40 años de la respuesta al sida

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ONUSIDA llama a todos los países a emprender una acción mundial y propone nuevos grandes desafíos en materia del VIH para el año 2025

26 de noviembre de 2020

Mientras la COVID-19 sigue obstaculizando los avances en la respuesta al sida y ha hecho que no se estén pudiendo alcanzar los objetivos para 2020, ONUSIDA insta con más fuerza que nunca a todos los dirigentes políticos, para que aprendan de las lecciones del pasado y tengan presente lo que sucede cuando no se invierte lo suficiente en salud. Asimismo, hace un llamamiento generalizado para que cada país dé un paso al frente en su acción mundial, pues solo así se logrará erradicar el sida y vencer otras pandemias.

GINEBRA, 26 de noviembre de 2020 - En su nuevo informe, Vencer a las pandemias priorizando a las personas, ONUSIDA pide a los países que inviertan mucho más en las respuestas mundiales a las pandemias y que adopten un nuevo conjunto de objetivos para el VIH audaces y ambiciosos, pero alcanzables. Si logramos hacer realidad dichos objetivos, el mundo volverá de nuevo a la senda de lo programado para poner fin al sida como amenaza para la salud pública para 2030.

La respuesta mundial al sida ya se había ralentizado antes del brote de la COVID-19. Sin embargo, la rapidísima expansión de la enfermedad del nuevo coronavirus ha supuesto aún más reveses. El modelaje del impacto a largo plazo que la pandemia tendrá en la respuesta al VIH nos muestra que las nuevas infecciones por el VIH se calcula que podrían pasar de 123 000 a 293 000 de 2020 a 2022. Asimismo, para este mismo periodo, las estimaciones apuntan a que las muertes relacionadas con el sida podrían crecer de 69 000 a 148 000.

«Estamos pagando ahora un precio altísimo por el error colectivo que hemos cometido de no invertir lo suficiente en respuestas para el VIH integrales, basadas en los derechos humanos y centradas en las personas», advierte Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. «El implementar únicamente aquellos programas que resultan más agradables desde el punto de vista político no nos ayudará, ni de lejos, a acabar con la COVID-19 ni a erradicar el sida. Para que la respuesta mundial vuelva a funcionar, es absolutamente imprescindible que pongamos a las personas en el centro y que abordemos las desigualdades que alimentan las epidemias».

Nuevos objetivos para reactivar la respuesta

Aunque algunos países del África subsahariana, como Botswana y Eswatini, lo han hecho considerablemente bien y han alcanzado, e incluso superado, los objetivos fijados para 2020, son muchos más los países que están quedando atrás. Aquellos que mejor lo han hecho han abierto el camino para todos los demás. ONUSIDA lleva un tiempo trabajando con sus socios para extraer todas las lecciones aprendidas y convertirlas en una serie de objetivos de cara a 2025 en los que las personas ocupen siempre un papel central.

Los objetivos pretenden lograr una gran cobertura tanto de los servicios de salud sexual y reproductiva, como de todos aquellos relacionados con el VIH. Además, se persigue acabar con las leyes y las políticas punitivas, y reducir el estigma y la discriminación. En todos los nuevos objetivos las personas están en el centro, sobre todo aquellas más en riesgo y marginadas, como las mujeres jóvenes y las niñas, las adolescentes, los trabajadores sexuales, las personas transgénero, los consumidores de drogas inyectables, y los gais y otros hombres que mantienen relaciones sexuales con hombres.

Los nuevos objetivos respecto a la distribución de los servicios relacionados con el VIH aspiran a lograr una cobertura del 95 % para cada subpoblación de personas que viven con el VIH y que tienen mayor riesgo de infectarse del VIH. Al adoptar un enfoque centrado en las personas y ocuparse especialmente de las zonas clave, los países lograrán estar más preparados para controlar las epidemias que los azotan.

Los objetivos para 2025 también exigen asegurar un entorno propicio para una respuesta al VIH eficaz, así como incluir otros objetivos ambiciosos y antidiscriminatorios para conseguir que menos de un 10 % de los países tenga leyes y políticas punitivas, menos de un 10 % de las personas que viven con el VIH o están afectadas por el virus sufra el estigma y la discriminación, y menos de un 10 % sea víctima de la desigualdad de género y la violencia.

Venciendo pandemias

La inversión y la acción insuficiente tanto en el VIH como en otras pandemias han dejado el mundo expuesto a la COVID-19. Si los sistemas sanitarios y las redes de la seguridad social hubieran sido más fuertes, el mundo habría estado en una mejor posición para frenar la propagación de la COVID-19 y soportar su impacto. La COVID-19 nos ha demostrado que la inversión en salud no solo salva vidas, sino que también sienta las bases de economías mucho más fuertes. La salud y los programas para el VIH deben estar plenamente financiados, tanto en tiempos de holgura económica como en momentos de crisis.

«Ningún país es capaz de derrotar solo las dos epidemias», insiste la Sra. Byanyima. «Un desafío de esta magnitud solo se puede lograr potenciando al máximo la solidaridad mundial, cultivando la responsabilidad compartida y aunando esfuerzos para movilizar una respuesta que no deje a nadie atrás. Podemos hacerlo compartiendo la carga y trabajando juntos».

Hay algunos puntos sobresalientes: se está dando más importancia que nunca al liderazgo, las infraestructuras y las lecciones aprendidas de la respuesta al VIH, para derrotar a la COVID-19. La respuesta al VIH ha ayudado a garantizar la continuidad de los servicios ante esos desafíos extraordinarios. La respuesta por parte de las comunidades contra la COVID-19 ha hecho más que evidente todo lo que podemos lograr si trabajamos juntos.

Además, el mundo debe aprender de los errores cometidos en los primeros momentos de la respuesta al VIH, cuando millones de personas de países en vías de desarrollo murieron esperando su tratamiento antirretroviral. Aun hoy, más de 12 millones de personas todavía no tienen acceso al tratamiento para el VIH, y 1,7 millones contrajeron el VIH en 2019 por no tener acceso a los servicios esenciales para el VIH.

Todo el mundo tiene derecho a la salud. Precisamente por eso ONUSIDA está liderando la defensa de una vacuna universal contra la COVID-19. Ahora que están apareciendo vacunas prometedoras contra la COVID-19, hemos de garantizar que no se conciban solo como un privilegio de los ricos. Por eso, ONUSIDA y sus socios están rogando a los laboratorios farmacéuticos que compartan su tecnología y sus conocimientos, y que renuncien a sus derechos de propiedad intelectual para que el mundo pueda fabricar vacunas exitosas a gran escala y al ritmo necesario para proteger a toda la población.

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El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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Sri Lanka elimina la transmisión vertical del VIH y de la sífilis

13 de diciembre de 2019

GINEBRA/BANGKOK, 13 de diciembre de 2019—ONUSIDA felicita a Sri Lanka por su éxito al conseguir acabar con la transmisión vertical del VIH y la sífilis congénita. «El gran logro de Sri Lanka me llena de esperanza y me demuestra que el cambio es posible. Es evidente que, cuando un país se asegura de que los servicios sean accesibles y estén libres del estigma para las mujeres, incluyéndose a aquellas que viven con el VIH o que están afectadas por el virus, los resultados que se obtienen benefician a la salud de las mujeres, a la salud de los niños y a la sociedad en su conjunto», señaló Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA.

Según el Ministerio de Salud Pública de Sri Lanka, en 2018 todas las mujeres embarazadas diagnosticadas con el VIH comenzaron una terapia antirretrovírica, y el 97 % de las mujeres embarazas y con sífilis recibieron tratamiento. El país lleva sin tener constancia de ningún caso de transmisión maternoinfantil del VIH desde 2017, y la tasa de sífilis congénita se ha reducido a menos de 50 casos por cada 100 000 nacimientos vivos en 2017 y 2018.

«La eliminación de la transmisión maternoinfantil del VIH se debe al fortísimo compromiso político, al fructífero enfoque integrado multisectorial construido sobre las bases del sistema de salud pública y a la experticia técnica», resalto Anil Jasinghe, director general de los servicios sanitarios en Sri Lanka.

Sri Lanka se ha convertido en el cuarto país de la región Asia-Pacífico después de Tailandia, Malasia y las Maldivas en ser validado por eliminar la transmisión vertical del VIH y la sífilis congénita.

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ONUSIDA insta a los países a acelerar los esfuerzos y eliminar las carencias existentes en los servicios para poner fin a la epidemia de sida entre niños y adolescentes

22 de julio de 2019

Mientras que los objetivos globales de 2018 no se han alcanzado, el informe Start Free, Stay Free, AIDS Free muestra que los esfuerzos han de concentrarse en los países que están por detrás

GINEBRA/CIUDAD DE MÉXICO, 22 julio de 2019—Un nuevo informe dado a conocer hoy en la X Conferencia del IAS sobre la ciencia del sida celebrada en la Ciudad de México (México) indica que el mundo está yendo a la zaga en su compromiso para acabar con la epidemia de sida entre niños y adolescentes. El informe, titulado Start Free, Stay Free, AIDS Free, muestra un descenso significativo en el ritmo del progreso al reducir las nuevas infecciones por el VIH entre niños y lograr un mayor acceso al tratamiento para niños, adolescentes y embarazadas que viven con el VIH. Asimismo, no se han alcanzado los objetivos propuestos para 2018, aunque en algunos países sí se han conseguido importantes mejoras.  

En todo el mundo, alrededor de 160 000 niños de entre 0 y 14 años contrajeron el VIH en 2018, lo que supone un enorme progreso,                                                                                                                                                           si tenemos en cuenta las 240 000 nuevas infecciones registradas en 2010. Sin embargo, la audaz e importante cifra que se tenía como objetivo para 2018 estaba en menos de 40 000 nuevas infecciones.

De acuerdo con Gunilla Carlsson, Directora ejecutiva adjunta de ONUSIDA, «el no haber alcanzado los objetivos propuestos para 2018 en cuanto a la reducción de las nuevas infecciones por el VIH en niños y adolescentes, y el no haber logrado ampliar el acceso a tratamientos que salvan vidas nos sobrecoge, disgusta y frustra».  «Hemos de actuar rápidamente para revertir la situación y cumplir con nuestro compromiso con el objeto de poner fin a la epidemia de sida para la siguiente generación».

A día de hoy alrededor del 82 % de las mujeres embarazadas que viven con el VIH no pueden acceder a la medicación antirretrovírica. Se ha producido un enorme progreso en países de África oriental y meridional, como en Etiopía, Kenia, Uganda, la República Unida de Tanzania y Zimbabue, donde más del 90 % de las mujeres tienen acceso a la terapia antirretrovírica. El avance es aún superior en Botsuana, Malaui, Mozambique, Namibia y Zambia, donde el 95 %, o más, de las embarazas seropositivas pueden acceder al tratamiento. Todo ello se ha traducido en una reducción del 41 % en el número de nuevas infecciones por el VIH entre niños, y destacan las importantes reducciones logradas desde 2010 en Botsuana (85 %), Ruanda (83 %), Malaui (76 %), Namibia (71 %), Zimbabue (69 %) y Uganda (65 %). El progreso alcanzado por estos países nos muestra que se puede lograr mediante el liderazgo político, la adopción rápida de medidas y la suma de los esfuerzos coordinados de todos los interesados.

El informe arroja luz sobre los huecos que se han de cubrir para evitar nuevos casos de infecciones por el VIH entre la población infantil. Por ejemplo, en África oriental, en el año 2018, 10 000 de las 26 000 nuevas infecciones por el VIH entre niños se debieron a que las madres interrumpieron el tratamiento durante el embarazo y la lactancia. En África oriental, por su parte, 17 000 de las 53 000 nuevas infecciones entre niños se produjeron porque las madres contrajeron el VIH durante el embarazo o la lactancia. Así, un total de 16 000 nuevas infecciones se podrían evitado en África meridional si se hubiera administrado el tratamiento a las madres durante el embarazo y la lactancia. En África occidental y central, casi 27 000 de las 44 000 nuevas infecciones se podrían haber evitado si las madres hubieran tenido acceso a la terapia antirretrovírica.

«Estos nuevos datos nos muestran que, mientras que muchos países han logrado un importante progreso hacia la consecución de los objetivos para 2020, todavía hay otros muy rezagados», apuntó Deborah Birx, coordinadora mundial de los Estados Unidos para el sida y representante especial para la Diplomacia de la salud mundial. «Estas grandes disparidades subrayan el papel fundamental que desempeñan el compromiso político, la rápida puesta en marcha de medidas y las inversiones basadas en datos para acelerar el impacto de la respuesta al sida».

El análisis a nivel nacional de cómo el VIH se transmite de madre a hijo proporciona una información fundamental para dar forma a las respuestas nacionales.

«Poner fin al sida y lograr la cobertura sanitaria universal supone no dejar a nadie detrás. Sin embargo, hay demasiados niños y adolescentes con VIH que todavía no tienen la oportunidad de crecer sanos porque no pueden acceder al tratamiento», destacó Ren Minghui, director general adjunto de la Organización Mundial de la Salud para la cobertura sanitaria universal y las enfermedades transmisibles y no transmisibles. «Hemos de intensificar los esfuerzos y mantener nuestra promesa para con estos niños». 

Los menores que viven con el VIH también son dejados atrás en lo referente a la ampliación de la escala del tratamiento para el VIH. Ni se los diagnostica ni se los trata lo suficientemente a tiempo. Aproximadamente 940 000 niños de edades comprendidas entre los 0 y los 14 años tuvieron acceso al tratamiento en 2018, una cifra que dobla la registrada en 2010, pero que está muy por debajo de los 1,6 millones de niños con acceso al tratamiento que se tenía como objetivo para 2018.

Los niños que viven con el VIH tienen, aún hoy, menos posibilidades de acceder al tratamiento para el VIH que los adultos que viven con el virus, una disparidad que va en aumento en algunos países, sobre todo en África occidental y central. Como resultado de ello, la epidemia de sida todavía se está cobrando la vida de muchos pequeños de entre 0 y 14 años. Los niños en este grupo de edad representaban el 5 % de todas las personas que viven con el VIH en 23 países prioritarios, pero el 18 % de todas las personas que murieron por enfermedades relacionadas con el sida en 2018 en esos países. 

«Sabemos cómo evitar que los niños se infecten por el VIH y cómo prevenir la aparición del sida en los niños una vez que estos se infectan. Han de realizárseles las pruebas y ponerles en tratamiento rápidamente, pero carecemos de oportunidades para poner esta teoría en práctica», explicó Henrietta Fore, directora ejecutiva del Fondo de Naciones Unidas para la infancia. «No basta con saber qué hacer. Debemos aunar esfuerzos y renovar nuestro compromiso con los niños y adolescentes que viven con el VIH con el fin de darles las mejores oportunidades para vivir y crecer.     

Para obtener resultados óptimos, los niños que contraen el VIH deben acceder al tratamiento lo más rápidamente posible. No obstante, en 2018, únicamente al 63 % de los 1,1 millones de bebés expuestos al VIH en los 23 países más afectados por la epidemia se les realizaron las pruebas a los dos meses.

«De muchas formas, nosotros como comunidad nos hemos conformado con una atención de baja calidad para los niños que viven con el VIH», resaltó Chip Lyons, presidente y director ejecutivo de la fundación Elizabeth Glaser para el sida pediátrico. «Bajo ningún concepto podemos permitir que los niños reciban siempre una atención que esté por debajo del estándar básico que pedimos para los adultos. Especialmente cuando la consecuencia última de ese enfoque es que el número de niños y jóvenes que están muriendo por el VIH es desproporcionadamente e inaceptablemente altísimo».

El mencionado informe también prevé que es imposible alcanzar para 2020 el objetivo de reducir a menos de 100 000 el número anual de nuevas infecciones por el VIH entre las mujeres jóvenes y las adolescentes de 15 a 24 años de edad. En todo el mundo, las nuevas infecciones por el VIH entre las mujeres jóvenes y las adolescentes se redujeron en un 25 % entre 2010 y 2018, hasta alcanzar la cifra de 310 000. Mientras que las nuevas infecciones por el VIH entre las adolescentes y las mujeres jóvenes de entre 15 y 24 años se redujeron en torno a un 40 % en Botsuana, Burundi, Lesoto y Sudáfrica, el no alcanzar los objetivos mundiales supone que hoy en día cada semana todavía contraen el virus 6000 adolescentes y mujeres jóvenes.

Los factores que llevan a la vulnerabilidad de las mujeres jóvenes y las chicas con respecto a las nuevas infecciones por el VIH son sociales, estructurales y conductuales, y han de abordarse para conseguir resultados sostenibles en cuanto a la prevención. La discriminación de género, la violencia de género, el acceso restringido a las oportunidades y la falta de servicios a medida son la causa de su vulnerabilidad frente al VIH. Las respuestas efectivas priorizan un enfoque que combina el acceso a los servicios dedicados al VIH y a la salud sexual y reproductiva con programas sociales, estructurales y conductuales.

«La disparidad en las tasas de supresión de la carga viral entre adolescentes con el VIH en comparación con los adultos es inaceptable y corresponde a la comunidad defender regímenes de tratamiento antirretrovírico más robustos y potentes para los adolescentes, así como apresurar los esfuerzos para evitar las nuevas infecciones en esta población tan críticamente vulnerable», insistió Fatima Tsiouris, directora adjunta de la unidad clínica y de formación y del área para la prevención de la transmisión madre a hijo del Centro internacional para el cuidado del sida y programas de tratamiento (ICAP, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Columbia.

El número de circuncisiones médicas masculinas voluntarias llevadas a cabo entre 2015 y 2018 fue de 11 millones entre todos los grupos de edad, lo que significa que al menos 13 millones de intervenciones de este tipo deberán llevarse a cabo para 2020 con el fin de alcanzar el objetivo de 25 millones de circuncisiones voluntarias en hombres y chicos entre 2015 y 2020.

ONUSIDA y el Plan de emergencia del presidente de los Estados Unidos para el alivio del sida lanzaron la iniciativa Start Free, Stay Free, AIDS Free en 2016 con el fin de integrar los logros del Plan mundial para eliminar las nuevas infecciones por VIH en niños para el año 2015 y mantener a sus madres vivas, el cual terminó en 2014. 

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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Solo se realizan las pruebas del VIH a la mitad de recién nacidos expuestos al virus

25 de marzo de 2019

Cuanto antes se diagnostiquen los casos de VIH en recién nacidos y se les proporcione tratamiento, mejores serán los resultados.

Para diagnosticar el virus en niños con menos de 18 meses de vida, se debe realizar una prueba virológica, que puede detectar el virus en sí o sus componentes. La prueba serológica se realiza en personas adultas y niños con más de 18 meses de vida. Esta detecta la presencia de antígenos del VIH y/o de los anticuerpos que el sistema inmunitario genera en respuesta al virus. Sin embargo, esta prueba no puede diferenciar los anticuerpos que produce un lactante infectado de los que la madre le transmite durante el embarazo, que no implica necesariamente contagio.

La prueba virológica, que no está disponible de forma regular en la mayoría de países de renta media o baja, suele ser muy cara y conlleva un largo proceso, ya que implica varias visitas a la clínica, el transporte de las muestras a laboratorios centrales y posibles retrasos en la entrega de los resultados.

A escala mundial, solo se realiza la prueba del VIH a la mitad de recién nacidos menores de ocho semanas que estuvieron expuestos al virus durante el embarazo. La mortalidad infantil por falta de diagnóstico es más alta durante los tres primeros meses de vida, por eso es de vital importancia diagnosticar el virus a tiempo y conseguir acceso al tratamiento.

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ONUSIDA advierte de que el progreso se está ralentizando y de que se acaba el tiempo para lograr los objetivos sobre el VIH fijados para 2020

18 de julio de 2018

Las nuevas infecciones van en aumento en unos 50 países, las muertes relacionadas con el sida no disminuyen todo lo rápido que deberían y la ausencia de incrementos de los recursos supone una amenaza para el éxito. La mitad de las nuevas infecciones por el VIH se produce entre personas pertenecientes a poblaciones clave y sus parejas, que todavía no reciben los servicios que necesitan.

PARIS/GINEBRA, 18 de julio de 2018 — El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA) está enviando a los países una clara señal de advertencia. En un nuevo informe, publicado hoy en París (Francia) en un acto organizado en colaboración con Coalition PLUS, ONUSIDA advierte de que la respuesta mundial al VIH se encuentra en un punto precario. Cuando se cumple la mitad del plazo para alcanzar los objetivos establecidos para 2020, el informe, Miles to go—closing gaps; breaking barriers; righting injustices, advierte de que el ritmo del progreso no cumple las expectativas mundiales. En él, se insta a que se emprendan medidas inmediatas para orientar el rumbo y alcanzar los importantes objetivos fijados para 2020.

“Estamos dando la voz de alarma”, afirmó Michel Sidibé, Director Ejecutivo de ONUSIDA. “Hay regiones enteras que se están quedando atrás, no se mantienen los enormes avances que logramos en relación con los niños, las mujeres siguen estando entre las personas más afectadas, los recursos continúan sin ajustarse a los compromisos políticos y sigue ignorándose a las poblaciones clave. Todos estos elementos están obstaculizando el progreso y deben abordarse de frente y con urgencia”.

Crisis de prevención del VIH

Las nuevas infecciones van en aumento en unos 50 países y, a escala mundial, solo han disminuido un 18% durante los últimos siete años, de 2,2 millones en 2010 a 1,8 millones en 2017. Aunque esta cifra representa casi la mitad del nivel máximo de nuevas infecciones registrado en 1996 (3,4 millones), la reducción no es lo suficientemente rápida para alcanzar el objetivo de menos de 500.000 de aquí a 2020.

La reducción de las nuevas infecciones por el VIH ha sido mayor en la región más afectada por el VIH, África oriental y meridional, donde las nuevas infecciones por el VIH se han reducido en un 30% desde 2010. Sin embargo, en Europa oriental y Asia central, la cifra anual de nuevas infecciones por el VIH se ha duplicado, mientras que, en el Oriente Medio y África septentrional, las nuevas infecciones por el VIH han aumentado más de un 25% en los últimos 20 años.

El aumento del tratamiento no debe darse por sentado

Gracias a la implantación de la terapia antirretrovírica, el número de muertes relacionadas con el sida es el más bajo que se ha registrado este siglo (940.000), tras haberse situado por debajo de un millón por primera vez en 2016. Sin embargo, el actual ritmo de descenso no es lo suficientemente rápido para alcanzar el objetivo fijado para 2020 de menos de 500.000 muertes relacionadas con el sida.

En solo un año, otros 2,3 millones de personas accedieron al tratamiento por primera vez. Este es el aumento anual más significativo hasta la fecha, con el que el número total de personas que reciben tratamiento asciende a 21,7 millones. Casi el 60% de los 36,9 millones de personas que viven con el VIH recibía tratamiento en 2017, lo cual supone un logro importante, pero, para alcanzar el objetivo de 30 millones de personas, debe producirse un aumento anual de 2,8 millones de personas, y hay indicios de que el ritmo de este incremento se está ralentizando.

África occidental y central van a la zaga

Solo el 26% de los niños y el 41% de los adultos que viven con el VIH tuvieron acceso al tratamiento en África occidental y central en 2017, frente al 59% de los niños y el 66% de los adultos de África oriental y meridional. Desde 2010, las muertes relacionadas con el sida disminuyeron un 24% en África occidental y central, frente al descenso del 42% en África oriental y meridional.

La carga del VIH de Nigeria es más de la mitad (51%) de la total de la región y se han observado muy pocos progresos en la reducción de las nuevas infecciones en los últimos años. Las nuevas infecciones por el VIH solo se redujeron un 5% (9.000) en siete años (de 179.000 a 170.000) y solo 1 de cada 3 personas que viven con el VIH sigue un tratamiento (33%), si bien la cobertura del tratamiento del VIH ha aumentado con respecto al 24% de hace dos años.

El progreso en relación con los niños se ha ralentizado

El informe muestra que los logros alcanzados en lo que respecta a la situación de los niños no se han mantenido. Las nuevas infecciones por el VIH entre los niños solo se han reducido un 8% en los dos últimos años, solo la mitad (52%) de todos los niños que viven con el VIH están recibiendo tratamiento y 110.000 niños murieron a causa de enfermedades relacionadas con el sida en 2017. Aunque el 80% de las mujeres embarazadas que viven con el VIH tuvo acceso a medicamentos antirretrovíricos para prevenir la transmisión del virus a su hijo en 2017, unos 180.000 niños contrajeron el VIH al nacer o en el período de lactancia, una cifra que dista mucho del objetivo de menos de 40.000 para finales de 2018.

“Un niño que contrae el VIH o muere a causa del sida ya es demasiado”, declaró el Sr. Sidibé. “Poner fin a la epidemia del sida no es un logro que esté asegurado y el mundo necesita prestar atención a esta señal de advertencia y poner en marcha un plan acelerado para alcanzar los objetivos”.

Las poblaciones clave representan casi la mitad de las nuevas infecciones por el VIH en todo el mundo

En el informe también se pone de relieve que no se está prestando suficiente atención a las poblaciones clave en los programas de VIH. Las poblaciones clave y sus parejas sexuales representan el 47% de las nuevas infecciones por el VIH en todo el mundo y el 97% de las nuevas infecciones en Europa oriental y Asia central, donde un tercio de las nuevas infecciones por el VIH se produce entre las personas que se inyectan drogas.

La mitad de los trabajadores sexuales de Eswatini, Lesotho, Malawi, Sudáfrica y Zimbabwe vive con el VIH. El riesgo de contraer el VIH es 13 veces superior para las trabajadoras sexuales, 27 veces superior entre los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, 23 veces superior para las personas que se inyectan droga y 12 veces superior para las mujeres transgénero.

“El derecho a la salud para todas las personas no es negociable”, afirmó el Sr. Sidibé. “Los trabajadores sexuales, los gays y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, los presos, los migrantes, los refugiados y las personas transgénero son los más afectados por el VIH, pero siguen quedando excluidos de los programas de VIH. Se necesitan más inversiones para llegar a estas poblaciones clave”.

El estigma y la discriminación persisten

La discriminación por parte de los trabajadores sanitarios, el personal encargado de hacer cumplir la ley, los profesores, los empleadores, los padres, los líderes religiosos y los miembros de las comunidades impide que los jóvenes, las personas que viven con el VIH y las poblaciones clave accedan a la prevención y al tratamiento del VIH, así como a otros servicios de salud sexual y reproductiva.

En 19 países, 1 de cada 5 personas que viven con el VIH encuestadas afirmó que se le había denegado la asistencia sanitaria y 1 de cada 5 personas que viven con el VIH evitó visitar un centro sanitario por miedo al estigma o la discriminación relacionados con su estado serológico respecto del VIH. En 5 de cada 13 países acerca de los que hay datos disponibles, más del 40% de las personas afirmaron que consideraban que los niños que viven con el VIH no deberían poder asistir a la escuela con niños seronegativos.

“Las comunidades están haciéndose eco del llamamiento de ONUSIDA”, explicó Vincent Pelletier, líder positivo y Director Ejecutivo de Coalition PLUS. “Necesitamos un acceso universal a servicios de prevención adaptados y protección contra la discriminación. Exhortamos a los dirigentes mundiales a que cumplan sus compromisos con financiación, tanto en los países donantes como en aquellos en los que se ejecutan los programas”.

Es necesaria una nueva agenda para poner fin a la violencia contra las mujeres

En 2017, alrededor del 58% de todas las nuevas infecciones por el VIH entre adultos mayores de 15 años se produjo entre mujeres, y 6.600 mujeres jóvenes con edades comprendidas entre los 15 y los 24 años se infectaron con el VIH cada semana. Esta mayor vulnerabilidad al VIH se ha relacionado con la violencia. Más de una de cada tres mujeres en todo el mundo ha sufrido violencia física o sexual, a menudo a manos de sus compañeros íntimos.

“La desigualdad, la falta de empoderamiento y la violencia contra las mujeres constituyen infracciones de los derechos humanos y siguen impulsando las nuevas infecciones por el VIH”, afirmó el Sr. Sidibé. “No debemos cejar en nuestro empeño por abordar y arrancar de raíz el acoso, el abuso y la violencia, ya sea en el hogar, en la comunidad o en el lugar de trabajo”.

El objetivo 90-90-90 puede y debe conseguirse

Se han logrado progresos en relación con el objetivo 90-90-90. Tres cuartos (75%) de las personas que viven con el VIH conocen ahora su estado serológico con respecto al VIH; de las personas que conocen su estado, el 79% tuvo acceso al tratamiento en 2017 y, de las personas con acceso al tratamiento, el 81% suprimió su carga viral.

Hay 6 países (Botswana, Camboya, Dinamarca, Eswatini, Namibia y los Países Bajos) que ya han alcanzado sus objetivos 90-90-90 y otros 7 países que avanzan por el buen camino. La deficiencia más importante se encuentra en los primeros 90; en África occidental y central, por ejemplo, solo el 48% de las personas que viven con el VIH conoce su estado serológico.

Un buen año para la respuesta contra la tuberculosis

Se han observado avances en el tratamiento y el diagnóstico del VIH entre las personas con tuberculosis (alrededor de 9 de cada 10 personas con tuberculosis a las que se les diagnostica el VIH reciben tratamiento). Sin embargo, la tuberculosis sigue siendo una de las principales causas de muerte para las personas que viven con el VIH, y 3 de cada 5 personas que empiezan a seguir el tratamiento del VIH no se someten a reconocimientos, pruebas ni tratamientos para la tuberculosis. La Reunión de Alto Nivel sobre la Lucha contra la Tuberculosis de las Naciones Unidas, que se celebrará en septiembre de 2018, constituye una oportunidad para reforzar el impulso dirigido a alcanzar los objetivos relacionados con la tuberculosis y el VIH.

El coste de la falta de acción

En 2017, había en torno a 20.600 millones de dólares estadounidenses disponibles para la respuesta al sida, un aumento del 8% desde 2016 y un 80% del objetivo para 2020 establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Sin embargo, no se adquirieron compromisos nuevos importantes y, en consecuencia, es poco probable que se mantenga el aumento anual de los recursos. El logro de los objetivos fijados para 2020 solo será posible si aumentan las inversiones nacionales y de los donantes.

Posibilidades para seguir avanzando

Desde los municipios de África meridional hasta las aldeas remotas del Amazonas y las megalópolis asiáticas, las múltiples innovaciones que figuran en las páginas del informe ponen de manifiesto que, mediante la colaboración entre los sistemas de salud y las distintas comunidades, es posible reducir el estigma y la discriminación de manera satisfactoria, así como ofrecer servicios a la mayor parte de las personas que más los necesitan.

Estos enfoques innovadores siguen favoreciendo las soluciones necesarias a fin de alcanzar los objetivos para 2020. Cuando la combinación de actividades de prevención del VIH (entre ellas, la distribución de preservativos y la circuncisión médica masculina voluntaria) se lleva a cabo a una escala significativa, se logra reducir el nivel de nuevas infecciones por el VIH. La profilaxis previa a la exposición (PPrE) de administración oral está teniendo efectos positivos, en especial entre las poblaciones clave. El hecho de ofrecer asesoramiento y pruebas del VIH a los familiares y las parejas sexuales de las personas a las que se ha diagnosticado el VIH ha mejorado de manera significativa el acceso a las pruebas.

En África oriental y meridional se han combinado unas inversiones nacionales e internacionales considerables con un firme compromiso político y comunitario, y se están observando avances significativos hacia el logro de los objetivos fijados para 2020.

“Para cada problema existe una solución”, afirmó el Sr. Sidibé. “Los dirigentes políticos, los Gobiernos nacionales y la comunidad internacional tienen la responsabilidad de realizar inversiones financieras suficientes y de crear los contextos jurídicos y normativos propicios para llevar las innovaciones al plano mundial. De este modo, se generará el impulso necesario para lograr los objetivos para 2020”.

En 2017, aproximadamente:

36,9 millones (31,1 millones-43,9 millones) de personas en todo el mundo vivían con el VIH

21,7 millones (19,1 millones-22,6 millones) de personas tenían acceso al tratamiento

1,8 millones (1,4 millones-2,4 millones) de personas contrajeron la infección por el VIH

940.000 (670.000-1,3 millones) personas murieron por enfermedades relacionadas con el sida

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

Aisha Muhammadu Buhari garantiza que para 2020 conseguirán que ningún niño nazca con VIH en Nigeria

26 de marzo de 2018

Aisha Muhammadu Buhari, mujer del Presidente de Nigeria, quien además es la nueva Embajadora Especial de ONUSIDA para la Erradicación de la Transmisión Maternoinfantil del VIH y la Promoción del Tratamiento para Niños que Viven con VIH en Nigeria, se ha comprometido a poner fin la Transmisión Maternoinfantil del VIH en el país.

“Con un gran sentido de responsabilidad y humildad, acepto el honor de trabajar como Embajadora Especial de ONUSIDA. Estoy deseando utilizar mi voz para conseguir que, para el año 2020, ningún niño nazca con VIH en Nigeria”, comentó la Sra. Buhari, con vistas al comienzo de su nuevo cargo.

Nigeria tiene uno de los mayores índices mundiales de nuevas infecciones por VIH entre niños. En 2016, se estimó que 37 000 [22 000-56 000] niños contrajeron nuevas infecciones por el VIH y 24 000 [14 000–37 000] niños murieron por enfermedades relacionada con el sida. Alrededor de 270 000 [180 000–380 000] niños vivían con VIH en 2016. Por otra parte, solo el 32 % de las mujeres embarazadas que vivían con VIH tenían acceso a medicamentos antirretrovirales para evitar la transmisión del virus a su hijo.

“Me alegra poder anunciar la aceptación del cargo de Aisha Muhammadu Buhari como Embajadora Especial de ONUSIDA para Nigeria. La confianza y el respeto que ella establece en el país nos ayudará a facilitar la detención de nuevas infecciones por VIH entre niños, así como garantizar que todos los niños que viven con el VIH reciban tratamiento", dijo Michel Sidibé, Director Ejecutivo de ONUSIDA.

El nombramiento de la Sra. Buhari reforzará los recientes esfuerzos de ampliar la respuesta al VIH en Nigeria. En diciembre de 2016, Muhammadu Buhari, Presidente de Nigeria, implementó un plan acelerado que incluye el uso de recursos nacionales para costear el tratamiento de las 60 000 personas que viven con VIH y para asegurar otras 50 000 personas adicionales puedan recibir tratamiento cada año. 

"Estamos encantados de que su excelencia haya aceptado este importante cargo de Embajadora Especial de ONUSIDA. Erradicar la transmisión maternoinfantil del VIH en Nigeria es loable es un objetivo admirable al que se debe llegar”, afirmó Pauline Tallen, Presidenta de la Junta de la Agencia Nacional para el Control del SIDA en Nigeria. 

La Sra. Buhari es una defensora apasionada de los derechos de las mujeres y niñas vulnerables. Durante el año en el que ejercerá su labor, buscará aumentar el acceso a servicios de atención prenatal, las pruebas de VIH para todas las mujeres embarazadas y la puesta en marcha de un tratamiento adecuado y una asistencia. Asimismo, abogará por un aumento de los recursos nacionales para la respuesta al VIH a nivel federal y estatal.

“Mis queridos tres hijos están libres de VIH porque me pude beneficiarme de los servicios de prevención de la transmisión maternoinfantil del VIH. Todas las mujeres embarazadas que viven con el VIH en Nigeria merecen niños que nazcan sin el virus y la voz de la nueva Embajadora Especial de ONUSIDA puede ayudarnos a conseguir una gran diferencia. Ahora ella goza de una posición fuerte para defender que los servicios de prevención de trasmisión de VIH sean gratuitos en el país", afirma Lucy Attah Enyia, una beneficiaria de los servicios de prevención de la transmisión maternoinfantil del VIH.

A lo largo de la visita del Sr. Sidibé en abril de 2018 en Abuja (Nigeria) se celebrará una ceremonia oficial para conmemorar la aceptación del cargo de la Sra. Buhari.

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