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Abordar las desigualdades para garantizar la salud y los derechos de todos

12 de diciembre de 2021

 

Declaración de Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA, con motivo del Día de la Cobertura Universal de Salud

12 de diciembre de 2021
Winnie Byanyima
Directora Ejecutiva de ONUSIDA
Secretaria General Adjunta de las Naciones Unidas

Mientras conmemoramos el Día de la Cobertura Universal de Salud en 2021, el mundo se adentra en el tercer año de la pandemia de COVID-19, que nos ha recordado que nadie está a salvo hasta que todo el mundo lo esté. Además, demuestra como las pandemias exponen las desigualdades entre personas, países y comunidades.

La cobertura universal de salud significa que todas las personas y comunidades pueden acceder a los servicios de salud que necesitan sin tener que pasar por dificultades económicas. Sin embargo, dado que al menos la mitad de la población mundial carecía de acceso a los servicios de salud esenciales incluso antes de la pandemia de COVID-19, aún queda mucho trabajo por hacer.

Debemos centrarnos urgentemente en tres cuestiones:

  • En primer lugar, abordar las desigualdades que nos impiden alcanzar la cobertura universal de salud y acabar con el sida.
    • Necesitamos sistemas de datos centrados en las personas que pongan de manifiesto las desigualdades y den prioridad al esfuerzo por resolverlas.
    • Debemos poner los derechos humanos en el foco de atención. La declaración política de la Reunión de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre la Cobertura Universal de Salud en 2019 pidió a los países que "lleguen primero a los más desfavorecidos".
  • En segundo lugar, reforzar el apoyo a las respuestas basadas en la comunidad y dirigidas por ella.
    • Cuatro décadas de respuesta al sida han demostrado que este respaldo es un pilar fundamental para la efectividad de las respuestas a la pandemia.
    • La participación comunitaria debe ser parte integral de los sistemas de salud.
  • En tercer lugar, impulsar la inversión en salud, una financiación sostenible e innovadora y umbrales ambiciosos para los compromisos financieros.
    • La Declaración de Abuja, firmada por los gobiernos africanos, para destinar el 15 % de los ingresos a la sanidad, es un ejemplo de ello.
    • Para lograr la cobertura universal de salud y el control de la pandemia, necesitamos un cambio de paradigma respecto a la financiación de la salud mundial e inversiones en respuestas lideradas por la comunidad, basadas en los derechos humanos, centradas en las personas y respuestas transformadoras de género.

Con motivo del Día de la Cobertura Universal de Salud, pido apoyo y medidas urgentes para garantizar la salud y los derechos para todos.

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

40 años de la respuesta al sida

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El compromiso de la sociedad civil con la cobertura sanitaria universal

26 de junio de 2019

Lograr la cobertura sanitaria universal en un país supone un objetivo ambicioso, pero transformador. Las comunidades son fundamentales para la respuesta al sida y lo serán también para la exitosa implementación de la cobertura sanitaria universal. Cuando los Gobiernos nacionales constituyen un comité para coordinar la universalización de la atención sanitaria, se torna fundamental garantizar la participación de todas las comunidades importantes. La sociedad civil, incluidas las personas que viven con el VIH, debe estar involucrada en la toma de decisiones. Si la sociedad civil no se compromete pronto con el desarrollo de iniciativas para la cobertura sanitaria universal, las decisiones respecto de los servicios de salud se tomarán sin tener en cuenta la voz de las personas más afectadas por esas decisiones. El gráfico que vemos a continuación recoge cuatro formas en las que las comunidades contribuyen al diseño y la puesta en marcha de la cobertura sanitaria universal. 

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Respuestas comunitarias

Movilizar la ambición mundial de acabar con la epidemia de sida tras un decenio de progresos

03 de junio de 2019

 

NUEVA YORK/GINEBRA, 3 de junio de 2019—Un nuevo informe elaborado por la Secretaría General de las Naciones Unidas, Movilizar la ambición mundial de acabar con la epidemia de sida tras un decenio de progresos, se ha presentado a los Estados miembros de las Naciones Unidas durante la sesión número 73 de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Los Estados miembros se reunieron en la sede de las Naciones Unidas de Nueva York, en los Estados Unidos de América, para analizar los avances conseguidos hasta la fecha y compartir sus propios logros y futuros desafíos.

«Un mundo sin sida era casi inimaginable cuando la Asamblea General celebró su primera sesión extraordinaria sobre la epidemia hace 18 años», señalaba en el informe António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas. «Desde entonces, la determinación mundial de derrotar a una de las mayores crisis sanitarias de la historia ha producido un progreso notable... y...   ha inspirado un compromiso en el marco del Programa de Desarrollo Sostenible de 2030 para poner fin a la epidemia de sida para 2030».

El informe del Secretario General muestra que aquellos resultados que tiempo atrás se tacharon de imposibles para países de ingresos bajos hoy se han alcanzado tras diez años de avances en la respuesta al VIH. Entre 2008 y 2017 se han reducido en un 43 % las muertes relacionadas con el sida, ha habido un descenso de un 45 % en el número de nuevas infecciones por VIH entre niños y las nuevas infecciones por VIH entre adultos en todo el mundo también han disminuido un 19 %. Asimismo, también hubo un aumento de 5,5 veces en el número de personas que viven con el VIH que tuvieron acceso a tratamiento. Durante el periodo señalado, 21,7 millones de los 36,9 millones de personas que viven con el VIH recibieron su terapia antirretrovírica en 2017.

Como señalaba María Fernanda Espinosa, presidenta de la Asamblea General de las Naciones Unidas, «los enormes logros alcanzados en la respuesta al VIH/sida en las últimas décadas, bajo el firme liderazgo de ONUSIDA, es uno de los mejores ejemplos del multilateralismo en acción». «Sin duda, es una muestra de lo que podemos conseguir cuando actuamos juntos en torno a una causa común».

El informe muestra que el mayor progreso se observa en las regiones del este y sur de África, donde las muertes relacionadas con el sida se redujeron un 53 % y las nuevas infecciones por VIH en adultos y niños descendieron un 36 %. La epidemia que acababa con la muerte de más de un millón de personas al año en aquella región, ahora se cobra menos de 400 000 vidas anualmente.

En otras regiones del mundo, entre las que se incluyen América Latina, el Caribe, Asia y el Pacífico, Europa occidental y central y América del Norte, el aumento del acceso a las pruebas del VIH y los tratamientos hizo posible reducir de manera significativa las muertes relacionadas con el VIH durante la pasada década. Muchas de esas regiones también han experimentado un descenso en el número de nuevas infecciones por VIH.

Europa del Este y Asia central han constituido excepciones notables, pues han experimentado un aumento de un 30 % en el número de nuevas infecciones por VIH desde 2010, y se estima que en este tiempo 960 000 personas han contraído el virus. Lo mismo sucede en Oriente Medio y África del Norte, donde, en el mismo periodo, las muertes por enfermedades relacionadas con el sida se incrementaron en un 11 % y se calculan 140 000 casos de nuevas infecciones.

El informe señala que los servicios orientados a los grupos de población clave en esas regiones son pocos y están alejados unos de otros, y que los duros castigos por mantener relaciones sexuales con personas del mismo sexo, el consumo de drogas y el trabajo sexual en esas regiones y en cualquier otro lugar no suponen sino enormes barreras a los pocos servicios que están disponibles.

En África central y occidental, la insuficiente financiación nacional, los precarios sistemas de salud, las tasas formales e informales que han de pagar los usuarios por la atención sanitaria, las situaciones humanitarias y los elevados niveles de estigma y discriminación continúan minando los esfuerzos por ampliar el acceso a las pruebas del VIH y el tratamiento.

Aún nos encontramos con muchos desafíos, entre ellos, las normas de género dañinas y el estigma y la discriminación a los que se enfrentan las personas que viven con el VIH. Las normas y las políticas de muchos países impiden el acceso a los servicios sanitarios y a los relacionados con el VIH a la gente joven, las mujeres y las poblaciones clave (hombres homosexuales y varones que mantienen relaciones sexuales con otros varones, trabajadores sexuales, consumidores de drogas inyectables, prisioneros y otras personas encarceladas), las poblaciones indígenas y las personas migrantes y refugiadas.

La financiación para la respuesta al sida en países de bajos y medianos ingresos en todo el mundo ha permanecido estable en la mayor parte de los últimos cinco años. En 2017, las donaciones y las inversiones nacionales en los países de bajos y medianos ingresos supusieron un total de 20,6 mil millones de dólares americanos, aproximadamente un 80 % del objetivo para 2020.

«Como deja muy claro el informe del Secretario General, para proteger los logros que hemos alcanzado y para enfrentar los desafíos que se interponen en el camino de nuestra promesa de acabar con el sida para 2030, debemos reafirmar nuestra resolución, fortalecer nuestras alianzas y decir no a la complacencia», apuntaba Gunilla Carlsson, directora ejecutiva de ONUSIDA. «Comencemos con un reabastecimiento exitoso que resulte en un Fondo mundial para la lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria completamente financiado que permita, junto con todos sus socios, incluido ONUSIDA, continuar brindando a las comunidades y los pueblos que más lo necesitan un apoyo basado en la evidencia y centrado en la persona y en los derechos humanos».

El informe nos anima a aprovechar la oportunidad de este impulso creciente para conseguir la cobertura sanitaria universal, de modo que nadie quede excluido. La colaboración entre los sistemas de salud y los grupos de la comunidad ha demostrado reducir el estigma y la discriminación y contribuir a acercar los servicios a quienes más los necesitan. En este contexto, el informe recomienda encarecidamente fortalecer el papel clave que los grupos de la comunidad desempeñan en la respuesta al sida.

En su informe, el Secretario General de las Naciones Unidas insta a los Estados miembros a adoptar las siguientes recomendaciones con el fin de impulsar la voluntad política, acelerar la acción y generar el marco necesario para alcanzar los objetivos para 2020, recogidos por la Asamblea General de las Naciones Unidas en la Declaración política de las Naciones Unidas, para poner fin al sida de 2016. Estas recomendaciones son: a) revitalizar la prevención primaria del VIH; b) diversificar las pruebas del VIH y distinguir la prestación de la atención sanitaria para alcanzar los objetivos de 90-90-90; c) establecer entornos legales y políticos  que posibiliten llegar a las poblaciones marginadas y vulnerables; d) movilizar recursos adicionales y situarlos donde más se necesitan; e) apoyar a las comunidades para ayudarlas a que desempeñen el papel fundamental que les corresponde y f) incorporar una respuesta integral al sida en la cobertura sanitaria universal.

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“Sé parte del cambio”: hacer oír la voz de los trabajadores sexuales masculinos de Malaui

27 de mayo de 2019

“Si quiero que haya cambios, tengo que formar parte del cambio”, se pronunciaba Aniz Mitha, director ejecutivo de Community Health Rights Advocacy (CHeRA), una organización que trabaja con trabajadores sexuales masculinos en Malaui. Cuando el Sr. Mitha habla de cambios, lo hace con la autoridad sosegada e inquebrantable de quien sabe muy bien de lo que está hablando.

Procede de una familia musulmana conservadora de Malaui, y aún era muy joven cuando sus padres descubrieron que era gay y le echaron de casa. Sin ningún sitio al que poder acudir ni medios para mantenerse, huyó a Johannesburgo, en Sudáfrica, donde pasó varios años como trabajador sexual. “Para mí solo se trataba de sobrevivir, no estaba pensando en mi salud”, afirma.

Cuando enfermó, se realizó una prueba del VIH, que le reveló que vivía con el VIH. Al ser un inmigrante ilegal, no podía acceder a los servicios de atención sanitaria de Sudáfrica. Regresó a Malaui, donde inició el tratamiento del VIH y puso en marcha CHeRA. “Pensé, ‘¿Cómo puedo contribuir a que otros no pasen por la misma experiencia que yo?’”, explica.

CHeRA conciencia y desarrolla la capacidad de los trabajadores sexuales masculinos en relación con la prevención y el tratamiento del VIH, la salud y los derechos sexuales y reproductivos, el empoderamiento económico, el apoyo psicosocial y el acceso a la justicia. Gracias a un acuerdo de financiación con ONUSIDA, recientemente ha llegado a más de 250 trabajadores sexuales masculinos de tres distritos prioritarios de Malaui, ha distribuido más de 30 000 preservativos y lubricante y ha facilitado que seis trabajadores sexuales masculinos que viven con el VIH accedan a la asistencia y el tratamiento. En otro programa financiado por el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, la organización formó a 50 educadores inter pares, distribuyó más de 6000 preservativos y lubricante apto para los mismos.

El Sr. Mitha es muy consciente de los numerosos desafíos a los que se enfrentan los trabajadores sexuales masculinos, ya que él mismo ha tenido que afrontarlos. “En Malaui, el trabajo sexual no se considera un trabajo, por lo que no hay leyes que protejan a los trabajadores sexuales. Además, la mayoría de los trabajadores sexuales son hombres gais u hombres que tienen relaciones sexuales con hombres que viven con miedo de que les arresten, ya que en este país la homosexualidad es ilegal”, indicaba.

“El estigma y la discriminación son institucionales”, añadía. “Los trabajadores sexuales masculinos no se consideran una población clave de la respuesta al VIH de Malaui, así que no estamos entre las prioridades de los planes gubernamentales. Por si fuera poco, las actitudes negativas de los profesionales sanitarios obstaculizan la asistencia”.

“Si, por ejemplo, abusan de mí o me golpean y voy a una comisaría”, agrega el Sr. Mitha, “se me harán preguntas como ‘¿Por qué va vestido de esta forma?’ o ‘¿Por qué habla de esa manera?’. Hay un abuso institucionalizado. Nos marginan de tal forma que, incluso en lo tocante a la atención sanitaria, tenemos que ir a hospitales privados, donde tenemos que pagar un dinero que puede que ni siquiera tengamos”.

A día de hoy, CHeRA está registrada como una organización no gubernamental. Aunque comenzó su andadura en 2016, hasta 2017 no contó con reconocimiento oficial, y esto sucedió después de que ONUSIDA desempeñara un papel fundamental en la modificación de las disposiciones de la Ley de Gestión y Control del VIH y el Sida de 2018 de Malaui que criminalizaban o discriminaban a determinados colectivos, como los trabajadores sexuales. Esto sentó las bases para que otras organizaciones de personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersexuales y de trabajadores sexuales también se registraran.

Como les sucede a muchas otras personas que ayudan a los demás, su trabajo se extiende a su vida privada. Sabiendo como sabe lo que se siente al ser repudiado por la familia, el Sr. Mitha acoge a personas que no tienen dónde ir y que pueden quedarse tanto tiempo como necesiten para valerse por sí mismas.

A través de su trabajo y de su vida, ha construido un sólido concepto de sí mismo, de la familia y de la comunidad. “Vivo mi condición de persona que vive con el VIH y de gay de forma pública y, para muchos, soy un ejemplo a seguir. Así ven que puede hacerse. Ahora puedo ver que muchos otros como yo se abren y viven sin ocultar su homosexualidad ni su estado serológico”, afirma.

Al Sr. Mitha le gustaría que CHeRA se convirtiera en una organización que defienda con firmeza el acceso equitativo a la atención sanitaria para los trabajadores sexuales masculinos.

“Necesitamos más apoyo financiero para ampliar el trabajo que hacemos”, explicaba. “Facilitamos el acceso a la información y los servicios de prevención del VIH a una población a la que se margina. Es algo que marca un antes y un después. Trabajar en una organización comunitaria implica que lo que afecta a la comunidad también me afecta a mí”, apuntaba.

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Côte d’Ivoire indica su voluntad renovada a la hora de enfrentar el problema sobre las tasas de usuario por los servicios para el VIH

16 de abril de 2019

El gobierno de Côte d’Ivoire ha señalado su compromiso para eliminar las tasas de acceso a los servicios de pruebas y tratamiento del VIH, y declara que aplicará estrictamente las decisiones anunciadas previamente para evitar que las personas que viven con el VIH o que esté afectada tenga que pagar tasas.

Un comunicado del Ministerio de Salud ha recordado a todos los proveedores de servicios que los ciudadanos no debería pagar por el acceso a los servicios de las pruebas del VIH y del tratamiento. La directiva se aplica a todos los servicios para las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, a todos los servicios de pruebas del VIH, a las pruebas para la supresión de la carga vírica y a la prescripción de medicamentos antirretrovíricos para las personas que viven con el VIH.

A su vez, recuerda a los proveedores de servicios que los niños menores de 15 años deberían tener acceso gratuito a los servicios sanitarios y las mujeres jóvenes de entre 15 y 24años, a los servicios de atención primaria, a las pruebas del VIH y a los servicios de planificación familiar.

En muchos países, la cuestión de las tasas de usuario ha sido identificada como una de las mayores barreras a la hora de realizar las pruebas del VIH, de tratar a las personas que viven con el VIH y de mantener el tratamiento y la atención de los mismos. 

El compromiso renovado de Côte d’Ivoire para enfrentar el problema de las tasas de usuario siguió con un debate entre el Presidente de Côte d’Ivoire, Alassane Ouattara, y el anterior Presidente de Botsuana, Festus Mogae, que visitó el país en marzo en calidad de Presidente del grupo Paladines de una Generación Libre de sida en África.

Tras los debates, el gobierno también anunció su intención de aumentar la financiación nacional para la respuesta al sida en 10 millones de dólares estadounidenses en los próximos presupuestos.

Durante su encuentro con el Presidente, Mogae felicitó al señor Ouattara y a la Primera Dama, Dominique Ouattara, por su compromiso personal para acabar con la epidemia de sida como una amenaza para la salud pública en 2030. La señora Ouattara es la Embajadora Especial de ONUSIDA para la Erradicación de la Transmisión Maternoinfantil y para el Fomento del Tratamiento Pediátrico contra el VIH.

Al final de su mandato, Mogae destacó la importancia de acelerar la respuesta a la epidemia. «No podemos ser complacientes y dejar que las grandes mejoras que hemos hecho hasta ahora se pierdan. Si nos detenemos ahora, perderemos todo lo que hemos invertido y conseguido hasta el momento. El país entero debe estar movilizado para garantizar que nadie se quede al margen», afirmó.

En 2017, había 500 000 personas que viven con el VIH en Côte d’Ivoire y solo un 46% de estas tenían acceso al tratamiento. 

África - Conseguir asistencia sanitaria sin comprometer la calidad

08 de marzo de 2019

El entusiasmo por la Asistencia Sanitaria Universal (ASU) en África está creciendo y muchos países africanos ya la han integrado en sus medidas de sanidad nacional. Sin embargo, con 11 millones de africanos relegados cada año a la pobreza extrema debido a los gastos en sanidad, ¿cómo puede lograr África una ASU que ofrezca un paquete de atención sanitaria de calidad para las personas de África?

 

Esto ha suscitado un debate en la capital de Ruanda (Kigali) durante uno de los mayores congresos sobre salud de África que ha tenido lugar esta semana: laConferencia Sanitaria Internacional de 2019.  Durante el evento, copatrocinado por el Ministerio de Sanidad de Ruanda y la Fundación Internacional Africana de Medicina e Investigaciones (AMREF Salud África), 1500 líderes mundiales de la sanidad compartieron nuevas ideas y soluciones nacionales para los apremiantes retos a los que se enfrenta el continente en esta materia.

 

Los participantes debatieron sobre la necesidad de los países de adoptar los principios de la ASU y hacer todo lo que esté en su mano para que funcione. Señalaron que un buen sistema de sanidad permite a los niños aprender y a los adultos contribuir a la sociedad y a la economía. Además, recalcaron que la sanidad puede ayudar a las personas a salir de la pobreza y ofrece una base para la seguridad económica a largo plazo, lo que supone una cuestión esencial para el futuro del continente.

El presidente del país anfitrión, Paul Kagame, recibió el premio de excelencia en reconocimiento por su liderazgo político relacionado con la ASU. Agradeció a AMREF mediante un tweet: «Debemos este progreso a socios como vosotros que han unido sus fuerzas con las nuestras en esta trayectoria para proveer una vida digna y saludable a todos los ruandeses». El Ministro de Sanidad de Etiopía recibió también un premio por su trabajo a la hora de fomentar la atención primaria.

Asegurar que todas las personas tienen acceso a los servicios sanitarios básicos supone un reto, y la clave para el éxito de la ASU será asegurar que la calidad de los servicios es lo suficientemente buena como para mejorar la salud de las personas que acceden a ella.

 

«Necesitamos llevar un seguimiento del  impacto de la ASU», afirmó Michel Sidibé, mientras co-moderaba una reunión ministerial de alto nivel. «La asistencia sanitaria por sí sola no es suficiente, necesitamos  proporcionar unos servicios de calidad, asequibles y accesibles para todos. La medida definitiva para el éxito de la ASU radica en que aquellos que son más pobres y se encuentran más marginados, junto con la población que está en una situación social vulnerable, puedan beneficiarse».

 

Durante la conferencia, Sidibé participó en una reunión con los jóvenes. Se dirigió a ellos para hablarles sobre su compromiso significativo en el proceso de implantar la ASU y afirmó que necesitan «reivindicar su propio espacio». Sidibé también conversó con los grupos de la sociedad civil sobre el destacado progreso realizado para alcanzar los objetivos de tratamiento 90-90-90 de ONUSIDA en África y sobre la necesidad vital de su compromiso continuo con el VIH dentro de la ASU.

 

La primera Reunión de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre la Asistencia Sanitaria Universal tendrá lugar el 23 de septiembre de 2019 durante la Asamblea General de las Naciones Unidas que tendrá como tema «Asistencia Sanitaria Universal: Avanzando Juntos para Construir un Mundo más Saludable».

ONUSIDA insta a adoptar medidas para modificar las leyes discriminatorias a fin de restablecer la dignidad y el respeto, y salvar vidas

01 de marzo de 2019

El Día de la Cero Discriminación, ONUSIDA exhorta a los países a examinar las disposiciones discriminatorias que existen en sus leyes y políticas, así como a realizar cambios positivos para garantizar la igualdad, la inclusión y la protección

GINEBRA, 1 de marzo de 2019.—En 2018, diversos países tomaron decisiones históricas encaminadas a cambiar las leyes y los proyectos de ley discriminatorios. El Tribunal Supremo de la India derogó el artículo 377 del Código Penal, que tipificaba como delito las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo; Filipinas rebajó la edad de consentimiento para someterse a las pruebas voluntarias del VIH sin necesidad de obtener el consentimiento de un progenitor o tutor a 15 años; y Malawi eliminó de un proyecto de ley las disposiciones que criminalizaban la ocultación del estado serológico, la exposición al VIH y la transmisión del virus.

Con motivo del Día de la Cero Discriminación, ONUSIDA recuerda la igualdad de dignidad y valor de todas las personas, tal como se establece en la Declaración Universal de Derechos Humanos, y hace un llamamiento a la acción para cambiar las leyes y prácticas discriminatorias, que constituyen un obstáculo considerable para el acceso a los servicios de salud y a otros servicios.

“Se están produciendo violaciones de los derechos humanos por todo el mundo debido a las leyes y prácticas discriminatorias” afirmó Michel Sidibé, Director Ejecutivo de ONUSIDA. “Las leyes deben proteger, no perjudicar. Todos los países deben examinar detenidamente sus leyes y políticas a fin de garantizar la igualdad y la protección de todas las personas sin excepción”.

La sensibilización, la movilización y la adopción de medidas son fundamentales. El Día de la Cero Discriminación, ONUSIDA propone medidas concretas que las personas, las organizaciones de la sociedad civil, los parlamentarios y las organizaciones donantes pueden adoptar para modificar las leyes discriminatorias. Dichas medidas engloban desde ser un aliado de las personas afectadas por la legislación discriminatoria hasta unirse a una organización no gubernamental, proponer modificaciones a las leyes y exigir exámenes legislativos.

Es posible lograr cambios positivos y existen muchas formas de modificar o abolir una ley, por ejemplo:

  • Reformar o derogar leyes mediante los procesos parlamentarios y los votos de los parlamentarios.
    • Por consiguiente, es primordial fomentar la sensibilización entre los parlamentarios, como se hizo en el examen de las leyes relativas al VIH en Filipinas y los proyectos de ley de Malawi.
  • En muchos países, los tribunales tienen autoridad para derogar las leyes que resultan discriminatorias. Para ello, una persona u organización afectada por dichas leyes puede tomar medidas legales y ganar la causa a fin de lograr el cambio.
    • Un claro ejemplo fue el caso del Tribunal Supremo de la India, que abolió el artículo 377 en 2018.
  • En algunos países, las personas o los políticos pueden proponer reformas legislativas a través de una petición y solicitar un referendo o una votación nacional.
    • Se trata de un método legislativo normalizado en Suiza.

ONUSIDA ha señalado diversas leyes que son discriminatorias, que impiden el acceso a los servicios sociales y de salud, que restringen la libertad de circulación y que violan los derechos humanos.

En 2018:

  • Al menos 20 países imponían algún tipo de restricción para viajar a las personas que viven con el VIH.
  • Aproximadamente 29 países informaron de que las mujeres necesitaban el consentimiento de sus maridos o parejas para acceder a los servicios de salud sexual y reproductiva.
  • Cincuenta y nueve países notificaron que su legislación, sus normativas o sus políticas establecían pruebas obligatorias del VIH para casarse, trabajar u obtener permisos de residencia, o para determinados grupos de personas.
  • Diecisiete países criminalizaban a las personas transgénero.
  • Cuarenta y cinco países contaban con leyes que exigían el consentimiento de los padres a las personas jóvenes y adolescentes menores de 18 años para acceder a los servicios de las pruebas del VIH.
  • Treinta y tres países imponían la pena de muerte para delitos relacionados con las drogas en su legislación.
  • Las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo estaban penalizadas al menos en 67 países y territorios de todo el mundo.

ONUSIDA está trabajando de manera activa con los asociados de las Naciones Unidas, los Gobiernos y las organizaciones de la sociedad civil a fin de cambiar estas leyes, en el marco de la Alianza mundial de acciones tendientes a eliminar todas las formas de estigma y discriminación relacionados con el VIH.

Campaña Día de la Cero Discriminación 2019: Movilízate para cambiar las leyes discriminatorias.

ONUSIDA

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La acción necesaria en la lucha por los derechos humanos

18 de febrero de 2019

«La epidemia del VIH afecta a los derechos humanos y hacen que estos pierdan valor, también generan rechazo, desestabilización y, en ocasiones, su abuso y violación». Con estas palabras, Kate Gilmore, la Alta Comisionada Adjunta de las Naciones Unidas por los Derechos Humanos, abrió la conferencia Consultation on Promoting Human Rights in the HIV Response.

Sin embargo, mientras que se firman compromisos, acuerdos y tratados, la acción es necesaria. Esta fue la petición que se realizó desde la conferencia, que tuvo lugar en Ginebra (Suiza) los días 12 y 13 de febrero, con la que se buscaba compartir estrategias regionales y subregionales, así como alcanzar unas prácticas óptimas .

Durante la conferencia, se expuso que el estigma social y la discriminación, el acceso limitado al sistema judicial y a las leyes punitivas y las políticas y prácticas que se llevan a cabo son barreras para la mayor parte de la población que está en una situación social vulnerable y que intenta tener acceso a un sistema de prevención, pruebas, tratamiento y atención del VIH.

Uno de los temas principales que se trató a lo largo del evento fue el de eliminar las leyes penales perjudiciales y, a su vez, trabajar estrechamente con la población. Para ello, se lanzó una petición a las instituciones nacionales y regionales para que escucharan, actuaran, lideraran, reformaran y financiaran estos proyectos.

Mientras que perduren las barreras tradicionales de los derechos humanos, entre las que se encuentran el estigma social, la discriminación y la criminalización, aparecerán nuevos problemas.  De esta forma, se trataron cuestiones tales como que se incluya en la cobertura sanitaria universal a la población que se halla criminalizada a causa del virus  o la financiación de los programas de los derechos humanos y los grupos de población clave como parte de la transición de los países para tener un nivel de ingresos medio. Un gran número de ponentes, como Michaela Clayton, la Directora de Alianza sobre el Sida y los Derechos de África Meridional (the AIDS and Rights Alliance for Southern Africa), aprobaron un método vertical en ambas direcciones en el que se promueven los derechos humanos. Para llevarlo a cabo, confían en la acción conjunta de los líderes políticos y la población. 

«No es una tarea fácil. Solo podremos conseguir nuestros objetivos si trabajamos en equipo: los gobiernos, la población, los mecanismos de rendición de cuentas, las organizaciones que luchan por los derechos humanos y los profesionales médicos» dijo Tim Martineau, el Director Ejecutivo Adjunto interino de ONUSIDA.

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