Vaccines

ONUSIDA celebra el histórico acuerdo entre Medicines Patent Pool y Merck Sharp & Dohme

28 de octubre de 2021

GINEBRA, 28 de octubre de 2021— ONUSIDA celebra el acuerdo entre Medicines Patent Pool y la empresa farmacéutica Merck Sharp & Dohme. Mediante dicho convenio, los derechos de propiedad intelectual de un medicamento antiviral para tratar las formas leves o moderadas de COVID-19 en pacientes adultos se comparten con los sublicenciatarios interesados con carácter no exclusivo y transparente. Aunque este nuevo medicamento—molnupiravir—todavía no está autorizado, ha obtenido unos resultados óptimos en los ensayos clínicos.

"Este acuerdo es un gran primer paso, ya que se ha antepuesto la salud pública a los beneficios", dijo la Directora Ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima. "Este nuevo tratamiento promete ser una valiosa contribución en la respuesta a la COVID-19 y su disponibilidad aumentará de manera significativa al permitir que empresas de todo el mundo produzcan versiones más económicas del medicamento".

Este es el primer acuerdo de licencia de una herramienta COVID-19 que se establece en aras de la salud pública. Se trata de un avance significativo dada la falta de medicamentos para tratar el coronavirus. La iniciativa permitirá la entrada en el mercado de versiones genéricas más asequibles de este medicamento, en cuanto reciba la autorización de los organismos reguladores nacionales y/o regionales o se incluya en la lista de uso en emergencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Según lo estipulado, las empresas farmacéuticas de cualquier parte del mundo que estén interesadas y cualificadas para fabricar versiones genéricas del medicamento podrán comercializarlo en los 105 países comprendidos en el ámbito geográfico del acuerdo de licencia. No obstante, la COVID-19 no entiende de fronteras geográficas. Por ello, ONUSIDA espera que todos los países afectados por la enfermedad tengan acceso al mercado genérico de este producto. Todas las tecnologías sanitarias deberían considerarse bienes públicos mundiales.

Este acuerdo comprende todos los países subsaharianos, los de renta baja, la mayoría de renta media baja y 20 de renta media alta.

Medicines Patent Pool—creada originalmente para negociar acuerdos de licencia en materia de salud pública para productos contra el VIH, la tuberculosis y la malaria—ha desempeñado un papel fundamental en la respuesta al VIH al favorecer la competencia en el mercado farmacéutico y contribuir a la bajada de los precios de los medicamentos esenciales. ONUSIDA y Medicines Patent Pool son miembros del Comité directivo de la iniciativa Acceso Mancomunado a Tecnología contra la COVID-19 (C-TAP), que aboga por el intercambio voluntario de tecnologías, conocimientos, datos y derechos de propiedad intelectual de productos sanitarios para prevenir, diagnosticar y tratar la COVID-19.

"Ya es hora de que se tomen medidas similares para la fabricación de las vacunas contra la COVID-19. Lo que funciona para los medicamentos también debería servir para las vacunas, los diagnósticos y otras tecnologías que salvan vidas", dijo Byanyima. "Pido al G20 y a otros gobiernos que garanticen que los titulares de patentes estén obligados a compartir las herramientas y tecnologías que salvan vidas de forma equitativa". 

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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COVID-19 y VIH

Una dosis de realidad: Cómo los países ricos y las compañías farmacéuticas incumplen sus promesas sobre las vacunas

21 de octubre de 2021

Según el último informe publicado por la Alianza Popular por las Vacunas (People’s Vaccine Alliance), los países en desarrollo han sufrido las consecuencias de las innumerables promesas incumplidas y de los gestos inadecuados por parte de los países ricos y de las empresas farmacéuticas, que no solo no entregan los miles de millones de dosis acordadas, sino que, además, bloquean las soluciones reales a la situación de desigualdad por las vacunas.

El informe, Una dosis de realidad, ha revelado que de la donación de 1.800 millones vacunas contra el COVID-19 prometida por los países ricos, únicamente 261 millones, el 14 %, han sido recibidas hasta la fecha, mientras que las empresas farmacéuticas han suministrado solo el 12 % que asignaron al Fondo de Acceso Global para Vacunas COVID-19 (COVAX, por sus siglas en inglés), una iniciativa diseñada para garantizar que los países de renta media y baja dispusieran de un acceso justo a las vacunas contra el COVID-19.

Al mismo tiempo, la Unión Europea y otros países ricos se han opuesto a la propuesta de más de 100 naciones de renunciar a las patentes de las vacunas y de las tecnologías relacionadas con el COVID. Del mismo modo, las empresas farmacéuticas líderes del sector han rechazado compartir abiertamente su información con la Organización Mundial de la Salud para que los países en desarrollo pudiesen así desarrollar su propio tratamiento y salvar vidas.

Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA, declaró que: “Los países ricos y las compañías están vergonzosamente incumpliendo sus promesas mientras bloquean la solución real: impiden que los países en desarrollo dispongan de los recursos necesarios para fabricar sus propias vacunas”.

“Está dolorosamente demostrado que el mundo en desarrollo no puede depender de la generosidad y de la caridad de los países ricos y las empresas farmacéuticas, ya que, a consecuencia de sus actos, cientos de miles de personas están muriendo de COVID-19. Esto es más que espantoso”.

El gobierno británico, que ha estado ignorando enérgicamente las peticiones de ayuda de países como India y Sudáfrica para que se les permita fabricar sus propias vacunas, sólo ha entregado 9.6 millones de las 100 millones prometidas a los países más pobres; menos de un 10 %. Mientras tanto, ha obtenido medio millón de dosis del COVAX, a pesar de la extrema escasez de vacunas en los países en vías de desarrollo y de haber conseguido ya más que suficientes para los británicos gracias a los acuerdos directos con las empresas farmacéuticas. Pero no es el único país en esta situación. Canadá ha retirado más de 970.000 dosis del COVAX, mientras que ha suministrado solo el 8 %, 3.2 millones de los 40 millones acordados. Alemania, otro de los detractores de la liberación de las patentes, ha suministrado el 12 % de las prometidas, mientras que Francia solo el 9 % de las 120 millones esperadas. Estados Unidos es el país que más ha donado, alrededor de 177 millones. Sin embargo, esto solo supone el 16 % de los 1.100 millones prometidos.

La Alianza Popular por las Vacunas ha manifestado que mientras el COVAX no reconocía que las empresas farmacéuticas podrían no suministrar todas las dosis, las propias compañías han debilitado la iniciativa. En primer lugar, por no conceder las suficientes vacunas y, además, por entregar mucho menos de lo acordado. De las 994 millones de dosis asignadas al mecanismo COVAX por Johnson & Johnson, Oxford/AstraZeneca y Pfizer/BioNTech, se han entregado realmente solo 120 millones, el 12 %. Cifra que supone quince veces menos de las vacunas recibidas por los países ricos por parte de estas compañías, 1.800 millones. Tanto Johnson & Johnson como Moderna todavía no han donado ni una dosis de las prometidas a la iniciativa.

Robbie Silverman, director general de un departamento de OXFAM, afirmó: “El fracaso de las donaciones de los países ricos, así como el de COVAX, comparten la misma causa: hemos otorgado el control del suministro de vacunas a un número pequeño de empresas farmacéuticas, que priorizan sus propios beneficios”.

“Estas compañías no tienen los recursos suficientes como para vacunar a toda la población del planeta, están restringiendo artificialmente la demanda, y siempre favorecerán a sus clientes ricos”.

“La única manera de poner fin a la pandemia es compartir la tecnología y los conocimientos especializados con otras fabricantes cualificados para que todas las personas, en cualquier parte del mundo, tengan acceso a estas vacunas que salvan vidas”.

Durante la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre, el presidente estadounidense, Joe Biden, pidió apoyo para alcanzar el objetivo de vacunar al 70 % de la población para el 2022. Aunque sea un objetivo muy ambicioso, la Alianza Popular por las Vacunas sostiene que se debería alcanzar mucho más rápido y que todavía no se dispone de un plan para ello.

La Organización Mundial de la Salud ha declarado que conseguir las dosis para los países en desarrollo para final de este año es una prioridad global. Sin embargo, la Alianza afirma que los países ricos se desentienden y están trabajando con una fecha límite de entrega de un suministro inadecuado de dosis para algún momento de 2022, lo que probablemente se traducirá en innumerables muertes innecesarias.

Maaza Seyoum, responsable de la Alianza Africana y coordinadora de la Alianza Popular para la Vacunación en África, comentó lo siguiente: “En todo el mundo fallecen trabajadores sanitarios y los niños pierden a sus padres y abuelos. Con el 99 % de las personas de países de renta baja aún sin vacunar, ya hemos tenido suficiente de estos gestos tan insignificantes y tardíos”.

“Los gobiernos no pueden seguir permitiendo que las empresas farmacéuticas controlen la situación mientras generan unos beneficios astronómicos, sino que deben comenzar a emprender acciones que realmente salven vidas”.

A fin de evitar la creciente presión por compartir datos sobre sus vacunas sin restricciones de propiedad intelectual, las principales empresas farmacéuticas occidentales han exagerado sistemáticamente sus volúmenes de producción previstos. De esta manera, afirmaban que pronto habría suficientes vacunas para todo el mundo mientras entregaban la gran mayoría de sus existencias a los países ricos. En conjunto, las cuatro compañías afirmaron que producirían unas 7.500 millones en 2021. Sin embargo, a menos de tres meses de terminar el año, han suministrado únicamente la mitad. Las predicciones indican que producirán 6.200 millones de vacunas para el final de año, un déficit en sus previsiones de más de 1.300 millones de dosis.

A una semana de que los líderes mundiales se reúnan en la cumbre del G20 en Roma, la Alianza Popular para las Vacunas, que cuenta con 77 miembros, entre ellos ActionAid, la Alianza Africana, Global Justice Now, Oxfam y ONUSIDA, les pide que dejen de incumplir sus promesas de vacunar al mundo y les insta a:

  • Suprimir los derechos de propiedad intelectual de las vacunas, pruebas, tratamientos y otras herramientas médicas de COVID, aceptando la propuesta de exención del Acuerdo sobre los ADPIC en la Organización Mundial del Comercio.
  • Exigir y utilizar todas sus herramientas legales y políticas para obligar a las empresas farmacéuticas a compartir toda la información, el conocimiento especializado y la tecnología sobre el COVID-19 con el Grupo de Acceso a la Tecnología de COVID-19 de la OMS y el Centro de Transferencia de Tecnología de ARNm de Sudáfrica.
  • Invertir en centros de producción descentralizados en los países en desarrollo para evolucionar de un mundo de monopolios y escasez de vacunas a otro con dosis suficientes y justicia en el que los países en desarrollo controlen de manera directa la capacidad de producción para satisfacer sus necesidades.
  • Redistribuir de manera inmediata las vacunas existentes de forma equitativa entre todas las naciones para alcanzar el objetivo de la OMS de vacunar al 40 % de la población para finales del 2021 y el 70 % para mediados de 2022.

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Los países ricos vacunan a una persona por segundo, mientras la mayoría de las naciones pobres aún no han puesto ni una sola dosis

10 de marzo de 2021

Estados Unidos, el Reino Unido y la Unión Europea bloquean las propuestas presentadas en la OMC para ayudar a los países pobres a conseguir vacunas con mayor rapidez

Un año después de que la COVID-19 fuese declarada como pandemia, la Alianza "People's Vaccine" alerta de que los países en desarrollo sufren una escasez crítica de oxígeno y suministros médicos para hacer frente a la COVID-19. A pesar de ello, la mayoría aún no han podido administrar ni una sola dosis de la vacuna, mientras que los países ricos han vacunado a su población a un ritmo de una persona por segundo durante el último mes. 

La mayoría de estos países ricos, como Estados Unidos, el Reino Unido y la Unión Europea, están bloqueando una propuesta presentada por más de 100 países en desarrollo, que se debatirá hoy en el seno de la Organización Mundial del Comercio, y que permitiría acabar con el monopolio de las empresas farmacéuticas y aumentar la producción de vacunas seguras y eficaces contra la COVID-19. Esta medida debe adoptarse de manera urgente a fin de garantizar que los países más pobres pueden acceder a dosis de estas vacunas que necesitan desesperadamente. 

Se prevé que un mayor número de países pobres reciban dosis de las vacunas en los próximos días gracias al Mecanismo de Acceso Mundial a las Vacunas contra la COVID-19 de la Organización Mundial de la Salud, también llamado COVAX; no obstante, la escasez de vacunas implica que, a mediados de año, tan solo se habrá vacunado a un 3 % de la población de estos países, y a una quinta parte, en el mejor de los casos, a finales de 2021. 

Aproximadamente un millón de personas de todo el mundo han firmado un llamamiento promovido por la Alianza "People's Vaccine" – una plataforma de organizaciones de activismo como Oxfam, Frontline AIDS, ONU SIDA, Global Justice Now y el Centro Yunus – para exigir a los países ricos que dejen de anteponer el monopolio y los beneficios de las grandes empresas farmacéuticas en detrimento de las vidas de las personas. El 11 de marzo tendrán lugar protestas frente a las sedes de las empresas farmacéuticas, en el marco de un día mundial de acción protagonizado por activistas de todo el mundo. 

Las encuestas de opinión realizadas recientemente por YouGov para la Alianza en Estados Unidos, Francia, Alemania y el Reino Unido revelan que, en promedio, más de dos tercios de la población de estos países (el 69 %) cree que los Gobiernos deben garantizar que los conocimientos científicos sobre la vacuna se comparten con empresas productoras cualificadas de todo el mundo, en lugar de seguir siendo propiedad exclusiva de unos pocos gigantes farmacéuticos, y que debería compensarse adecuadamente a quienes han creado las vacunas. 

La directora ejecutiva de Oxfam Internacional, Gabriela Bucher, ha declarado: “Ya hemos perdido dos millones y medio de vidas en todo el mundo a causa de esta brutal enfermedad, contra la que la mayoría de los países luchan sin contar con atención médica adecuada ni vacunas. Cuando permiten que un pequeño grupo de empresas farmacéuticas decida quién vive y quién muere, los países ricos están prolongando esta emergencia sanitaria global sin precedentes, y arriesgando incontables vidas más. En este momento crucial, los países en desarrollo necesitan apoyo, no oposición”.

La Alianza advierte de que la historia puede repetirse en Sudáfrica, Malaui, y otros países del continente africano. A principios de la década de los años 2000, millones de personas murieron a causa del monopolio de las empresas farmacéuticas sobre los tratamientos eficaces contra el VIH, a los que pusieron precios inalcanzables que llegaban a rondar los 10 000 dólares anuales.

Lois Chingandu, activista y directora de Investigación e Influencia en Frontline AIDS, cuenta que “aquí en Zimbabue, he perdido a muchos amigos y amigas muy queridos, que en sus últimos momentos apenas podían respirar. Resulta de una ironía cruel que activistas que lucharon incansablemente por la gratuidad de los tratamientos contra el VIH ahora mueran por COVID-19 porque, de nuevo, se anteponen los beneficios de las farmacéuticas a las vidas humanas.” 

Finalmente se consiguió poner fin al monopolio de las empresas farmacéuticas sobre los medicamentos contra el VIH, permitiendo la producción masiva de tratamientos baratos y eficaces para tratar a las personas con VIH, millones de personas que a día de hoy siguen vivas y que, en caso contrario, habrían muerto. 

El 10 y 11 de marzo, más de 100 países en desarrollo liderados por Sudáfrica y la India volverán a defender en la OMC la necesidad de una exención de los Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio (ADPIC), que permitiría eliminar las barreras legales que impiden que más países y empresas productoras fabriquen vacunas, y puedan así proteger a su población, y participar de la posterior recuperación económica.

El catedrático Muhammad Yunus, premio Nobel y uno de los líderes de la Alianza "People's Vaccine", afirma que “esta propuesta, que supone una muestra de solidaridad humana que permitiría garantizar que el conjunto de la familia humana recibe los medicamentos y vacunas al mismo tiempo, no es tan solo un acto de caridad, sino que en realidad favorece los intereses del mundo rico”.

“Tenemos que actuar ya. No hay vuelta atrás. Es totalmente injusto que los países ricos, que disponen de vacunas suficientes para proteger a su ciudadanía, estén bloqueando la exención de los ADPIC, que podría ayudar a los países más pobres a conseguir las vacunas que necesitan”. 
Las principales entidades desarrolladoras de las vacunas se han beneficiado de miles de millones de dólares de subvenciones públicas y, sin embargo, se ha concedido a las empresas farmacéuticas el monopolio sobre su producción, así como sobre los beneficios que generan. 

Al mismo tiempo, en todo el mundo hay empresas cualificadas para producir vacunas que estarían preparadas para hacerlo masivamente si tuviesen acceso a las tecnologías y conocimientos necesarios, que las empresas farmacéuticas han mantenido bajo llave hasta el momento. Esta nueva capacidad de producción podría empezar a explotarse en tan solo unos meses. Suhaib Siddiqi, ex director del departamento de química de Moderna, la empresa productora de una de las primeras vacunas aprobadas, ha afirmado que, con los prototipos y el asesoramiento técnico adecuados, una fábrica moderna debería tener capacidad para producir vacunas en un máximo de tres o cuatro meses. 

Francia ha instado a aumentar la producción en los países en desarrollo, mientras que Estados Unidos ha tomado medidas para incrementar la propia. Sin embargo, hasta el momento ambos países siguen defendiendo el monopolio de las corporaciones farmacéuticas.  

Para controlar el virus, es imprescindible que se produzcan dosis suficientes de las vacunas en distintos lugares del planeta y a un precio asequible, que esas vacunas se distribuyan equitativamente en todo el mundo y que se administren de forma gratuita a las comunidades locales. Hasta el momento, no estamos cumpliendo con ninguno de estos cuatro requisitos. 

Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONU SIDA, afirma que “después de tanta abnegación, sacrificio y heroísmo por parte de muchas personas, la Alianza para una vacuna universal denuncia la hipocresía y el vacío de la solidaridad humana, y el egoísmo miope que socava los esfuerzos para controlar el virus en los países”.

“Tan solo lo lograremos a través de una movilización global para incrementar la producción de vacunas y aumentar de forma rápida el número de dosis disponibles a un precio asequible”.

Por su parte Nick Dearden, director de Global Justice Now, señala que “un año después del inicio de la pandemia, es indignante que haya fábricas paradas, sin poder fabricar vacunas contra la COVID-19, tan solo porque los países ricos dan prioridad a las patentes de las empresas farmacéuticas, en detrimento de las vidas de personas de todo el mundo. Es necesaria una suspensión de las patentes a nivel global que permita acelerar la producción de estas vacunas en todo el mundo”.
 

Notas para editores

  • Según datos de OurWorldInData, Bloomberg, la Universidad John Hopkins y otras búsquedas, la mayor parte (al menos 47) de los 79 países clasificados por el Banco Mundial como de renta baja y media-baja aún no han vacunado ni a una sola persona. Esta cifra es exacta a fecha de 4 de marzo, y tiene en cuenta las distribuciones de vacunas previstas por el COVAX para los próximos días, incluyendo también las vacunas pendientes de administrar. Somos conscientes de que, entretanto, es posible que estos países reciban envíos del COVAX aún sin registrar.
  • Desde principios de 2021 los países de renta alta han administrado, en promedio, una dosis de vacuna por segundo. Esta cifra se basa en el promedio diario de dosis de la vacuna contra la COVID-19 administradas entre el 1 de enero y el 2 de marzo de 2021, y se ha obtenido a partir de los datos de OurWorldInData sobre los países considerados de renta alta según la clasificación del Banco Mundial. La tasa de vacunación por hora se ha calculado asumiendo que estos países vacunan durante 8 horas al día, y el resultado se ha dividido después entre minutos y segundos. Así pues, el promedio de la tasa de vacunación por segundo en estos 68 países de renta alta se ha estimado en 1,1 dosis por segundo, es decir, 66 dosis por minuto. Este promedio incluye a seis países de renta alta que aún no han empezado a vacunar a sus ciudadanos y ciudadanas.
  • Estos son los resultados de la encuesta de YouGov en cada uno de los países – Estados Unidos: 69 %; Francia: 63 %; Alemania: 70 %, y el Reino Unido: 74 %. El promedio de los cuatro países es del 69 %. A menos que se indique lo contrario, todas las cifras son de YouGov Plc. El tamaño total de la muestra es de 1351 personas adultas en Estados Unidos, 1788 personas adultas en el Reino Unido, 1010 personas adultas en Francia y 2039 personas adultas en Alemania. El trabajo de campo se desarrolló entre el 23 y el 26 de febrero de 2021, a través de una encuesta online. Estas cifras se han ponderado y representan al total de la población adulta (mayores de 18) de cada uno de estos cuatro países (Estados Unidos, el Reino Unido, Francia y Alemania).
  • La semana pasada, The Associated Press localizó fábricas en tres continentes cuyos propietarios afirmaban estar preparados para empezar a fabricar cientos de millones de dosis de vacunas contra la COVID-19 en un plazo breve, pero para hacerlo necesitarían contar con los prototipos y los conocimientos técnicos necesarios.
  • Países como Sudán del Sur, Yemen y Malaui han experimentado un drástico incremento de casos en los últimos meses. Por ejemplo, en Malaui los casos han aumentado en un 9500 %, a medida que la cepa sudafricana se ha ido propagando por el país. Dos miembros del Consejo de Ministros murieron en un solo día.

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COVID-19 y VIH

¿Cómo se ha podido dar tan rápido con una vacuna contra la COVID-19?

09 de febrero de 2021

Ahora que la vacunación contra la COVID-19 ya se ha iniciado en todo el mundo, ONUSIDA ha querido charlar con Peter Godfrey-Fausset, asesor científico sénior de ONUSIDA y profesor de salud internacional y enfermedades infecciosas en la London School of Hygiene and Tropical Medicine, para saber más sobre esa espera por una vacuna contra el VIH.

Mucha gente se está preguntando en este momento: «¿Cómo es posible que la vacuna contra la COVID-19 se haya desarrollado tan rápido?».

El virus SARS-CoV-2, que es el responsable de la COVID-19, tuvo un origen animal y saltó a los humanos en el año 2019. En el caso del VIH, ese salto se produjo hace un siglo, en torno a los años veinte, y se convirtió en un problema en la década de los ochenta, cuando empezó a propagarse entre los seres humanos en mucha mayor medida que antes.

El motivo por el que hemos visto ese enorme impulso en lo que tiene que ver con la vacuna contra la COVID-19 no es otro que la urgencia de dar con ella. En 2020, la COVID-19 infectó a casi 100 millones de personas en todo el planeta. Solo en ese año 2020, la COVID-19 acabó con la vida de 2 millones de personas.

Y precisamente de ahí viene esa urgencia que decimos, pese al hecho de que hemos ido viendo grandes cambios en la forma de vida de todas las personas. Tenemos restricciones de movilidad, se ha impuesto la distancia social, llevamos mascarillas, vivimos lavándonos las manos y estamos rodeados de geles hidroalcohólicos. No obstante, con todo y con eso, hemos sido testigos del veloz aumento de las infecciones. Todo ello da lugar a la imperiosa urgencia de lograr una vacuna. Y, por supuesto, esto tiene un gran impacto económico en todo el mundo.

El VIH y el SARS-COV-2 son muy distintos, ¿no?

Existen diferencias fundamentales entre el SARS-CoV-2 y el VIH. Aunque ambos son virus, el SARS-CoV-2 es una infección muy sencilla. La enfermedad puede ser complicada, en ocasiones misteriosa, pero se sabe que casi todas las personas que se infectan con el SARS-CoV-2 desarrollan anticuerpos a la proteína S, y es justo eso lo que neutraliza el virus y lleva a la recuperación con la consiguiente eliminación del virus.

Por el contrario, casi todas las personas que contraen el VIH desarrollan anticuerpos y nosotros utilizamos esos anticuerpos en las pruebas habituales para la detección del VIH. Sin embargo, por desgracia, muy pocos logran eliminar la infección y estos anticuerpos resultan insuficientes para neutralizar el VIH. La envoltura del VIH, similar a una espiga, es una compleja estructura situada sobre la superficie del virus. Está recubierta de azúcares y su sitio activo está muy profundo, por lo que resulta difícil llegar a él.

Con el paso del tiempo, a medida que la gente se infecta con el VIH, algunas personas sí que desarrollan anticuerpos capaces de neutralizar el VIH, pero eso puede llevar años y, además, el VIH es un retrovirus, de ahí que hablemos de antirretrovirales. Un retrovirus es un virus que copia su carga genética y la integra en un código genético humano. Y mientras realiza la copia, copia su código genético, mas no lo hace de forma precisa, por lo que aparecen errores. Eso significa que la proteína de envoltura y el propio VIH están constantemente cambiando, modificando su aspecto, poniéndoselo difícil a los anticuerpos para que los protejan, por lo que incluso los anticuerpos neutralizadores de una persona a menudo fallan al neutralizar el virus de otro individuo seropositivo.

En este momento hemos hallado ya algunos de los tan conocidos como anticuerpos neutralizadores, como en el caso de los anticuerpos que neutralizan muchas cepas diferentes del VIH. Y esos son los anticuerpos que los científicos están estudiando actualmente para tratar de descubrir si son o no capaces de proteger a las personas y evitar que contraigan distintas cepas del VIH. Estos anticuerpos de los que hablamos representarían una parte muy importante del proceso para dar con una vacuna contra el VIH. Tendríamos que ser capaces de generar anticuerpos neutralizadores mucho más amplios antes de que se produjera la infección.

Por último, cabe recordar que, a diferencia de la COVID-19, o quizás en parte a diferencia de la COVID-19, el VIH depende mucho de las células T, la otra mitad del sistema inmunitario humano. El sistema inmunitario humano tiene anticuerpos, pero también dispone de la tan mencionada inmunidad celular, la cual está liderada por las células T. Esta es mucho más difícil de estudiar, es infinitamente más variada y, además, dificulta y diferencia el VIH respecto de la COVID-19 en lo que tiene que ver con el desarrollo de una posible vacuna.

¿Cuánto dinero se está destinando a la investigación de una vacuna contra el VIH?

Durante la década pasada, cada año dedicamos aproximadamente mil millones de dólares estadounidenses a la investigación y el desarrollo, siempre con el fin de conseguir producir una vacuna contra el VIH. ¿Eso es mucho o no es suficiente? Equivale a alrededor de un 5 % del presupuesto para la respuesta mundial al VIH. Podemos decir que ha habido un éxito limitado.  Si echamos la vista atrás al año 2009, observamos que hubo una gran expectación por una candidata a vacuna desarrollada en Tailandia que sí parecía brindar una cierta protección contra la infección por el VIH. Sin embargo, enseguida se vio que no tenía la eficacia suficiente para poner en marcha la producción.

La década que vino después, testigo de más ensayos, nos ha enseñado mucho con relación a la inmunología y el modo en que los cuerpos humanos y los sistemas inmunitarios interaccionan con el VIH. Sin embargo, nada de ello nos ha permitido reducir el número de nuevas infecciones por el VIH. Toda nuestra esperanza está puesta ahora en dos grandes estudios que se están llevando a cabo en este campo en este mismo momento. Al margen, tenemos también otras muchas candidatas a vacuna llamando a las puertas. Por todo ello, sí, claro que creo que hemos de albergar esperanza, aunque está claro que a corto plazo no se vislumbra una vacuna como la que ya tenemos a nuestro alcance para la COVID-19.

Durante este tiempo la COVID-19 ha ocupado y sigue ocupando todos los titulares. ¿Qué hay de todas las demás enfermedades infecciosas?

En África, la tuberculosis, la malaria y el VIH cada año siegan las vidas, cada una de ellas, de cinco veces el número de personas que la COVID-19 ha matado en África este último año. Hablamos de problemas ingentes que llevan años entre nosotros. Tenemos una vacuna contra la tuberculosis, la vacuna BCG, la cual se empleó por primera vez hace 100 años, allá por 1920. No obstante, y por desgracia, esta vacuna no protege contra las formas más comunes de la tuberculosis en adultos. Hace muy poco han visto la luz nuevas vacunas tanto contra la tuberculosis como contra la malaria, pero hay que decir que ninguna de ellas parece funcionar muy bien. Actualmente hay un debate abierto en torno a si hacer o no llegar a más gente la vacuna, puesto que únicamente tienen una eficacia protectora de un 30 % o menos.

Sin embargo, hay una buena noticia, y es que una nueva posible vacuna contra la malaria ya ha iniciado los grandes ensayos de fase III en África. Por si fuera poco, tras ella está el laboratorio AstraZeneca, que es el mismo que ha desarrollado la vacuna de Oxford contra la COVID-19. Por eso, todos deseamos que la enorme investigación que se está llevando a cabo para lograr una vacuna contra la COVID-19 sirva de estímulo e impulse los estudios sobre otras enfermedades infecciosas asesinas que, de hecho, matan a mucha mucha más gente en África y en otros rincones del mundo donde los recursos son limitados.

Ver: El asesor científico de ONUSIDA explica algunas de las diferencias entre el VIH y la COVID-19

Ver: El asesor científico de ONUSIDA explica algunas de las diferencias entre el VIH y la COVID-19

Nuestra acción

COVID-19 y VIH

A medida que las muertes por la pandemia superan el millón, supervivientes de la COVID-19 de 37 países se dirigen a los responsables farmacéuticos para solicitarles una vacuna accesible para todo el mundo

29 de septiembre de 2020

GINEBRA, 29 de septiembre de 2020—Los nombres de supervivientes de la COVID-19 procedentes de 37 países se encuentran entre los de las casi 1000 personas que han firmado una carta abierta a los líderes de la industria farmacéutica para instarles a hacer realidad el disponer de vacunas y tratamientos al alcance de todos, es decir, sin patentes. Dicha carta se hace pública precisamente la víspera del evento paralelo de alto nivel dedicado a la pandemia que tendrá lugar mañana (30 de septiembre) durante la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York.

Entre los signatarios se incluyen 242 supervivientes de la COVID-19 procedentes desde Sudáfrica hasta Finlandia, pasando por Nueva Zelanda y Brasil. También constan las firmas de 190 personas de 46 países diferentes que han tenido que decir adiós a sus seres queridos por culpa del virus, y las de 572 firmantes que, dadas sus patologías previas, son considerados de alto riesgo en caso de contraer la COVID-19.

La carta reza así: «A algunos de nosotros este virus asesino nos ha arrebatado a quienes más queríamos. Otros nos hemos visto a las mismísimas puertas de la muerte. Y muchos seguimos viviendo con el temor a contraer una enfermedad que sabemos que será letal para nosotros. No llegamos a comprender por qué sus monopolios o sus beneficios son tan importantes como para que haya gente que siga pasando por esto».

En el texto se indica que los laboratorios farmacéuticos están «trabajando en búsqueda de sus propios beneficios, manteniendo la línea de siempre, que consiste en defender sus monopolios y negarse a compartir tanto los resultados de sus investigaciones como lo aprendido en el camino». Por ello, a lo largo de todo el escrito se insta a los líderes de la industria a «garantizar que las vacunas y los tratamientos para la COVID-19 lleguen a todo el mundo, para lo que es necesario evitar monopolios, incrementar la producción y compartir conocimientos».

Los monopolios farmacéuticos no harán sino restringir la fabricación de vacunas y tratamientos farmacéuticos a un pequeño número de fabricantes, lo que impedirá la producción en masa que se requiere para satisfacer la demanda mundial. En la carta se solicita que las empresas cedan de inmediato las tecnologías para trabajar en la vacuna y los derechos de propiedad intelectual al Acceso Mancomunado a Tecnología contra la COVID-19 de la OMS (C-TAP).

Una de las signatarias, Dilafruz Gafurova, de 43 años, procedente de Tayikistán, señaló: «Mi marido y yo contrajimos la enfermedad. Solo nos teníamos el uno al otro, los hospitales estaban saturados... y resultaba complejísimo acceder a los medicamentos adecuados para ganarle la batalla al virus. Soy madre de cuatro hijos... Me asustaba dejarlos solos en este mundo si a mí me pasaba algo... Por eso firmo esta carta: quiero ayudar a otros a conseguir una vacuna. No todas las personas pueden tener acceso a la vacuna, sencillamente porque no todo el mundo puede permitírselo. Muchos apenas [llegan a tener] lo básico que necesitan para el día a día».

La redacción de la carta fue coordinada por la alianza People’s Vaccine Alliance, una coalición mundial de organizaciones y activistas unidos con el objetivo común de defender una vacuna para todos contra la COVID-19 que se consiga gracias a un conocimiento compartido y que esté disponible gratuitamente para todos y en todo el mundo.

Mañana en la Asamblea General de las Naciones Unidas, Bill Gates y el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, estarán entre los rostros conocidos de alto nivel que debatirán en torno al acceso a la vacuna. Hasta ahora las naciones ricas han fracasado a la hora de presionar a las industrias farmacéuticas para que compartan sus tecnologías con el fin de maximizar el suministro mundial de vacunas y tratamientos triunfantes.

Heidi Chow, de Global Justice Now, miembro de la People’s Vaccine Alliance, insistió: «Los laboratorios farmacéuticos han de prestar atención a las demandas de las personas de todo el mundo que han experimentado el miedo y la devastación que trae consigo la COVID-19. La industria no puede hacer oídos sordos ante las voces de todas estas personas. Por el contrario, debería responder a sus peticiones poniendo fin a los monopolios y comprometiéndose a compartir el dominio respecto a la producción de la vacuna. Todas estas acciones se consideran fundamentales para expandir los suministros de las vacunas, de manera que todos los países puedan permitirse el acceso a vacunas eficaces».

Por su parte, Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA, destacó: «Con el sida ya tuvimos ocasión de ver que, cuando se descubren tratamientos, las personas ricas de los países ricos recuperan su salud, mientras que millones de personas de países en desarrollo caen en el olvido y se ven abocadas a la muerte. No podemos permitirnos caer en el mismo error cuando hallemos una vacuna para la COVID-19. El derecho a la salud es un derecho humano y, como tal, el recibir una vacuna que nos proteja de las garras de este virus mortal no debería depender ni del dinero que llevemos en el bolsillo ni del color de nuestra piel. Una vacuna debería ser siempre un bien público global y, como tal, tendría que ser gratuito para todos».

La alianza también pide a los Gobiernos que la financiación pública dedicada a la investigación y al desarrollo de pruebas diagnósticas, vacunas y tratamientos para la COVID-19 se conceda a las empresas farmacéuticas siempre que estas se comprometan a compartir realmente sus conocimientos y su tecnología, así como a trabajar sin patentes. Una vez que la vacuna esté disponible, la Alianza ruega que las dosis se repartan de manera justa y que se dé prioridad a los trabajadores sanitarios y los grupos de población en riesgo de todo el mundo.

Notas para los editores:

Aquí se puede leer el texto completo de la carta: https://www.globaljustice.org.uk/sites/default/files/files/resources/pv_alliance_open_letter_final.pdf (en inglés)

Este evento paralelo de alto nivel, denominado Acelerando el final de la pandemia de la COVID-19: adoptando nuevas soluciones para trabajar a mayor escala y lograr resultados accesibles para todos, con el fin de salvar vidas, proteger los sistemas sanitarios y reactivar la economía mundial, se celebrará el día 30 de septiembre en la 75.ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York. Entre los participantes están el Secretario General de las Naciones Unidas, el director general de la OMS, los líderes de una amplia variedad de países, entre ellos Reino Unido y Sudáfrica, y la Directora Ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima.  

Esta carta abierta ha sido firmada por un total de 941 personas. Entre ellas están 242 supervivientes de la COVID-19 de 37 países: Alemania, Australia, Azerbaiyán, Bangladesh, Bélgica, Brasil, Burundi, Canadá, Dinamarca, Eslovenia, España, Estados Unidos, Filipinas, Finlandia, Francia, India, Irlanda, Italia, Japón, Kenya, Líbano, Marruecos, Nicaragua, Nueva Zelanda, Países Bajos, Pakistán, Polonia, Portugal, República de Macedonia del Norte, Reino Unido, Rusia,

Senegal, Sudáfrica, Suecia, Tayikistán, Uganda y Zambia. Algunas personas se encuadran en más de una categoría. Previa petición, se puede facilitar un listado con todos los signatarios. La carta ha sido enviada a todas las empresas farmacéuticas que están tras las 11 vacunas candidatas que actualmente están en la fase 3 de los ensayos.

People’s Vaccine Alliance es una coalición de organizaciones y activistas unidos con el objetivo común de defender una vacuna para todos contra la COVID-19 que se consiga gracias a los conocimiento compartidos y que esté disponible gratuitamente para todos y en todo el mundo. Un bien común mundial. Coordinada por Oxfam  y ONUSIDA, entre los miembros de la alianza están Frontline AIDS, Global Justice Now, Nizami Ganjavi International Center, STOPAIDS, Wemos y el Yunus Centre. Más de 140 líderes, antiguos líderes y economistas han aunado sus fuerzas para instar a los Gobiernos a trabajar unidos para una vacuna contra la COVID-19 para todo el mundo.

A principios de mes, un análisis de Oxfam reveló que un pequeño grupo de naciones ricas que representa solo el 13 % de la población mundial ya ha adquirido más de la mitad (51 %) de las futuras dosis de las principales candidatas a convertirse en vacuna contra la COVID-19. https://oxfamapps.org/media/press_release/small-group-of-rich-nations-have-bought-up-more-than-half-the-future-supply-of-leading-covid-19-vaccine-contenders/ (en inglés)

 

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Los líderes mundiales se unen para pedir una vacuna universal contra el COVID-19

14 de mayo de 2020

Más de 140 líderes y expertos y expertas mundiales, entre ellos el presidente de Sudáfrica y el presidente de la Unión Africana, Cyril Ramaphosa, el primer ministro de Pakistán, Imran Khan, el presidente de Senegal, Macky Sall y el presidente de Ghana, Nana Addo Dankwa Akufo-Addo han firmado una carta abierta en la que instan a todos los Gobiernos a unirse para conseguir una vacuna universal contra el COVID-19. Esta petición se hizo pocos días antes de que los ministros de Salud se reunieran virtualmente para la Asamblea Mundial de la Salud el 18 de mayo.

La carta, que marca la posición más ambiciosa que hasta ahora han establecido los y las líderes mundiales para una vacuna contra el COVID-19, exige que todas las vacunas, tratamientos y pruebas estén libres de patentes, se produzcan en masa, se distribuyan equitativamente y se pongan a disposición de todas las personas, en todos los países, de forma gratuita.

Entre otros signatarios y signatarias figuran la expresidenta de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf, el exprimer ministro del Reino Unido, Gordon Brown, el expresidente de México, Ernesto Zedillo, la exadministradora del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y la exprimera ministra de Nueva Zelanda, Helen Clark.

Todos ellos se unen a reputados economistas, defensores de la salud y otros, desde la presidenta de The Elders y expresidenta de Irlanda, Mary Robinson, el Premio Nobel Joseph Stiglitz, Moussa Faki, el presidente de la Comisión de la Unión Africana, el director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de África, el Dr. John Nkengasong, y Dainius Puras, el Relator Especial sobre el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental.

"Miles de millones de personas esperan hoy una vacuna, que es nuestra mejor esperanza para acabar con esta pandemia", afirmó Cyril Ramaphosa, presidente de Sudáfrica. "Como países de África, estamos decididos a que la vacuna contra el COVID-19 no tenga patentes, se fabrique y distribuya rápidamente y sea gratuita para todas las personas. Los Gobiernos deben compartir todos los avances científicos. Nadie debe quedar relegado al final de la cola de las vacunas por el lugar donde vive o por sus ingresos".

"Tenemos que trabajar juntas y juntos para combatir este virus. Debemos aunar todos los conocimientos, la experiencia y los recursos de que disponemos para el bien de toda la humanidad", declaró Imran Khan, primer ministro de Pakistán. "Ningún líder puede estar tranquilo hasta que todas las personas de todas las naciones puedan acceder rápidamente a una vacuna gratuita."

La carta, coordinada por ONUSIDA y Oxfam, advierte que el mundo no puede permitirse que los monopolios y la competencia se interpongan en el camino de la necesidad universal de salvar vidas.

"Esta es una crisis sin precedentes y requiere una respuesta sin precedentes", subrayó la expresidenta de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf. "A partir de las lecciones aprendidas de la lucha contra el ébola, los Gobiernos deben eliminar todas las barreras para el desarrollo y el rápido despliegue de vacunas y tratamientos. Ningún interés es más importante que la necesidad universal de salvar vidas".

Los y las líderes mundiales reconocen que se están realizando progresos y que muchos países y organizaciones internacionales están cooperando multilateralmente en materia de investigación y desarrollo, financiación y acceso, en especial con los 8.000 millones de dólares prometidos el 4 de mayo en la maratón internacional de compromisos de contribuciones de la Unión Europea.

Sin embargo, puesto que muchos países y empresas están avanzando con una rapidez sin precedentes en el desarrollo de una vacuna eficaz, los y las líderes mundiales piden compromisos concretos para asegurar que esta sea asequible y esté disponible para todo el mundo en el plazo más breve posible. Estos incluyen:

  • Una puesta en común obligatoria a nivel mundial de las patentes y el intercambio de todos los conocimientos, datos y tecnologías relacionados con el COVID-19 con el fin de garantizar que cualquier nación pueda producir o comprar dosis asequibles de vacunas, tratamientos y pruebas.
  • El rápido establecimiento de un plan mundial justo de fabricación y distribución de todas las vacunas, tratamientos y pruebas completamente financiado por las naciones ricas y que garantice precios de coste reales y transparentes y suministros de acuerdo con las necesidades y no con la capacidad de pago.
    • Esto incluiría la adopción de medidas urgentes para aumentar a gran escala la capacidad de producción de las vacunas en cantidades suficientes, además de formar y contratar a millones de trabajadores y trabajadoras de la salud para distribuirlas.
  • Una garantía de que las vacunas, los tratamientos y las pruebas del COVID-19 se proporcionarán gratuitamente a todas las personas, en todas partes, dando prioridad a los trabajadores y trabajadoras de primera línea, a las personas vulnerables y a los países pobres con menor capacidad para salvar vidas.

"Frente a esta crisis, no podemos seguir actuando como de costumbre. La salud de cada uno de nosotros depende de la salud del conjunto de la población", declaró Helen Clark, exprimera ministra de Nueva Zelanda. "La vacuna contra el COVID-19 no debe pertenecer a nadie y tiene que ser gratuita para todo el mundo. Las buenas intenciones diplomáticas no son suficientes, necesitamos garantías legales, y las necesitamos ahora".

"Las soluciones de mercado no son las mejores para luchar contra una pandemia", afirmó Nelson Barbosa, exministro de Finanzas de Brasil. "Un sistema de salud pública, que incluya la vacunación y el tratamiento gratuitos cuando estén disponibles, es esencial para hacer frente al problema, y así lo demuestra la experiencia brasileña con la concesión de patentes obligatorias de medicamentos antirretrovirales para el VIH".

Unidos por una vacuna universal contra el COVID-19- carta abierta y lista completa de firmantes.

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Se detiene el ensayo clínico HVTN 702 de una vacuna contra el VIH

04 de febrero de 2020

GINEBRA, 4 de febrero de 2020—Los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos anunciaron ayer el abandono del ensayo clínico HVTN 702 para una vacuna contra el VIH. Si bien durante el ensayo no se ha detectado ningún problema de seguridad, el comité de supervisión de los datos y de la seguridad ha determinado que la vacuna era inefectiva para prevenir la transmisión del VIH.

El ensayo, llevado a cabo en 14 lugares de Sudáfrica, estuvo estudiando durante 18 meses a más 5400 personas seronegativas de entre 18 y 35 años. Los participantes recibieron seis inyecciones durante un periodo de seis meses, tanto de vacuna como de un placebo. Un análisis realizado después de que, al menos, el 60 % de los participantes llevaran en el estudio más de 18 meses reveló que entre las personas que habían recibido la vacuna se habían producido 129 infecciones, mientras que entre aquellos a los que se le había administrado el placebo hubo 123 personas infectadas.

«Claro que estamos descontentos con los resultados, aunque hemos aprendido cuestiones importantes que tendremos en cuenta para futuros ensayos. Quiero dar las gracias al equipo de trabajo por el importante ensayo en el que han trabajado para esta vacuna», señaló Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA.

Actualmente se están probando a gran escala otras vacunas importantes. Así, podemos hablar del ensayo Mosaico, dentro del cual se está probando en el continente americano y en Europa una vacuna entre personas transgénero, gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres. También está el ensayo Imbokodo, encargado de probar una vacuna entre las mujeres del África Subsahariana. Sería fundamental contar con una vacuna efectiva contra el VIH para avanzar en la lucha contra el sida en el futuro.

A pesar de las enormes inversiones realizadas en el ámbito de la prevención durante el ensayo, todavía había una incidencia del VIH de alrededor de un 4 % al año entre las mujeres que participaron en el ensayo. Hablamos de cifras, sin duda, demasiado elevadas. Se puede prevenir la transmisión del VIH. Para ello se requiere una correcta combinación de intervenciones, entre las que están las pruebas del VIH; la terapia antirretrovírica para las personas que viven con el VIH; la profilaxis previa a la exposición; los preservativos y otras opciones de prevención; los servicios de salud sexual y reproductiva, incluyéndose aquí una educación integral sobre sexualidad; la permanencia de las chicas en los colegios; y la eliminación de las barreras sociales, legales y económicas que impiden el progreso de las mujeres y las niñas.

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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Las novedades sobre la posible cura de un hombre seropositivo anima enormemente a ONUSIDA

05 de marzo de 2019

SEATTLE/GINEBRA, 5 de marzo de 2019 - La noticia de la cura del VIH de un hombre seropositivo anima enormemente a ONUSIDA. Especialistas del University College y del Imperial College de Londres trataron a este hombre de un avanzado linfoma de Hodgkin en 2016. Para ello, trasplantaron células madre de un donante que portaba una mutación genética muy extraña. Los investigadores informan que el VIH que portaba este hombre ha sido indetectable desde que dejó de tomar medicamentos antirretrovíricos hace 18 meses.

«Nuestro mayor sueño es encontrar una cura para el VIH», dijo Michel Sidibé, el Director Ejecutivo de ONUSIDA. «Aunque este avance es complicado y se necesita mucho trabajo para conseguirlo, el que podamos acabar potencialmente con el VIH mediante la ciencia, ya sea a través de una vacuna o de un tratamiento curativo, nos da grandes esperanzas para el futuro. Sin embargo, también nos muestra cómo de lejos estamos de nuestro objetivo y de la absoluta importancia de continuar centrando nuestros esfuerzos en la prevención y el tratamiento del VIH».

Los trasplantes de células madres son procedimientos extremadamente complejos, intensos y costosos. Además, conllevan efectos secundarios considerables y suponen una forma de tratamiento que no es viable para muchas personas que viven con el VIH. Sin embargo, los resultados ofrecen una mejor perspectiva a los investigadores que trabajan en las distintas estrategias de tratamiento curativo del VIH y destacan la enorme importancia de invertir en la investigación científica y en la innovación.

Este resultado, el cual se presentó en la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas en Seattle (Estados Unidos de América), es uno de los dos únicos casos registrados de curas funcionales del VIH. El primero fue el caso del paciente berlinés, Timothy Ray Brown, que recibió un tratamiento similar para el cáncer en 2007.

Actualmente, no existe una cura para el VIH. ONUSIDA trabaja para asegurar que todas las personas que se encuentran afectadas y viven con el VIH tienen acceso a los servicios de supervivencia de prevención, tratamiento, atención y apoyo relacionados con el VIH. En 2017, había 36,9 millones de personas que vivían con el VIH y se calcula que 1,8 millones contrajeron el virus. En ese mismo año, casi 1 millón de personas murieron por enfermedades relacionadas con el sida y 21,7 millones tuvieron acceso a tratamiento. 

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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Últimas estadísticas sobre el estado de la epidemia de sida

Indetectable = Intransmisible

La conferencia HIVR4P 2018 destaca nuevas posibilidades para la prevención del VIH

31 de octubre de 2018

En la reciente conferencia Investigación en VIH para la Prevención se mostraron posibilidades para la prevención del VIH nuevas y mejoradas. Aunque se anunció que muchas de las nuevas herramientas están a años de poder ser implementadas.

En muchas de las presentaciones se habló de la importancia de la profilaxis previa a la exposición (PPrE), entre la que se incluye la PPrE a través de un anillo vaginal y la PPrE de acción prolongada, entre la que se incluye la PPrE inyectable. La PPrE por anillo vaginal nos ofrece unas opciones de prevención que controla la mujer mejores, pueden protegerlas sin que su pareja lo sepa. Las PPrE inyectables supondrían que la ingesta diaria de una pastilla y el riesgo de olvidar tomarla ya no sería un problema. Sin embargo, tanto la PPrE por anillo vaginal como la PPrE de acción prolongada aún están lejos de estar disponibles. La Agencia Europea de Medicamentos y las pruebas para las PPrE de acción prolongada continúan examinando los anillos vaginales y no tendrán resultados hasta 2021 o más tarde.

Si se puede demostrar que los anticuerpos y que las moléculas modificadas que los imitan previenen el VIH, se abriría la posibilidad de una inyección cada seis meses para la prevención y el tratamiento, así como la posibilidad de una vacuna que consiga que las personas desarrollen sus propios anticuerpos iguales. Los participantes descubrieron lo mucho que se había avanzado en el descubrimiento y desarrollo de tales anticuerpos. La primera prueba de ensayos base que muestre su eficacia informará de sus resultados en 2020.

"La ciencia nos ha proporcionado extraordinarios avances tecnológicos para el diagnóstico, el tratamiento y el seguimiento de la infección por VIH. Ahora existe un gran entusiasmo por el hecho de que en los próximos años también conducirá a herramientas de prevención eficaces y asequibles", afirmó Peter Godfrey-Faussett, asesor científico de ONUSIDA.

Los participantes descubrieron que hay un alto nivel de enfermedades de transmisión sexual (ETS) entre los grupos con mayor riesgo de contraer el VIH y que, como hemos sabido durante décadas, las ETS conducen a un mayor contagio del VIH. Las tasas de las principales ETS bacterianas que se pueden tratar han estado aumentado constantemente y se encuentran en niveles alarmantes entre los hombres homosexuales y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres y entre los jóvenes de África oriental y del sur, en parte debido a la disminución del uso del preservativo. Los altos índices de las principales ETS tratables se han hecho particularmente evidentes con la llegada de un mayor número de pruebas de detección que acompañan a la puesta en marcha de la PPrE.

Muchas ETS no muestran síntomas y sólo se pueden diagnosticar con pruebas de diagnóstico modernas, que son simples pero demasiado caras para los países que más las necesitan. Junto con la geografía y el grupo de edad, las ETS son el mayor indicador de riesgo de infección por el VIH. Un enfoque integral para la prevención del VIH y de las ETS podría proporcionar PPrE a las personas que son seronegativas pero tienen una ETS y viven en una zona con prevalencia de VIH.

Las nuevas tecnologías para la prevención tienden a ser relativamente caras, por lo que deben centrarse en las poblaciones con mayor riesgo para que puedan ser asequibles y rentables. La modelización matemática muestra la posibilidad de que estas nuevas tecnologías para la prevención del VIH tengan solo un impacto limitado en las nuevas infecciones por el VIH en el este y el sur de África. Por ejemplo, la modelización del impacto del anillo de Dapivirine, una especie de anillo vaginal que libera medicamento antirretrovírico para proteger contra una infección por el VIH, muestra que solamente de un 1,5 a un 2,5% de las infecciones por el VIH podrán evitarse en Kenya, Uganda, Zimbabwe y Sudáfrica en los próximos 18 años. Como el coste de impedir una infección por el VIH a través del anillo de Dapivirine va de los 10 000 a los 100 000 dólares, muchos participantes hablaron de integrar y combinar el tratamiento y la prevención contra el VIH con las respuestas al VIH y otras enfermedades, con el fin de lograr un efecto óptimo.

La conferencia bienal del HIVR4P se celebró en Madrid, España, del 21 al 25 de octubre.

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