UGA

Declaración conjunta de los líderes del Fondo Mundial, ONUSIDA y PEPFAR sobre la Ley Antihomosexualidad de Uganda de 2023

18 de mayo de 2023

GINEBRA | WASHINGTON, D.C., 29 de mayo de 2023 — El Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria (el Fondo Mundial), el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida ( ONUSIDA ) y el Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos para el Alivio del Sida (PEPFAR) están profundamente preocupados por el enorme daño que la Ley Antihomosexualidad de Uganda de 2023 está causando tanto en la salud de sus ciudadanos como en la respuesta al sida, que hasta ahora había estado cosechando un gran éxito.

El liderazgo de Uganda para poner fin a la pandemia de sida como amenaza para la salud pública

Uganda y su presidente Yoweri Museveni llevan años liderando la lucha para poner fin al sida. Y han conseguido avanzar gracias a la puesta en marcha de programas de prevención, diagnóstico, tratamiento y atencióna gran escala, todos ellos basados en el principio de acceso a la atención sanitaria para todas las personas que la necesitan, sin miedo al estigma ni a la discriminación. Y precisamente ha sido este enfoque el que ha conseguido salvar vidas. Los sólidos sistemas sanitarios construidos para apoyar la respuesta al sida sirven a toda la población de Uganda. No hay duda de que los trabajadores sanitarios de la comunidad y los sistemas de salud especialmente desarrollados para la respuesta al sida desempeñaron un papel clave en la lucha contra la COVID-19 y otras amenazas. Esto es imprescindible mantenerlo: Los fallos en la respuesta al VIH por parte de los sistemas de salud pública podrían afectar negativamente  todo el mundo.

El éxito sí es posible

Todos sabemos  que solo seremos capaces de derrotar a esta amenaza para la salud pública cuando nos aseguremos de que el 95 % de las personas que viven con el VIH conozcan su estado serológico, de que el 95 % de ellas estén en tratamiento y de que el 95 % de las personas en tratamiento logren suprimir su carga viral. Uganda puede lograrlo. En 2021, el 89 % de las personas que vivían con el VIH en Uganda conocían su estado serológico, más del 92 % de las personas que conocían su estado serológico recibían tratamiento antirretroviral y el 95 % de las personas en tratamiento tenían suprimida su carga viral. Uganda va por el buen camino para lograr los objetivos de tratamiento del VIH de ONUSIDA, pero, para ello, se ha de mantener el progreso. 

La discriminación amenaza el progreso en la respuesta al sida

El progreso de Uganda en lo referente a su respuesta al VIH corre ahora mismo un enorme peligro. La Ley Antihomosexualidad de 2023 supondrá un obstáculo para la educación sanitaria y limitará enormemente su alcance para contribuir a poner fin al sida como amenaza para la salud pública.  El estigma y la discriminación relacionados con la aprobación de la ley ya han reducido notablemente el acceso a los servicios de prevención y tratamiento. La confianza, la confidencialidad y el compromiso sin miedo al estigma son fundamentales para cualquier persona que busque atención sanitaria. Las personas LGBTQI+ en Uganda temen cada vez más por su seguridad. De hecho, cada vez más gente rehusa recurrir a servicios sanitarios que salvan vidas por miedo a ser atacada, castigada y aún más marginada.

Uganda no ha dejado de demostrar su liderazgo y compromiso para poner fin al sida, y ha logrado un gran éxito al no dejar a nadie atrás. Por eso, todos juntos, instamos a reconsiderar la ley para que Uganda pueda continuar en su camino para garantizar para 2030 un acceso equitativo a los servicios sanitarios y poner fin al sida como amenaza para la salud pública. 

Peter Sands, director ejecutivo del Fondo Mundial

Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA y subsecretaria general de las Naciones Unidas

Embajador John Nkengasong, coordinador mundial del sida en los Estados Unidos y representante especial para la diplomacia sanitaria mundial, en el Departamento de Estado de los Estados Unidos

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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Descubra qué países penalizan a las poblaciones clave

El nuevo proyecto de ley antihomosexualidad de Uganda perjudicaría la salud pública

03 de mayo de 2023

GINEBRA/JOHANNESBURGO, 3 de mayo de 2023 - En respuesta a la aprobación del proyecto de ley antihomosexualidad por parte del Parlamento de Uganda, ONUSIDA ha advertido de que la entrada en vigor de dicha ley socavaría los esfuerzos de Uganda para poner fin al sida para 2030, al infringir los derechos humanos fundamentales, incluidos los derechos a la salud y a la vida. 

La directora de ONUSIDA para África Oriental y Meridional, Anne Githuku-Shongwe, afirmó: 

«Uganda ha hecho grandes progresos en la lucha contra la pandemia de sida. En el caso de que este nuevo proyecto se convierta en ley, no hay duda de que socavaría todo progreso.  

Sabemos que apartaría a las comunidades de los servicios que salvan vidas e impediría a los trabajadores sanitarios, incluidos los grupos de la sociedad civil, proporcionar los medios para la prevención del VIH, la realización de pruebas y la provisión de tratamiento. 

La realidad habla por sí sola: institucionalizar la discriminación y el estigma apartará aún más a las comunidades vulnerables de los servicios sanitarios que salvan vidas. Las diferentes investigaciones llevadas a cabo en el África subsahariana demuestran que, en los países que penalizan la homosexualidad, la prevalencia del VIH resulta cinco veces mayor entre los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres que en los países sin dichas leyes. 

Y al minar la salud pública, esta ley resultaría perjudicial para todos.

El dañino proyecto de ley contrasta considerablemente con la ola positiva de despenalización que está teniendo lugar en África y en todo el mundo, y gracias a la que se está consiguiendo eliminar cada vez en más países toda legislación punitiva aún vigente desde la época colonial. La despenalización salva vidas y beneficia a todos. 

Las organizaciones de salud pública acogieron con gran satisfacción el rechazo del anterior proyecto de ley por parte del presidente. Y puesto que este nuevo proyecto de ley, al igual que el anterior, perjudicaría la salud pública, resulta evidente que tampoco debería salir adelante».

ONUSIDA insta al Gobierno de Uganda a no promulgar la peligrosa ley que amenaza la salud pública

22 de marzo de 2023

GINEBRA/JOHANNESBURGO, 22 de marzo de 2023 — En respuesta a la aprobación del proyecto de ley contra la homosexualidad por parte del Parlamento ugandés, ONUSIDA ha advertido que, si finalmente se promulga esta ley, habrá consecuencias extremadamente perjudiciales para la salud pública, pues se reducirán los derechos humanos de las personas que viven con el VIH y de algunas de las personas más vulnerables de Uganda para acceder a servicios que salvan vidas. 

Anne Githuku-Shongwe, la Directora de ONUSIDA para África Oriental y Meridional, declaró: 

"Si finalmente se promulga, esta ley socavará los esfuerzos de Uganda por acabar con el sida para el 2030, pues viola derechos humanos fundamentales como el derecho a la salud y el propio derecho a la vida.   

Las comunidades se alejarán de los servicios que salvan vidas y se impedirá que los trabajadores sanitarios, incluidos grupos de la sociedad civil, ofrezcan prevención, pruebas y tratamiento del VIH.   

La evidencia es muy clara: la institucionalización de la discriminación y el estigma social alejarán aún más a las comunidades vulnerables de los servicios sanitarios que salvan vidas. Las investigaciones realizadas en el África subsahariana muestran que la prevalencia del VIH es cinco veces mayor entre los hombres que mantienen relaciones sexuales con hombres en los países que penalizan la homosexualidad que en los países que no cuentan con tales leyes.  

Al socavar la sanidad pública, esta ley va a ser peligrosa para todos.  

“Si finalmente se promulga, perjudicará a los ugandeses. Se cobrará vidas y provocará nuevas infecciones por el VIH. Instamos al Gobierno a que no promulgue esta ley tan dañina”. 

La ley impondría cadena perpetua para actos homosexuales y la pena de muerte para los denominados delitos graves. Incluye, además, la obligación de denunciar actos homosexuales y su incumplimiento se castigaría con penas de hasta 6 meses de prisión.  

Este nocivo proyecto de ley contrasta con la ola positiva de despenalización que se está produciendo en África y en el resto del mundo, con la que se está eliminando la perjudicial legislación colonial punitiva en un país tras otro. La despenalización salva vidas y beneficia a toda la sociedad. 

Aunque el proyecto de ley contra la homosexualidad haya sido aprobado por el Parlamento, todavía no se ha promulgado la ley y puede que, en aras de promover la salud pública y la igualdad de derechos de los ciudadanos en Uganda, sea rechazado por el presidente. Aún hay tiempo para no sacar adelante este proyecto de ley y salvar vidas.

«Quizás yo soy la afortunada»

03 de febrero de 2021

Una prueba del VIH espontánea que arrojó un resultado positivo cambió para siempre la vida de Martha Clara Nakato. Cuando la Srta. Nakato, quien vive en Uganda, descubrió que vivía con el VIH, tenía tan solo 14 años y jamás había mantenido relaciones sexuales.

«Yo solo fui a acompañar a mi hermano mellizo. Le iban a hacer la prueba y quise estar con él. Nunca imaginé que un simple test fuera a cambiar mi vida de esa forma y para siempre», admite mientras recuerda el estado de shock y la confusión que la invadieron al ver el resultado.

La prueba del VIH de su hermano salió negativa. 

Al poco tiempo, el padre de la Srta. Nakato le confesó que ella había nacido con el VIH. Es la única de ocho hermanos y hermanas que contrajo el virus de su madre. Perdió a su progenitora como consecuencia de una enfermedad relacionada con el sida cuando solo tenía 5 años. 

«No entiendo por qué me pasó. Quizá yo fui la afortunada, quizá aquello me sucedió a mí por algo. Al echar la vista atrás, ahora sé que la única manera de hallar tu propósito en la vida es pensando en aquello que mayor dolor te causó», señala la Srta. Nakato.

Martha ha transformado su dolor en una tremenda fuerza y actualmente trabaja como defensora de los derechos humanos y del VIH en la Red Ugandesa de Jóvenes que viven con el VIH/sida (UNYPA, por sus siglas en inglés). 

En el año 2019 fue reconocida como una de las cinco caras con nombre y apellidos del Fondo Mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria que lideró la sexta campaña de reposición de fondos de todo el mundo.

«Me dedico mucho al asesoramiento y las charlas motivacionales», explica la Srta. Nakato, quien pone como ejemplo su propio testimonio para demostrar de qué manera la adherencia al tratamiento del VIH puede ayudar a las personas que viven con el VIH a llevar una vida satisfactoria y plena. 

Gran parte de esa labor de Martha implica interactuar con los jóvenes en sus propias comunidades. Para ella lo mejor es, ante todo, un encuentro en persona para poder hablar. Como consecuencia del brote de la COVID-19, tuvo que replantearse de qué manera llegar a los grupos más jóvenes de la población respetando las medidas de distanciamiento social impuestas por la pandemia.

«La mayor parte de mi agenda consistía en encuentros cara a cara que tenían que dejar de celebrarse. Puesto que los jóvenes de las zonas rurales no tienen acceso a Internet y carecen de smartphones, realmente nos enfrentábamos a un desafío ingente», reconoce la Srta. Nakato.

Aun así, ella y su equipo se dieron cuenta de la enorme importancia de llegar a los más jóvenes a través de las las redes sociales, como Facebook, para hacer llegar su mensaje. 

ONUSIDA brinda apoyo técnico y económico a la cumbre de jóvenes y el concurso de belleza Y+, ambos eventos organizados por UNYPA. Precisamente el certamen de belleza consiste en coronar a un Míster y una Miss Y+, una excusa para animar a los jóvenes que viven con el VIH a juntarse, celebrar su belleza y abordar las cuestiones referentes al estigma y la discriminación relacionadas con el VIH.

Durante el brote de la COVID-19, ONUSIDA se aseguró de que las organizaciones basadas en la comunidad como UNYPA tuvieran acceso a plataformas nacionales (por ejemplo, el secretariado nacional para la COVID-19), de manera que las organizaciones pudieran iniciar un diálogo con el Gobierno para lograr ayudas de emergencia y programas de asistencia alimentaria mejores para brindar apoyo a las comunidades que más lo necesitan.

La Srta. Nakato nació en el año 1996, en un momento en el que el tratamiento para el VIH resultaba inaccesible en Uganda. Solo en ese año, 34 000 niños de entre 0 y 14 años contrajeron el VIH. 

Hoy en día, el 95 % de las mujeres que viven con el VIH en Uganda tienen acceso a los servicios para evitar la transmisión vertical (de madre a hijo) del VIH. De este modo, se observa una importante caída en la transmisión vertical y desde el año 2009 el país ha logrado una reducción de un 86 % en el número de infecciones por el VIH entre niños. 

«No quiero dar a luz a un niño que sea seropositivo ni ver a ninguna otra mujer joven que tenga que pasar por ello. En este momento tenemos todo lo que hace falta para evitar que esto suceda. La situación no es la misma que en el pasado, cuando nadie tenía la opción», insiste. 

Como la gran activista del sida que es, la Srta. Nakato tiene ambiciosos planes tanto para ella como para toda la sociedad, y su mayor deseo es conseguir un mundo sin sida. De este modo, destaca la importancia de adherirse al tratamiento para el VIH con el objeto de convertir ese sueño en realidad.

«Si hay algo que sé bien es que soy la prueba de que el tratamiento funciona. Soy la prueba de lo que de verdad es el amor propio», apunta. 

NUESTRA ACCIÓN

Recursos y financiación

ONUSIDA hace un llamamiento para que la comunidad LGBT de Uganda sea tratada siempre con respeto y dignidad

12 de enero de 2021

GINEBRA, 12 de enero de 2021—ONUSIDA se muestra completamente preocupada por el desprecio a las personas de comunidades lesbianas, gais, bisexuales y transgénero (LGBT) en Uganda, el cual podría llevar a mayores niveles de violencia, estigma y discriminación contra ellas y reducir su acceso a los servicios relacionados con el VIH y otros servicios esenciales. En una entrevista reciente con los medios de comunicación, el presidente del país africano, Yoweri Museveni, habló de ser LGBT como una «desviación»

«El utilizar un lenguaje ofensivo que describe a las personas LGBT como una “desviación“ es algo completamente inaceptable», señaló Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA. «El estigma y la discriminación basados en la orientación sexual viola los derechos y aleja a las personas de los servicios relacionados con las pruebas, el tratamiento, la prevención y los cuidados para el VIH La epidemia del VIH no verá nunca su fin mientras siga habiendo grupos de personas excluidos de los servicios sanitarios».

ONUSIDA defiende con legisladores, otras autoridades gubernamentales y la sociedad civil en todo el mundo el establecer leyes antidiscriminatorias y protectoras que sean capaces de acabar con la discriminación y la violencia sufrida por la comunidad LGBT. Asimismo, todos ellos trabajan para hacer realidad el derecho a la salud de todas las personas sin excepción.

Uganda ha logrado un importante progreso contra la epidemia del VIH en los últimos años. Del millón y medio de personas que se calcula que vivían con el VIH en Uganda en el año 2019, alrededor de 1,3 millones conocían su estado serológico y 1,2 millones estaban en tratamiento. Más del 95 % de las mujeres embarazadas y lactantes que viven con el VIH en Uganda están en tratamiento antirretroviral para mantenerse sanas y evitar la transmisión del virus a sus hijos.

Sin embargo, en el país ugandés los gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres tienen menos posibilidades de acceder a los servicios relacionados con las pruebas, el tratamiento, la prevención y los cuidados para el VIH que hacen que se encuentren sanos y bien, en parte debido al estigma y la discriminación a la que se enfrentan en los centros de atención sanitaria y en toda la sociedad. 

«No cabe duda de que, para poner fin a la epidemia de sida en Uganda, urge construir una sociedad más inclusiva en la que todo el mundo disfrute del derecho a la salud. ONUSIDA está lista para aportar su grano de arena junto a todos los socios y poner fin al estigma y la discriminación contra la comunidad LGBT, y lograr el pleno respeto a los derechos humanos universales», reiteró la Sra. Byanyima.

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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Michael Hollingdale
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Stephen Watiti: una trayectoria personal que deja marca en otros

27 de noviembre de 2020

Casi cuarenta años tras el comienzo de la respuesta al VIH, el mejor acceso al tratamiento contra el VIH significa que 26 millones de personas que viven con el VIH en todo el mundo y reciben tratamiento contra él pueden disfrutar de vidas largas y sanas. Pero ¿cómo es la atención sanitaria a una población cada vez más mayor de personas que viven con el VIH?

Tras haber vivido con VIH durante más de 30 años, esto es algo a lo que ha estado dando vueltas el ugandés Stephen Watiti, de 66 años. 

«Mis necesidades van a ir cambiando... y en el futuro la mayor parte de las personas que vivan con el VIH tendrán 50 años o más», dijo el célebre médico, que trabaja en el Hospital Mildmay Uganda en Kampala.  

En la región de África oriental y meridional, aproximadamente 3,6 millones de los 20,7 millones de personas que viven con el VIH tienen más de 50 años.

El nuevo informe de ONUSIDA sobre el Día Mundial del Sida, Prevailing against pandemics by putting people at the centre, demanda una respuesta al VIH diferenciada que sea más intensiva, así como más efectiva a la hora de asegurar que llegamos a quienes se ha dejado atrás hasta ahora. Esto incluye expandir el acceso al tratamiento de manera equitativa, mediante la prestación de servicios integrales de salud, adaptados a las diferentes edades y personas. 

Las personas que viven con el VIH deberían recibir apoyo para poder llevar vidas largas y sanas, y las personas de más de 50 años de edad deberían tener un acceso igualitario a la protección social, el empleo y la integración social.

Según el Sr. Watiti, se le ha prestado poca atención a este fenómeno. «Hemos trabajado mucho en el área del VIH pediátrico. En lo que respecta al HIV geriátrico, no hay nadie que se haya formado en preparación para ello», explicó. 

En 1999, una época sin tratamiento contra el VIH ni demasiados conocimientos o formación acerca del VIH entre las personas de África oriental y meridional, el Sr. Watiti experimentó múltiples enfermedades relacionadas con el sida. Tuvo una experiencia cercana a la muerte «aterradora» en la que su recuento de linfocitos CD4 cayó en picado. Su cuerpo enfermo tuvo que enfrentarse a la tuberculosis, la meningitis criptocócica y el sarcoma de Kaposi, todo al mismo tiempo. 

El Sr. Watiti comenzó a recibir tratamiento contra el VIH en el año 2000. Sin embargo, debido a los precios de los medicamentos antirretrovirales de su régimen en ese momento y al acceso a ellos, su observancia fue deficiente y enfermó por el fracaso del tratamiento.

En 2003, con un nuevo régimen antirretroviral y el apoyo inquebrantable de un asesor de la Organización para el apoyo a la lucha contra el sida de Uganda, el Sr. Watiti se dio cuenta de que ya no se «estaba muriendo».

Durante esta época, se dio cuenta de que necesitaba educar e inspirar a sus pacientes que vivían con el VIH. Así que volvió al trabajo.

El Sr. Watiti ha llegado muy lejos. A pesar de vivir con incertidumbre, como parte de una generación más mayor que vive con el VIH, el Sr. Watiti tiene la intención de vivir una vida plena, practicando medicina hasta bien entrado en los setenta.

«Tendré que continuar tragándome esta medicina, a no ser que haya una cura para entonces», dijo.

No obstante, el Sr. Watiti quiere saber qué se puede hacer para asegurar que las personas que viven con el VIH que están recibiendo tratamiento tengan una buena calidad de vida, con acceso a servicios de salud mental incluido.

Esta es una pregunta que formuló durante una conversación con la directora ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima, durante la presentación del informe de ONUSIDA sobre el Día Mundial del Sida.

La Sra. Byanyima estaba de acuerdo. «Teniendo en cuenta que hay personas que van a vivir a base de pastillas el resto de sus días y que a veces están viviendo en situación de pobreza u ocultando su secreto a causa del estigma, esto supone un gran reto para su bienestar mental y emocional», declaró. «Las personas que viven con el VIH necesitan un paquete de servicios más amplio y exhaustivo, y que incluya la salud mental. La respuesta al sida no puede limitarse solo a las pastillas».

El Sr. Watiti fue un símbolo de esperanza para personas que vivían con el VIH en una época en la que las posibilidades de sobrevivir al sida eran desalentadoras y es un ejemplo de resistencia para las personas que viven con el VIH en la actualidad. 

El Sr. Watiti dice que, al aconsejar a sus pacientes para superar el estigma sobre el VIH y acerca de la importancia de ser diligentes a la hora de tomar su medicación, es como si se estuviera hablando a sí mismo: «Para ser sinceros, a quien más he ayudado es a mí mismo».

Nuestra acción

Tratamiento para el VIH

«Estamos juntos en esto»: Uganda Young Positives responde a la COVID-19

25 de mayo de 2020

Kuraish Mubiru se despierta de madrugada cada día para reponer los medicamentos de la terapia antirretroviral en distintas instalaciones sanitarias y después repartirlos entre sus compañeros y otros miembros de la comunidad que viven con el VIH. Esa lleva siendo su rutina desde hace siete semanas.

El Sr. Mubiru es el director ejecutivo de Uganda Young Positives (UYP), una organización basada en la comunidad que reúne a las personas que viven con el VIH, sobre todo en el sector informal. Con más de 50 000 miembros registrados, UYP se centra en aumentar el alcance para sus miembros de los servicios para la prevención, el cuidado y el apoyo relacionados con el VIH.

Cuando Yoweri Museveni, presidente de Uganda, se dirigió por primera vez a la nación el pasado 18 de marzo para informarla de la pandemia mundial de COVID-19, entre las medidas que dio a conocer estaban las de prohibir los encuentros sociales, decretar el cierre de la mayoría de los negocios, y cancelar el transporte público. Desde ese mismo momento, las personas que viven con el VIH y tuberculosis han tenido dificultades para acceder tanto a sus cuidados médicos rutinarios como a la reposición de sus medicamentos.

Como consecuencia de las medidas, el Sr. Mubiru empezó a recibir llamadas de gente joven cuyos medios de subsistencia y tratamiento del VIH dependían de las instalaciones que se habían cerrado. Se empezaba a sentir el impacto de las restricciones. La gente joven dejaba de ser capaz de acudir a su centro de atención sanitaria para recibir atención y tratamiento y, además, ni tan siquiera podía permitirse adquirir comida.

Si bien distintos centros sanitarios y organizaciones de la sociedad civil trabajaron juntos para acercar a las personas sus medicinas antirretrovirales, un buen número de personas, como informan los grupos de apoyo de la comunidad y los centros sanitarios, no han recibido sus medicamentos como consecuencia del miedo al estigma y la discriminación por parte de la comunidad y de los miembros de su familia.

«Puso a prueba a la comunidad y a nuestra resiliencia, pues nuestros iguales nos necesitaban más que nunca», apuntó el Sr. Mubiru. «Nos vimos obligados a salir de nuestra zona de confort; tuvimos que actuar y pensar rápido para no perder debido a la COVID-19 todo lo que habíamos ganado en la respuesta nacional al VIH».

El Sr. Mubiru se unió como voluntario para ayudar a sus compañeros a acceder al tratamiento para el VIH poniendo a su disposición su propio coche. Al principio utilizó sus propios recursos para repostar el coche y comprar comida, pero enseguida se quedó sin dinero.

Cuando todo comenzó, uno de los mayores desafíos era ser capaz de repostar el coche para continuar reponiendo los medicamentos. Sin embargo, al endurecerse las restricciones sobre el transporte privado, el Sr. Mubiru no pudo continuar haciendo repartos. Gracias al apoyo de ONUSIDA, del Instituto de Enfermedades Infecciosas  y del Ministerio de Salud, obtuvo un permiso que lo autorizaba a seguir prestando apoyo a su comunidad.

Durante uno de sus repartos diarios, la policía incautó el coche del Sr. Mubiru durante más de cuatro horas y le hicieron esperar. Fue necesaria la intervención de un alto cargo policial para que el Sr. Mubiru pudiera recuperar tanto su coche como su libertad. En otras muchas ocasiones  la policía lo había parado para preguntarle a dónde iba y, debido a esas pausas, a veces llegaba  a casa después del toque de queda, que estaba fijado a las 19:00 horas.

Pese a todo, su decisión de apoyar a la comunidad es inquebrantable. Sabe bien que no todo el mundo se sentiría cómodo teniendo que acudir a su centro sanitario más cercano para reponer sus antirretrovirales, pues eso los obligaría a revelar a las autoridades locales por qué tienen permiso para moverse. Y muchos tampoco querrían ver un coche de la organización de la comunidad, que sería fácilmente reconocible, aparcado a la puerta de su casa.

«Casos como estos me empujan a salir de la cama cada mañana. Seguimos estando juntos en esto. La COVID-19 terminará y nuestra vida seguirá», confiesa.

De media, entrega a sus compañeros ocho repuestos de antirretrovirales al día. A pesar de las largas distancias que debe recorrer y de los lugares de tan difícil acceso a los que tiene que llegar, la comida es uno de sus mayores desafíos ahora mismo, puesto que el hambre compromete la adherencia de las personas a su medicación. El estigma y la no revelación del estado serológico hacen que para las personas también sea todo un reto el acceder a su tratamiento para el VIH en un centro cercano.

«El brote de la COVID-19 está teniendo un mayor impacto en las personas que viven con el VIH», recalcó Karusa Kiragu, directora de ONUSIDA en Uganda. «Tenemos que garantizar que no se ponga en riesgo la adherencia al tratamiento para el VIH. Y esto es algo que se puede conseguir mediante la dispensación multimensual de la terapia antirretroviral, apoyada por una fuerte y sólida respuesta liderada por la comunidad».

La Directora Ejecutiva de ONUSIDA insta a Uganda a ampliar su acción en el país

09 de enero de 2020

La nueva Directora Ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima, ha visitado su país de nacimiento, Uganda, durante un viaje oficial.

En su reunión con la ministra de la presidencia, Esther Mbayo, la Sra. Byanyima elogió los esfuerzos del presidente de Uganda, Yoweri Museveni, en la respuesta al VIH. Además, subrayó la brecha de financiación de siete mil millones de dólares estadounidenses en la respuesta mundial al sida, e insistió en que se debe hacer aún más en el país. «Hoy en día, Uganda tiene el 93 % de la respuesta al sida financiada externamente», señaló. «Son nuestros amigos los que nos están ayudando a seguir vivos, pero no podemos depender siempre de ellos».

Añadió, asimismo, que muchos países africanos, incluida Uganda, pronto se convertirán en economías de medianos ingresos y que, por tanto, recibirán menos ayuda internacional. A lo largo de todo el día insistió en el mismo mensaje dirigido al personal de las Naciones Unidas, a las partes interesadas y a los socios: es fundamental superar el estancamiento en lo referente a la financiación y hay que reducir el derroche financiero, las deficiencias y la corrupción.

La Sra. Byanyima puso también de manifiesto la necesidad de centrarse en las mujeres y en las niñas africanas. «Hemos de hacer más para corregir las desigualdades de género y acabar con la violencia de género», destacó.

En las regiones de África oriental y meridional, las chicas y las mujeres jóvenes tienen dos veces más probabilidades de contraer el VIH que los hombres. En Uganda, la prevalencia total del VIH se sitúa en el 5,7 % y el 34 % de las nuevas infecciones se producen entre las personas jóvenes de entre 15 y 24 años.

Subrayó también que Uganda no  debería renunciar a velar por los derechos humanos de nadie, y que, por tanto, debería abolir la actual ley que rige las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo. Defendió que los gobiernos no deberían discriminar, al denunciar que los gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres y los trabajadores sexuales fueran negados su acceso a la atención sanitaria.

Durante una reunión con la sociedad civil, la Sra. Byanyima animó a todas las personas a alzar la voz, exhortándolos: «Vosotros sois la voz de los ciudadanos y deberíais trasladar esa responsabilidad al Gobierno y a los demás».

Una atención rápida y efectiva para los niños VIH positivos

26 de diciembre de 2019

Las innovaciones en las pruebas rápidas y los medicamentos adaptados a los niños están salvando vidas en Uganda.

Por Karin Schermbrucker y Adrian Brune — Originalmente publicado por UNICEF

El año pasado, cada día casi 450 lactantes contrajeron el VIH, la mayoría de ellos durante el parto. Estos niños corren un riesgo extremadamente alto de morir en los dos primeros años de vida. Sin embargo, muchos de ellos nunca reciben ni un diagnóstico ni un tratamiento.

Las pruebas y el tratamiento inadecuados del VIH entre los niños constituyen un problema generalizado. Aunque la tasa mundial de tratamiento para las madres que viven con el VIH se sitúa en 2019 en el 82 %, la tasa de diagnóstico y tratamiento de los niños con VIH es de tan solo el 54 % en la mayoría de las regiones.

Esta falta de cobertura se debe a menudo a que los procesos de diagnóstico tienden a ser más complicados y laboriosos para los niños. A los lactantes es preciso administrarles un tipo especial de prueba del VIH (virológica) que no está fácilmente disponible en la mayoría de los países de bajos y medianos ingresos.

Y aunque existen medicamentos antirretrovirales para niños que son apropiados para su edad, pueden resultar difíciles de encontrar en muchas zonas, debido, en gran medida, a la falta de inversión para poner a prueba estos medicamentos.

Este retraso en el diagnóstico y el tratamiento no tiene por qué ocurrir. UNICEF y el Ministerio de Salud de Uganda realizaron hace poco reformas en el tratamiento del VIH para los niños con las que cosecharon gran éxito. Con la ayuda de un grupo de asociados y de instrumentos de diagnóstico innovadores, 553 establecimientos de todo el país pudieron proporcionar terapia antirretroviral a los niños, en comparación con los 501 establecimientos de 2017.

UNICEF/UNI211885/Schermbrucker

El 20 de agosto de 2019, el Dr. Denis Nansera, pediatra, examina a Kansiime Ruth, de 25 años, y a sus hijas de 1 y 4 años, en el Hospital Regional de Referencia de Mbarara, en el distrito de Mbarara, en la región occidental de Uganda.  «Había un buen número de madres que no recibía atención prenatal. Pero con los avances médicos se reducen enormemente el tiempo que se tarda en diagnosticar a un niño y el tiempo que se tarda en medicarlo», dice el Dr. Nansera. Foto: UNICEF/UNI211885/Schermbrucker

UNICEF/UNI211886/Schermbrucker

La hija de 1 año de Kansiime durante una sesión para pesarla y medirla en el Hospital Regional de Referencia de Mbarara el 20 de agosto de 2019. UNICEF, en colaboración con el Ministerio de Salud de Uganda y la Iniciativa Clinton de Acceso a la Salud, ha puesto en práctica pruebas de diagnóstico temprano del lactante en el punto de atención. Este rápido proceso de pruebas utiliza dispositivos fáciles de transportar, operar y mantener, lo que permite que haya más centros de salud que diagnostican a los lactantes. Con un diagnóstico temprano, los bebés pueden iniciar inmediatamente la terapia antirretroviral. Foto: UNICEF/UNI211886/Schermbrucker

UNICEF/UNI211916/Schermbrucker

Enoch Turyatemba, técnico de laboratorio del Hospital Regional de Referencia de Mbarara, toma una muestra de sangre de un bebé para realizarle pruebas de diagnóstico precoz, las cuales detectan la presencia del VIH y determinan los resultados el mismo día.   «Antes de [que se instalaran] las máquinas en el Punto de Atención (POC), teníamos que tomar muestras de sangre seca y enviarlas lejos. El tiempo de respuesta a veces era de meses», dice Enoch. «Con una máquina en el POC, los niños seropositivos pueden comenzar el tratamiento al día siguiente. Estamos salvando vidas», añade Enoch. Foto: UNICEF/UNI211916/Schermbrucker

UNICEF/UNI211884/Schermbrucker

Enoch Turyatemba analiza una muestra de sangre con la máquina POC. Además de las pruebas rápidas, el Ministerio de Salud ha aprobado el uso de píldoras orales de medicamentos pediátricos contra el VIH, las cuales pueden mezclarse con alimentos y/o leche materna para disimular el sabor amargo del medicamento. Además, las píldoras no necesitan refrigeración, lo que supone un gran avance. Foto: UNICEF/UNI211884/Schermbrucker

UNICEF/UNI211905/Schermbrucker

Kenyonyozi Joseline sostiene a su bebé dentro de la clínica POC del Hospital Mbarara.  Las adolescentes son más vulnerables a la infección por el VIH porque sus sistemas reproductivos no están plenamente desarrollados. La desigualdad de género y las normas patriarcales en Uganda también dificultan el que las niñas y las jóvenes puedan acordar relaciones sexuales sin riesgo, lo que las predispone a los embarazos precoces y al VIH. Foto: UNICEF/UNI211905/Schermbrucker

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Kenyonyozi lleva a su bebé a la espalda a las afueras de la clínica POC. Los servicios pediátricos del VIH están muy por detrás de los de los adultos y las mujeres embarazadas.  Mientras que el 82 % de las madres que viven con el VIH reciben tratamiento, solo el 54 % de los niños que viven con el VIH tienen acceso a medicamentos que salvan vidas. Apenas el 59 % de los bebés nacidos de madres que viven con el VIH se someten a la prueba del VIH durante los dos primeros meses de vida. Foto: UNICEF/UNI211891/Schermbrucker

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Kansiime y sus hijas llegan al Hospital Mbarara.  Los tres miembros de la familia viven con el VIH y van a la clínica habitualmente para recoger sus medicamentos.  «Cuando voy al hospital, estoy rodeada de otras mujeres que han venido a recibir tratamiento.  Estamos allí por la misma razón», dice Kansiime. «Esto me ha ayudado a superar el estigma y me ha dado fuerzas». Foto: UNICEF/UNI211907/Schermbrucker

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Kansiime da un medicamento pediátrico para el VIH a su bebé en su hogar en Uganda occidental. Su hija toma ahora las píldoras orales en lugar del jarabe amargo que solía recibir, lo que ha ayudado a reducir su carga viral. «Es mucho más fácil darle las píldoras mezcladas con la comida para que no tenga problemas con el sabor», dice Kansiime. «Mi consejo a otras madres: dadles a vuestros hijos la medicación que necesitan para que puedan vivir más tiempo y educar a los demás». Foto: UNICEF/UNI211882/Schermbrucker

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La hija de Kansiime, de 4 años, asoma la cabeza por la puerta de su casa. Ella nació con el VIH y necesita tomar medicamentos todos los días.  Sin embargo, ha sobrevivido más allá del período crítico para los niños pequeños y los lactantes, lo que hace más probable su supervivencia en la adolescencia y más allá. «Me encanta cantar, mi canción favorita es una canción llamada Sconto», dice. Foto: UNICEF/UNI211903/Schermbrucker

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Kabiite, de 32 años, ayuda a su bebé a tomar sus medicamentos pediátricos contra el VIH en su casa de Isongo, Uganda. Ambas viven con el VIH.  «Le doy a mi bebé medicamentos una vez al día», dice. «Inicialmente, la medicina la debilitaba y la hacía vomitar. Pero hoy en día ella está bien con la medicina, ya que yo machaco la píldora y la pongo en agua, y se la toma fácilmente». Foto: UNICEF/UNI211928/Schermbrucker

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Kabiite juega con su hija a las puertas de su casa. Kabiite es seropositiva, pero la medicación regular mantiene su fuerza y su espíritu arriba. «Me encanta jugar con mis hijos, llevarlos a jugar a la plantación de plátanos, cocinar juntos», confiesa Kabiite. «¡A mi hija le encanta jugar al fútbol! ¡Y es buena!». Foto: UNICEF/UNI211933/Schermbrucker

En este Día Mundial de la Lucha contra el Sida, UNICEF hace un llamamiento a todos los Gobiernos y aliados para que cierren urgentemente la brecha que existe en las pruebas y el tratamiento de los niños y los adolescentes que viven con el VIH y el sida; para que establezcan comunidades de apoyo libres de estigma que ofrezcan oportunidades para la realización de pruebas y el tratamiento de la enfermedad; y para que promulguen mejores políticas y derechos para que las personas que viven con esta epidemia puedan sobrevivir.

Las pruebas y los tratamientos dan resultado en Uganda y Zambia

05 de abril de 2018

Los nuevos datos revelan que el método de análisis y tratamiento está teniendo un impacto significativo en la cantidad de personas que están accediendo al tratamiento contra el VIH. Después de que Uganda lo adoptase en 2017 y según datos gubernamentales, el número de hombres que ha comenzado por primera vez el tratamiento ha ascendido de los 60 000 en 2016 a los 80 000 el año consecutivo. El número de mujeres que también comenzaron a tratarse por primera vez en este mismo período ha aumentado de 107 000 a 138 000 en total.

Asimismo, cabe destacar que la brecha en cuanto a tratamiento entre las personas que han sido diagnosticadas como seropositivas y las que han comenzado el tratamiento contra el VIH ha disminuido tanto para hombres como para mujeres en Uganda. La brecha masculina disminuyó un 45 %, de 33 000 en 2016 a 18 000 en 2017; la femenina se redujo en un 60 % en este mismo período, cayendo de las 48 000 a las 19 000. A pesar de que hay mayor número de mujeres que están dando más resultados seropositivos en las pruebas que los hombres, la brecha en materia de tratamiento contra el VIH se está atenuando tanto para ellos como para ellas.

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Se han observado tendencias similares en Zambia tras comenzar la política de análisis y tratamiento en 2017. Zambia ha sido testigo del incremento en la cantidad de personas que han comenzado por primera vez el tratamiento contra el VIH: de 23 000 en el primer trimestre de 2016 a 45 000 en el último trimestre de 2017. Según fuentes estatales, se trataría de un aumento del 65 %.

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Mediante el método de análisis y tratamiento, si alguien da seropositivo en las pruebas, deberá comenzar de inmediato el tratamiento contra el VIH. Antes de la llegada de este método, las personas que vivían con el VIH tenían que esperar a que su recuento de linfocitos CD4 cayese hasta un cierto nivel para comenzar el tratamiento.


Los efectos del análisis y del tratamiento se observaron después de la reciente creación de las llamadas “salas de situación” en Uganda y Zambia. Las salas de situación son plataformas software interactivas que centralizan los datos del VIH, entre otras enfermedades, para mejorar el seguimiento de estas afecciones y generar programas para que los servicios lleguen a más gente.

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