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ONUSIDA anuncia que 2 millones más de personas que viven con el VIH recibieron tratamiento en 2015, lo que aumenta el total a 17 millones

Un nuevo informe de ONUSIDA muestra que el número de personas que tiene acceso a los antirretrovíricos se ha duplicado desde 2010

GINEBRA/NAIROBI, 31 de mayo de 2016—Se calcula que unos 17 millones de personas accedían a los antirretrovíricos que salvan vidas a finales de 2015, de manera que 2 millones de personas más habían accedido en un período de 12 meses. El anuncio, hecho en un nuevo informe de ONUSIDA titulado Actualización mundial sobre el sida 2016, llega cuando los líderes mundiales se disponen a acudir a la Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas para Poner Fin al Sida, que se celebrará en Nueva York (Estados Unidos de América) del 8 al 10 de junio de 2016.

El extraordinario aumento del tratamiento antirretrovírico desde 2010 en muchos de los países más afectados del mundo ha reducido las muertes relacionadas con el sida de 1,5 millones en 2010 [1,3 millones - 1,7 millones] a 1,1 millones  [940 000 - 1,3 millones] en 2015. A medida que más países adoptan las nuevas directrices de la Organización Mundial de la Salud para tratar de inmediato a todas las personas a las que se diagnostica el VIH, se hacen realidad los beneficios de salud pública para las personas y la sociedad en general.

"Se está aprovechando todo el potencial del tratamiento antirretrovírico", declaró Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA. "Insto a todos los países a aprovechar esta oportunidad sin precedentes con el fin de acelerar los programas de prevención y tratamiento del VIH y poner fin a la epidemia de sida para 2030".

La cobertura mundial del tratamiento antirretrovírico alcanzó el 46 % [43–50 %] a finales de 2015. Las mejoras fueron mayores en la región más afectada del mundo, el este y el sur de África, donde la cobertura aumentó de un 24 % [22–25 %] en 2010 a un 54 % [50–58 %] en 2015, llegando a un total de 10,3 millones de personas. En Sudáfrica, 3,4 millones de personas tuvieron acceso al tratamiento, seguido por Kenya, con cerca de 900 000. Botswana, Eritrea, Kenya, Malawi, Mozambique, Rwanda, Sudáfrica, Swazilandia, Uganda, la República Unida de Tanzanía, Zambia y Zimbabwe aumentaron la cobertura del tratamiento en más de 25 puntos porcentuales entre 2010 y 2015.

El informe se presentó en Nairobi (Kenya), uno de los países que presenta el avance más notable en la ampliación del acceso a los antirretrovíricos y la reducción del número de nuevas infecciones por el VIH.

"El gobierno keniata, en colaboración con ONUSIDA y otros socios de desarrollo, está comprometido con el enfoque de Acción acelerada para poner fin al sida como amenaza para la salud pública para 2030", afirmó Cleopa Mailu, secretaria del Gabinete para la Salud de Kenya. "Debemos catalizar las inversiones en diferentes sectores, centrándonos en programas rentables y socialmente inclusivos, si queremos tener éxito".      

El enfoque de Acción acelerada  al tratamiento de ONUSIDA ha demostrado que funciona en los países que lo han adoptado. El impulso debe continuar para alcanzar el objetivo de tratamiento 90-90-90 de ONUSIDA para 2020, por el que el 90 % de las personas que viven con el VIH conoce su estado serológico, el 90 % de las personas que conocen su estado seropositivo accede al tratamiento y el 90 % de las personas en tratamiento presenta supresión de la carga vírica. Alcanzar el objetivo de tratamiento 2020 fijará el rumbo del mundo para poner fin a la epidemia de sida para 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Revitalizar la prevención del VIH

La prevención de nuevas infecciones por el VIH, mediante la lucha contra el estigma y la discriminación y garantizando que el 90 % de las personas tenga acceso a los servicios de prevención de combinación del VIH, también será crucial para poner fin a la epidemia de sida.

El informe de ONUSIDA muestra que los descensos de nuevas infecciones por el VIH entre los adultos han caído de forma alarmante en los últimos años, por lo que el número anual estimado de nuevas infecciones entre los adultos se mantiene casi invariable en torno a los 1,9 millones [1,7 millones - 2,2 millones]. La cifra global enmascara las llamativas diferencias regionales que deben solventarse para lograr las reducciones necesarias si se quiere poner fin a la epidemia de sida para 2030.  

La mayor reducción en las nuevas infecciones en adultos se produjo en el este y el sur de África. Hubo unas 40 000 infecciones por el VIH menos entre los adultos de la región en 2015 que en 2010, un descenso del 4 %. En la región de Asia y el Pacífico y el oeste y centro de África se lograron unos descensos más graduales. Las tasas de nuevas infecciones por el VIH en adultos se mantuvieron relativamente estables en América Latina y el Caribe, Europa Oriental y Central, Norteamérica, Oriente Medio y el norte de África. Sin embargo, el número anual de nuevas infecciones por el VIH en Europa del Este y Asia Central aumentó en un 57 %.   

Personas que quedan olvidadas

En el informe, ONUSIDA insta a los países a seguir ampliando los esfuerzos de prevención del VIH mientras se sigue introduciendo el tratamiento, puesto que todavía no se llega a muchas personas. Los jóvenes y adolescentes, especialmente las mujeres y las niñas, todavía quedan olvidadas en la respuesta al sida. Las adolescentes y las jóvenes de entre 15 y 24 años presentan un mayor riesgo de infección por el VIH en todo el mundo y representan el 20 % de todas las nuevas infecciones por el VIH entre los adultos en todo el mundo en 2015, a pesar de representar solo el 11 % de la población adulta. En el África Subsahariana, las adolescentes y las jóvenes representan el 25 % de las nuevas infecciones por el VIH entre los adultos. Normas de género dañinas y desigualdades, obstáculos a la educación y a los servicios de salud sexual y reproductiva, pobreza, inseguridad alimentaria y violencia son los principales factores que impulsan esta mayor vulnerabilidad.

El informe también muestra que más del 90 % de las nuevas infecciones por el VIH en Asia Central, Europa, Norteamérica, Oriente Medio y el norte de África en 2014 se produjeron entre personas de poblaciones clave y sus parejas sexuales, incluidos hombres homosexuales y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, profesionales sexuales y personas que se inyectan la droga. En el África Subsahariana, las poblaciones clave representaron más del 20 % de las nuevas infecciones por el VIH. Los servicios de prevención y tratamiento del VIH aun no llegan a estos grupos de personas, a pesar de presentar las tasas más altas de prevalencia del VIH.

El informe insta a los países a trabajar estrechamente con los socios, en especial de la sociedad civil, comunidades y personas que viven con el VIH, para garantizar que saben dónde se concentra la epidemia y que tienen los servicios adecuados en los lugares adecuados. 

“Necesitamos una respuesta a la epidemia de sida centrada en las personas que elimine todos los obstáculos en la vía del acceso de las personas a los servicios de prevención y tratamiento del VIH", dijo el Sr. Sidibé. "Estos servicios deben estar totalmente financiados y ser apropiados para las necesidades de las personas, de manera que podamos poner fin a la epidemia de sida para todo el mundo".  

El informe subraya que la ciencia, los datos y las políticas han brindado una oportunidad única de poner fin a la epidemia de sida para 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. La comunidad mundial debe unirse en torno a este objetivo común para aprovechar todo el potencial de las oportunidades o se corre el riesgo de que la epidemia se prolongue de manera indefinida.  

 

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69ª Asamblea Mundial de la Salud: los oradores del evento paralelo de alto nivel instan a una Acción Acelerada para poner fin a la epidemia de sida entre las mujeres y las adolescentes

La Primera Dama de Panamá, Lorena Castillo de Varela, dijo que la aceleración de la respuesta al sida y la autonomía de las mujeres y las niñas son esenciales para acabar con la epidemia de sida

GINEBRA, 23 de mayo de 2016— En un evento paralelo de alto nivel celebrado durante la 69ª sesión de la Asamblea Mundial de la Salud, que tiene lugar en Ginebra (Suiza), los delegados han instado a los países a poner fin a la desigualdad de género en la respuesta al VIH y a incluir a las mujeres y las adolescentes en la Acción Acelerada para poner fin a la epidemia de sida. Lorena Castillo de Varela, Primera Dama de Panamá y Embajadora especial de ONUSIDA para América Latina, presidió el evento. La Sra. Castillo de Varela hizo hincapié en la importancia de que las mujeres asuman funciones de liderazgo para asegurar el desarrollo de programas y políticas que respondan a sus necesidades.

«El acceso limitado a la atención médica y la educación, junto con sistemas y políticas que no responden a las necesidades de los jóvenes, son obstáculos que impiden que las adolescentes y las mujeres jóvenes puedan protegerse contra el VIH, sobre todo en su transición a la edad adulta —afirmó la señora Castillo de Varela—. Para reducir las infecciones por el VIH y las muertes relacionadas con el sida, hay que avanzar en la igualdad de género y el empoderamiento y la autonomía de las mujeres, y velar así por que las niñas y las mujeres jóvenes tomen decisiones independientes sobre su propia salud y sean capaces de vivir libres de toda forma de violencia.»

El evento paralelo de alto nivel se centró en tres temas: la eliminación de las nuevas infecciones por el VIH entre los niños, la prevención del VIH en las adolescentes y mujeres jóvenes y el acceso al tratamiento del VIH para todos.

La participación y el empoderamiento de las mujeres en cuanto líderes, responsables políticas, ejecutoras y defensoras de sus pares, en combinación con un mayor acceso a servicios eficaces de tratamiento y prevención del VIH, han demostrado ser esenciales para el éxito de los esfuerzos mundiales para eliminar las nuevas infecciones por el VIH en niños, que se han reducido en más de la mitad, pasando de las 520 000 al año en 2000 a 220 000 en 2014. Este enfoque amplio e inclusivo tiene que ampliarse ahora para incluir a todas las personas que viven con el VIH, incluidas las mujeres jóvenes y las niñas.

«Necesitamos un enfoque combinado e integral e intervenciones que apoyen a las adolescentes y mujeres —afirmó Angelina Namiba, activista del VIH de Salamander Trust—. Es fundamental que las mujeres que viven con el VIH participen de manera significativa en todas las etapas de estas intervenciones, desde el diseño hasta la prestación del servicio.»

A nivel mundial, el sida sigue siendo la principal causa de muerte entre las mujeres en edad reproductiva. En 2014, se produjeron unas 220 000 nuevas infecciones por el VIH en todo el mundo en adolescentes (de 15 a 19 años), el 62 % de ellas en chicas. En 2014, el sida fue la principal causa de muerte entre los adolescentes en el África subsahariana.

La violencia y la desigualdad de género, las normas de género perjudiciales y el estigma y la discriminación suelen impedir que las mujeres y las niñas conozcan su estado serológico respecto al VIH y tengan acceso a servicios adecuados de prevención y tratamiento del VIH. Se estima que de 670 000 chicas adolescentes de 15 a 19 años viven con el VIH, pero solo una de cada cinco sabe que es seropositiva.

El enfoque de Acción Acelerada de ONUSIDA se centra en garantizar que al menos el 90 % de los adolescentes y jóvenes de ambos sexos (así como otros grupos de alto riesgo de infección por el VIH) tengan acceso a una combinación de prevención del VIH y servicios de salud y derechos sexuales y reproductivos y que se les dote de las habilidades, el conocimiento y la capacidad necesarios para protegerse contra el VIH hasta el 2020.

Además de ampliar la prevención del VIH, desplegar el acceso al tratamiento es fundamental. La Estrategia Mundial del sector de la salud contra el VIH 2016-2021 de la Organización Mundial de la Salud, que se está debatiendo en la Asamblea Mundial de la Salud esta semana, reitera el objetivo de tratamiento 90-90-90 de ONUSIDA. Lo que se busca con ello es que el 90 % de las personas que viven con el VIH conozcan su estado serológico, que el 90 % de las personas que conocen su estado serológico positivo tengan acceso al tratamiento antirretrovírico y que se suprima la carga viral del 90 % de las personas en tratamiento. Para lograrlo, será esencial contar con modelos innovadores de prestación de servicios que aseguren un diagnóstico temprano en los adolescentes y jóvenes, que pasen rápidamente a los servicios de tratamiento, reciban ayuda para adherir al tratamiento y seguir en atención para velar por que se mantengan saludables. Estos servicios deben ser accesibles, asequibles y sensibles a las necesidades de las mujeres y las niñas. Otro objetivo de la Acción Acelerada es llegar a menos de 500 000 nuevas infecciones al año para el 2020 y lograr la cero discriminación.

Suiza y Zambia, que estaban entre los patrocinadores del evento de Ginebra, son cofacilitadores de la Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas para poner fin al Sida. En su calidad de cofacilitadores elaborarán un resumen de los resultados de este evento paralelo de la Asamblea Mundial de la Salud que se tenga en cuenta en los debates de Reunión de Alto Nivel, que tendrá lugar en Nueva York (Estados Unidos de América) del 8 al 10 junio de 2016.

Quotes

«El acceso limitado a la atención médica y la educación, junto con sistemas y políticas que no responden a las necesidades de los jóvenes, son obstáculos que impiden que las adolescentes y las mujeres jóvenes puedan protegerse contra el VIH, sobre todo en su transición a la edad adulta. Para reducir las infecciones por el VIH y las muertes relacionadas con el sida, hay que avanzar en la igualdad de género y el empoderamiento y la autonomía de las mujeres, y velar así por que las niñas y las mujeres jóvenes tomen decisiones independientes sobre su propia salud y sean capaces de vivir libres de toda forma de violencia.»

Lorena Castillo de Varela, Primera Dama de Panamá

«Necesitamos un enfoque combinado e integral e intervenciones que apoyen a las adolescentes y mujeres. Es fundamental que las mujeres que viven con el VIH participen de manera significativa en todas las etapas de estas intervenciones, desde el diseño hasta la prestación del servicio.»

Angelina Namiba, Salamander Trust

«Además de acudir a los servicios de salud a buscar atención para sí mismas, muchas mujeres brasileñas también buscan atención para sus hijos y otros miembros de la familia. En este sentido, hay una interconexión entre el cuidado de sí mismas y el cuidado de los demás, en que las mujeres desempeñan un papel de cuidadoras de su familia y de la comunidad.»

Ricardo Barros, Ministro de Salud, Brasil

«Mientras que los hombres no estén involucrados, mientras se nieguen a unirse a las mujeres en ese proceso, no alcanzaremos nuestra meta de cero nuevas infecciones por el VIH. Estamos decididos a acabar con el VIH/sida y, por esa razón, en nuestra última reunión anual sobre el sida el propio Presidente decidió aumentar los fondos para la respuesta al VIH de manera muy sustancial.»

Raymonde Goudou Coffie, Ministro de Salud, Côte d’Ivoire

«Se trata de un futuro que debemos crear, no de una realidad que esperar.»

Margarita Guevara, Ministro de Salud, Ecuador

«Hemos reducido el número de casos de VIH, hemos disminuido la mortalidad, hemos aumentado la cobertura gratuita del tratamiento antirretrovírico y hemos disminuido la transmisión maternoinfantil del VIH. Todo eso lo hemos hecho en una estrategia que combina recursos públicos con respuestas de la comunidad.»

Elvia Violeta Menjívar, Ministra de Salud, El Salvador

«Desde el principio, Panamá ha llevado a cabo una supervisión epidemiológica del VIH. Con el liderazgo de la Primera Dama, hemos revitalizado nuestra lucha contra el VIH.»

Francisco Javier Terrientes, Ministro de Salud, Panamá

«Lo que debe cambiar es que se asegure el acceso a todas las formas de prevención, diagnóstico, atención y tratamiento para todos, especialmente para las mujeres jóvenes y las poblaciones más vulnerables.»

Adalberto Campos Fernandes, Ministro de Salud, Portugal

«Antes de poner en marcha el programa de prevención de la transmisión maternoinfantil, teníamos 70 000 infecciones en bebés: ahora tenemos menos de 7 000. Pese a esa disminución, es aún una tarea incompleta: hay acercarse lo máximo posible a cero infecciones y estamos trabajando duro para lograrlo.»

Aaron Motsoaledi, Ministro de Salud, Sudáfrica

«Expresamos nuestra esperanza de que 2016 marcará un cambio histórico en la respuesta al sida: este año ha de suponer un punto de inflexión importante en la respuesta hacia el final de la epidemia.»

Pascal Strupler, Secretario de Estado de Salud, Suiza

«Estoy segura de que todos estaremos de acuerdo en que la adolescencia es un período frágil en la vida de una niña, en que importantes cambios físicos, emocionales y sociales dan forma a su futuro. Pero la adolescencia es también una época ideal para aprovechar los esfuerzos de desarrollo y la diplomacia con vistas a romper los ciclos de pobreza y violencia, mantener a las niñas en la escuela e invertir en su futuro. Estoy segura de que podemos poner a las mujeres y las niñas en la Acción Acelerada para poner fin a la epidemia de sida en un futuro muy cercano».

Embajadora Pamela Hamamoto, Estados Unidos de América

«Es una injusticia que se impida a las mujeres y las niñas acceder a información y servicios que podrían evitar su infección por el VIH y darles acceso al tratamiento. Si queremos poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los objetivos de desarrollo sostenible, el mundo debe adoptar un enfoque centrado en las personas que consagre el derecho de las mujeres y las niñas a tomar decisiones bien informadas sobre su salud y bienestar, incluyendo su salud y sus derechos sexuales.»

Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA

«Este evento paralelo es extremadamente importante. Se trata de poner fin a la epidemia de sida y de trabajar en torno a un grupo muy importante: los adolescentes. Si descuidamos a este grupo de edad, no podremos lograr nuestro objetivo de poner fin a la epidemia de sida para el 2030. Les felicito a todos no solo por trabajar en este tema, sino también por la eliminación de la transmisión maternoinfantil del VIH. Ese hecho será decisivo para acabar con el sida.»

Margaret Chan, Directora General de la Organización Mundial de la Salud

«El VIH y la tuberculosis son, en cierta forma, enfermedades únicas; no solo enfermedades infecciosas, sino enfermedades de la sociedad. Y tenemos que entender ese hecho. No solo tenemos que usar datos, sino también algo de sentido común. Las intervenciones médicas no bastan; no se ocuparán de los aspectos fundamentales de la desigualdad. Los datos nos dicen que la clave está en el conjunto formado por la salud y la educación. Mantener a las niñas en la escuela es vital. La cuestión de las chicas adolescentes y las mujeres jóvenes no es solo un problema que debemos abordar, sino una inversión que es absolutamente necesario hacer.»

Mark Dybul, Director Ejecutivo, Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria

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Un nuevo informe refleja la necesidad de actuar urgentemente para poner fin a la epidemia del sida de aquí al año 2030

Un nuevo informe del Secretario General de las Naciones Unidas advierte de que se podrían perder logros importantes si no se acelera la acción durante los próximos cinco años, e insta a los países a reaccionar anticipando inversiones e intensificando las medidas

NUEVA YORK, 25 de abril de 2016—Un nuevo informe publicado por el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, advierte de que la epidemia del sida podría prolongarse indefinidamente si no se aplican medidas urgentes durante los próximos cinco años. El informe, Acción acelerada para poner fin a la epidemia del sida, revela que la extraordinaria aceleración del progreso conseguido durante los últimos 15 años podría echarse a perder, e insta a todos los socios a concentrar sus esfuerzos para aumentar y anticipar inversiones a fin de garantizar que se pone fin a la epidemia mundial del sida como amenaza a la salud pública de aquí al año 2030.

"La respuesta al SIDA no solo ha generado resultados; también ha dado impulso a la aspiración de poner fin a la epidemia para 2030 y ha ofrecido una base práctica para lograrlo", afirmó el Sr. Ban en el informe. "Sin embargo, si nos conformamos con la situación actual, la epidemia repuntará en varios países de ingresos bajos y medianos. Las enormes inversiones que hemos realizado y el movimiento más inspirador del mundo a favor del derecho a la salud habrán sido en vano".

El examen del progreso se fija en los logros alcanzados, especialmente desde la Declaración Política de las Naciones Unidas sobre el VIH y el sida de 2011, que impulsó la acción uniendo al mundo en torno a una serie de metas ambiciosas para 2015. “El progreso alcanzado ha sido ejemplar”, afirmó el Sr. Ban en el informe. "El logro de dispensar terapia antirretroviral a 15 millones de personas que viven con el VIH nueve meses antes de la fecha límite de diciembre de 2015 constituye una importante victoria mundial". El informe destaca que la rápida ampliación del tratamiento ha sido uno de los factores que más ha contribuido a la reducción del 42 % en muertes relacionadas con el sida desde el máximo alcanzado en 2004, y señala que, gracias a ello, la esperanza de vida en los países más afectados por el VIH se ha incrementado considerablemente en los últimos años.

El informe subraya el papel fundamental que ha desempeñado la sociedad civil a la hora de afianzar muchos de los logros alcanzados y el liderazgo facilitado por las personas que viven con el VIH. Los esfuerzos realizados por la comunidad han sido clave para derribar muchos de los obstáculos afrontados al ampliar la respuesta al sida, entre ellos, llegar a las personas con riesgo de contraer el VIH con servicios para el VIH, ayudar a las personas a observar el tratamiento y reforzar otros servicios sanitarios básicos.

Cabe destacar el éxito obtenido a la hora de reducir las nuevas infecciones por VIH entre niños y niñas. En 2011, el ONUSIDA y sus socios publicaron el Plan mundial para eliminar las nuevas infecciones por VIH en niños para el 2015 y para mantener con vida a sus madres en la Reunión de Alto Nivel sobre el sida de la Asamblea General de las Naciones Unidas y, en solamente cinco años, de 2009 a 2014, las nuevas infecciones por VIH han descendido a la mitad en los países con el 90 % de todas las mujeres embarazadas que viven con el VIH. Aproximadamente 85 países están actualmente en situación de eliminar prácticamente las nuevas infecciones por VIH entre niños y niñas.

No obstante, en el informe el Sr. Ban también considera que las deficiencias en la implementación de la Declaración Política sobre el VIH y el sida de 2011 son preocupantes, revelando que pese a la aparición de nuevos enfoques y herramientas de prevención del VIH, los programas de prevención del VIH se han debilitado en los últimos años como consecuencia de un liderazgo inadecuado, una rendición de cuentas insuficiente y una menor financiación. Asimismo, señala que las nuevas infecciones por VIH descendieron únicamente en un 8 % entre 2010 y 2014.

El informe llama la atención sobre las regiones en las que siguen aumentando las nuevas infecciones por VIH, como Europa Oriental y Asia Central —donde el aumento fue del 30 % entre los años 2000 y 2014, principalmente entre las personas que consumen drogas intravenosas— y Oriente Medio y el Norte de África y la región de Asia y el Pacífico.

También resalta que las normas de género que perpetúan la desigualdad siguen prevaleciendo en muchas sociedades y que el VIH continúa afectando especialmente a las niñas y las mujeres jóvenes. De los 2,8 millones de jóvenes de edades comprendidas entre los 15 y los 24 años que viven con el VIH en el África Subsahariana, el 63 % son mujeres.

El informe subraya que pese al progreso conseguido en la ampliación del acceso a la terapia antirretroviral, cerca de 22 millones de personas todavía no tienen acceso al tratamiento. El informe atribuye el obstáculo más significativo que impide ampliar el tratamiento para el VIH al diagnóstico tardío, destacando que cerca de la mitad de todas las personas que viven con el VIH no conocen su estado serológico respecto del VIH. Esta situación recalca la urgencia de incrementar el acceso a las pruebas del VIH, especialmente para las personas que tienen un mayor riesgo de infección.

A pesar de los retos identificados en el informe, este alberga perspectivas esperanzadoras, afirmando que si el mundo es capaz de cambiar la situación actual, la epidemia del sida puede llegar a su fin como amenaza a la salud pública de aquí al año 2030. Para ello, el informe describe que la respuesta debe ser inclusiva y accesible y estar basada en los derechos humanos, además de centrarse en ampliar los servicios para las personas y los lugares que más los necesitan. Por otro lado, el informe enfatiza la necesidad de derogar leyes punitivas y políticas represivas que penalizan las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, a las personas que consumen drogas y a los trabajadores sexuales, puesto que estas leyes y políticas impiden el acceso a los servicios. 

"Debemos reforzar los enfoques basados en los derechos, incluidos aquellos que promueven la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres", afirmó el Sr. Ban en el informe. "Debe garantizarse el acceso a los servicios a las personas más afectadas, marginadas y discriminadas, incluidas las personas que viven con el VIH, las mujeres jóvenes y sus parejas sexuales en el África Subsahariana, los niños y los adolescentes en cualquier parte del mundo, así como los hombres gay y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, los trabajadores sexuales y sus clientes, las personas que consumen drogas intravenosas, las personas transgénero, las personas que están en la cárcel, las personas con discapacidades, los migrantes y los refugiados".  

El informe otorga una gran importancia a los vínculos entre la respuesta al VIH y el éxito de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), destacando los vínculos sólidos con el ODS 3 (garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos), el ODS 5 (lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas), el ODS 10 (reducir la desigualdad en el acceso a los servicios y los productos), el ODS 16 (promover sociedades justas, pacíficas e inclusivas) y el ODS 17 (revitalizar la alianza a favor del desarrollo sostenible).  

El informe señala que gracias a la ampliación de los recursos durante los últimos años se ha impulsado decididamente el progreso de la respuesta al VIH. Por otra parte, estima que en el año 2014 se disponía de 19 200 millones de USD en los países de ingresos bajos y medianos para la respuesta al VIH y que de aquí al año 2020 los recursos deben aumentar a una cifra estimada de 26 200 millones de USD a fin de lograr la meta de 2030 de poner fin a la epidemia del sida.

Asimismo, el informe insta a los países a adoptar el enfoque de aceleración del ONUSIDA para poner fin a la epidemia del sida, lo que exigirá alcanzar un ambicioso conjunto de metas de aquí a 2020. Estas incluyen reducir las cifras de personas con nuevas infecciones por VIH y de personas que mueren por causas relacionadas con el sida a menos de 500 000 al año, y eliminar la discriminación relacionada con el VIH. Para lograrlo, se debe alcanzar el objetivo de tratamiento 90-90-90 para el año 2020, según el cual el 90 % de las personas que viven con el VIH conocen su estado serológico, el 90 % de las personas que conocen su estado serológico positivo respecto del VIH acceden a tratamiento y el 90 % de las personas en tratamiento poseen un nivel de carga vírica indetectable.

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El ONUSIDA insta a los países a adoptar un enfoque centrado en las personas, los derechos y la salud a fin de revertir la epidemia del VIH entre las personas que consumen drogas intravenosas

Según un nuevo informe del ONUSIDA, la insuficiente cobertura de programas y políticas de reducción del daño que penalizan y marginan a las personas que consumen drogas intravenosas no está consiguiendo reducir el número de nuevas infecciones por VIH

GINEBRA, 15 de abril de 2016—Como paso previo a la celebración del período extraordinario de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el problema mundial de las drogas, que tendrá lugar del 19 al 21 de abril en Nueva York, Estados Unidos de América, el ONUSIDA ha publicado un nuevo informe titulado Do no harm: health, human rights and people who use drugs (No hacer daño: salud, derechos humanos y personas que consumen drogas).

El informe refleja cómo el hecho de que muchos países no hayan adoptado enfoques basados en la salud y los derechos ha impedido la reducción de la cifra global de nuevas infecciones por VIH entre 2010 y 2014 entre personas que consumen drogas intravenosas. Es evidente que el mundo no ha logrado la meta establecida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2011 de reducir la transmisión del VIH entre las personas que consumen drogas intravenosas en un 50 % para el año 2015.

"Claramente el modelo actual no nos lleva a ninguna parte", afirmó Michel Sidibé, director ejecutivo del ONUSIDA. "El mundo debe aprender las lecciones de los últimos 15 años, siguiendo el ejemplo de países que han revertido sus epidemias del VIH entre personas que consumen drogas intravenosas mediante la adopción de enfoques de reducción del daño que dan prioridad a la salud de las personas y los derechos humanos".  

El informe del ONUSIDA presenta la base de pruebas para cinco recomendaciones de política y 10 recomendaciones operacionales que los países deben aplicar para revertir sus epidemias del VIH entre las personas que consumen drogas intravenosas. Estas recomendaciones incluyen la implementación de programas de reducción del daño a escala y la despenalización del consumo y la posesión de drogas para uso personal.

Los datos demuestran que los países que aplican enfoques basados en la salud y los derechos han reducido las nuevas infecciones por VIH entre las personas que consumen drogas intravenosas.  En otros países, las estrategias basadas en la penalización y el cumplimiento estricto de la ley han creado barreras para la reducción del daño, con poco o ningún impacto sobre el número de personas que consumen drogas. El encarcelamiento de personas por consumo y posesión de drogas para uso personal también aumenta su vulnerabilidad ante el VIH y otras enfermedades infecciosas, como la hepatitis B, la hepatitis C y la tuberculosis, durante su encarcelamiento.

El ONUSIDA ha desarrollado la Estrategia del ONUSIDA 2016-2021 para poner fin a la epidemia del sida en el mundo como una amenaza para la salud pública de aquí al año 2030, una de las metas que forma parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.  Un objetivo fundamental dentro de este enfoque de aceleración es la ampliación de una combinación de servicios de prevención y reducción del daño del VIH que llegue al 90 % de las personas que consumen drogas intravenosas para el año 2020.

El logro de esta meta requeriría un aumento de inversión anual en divulgación, intercambio de agujas y jeringuillas y terapia de sustitución de opiáceos en países de ingresos bajos y medianos a 1.500 millones de USD para 2020, lo que representa una fracción de los aproximadamente 100.000 millones de USD que ya se gastan cada año para reducir la oferta y la demanda de estupefacientes. En muchos países de ingresos medianos con grandes poblaciones de personas que consumen drogas intravenosas, la reducción del daño se financia en su mayor parte mediante donantes internacionales y fundaciones privadas.

El informe del ONUSIDA ofrece muchos ejemplos de países que están consiguiendo mejores resultados para las personas que consumen drogas intravenosas gracias a la adopción de un enfoque centrado en la salud.

  • El programa piloto de acceso voluntario a la metadona que se implementó en China a principios de la década de 2000 atiende actualmente a más de 180.000 personas. Las personas que consumen drogas intravenosas representaban menos del 8 % de las personas con nuevo diagnóstico de VIH en el país en 2013, en comparación con un 43,9 % en 2003.
  • En las cárceles de la República Islámica del Irán, diversas clínicas de salud ofrecen servicios integrados para el tratamiento y la prevención de infecciones de transmisión sexual y sobre el consumo de drogas intravenosas y el VIH, incluida la distribución de preservativos, material de inyección estéril y terapia de sustitución de opiáceos. A finales de 2014, el 81,5 % de las personas que consumen drogas intravenosas encuestadas comunicaron el uso de equipos de inyección estéril la última vez que se inyectaron. Los nuevos casos comunicados de VIH entre personas que consumen drogas intravenosas en la República Islámica del Irán pasaron de un máximo de 1.897 en 2005 a 684 en 2013.
  • En Kenya, un programa de divulgación entre iguales realizado en cinco ciudades comenzó en 2011 animando a las personas a utilizar equipos estériles cuando se inyectaran drogas. Al comienzo del programa piloto, el 51,6 % de las personas que consumen drogas intravenosas comunicaron el uso de una jeringuilla estéril la última vez que se inyectaron; esta cifra había aumentado hasta el 90 % en 2015.
  • En la República de Moldova, el sistema penitenciario ha ampliado gradualmente un exhaustivo programa de reducción del daño, iniciado en 1999, que incluye la distribución de agujas, jeringuillas y preservativos, así como la terapia de sustitución de opiáceos. La cobertura de la terapia antirretroviral entre reclusos que viven con el VIH aumentó del 2 % en 2005 al 62 % en 2013.
  • En 2000, Portugal aprobó una ley que rebajó de infracción penal a administrativa la compra, la posesión y el consumo de pequeñas cantidades de estupefacientes, además de aumentar la inversión en programas basados en la salud. En 2013, de un total de 1.093 nuevas infecciones por VIH, solo 78 estaban relacionadas con el consumo de drogas; en 2000 hubo 1.497 nuevas infecciones por VIH entre las personas que consumen drogas de entre un total de 2.825 nuevas infecciones por VIH. Por otra parte, se ha observado una tendencia similar a la baja entre las personas que consumen drogas en las nuevas infecciones de hepatitis C y B. 

Además de su carácter humanitario y la orientación a la salud, los programas centrados en las personas también son rentables y ofrecen beneficios sociales más amplios, como niveles más bajos de delincuencia relacionada con las drogas y una menor presión sobre los sistemas de atención sanitaria. Por ejemplo, se ha estimado que cada dólar gastado en programas de intercambio de agujas y jeringuillas en Australia tiene un retorno de inversión a lo largo de todo el ciclo de vida de hasta 5,50 USD en costes sanitarios ahorrados. La terapia de sustitución de opiáceos ha demostrado ser rentable en su capacidad para reducir las infecciones por VIH. Su rentabilidad aumenta sustancialmente cuando se tienen en cuenta sus beneficios más generales en términos sanitarios, económicos, psicológicos y sociales. 

"La salud es un derecho humano. La inversión en políticas y programas centrados en las personas para personas que consumen drogas es la base primordial de una política de drogas global que no solo salva vidas sino que también es rentable", afirmó el Sr. Sidibé.

El enfoque de aceleración del ONUSIDA tiene un conjunto de metas para 2020 que incluyen la reducción de nuevas infecciones por VIH a menos de 500.000. También insta a los países a que aseguren que el 90 % de los más de 12 millones de personas que consumen drogas intravenosas en todo el mundo tengan acceso a servicios combinados para la prevención del VIH, incluidos programas de intercambio de agujas y jeringuillas, terapias de sustitución de opiáceos, preservativos y acceso a servicios de asesoramiento, atención y pruebas y servicios de tratamiento para la tuberculosis y los virus transmitidos a través de la sangre, como el VIH y la hepatitis B y C. El logro de estas metas será un paso significativo hacia el fin de la epidemia del sida como una amenaza para la salud pública en 2030. 

 

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Su Alteza Real, la princesa heredera Mette-Marit de Noruega, embajadora de buena voluntad internacional de ONUSIDA, visita la República Unida de Tanzania

GINEBRA/DAR ES SALAAM, 12 de abril de 2016—La embajadora de buena voluntad internacional de ONUSIDA, Su Alteza Real, la princesa heredera Mette-Marit de Noruega, concluyó una misión en la República Unida de Tanzania con el fin de evaluar el progreso obtenido para eliminar la transmisión maternoinfantil del VIH y tomar conocimiento de la participación de los jóvenes en la respuesta al sida de este país.

Durante su visita, la princesa visitó establecimientos prestadores de servicios para mujeres y jóvenes que viven con el VIH y se reunió con madres que viven con el VIH, cuyos hijos nacieron libres del virus. La princesa concurrió a una de las 26 clínicas PASADA (sigla en inglés de Archidiócesis de Dar es Salaam de actividades pastorales y servicios para las personas que viven con el sida) que funcionan en las regiones de Dar es Salaam y Pwani y que brindan servicios de prevención del VIH, tratamiento y apoyo para las personas y comunidades más necesitadas. También participó junto a jóvenes activistas en la Comunidad de Práctica Stepping Stones, cuya finalidad es ofrecer capacitación en habilidades que pueden salvar vidas para adolescentes y jóvenes, entre ellas educación sexual integral y programas relacionados con el VIH y la igualdad de género.

"Es emocionante conocer a madres que gozan de buena salud y cuidan a sus hijos nacidos sin el VIH gracias a los medicamentos antirretrovíricos", expresó la princesa Mette-Marit. "Para mí, es también especialmente reconfortante ver a los jóvenes asumiendo papeles de liderazgo en la respuesta al sida y capacitados para guiar a la República Unida de Tanzania hacia una generación libre de sida".   

A fines de 2014, cerca de 1,5 millones de personas vivían con el VIH en la República Unida de Tanzania. El número de nuevas infecciones de VIH se redujo en más de un 50% entre 2000 y 2014 y el número de nuevas infecciones de VIH entre niños bajó cerca de un 70% entre 2009 y 2014 a medida que aumentó el acceso a los servicios para el VIH.

La princesa Mette-Marit ha estado participando en la respuesta al sida desde el año 2003 y fomenta la capacitación de las mujeres y los jóvenes en eventos y disertaciones en todo el mundo.  

"La princesa es compasiva y está comprometida a mejorar la vida de los jóvenes que viven con el VIH y que se ven afectados por el virus en todo el mundo", dijo el Director Ejecutivo de ONUSIDA Michel Sidibé. "Su participación y afabilidad son inspiradoras, y anhelamos continuar trabajando conjuntamente para alcanzar nuestros objetivos comunes de poner fin a la epidemia del sida".

La princesa estuvo acompañada por la Ministra de Salud, Desarrollo Comunitario, Género, Ancianidad e Infancia de la República Unida de Tanzania, Ummy Mwalimu. Asimismo, formó parte de la delegación el Asesor Superior del Ministerio de Relaciones Exteriores de Noruega, Sección de Iniciativas Globales, Stein Inge Nesvåg, la Embajadora de Noruega ante la República Unida de Tanzania, Hanne-Marie Kaarstad, y el Director General de la Agencia Noruega de Cooperación para el Desarrollo, Jon Lomøy.

Su Alteza Real, la princesa heredera Mette-Marit de Noruega celebra al presente 10 años como embajadora de buena voluntad internacional de ONUSIDA.

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Invertir en acciones dirigidas por la comunidad será crucial para poner fin a la epidemia de sida

La sociedad civil insta a los Estados Miembro de las Naciones Unidas a incluir en calidad de prioridades el financiamiento, los servicios y el compromiso con los derechos en la Declaración Política 2016 para poner fin al sida

NUEVA YORK, 6 de abril de 2016—En ocasión de la Audiencia Informal Interactiva sobre el VIH con la Sociedad Civil, las organizaciones de la sociedad civil exhortaron a los Estados Miembro de las Naciones Unidas y sus asociados a asegurar que la respuesta al VIH sea financiada por completo y a que el financiamiento de las medidas dirigidas por la comunidad aumente sustancialmente durante los próximos años. También instaron a que 30 millones de personas tengan acceso a los tratamientos que pueden salvar vidas para el año 2020 y al cumplimiento de las metas ambiciosas para la prevención del VIH.

La audiencia, convocada por el Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas en la Sede de la ONU en Nueva York, Estados Unidos de Norteamérica, es parte del trabajo preliminar para la Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas para Poner Fin al Sida, la que tendrá lugar del 8 al 10 de junio de 2016 en Nueva York. El encuentro constituye una oportunidad para que las organizaciones de la sociedad civil contribuyan de lleno con los preparativos, para asegurar que sus voces tengan eco, que sus intereses se reflejen y que sus recomendaciones queden plasmadas en el documento preliminar de la nueva Declaración Política para poner fin al sida.

"Todos estamos de acuerdo en nuestros objetivos de poner fin a la epidemia de sida para el año 2030", dijo Mogens Lykketoft, Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas. "Ahora debemos trabajar juntos para asegurar una declaración política sólida con metas claras que conduzcan al mundo a poner fin a la epidemia de sida como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible".

Los representantes de la sociedad civil hicieron hincapié en la necesidad de llegar a las personas más afectadas por el VIH, quienes continúan olvidadas en la respuesta al VIH, entre ellas los profesionales del sexo, los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, las personas transgénero y las personas que se inyectan drogas. Durante las discusiones interactivas del panel con los Estados Miembro, los representantes también discutieron la importancia de asegurar un enfoque basado en los derechos que sea inclusivo, fundamentado en las evidencias y centrado en las personas.

"Para poner fin a la epidemia de sida, nadie puede quedar olvidado", dijo Michel Sidibé, Director Ejecutivo de ONUSIDA. "La promoción, el compromiso y la prestación de servicios por parte de la sociedad civil desempeñarán un papel crucial para que las metas de la Declaración Política para poner fin al sida se traduzcan en medidas concretas en el terreno y lleguen incluso a las personas más marginadas con servicios para el VIH que pueden salvar vidas".

Los esfuerzos comunitarios han demostrado ser fundamentales a la hora de superar muchos de los principales desafíos de la respuesta al sida, entre ellos llegar a las personas más afectadas por el VIH brindándoles acceso a servicios para el VIH que pueden cambiar sus vidas, proporcionándoles apoyo para que cumplan con el tratamiento y fortaleciendo otros servicios de salud esenciales. La participación de la sociedad civil también ha sido crucial en la promoción de los nuevos recursos, la mejora de los programas de VIH y el avance en cuestiones de derechos humanos.

"El coste de la falta de acción es extremadamente alto", dijo Marama Pala, del Grupo de Trabajo Indígena Internacional sobre el VIH/sida y Presidente Adjunto del Grupo Especial de Interesados Directos. "Cada comunidad está allí donde el trabajo se concreta. No hay fin al sida sin nosotros".

ONUSIDA estima que se necesitarán 26 200 millones de dólares estadounidenses para la respuesta al sida en los países de ingresos bajos y medios en el año 2020 —por sobre los 19 200 millones de la misma divisa disponibles en 2014—. ONUSIDA también señala como crucial llevar a cabo inversiones de mayor envergadura para la promoción de la sociedad civil y la prestación de servicios comunitarios.

ONUSIDA estima que la inversión en movilización comunitaria necesita aumentar tres veces en 2020, hasta un 3% de los recursos totales para el VIH en los países de ingresos bajos y medios. Se estima que la difusión a los grupos de población clave en los países de ingresos bajos y medios necesita crecer hasta un porcentaje cercano al 7,2% de la inversión total en VIH en 2020, y las necesidades de recursos estimadas para la prestación comunitaria de terapia antirretrovírica deberán aumentar cerca del 3,8% del total de las inversiones para el VIH.

La Audiencia Informal Interactiva sobre el VIH con la Sociedad Civil incluyó a representantes de organizaciones no gubernamentales, al sector privado, organizaciones y redes representantes de personas que viven con el VIH, mujeres, adolescentes y jóvenes, así como a otras partes interesadas.

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ONUSIDA anuncia menores costes asociados a las inversiones necesarias para las actuaciones Fast-Track que se proponen acabar con la epidemia del SIDA

La reducción de los costes proyectados para tratamientos contra el VIH vitalmente necesarios y para la racionalización de su ejecución redunda en la reducción también de los costes: el nivel de inversión necesario para 2020 es de 26.000 millones de dólares USA.

GINEBRA, 1 de abril de 2016— Ante la Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General de Naciones Unidas sobre el SIDA, ONUSIDA ha anunciado las necesidades de inversión para los objetivos Fast-Track (Actuaciones Inmediatas) en materia de respuesta al SIDA. Esa proyección sobre necesidades de recursos económicos por valor 26.200 millones de dólares en 2020 es menor en relación a una estimación anterior de 30.000 millones. Nuevas conclusiones sugieren que el mundo puede cumplir con esos objetivos Fast Track sobre prevención de infecciones por VIH, muertes relacionadas con el SIDA y lucha contra la discriminación con menos recursos.

«Bajo ese enfoque, el planeta reducirá los costes asociados de forma rápida para cubrir la brecha que existe entre quienes tienen acceso a los correspondientes servicios sanitarios y de atención y quienes quedan atrás", señaló Michel Sidibé, Director Ejecutivo de ONUSIDA. «Financiar de forma urgente e integral esas inversiones anticipadas servirá para salvar vidas y permitirá acabar con la epidemia del SIDA para el año 2030.»

El nuevo documento de referencia de ONUSIDA, titulado Fast-Track—update on investments needed in the AIDS response (Actuaciones Inmediatas: actualización sobre necesidades de inversión en la respuesta al SIDA) da cuenta de las mejoras en el modelo de inversión, con esenciales aportaciones en relación a las directrices de la Organización Mundial de la Salud para 2015 sobre terapias contra el VIH. Esas directrices recomiendan terapias contra el VIH para toda la población mundial que vive con ese virus para reducir los casos de enfermedad, que acabarían por incrementar los costes totales asociados a esas terapias. También recomiendan racionalizar los servicios de atención sanitaria y apoyo que habrán de contribuir a reducir el nivel de costes anuales por paciente en relación con anteriores directrices, sin dejar por ello de mantener los estándares de calidad.

Entre otras aportaciones de ese documento se incluyen nuevas evidencias de que los proyectos redundan en una reducción de costes de los suministros y medicamentos contra el VIH, especialmente en países con una alto nivel de prevalencia, lo que también contribuye a compensar la mayor inversión asociada con coberturas ampliadas de los tratamientos y terapias contra la enfermedad.

De no conseguirse esos objetivos Fast-Track se traduciría en 17,6 millones de nuevas infecciones en todo el mundo y 10,8 millones más de casos de muerte relacionada con el SID en el planeta entre 2016 y 2030.

«El coste que tendría no hacer nada es demasiado alto. Tenemos una oportunidad real de acabar con la epidemia del SIDA para 2030", señaló el Sr. Sidibé. «Si no aceleramos el ritmo de actuación, millones de personas morirán, innecesariamente. Si fallamos en esas actuaciones existe el riesgo de que la epidemia se prolongue indefinidamente.»

Solidaridad global y responsabilidad compartida

El informe muestra que países de todos los niveles económicos habrán de invertir más. Los recursos disponibles para dar respuesta al SIDA en países con niveles de renta bajos y medios fueron en 2014 de 19.200 millones de dólares USA. Las nuevas proyecciones muestran que, combinadas, la inversión interna y la internacional sobre VIH habrá de incrementarse en un tercio, hasta los 26.200 millones de dólares, en 2020. Una vez cumplido ese pico de inversión, las previsiones de inversiones necesarias se reducen sostenidamente, hasta un nivel de 22.300 millones de dólares en el año 2030. El Fondo Mundial para la Lucha contra el VIH/SIDA, la Tuberculosis y la Malaria ha anunciado que precisa de 13.000 millones de dólares para el periodo 2017-2019 para cerrar la brecha de inversión que pesa sobre esas tres enfermedades.

Para alcanzar esos objetivos de actuación urgente, la asistencia internacional anual total para VIH deberá incrementarse en 2.800 millones de dólares en relación con los niveles de 2014. Ello incluye la cifra adicional de 1.800 millones de dólares USA para países con bajos niveles de renta y de 1.900 millones para países con niveles de renta bajos-medios, mientras que en naciones con niveles altos-medios esa necesidad de asistencia se reduce. La restante inversión internacional anual en países con niveles de renta altos-medios, de 500 millones de dólares en 2020, se precisa para países con una alta incidencia del VIH, y son de prever dificultades con respecto a la transición hasta la plena «independencia» en esta materia y para la provisión de servicios para grupos de población de especial relevancia.

Atendiendo a principios de solidaridad global y responsabilidad compartida, este informe incluye un análisis del llamado espacio fiscal de los países incluidos en esos objetivos Fast-Track. Ese análisis indica que el mayor potencial de incremento en futuras inversiones en el campo de la respuesta al SIDA podría hacerse realidad incrementando los presupuestos nacionales en sanidad, con una asignación a servicios de lucha contra el VIH proporcional a la carga o prevalencia de la enfermedad en cada país. Ello permitiría a la mayor parte de los países financiar esas actuaciones basadas en objetivos Fast-Track. Sin embargo, los países con menores niveles de renta y mayor carga o prevalencia del virus seguirán precisando de apoyo internacional.

Invertir en comunidades

Es esencial una mayor inversión en servicios basados en la sociedad civil y en las comunidades para este enfoque basado en actuaciones inmediatas. El compromiso con grupos de población especialmente relevantes en países con niveles de renta bajos y medios deberá crecer hasta alcanzar un 7,2% de la inversión total en 2020, y las necesidades estimadas de recursos para terapias antiretrovirales de ámbito comunitario deberán llegar a representar el 3,8% de ese total de inversiones. Cuestiones de facilitación social («social enablers») asociadas a actuaciones de grupos de defensa, movilización política, reformas legislativas y también políticas, derechos humanos y lucha contra el estigma social asociado al SIDA deberán constituir un 8% del gasto total para cuando llegue el año 2020.

Las necesidades de inversión en prevención del VIH (promoción del uso de preservativos, prevención de la transmisión madre-hijo, profilaxis previa a la exposición, circuncisión médica voluntaria y una parte del compromiso con grupos de población de especial relevancia) se incrementan de los 4.500 millones de dólares en 2016 a los 7.300 millones en 2020.    

Los datos muestran precoces signos de que la adopción en el plano nacional de enfoque Fast-Track está funcionando. Desde 2012 los niveles de cobertura de servicios sobre VIH se han incrementado y a lo largo de ese mismo periodo ha habido una reducción en nuevos casos de infección por VIH y en las muertes relacionadas con el SIDA. Entre el final de 2012 y el del año 2014, la cobertura de los tratamientos contra el VIH se incrementó en 3.600 millones de dolares (37%), y la cobertura anual en servicios para prevenir la transmisión madre-hijo del VIH se incrementó en 140.000 (16%) en países de niveles de renta bajos y medios. Durante ese mismo periodo la cobertura anual en circuncisión médica voluntaria se incrementó en 1.400 millones de dólares (82%) en 14 países de alta prioridad.

Terminar con el SIDA como amenaza para la salud pública de aquí al año 2030

Las nuevas proyecciones acercan al mundo al Objetivo de Desarrollo sostenible que es acabar con el SIDA como amenaza para la salud pública para el año 2030. El número anual global de nuevas infecciones por VIH se reducirá en casi un 90% en relación con 2010, y las muertes relacionadas con el SIDA se reducirán en un 79%. Se espera también que los avances científicos impulsen el avance en ese objetivo de reducción en un 90% de las muertes causadas o relacionadas con este síndrome.

La estrategia basada en actuaciones inmediatas (Fast-Track Strategy) 2016-2021 de ONUSIDA ha establecido un conjunto de tres objetivos basados en las personas y también 10 objetivos cuantificables que deberán haberse alcanzado en 2020 para acabar con la epidemia del SIDA para el año 2030. Ello incluye alcanzar el objetivo de tratamiento 90-90-90 para el año 2020, conforme al cual el 90% de las personas que vivan con el VIH conozcan su estado serológico, el 90% de las personas que vivan con el VIH tengan acceso al tratamiento antirretrovírico y el 90% de las que lo reciban presenten supresión vírica. Entre otros objetivos se incluye conseguir que haya cero infecciones entre niños y que el 90% de las mujeres y hombres, especialmente jóvenes y personas que viven en entornos con una alta prevalencia de la enfermedad, tengan acceso un servicios sanitarios de prevención, de salud sexual y de salud reproductiva. Esos objetivos se basan firmemente en un enfoque que no deja a nadie atrás y se fundamentan en los derechos humanos. Si se consiguen esos objetivos, los resultados globales en el ámbito sanitario se mejorarán de forma significativa.

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ONUSIDA colaborará en una nueva plataforma de tecnología móvil para mejorar la recopilación de datos y avanzar en la respuesta al VIH

GINEBRA, 8 de marzo de 2016 — ONUSIDA y el operador de telecomunicaciones Orange han firmado un memorando de entendimiento para colaborar en un nuevo proyecto con el fin de reforzar, mediante el uso de la tecnología móvil, los vínculos entre los profesionales sanitarios y las personas que viven con el VIH o se ven afectadas por el virus.

La tecnología móvil mejorará los servicios relacionados con el VIH para velar por el mantenimiento de los pacientes en atención y la adhesión al tratamiento, y contribuir a vencer el estigma y la discriminación. El proyecto permitirá recoger y analizar datos, detectar deficiencias en los servicios y adoptar medidas para mejorar la calidad de la atención médica dirigida a quienes viven con el VIH o se ven afectados por este. La información recogida será anónima y se garantizará la más estricta confidencialidad.

«Para lograr los ambiciosos Objetivos de la Respuesta Rápida de ONUSIDA en 2020, los países necesitan innovar», dijo Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA. «Esta asociación con Orange permitirá que los países se beneficien de una tecnología de última generación, económica y fácil de usar, y que puedan proporcionar la más alta calidad de los servicios para quienes viven con el VIH o se ven afectados por el virus.»  

ONUSIDA y sus asociados utilizarán Mobile Training EveryWhere (M-Tew), una plataforma web diseñada para integrarse plenamente en los sistemas de salud e implementarse a gran escala. M-Tew permitirá que el personal sanitario se comunique con las personas inscritas en los servicios de atención mediante mensajes de texto o mensajes de teléfono y de voz. Los profesionales sanitarios podrán enviar mensajes, realizar encuestas de texto o de voz para evaluar la percepción de los usuarios sobre la calidad de los servicios y responder a preguntas en un centro de atención telefónica virtual.

La tecnología es fácil de usar y los participantes en el proyecto no necesitarán más que un teléfono móvil básico y una conexión 2G para enviar y recibir mensajes, sin precisar conexión a internet ni descargarse ninguna aplicación.

A finales de marzo de 2016 dará comienzo una fase piloto de cuatro meses en Abidján (Côte d'Ivoire), con 1.000 personas que viven con el VIH y están inscritas en programas de tratamiento. Entre los participantes habrá personas de los grupos más afectados por el VIH, entre ellos 300 trabajadoras sexuales y hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres.

«El presidente Alassane Ouattara ha exhortado a una reducción de la prevalencia del VIH en Côte d'Ivoire por debajo del 1 % en 2020», dijo Raymonde Goudou Coffie, ministra marfileña de Salud e Higiene Pública. «Nos hemos comprometido a cumplir ese objetivo y esta nueva plataforma nos ayudará a acelerar nuestros esfuerzos y a lograr ese ambicioso objetivo.»

ONUSIDA colaborará en el proyecto con el Ministerio de Salud e Higiene Pública de Côte d’Ivoire, el Distrito Autónomo de Abidján, Orange Côte d’Ivoire y miembros de la sociedad civil, entre ellos organizaciones de personas que viven con el VIH. Tras la fase piloto, el proyecto se ampliará a otros establecimientos sanitarios de Abidján, y hay planes para que luego se expanda a otros países prioritarios de la región.

Esta asociación hará avanzar los esfuerzos para acelerar la respuesta al VIH con vistas a poner fin a la epidemia de sida en cuanto amenaza para la salud pública en 2030. Para ello se necesitan innovaciones, una inversión inicial importante durante los próximos cinco años, lograr el objetivo de tratamiento 90-90-90 de ONUSIDA, ampliar el acceso a los servicios de prevención del VIH y velar por hacer realidad la cero discriminación. 

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