

Feature Story
Por una vida digna para las personas con discapacidad
15 Febrero 2022
15 Febrero 2022 15 Febrero 2022Llegar a un centro sanitario, pero no poder acceder físicamente a él. Necesitar información sobre tu salud, pero no poder leerla. Pedir consejo a tu médico sobre planificación familiar, pero requerir la asistencia de un tercero que lo traduzca a la lengua de señas, con la consiguiente falta de confidencialidad y privacidad. Estos son sólo algunos de los problemas a los que se enfrentan los mil millones de personas con discapacidad en todo el mundo cuando intentan acceder a los servicios de atención sanitaria. Sin embargo, tienen el mismo derecho a la sanidad que cualquier otra persona.
La prevalencia de la discapacidad está aumentando debido al envejecimiento de la población y al incremento de las enfermedades crónicas, entre otros factores. Gracias al acceso a largo plazo a la terapia antirretroviral, la esperanza de vida con infección crónica por el VIH es cada vez mayor, pero esta puede puede presentarse junto con otras comorbilidades y el riesgo de discapacidad.
Las personas con discapacidad presentan una mayor vulnerabilidad ante la pobreza, las desigualdades jurídicas y económicas, la violencia de género, la explotación sexual y los malos tratos, la exclusión de la atención sanitaria y la violación de los derechos humanos, todos ellos factores que aumentan su riesgo de contraer el VIH. En África Occidental, las mujeres y niñas con discapacidad pueden ser víctimas de mitos perjudiciales como la violación de vírgenes —la creencia de que mantener relaciones sexuales con una persona virgen con discapacidad cura el VIH— y otros tipos de violencia sexual que supuestamente aportan riqueza o poder a su autor.
Los jóvenes con discapacidad también corren un mayor riesgo. Dada la presunción de que no son sexualmente activos, suelen ser olvidados en los debates de educación integral sobre la sexualidad y excluidos de los servicios de salud sexual y reproductiva.
Es en este contexto que los Gobiernos de Noruega y Ghana, junto con la Alianza Internacional de la Discapacidad (IDA), celebrarán la segunda Cumbre Mundial sobre la Discapacidad los días 16 y 17 de febrero en Accra (Ghana). El 14 de febrero también tendrá lugar la primera Cumbre Mundial de Jóvenes con Discapacidad, coorganizada por IDA, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia y Atlas Alliance.
“Desde la última Cumbre Mundial sobre la Discapacidad, como consecuencia de la pandemia de COVID-19, la situación de los grupos más vulnerables de la sociedad ha empeorado. En particular, las personas con discapacidad han sufrido un aumento de la violencia, la exclusión y el desconcierto. Nuestra misión es pasar de las palabras a la acción, para así hacer efectivos los derechos de las personas con discapacidad en todo el mundo”, dijo Anne Beathe Tvinnereim, ministra de Desarrollo Internacional de Noruega.
Los datos obtenidos del África subsahariana indican que el riesgo de infección por el VIH es 1,48 veces mayor entre los hombres y 2,2 veces mayor entre las mujeres con discapacidad, en comparación con el resto de la población. En África Occidental, varios estudios han demostrado que la prevalencia del VIH entre las personas con discapacidad es, de media, entre dos y tres veces mayor que la de la población general.
“Los jóvenes con discapacidad, aproximadamente 200 millones en todo el mundo, quieren una atención sanitaria especializada, una educación inclusiva, acceso al empleo y un mejor acceso a las nuevas tecnologías. Son agentes del cambio de su propio futuro, y estamos dispuestos a escucharlos y a apoyarlos", dijo Kwaku Agyeman-Manu, ministro de Sanidad de la República de Ghana.
La pandemia de COVID-19 ha empeorado la situación. Debido a la interrupción de los servicios sanitarios y a los confinamientos, las mujeres con discapacidad, en especial, están sufriendo una gran presión económica; muchas de ellas están criando a sus hijos solas y, por lo tanto, son aún más propensas a sufrir violencia sexual.
ONUSIDA aboga desde hace tiempo por un enfoque de tres vías para avanzar en la inclusión de las personas con discapacidad en las respuestas al VIH:
- Actividades específicas para la discapacidad e integración de la discapacidad en todos los aspectos de las respuestas al VIH.
- Participación verdadera, así como intervención activa, de las personas con discapacidad en todos los aspectos de los programas.
- Políticas, programas y estrategias de ejecución que incluyan a las personas con discapacidad y que garanticen una financiación y unos recursos adecuados.
En concreto, ONUSIDA aboga por cinco acciones:
- Más investigación y datos mejor desglosados: el mundo necesita conocer y comprender en profundidad las necesidades sanitarias de todas las personas con discapacidad.
- La asignación de fondos adecuados para la integración de la discapacidad en los sistemas de sanidad, así como para servicios del VIH que incluyan a personas con discapacidad. Los servicios deben ser accesibles para todos y responder a las vulnerabilidades y necesidades específicas de las personas con discapacidad.
- La comunidad internacional debe comprometerse a incluir de forma significativa a las personas con discapacidad y a sus representantes en todos los niveles de las políticas y programas, tanto en su diseño como en su planificación, así como en su ejecución, monitorización y evaluación. También debe invertir en reforzar las capacidades de las organizaciones de base comunitaria dirigidas por personas con discapacidad y en prestar servicios a este colectivo.
- Los legisladores y los profesionales sanitarios deben garantizar unos servicios sanitarios basados en los derechos, centrados en las personas y no discriminatorios. Los estigmas tradicionales o culturales deben ser corregidos mediante una formación adecuada y la sensibilización del personal sanitario en torno a la discapacidad.
- Los líderes mundiales deben hacer frente a los determinantes estructurales interrelacionados, como la pobreza, la exclusión y la violencia de género, que agravan aún más la vulnerabilidad de las personas con discapacidad. Sólo las intervenciones que pongan fin a las desigualdades arraigadas y establezcan entornos más favorables pueden mejorar la salud general de las personas con discapacidad y darles la oportunidad de vivir con dignidad.
Poner fin a la epidemia de sida es imposible sin la inclusión de las personas con discapacidad.
“Espero, junto con los organizadores de la cumbre, que los gobiernos, los legisladores y las organizaciones de todo el mundo se comprometan con el cambio y se unan para crear una sociedad más inclusiva”, dijo Angela Trenton-Mbonde, directora nacional de ONUSIDA para Ghana.


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Muchos grupos de población clave evitan los servicios de salud
21 Febrero 2022
21 Febrero 2022 21 Febrero 2022El estigma y la discriminación se encuentran entre las muchas barreras que separan a las poblaciones clave de los servicios de atención sanitaria de calidad que necesitan. Esto socava tanto su salud como su habilidad para gestionar sus enfermedades y sus emergencias sanitarias correctamente.
Las experiencias discriminatorias dentro de los centros de atención sanitaria pueden ser especialmente comunes y perniciosas. Los datos nacionales comunicados a ONUSIDA muestran que los porcentajes de personas pertenecientes a grupos de población clave que evitan los servicios de atención sanitaria a causa del estigma y/o la discriminación continúan siendo preocupantemente altos. Al menos uno de cada tres países informantes declaró que, en todos los grupos de población clave, más del 10 % de los encuestados evitaba la atención sanitaria, incluidos tres de cada cuatro países para las personas que se inyectan drogas.
Abrogar las leyes que perjudican, como las relativas al trabajo sexual, las relaciones entre personas del mismo sexo, el uso o la tenencia de drogas para uso personal y la ocultación, exposición o transmisión del VIH, es una manera de superar el estigma y la discriminación y, así, mejorar la aceptación de los servicios por parte de los grupos de población clave.
NUESTRA ACCIÓN







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Un grupo de mujeres kazajas que viven con el VIH cuentan sus historias desde el escenario: “Actuad con el corazón”
14 Febrero 2022
14 Febrero 2022 14 Febrero 2022El Teatro ARTiSHOCK de Almatý (Kazajstán) ha estrenado hace poco una obra sin precedentes: todas las actrices son mujeres que viven con el VIH, son ex-reclusas, o consumen drogas. Interpretaron el papel de mujeres que han sido víctimas de violencia, estigma o discriminación y que reflejan la historia de sus propias vidas.
La obra, que fue escrita por mujeres activistas, surgió gracias a una idea del Centro Revanche de Atención Integral (Revanche Center for Comprehensive Care), también conocido como la Fundación Revanche (Revanche Foundation), así como al apoyo de la oficina nacional de ONUSIDA en Kazajstán, y la Red de Mujeres que Viven con VIH de Eurasia (Eurasian Network of Women Living with HIV).
“La idea deuna obra de teatro social es un sueño hecho realidad”, afirmó Anna Kozlova, trabajadora social de la Fundación Revanche . “Queríamos hablar sobre la violencia. No siempre es física y sexual. Ser víctima de rechazo y de discriminación también es violencia, aunque sea psicológica.
Nadezhda Plyaskina, la directora de la obra, confiesa que no fue fácil trabajar con las aspirantes a actriz. “Me daba miedo. Estas mujeres tenían experiencias vitales muy intensas; ¿qué podía enseñarles? Además, había que enseñarles a actuar sin hacerles daño. Todas ellas son vulnerables. En cada ensayo descubría que eran personas reales, sorprendentes y maravillosas. Les dije: 'Actuad con el corazón'”.
Y eso es precisamente lo que hicieron: contaron sus historias sobre la vida en prisión, el abuso, el estigma, la soledad y la esperanza. La obra fue todo un éxito y llegó a los medios de comunicación kazajos.
La señora Kozlova empezó a consumir drogas cuando tenía 17 años, por lo que fue condenada a 17 años de prisión. “Todas las mujeres que salen de la cárcel ya son víctimas. Están rotas, son vulnerables, no saben cómo vivir o a dónde ir. Necesitan ayuda para ser fuertes.” Hace cuatro años acudió a la Fundación Revanche en busca de ayuda; allí encontró trabajo, una familia y una causa a la que dedicarse. “Sé por experiencia que el cambio es posible,” afirma.
Zulfiya Saparova vive con VIH desde hace 15 años; recibe terapia antirretroviral y trabaja como asesora para Equal to Equal Plus. Ha sido víctima de abuso y violencia y así lo cuenta desde el escenario. “La heroína que interpreto aparece en el escenario con una sartén en la mano. Esta historia está grabada a fuego en mi memoria: mi vecina siempre tenía los ojos morados. Su marido le propinaba palizas cuando estaba borracho. Una vez su hija vino a visitarla y entonces fue él quien apareció con un ojo morado. La hija pegó al marido con una sartén para proteger a su madre.
Natalya Kovaleva, trabajadora social para la Fundación Revanche, pasó ocho años en la cárcel. Su última condena fue a tres años y tratamiento obligatorio para la drogadicción. Hoy en día se dedica a la prevención del VIH entre jóvenes que consumen drogas. “Si no fuese por la Fundación Revanche, estaría o entre rejas o muerta,” afirma. “Aquí tengo una misión.”
La heroína a la que interpreta se enfrenta a la violencia física y psicológica, a palizas, a prohibiciones y al control. “No quiero dar pena, así que interpreté a una mujer fuerte e independiente que se niega a soportar el acoso. Esta es la historia de mi vida”, dice Kovaleva.
La Fundación Revanche ayuda a mujeres en situaciones complicadas, entre ellas mujeres que viven con VIH, que consumen drogas, niñas que viven en orfanatos y antiguas reclusas.
Elena Bilokon, directora de la Fundación Revanche, afirma que su trabajo está orientado a las mujeres más vulnerables y con el menor amparo social, ya que no hay programas estatales de apoyo para ellas. “Sí, el estado proporciona medicamentos a las personas que viven con VIH, pero no hay apoyo social o psicosocial. Tan solo este año, 285 mujeres que viven con VIH solicitaron nuestra ayuda”, añade.
“Hay una relación evidente entre la violencia contra la mujer y el VIH. Existen estudios que muestran que las mujeres que viven con el virus son más propensas a haber sido víctimas de violencia, y viceversa,” informa Gabriela Ionescu, Directora Nacional de ONUSIDA en Kazajstán. “Por eso, desde ONUSIDA se destaca la necesidad de tratar la violencia contra la mujer como una violación de los derechos humanos, así como de dar a las mujeres más vulnerables apoyo que incluya ayuda social y psicológica.”
La siguiente representación tendrá lugar el 1 de marzo, el día de la Cero Discriminación. La intención de las activistas es llevar la obra algunos centros penitenciarios de Kazajstán.
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Cuatro años del proyecto de Acción acelerada en las ciudades: ¿qué hemos logrado y aprendido, y qué sigue?
21 Febrero 2022
21 Febrero 2022 21 Febrero 2022La ejecución del proyecto conjunto entre ONUSIDA y la Asociación Internacional de Proveedores de Atención al Sida (IAPAC, por sus siglas en inglés) de Acción acelerada en la ciudades comenzó en 2018 bajo la gestión de ONUSIDA e IAPAC, con el apoyo económico de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional. Al reconocer el importante papel que desempeñan las ciudades en la consecución de los objetivos nacionales y mundiales en materia de VIH y en poner fin a la epidemia de sida para 2030, el proyecto tiene como objetivo proporcionar apoyo técnico esencial y estratégico a 15 ciudades con alta carga para acelerar sus respuestas al VIH. Las 15 ciudades (Blantyre, eThekwini, Yakarta, Johannesburgo, Kampala, Kigali, Kingston, Kinshasa, Kiev, Lagos, Lusaka, Maputo, Nairobi, Windhoek y Yaundé) albergan a unas 3 millones de personas que viven con el VIH. El proyecto se ejecuta en estrecha colaboración con los gobiernos locales y las partes interesadas, y tiene en cuenta los contextos, las epidemias y las prioridades locales. Se proporciona apoyo técnico para el desarrollo y la ejecución de planes estratégicos municipales contra el VIH, la creación de un entorno propicio para la optimización de la prestación de servicios contra el VIH, el fortalecimiento de la recopilación, el análisis y el uso de datos, y el desarrollo de la capacidad clínica y de la comunidad para facilitar la optimización de los servicios y eliminar el estigma en las instalaciones sanitarias.
La ejecución en los últimos cuatro años ha logrado importantes resultados y ha provocado cambios significativos a nivel municipal. Con el apoyo y el compromiso constantes de los alcaldes y los dirigentes de las ciudades, el proyecto ha catalizado la acción a varios niveles. La mejora de la coordinación, el refuerzo de las asociaciones, la participación de la sociedad civil y la innovación para llegar a las poblaciones clave y vulnerables han conducido a una mayor aceptación de los servicios relacionados con el VIH, y las ciudades han mostrado su liderazgo durante la pandemia de COVID-19 para garantizar la continuidad de la prestación de los servicios. La mejora de la información estratégica y de los sistemas de monitorización y evaluación permite ahora a las ciudades hacer un seguimiento de la respuesta al VIH e informar sobre sus epidemias. Se ha ayudado a cerca de 10 000 personas con actividades de formación dirigidas por IAPAC.
Durante un reciente webinario de ONUSIDA, el personal nacional de ONUSIDA que presta apoyo a cuatro de las ciudades participantes compartió algunas de sus experiencias.
La ciudad de Kingston, Jamaica, donde reside el 35 % de todas las personas que viven con el VIH en el país, está llevando a cabo actividades para abordar algunos de los retos pendientes relacionados con las legislaciones y políticas que han afectado a la sociedad.
“Una de las vías que hemos tomado a través del proyecto Acción acelerada en las ciudades es trabajar más estrechamente en el ámbito comunitario, ya que es ahí donde vemos el mayor reto relacionado con el estigma y la discriminación”, dijo Rubén Pages Ramos, asesor de apoyo comunitario de ONUSIDA para Jamaica.
En un intento de hacer frente al estigma, ONUSIDA, en colaboración con la Red de personas que viven con el VIH de Jamaica, puso en marcha espacios libres de estigma para sensibilizar al público y garantizar que los lugares de negocios, salud, educación, justicia, entretenimiento y culto sean respetuosos, inclusivos y transformadores. El municipio de Kingston ha sido declarado como el primer espacio libre de estigma en Jamaica y el alcalde se ha comprometido a hacer de Kingston una ciudad libre de estigma.
En eThekwini (Durban), Sudáfrica, se contrató a la Asociación nacional de cuidadores de niños como parte de un proyecto comunitario para apoyar a los niños y jóvenes de Inanda, el mayor municipio de Durban. El objetivo principal era hacer llegar a los niños y jóvenes los servicios de VIH, garantizando que las personas que viven con el VIH sigan recibiendo atención, y abordar el estigma en la comunidad.
“Este proyecto catalizador logró resultados sorprendentes, y si se lleva a cabo a gran escala podríamos hacer cosas increíbles”, dijo Miriam Chipimo, asesora de Acción acelerada de ONUSIDA en Sudáfrica.
Entre los principales resultados obtenidos durante un breve periodo de ejecución de cinco meses, cabe destacar la puesta en marcha de cuatro grupos de acción comunitaria para jóvenes con el fin de proporcionar asesoramiento y apoyo a la comunicación para el cambio de comportamiento, ayudando a cerca de 2500 jóvenes con servicios de pruebas del VIH (con personas seropositivas iniciadas en la terapia antirretroviral). Asimismo, se alcanzó a cerca de 2000 miembros de la comunidad con mensajes contra el estigma relacionado con el VIH, la tuberculosis y la COVID-19.
A través de la oficina del alcalde y del departamento de salud, también se apoyó la participación y la vinculación de las principales partes interesadas con el Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos para el Alivio del Sida y las actividades de las organizaciones comunitarias en Inanda.
En la ciudad de Lusaka, Zambia, el proyecto de Acción acelerada en las ciudades ha servido de catalizador para reforzar los mecanismos de coordinación para un enfoque multisectorial de la respuesta al VIH en la ciudad. Lusaka ha creado un comité técnico para el proyecto en el cual están representados el comité distrital del VIH y Sida, el equipo médico del distrito, la sociedad civil, entidades de ejecución asociadas con el VIH, las redes de personas que viven con el VIH y el consorcio de población clave.
“Dado el entorno legal de Zambia, es muy difícil sentar a la mesa a las comunidades de lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales y a los trabajadores sexuales, pero se les ha reunido en el marco del proyecto de Acción acelerada de la ciudad de Lusaka y participan con los líderes cívicos, los equipos de gestión y las distintas partes interesadas”, afirmó Kenneth Mwansa, asesor de apoyo comunitario de ONUSIDA para Zambia.
Consciente de la necesidad de enfoques innovadores para llegar a las poblaciones con mayor riesgo de infección por el VIH, la ciudad de Lusaka también ha establecido y capacitado a un equipo de innovaciones, con representación de trabajadores sexuales, lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales, personas que viven con el VIH y organizaciones de adolescentes y mujeres jóvenes.
Vinculado al desarrollo de un plan de acción estratégico de cinco años para guiar la respuesta al VIH de la ciudad, se creó, por primera vez en la ciudad, una unidad funcional de monitorización y evaluación para coordinar la recogida de datos sobre el VIH a nivel de distrito y hacer un mejor seguimiento de la epidemia y la respuesta al VIH.
La coordinación de la respuesta al VIH en Kampala (Uganda) ha mejorado gracias a la plena funcionalidad y participación del Comité contra el sida de la división, a la vez que se han establecido sólidas asociaciones con las autoridades de la capital de Kampala (KCCA, por sus siglas en inglés) y la Alianza de alcaldes y líderes municipales sobre el sida en África.
Como parte de las actividades para llegar e involucrar a los grupos de población clave y a los jóvenes en Kampala, se elaboraron mapas sobre los servicios del VIH adaptados a los grupos de población clave dentro de la ciudad, y se lanzó una aplicación para móvil en 2021 para aumentar la aceptación de los servicios de prevención y tratamiento del VIH entre los grupos de población clave y vulnerables. El personal del KCCA y los representantes de las poblaciones clave participaron en el desarrollo de la aplicación y recibieron formación sobre su uso. La aplicación está ubicada en el sitio web oficial de la ciudad para garantizar su sostenibilidad. “Además del mapa de servicios, la aplicación incluye una sección de recomendaciones y reseñas de servicios. También proporciona información por tipo de servicios, como la profilaxis previa a la exposición, por ejemplo”, dijo Tseday Alemseged, de la Delegación nacional de ONUSIDA para Uganda.
Además, se están llevando a cabo actividades en Kampala para sensibilizar a la comunidad sobre la prevención del VIH, la vulnerabilidad a la COVID-19 grave, la equidad, el estigma y la discriminación.
Las buenas prácticas y la información estratégica de las demás ciudades participantes se están publicando en el mapa interactivo de la Acción acelerada en la ciudades, disponible en https://fasttrackcitiesmap.unaids.org/.
El proyecto continuará hasta mediados de 2023. Las lecciones aprendidas del proyecto se utilizarán para informar el desarrollo de un marco de acción para guiar y apoyar la respuesta al VIH en entornos urbanos, en línea con la Estrategia Mundial sobre el Sida 2021-2026: Acabar con las desigualdades, Acabar con el sida.




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El Fondo de Solidaridad de ONUSIDA brinda su ayuda a las trabajadoras sexuales en Ghana
04 Febrero 2022
04 Febrero 2022 04 Febrero 2022Susana Dartey creció en Jamestown, uno de los distritos más antiguos de Accra, Ghana, y allí fue testigo del abuso y la explotación diarios a los que se enfrentan las trabajadoras sexuales. Precisamente fue aquello lo que la inspiró a crear la Alianza de Mujeres por la Dignidad (WODA, por sus siglas en inglés) para capacitar a las trabajadoras sexuales y combatir las desigualdades a las que se enfrentan.
«Puesto que en Ghana el trabajo sexual es ilegal, nuestros miembros han sido víctimas de un gran abuso que encima no pueden denunciar por el miedo a ser arrestadas», destaca la Sra. Dartey, directora ejecutiva de WODA. WODA ha pasado de estar formada por un único miembro en 2016 a contar con un personal formado por un equipo de 16 mujeres, todas ellas extrabajadoras sexuales y trabajadoras sexuales en activo. «En este mismo barrio, yo descubrí en el teatro mi arma para alzar la voz, y me di cuenta de que podía usar la misma metodología o técnica para dar voz a estas mujeres», añadió.
En Ghana existen dos categorías de trabajadoras sexuales: las itinerantes y las que tienen su sitio asignado. Las itinerantes se desplazan hacia donde están sus clientes, mientras que las que tienen su sitio asignado desempeñan su oficio en su casa o en un burdel. En el año 2020, se calculó que la prevalencia del VIH entre las trabajadoras sexuales en Ghana era del 6,9 %.
La pandemia de la COVID-19 ha supuesto un reto para las trabajadoras sexuales de Ghana, ya que las restricciones de confinamiento han obstaculizado su capacidad para trabajar. Las trabajadoras sexuales del país también han admitido sentirse excluidas del apoyo que las autoridades han brindado a la sociedad en su conjunto durante la pandemia.
Para hacer frente a estos obstáculos, la Sra. Dartey está decidida a capacitar a las trabajadoras sexuales con el objeto de que se conviertan en modelos a seguir para las mujeres de su comunidad a través del proyecto Women Empowered Through Social Entrepreneurship, que cuenta con el apoyo del Fondo de Solidaridad de ONUSIDA.
Para abordar los problemas socioeconómicos provocados por la pandemia de la COVID-19, la WODA está promoviendo empresas sociales con gran potencial establecidas, lideradas, respaldadas y ampliadas por las propias trabajadoras sexuales, con el objetivo de capacitar a hasta 400 trabajadoras sexuales, ya sea directa o indirectamente.
Las tres áreas que el programa abarca son la formación en materia de generación sostenible de ingresos, la facilitación de la prevención de la COVID-19 entre las trabajadoras sexuales y la creación de una oportunidad para que estas mismas ejerzan de agentes del cambio en sus comunidades.
La Sra. Dartey explicó de qué manera las trabajadoras sexuales están formándose en cuestiones tan diversas como los tratamientos de belleza, la fabricación de jabón, la producción de golosinas, la elaboración de pan y la decoración floral. Las beneficiarias del proyecto están formadas en las prácticas operativas de las empresas sociales y tienen la oportunidad de aprender habilidades empresariales de expertos.
«Llevo ocho años dedicándome al trabajo sexual itinerante, y nunca antes había experimentado el tipo de dificultades que la COVID-19 ha supuesto para el desempeño de mi oficio. Antes del comienzo de la COVID-19, diariamente podía llegar a ganar hasta 230 cedis de Ghana, pero a día de hoy me cuesta incluso llegar a 50 cedis de Ghana. Cuando Susana me informó sobre la iniciativa de apoyo del Fondo de Solidaridad de ONUSIDA, la idea me encantó. Para mí es fascinante contribuir a que las mujeres se vean bien, por lo que estoy deseando aprender técnicas de pedicura, manicura y maquillaje para hacer de ello mi medio de vida», apuntó una de las beneficiarias del programa.
Para ayudar a los grupos de población clave y a las comunidades vulnerables a sobrevivir a las dificultades que trae consigo la pandemia de la COVID-19, es vital apoyar soluciones sostenibles que generen ingresos y emerjan de esas mismas comunidades. El Fondo de Solidaridad de ONUSIDA nació para poner de relieve el ingenio de los grupos de población clave al permitir el acceso a la financiación para establecer empresas sociales sostenibles.
«Mi esperanza es reunir a estas mujeres para ayudarlas a fijarse su objetivo. Este proyecto mira al futuro, a su futuro y, al final del proyecto, las trabajadoras sexuales habrán creado empresas sociales que les pertenecen», subrayó la Sra. Dartey cuando se le preguntó sobre sus esperanzas con respecto al proyecto.
Una beneficiaria del proyecto cuya meta es establecer un estudio de maquillaje señaló: «Conocí a Susana a principios de 2021 y ahí nació mi nuevo yo. Gracias a WODA, hoy me siento orgullosa de saber maquillar y hacer pelucas. También insta a legalizar el trabajo sexual. «Quiero que el trabajo sexual sea una actividad legal, para que la policía deje de arrestarnos y abusar de nosotras», añadió.
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Instan a que se aprovechen las adaptaciones de emergencia a la COVID-19, se aborden las barreras estructurales y se garantice que los programas nacionales se recuperen completamente de las interrupciones de la COVID-19 y pongan fin al sida
03 Febrero 2022
03 Febrero 2022 03 Febrero 2022Puesto que la variante ómicron no cesa de avanzar entre las comunidades y los sistemas sanitarios están a punto del colapso tras dos años haciendo frente a la COVID-19, los directores y representantes de las comunidades celebraron una reunión virtual para revisar los esfuerzos por mantener la respuesta al sida en el buen camino y proponer formas de superar mejor los desafíos a los que nos enfrentamos como consecuencia de las dos pandemias colindantes.
«La pandemia de la COVID-19 ha supuesto la interrupción de los servicios sanitarios en todo el mundo, en diferentes momentos y de diferentes maneras, y hoy por hoy aún sigue sucediendo lo mismo», destacó Eamonn Murphy, director ejecutivo adjunto de programas de ONUSIDA, en su primera intervención durante el acto de inauguración de la consulta. «No obstante, al mismo tiempo estamos observando grandes éxitos. Cada vez se documentan e investigan más las historias y los datos que nos demuestran una resiliencia impresionante y un gran repunte programático».
Los participantes identificaron las innovaciones más eficaces que en este tiempo han permitido a los servicios para el VIH continuar llegando a quienes más los necesitan. Además, propusieron una investigación y acciones de seguimiento que pueden ayudarnos a estar protegidos contra futuras olas de infecciones por COVID-19.
«Es mucho lo que hemos aprendido durante estos dos últimos años de la pandemia de la COVID-19. Al anticipar lo peor, los países y las comunidades se pusieron en marcha eficazmente para adaptar y mantener la mayoría de los servicios para el VIH. Gracias a estos encomiables esfuerzos mundiales, aunque se han producido brechas e interrupciones en los servicios, y pese a que se necesitará cierta recuperación, la mayoría de las personas que viven con el VIH lograron mantener con éxito su adherencia al tratamiento», afirmó Meg Doherty, directora de programas mundiales para el VIH, la hepatitis y las ETS de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las redes de personas que viven con el VIH y los grupos de población clave con un mayor riesgo de infección por el VIH advirtieron de que las adaptaciones a los servicios para el VIH, que a menudo salvan vidas, no han abordado el estigma, la discriminación ni las barreras estructurales a las que se enfrentan en su vida diaria. Por si fuera poco, la COVID-19 ha dejado a muchas más personas vulnerables a la depresión, la violencia y otros daños.
«Muchas personas están trabajando duro para garantizar que el tratamiento siga estando disponible y siendo accesible, pero mucha gente también ha visto desaparecer sus medios de subsistencia durante la COVID-19, y se ha visto obligada a asumir responsabilidades comunitarias y familiares adicionales», recalcó Florence Anam, directora de programas en la Red mundial de personas que viven con el VIH (GNP+). «Hoy son más importantes que nunca tanto el fortalecimiento de los sistemas comunitarios de salud como la integración de la salud mental y el apoyo psicosocial. Debemos centrarnos en reducir las desigualdades y garantizar que las personas tengan la capacidad económica suficiente para, en la medida de lo posible, satisfacer sus necesidades básicas».
Los datos de los países recopilados por ONUSIDA, la OMS, el Fondo mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria (Fondo Mundial) y el Plan de emergencia del presidente de los Estados Unidos para el alivio del sida (PEPFAR) reflejan que las interrupciones en los servicios para el VIH fueron más graves durante los primeros confinamientos que muchos países pusieron en marcha a principios y mediados del año 2020. La combinación de las restricciones al movimiento y los sistemas sanitarios colapsados por los casos de COVID-19 hizo que muchas personas que viven con el VIH se vieran obligadas a interrumpir los medicamentos diarios que necesitan para mantenerse sanas. Las pruebas del VIH, el registro de las personas recién diagnosticadas en el tratamiento y la provisión de herramientas de prevención del VIH, como los preservativos y la profilaxis previa a la exposición, son prácticamente la base para lograr un alto en el aumento del número de casos. La circuncisión médica masculina voluntaria, los servicios sanitarios para las personas trans y otros procedimientos médicos electivos quedaron suspendidos por completo en muchos países.
Las interrupciones prolongadas del servicio pueden haber provocado una ola de enfermedades y muertes relacionadas con el sida, lo que socavaría décadas de esfuerzos para contener el virus. Los programas en todo el mundo se esforzaron por encontrar nuevas formas de llegar a las personas que viven con el VIH y a los grupos de población clave que tienen un mayor riesgo de infección por el VIH.
Entre las medidas se incluía trabajar con las comunidades afectadas para suministrar medicamentos antirretrovirales a domicilio y aumentar la cantidad de medicamentos suministrados durante cada visita con el fin de reducir la frecuencia de las citas médicas. Desde 2016, la OMS recomienda esta dispensación multimensual de medicamentos antirretrovirales, ya que les facilita las cosas a los pacientes y reduce la carga de trabajo del sistema sanitario.
La mayoría de los programas de tratamiento del VIH se recuperaron rápidamente tras la puesta en marcha de las adaptaciones.
«Los datos muestran que la mayoría de los programas nacionales de tratamiento del VIH en los países de bajos y medianos ingresos respondieron con una extraordinaria resiliencia a través de la rápida adopción de las adaptaciones a la COVID-19, para proteger 20 años de logros obtenidos con mucho esfuerzo», resaltó Siobhan Crowley, directora de los programas para el VIH del Fondo Mundial. «La sólida plataforma de servicios para el VIH y la sociedad civil comprometida con el VIH están bien preparadas para servir como una base importante para los servicios integrados, con el fin de hacer frente a la COVID-19 y otras amenazas para la salud pública. Sin embargo, se necesita una mayor inversión de todas las partes interesadas para mantener y seguir alcanzando logros así de impresionantes».
Irum Zaidi, coordinadora adjunta de la Oficina del coordinador mundial de los Estados Unidos para el sida, subrayó que el fortalecimiento de los sistemas de información sanitaria y la adopción de enfoques centrados en las personas en los años anteriores a la COVID-19 han resultado fundamentales para la rápida reacción a los desafíos creados por la nueva pandemia.
«En los últimos cuatro años, el PEPFAR y los Gobiernos de los países socios colaboraron para poner en marcha las políticas y adaptaciones de la OMS con el fin de proporcionar servicios clínicos centrados en las personas para el VIH", detalló la Sra. Zaidi. «Estas adaptaciones se ampliaron rápidamente durante la COVID-19 y se llegó a establecer un entorno de prestación de servicios flexible para mantener a las personas en tratamiento antirretroviral de por vida durante los picos de la COVID-19. Los datos detallados en tiempo real junto con el compromiso de PEPFAR abrieron el camino que se debería seguir para apoyar a los Gobiernos y beneficiarios durante este período sin precedentes».
Los esfuerzos por ampliar el acceso a una opción de prevención del VIH relativamente nueva y prometedora (medicamentos antirretrovirales tomados de forma preventiva por personas con un mayor riesgo de infección, lo que se conoce como profilaxis previa a la exposición o PrEP) también se ajustaron rápidamente para superar los desafíos de la COVID-19. Estas adaptaciones han incluido el cambio de las consultas clínicas a la telemedicina y los espacios al aire libre, el uso de las redes sociales para el apoyo virtual a la adherencia y la entrega a domicilio de pastillas de profilaxis previa a la exposición. La expansión de las pruebas de autodiagnóstico del VIH ha contribuido a mantener la expansión tanto de la profilaxis previa a la exposición como del tratamiento del VIH.
«Tenemos que seguir desarrollando la resiliencia que los servicios para el VIH han demostrado dando prioridad a la prestación de servicios diferenciados centrados en las personas en respuesta a los desafíos planteados por la COVID-19», afirmó Adeeba Kamarulzaman, presidenta de la Sociedad Internacional del Sida.
La consulta preveía un futuro en el que la respuesta a la COVID-19 pasara de una fase aguda durante la pandemia a un programa de control más sostenido, similar a las respuestas al VIH, la tuberculosis y otras enfermedades infecciosas.
Los participantes estuvieron de acuerdo en que, incluso en el mejor de los casos, será importante aprovechar las adaptaciones de emergencia estableciendo un entorno más propicio para las poblaciones que actualmente tienen dificultades para acceder a los servicios, y garantizar que los programas para el VIH puedan recuperarse por completo de los impactos de la COVID-19 y alcanzar el objetivo mundial de poner fin a la pandemia de sida para 2030.
«Quizás uno de los pilares de la pandemia de la COVID-19 es cómo desencadenó la innovación e inspiró su rápida adopción por parte de los países y las comunidades. Todo esto no solo tendrá un efecto positivo y duradero en la respuesta al VIH, sino que también ofrecerá modelos para que otros se adapten a la hora de hacer frente a otros desafíos sanitarios», afirmó Wafaa El-Sadr, fundadora y directora de ICAP.
La consulta, celebrada los días 1 y 2 de febrero, fue organizada conjuntamente por ONUSIDA, la OMS, el Fondo Mundial, PEPFAR, la Sociedad Internacional del Sida e ICAP en la Universidad de Columbia.


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Un nuevo informe destaca el papel fundamental de las organizaciones lideradas por la comunidad en la respuesta y preparación ante la pandemia
28 Enero 2022
28 Enero 2022 28 Enero 2022En un nuevo informe de ONUSIDA, Holding the line: communities as first responds to COVID-19 and Emerging health threats (Sin soltar las riendas: las comunidades como primera respuesta ante la COVID-19 y otras amenazas sanitarias emergentes), las organizaciones lideradas por y para las personas que viven con el VIH y los grupos de población clave detallan sus enormes esfuerzos para responder a las pandemias colindantes de la COVID-19 y el VIH. De acuerdo con datos cualitativos extraídos de encuestas que abarcan a 225 organizaciones de 72 países lideradas por la comunidad, el informe ofrece una instantánea del trabajo que han desarrollado las organizaciones durante principios de 2020 para mantener la respuesta al VIH y, al mismo tiempo, apoyar a sus comunidades durante la pandemia de la COVID-19. El informe destaca también las acciones de alta prioridad que se necesitan urgentemente para garantizar la continuidad de los servicios relacionados con el VIH, así como la sostenibilidad de las organizaciones lideradas por la comunidad que los proporcionan.
Según los miembros de la comunidad, dicho informe cuenta la historia del ingenio tan extraordinario de las organizaciones lideradas por la comunidad para movilizarse cuándo y dónde los Gobiernos eran incapaces de hacerlo. Sus testimonios demuestran que las organizaciones dirigidas por y para las personas que viven con el VIH y los grupos de población clave, incluidas las mujeres y los jóvenes, han aprovechado sus profundos conocimientos sobre el VIH para forjarse una mayor experiencia en pandemias. Ante las interrupciones de los servicios, la escasez de productos sanitarios, los toques de queda y las graves brechas de financiación, las organizaciones se adaptaron rápidamente para continuar prestando servicios relacionados con el VIH.
Las organizaciones lideradas por la comunidad informaron de que cada vez se involucraban más en la distribución de medicamentos antirretrovirales y kits de autodiagnóstico, negociando con funcionarios gubernamentales para asegurar que los medicamentos fueran accesibles y los entregaran personalmente a los beneficiarios. Muchas organizaciones también informaron de que sus servicios pasaron a ser en línea y de que, además, recurrieron al contacto telefónico y por correo electrónico para prestar asesoramiento y hacer un seguimiento del estado de salud. Asimismo, en situaciones urgentes incluso realizaron visitas domiciliarias. El apoyo material, incluidos los envases de alimentos y suplementos de ingresos, se movilizaron y distribuyeron entre los más necesitados.
Las organizaciones también se comprometieron a prestar servicios relacionados con la COVID-19. Empezaron a llegar a los miembros de la comunidad y al público en general para concienciar sobre la COVID-19 y compartir información sobre cómo las personas podían protegerse. Detectaron y respondieron a los crecientes niveles de violencia de género, brindando asistencia y apoyo a los supervivientes. También distribuyeron mascarillas, jabón y desinfectante de manos, y construyeron instalaciones para lavarse las manos. Cuando el coste y la disponibilidad de mascarillas y jabón se convirtieron en un problema, muchas organizaciones lideradas por la comunidad informaron de la búsqueda de formas innovadoras de producir estos artículos por sí mismas.
Sin embargo, a la mayoría de estas organizaciones le asustaba la posibilidad de que su ausencia, especialmente en los procesos de planificación y toma de decisiones, resultara en el fracaso de las respuestas nacionales a la COVID-19 para abordar las necesidades de sus comunidades. Además, una y otra vez expresaron su profunda preocupación por el impacto económico de los confinamientos y las restricciones de viaje de sus beneficiarios. También destacaron las continuas dificultades a la hora de conseguir equipos de protección personal y autorizaciones de viaje en transporte público o vehículos privados para su personal.
Las organizaciones confesaron que tuvieron que soportar cargas extremadamente pesadas con poco apoyo externo. Las intensas brechas de financiación dejaron al personal de estas organizaciones agotado y trabajando por las noches y durante los fines de semana para recaudar fondos, normalmente sin éxito. Algunas incluso recurrieron a sus propios salarios personales y ahorros para ayudar a sus comunidades.
Las organizaciones lideradas por la comunidad están en el corazón de una respuesta de salud pública centrada en las personas y basada en los derechos humanos. ONUSIDA no deja de instar a apoyar y financiar las infraestructuras lideradas por la comunidad, haciendo hincapié en que las comunidades necesitan urgentemente el espacio y los recursos para liderar.
«Las organizaciones lideradas por la comunidad son las que nos han guiado a lo largo de dos pandemias, la primera, la pandemia de sida, y ahora, la de la COVID-19», insistió Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA. «Su papel central y crucial en la prestación de servicios en el corazón de las comunidades, y sus esfuerzos por llegar a las personas más vulnerables deben ser reconocidos y valorados. Por eso, juntos, debemos hacer más para apoyarlas económicamente, implicarlas de manera significativa en los procesos de toma de decisiones y asegurarnos de que dispongan de todos los recursos que necesitan para que puedan continuar su trabajo en la respuesta al VIH y la COVID-19 y estar preparadas para futuras pandemias».
Los lugares en los que los sistemas de salud pública han involucrado a las redes y organizaciones lideradas por la comunidad y han capacitado a los más afectados por las pandemias han cosechado más éxito a la hora de contrarrestar la desinformación, garantizar la continuidad de los servicios sanitarios y proteger los derechos y medios de subsistencia de los más vulnerables. Y en eso precisamente consiste el situar a las personas en el centro de las respuestas a la pandemia.
Con el fin de garantizar la sostenibilidad de una respuesta al VIH liderada por la comunidad, el informe llama a adoptar cinco medidas urgentes:
- Las organizaciones lideradas por la comunidad deben estar totalmente incluidas e integradas en las respuestas nacionales a las pandemias, incluidas las continuas respuestas a la COVID-19. Esto no puede limitarse a la consulta y debe tener lugar al nivel de desarrollo de políticas, planificación, diseño y evaluación de intervenciones.
- Debe movilizarse financiación de emergencia a corto plazo y ponerse a disposición de las organizaciones lideradas por la comunidad.
- Se debe establecer una base de financiación estable a largo plazo que permita a las organizaciones lideradas por la comunidad funcionar de forma eficaz.
- La base de información sobre el trabajo de las organizaciones lideradas por la comunidad debe ampliarse y profundizarse mediante la documentación sistemática, la identificación de buenas prácticas y el intercambio de información.
- Debemos garantizar la continuidad de los servicios relacionados con el VIH, entre los que se incluyen la ampliación de la financiación a las organizaciones lideradas por la comunidad y el establecimiento de acuerdos de colaboración entre las organizaciones lideradas por la comunidad y las instalaciones médicas para garantizar la sostenibilidad de la respuesta al VIH durante la COVID-19 y otras futuras pandemias.




Feature Story
El amor y los preservativos: emisión sobre la importancia de los preservativos en Europa Oriental y Asia Central
05 Enero 2022
05 Enero 2022 05 Enero 2022En la víspera del Día Mundial del Sida, la red de medios sociales en idioma ruso OK.RU organizó una emisión en directo, Telling the Truth (en español, Diciendo la verdad), como parte de un proyecto educativo que llevan a cabo ONUSIDA y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura desde 2015. El evento se realizó en colaboración con una revista popular, Domashniy Ochag, y estuvo dedicado al uso de preservativos y su relación con la epidemia del VIH en Europa Oriental y Asia Central.
Durante la transmisión, que fue vista por más de un millón de personas, expertos y celebridades analizaron los mitos, conceptos erróneos, dificultades y temores más comunes relacionados con el uso del preservativo.
Antes de la emisión, se realizó una encuesta en línea a 1 050 personas de entre 18 y 60 años sobre lo que piensan los internautas rusos acerca de la protección contra las infecciones de transmisión sexual y lo que consideran que son las relaciones sexuales seguras. El estudio reveló que el 87 % de los encuestados había mantenido relaciones sexuales sin preservativo, y que los entrevistados de mayor edad presentaban mayores tasas de relaciones sexuales sin preservativo.
"El VIH ya ha llegado a la población general de esta región. En los últimos años, casi el 70 % de las nuevas infecciones están relacionadas con las relaciones heterosexuales. Entre las personas de riesgo se encuentran las mujeres solteras de más de 35 años y los hombres y mujeres que ya no se preocupan por la anticoncepción y, por tanto, no utilizan preservativo", afirma Natalya Ladnaya, Investigadora Principal del Instituto central de investigación sobre epidemiología, Rospotrebnadzor.
Entre las razones para mantener relaciones sexuales sin protección, los encuestados mencionaron con mayor frecuencia la "incomodidad de hablarlo con la pareja", señalada por el 41 % de ellos. Asimismo, otros motivos son la "confianza en la pareja" (35 %), la "incomodidad durante el coito" (20 %), el "miedo a estropear el romance" (31 %) y el "miedo a ser malinterpretado por la pareja" (19 %).
En la emisión apareció Masha Godlevskaya, que lleva 22 años viviendo con el VIH. Trabaja como consultora para la Asociación EVA, que proporciona servicios relacionados con el VIH. Explicó que muchas mujeres que acuden a la asociación para una consulta se avergüenzan de llevar preservativos por el estereotipo de que disponer de ellos significa que están disponibles y preparadas para el sexo.
"Tanto las mujeres como los hombres son víctimas de esta historia", dijo Godlevskaya. "Si un hombre insiste en tener relaciones sexuales sin preservativo, la mujer debe estar preparada para decir: "No quiero. No pretendo ofenderte, pero nada de sexo sin preservativo."
"Ayudamos a las mujeres a creer en sí mismas, a trabajar con un psicólogo, a luchar contra sus maltratadores, a construir nuevas relaciones en las que puedan hablar de todo con franqueza. Quiero que puedan defender sus cuerpos, sus derechos, y tomen las riendas de sus propias vidas", añadió.
Vera Brezhneva, embajadora de buena voluntad de ONUSIDA para Europa Oriental y Asia Central, señaló que muchas mujeres vulnerables al VIH nacieron en la época de la Unión Soviética, cuando no se promovían las relaciones sexuales seguras. "No sabía nada del VIH. En aquella época, la mayoría de nosotras sólo tenía miedo al embarazo. Creíamos en el amor como si este te protegiera de todo. No nos dijeron que el preservativo no es una protección contra los hombres o las mujeres, sino contra las infecciones".
Godlevskaya compartió su historia de cómo se infectó con el VIH. "Tenía 16 años. Él fue mi primer amor, y, como me pareció entonces, el último. Era una relación seria, había confianza y no sabíamos nada de la necesidad de usar preservativo".
Marina Travkova, psicóloga familiar y terapeuta sexual, señaló que los adolescentes son vulnerables al VIH y a otras infecciones de transmisión sexual. "Necesitan ayuda. No hay ningún lugar donde obtener información fiable. Estoy a favor de la educación sexual obligatoria en el instituto y de que haya preservativos en los aseos de los colegios. Siempre se lo recuerdo a mis hijos antes de salir: cartera, teléfono, cerebro, preservativo", dijo.
Para una gran parte de la población, especialmente los jóvenes, el coste de los preservativos es demasiado elevado, señaló Ladnaya. "Estamos debatiendo estas cuestiones con los socios, y esperamos que haya programas gubernamentales de apoyo a la producción de preservativos. Hay organizaciones no gubernamentales que los ofrece de forma gratuita, pero creo que deberían estar disponibles en cada paso", dijo.
Al hablar de la idea de que el sexo con preservativo es peor que sin él, la razón por la que la gente no suele utilizarlo, los ponentes señalaron que la comodidad podría estar relacionada con la calidad y el tamaño del preservativo, así como con un conocimiento insuficiente de cómo utilizarlo correctamente, así como el lubricante.
Grisha Tumanov, periodista y blogger y autor del podcast Man, Where Are You Going?(en español, ¿A dónde vas?), comentó la pregunta de un espectador: "¿Es necesario el preservativo si se trata de amor, que presupone la confianza mutua?" Señaló que "no tenemos costumbre de hablar de temas delicados, de lo que se espera de las relaciones, incluidas las sexuales. Y el amor no exime de responsabilidad. Esto no ocurre en la edad adulta. Sois responsables los unos de los otros".
Nuestra acción
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Nuevos indicadores añadidos al Atlas de Grupos de Población Clave
06 Enero 2022
06 Enero 2022 06 Enero 2022El Atlas de Grupos de Población Clave de ONUSIDA es una herramienta online que ofrece una serie de datos sobre las personas seropositivas y sobre los miembros de los grupos de población clave de todo el mundo: trabajadores sexuales, hombres homosexuales y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, personas que se inyectan drogas y reclusos.
Gracias a la integración de 11 nuevos indicadores de los proyectos EMIS y LAMIS, se ha ampliado la información sobre hombres homosexuales y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres. Bajo la financiación de la Comisión Europea, EMIS-2017 recopiló datos sobre este grupo entre octubre de 2017 y enero de 2018. LAMIS es la versión latinoamericana del proyecto EMIS y finalizó en mayo de 2018 la recogida de datos en 18 países más.
Los 11 nuevos indicadores que aparecen en el Atlas fueron seleccionados por su gran relevancia para las comunidades y son los siguientes: sífilis, sífilis sintomática, gonorrea, gonorrea sintomática, clamidia, clamidia sintomática, pruebas de infecciones de transmisión sexual, compartir con la pareja sexual la infección por sífilis, compartir la infección de gonorrea y la vacunación de la hepatitis A y B.
Los recursos de base comunitaria y liderados por ella misma son esenciales para hacer frente a las desigualdades que emergen de las pandemias del sida y de la COVID.19, así como para asegurar la continuidad de los servicios de salud y para proteger los derechos y los medios de subsistencias de los más vulnerables. Los descubrimientos de ambos proyectos tendrán gran importancia para informar a los organizaciones de la sociedad civil que trabajan en la salud sexual, en la prevención del VIH y los derechos de las minorías sexuales. Asimismo, los responsables políticos, los planificadores de la prevención no comunitaria, los epidemiólogos y los creadores de modelos también se beneficiarán de estos datos.
“Para no dejar a nadie atrás, necesitamos una recogida de datos centrada en las personas que ponga de manifiesto las dificultades que impiden el acceso a los servicios. Es fundamental saber quiénes son los más afectados y los que no pueden acudir a los sistemas de atención médica. Esto permitirá a la Comisión Europea, a los Estados miembros de la Unión Europea, a la sociedad civil y a las organizaciones de la comunidad abordar las necesidades específicas de los hombres homosexuales y otros hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres”, manifestó Jantine Jacobi, la representante de ONUSIDA ante la Unión Europea.
La sociedad civil y las organizaciones basadas en la comunidad, especialmente las lideradas por grupos de población clave, pueden complementar las respuestas tradicionales de los sistemas de salud ante la pandemia. Sin embargo deben ser tratadas como socios de pleno derecho con el apoyo técnico y financiero necesario para hacerlo con eficacia: ser involucrados en el gobierno, el diseño, la planificación y el presupuesto de las respuestas ante la pandemia.
Los hallazgos de los nuevos indicadores ayudarán a potenciar el papel desempeñado por las asociaciones y las comunidades en cada país y serán la base para la toma de decisiones y la planificación de las políticas. Por ejemplo, en Irlanda, el Informe Nacional EMIS-2017 señala que “el número de pruebas del VIH y de infecciones de transmisión sexual ha aumentado en comparación con las encuestas anteriores. Esto se debe en cierta medida a las buenas actuaciones de las partes interesadas y la comunidad de HSH, hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres, en respuesta a los resultados previamente obtenidos. Algunas de estas intervenciones positivas relacionadas con las pruebas del VIH también pueden atribuirse a la mayor disponibilidad de las pruebas comunitarias”.
Nuestra acción


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Co-creación de una nueva iniciativa mundial para poner fin a la epidemia de sida entre los niños, los adolescentes y sus madres
10 Diciembre 2021
10 Diciembre 2021 10 Diciembre 2021El Programa Conjunto de ONUSIDA y sus socios lanzaron conjuntamente un proceso de consulta mundial para crear una nueva iniciativa para eliminar la transmisión vertical (de madre a hijo) del VIH y poner fin a la epidemia de sida entre los niños en la Conferencia Internacional sobre el Sida y las ITS en África de 2021, celebrada en Durban (Sudáfrica).
Iniciativas anteriores de la asociación mundial, como Start Free, Stay Free, AIDS Free, aumentaron la cobertura del tratamiento del VIH para mujeres embarazadas que viven con el VIH de un 45 % en 2010 a un 85 % en 2020 y redujeron las nuevas infecciones por el VIH entre los niños en un 54 % durante el mismo período. A pesar del éxito, niños, adolescentes y madres se han visto afectados de forma desproporcionada por el VIH y se han quedado atrás en la respuesta mundial ante el sida.
En 2020, hubo 150 000 nuevas infecciones por el VIH en niños, muchas de ellas a raíz de la falta de acceso de jóvenes adolescentes y mujeres a los servicios de pruebas de detección, prevención y tratamiento del VIH que necesitan durante el embarazo y la lactancia. Una de las desigualdades más evidentes es nuestra incapacidad para satisfacer las necesidades de los niños que viven con el VIH. Si bien un 85 % de las mujeres embarazadas que viven con el VIH recibieron tratamiento contra el VIH, la cifra en los niños fue de solo un 54 % de los niños en 2020. Solo el 40 % de los niños logró suprimir su carga viral, en comparación con el 67 % de los adultos. Un 46 % de los 1,7 millones de niños con el VIH no se encuentra en un tratamiento que podría salvarles la vida, y un 60 % de ellos tiene entre cinco y 14 años.
La sesión se abrió con dos voces de peso procedentes de comunidades afectadas. Dudu Dlamini, de la asociación Sex Worker Education and Action Trust Sudáfrica, destacó los obstáculos, el estigma y la discriminación a los que las madres que viven con el VIH y pertenecientes a grupos de población clave tienen que hacer frente. Miriam Hisasha, de la Red Ugandesa de Jóvenes que viven con el VIH/sida (UNYPA), es una madre joven que vive con el VIH y percibió cómo las mujeres jóvenes no siempre tienen el poder o los conocimientos para tomar buenas decisiones.
Meg Doherty, de la Organización Mundial de la Salud, explicó la necesidad de actuar urgentemente a nivel comunitario, nacional, regional y mundial. Sra. Doherty subrayó qué debe cambiarse por parte de una nueva iniciativa mundial para lograr el cambio para los niños, los adolescentes y las madres que viven o se encuentran afectados por el VIH.
Se puso en marcha el proceso de consulta global, que incluye una encuesta online. Se animó a participar a todos los socios y las partes interesadas en la encuesta, que estará abierta hasta al 20 de diciembre.
Funcionarios de los departamentos de salud nacionales y provinciales de Nigeria y Sudáfrica presentaron sus éxitos y necesidades de apoyo para lograr mejores servicios para eliminar la transmisión vertical y poner fin a la epidemia de sida entre los niños.
Una gran parte de los participantes en la conferencia, así como socios técnicos y de ejecución, declararó su apoyo a la nueva iniciativa durante las sesiones de debate.
La Directora Ejecutiva adjunta de Programa de ONUSIDA, Shannon Hader, cerró la sesión enfatizando en cómo la nueva iniciativa debería poner a los niños, los adolescentes y las madres en el foco de atención, no solo como meros destinatarios, sino como líderes de la respuesta al VIH. El liderazgo a gran escala será esencial para construir el compromiso político, crear y compartir las innovaciones y para establecer responsabilidad común. El fortalecimiento de la acción comunitaria y de base aumentará el impacto y apoyará a los trabajadores en la primera línea de la pandemia. Una mejor recopilación y uso de los datos permitirá dirigir la acción. Los derechos humanos y los facilitadores sociales se deben abordar de manera significativa para lograr un impacto exhaustivo. Se debe priorizar el acceso igualitario a tecnologías sanitarias innovadoras para niños y mujeres embarazadas y en lactancia. Es momento de actuar para poner fin a la epidemia de sida en niños, adolescentes y madres.
Quotes
"El progreso para poner fin a la epidemia de sida en niños y madres se ha estancado a raíz de las desigualdades y disparidades arraigadas, pero las soluciones están ahí. Es necesario compartir y difundir las experiencias de las estrategias transformadoras y las "oleadas" de programas innovadores que involucren a comunidades y ofrezcan resultados rápidos, para que los países puedan llegar a todas las mujeres y niños que lo necesiten. Ha llegado el momento de trabajar juntos y co-crear una nueva coalición innovativa que impulse y apoye la acción urgente de las comunidades y los países para y con los niños, los adolescentes y las mujeres”.
“Se sigue dejando de lado a los niños en los esfuerzos de innovación en la prevención, pruebas de detección y tratamiento del VIH. Además, las carencias a la hora de facilitar los servicios de prevención y tratamiento del VIH a adolescentes y mujeres embarazadas y en periodo de lactancia persisten. El PEPFAR se compromete a formar parte de una coalición para poner fin urgentemente a la epidemia de sida en niños y madres”.
“Como jóvenes adolescentes, tenemos que hacer frente a retos que dificultan nuestra protección al VIH y a los embarazos precoces. En ocasiones, no disponemos del poder o los conocimientos para tomar las decisiones correctas”.
“Si bien es cierto que se ha hecho un gran avance al reducir las nuevas infecciones por el VIH en niños, sigueron siendo 150 000 los infantes que nacieron con el VIH en 2020. Esto es inaceptable, porque todas y cada una de estas infecciones se pueden evitar. La prolongada pandemia de COVID-19 ha fortalecido las desigualdades que llevan a más infecciones entre los más jóvenes. Se tiene que hacer mucho más para ampliar los servicios relacionados con el VIH prenatales y posnatales para mujeres y sus hijos, en particular en los grupos de poblaciones vulnerables de África Occidental y Central. No se están detectando muchas infecciones pediátricas debido a la limitada ampliación de las tecnologías en los centros de atención para el diagnóstico precoz en bebés y el rápido inicio del tratamiento de los infectados. No estamos logrando evitar nuevas infecciones a causa de los escasos avances en la integración de los sistemas de servicios que protegen a las madres, especialmente a las jóvenes, y a los bebés durante todo el periodo de lactancia. El Fondo Mundial se ha comprometido a trabajar con la comunidad mundial para hacer frente a estos desafíos y alcanzar nuestro objetivo común de eliminar estas infecciones evitables por el VIH en los niños”.