cumplir las directrices internacionales más recientes. Asimismo, los servicios han de ser equitativos, deben partir de un consentimiento informado, y tienen que ser confidenciales y seguros para las comunidades y los trabajadores sanitarios.

Adaptar rápidamente la prestación de servicios teniendo en cuenta las nuevas realidades de la pandemia de la COVID-19.

El acceso seguro a las pruebas de detección para el VIH y al asesoramiento remoto es un ejemplo de esta adaptación de los servicios. Siempre que sea posible, se debería apostar por la dispensación multimensual de los tratamientos para el VIH, la tuberculosis y la hepatitis vírica. Un suministro de 3 a 6 meses nos ayudaría a garantizar la continuidad del tratamiento, a reducir la transmisión del VIH y las coinfecciones y, al tiempo, a disminuir el riesgo de contraer la COVID-19. Las personas consumidoras de drogas deberían tener acceso a la reducción del daño, incluyéndose aquí, siempre que se pueda y que así lo recomienden los profesionales médicos, el acceso a dosis múltiples de la terapia de sustitución de opiáceos, para así reducir las visitas a los lugares del programa de TSO y minimizar el riesgo de exposición a la COVID-19. Las alternativas a la encarcelación, siempre que se pueda, en el caso de los delitos no violentos, pueden salvar vidas, particularmente para delitos no reconocidos por la legislación internacional. Se deberían adoptar medidas para la liberación temprana de determinados grupos de personas que corren más riesgo de verse afectados por la COVID-19. Es el caso, por ejemplo, de mayores, enfermos crónicos o personas con otras dolencias, así como de embarazadas, mujeres con hijos dependientes, reclusos que están a punto de terminar su condena y aquellos que han sido encarcelados por delitos leves, de acuerdo con las políticas nacionales y sin comprometer la salud pública y la seguridad. Se precisan medidas de protección social en situación de emergencia para los grupos de población clave, ya que a menudo son excluidos de los servicios sociales, e incluso se ven privados de vivienda y seguro sanitario, y tienen una precaria situación laboral. La prestación de servicios ha de seguir teniendo en cuenta la diversidad por interseccionalidad, género y edad. Hemos de contar con recursos, fondos y materiales adecuados para las personas. Para ser eficaces y eficientes, estos servicios deben incluir a los grupos de población clave, sus comunidades y sus organizaciones en el diseño y la implementación de los programas.

Se ha de garantizar que las respuestas a la COVID-19 no conduzcan a la proliferación de leyes punitivas y medidas que refuercen las restricciones o criminalicen la transmisión y la exposición.

Este efecto enormemente perjudicial de las medidas punitivas sobre personas ya marginadas o criminalizadas ha sido bien documentado en la respuesta al VIH, incluso por parte de la Comisión Mundial sobre el VIH y la Legislación.

No venceremos a la COVID-19 si hay personas que no pueden ni permitirse acceder a las pruebas de detección o al tratamiento. Hemos de asegurarnos de que las respuestas a la COVID-19, o a cualquier otra pandemia o emergencia sanitaria, no dejan a nadie atrás, ya sean grupos de población clave, migrantes u otros grupos vulnerables. Como grupo de trabajo interinstitucional en materia de grupos de población clave, estamos listos para trabajar con todos nuestros socios para garantizar a los grupos de población clave el acceso seguro y basado en los derechos a servicios de calidad para el VIH y la COVID-19.

El Grupo de trabajo interinstitucional sobre los grupos de población clave se establece bajo la división laboral de ONUSIDA y lo coorganizan el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), en asociación con la Red mundial para y por personas que viven con el VIH (GNP+), la Red mundial de personas consumidoras de drogas (INPUD), MPact Global Action for Gay Men's Health and Rights (MPact), la Red global de proyectos relacionados con el trabajo sexual (NSWP), IRGT y la Secretaría de ONUSIDA.

La Directora Ejecutiva de ONUSIDA mantiene su primera reunión cara a cara con los principales donantes

13 de noviembre de 2019

Antes del acto de apertura de la 25.ª Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo que se celebra en Nairobi, la Directora Ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima, y Peter Eriksson, ministro de cooperación para el desarrollo internacional de Suecia, ofrecieron conjuntamente un desayuno ministerial con los donantes clave y los socios para subrayar la necesidad de una ONUSIDA fuerte y poderosa capaz de liderar la respuesta mundial al VIH.

Esta ha sido la primera reunión cara a cara de la Sra. Byanyima como Directora Ejecutiva de ONUSIDA con algunos de los principales donantes y socios del programa, y en ella ha aprovechado para comprometerse a darle a la organización un enfoque feminista desde el que seguir avanzando.

«ONUSIDA se encuentra en un momento fundamental debido a los desafíos a los que tuvo que enfrentarse hace dos o tres años, y la plantilla es, para mí, prioritaria. Necesitamos curar las heridas, recuperar la confianza y la cercanía. Quiero volver a llenar de alegría y felicidad el gran trabajo que desempeña ONUSIDA».

Katherine Zappone, ministra irlandesa de asuntos de infancia y juventud, Christopher MacLennan, viceministro adjunto de asuntos globales y desarrollo, y otros jefes institucionales aplaudieron el propósito de ONUSIDA de hacer realidad un auténtico cambio cultural en ONUSIDA.

«ONUSIDA lleva años al frente de la respuesta al sida. Canadá siempre nos ha brindado un enorme apoyo, y nos complace tener ahora con nosotros a Winnie», declaró el Sr. MacLennan.

Los ministros y representantes de Australia, Bélgica, Canadá, Finlandia, Alemania, Irlanda, Luxemburgo, Países Bajos, Noruega, Suecia y Suiza animaron a ONUSIDA a seguir adelante con su gran labor para promover las soluciones y las respuestas lideradas por las comunidades. También subrayaron la necesidad de potenciar la capacidad única de ONUSIDA y de incorporar su pericia en lo concerniente a los derechos humanos, para así derribar las barreras sociales y políticas que impiden seguir avanzando en la erradicación del VIH.

«Hemos de integrar mejor la salud sexual y reproductiva, y los derechos humanos en la respuesta al VIH para poder llegar a nuestros objetivos», señaló el Sr. Eriksson. «El Programa conjunto desempeña un importantísimo papel en lo referente a la salud sexual y reproductiva».

A la reunión también asistieron representantes de distintos copatrocinadores de ONUSIDA, como son el Fondo de Población de las Naciones Unidas y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). «El PNUD tiene un férreo compromiso de trabajo con ONUSIDA a la hora de apoyar a los Gobiernos a establecer un entorno legal con políticas y regulaciones desde el que lograr una respuesta al VIH efectiva y basada en los derechos humanos».

ONUSIDA, los donantes y socios están de acuerdo en la necesidad de estrechar lazos con el Fondo mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria, con el objeto de garantizar una respuesta sostenible al VIH.

La reunión fue la primera de una serie de actos organizados por ONUSIDA como parte de su mayor compromiso colectivo y de una colaboración más estrecha mientras se embarca en el proceso de desarrollar un nuevo plan estratégico para el VIH.

25.ª Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo

Sitio web

La preparación, la proactividad y la velocidad son elementos clave para hacer frente a las emergencias humanitarias

15 de agosto de 2019

El ciclón Idai golpeó Mozambique y la zona este de Zimbabwe a mediados de marzo; sin duda, aquella catástrofe no pudo haberse producido en un momento peor. Un mes antes, Zimbabwe había hecho un llamamiento de emergencia para ayudar a los 5,3 millones de personas afectadas por la crisis económica que estaba teniendo lugar. Además, las escasas precipitaciones habían arruinado todas las cosechas. Las repentinas lluvias intensas y el viento lo convirtieron todo en un caos. Trescientas personas fallecieron, cientos y cientos desaparecieron y 40 000 lugareños perdieron sus casas. La inseguridad alimentaria, junto con la falta de servicios básicos, incluida la atención sanitaria, se disparó en la provincia de Manicaland, la más asolada por el ciclón.

Para Mumtaz Mia, directora nacional de ONUSIDA en Zimbabwe en ese momento, lo más urgente era garantizar que las personas que vivían con el VIH, entre ellas las mujeres embarazadas que estaban participando en programas para la prevención de la transmisión maternoinfantil del VIH, tuvieran acceso al tratamiento para el VIH.

«En Zimbabwe, donde las emergencias no son un fenómeno nuevo, las personas que vivían con el VIH fueron dejadas a su suerte cuando el temporal arrasó con sus medicamentos», dijo.

Para ella, la preparación  es fundamental. «Para la respuesta al sida, debemos anticiparnos a cualquier trastorno que una situación de emergencia pueda ocasionar en los servicios».

Nacida en Malawi, la Sra. Mia se ha enfrentado a sequías e inundaciones a lo largo de toda la zona este y sur de África. También pasó un tiempo en Kenia sofocando el conflicto posterior a las elecciones y durante cinco años trabajó para ONUSIDA en Sudán del Sur antes de trasladarse para su misión en Zimbabwe.

Recuerda cómo la oficina nacional de ONUSIDA se reunió con el Gobierno, la sociedad civil, los donantes y otros interesados para establecer una acción inmediata. Enseguida todos ellos se encargaron de garantizar que las necesidades específicas del VIH quedaran también integradas en la respuesta a la emergencia. Ello implicaba coordinarse con los copatrocinadores de ONUSIDA, el ministerio de Salud y Atención a la Infancia y el Consejo nacional para el sida y el VIH con el fin de asegurar la distribución de la terapia antirretroviral y los preservativos, la ayuda alimentaria para las personas que vivían con el VIH y los partos seguros para las mujeres embarazadas. También instauraron medidas para evaluar y abordar las necesidades adicionales en materia de salud y VIH surgidas como consecuencia del desastre.

Casi 150 000 personas VIH-positivas residían en los distritos afectados por el ciclón, y alrededor de un 83 % de ellas estaban teniendo acceso a la terapia antirretroviral. Durante la crisis, la mayoría de estas personas tuvieron que interrumpir su tratamiento.

«Cuando no se cuenta con un plan y unas directrices claras respecto a la acción que se ha de emprender en situaciones de emergencia, se malgastan días y semanas muy valiosos tratando de ver qué hacer», señala la Sra. Mia.

Así mismo, considera que, para actuar más rápidamente en caso de emergencia, se debería disponer de planes de contingencia interinstitucionales en los que cada agencia tuviera asignadas sus funciones específicas. «Para orientar a las oficinas nacionales y sus directores, es fundamental utilizar pautas sencillas y claras con relación  a las acciones que ONUSIDA requiere en situaciones de emergencia y el impacto que estas pueden tener sobre el VIH», explicaba. Además, continuó, «es importante destinar los recursos económicos, de manera que se pueda acceder al dinero y utilizarlo en el mismo momento».

Practica yoga para sobrellevar mejor los periodos de estrés y alaba a su marido, quien siempre le presta su apoyo.  «Durante las épocas más caóticas, en casa tratamos de llevar una vida aparentemente normal», dice, aunque confiesa que a menudo no es nada fácil. En todo momento, Mia vive centrada en las personas que necesitan su ayuda. «Mi puerta siempre está abierta. Escucho sus historias y ello me da una perspectiva para seguir adelante». Por eso es por lo que, insiste, en momentos de necesidad no puedes fallarle a la gente. «La velocidad es esencial».

La directora nacional de ONUSIDA para la República Bolivariana de Venezuela, Regina López de Khalek, se muestra de acuerdo con ella. «Ante una emergencia humanitaria hay que actuar muy rápido para salvar vidas. Esto supone que hay que reinventar los quehaceres diarios y centrarse únicamente en la crisis», se reafirma.

En su caso, se ocupa del impacto que la crisis política y económica, que afecta a más del 80 % de la población, está teniendo en las personas que viven con el VIH o que están afectadas por el virus.  La inflación ha explotado en la República Bolivariana de Venezuela y ha hecho que los alimentos básicos queden fuera del alcance de las personas. La escasez ha invadido todo el país, y la medicina no es una excepción. Desde mayo de 2019, el país está recibiendo «ayudas humanitarias» que facilitan la distribución de medicamentos y de pruebas rápidas para la sífilis y el VIH. Con la ayuda de organizaciones internacionales no gubernamentales, se han repartido en el país casi 60 toneladas de medicamentos que salvan vidas. ONUSIDA también se involucró con el país y trabajó para recibir fondos de emergencia de otras organizaciones socias.

Hace muy poco ONUSIDA, el Fondo de Población de las Naciones Unidas y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados han aunado esfuerzos para juntos ayudar a las personas afectadas por el estigma, la discriminación y la violencia sexual. Esto incluía distribuir kits para la profilaxis posexposición, ofrecer una respuesta médica urgente para las personas expuestas al VIH y facilitarles el acceso a los servicios sanitarios, e introducir pruebas del VIH en las unidades de maternidad, así como apoyar a la sociedad civil.

Para la Sra. López de Khalek, la diferencia se marca trabajando sobre el terreno con otras agencias de las Naciones Unidas y sus socios. Y es que, explica, «trabajar codo con codo no es solo lo lógico y coherente, sino que permite que la respuesta al sida ocupe un lugar relevante en una situación humanitaria».

Por ello, recomienda seguir las directrices elaboradas por el Grupo de trabajo en materia del VIH en situaciones humanitarias del Comité Permanente entre Organismos, pero sin pasar por alto el contexto local y nacional. «Conozco y comprendo bien la situación del país en el que estás —decía—, porque, aunque las emergencias podrían parecer iguales, cada crisis incorpora las particularidades del país en el que se produce». Y hay que ser proactivos. «Hay que actuar en consecuencia por adelantado, de manera que no sea solo reaccionar», apuntó.  En su opinión, es vital establecer relaciones, colaborar y comprometerse con los demás. Hay que elaborar una respuesta integral para que, en caso de emergencia, tú y las personas a las que has ido a  ayudar no quedéis atrás.

Simone Salem se hace eco de este mismo mensaje. «El principal activo que me ha ayudado a responder ante las emergencias siempre ha sido el número de contactos que he ido teniendo en todos los países, así como las buenas relaciones que mantengo con personas influyentes que han sido capaces de ayudarme», confesó la asesora de movilización comunitaria de ONUSIDA en las regiones de Oriente Medio y el Norte de África.

Añadió también que, cuando empiezas a actuar y prestas una ayuda concreta, las personas confían en ti y buscan tu apoyo.

La Sra. Salem describe su trabajo en Irak, Libia y la República Árabe Siria como una experiencia que te cambia la vida. «Cada vez que ayudo a una persona, me doy cuenta de la importancia que tiene mi trabajo y de lo importantísimo que es estar siempre alerta a las necesidades de la gente», piensa en voz alta la egipcia.

Recientemente ayudó a personas a migrar o huir de sus hogares para tener acceso a tratamiento y asesoramiento para el VIH. Con la ayuda de activistas y redes regionales, contribuyó a la evacuación de las lesbianas, los gais, los bisexuales y las personas transgénero (LGBT) que habían sido el blanco de la violencia.

En tiempos de crisis, admira la solidaridad que surge y se multiplica a todos los niveles. Por ejemplo, no hace mucho los tunecinos ofrecieron a los libios un excedente de tratamiento para el VIH. Lo mismo sucedió cuando el conflicto sirio. En esa ocasión, fueron los libaneses los que donaron medicamentos.

Con el tiempo, ha ido aprendiendo a cada vez tomar mejores decisiones. ¿Su secreto? «Escuchar lo que se dice, y también aquello que no se está diciendo, cuando se analizan situaciones complejas», explica la Sra. Salem.

Para ella no se trata de una cuestión de género, sino de personalidad, aunque sí cuenta que las mujeres y las personas vulnerables iban a ella porque pensaban que les brindaría más apoyo. Solo siente pesar cuando no puede ayudar a alguien. «Es muy duro».

Explica que escucha a la gente con el corazón.  Le tocó el corazón cuando los jóvenes del colectivo LGBT se acercaron a ella para decirle que sus reconfortantes palabras les habían dado esperanzas.

«Aquello tuvo un enorme valor para mí y eso es justo lo que me hace seguir», confiesa la Sra. Salem. «Exijo y exijo hasta que la gente es tratada con justicia y compasión».

Grupo de trabajo en materia del VIH en situaciones humanitarias del Comité Permanente entre Organismos

Seguridad y asuntos humanitarios

«El personal de la clínica es muy amable. Llevo viniendo ya tiempo y me conocen todos muy bien»

02 de julio de 2019

Esta historia fue publicada por primera vez por el Fondo de población de las Naciones Unidas

Windhoek, NAMIBIA - A veces es mejor ir donde nadie sabe ni tu nombre, pero donde igualmente te sientes bienvenido. Así es para muchos trabajadores sexuales y hombres que tienen relaciones sexuales con hombres en Namibia, quienes son objeto de las mayores críticas, la mayor repulsión y el mayor estigma en prácticamente todos los aspectos de su día a día.

Como resultado, estos hombres y mujeres tienen miedo y, por consiguiente, rehúyen acceder a los servicios de salud básicos, como los relacionados con las pruebas del VIH y el tratamiento del virus, la profilaxis, los preservativos, los lubricantes y los métodos anticonceptivos.

De acuerdo con el primer estudio de vigilancia biocomportamental integrado llevado a cabo en 2014, entre los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, la prevalencia del VIH se estima de un 10,2 % en Keetmanshoop, un 7,1 % en Oshakati, un 10,1 % en Swakopmund/Walvis Bay, y un 20,9 % en la capital, Windhoek.

La prevalencia del VIH entre hombres que tienen relaciones sexuales con hombres estimada en Oshakati y Swakopmund/Walvis Bay se considera similar a la de la población general de adultos varones en los alrededores de las regiones de Oshana y Erengo, de acuerdo con los cálculos aportados por la Encuesta de salud y demografía de Namibia en 2013.

La prevalencia del VIH entre hombres que tienen relaciones sexuales con hombres es ligeramente inferior que la de la población masculina general en la región de Karas, mientras que la prevalencia del VIH entre hombres que tienen relaciones sexuales con hombres en Windhoek fue casi el doble de alta que la prevalencia del VIH entre los varones de la población general en la región de Khomas.

Cuidar sin juzgar

En 2018, la Asociación para la planificación familiar de Namibia (NAPPA, por sus siglas en inglés), con el apoyo del Fondo de población de las Naciones Unidas de Namibia, organizó varias reuniones con socios cuyo papel es clave con el objeto de abrir un centro de acogida en las oficinas de Out Right Namibia.

Out Right Namibia es una organización nacional que trabaja con la comunidad de lesbianas, gais, bisexuales, personas transgénero e intersexuales (LGTBI) con la finalidad de avanzar en los derechos, intereses y expectativas de la comunidad LGTBI en Namibia. 

Tanto el centro de acogida como la clínica NAPPA Okuryangava tenían horarios de trabajo flexibles para permitir a los grupos de población clave acceder a los servicios de salud sexual y reproductiva y a los servicios del VIH cuando más les conviniera. Asimismo, la clínica abría los sábados, con el objeto de que los grupos de población clave pudieran acceder a los servicios sin el miedo al estigma y a la discriminación. 

Todos los proveedores de servicios y el personal tanto del centro de acogida como de la clínica estaban formados y sensibilizados respecto de la importancia de brindar un servicio de calidad, y libre de juicios, a los grupos de población clave. El equipo de Outright Namibia también se movilizó para concienciar a la gente e informar con relación a los servicios ofrecidos tanto por la clínica, como por el centro de acogida.

Una experiencia agradable

«Visitar NAPPA fue para mí una experiencia muy agradable. Como trabajadora sexual, para mí es importante sentirme cómoda e ir a clínicas en las que no me sienta juzgada. NAPPA me abrió sus puertas y allí me siento como en casa. Esta clínica no me supone ninguna complicación. Aquí los servicios son gratuitos, y la prefiero antes que los hospitales de la zona», comenta una trabajadora sexual, Martha Keto (no es su verdadero nombre).

Keto, de 30 años, lleva casi 12 como trabajadora sexual, y desde octubre de 2017 acude a la clínica para recibir su tratamiento de profilaxis preexposición. «Vengo de manera regular a hacerme las pruebas y a recibir mi tratamiento de profilaxis previa a la exposición, el cual me protege frente al contagio del VIH. Las pruebas que recibo aquí no solo me mantienen informada respecto de mi estado serológico y del posible contagio de enfermedades de transmisión sexual, también me ayudan a tener controlada toda mi salud en general. Se preocupan de todas las cuestiones relacionadas con la salud, incluso del hígado, y las enfermeras son capaces hasta de decirme si mi consumo de alcohol es demasiado elevado», señala.

«El personal de la clínica es muy amable. Llevo viniendo ya tiempo y me conocen todos muy bien. Sin duda, recomendaría los servicios de NAPPA a mis compañeras también trabajadoras sexuales. Sus puertas siempre están abiertas para nosotras, incluso los fines de semana podemos venir si lo necesitamos.  En Namibia hay un enorme número de trabajadores sexuales y me gustaría que los servicios que nos proporciona NAPPA se pudieran divulgar, de manera que los trabajadores sexuales conozcan los servicios gratuitos que aquí se ofrecen», dijo.

Los sentimientos de Keto los comparten también Cinton Nati y Gideon Markus (no son sus verdaderos nombres), ambos hombres homosexuales que se benefician de los servicios de la clínica NAPPA.

«Si no hubiera sido por la amabilidad de todo el personal de la clínica NAPPA y por su constante ánimo y apoyo, nunca habría hecho caso a la enfermera y visitado la clínica», señaló Nati. Según él, el trato recibido le facilitó establecer una relación personal con los trabajadores de la clínica. Siempre le estaban dando ánimos y, gracias a ello, no solo fue capaz de apreciar mejoras en su salud, sino también en su nivel de confianza.

Antes de ir a NAPPA, Nati había tenido dificultades emocionales y mentales relacionadas con su reciente diagnóstico de VIH. Como resultado de ello, a menudo faltaba a sus citas médicas, ya que le resultaba difícil aceptar su nueva realidad como VIH-positivo.

«Desde el primer instante en que mi pareja y yo pisamos el suelo de las clínicas NAPPA, tanto en Out Right Namibia como en Okuryangava, se nos ha tratado muy bien y  todo el personal ha hecho un gran esfuerzo por hacernos sentir seguros. He participado en sesiones de asesoramiento para asegurarme de que estoy haciendo las cosas bien, y también voy a mis revisiones para comprobar que la medicación no esté teniendo efectos secundarios en el cuerpo y tener la tranquilidad de que sigo estando sano. Los profesionales de las clínicas constatan también que entendemos cómo debemos cuidar de nosotros mismos y que seguimos pautas de salud sexual responsables», explicó Markus.

«Cada vez que visitamos la clínica de Okuryangava, la hermana Fungai Bhera (enfermera graduada con experiencia) dedica siempre un tiempo a hablar sobre cómo nos hemos encontrado.  Para otros quizá esto sea una cosa menor, pero para mí significa mucho que se preocupe por nosotros, y me tranquiliza el saber que estoy cuidado y en buenas manos», comentaba Van Den Berg.

Continuó hablando al respecto y señaló: «La comunidad LGBTI en Namibia nunca ha recibido un apoyo adecuado por parte de los líderes nacionales. Como consecuencia de ello, todavía hay muchas personas LGTBI que se sienten discriminadas y presas del terror respecto de sus comunidades, puesto que no disfrutamos de los mismos derechos legales». De ahí que llevemos vidas secretas, que a veces incluso llevemos una doble vida. Pienso que precisamente son estas vidas secretas las que contribuyen a que las personas LGBTI en Namibia se encuentren en situaciones en las que son mucho más vulnerables a infectarse con el VIH u otras enfermedades de transmisión sexual.

Mayor acceso a los servicios para los grupos de población clave

En 2018, un total de 523 grupos de población clave lograron acceder a los servicios de salud sexual y reproductiva en los dos sitios. Hablamos de 233 trabajadores sexuales, 188 hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, 70 conductores de camión y 32 mujeres que tienen relaciones sexuales con mujeres.  Fueron 10 los acontecimientos de alto alcance celebrados en distintos locales nocturnos  de Windhoek.

El completo paquete de servicios proporcionado en los dos sitios incluía: pruebas del VIH y asesoramiento, y quienes daban positivo recibían inmediatamente tratamiento; servicios de profilaxis preexposición, pues quienes daban negativo en la prueba también eran asesorados e informados con relación a los servicios de profilaxis previa a la exposición y quienes estaban de acuerdo iniciaban la terapia; servicios de planificación familiar, incluyéndose aquí el suministro de preservativos; la detección y el tratamiento de las enfermedades de trasmisión sexual; y sesiones informativas con relación a la salud sexual y reproductiva, al VIH y a la violencia de género.

ONUSIDA y el Fondo de Población de las Naciones Unidas instan a que el Gobierno de Brunéi Darussalam rechace las nuevas y discriminatorias disposiciones penales

04 de abril de 2019

 

GINEBRA, 4 de abril 2019— ONUSIDA y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (conocido por sus siglas en inglés como UNFPA) y la Agencia de las Naciones Unidas para la Salud Sexual y Reproductiva están seriamente preocupados por las nuevas disposiciones penales que entraron el vigor el pasado 3 de abril de 2019 en Brunéi Darussalam. Estas disposiciones, que imponen la pena de muerte por mantener relaciones homosexuales, por adulterio y por tener hijos fuera del matrimonio, incumple varias normativas internacionales sobre los derechos humanos, incluido el derecho a no ser sometido a tortura u otro tratamiento cruel, inhumano o degradante. Estas disposiciones tendrán un impacto negativo significativo en la salud y el bienestar. 

«Estas penas extremas e injustificadas propiciarán que las personas se oculten y queden fuera de los tratamientos contra el VIH y de los servicios de prevención», comentó Michel Sidibé, Director Ejecutivo de ONUSIDA. «Insto encarecidamente a que Brunéi Darussalam suspenda o rechace las enmiendas al Código Penal (basado en la ley Sharía) y ofrezco el apoyo de ONUSIDA para asegurar que las leyes se basen en los derechos humanos, en pruebas y que protejan a los más vulnerables».

Las leyes que castigan la orientación sexual, las relaciones homosexuales y la atención de la salud reproductiva son discriminatorias. Además tienen un impacto desproporcional sobre las mujeres, ya que se crean barreras a la hora de acceder a los servicios y a la información sanitaria, lo que provoca un aumento en la vulnerabilidad frente al VIH y frente a otros problemas sanitarios. Al impedir el acceso a los derechos sobre salud sexual y reproductiva, incluidos los servicios para el VIH, se afecta de manera negativa a la salud pública.

«Todas las personas, sin distinción alguna, tienen el derecho a vivir una vida libre de violencia, persecución, discriminación o estigma de cualquier tipo. Los derechos humanos son universales. No se debe recurrir a las prácticas culturales, religiosas o morales y las conductas sociales para justificar la violación de los derechos humanos hacia cualquier colectivo sin importar su género u orientación sexual», afirmó Natalia Kanem, Directora Ejecutiva de la UNFPA.

La criminalización de la conducta homosexual ha provocado un aumento en el estigma social y ha dado paso a la discriminación, a la violencia y al hostigamiento. Las pruebas muestran que en las comunidades donde son criminalizadas, las personas son más vulnerables a sufrir violencia, son menos propensos a acceder a los servicios necesarios contra el VIH y a otros servicios de salud y tienen menor capacidad para protegerse frente a las infecciones por el VIH. Criminalizar a las personas también contrarresta los Objetivos de Desarrollo Sostenible acordados por la Asamblea General de las Naciones Unidas.    

ONUSIDA y UNFPA muestran su preocupación ante un número creciente de leyes y retórica conservadora y discriminatoria en varios países, y que potencialmente de lugar a un aumento de la violencia, del estigma y de la discriminación hacia otras personas basándose en cuestiones de género, identidad de género u orientación sexual. En los debates recientes de la región Asia-Pacífico junto a otras regiones, se ha puesto de manifiesto la necesidad de establecer leyes y políticas basadas en pruebas empíricas y en los derechos humanos.

El pasado mes de diciembre, Brunéi Darussalam solicitó un número mayor y de mejor calidad de datos sobre las poblaciones más afectadas y con mayor riesgo para asegurar una difusión mayor. La producción de dichos datos, que podrían ayudar a mejorar las disposiciones sanitaria de Brunéi Darussalam para las poblaciones más afectadas y de mayor riesgo, va a ser menoscabada por el Código Penal.

ONUSIDA y UNFPA apoyan el llamamiento por parte del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y la carta abierta a cinco de los miembros del Comité para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas para suspender la revisión del Código Penal e insta a todos los gobiernos a proteger los derechos humanos de todas las personas. Esto incluye el rechazo a las disposiciones penales contra la conducta sexual entre adultos y las decisiones reproductivas, implementar leyes para proteger a todas las personas de la violencia y la discriminación y asegurar unos servicios sanitarios adecuados, incluidos servicios de salud sexual y reproductiva, que sean accesibles, asequibles y aceptables a la hora de atender a sus necesidades.

 

UNFPA

El Fondo de Población de las Naciones Unidas es la Agencia de las Naciones Unidas para la Salud Sexual y Reproductiva. Nuestra misión es conseguir un mundo en el que todos los embarazos sean deseados, que todos los partos sean seguros y que el potencial de todas las personas sea satisfecho. Más información en www.undp.org/spanish

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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Las organizaciones sanitarias mundiales se comprometen a adoptar nuevas formas de colaborar para lograr un mayor impacto

16 de octubre de 2018

BERLIN, ALEMANIA, 16 de octubre de 2018—Once jefes de las principales organizaciones sanitarias y desarrollo del mundo han suscrito hoy un compromiso histórico para encontrar nuevas formas de colaborar con el fin de acelerar los progresos hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.

Coordinada por la Organización Mundial de la Salud, la iniciativa aglutina la labor de 11 organizaciones, a las que se sumarán otras en la próxima fase.

El compromiso responde a una petición de la Canciller Angela Merkel de Alemania, el Presidente Nana Addo Dankwa Akufo-Addo de Ghana y la Primera Ministra Erna Solberg de Noruega, con el apoyo del Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, de que se elabore un plan de acción mundial para definir la forma en que los actores mundiales pueden colaborar mejor para acelerar el avance hacia el logro de las metas relacionadas con la salud contenidas en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

«La salud de las personas es esencial para el desarrollo sostenible y para acabar con la pobreza, promover sociedades pacíficas e inclusivas y proteger el medio ambiente. Sin embargo, a pesar de los grandes avances realizados en la lucha contra muchas de las principales causas de muerte y enfermedad, debemos redoblar nuestros esfuerzos o no alcanzaremos varias de las metas relacionadas con la salud», han señalado hoy las organizaciones en la Cumbre Mundial de la Salud en Berlín. «El Plan de acción mundial representa un compromiso histórico con nuevas formas de colaborar con miras a acelerar los progresos hacia el logro de las metas establecidas para 2030. Estamos comprometidos a redefinir la forma en que nuestras organizaciones colaboran para brindar un apoyo más eficaz y eficiente a los países y lograr una mejor salud y bienestar para todas las personas».

El grupo ha acordado desarrollar nuevas formas de colaborar para maximizar los recursos y medir los progresos de una manera más transparente e interesante. La primera fase de la formulación del plan se organiza con arreglo a tres enfoques estratégicos: alinear, acelerar y rendir cuentas.

Alinear: Las organizaciones se han comprometido a coordinar los procesos programáticos, financieros y operacionales para aumentar la eficiencia colectiva y el impacto en una serie de prioridades compartidas, como la igualdad de género y la salud reproductiva, de la madre, el recién nacido, el niño y el adolescente.

Acelerar: Han acordado elaborar enfoques comunes y coordinar la acción en esferas de trabajo que tienen el potencial de aumentar el ritmo de los progresos en el ámbito de la salud mundial. El conjunto inicial de siete «aceleradores» incluye la participación de la comunidad y la sociedad civil, la investigación y el desarrollo, los datos y la financiación sostenible.

Rendir cuentas: Con el fin de mejorar la transparencia y la rendición de cuentas ante los países y los asociados para el desarrollo, las organizaciones sanitarias están abriendo nuevos caminos estableciendo hitos comunes para casi 50 metas relacionadas con la salud  de 14 Objetivos de Desarrollo Sostenible. Estos hitos proporcionarán un punto de comprobación crítico y una referencia común para determinar en qué situación se encuentra el mundo en 2023 y si este está en camino de alcanzar los objetivos de 2030.

El Plan de acción mundial también mejorará la acción colectiva y movilizará fondos para hacer frente a las desigualdades de género que obstaculizan el acceso a la salud y mejorar la calidad de la atención sanitaria integral de las mujeres y las niñas, incluidos los servicios de salud sexual y reproductiva.

Las organizaciones que ya han suscrito el Plan de acción mundial a favor de una vida saludable y bienestar para todos son: la Alianza Gavi para las Vacunas, el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, el Servicio Mundial de Financiamiento, el ONUSIDA, el PNUD, el UNFPA, el UNICEF, el UNITAID, ONU Mujeres, el Banco Mundial y la OMS. El Programa Mundial de Alimentos se ha comprometido a unirse al plan en los próximos meses.

El plan definitivo se presentará en septiembre de 2019 en la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Las voces de los jóvenes cuentan, y los espacios seguros también

09 de agosto de 2018

Una coalición internacional de más de 80 organizaciones juveniles que trabajan en el ámbito del VIH (la PACT) y Youth Voices Count (YVC) realizaron una encuesta para averiguar lo que saben los jóvenes sobre salud sexual y reproductiva.

Más de la mitad de los 270 000 jóvenes de entre 10 y 24 años de 21 países diferentes que respondieron a la encuesta en U-Report (el 54% de los jóvenes y el 58% de las jóvenes) habían hecho uso de servicios para el VIH y de otro tipo en centros de salud o clínicas en los tres meses anteriores.  Alrededor del 36% de los jóvenes de entre 10 y 24 años que no lo habían hecho manifestaron que visitar un centro de salud o una clínica les hacía sentir incómodos, y más del 28% de los jóvenes (de ambos sexos) afirmaron que tenían miedo de solicitar dichos servicios.

“Pese a que disponemos de las herramientas más actuales para poner fin al sida, como tratamientos antirretrovíricos, profilaxis previa y posterior a la exposición, pruebas de autodiagnóstico del VIH y muchas otras, acabar con el sida entre los adolescentes y los jóvenes sigue representando un gran desafío. La respuesta al VIH no solo tiene que ver con pastillas y con pruebas; es importante crear espacios adecuados en los que los adolescentes y los jóvenes se sientan seguros y empoderados”.

Niluka Perera COORDINADOR REGIONAL DE YOUTH VOICES COUNT

La encuesta, que contó con el apoyo de ONUSIDA, UNICEF y UNFPA, se complementó con el estudio pormenorizado y las entrevistas llevadas a cabo por YVC, según los cuales aproximadamente el 15% de los jóvenes que habían recibido alguna clase de servicio relacionado con la salud sexual en los 6 meses anteriores experimentaron rechazo o maltrato a causa de su edad, su orientación sexual, su identidad de género o su estado serológico. De aquellos que se sintieron maltratados por su edad, el 55% se identificaron como homosexuales o bisexuales y el 25% como personas que viven con el VIH. Además, el 32% de los varones jóvenes gais, bisexuales o que tienen relaciones sexuales con hombres y el 50% de los jóvenes transgénero se sintieron discriminados debido a su identidad de género o a su orientación sexual. Finalmente, el 16% de los jóvenes que se identificaron como personas que viven con el VIH dijeron haber sido maltratados por su estado serológico.

“Si permitimos que la exclusión, la marginación y la discriminación prosperen, jamás lograremos una generación libre de sida. La autocomplacencia es un lujo que no podemos seguir permitiéndonos. Estos obstáculos no van a resolverse solos ni con el paso del tiempo, solo lo harán si unimos activamente nuestras fuerzas para combatirlos”.

Damilola Walker ASESORA PRINCIPAL SOBRE ADOLESCENTES Y VIH DE UNICEF

Los entornos sanitarios deberían ser espacios seguros para aquellos que necesitan asistencia, pero no lo son. Sigue habiendo políticas y actitudes que dificultan el acceso de los jóvenes a los servicios para el VIH y de salud sexual y reproductiva. De hecho, el 37% de los encuestados que habían visitado una clínica no se lo recomendarían a otros.

El tema de este año para el Día Internacional de la Juventud, Espacios seguros para los jóvenes, subraya la importancia de que los jóvenes dispongan de espacios seguros donde reunirse, pasar el rato, participar en los procesos de toma de decisiones y expresarse libremente. Esto incluye los centros de atención médica, que deberían ser lugares que brinden protección y refugio, lugares sin estigma, maltrato ni violencia.

“Aún falta mucho para acabar con el sida, pero si los jóvenes están informados, son libres y pueden acceder a servicios seguros y que respondan a sus necesidades específicas, podremos lograrlo”.

Michel Sidibé DIRECTOR EJECUTIVO DE ONUSIDA

Aproximadamente 1600 jóvenes contraen el VIH cada día, y cada 10 minutos muere una persona de una enfermedad relacionada con el sida. Las mujeres de 15 a 24 años se ven particularmente afectadas. En el África subsahariana, las jóvenes tienen el doble de probabilidades que los varones de contagiarse de VIH. Además, en todo el mundo, las poblaciones clave de jóvenes (incluidos los gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, los bisexuales, las personas transgénero, los trabajadores sexuales y las personas que se inyectan drogas) corren un gran riesgo de infección por el VIH debido a las violaciones de los derechos humanos, la discriminación, la exclusión, la criminalización y la violencia. La mayoría de los jóvenes que viven con el VIH en el mundo no conoce su estado serológico.

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Pueden descargarse más diapositivas como estas en Actualización mundial sobre el sida 2018 Miles to Go

Los altos cargos de las organizaciones del H6 adoptan el nuevo marco de resultados

07 de mayo de 2018

Por todo el mundo, muchas mujeres, niños y adolescentes todavía tienen poco o ningún acceso a servicios sanitarios y a educación de calidad, así como a aire puro y agua, servicios de saneamiento adecuados y una buena nutrición. Demasiadas personas se enfrentan a situaciones de violencia y discriminación, a desigualdades de poder y oportunidad y a numerosas barreras que perjudican su salud y bienestar físico, mental y y emocional.

Para acelerar el cambio, los jefes ejecutivos de las organizaciones del H6 se reunieron el 2 de mayo al margen de la Junta de los Jefes Ejecutivos del Sistema de las Naciones Unidas en Londres (Reino Unido) y acordaron un nuevo marco de resultados, los Resultados H6 para 2020. Estos tienen como objetivo transformar la organización H6 en una valiosa fuente de confianza para el soporte técnico, el asesoramiento normativo estratégico y las mejores prácticas de salud y el bienestar de mujeres, niños y adolescentes.

Los Resultados H6 para 2020 se desarrollaron bajo la presidencia de Michel Sidibé, el Director Ejecutivo de ONUSIDA, y están estrechamente relacionados con la estrategia mundial “Todas las Mujeres Todos los Niños Todos los Adolescentes” y el marco asociado “Todas las Mujeres Todos los Niños” para 2020. Los Resultados H6 para 2020 fijan unos objetivos ambiciosos comprometiéndose a producir una serie de resultados concretos para el año 2020.

"Estoy muy emocionado sobre nuestra revitalizada asociación  de la H6. Como el brazo técnico del movimiento “Todas las Mujeres Todos los Niños”, hemos planeado agilizar y simplificar la arquitectura de la salud, coordinando con socios clave el aprovechamiento el capital político, los conocimientos técnicos y la promoción de obtener estos resultados para las mujeres, los niños y los adolescentes en todas partes", dijo el Sr. Sidibé.

Impulsando la visión que propusieron los jefes ejecutivos en marzo de 2018, los Resultados H6 para 2020 se basan en los logros de la H6 hasta la fecha y refuerzan los mecanismos existentes, a la vez que fortalecen los mecanismos de las Naciones Unidas para respaldar a los países. Además, indican cómo el H6 armonizará los esfuerzos de las seis organizaciones del H6 y de sus socios clave en el país, a nivel regional y mundial, y se centrará en los países con mayor incidencia de mortalidad y morbilidad materna, infantil y de adolescentes niño e intensificar para intensificar las medidas pertinentes.

"La Asociación H6 juega un papel fundamental a la hora de garantizar que los países se centren en las necesidades de salud de las mujeres de manera intersectorial, con enfoque de precisión en la igualdad de género, los derechos humanos y otros factores, como la educación", afirmó Phumzile Mlambo-Ngcuka, la Directora Ejecutiva de ONU-Mujeres.

Amplificando el valor añadido, la Alianza H6 pretende servir como un laboratorio vivo para la reforma de las Naciones Unidas, atendiendo al llamamiento del Secretario General de las Naciones Unidas para un sistema de desarrollo más centrado en los países, coordinado, eficiente y responsable y que permita desarrollar un sistema en mejores condiciones de asistir a los países en la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

"Es importante que las Naciones Unidas se reúnan para focalizar su soporte técnico en las prioridades clave de  algunos de los países con alta carga, y lo que debe impulsar nuestro enfoque son los resultados para la gente", comentó Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud.

Los Resultados H6 para 2020 se comprometen a impulsar el progreso a través de una gama de prioridades para la salud de mujeres, niños y adolescentes y hacen especial hincapié en captar a los adolescentes. Niñas y niños adolescentes (entre 10 – 19 años) siguen siendo una población particularmente desfavorecida en la salud y los programas sociales de muchos países. Garantizar la salud y el bienestar de los adolescentes es imprescindible para cumplir con el mandato de cada uno de los socios del H6.

Natalia Kanem, la Directora Ejecutiva del Fondo de Población de las Naciones Unidas afirmaba lo siguiente: “El Fondo de Población de las Naciones Unidas está firmemente comprometido con la alianza del H6, pues ha demostrado que trabajar en estrecha colaboración y poner las diferentes experiencias y formaciones sobre la mesa no solo es efectivo para permitir que los países presten una atención de calidad a las mujeres y niñas a las que se había dado de lado, sino que también asegura una fuerte implicación nacional”.

El H6 se compromete a agilizar los resultados relativos a la salud

26 de marzo de 2018

El H6 combina los puntos fuertes de seis organizaciones internacionales para ayudar a que los países se conciencien sobre la estrategia “Todas las Mujeres Todos los Niños”, lanzada por el secretario general de las Naciones Unidas. Esta asociación moviliza el compromiso político y los recursos para transformar las sociedades para que mujeres, niños y adolescentes puedan ejercer sus derechos en cuanto a salud y bienestar al mayor nivel posible.

Los altos cargos que representan a las seis organizaciones involucradas se reunieron en Nueva York (Estados Unidos de América) con el objetivo de dar forma a una visión conjunta para el H6. Durante la reunión, que tuvo lugar el 21 de marzo, los líderes de la salud se comprometieron de manera conjunta a proporcionar en mayor cantidad y con una mayor rapidez los resultados a los países.

El Presidente del H6, Michel Sidibé, compartió su visión sobre esta asociación: habló sobre cómo puede transformarse para satisfacer las demandas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en contextos humanitarios, y sobre cómo podría convertirse en una plataforma líder en el procreso de reforma de las Naciones Unidas.

Como Director Ejecutivo de ONUSIDA, Michel Sidibé, afirmaba lo siguiente: “Como plataforma de transformación, considero que el H6 resulta una excelente oportunidad para convertir en realidad la reforma de las Naciones Unidas y para proporcionar resultados a cada mujer, niño y adolescente del mundo”.

Los participantes coincidieron en su ambición por hacer del H6 un centro único para que los países puedan recibir asistencia técnica, información estratégica y consejo sobre política estratégica. La salud de los adolescentes, particularmente la de aquellos entre 10–18 años, también se consideró un aspecto fundamental a tratar.

Henrietta Fore, Directora Ejecutiva de UNICEF, comentaba lo siguiente: “Creo que una asociación tan efectiva como la del H6 es una importante vía de control del impacto sanitario en los niños a nivel nacional mediante, por ejemplo, la reparación de las lagunas existentes en los servicios para el grupo de edad de entre 10–18 años y las semillas del desarrollo plantadas en contextos humanitarios”.

Los participantes también se comprometieron a asegurar una toma de decisiones donde las comunidades tengan voz y decidieron construir asociaciones innovadoras con otras partes interesadas más allá de las Naciones Unidas.

El aumento la trasparencia y la rendición de cuentas del H6, la reducción de la fragmentación y la duplicación del sistema de las Naciones Unidas, así como entre las Naciones Unidas y el Banco Mundial, será la clave del éxito. Otro punto importante será hacer hincapié en un seguimiento conjunto de los resultados. El H6 va a trabajar en estrecha colaboración con el Mecanismo Mundial de Financiamiento y con la Alianza para la Salud de la Madre, del Recién Nacido y del Niño.

Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del Fondo de Población de las Naciones Unidas constataba lo siguiente: “El Fondo de Población de las Naciones Unidas está firmemente comprometido con la alianza del H6, pues ha demostrado que trabajar en estrecha colaboración y poner las diferentes experiencias y formaciones sobre la mesa no solo es efectivo para permitir que los países presten una atención de calidad a las mujeres y niñas a las que se había dado de lado, sino que también asegura una fuerte implicación nacional”.

Ahora, los directores del H6 van a desarrollar un marco de resultados y volverán a darse cita en mayo para revisarlo y aprobarlo. Su objetivo es elaborar una hoja de ruta en aras de descubrir nuevas maneras de seguir avanzando para mediados de año.

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