TJK

“Un diagnóstico de VIH no debería ser una condena: solo es un diagnóstico”

01 de marzo de 2022

Nargis nació en Dusambé, Tayikistán, en el seno de una familia grande. La vida no era fácil y la enviaron a un internado para familias con ingresos bajos. Su asignatura favorita era educación física y destacaba especialmente en natación y baloncesto. Esperaba, tras graduarse con un título en educación física en 1991, poder continuar sus estudios de formación profesional.

Sin embargo, como consecuencia de la agitación política en su país, no pudo continuar sus estudios. “Lloré durante seis meses: era muy importante para mí seguir estudiando, pero, en lugar de llevarme a un centro de formación profesional, mis padres concertaron mi matrimonio. No tenía ni 16 años entonces”, relata Nargis. Cuando tenía 17 años, dio a luz a su primer hijo. Cinco años después, cuando estaba embarazada del segundo, se enteró de que su marido estaba involucrado en tráfico de drogas y este acabó en prisión.

Desde entonces, Nagris ha tenido que cuidarse a sí misma y a toda su familia. Encontró trabajo en un casino. Estaba bien pagado, pero allí empezó a consumir drogas. “Era tímida, así que, para relajarme, tomaba drogas. A partir de entonces, me volví adicta. Ni siquiera soy consciente de cómo sucedió”, recuerda.

Finalmente la echaron del trabajo por su drogadicción y tuvo que buscar otras formas de sobrevivir.

Nargis estuvo drogándose durante 14 años, pero comenzó la terapia de sustitución de opiáceos tan pronto como estuvo disponible en su país. “Cuando tomaba metadona, me contrataron como consultora. Trabajaba con consumidores de drogas y con personas que vivían con el VIH. Trabajaba como asesora en varios proyectos de prevención del VIH”, dijo Nargis.

Nargis siguió tomando metadona hasta mayo de 2021. “El año pasado tuve que dejar de tomar metadona porque entré en prisión y ahí no podía conseguirla. Fue muy duro, pasé ahí varios meses, pero gracias a ello salí de la metadona y, por ahora, no he recaído.”

Nargis fue condenada en virtud del artículo 125 del Código Penal de Tayikistán, que señala que es un delito contagiar o poner a alguien en riesgo de infección por el VIH. De conformidad con este artículo, las fuerzas del orden inician procesos penales contra personas que viven con el VIH simplemente sobre la base del peligro potencial de transmisión del VIH o simplemente por su estado seropositivo.

“Llevo en terapia antirretroviral desde 2013. Nunca la he dejado. Tengo una carga viral indetectable. Nadie me denunció. Ni he infectado a nadie. La acusación se basó en la nota de un hombre que conocía porque estábamos saliendo”, dijo Nargis.

La ley no tiene en cuenta el consentimiento informado de la pareja sexual, el riesgo de transmisión del VIH ni si la persona que vive con el VIH toma precauciones contra su transmisión. Además, la legislación no determina cómo las personas que viven con el VIH deberían declarar su estado serológico. Como consecuencia, todas las personas que viven con el VIH y mantienen relaciones sexuales pueden tener que responder penalmente.

Nargis explicó la vergüenza que le hicieron sentir. Las fuerzas del orden llamaron a todo el mundo: mis médicos, compañeros, parientes... les contaron mi diagnóstico de VIH, les preguntaron qué tipo de relación teníamos y me deshonraron.

“El artículo 162 del Código de Salud da a los médicos el derecho a revelar información sobre el estado de los pacientes seropositivos cuando así se lo soliciten las autoridades, sin que exista para ello ninguna justificación. Algunos de los casos penales iniciados de acuerdo con el artículo 125.1 comenzaron después de que las clínicas revelaran información sobre el VIH a las autoridades. Durante la investigación y el juicio, no se garantizaron los derechos de intimidad de la defensa en relación con su estado serológico, ya que los investigadores, funcionarios, letrados y magistrados pudieron solicitar información médica sin garantías de acuerdo con lo establecido en el Código de Salud”, señala Larisa Aleksandrova, abogada.

Nargis es libre ahora, pero señala que ha tenido suerte. “Me dejaron el libertad por una amnistía que se aprobó en celebración del trigésimo aniversario de la república.”

Ha salido de prisión, pero aún hay decenas de personas condenadas por el artículo 125. Ahora que todo el mundo sabe que vive con el VIH, Nargis está dispuesta a luchar sin descanso por el derecho a vivir, trabajar y amar, con independencia de su estado serológico.

Nargis sigue trabajando como asesora voluntaria sobre prevención del VIH. Tiene muchos planes, pero la causa por la que lucha fundamentalmente es la revisión de los artículos que criminalizan la transmisión del VIH en Tayikistán.

“Siempre digo que tendría que haber más información sobre el VIH y la gente que vive con él, para que no nos tengan miedo como hasta ahora. Ahora todo ha cambiado: hay tratamiento y prevención. “Un diagnóstico de VIH no debería ser una condena: solo es un diagnóstico”

La mayoría de países de Europa oriental y Asia central tienen tipos penales y diferentes tipos de castigo, entre ellos la pena de prisión, por ocultar el origen de una infección por el VIH, por poner a alguien en riesgo de infección por el VIH o por transmitirlo. La criminalización del VIH afecta enormemente a las poblaciones marginadas, especialmente a las mujeres. Las mujeres tienen más probabilidades de conocer su estado serológico cuando acceden a la atención sanitaria, por ejemplo, por el embarazo, y tienen más posibilidades de verse criminalizadas y castigadas.

“Estamos seguros de que las leyes que criminalizan el VIH son contraproducentes y, en lugar de ayudar, afectan negativamente a los esfuerzos por prevenir nuevas infecciones por el VIH. Esperamos que pronto, con la consolidación de los esfuerzos de los gobiernos y administraciones públicas, sea posible revisar estas leyes retrógradas teniendo en cuenta los últimos datos sobre el VIH, que permiten que las personas que viven con el VIH o aquellas que se encuentran en riesgo de infección puedan tener una relación más abierta con sus organizaciones médicas, informarles sobre su estado serológico y usar servicios médicos asequibles”, señala Eleanora Hvazdziova, directora a.i. del Equipo de Apoyo Regional de ONUSIDA en Europa oriental y Asia central.

Día de la Cero Discriminación 2022

«Hay que seguir adelante, siempre adelante»

25 de febrero de 2021

Malohat Sharipova, en la fotografía de arriba, es docente en una escuela de educación primaria en Qurghonteppa, Tayikistán; sin embargo, en su tiempo libre trabaja como agente de extensión para AFIF, una organización no gubernamental que ayuda las personas que viven con el VIH, a las personas con tuberculosis y a los grupos de población clave.

AFIF colabora con las clínicas de sida regionales y proporciona agentes de extensión que trabajan con personas que viven con el VIH o están afectadas por él y, además, las apoyan. Durante la pandemia de COVID-19, los agentes de extensión de AFIF han abastecido a las personas que viven con el VIH con tres meses de medicamentos antirretrovirales, comida y equipamiento de protección personal; incluidos antisépticos, mascarillas y guantes.

Los agentes de extensión están cualificados para realizar pruebas de detección de la tuberculosis y de la hepatitis a las personas que viven con el VIH y a las personas que se inyectan drogas. «Se requiere formular de 10 a 12 preguntas sobre el VIH y la tuberculosis elaboradas por especialistas para determinar la necesidad de un diagnóstico más profundo. Si una persona presenta síntomas, es aconsejable que se someta a las pruebas oportunas, ya sea en el centro médico más cercano o por medio de un kit para realizar la prueba de autodiagnóstico, que notros mismos proporcionamos», señaló Ikran Ibragimov, director de AFIF.

La labor de AFIF se ve apoyada por el Ministerio de Salud de Tayikistán y es gestionada a través del Programa de Cooperación Regional de ONUSIDA para la Asistencia Técnica del VIH y otras Enfermedades Infecciosas de la Comunidad de Estados Independientes, fundado por la Federación de Rusia. Desde el inicio del proyecto en 2019, al rededor de 7500 personas se han sometido a pruebas comunitarias.

La Sra. Sharipova tiene cuatro hijos: dos hijas que están casadas y que ya no viven con ella, un hijo mayor que trabaja en otra ciudad y su hijo menor, que estudia su último año de secundaria.

«En 2010, mi marido fue ingresado en el hospital. Antes de eso, llevaba mucho tiempo quejándose de dolor abdominal. Intenté convencerle de que acudiese al médico, pero no lo hizo. Lo hospitalizaron cuando empeoró, le diagnosticaron cirrosis hepática y murió poco después.  Me llamaron del hospital y me dijeron que realizará la prueba del VIH.»

«Cuando me dijeron que tenía VIH, pensé: "Gracias a Dios sigo viva, puedo caminar y trabajar". Tras la muerte de mi marido tenía que criar a mis hijos y apoyar a mi suegra, a la que quería como a una madre».

Sigue con la terapia antirretroviral desde 2010. «Estoy bien. Antes tenía que tomar pastillas estrictamente dos veces al día.  Ahora los médicos me han prescrito un tratamiento diferente, así puedo tomar el medicamento solo una vez al día. Tengo que mantenerme sana por mis hijos y para poder ayudarlos. No hablo mucho de mi diagnóstico, pero tampoco lo escondo. Creo que muchos me vieron en eventos y cursos por la prevención del VIH.

La Sra. Sharipova dirige un grupo para mujeres: «Tenemos consultoras que trabajan con mujeres y consultores que trabajan con hombres. Cuando las personas se enteran por primera vez de su situación de seropositivas, suelen sentirse confundidas y asustadas, no saben qué camino emprender. Nosotros les hablamos, les invitamos a nuestros grupos de autoayuda, les explicamos la terapia, el futuro. A veces es un reto trabajar con ellas, pero siempre digo: hay que seguir adelante, siempre adelante.»

Fotografía: Nazim Kalandarov/ONUSIDA

Rompiendo el círculo vicioso del estigma del VIH en Tayikistán

03 de marzo de 2020

Tahmina Khaidarova contrajo matrimonio según las tradiciones culturales de su familia: sus padres decidieron que su primo sería su marido. Rara vez lo vio, ya que trabajaba en otro país y regresaba a su casa, en Tayikistán, sólo una vez al año y por poco tiempo. Después de que su hija pequeña cayera enferma de gravedad y falleciera, Tahmina quiso volver a quedarse embarazada para así amainar el dolor de su pérdida. Sin embargo, durante un examen médico, se le diagnosticó VIH. Al poco, su marido falleció de una enfermedad relacionada con el sida.

Hoy día, la señora Khaidarova es la directora de la Red Tayika de Mujeres que Viven con el VIH (por sus siglas en inglés, TNW). Esta red pretende informar a las mujeres acerca del VIH, proteger sus derechos y romper el círculo vicioso del estigma de las mujeres que viven con el VIH. La señora Khaidarova superó ese estigma y se convirtió en una líder en la lucha por los derechos de las mujeres que viven con el VIH en Tayikistán.

Explicó que las mujeres que son conscientes del riesgo de contraer el VIH a través de sus maridos migrantes no suelen poder hablar con ellos acerca del uso del preservativo. «Entiendo la gravedad del problema, pero no puedo pedir a mi marido que use un preservativo, no lo entendería», explica una mujer a la señora Khaidarova.

Las mujeres que viven con el VIH en Tayikistán relatan historias de discriminación. Pueden estar influenciadas por los familiares de su marido y que les desaconsejen el acceso a los servicios médicos, a la terapia antirretrovírica y al tratamiento para la tuberculosis. También suelen estar sometidas a la violencia doméstica o forzadas a abandonar la casa con sus niños cuando los maridos prohíben a sus mujeres que busquen un tratamiento. Tras el fallecimiento de su marido, pueden sufrir violencia y abusos por parte de la familia de su marido, especialmente en áreas rurales.

Cuando las mujeres que viven con el VIH buscan ayuda, se enfrentan un nuevo reto: la estigmatización y la discriminación por parte de los trabajadores sanitarios. A muchas mujeres les dicen que no podrán tener hijos en un futuro o que deberían casarse con un hombre con VIH o que ni deberían casarse ni tener relaciones sexuales.

«El estigma y la discriminación contra las mujeres que viven con el VIH puede traer consecuencias devastadoras. Puede frenarlas a la hora de acceder a los servicios sanitarios que necesitan, destrozar familias y afectar profundamente a su capacidad para vivir una vida normal», afirma la señora Khaidarova. «Debemos acabar con el estigma y con la discriminación: ahora».

El gobierno ha reconocido la necesidad de contrarrestar el estigma y la discriminación contra las mujeres en general y contra las mujeres que viven con el VIH. Las mujeres son una de las prioridades dentro de la estrategia nacional de desarrollo. Por eso, el nuevo programa nacional sobre el sida de 2021 y 2025 incluye un bloque separado relativo a los derechos humanos y a la reducción del estigma y de la discriminación contra las mujeres que viven con el VIH.

La señora Khaidarova ha impulsado la campaña #InSpiteOff (es decir, a pesar de) en las redes sociales para centrar la atención en la cuestión de la discriminación relativa al VIH en la familia, en la sociedad y, muy a menudo, en los entornos médicos. La campaña #InSpiteOf ha publicado historias en Instagram en las que muestra diferentes facetas de las mujeres que viven con VIH, y ha desafiado los estereotipos y los mitos que existen en torno al virus. Así han dado a conocer el derecho a vivir con dignidad y con respeto de las mujeres que viven con el VIH en Europa del este y en Asia central.

Un rasgo común de todas las mujeres que aparecían en la campaña es que recibieron apoyo en un momento crítico de sus vidas por parte de sus seres queridos, de organizaciones o comunidades de mujeres, y que no sólo viven con el VIH y retan los estereotipos de la sociedad, sino que ayudan a los demás.

«Conté mi historia para ayudar a aquellas mujeres que hoy día afrontan los mismos retos. Creo de verdad que todos juntos podemos romper el círculo vicioso del estigma contra las mujeres que viven con el VIH en Tayikistán. Tenemos que lidiar con nuestro propio miedo para así combatir el estigma y la discriminación en la sociedad», sentenció la señora Khaidarova.

Video

Tayikistán elimina restricciones de viaje para personas con VIH

28 de marzo de 2014

GINEBRA, 28 de marzo de 2014—El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) expresa su beneplácito por la reciente supresión en Tayikistán de todas las restricciones de ingreso, estadía y residencia para las personas que viven con el VIH. El presidente de Tayikistán, Emomali Rahmon, firmó la enmienda a la ley de VIH/Sida el 14 de marzo de 2014.

Las restricciones que limitan la libertad de movimiento basadas solamente en el estado serológico de las personas son discriminatorias y violan los derechos humanos. No existen pruebas de que tales restricciones protejan la salud pública o prevengan la transmisión del VIH. Además, las restricciones de viaje relacionadas con el VIH no tienen justificación económica, dado que las personas con sida pueden llevar adelante una vida laboral extensa y productiva.

La enmienda a la ley de Tayikistán suprime la obligatoriedad de las pruebas de VIH para todo extranjero, incluyendo el personal de las misiones extranjeras, refugiados y desplazados. En virtud de estos cambios, quedan eliminadas en Tayikistán todas las restricciones al ingreso, estadía y residencia relacionadas con el VIH. ONUSIDA continuará trabajando con Tayikistán para respaldar la adopción de una respuesta a la epidemia del VIH de modo integral y conforme a los derechos humanos.

Con la eliminación de las restricciones en Tayikistán, ONUSIDA computa 40 países, territorios y áreas que imponen alguna forma de restricción al ingreso, estadía y residencia basada en el estado serológico.


ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para conseguir su visión compartida de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. El ONUSIDA reúne los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados globales y nacionales para maximizar los resultados de la respuesta al sida. Acceda a más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook y Twitter.


Contacto

ONUSIDA Ginebra
Sophie Barton-Knott
tel. +41 79 514 6896 / +41 22 791 1697
bartonknotts@unaids.org

Lanzamiento en Tayikistán del programa para la asistencia técnica en países de Europa Oriental y Asia Central contra las enfermedades infecciosas

12 de septiembre de 2013

El lanzamiento nacional del programa para la asistencia técnica en países de Europa Oriental y Asia Central contra las enfermedades infecciosas se celebró en la ciudad tayika de Kurgan-Tube, en la región de Khatlon el 10 de septiembre de 2013.

El programa de asistencia técnica, respaldado por una subvención en tres años de 16,5 millones de dólares estadounidenses del gobierno ruso pretende reforzar los sistemas sanitarios, garantizar una mejor vigilancia epidemiológica del VIH y fomentar la ampliación de los programas de prevención del VIH entre las poblaciones clave con un mayor riesgo en Armenia, Kirguizistán, Tayikistán y Uzbekistán. 

El programa está respaldado por la contribución del gobierno ruso como socio principal para la salud y el desarrollo en países de la Comunidad de Estados Independientes y está siendo puesto en práctica por ONUSIDA en colaboración con la organización no gubernamental "AIDS Infoshare".

A la presentación asistieron representantes de la administración presidencial rusa, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, el Ministerio de Sanidad de Tayikistán, el gobierno de la región de Khatlon, la ciudad de Kurgan-Tube, el Ministerio de Sanidad de Armenia, así como representantes de ONUSIDA, "AIDS Infoshare" y organizaciones civiles de Rusia y Tayikistán.

La epidemia de VIH en Tayikistán afecta principalmente a usuarios de drogas y ahora el número de nuevas infecciones por el VIH está creciendo entre las personas que emigran por trabajo. Los conocimientos sobre la prevención de VIH siguen siendo limitados entre los trabajadores migrantes y el acceso a los servicios contra el VIH no están disponibles de manera generalizada a su vuelta, ya que la mayoría vive en zonas rurales y regiones de díficil acceso del país.

En el lanzamiento, se presentaron al gobierno de la región de Khatlon una clínica móvil y un centro de diagnóstico creados por Rusia. La clínica, equipada con los últimos equipos médicos y sistemas diagnósticos, proporcionará acceso a las poblaciones con un mayor riesgo de infección por el VIH de la región de Khatlon a las pruebas de detección del VIH integradas, asesoramiento y otras formas de diagnóstico y tratamiento médico para.

Citas

Mediante este programa Tayikistán llegará a las comunidades con mayor riesgo de infección por el VIH e invertirá la trayectoria de la epidemia.

Saida Jobirova, primera ministra adjunta del Ministerio de Sanidad de la República de Tayikistán

El pueblo de Tayikistán está muy agradecido por el oportuno y generoso respaldo del gobierno ruso en este importante programa.

Gaibullo Avzalov, presidente de la región de Khatlon

Esta iniciativa es un nuevo nivel de cooperación en la positiva historia de las relaciones económicas y culturales entre el pueblo de la Federación Rusa y el pueblo de la República de Tayikistán.

Vladimir Vaniev, embajador ruso en Tayikistán, provisional

Rusia considera que este es un modelo de eficacia de la ayuda de los donantes que se fomentará durante la presidencia rusa del G8.

Svetlana Lukash, directora de la oficina de la Administración presidencial rusa

La migración nunca debe ser una barrera para acceder a unos servicios sanitarios de calidad o conocer el propio estado serológico. Esta clínica móvil ofrecerá la información y la tecnología médica más recientes para el VIH a las comunidades que presentan un mayor riesgo de infección por el VIH en Tayikistán.

El Dr. Jean-Elie Malkin, director regional de ONUSIDA para Europa Oriental y Asia Central

Los jóvenes en Tayikistán se ayudan entre ellos para prevenir la propagación del VIH

12 de enero de 2011

Una versión de esta historia fue publicada primero en  www.unfpa.org

Juventud de Tayikistán en una sesión de capacitación sobre creación de habilidades de Y-PEER. Gentileza de: FNUAP

Khairi Kamolova, de veinte años, pertenece al creciente grupo de jóvenes en Tayikistán dedicados a marcar una diferencia dentro del desafío nacional frente al VIH. La prevalencia en este país de Asia Central ha aumentado de 0,1% en 2001 a 0,2% en 2009 y se estima que más de 9.000 personas viven con el virus.

Entre los principales factores que facilitan la propagación del VIH se incluyen el uso de drogas inyectables, los altos niveles de estigma y discriminación y un conocimiento deficiente acerca de cómo se transmite el VIH. Europa del Este y Asia Central son las únicas zonas donde las muertes relacionadas con el SIDA han seguido en aumento, según indicado en el último informe mundial de ONUSIDA.

La Sra. o Srta. Kamolova  forma parte del programa Y-PEER (Red de Educación de Jóvenes por otros Jóvenes), encabezado por el FNUAP, que fue lanzado en Tayikistán hace varios años para mejorar la calidad de la educación entre los pares en el país y para permitir a los jóvenes contactar con éxito a la juventud en sus propias comunidades, especialmente en las zonas rurales.  

En el año 2008, ella asistió a un evento de Formación de Educadores de Y-PEER y desde entonces ha apoyado activamente la red, compartiendo información sobre prevención del VIH y estando disponible para entregar ayuda práctica, apoyo y consejos a los jóvenes y familias de zonas rurales.

Durante su trabajo se ha visto enfrentada a varios desafíos, entre los que se incluyen los desacuerdos entre los habitantes de su pueblo, pero ella señala que se apoya en la creencia de que ayudar a salvar aunque sea una vida constituye un aporte importante a la respuesta frente al SIDA.

Con cerca de un 30% de la población de Tayikistán menor de 25 años y más de un 70% viviendo en el campo, llegar a la juventud de las zonas rurales con mensajes sobre prevención del VIH es de vital importancia. Esto motivó al FNUAP, al PNUD y al Fondo Mundial de lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria a apoyar un proyecto de Y-PEER de dos años sobre prevención del VIH entre dichos jóvenes, en el año 2008. Más de 300 voluntarios y coordinadores de la Comisión de Asuntos de la Juventud (CYA, por sus siglas en inglés) fueron capacitados en el uso de educación entre pares y técnicas teatrales.   

Durante el  2009-2010 los coordinadores y voluntarios de la CYA participaron en la capacitación de educadores de Y-PEER y dirigieron en conjunto más de 1.200 seminarios y sesiones de capacitación en zonas rurales de Tayikistán sobre estilos de vida saludables, incluida la prevención del VIH. Llegaron a cerca de 21.000 jóvenes, de los cuales un 40% fueron mujeres jóvenes. Según los cuestionarios previos y después de la capacitación, cerca de un 80% de los participantes en la intervención obtuvo nuevos conocimientos y habilidades.

Luego de sus inicios en Europa del Este, Y-PEER actualmente tiene alcance internacional, conectando cerca de 7.000  jóvenes educadores de otros jóvenes por medio de información, capacitación, apoyo y una amplia gama de recursos electrónicos. 

UNFPA: Salud sexual y reproductiva entre los jóvenes de Tayikistán

30 de junio de 2008

Este reportaje se publicó por primera vez en inglés en www.unfpa.org   

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Una pantalla de televisión mostrando
el rodaje de "Generación sana"; un
programa semanal de televisión centrado
en la juventud.
Fotografía: Warrick Page/PANO/UNFPA

El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) está respaldando una serie de intervenciones en los medios de comunicación y de formación en las escuelas en Tayikistán, diseñadas para fomentar la sensibilización, reducir el estigma y facilitar a los adolescentes medios para mejorar su salud sexual y reproductiva.

Jóvenes vulnerables

Es temprano en la principal escuela de Dushanbe. La luz del sol se hace paso a través del polvo de las ventanas y una polifonía de voces jóvenes que se dirigen a clase llena los pasillos.

Una vez que se acomodan en sus asientos, la formadora Ferozia Nabieva, ginecóloga obstreta, se presenta y comienza un debate animado sobre la salud reproductiva, la anticoncepción y el VIH. Al principio los estudiantes se muestran tímidos, pero poco a poco van levantando la mano entre risitas contenidas.

En esta clase de noveno grado hay chicas y chicos, pero en otras están separados por género. La Dra. Nabieva afirma que la privacidad y la comodidad son esenciales para llegar a los jóvenes. “En estas clases pueden compartir sus preocupaciones y resolver sus dudas. En cualquier otro sitio les daría vergüenza, y por eso trabajamos con formadores que también son jóvenes y que les inspiran confianza.”

Algunos de los hombres formadores trabajan en principio con chicos y jóvenes. Si los estudiantes necesitan un asesoramiento más profundo, se les indica que acudan al centro de salud reproductiva de Dushanbe, en el existe que un consultorio juvenil.

El UNFPA está negociando con el ministerio de Educación incluir programas de salud sexual y reproductiva en las aulas. Los motivos para eso son principalmente demográficos. Para el año 2015, el número de personas que acudirán a las escuelas del país aumentará un 50%. Informar a los jóvenes sobre la salud reproductiva y sus derechos, incluido el derecho a los anticonceptivos, aumenta su responsabilidad y la seguridad en las relaciones sexuales, lo que supondrá reducir el riesgo de infección por el VIH.

Educar a través de la radio y la televisión

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Una adolescente y una joven mujer ex-
ploran juntas el internet en el Centro "Guli
Surkh".
Fotografía: Warrick Page/PANO/UNFPA

Los programas en las escuelas no son sin embargo suficientes, dada la localización remota de muchas comunidades tayikas y el hecho que de muchas no tienen acceso a la electricidad, la escuela, ni a los servicios durante los largos y nevosos meses de invierno. Por ello, el UNFPA también está dirigiendo una serie de programas de radio y televisión centrados en los jóvenes, salud reproductiva y VIH.

Boimorod Bobodjaniv, de 31 años de edad, es el director de proyectos para jóvenes del UNFPA. Bajo sus auspicios la organización comenzó una serie de proyectos televisivos dirigidos a los jóvenes. Después de mucha insistencia, políticas financieras suicidas y búsqueda de apoyo en las sedes adecuadas, el UNFPA pudo garantizar cuatro espacios televisivos mensuales para un programa de debates sobre la salud sexual y reproductiva.

El programa, Safina, ha tenido tanto éxito que pronto ocupará el tan deseado espacio de las siete de la tarde del viernes.

¿Cuál es el resultado final? Un debate de una hora que aborda las formas tradicionales tayikas de percibir cuestiones como los derechos de género y la salud reproductiva y que respeta a la vez las costumbres, como el respeto a los mayores y la importancia de la comunidad. Para que el programa se pudiera llevar a cabo, Bobodjanov tuvo que hacer de recaudador de fondos, productor, director artístico y guionista. Aunque al principio el gobierno se opuso a esta iniciativa, el programa ha estado en el aire durante un año y los índices de audiencia son favorables. Actualmente, este programa, respaldado por la MTV, se sitúa bajo la firma de Y-PEER, una red de jóvenes educadores promovida por el UNFPA en el año 2000.

Su presentadora, Sitora Ashurova, de 26 años, es una antigua asesora de Y-PEER, y recuerda con satisfacción la primera vez que una persona seropositiva habló públicamente sobre su situación en la televisión nacional. “Fue un momento muy especial”, afirma. “Fue la primera ocasión en la que las personas de Tayikitán pudieron ver que cualquiera podía vivir con el VIH".

Aunque los programadores todavía tienen que eludir términos como preservativos (se refieren a ellos como “protección”), Bobodjanov espera que algún día los debates sean más abiertos y los jóvenes de todo el país sepan cómo evitar el VIH y dónde conseguir el tratamiento si lo necesitan, y las personas seropositivas sean tratadas con el respeto que merecen.

“Ya que el 42% de los jóvenes encuestados afirman que la mayoría de la información sobre el VIH que reciben es a través de la televisión, proyectos como Safina son esenciales no solo para la respuesta a la enfermedad, sino también para el estigma que la rodea”, afirmó Maria Volteaba, oficial del ONUSIDA en Tayikistán.

Tajikistan and Kyrgyzstan: a window of opportunity

14 de septiembre de 2006

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While the AIDS epidemic in Eastern Europe and Central Asia continues to grow and is affecting more and more societies in this region, the epidemics in Tajikistan and Kyrgyzstan have remained relatively small.

In 2005 UNAIDS estimated that 4,900 people were living with HIV in Tajikistan and 4,000 in Kyrgyzstan. That same year, it was estimated that AIDS claimed less than 100 lives in each country.

During her visit to the region in July 2006, the UN Secretary General’s Special Envoy on HIV/AIDS in Asia and the Pacific Dr. Nafis Sadik, congratulated both countries for their efforts to prevent the spread of HIV, saying that with continued national leadership and international assistance Tajikistan and Kyrgyzstan had a real possibility getting ahead of the epidemic.

However, despite the relatively low numbers of people living with HIV and of AIDS-related deaths in both countries, recent surveys show evidence of growing numbers of HIV infections among injecting drug users, prisoners and sex workers.

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(left to right): Dr Amanullo Gaibov, Secretary of National Coordination Committee on HIV/AIDS, Tuberculosis and Malaria of the Republic of Tajikistan; Dr Zievuddin Avgonov, Deputy Minister of Health of the Republic of Tajikistan; Dr Rano Abdurakhmanova, Director of Department on Social, Health, Women and Family Affairs, President’s Office of the Republic of Tajikistan; Dr Nafis Sadik, UN Secretary General’s Special Envoy on HIV/AIDS in Asia and the Pacific; Dr Nusratullo Faizulloyev, Minister of Health of the Republic of Tajikistan (Chair of the Partnership Forum)

“This data is very alarming, since there are many factors that contribute to the spread of the HIV epidemic,” said the Minister of Health, Dr. Faisullaev during a presentation of the country’s National Plan on AIDS. “If we continue the way we do the HIV epidemic will become generalized,” he added.

Underlining her call for continued comprehensive efforts to curb the epidemic, Dr. Sadik stressed that HIV prevention must be the mainstay of the national response, and urged both governments to commit to ensuring that a wide range of prevention programmes are made available to the general population through high-level advocacy and education at the national and regional level. “To be successful, HIV prevention must make use of all approaches known to be effective, not implementing exclusively one or a few select actions in isolation,” said Dr. Sadik.

Dr Sadik also emphasized that all stakeholders must be involved in the response to AIDS, especially with regard to prevention activities. In Tajikistan she met with a group of women’s NGOs and with a group of people living with HIV to learn more about their situation, what they need and how they can contribute to the AIDS response.  

Acknowledging that faith based organizations have a critical role to play, Dr Sadik also met with the rector of the Tajik Islamic University to advocate for greater involvement of faith based organizations. She also discussed with him the importance of preventing and reducing the stigmatization of people living with HIV, promoting tolerant attitudes, the protection of women’s rights in reproductive health and the prevention of sexually transmitted diseases.

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(left to right): Dr Nafis Sadik, UN Secretary General’s Special Envoy on HIV/AIDS in Asia and the Pacific and Mr Felix Kulov, Prime-Minister of Kyrgyz Republic.

“Tajikistan and Kyrgyzstan provide living examples that prevention works to contain the epidemic,” said Dr Sergei Furgal from UNAIDS European Regional Support Team in Geneva. “Their efforts should be acknowledged and some countries may find lessons to draw from their experience with HIV,” he added.



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