La 36ª reunión de la Junta Coordinadora del Programa de ONUSIDA se está celebrando en Ginebra (Suiza) del 30 de junio al 2 de julio.

Durante la sesión de inauguración, el director ejecutivo de ONUSIDA, Michel Sidibé se dirigió a la Junta para ofrecer una actualización de los avances realizados en la respuesta al sida, así como para describir los desafíos y las oportunidades futuras para acelerar un movimiento mundial que ponga fin a la epidemia de sida para 2030.

El Sr. Sidibé dijo que la respuesta al VIH durante los próximos cinco años determinaría lo que ocurrirá en los siguientes 15 años. "Los próximos cinco años ofrecen un momento propicio, aunque frágil, para acelerar nuestra respuesta y poner fin a la epidemia de sida como amenaza para la salud pública para 2030", afirmó.

El segmento temático de la reunión se celebrará el último día y se centrará en el VIH en contextos de emergencia.

La 36ª reunión de la Junta de ONUSIDA está presidida por Zimbabwe y en ella Suiza se encarga de la vicepresidencia y Ucrania actúa como relatora.

El brote del virus del Ébola que recorrió el oeste de África en 2014 demostró al mundo la importancia de contar con una vigilancia epidemiológica y unos sistemas de atención sanitaria sólidos que puedan prevenir o reducir al mínimo el impacto de futuras pandemias. El brote de Ébola devastó a los países más afectados: Guinea, Liberia y Sierra Leona. Desde marzo de 2014 unas 11 160 han muerto de Ébola. Los costes humanos y sociales de la crisis son catastróficos. Además, el Banco Mundial estima que las pérdidas en el PIB para los tres países alcanzan los 2200 millones de dólares en 2015, en gran parte debido al brote de Ébola.

En la conferencia internacional "Amenazas comunes - acciones conjuntas: La respuesta de los BRICS a las enfermedades infecciosas peligrosas", celebrada en Moscú los días 24 y 25 de junio de 2015, los expertos debatieron, entre otras cosas, la manera de gestionar los brotes de enfermedades infecciosas emergentes, como el Ébola y el síndrome respiratorio de Oriente Medio.

Desde 2011 los ministros de sanidad del bloque económico que incluye a Brasil, la Federación Rusa, India, China y Sudáfrica (BRICS) afirman de manera sistemática que las enfermedades infecciosas son una prioridad para la cooperación. La presidencia rusa de los BRICS reiteró esa posición en 2015.

La conferencia de dos días, organizada por el Servicio federal ruso para la supervisión de la protección de los derechos y el bienestar del consumidor, destacó los mecanismos conjuntos y la experiencia de los miembros en el abordaje de las enfermedades infecciosas.

Durante una sesión especial, representantes de Brasil, Sudáfrica y la Federación Rusa declararon que cada país de los BRICS había hecho progresos en diferentes áreas de la respuesta al sida, pero que se necesitaría un enfoque de acción acelerada para poner fin a la epidemia de sida para 2030.

Los cinco países de los BRICS representan más del 40 % de la población mundial y en torno al 30 % de todas las personas que viven con el VIH, lo que les otorga un papel y una responsabilidad únicos a la hora de contribuir a la salud mundial y acabar con la epidemia de sida. En 2014, los ministros de Sanidad de los BRICS acordaron unos ambiciosos objetivos para combatir la tuberculosis y a fin de alcanzar el objetivo de tratamiento 90-90-90 para el VIH en 2020.

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Poner fin a la epidemia de sida exige no solo aumentar los servicios para la prevención y el tratamiento del VIH, sino también proteger y promover los derechos humanos en el marco de la respuesta al sida, según los participantes en el acto paralelo a la 29ª sesión del Consejo de los Derechos Humanos que se celebra en Ginebra (Suiza).

Representantes de gobiernos, la sociedad civil y las Naciones Unidas destacaron la importancia de los derechos humanos como un componente fundamental de una respuesta eficaz al VIH y recalcó la naturaleza esencial del acceso a la justicia para las personas que viven con el VIH y las poblaciones más afectadas por el virus.

En el contexto del VIH, el acceso a la justicia se definió como la garantía de que las políticas y los programas permitan a las personas que viven con y afectadas por el VIH conocer sus derechos, movilizarse en torno a leyes protectoras, contar con la protección de la policía y poder acceder al sistema judicial si han sido víctimas de delitos.

Los participantes identificaron varios pasos que las partes interesadas pueden dar a fin de garantizar el acceso a la justicia en el marco de la respuesta al sida. Estos son la derogación de leyes discriminatorias, la eliminación del estigma y la discriminación relacionados con el VIH en varios sectores, como la atención sanitaria y el empleo, y el fomento de la aplicación de las políticas y las leyes para respaldar el acceso de las poblaciones clave a los servicios para el VIH.

El director ejecutivo adjunto de ONUSIDA, Luiz Loures, subrayó la crucial importancia de los derechos humanos en la respuesta al sida e hizo un llamamiento a establecer unas colaboraciones más sólidas entre los activistas en los ámbitos del VIH y de los derechos humanos, ya que las leyes punitivas y otras cuestiones legales son un problema colectivo.

El acto paralelo estuvo organizado de forma conjunta por Brasil, los Países Bajos, Polonia y ONUSIDA.

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La necesidad de un enfoque holístico en la prevención del VIH entre las jóvenes y las niñas fue el tema central de la 15ª Asamblea Ordinaria de la Organización de Primeras Damas Africanas contra el VIH y el sida (OAFLA). La reunión se celebró dentro de los actos paralelos a la 25ª Cumbre de la Unión Africana celebrada el 15 de junio en Johannesburgo (Sudáfrica).

Las primeras damas africanas recalcaron que el abordaje de las necesidades de las jóvenes y las adolescentes debe ser una prioridad en todos los niveles de la sociedad, desde los máximos dirigentes políticos hasta colegios, familias y líderes de la comunidad. Hicieron un llamamiento a adoptar un enfoque integral de la prevención, tratamiento y atención al VIH que aborde los factores socioeconómicos y estructurales que hacen que las jóvenes y las adolescentes tengan un mayor riesgo de infección por el VIH, incluidas la pobreza, la desigualdad de género y las prácticas culturales nocivas.

Lordina Mahama, primera dama de Ghana y presidenta recién elegida de la OAFLA, animó a las primeras damas africanas a garantizar que la campaña Todos incluidos de ONUSIDA y UNICEF, dirigida a poner fin al sida entre adolescentes, se implante en sus países.

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El presidente de Malawi, Arthur Peter Mutharika, se reunió con el director ejecutivo de ONUSIDA, Michel Sidibé el 13 de junio de 2015 durante los actos paralelos a la 25ª Cumbre de la Unión Africana en Johannesburgo (Sudáfrica).

El Sr. Sidibé felicitó al presidente Mutharika por los exitosos resultados que Malawi ha obtenido en su respuesta al sida en los últimos años. Malawi fue el primer país del mundo que puso en marcha la Opción B+ para mujeres seropositivas embarazadas de la Organización Mundial de la Salud (acceso al tratamiento antirretrovírico de por vida), lo que ha tenido como resultado un espectacular descenso del 67 % en la transmisión maternoinfantil desde 2009. El presidente expresó su compromiso de seguir invirtiendo en la prevención de la transmisión maternoinfantil del VIH para cumplir el objetivo de reducir las nuevas infecciones por el VIH a niveles inferiores al 5 % como se describe en el Plan mundial para eliminar los nuevos casos de infección por el VIH entre los niños y mantener a sus madres con vida.

Previamente ese mismo día, el Sr. Sidibé se reunió con el comisario de la Unión Africana para Asuntos Sociales, Mustapha Kaloko, quien expresó su deseo de ver una generación sin sida para 2030. El Sr. Sidibé ratificó el compromiso de ONUSIDA de seguir trabajando en el enfoque de Acción acelerada para poner fin a la epidemia de sida como amenaza para la salud pública para 2030, aprovechando los próximos cinco años para fomentar la responsabilidad nacional y la solidaridad mundial.

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Los jefes de estado y de gobierno de África reafirmaron su compromiso de proporcionar un liderazgo audaz para la respuesta al sida en África durante la reunión de AIDS Watch Africa (AWA) celebrada el 14 de junio dentro de los actos paralelos a la 25ª Cumbre de la Unión Africana en Johannesburgo (Sudáfrica).

La necesidad de invertir en salud, en especial para la financiación sostenible del enorme programa de tratamiento contra el VIH en África, acaparó la atención. Los participantes subrayaron que para acabar con la epidemia de sida como amenaza para la salud pública en 2030 en África, es vital ampliar la cobertura del tratamiento y garantizar que los millones de personas que actualmente reciben el tratamiento antirretrovírico en África sigan teniendo acceso ininterrumpido a él durante el resto de su vida. Además, la inversión en la producción local de antirretrovíricos, el aumento del gasto nacional y la continuación de la puesta en marcha de la Hoja de ruta sobre responsabilidad compartida y solidaridad global para la respuesta al sida, la tuberculosis y la malaria en África de la Unión Africana se destacaron como elementos esenciales para lograr los objetivos 90-90-90.

El director ejecutivo de ONUSIDA, Michel Sidibé, instó a los dirigentes africanos, a la Comisión de la UA, a los representantes de las comunidades económicas regionales, los socios de desarrollo y la sociedad civil presentes a garantizar que las importantes inversiones ya realizadas no se pierdan.

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Los estados miembros de las Naciones Unidas dieron la bienvenida y reflexionaron acerca del último informe sobre el VIH del Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, titulado El futuro de la respuesta al sida: aprovechar los logros del pasado y acelerar los avances para poner fin a la epidemia de sida para 2030, en la sexagésimo novena sesión de la Asamblea General el 8 de junio en Nueva York (Estados Unidos de América).

El informe del Secretario General destaca los importantes logros y los avances históricos en la respuesta mundial al sida desde el año 2000. También ofrece una visión general de algunos de los problemas persistentes, entre los que se incluyen la escasa cobertura del tratamiento pediátrico y adolescente, la falta de financiación estable contra el sida, las desigualdades por razón de sexo, la violencia contra las mujeres y la marginación de las poblaciones vulnerables. Los estados miembros de las Naciones Unidas recordaron colectivamente su apoyo al enfoque de Acción acelerada de ONUSIDA para poner fin a la epidemia de sida como amenaza para la salud pública para 2030. También hicieron varias recomendaciones en materia de liderazgo, movilización de recursos, derechos humanos, implicación de la comunidad y participación de la sociedad civil para reforzar los esfuerzos globales en materia de salud y desarrollo más allá de 2015.

Durante su asistencia a la sesión, el director ejecutivo adjunto de ONUSIDA, Luiz Loures, participó en los debates con los representantes de los estados miembros. También subrayó la necesidad de mantener el impulso a favor de la respuesta al sida durante la transición hacia los objetivos de desarrollo sostenible para garantizar que no se deje a nadie de lado.

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El propósito de lograr los ambiciosos objetivos de tratamiento 90–90–90 globales recibió un impulso con la organización por parte del Gobierno de Luxemburgo y ONUSIDA de un debate de alto nivel sobre el tema en la capital belga, Bruselas.

El debate, celebrado el 3 de junio, formaba parte de los Días Europeos del Desarrollo de 2015, un evento insignia de dos días de duración de la Comisión Europea que reunió a más de 5000 participantes de 140 países y 1200 organizaciones para estudiar las principales dificultades para el desarrollo a las que se enfrenta el continente.

Durante la sesión relacionada con el VIH, los participantes estudiaron cómo crear un soporte global de base amplia para el programa 90-90-90 e identificar las mejores prácticas para aplicar satisfactoriamente los objetivos. Lograr los objetivos 90-90-90 sería garantizar que en 2020 el 90 % de las personas que vivan con el VIH conozcan su estado serológico, el 90 % de las personas que vivan con el VIH tenga acceso al tratamiento antirretrovírico y el 90 % de las que lo reciban presenten supresión vírica.

El director ejecutivo de ONUSIDA, Michel Sidibé, declaró en la reunión que se ya se habían hecho progresos significativos. Indicó, no obstante, que el fin último de acabar con la epidemia como amenaza para la salud pública para 2030 no puede conseguirse sin nuevos recursos ni inversiones, en especial durante los próximos cinco años. Destacó el papel catalizador y transformador que el objetivo 90-90-90 puede tener en la era posterior a 2015 y para la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible.

Los asistentes reconocieron que el VIH sigue siendo un desafío mundial, que afecta a todos los continentes, incluida Europa, donde persiste un grado de transmisión significativo, y que es necesario que cada país y cada región desempeñe un papel importante en una respuesta al VIH renovada y a diversos niveles.

A Michel Sidibé se unieron, entre otros, el ministro para la Cooperación al Desarrollo y Asuntos Humanitarios de Luxemburgo, Romain Schneider, el viceministro de Sanidad de la República Democrática Popular Lao, Bounkong Sihavong, el director de la organización no gubernamental internacional Enda Santé, Daouda Diouf y el presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores y Europeos y de Cooperación al Desarrollo del Parlamento Europeo, Marc Angel.

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La alimentación y la nutrición para ayudar a las personas que viven con el VIH son elementos clave para alcanzar los objetivos de Acción acelerada ONUSIDA, de acuerdo con los participantes en una consulta reciente sobre nutrición y VIH celebrada en Ginebra (Suiza).

El acto, organizado conjuntamente por el Programa Mundial de Alimentos y ONUSIDA, se centró en la importancia crítica de la ayuda a la alimentación y la nutrición para los objetivos de tratamiento de 90–90–90, pero también para evitar las nuevas infecciones por el VIH, especialmente entre chicas adolescentes y mujeres jóvenes.

Los participantes compartieron datos y experiencias sobre las repercusiones de la desnutrición y la inseguridad alimentaria en el tratamiento del VIH y sobre el modo en que la seguridad alimentaria y la protección social contribuyen a evitar nuevas infecciones por el VIH y a mejorar el cumplimiento terapéutico entre los adolescentes. Los participantes también indicaron que la realización de las pruebas de detección del VIH junto con el control del crecimiento infantil pueden permitir un diagnóstico y un tratamiento más tempranos de los niños desnutridos que viven con el VIH.

Lucie Cluver, profesora asociada de la Universidad de Oxford, indicó que en Sudáfrica, las adolescentes que recibían comida en el colegio presentaban una reducción del 40 % en el sexo ocasional o sin protección en comparación con aquellas que no la recibían. Y los adolescentes que recibían tratamiento para el VIH y estaban bien alimentados tenían 2,5 veces más probabilidades de cumplir el tratamiento contra el VIH que sus compañeros que no lo estaban.

Según los participantes, la nueva estrategia de ONUSIDA 2016-2012 debe centrarse en mejorar la calidad de los servicios prestados a las personas que viven con y están más afectadas por el VIH. La estrategia debe basarse en enfoques multisectoriales que permitan la prestación de paquetes integrados de ayuda que incluyan la alimentación y la nutrición, la protección social, el apoyo a la subsistencia y la educación.

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En las últimas décadas se han realizado considerables avances en la respuesta mundial a la epidemia de sida. No obstante, y a pesar de estos progresos, se sigue dejando de lado a las jóvenes y adolescentes africanas.

En la región subsahariana, las enfermedades relacionadas con el sida siguen siendo la principal causa de muerte entre las niñas y las mujeres en edad fértil. En 2013, el 74 % de las nuevas infecciones por el VIH entre adolescentes en África se produjo en las chicas. De media las jóvenes y las adolescentes contraen el VIH entre cinco y siete años antes que los jóvenes, y en algunos países de la región la prevalencia del VIH en esta población puede ser hasta siete veces superior al de sus homólogos masculinos.

A fin de orientar la defensa regional y mundial y conformar el diálogo político sobre el tratamiento y la prevención del VIH entre las jóvenes y las adolescentes, ONUSIDA y la Unión Africana han presentado un informe conjunto titulado Empower young women and adolescent girls: Fast-Tracking the end of the AIDS epidemic in Africa.

El documento describe tres compromisos políticos para hacer avanzar los derechos y el empoderamiento de las jóvenes y las niñas africanas con el fin de contribuir a acelerar una respuesta al sida basada de manera sólida en la igualdad de sexos y la justicia social. Estos compromisos son detener las nuevas infecciones por el VIH entre las jóvenes y las adolescentes a fin de garantizar que el sida ya no sea la principal causa de muerte entre las adolescentes; empoderar a las jóvenes y las adolescentes mediante una educación sexual integral y prevenir las infecciones por el VIH entre los niños y mantener a sus madres con vida.

La presentación tuvo lugar el 8 de junio como parte de la 26ª reunión de la campaña Gender is My Agenda previa a la cumbre de la Unión Africana en Johannesburgo (Sudáfrica).

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